Viernes, 26 de mayo de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Haz del silencio el instrumento para aliviar tu mente y tu corazón.

Haz del silencio el camino para que tu consciencia se retire de las tensiones del mundo y se sumerja en los misterios celestiales.

Haz del silencio la puerta al conocimiento superior, el vehículo que te mostrará cómo encontrar las respuestas que tanto buscas dentro de tu propio corazón.

Haz del silencio el vehículo de la paz en los tiempos de conflictos, en el que puedas observar los acontecimientos y comprender más ampliamente como cortar las raíces del mal y establecer el equilibrio.

Haz del silencio el camino para despertar la humildad en tu corazón; aprendiendo a escuchar, a observar y a reverenciar al prójimo y a la propia vida manifestada en todas las cosas.

En tiempos de tanto caos, hijo, en los que los ruidos del mundo confunden cada vez más a los corazones, busca en el silencio la forma de estar en equilibrio.

Permite que haya en tu vida, en cada uno de tus días, momentos de silencio en los que solo te concentres en lo que es verdadero y que habita en ti; en los que solo te dispongas a escuchar a Dios, aunque Dios también se silencie en tu interior.

Es de esa forma, aprendiendo a cultivar el silencio, que encontrarás las respuestas que tanto necesitas, que descubrirás la fuente de sabiduría en tu universo interior, que estarás unido a Dios y pronto para escuchar lo que Su Santo Espíritu dicta en tu corazón.

El silencio es la gran llave que el Creador le concede a la humanidad para que aprenda a encontrar la paz.

Es en el silencio que percibirás la unión de los tiempos y la llegada de la vida universal y sus realidades a la Tierra.

Es en el silencio que aprenderás a vigilar y a percibir lo que esta fuera de la Ley, en ti y a tu alrededor.

Es en el silencio que podrás reconocer los cambios de los ciclos.

Es en el silencio que sentirás el descenso de los Rayos Inmateriales

Es en el silencio que estarás más allá de los estímulos del mundo y los transmutarás constantemente para que no te retiren de tu camino.

Es en el silencio que aprenderás el sentido de la entrega.

Es en el silencio que sabrás lo que te falta para superar el Amor de Dios en tu corazón.

Entonces, silénciate y descubre los misterios simples y profundos de la acción de silenciarte.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

Viernes, 19 de mayo de 2023

APARICIÓN DE SAN JOSÉ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Con estas velas encendidas, quiero que oren por las almas que más necesitan de la Misericordia de Cristo.

Quiero que oren por las almas perdidas, que no encuentran el propósito de la vida, que no comprenden que vivir es un don, que pasan por el mundo sin percibir que es sagrado, que viven sobre la Tierra sin comprender que esta es una oportunidad única, no solo para sus consciencias, sino para todo el universo, para toda la Creación.

Quiero que oren por las almas que viven en la ignorancia y que ultrajan sus propios cuerpos, que se sumergen en los abismos de este mundo por no percibir la diferencia entre la Luz y la oscuridad.

Quiero que oren por el despertar de todas las almas que se comprometieron con Dios en el principio para que, mientras hay tiempo, puedan cumplir su misión, puedan retomar su camino y que su compromiso no permanezca perdido.

Hoy, vengo al mundo, hijos, a pedido del Padre Celestial, para pedirles oración por las almas que hieren el Corazón de Dios, por su ignorancia, por su orgullo y por estar sumergidas en las energías capitales de este mundo.

Pero, vengo a pedirles que no solo oren por las almas, sino que sean ejemplos de transformación para que aquellos que los vean puedan encontrar un camino. Que la luz encendida, dentro de cada uno de ustedes, no permanezca en su interior, sino que sea expuesta al mundo a través de sus acciones, de sus palabras y de su silencio. 

Basta observar el mundo para percibir la necesidad de las almas. Basta mirar hacia adentro para percibir el potencial que ustedes tienen de transformar esta situación planetaria.

Hoy, hijos, mientras oran por las causas imposibles, encuentren dentro de ustedes la respuesta, porque nada es imposible.

Hoy, quiero que todos ustedes se pregunten: ¿Por qué vinieron aquí? ¿Por qué escuchan Mis Palabras? ¿Qué es lo que buscan?

¿Ustedes son almas con sed, buscando una fuente o almas servidoras que llevarán de la fuente para darles de beber a otras?  

El mundo entero tiene sed, sed de verdad, de propósito, de Misericordia.

¿Dónde estará su consciencia cuando esta Aparición termine?

Es a través de estas reflexiones, que parecen tan obvias para la mente humana que ustedes alcanzarán la transformación de la consciencia. Si no se observan a sí mismos e ignoran y ocultan lo que debe ser transformado, jamás darán los pasos que el Creador espera de sus almas.

No tengan miedo de ver lo que habita dentro de ustedes, no tengan miedo de responder estas preguntas y de encontrarse frente a la superficialidad humana, porque es apariencia. Más allá de esa superficialidad, existe un misterio profundo en el corazón y en la consciencia de todos los seres; un misterio que está más allá de lo que aparentan ser, de sus personalidades, de sus limitaciones físicas, mentales o emocionales. Más allá de todo eso, hijos, más allá de lo que ven en el espejo, habita una verdad.

¿Por qué ante un tesoro tan grande, la humanidad prefiere permanecer pobre?

No permitan que la superficialidad sea suficiente para ustedes. No permitan que lo que el mundo les ofrece colme sus corazones, porque ustedes no vinieron aquí para ser colmados por el mundo, vinieron para que pudieran transformar el mundo y colmarlo de la verdad que habita en su interior, no lo contrario.

El ser humano vino a la Tierra para servirla, no para ser servido por ella; para servirla a través de su vida, a través del don del amor, de la caridad, de la humildad, a través del don de saber unir el Cielo y la Tierra, de abrir las puertas hacia el Corazón de Dios para que todas las criaturas pudieran entrar en diálogo con el Creador. Para esto vinieron a la Tierra, para superar los límites de la vida que habitaba en el universo, porque la evolución ya no ascendía, ya no se elevaba. Las criaturas llegaron a su límite, no aprendían más a amar.

¿Permanecerán en este límite, repitiendo los errores que han cometido en el universo o abrazarán la oportunidad de transformar esta Creación y abrir una nueva puerta evolutiva a toda la vida?  

Cuando su Señor estuvo en la Tierra, Él les enseñó el camino, el camino para superarse a sí mismo y, dentro de sí, superar el Amor de Dios.

¿Alguien comprendió ese camino? 

No les hablo de flagelación, de humillación y de sacrificio. No les hablo de morir en una cruz; les hablo de amar, de transformar el sentido del sufrimiento, cuando la consciencia está en el lugar correcto y es capaz de ver los acontecimientos del mundo y transformarlos de adentro hacia afuera.

Lo que superaba el Amor de Dios dentro de Cristo no eran Sus heridas, sino como Él las vivía; era lo que sucedía dentro de Su Corazón, era Su Mirada de perdón ante la ignorancia humana, era Su capacidad de ver la Presencia Divina ante aquellos que expresaban odio y solo buscaban matarlo y alimentarse de Su sufrimiento.

Lo que superaba el Amor de Dios en el Corazón de Cristo era Su capacidad de darles una nueva oportunidad, de comprender que más allá de la oscuridad humana habita un misterio que es la esencia silenciosa de Dios dentro de los hombres.

De este nacimiento de la Divina Misericordia surge la superación del Amor de Dios.

¿Quién de ustedes está dispuesto a vivir algo semejante? ¿A mirar al prójimo con ojos de compasión, a estar dispuesto a escuchar, a comprender, a transformar con el propio ejemplo? ¿A amar, aunque sea en silencio, a orar por los que sufren más que por sí mismos? ¿A adorar a Cristo para transformar la condición humana, de adentro hacia afuera, a contemplar la Eucaristía con humildad dejando que los transforme y, a través de ustedes, transforme la condición humana? ¿Quién está dispuesto a ser nada?

Ahora, miren hacia adentro y pregúntense: "¿Por qué estoy aquí?".

¿Son capaces de repensar, en este momento, el propósito de sus vidas?

¿Cuál es su meta cada día?

¿Por qué se despiertan?

¿Por qué se levantan y comienzan a actuar?

¿Qué es lo que mueve sus acciones?

Hoy, tendría mucho más para decirles. ¡Cuántos misterios podría develarles! ¡Cuánta sabiduría podría traerles a sus corazones!

Pero lo que hoy estoy haciendo, hijos, es enseñarles a adentrarse en el misterio, porque mucho les podría decir sobre la vida en el universo y sobre la vida en la Tierra, mucho les podría hablar del misterio que habita en sus corazones, porque la ignorancia humana no tiene fin y ustedes ni siquiera conocen sobre sí mismos.

Pero si no aprenden a mirar hacia adentro, si no aprenden a encontrar el verdadero propósito de sus vidas, de nada valdría revelarles el universo, los mundos intraterrenos, los misterios celestiales, porque permanecerían en la superficialidad humana.

Sin embargo, si están dispuestos a ir más allá, a transformar su condición humana, a dar el ejemplo de una nueva vida, a ser nuevos seres, a superarse a sí mismos poco a poco, día a día, entonces, hijos, lo Sagrado que desciende del universo y que se eleva de los mundos intraterrenos tocará sus consciencias para llevarlas aún más profundo, para que lo que no pueden resolver por sí mismos pueda ser tocado por la Gracia Divina.

Todo está disponible para los que no temen decir sí. Todo está disponible para los que darán el primer paso, basta dar el primer paso.

Cuando caminan en dirección a la verdad, la verdad también camina en dirección a ustedes.

Cuando caminan en dirección a la superación, la superación también camina en dirección a ustedes.

Cuando buscan la renovación del amor y, con su imperfección, aspiran a vivirla, esta renovación viene a su encuentro; porque esto es parte de una Ley, una Ley Divina que responde de inmediato al esfuerzo de los seres humanos.

Cuando se disponen a vivir aquello para lo que fueron diseñados a vivir, este mismo propósito que habita dentro de ustedes atrae del universo los rayos y las energías que les ayudarán a vivirlo. La esencia, que pulsa en sus corazones, atrae por sí misma la manifestación de su expresión, siempre y cuando se lo permitan.

Lo que Yo les traigo, hoy, es la comprensión de la Vida Mayor, esa que aprendí a vivir con Mi Hijo en Nazaret y con la Santa Esposa que Dios Me concedió.

Existen muchos misterios que quedaron guardados en el Corazón de la Sagrada Familia, y lo que hago en esta mañana es preparar sus corazones para que puedan adentrase en estos misterios.

Orar, hijos, es la gran puerta a la transformación, es la gran oportunidad de transformar lo imposible en posible. Por eso, cuando llegué aquí les pedí que oraran, pero no que no oraran solo por ustedes, que oraran por las almas, que oraran por este planeta, que sean capaces de tener una mirada más amplia, como la Mirada de Cristo que no contemplaba Su sufrimiento, sino la ignorancia humana que necesitaba ser transformada.

La oración de Cristo por Sí mismo, fue solo en algunas palabras: “Padre, aparta de Mi este Cáliz, pero que se cumpla Tu Voluntad, y no la Mía”.

Todo el resto del recorrido de Cristo con la Cruz fue una oración por el planeta, por el prójimo, por el universo, por todos aquellos que habían llegado al límite de su evolución y que, para que seguir existiendo, evolucionando y manifestando el don de la vida, necesitaban una nueva oportunidad.

Por eso, hoy los invito a que su oración por sí mismos sea también esta: “Padre, que se cumpla Tu Voluntad, y no la mía”.

Hoy, en el silencio de Mi Casto Corazón, entre una palabra y otra, los observo y conduzco sus almas hacia lo profundo del Corazón de la Sagrada Familia, para vivir esa experiencia de simplicidad, pero también de profundidad espiritual; para que, a partir de allí, de ese Corazón Trino, puedan dar sus pasos en este ciclo definitivo que comienza en la humanidad.

La Presencia de los Tres Sagrados Corazones no acontece por una casualidad, sino porque les estamos trayendo a ustedes, como a toda la humanidad, los impulsos que necesitan para transitar el fin del fin de los tiempos; para que, cuando el Tiempo Real del universo toque la Tierra, no estén en la superficialidad humana, sino en la profundidad de la verdad que se oculta en sus corazones.

Entonces, reflexionen sobre Mis Palabras y sobre lo que cada Sagrado Corazón les trajo. No solo mediten, sino también revivan cada impulso, para que estén presentes en sus vidas y así puedan conducirlas al cumplimiento de la Voluntad de Dios.

Esto es lo que tengo para decirles hoy.

Coloquen sus manos en señal de recepción y reciban de Mi Casto Corazón una virtud, para que puedan responder al Propósito Divino.

Coloquen esta Gracia en su mundo interior y envíenle a Dios una súplica por alguna situación que hoy les parezca imposible, imposible de ser revertida, de ser transformada. Qque su oración toque el Corazón de Dios y que el Corazón del Padre emita Su respuesta.

Yo los bendigo y les agradezco por perseverar en el camino de la transformación, por abrirse de corazón para ver lo que está oculto dentro de ustedes y sumergirse más allá de la condición humana.

Tienen Mi bendición para esto.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Hermana Lucía de Jesús:

A pedido de San José, vamos a cantar una música que Él dijo que es muy querida por los Mensajeros Divinos porque nos enseña a intercerder por este planeta y por todos los Reinos de la Naturaleza. Vamos a cantar: "Lluvias de Amor".

 

Viernes, 12 de mayo de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Contempla, hijo, en tu corazón, tu mundo interior.  Observa, en silencio, lo que pasa por tu corazón, por tu mente, por tu universo subconsciente.

Deja que el silencio limpie lentamente lo que habita oculto dentro de ti y percibe, así, cómo está la condición humana, no solo en tu ser, sino también en todos los seres.

Contempla a la humanidad, de adentro hacia afuera, no juzgando lo que tus ojos pueden ver, sino observando lo que tu mundo interior puede revelar a partir de la unidad que existe entre tu consciencia y todas las consciencias del mundo.

Observa como el enemigo trabaja hoy, estimulando silenciosamente el mundo subconsciente de los seres, dándoles ideas, sentimientos, emociones, pensamientos que no les pertenecen.

Hoy, muchos seres viven observando la vida de otros, sintiendo sus aparentes sentimientos, pensando sus aparentes pensamientos, viviendo imaginariamente la vida de otras personas, mientras sus almas van siendo sepultadas y silenciadas lentamente en el calabozo de los abismos internos.

El grito de las almas se refleja en los seres como enfermedades de los tiempos actuales: pánico, miedo, depresión, falta de propósito en la vida, suicidio, inmadurez, deconstrucción mental y emocional.

El grito de las almas se refleja en los seres humanos perdidos, buscando referencia en los pensamientos y sentimientos de otras personas, buscando libertad en la máxima expresión de las nuevas y viejas energías capitales; pero, al final de todo, en lo profundo de los seres, hijo, las almas aún gritan, aún lloran y aún claman por volver a ver la Luz.

La semejanza con Dios no es algo que puede ser sepultado en los seres humanos, ni aun por los mayores estímulos involutivos del mundo. Por eso, en lo profundo de una humanidad superficial, grita un alma en busca de la verdad para la que fue creada.

Por detrás de seres humanos inmaduros emocional y mentalmente, infantiles, grita un alma antigua que busca su Propósito y que no puede permanecer sepultada por los estímulos del enemigo, cuando más necesita expresarse en el momento de la transición de los tiempos.

Hijo, los santos de otrora hicieron de las enfermedades groseras de su época los instrumentos de su santidad, porque convirtieron sus debilidades en una cruz santa, a través de la actitud con la que experimentaron lo que para otros era simplemente mala suerte, sufrimiento o una situación desagradable.

Los santos de hoy deben ir más profundo que los sentidos del cuerpo, deben ir más allá de las apariencias superficiales, porque el instrumento de su santidad está ahora más allá de la mente, en los mundos subconscientes. Es allí en donde deben aprender a estar para encontrar los pensamientos que no son suyos, los sentimientos que no son suyos, para arrancar las raíces de los estímulos mundanos y las cadenas que les impiden liberar sus almas para que expresen lo que vinieron a expresar en este mundo: la semejanza con Dios.

La gran enfermedad de este tiempo no está en el cuerpo, sino en la mente y en su profundo misterio subconsciente. Es allí adonde tu silencio debe llegar para comprender lo que no viene de ti ni de Dios, sino del enemigo que busca confundir a los seres y hoy lo hace de adentro hacia afuera.

Por eso, hijo, también de adentro hacia afuera, obsérvate y observa la condición humana. No permanezcas en lo que es aparente y superficial, sino ve más allá y traba tu batalla en el silencio, en la oración y en la posibilidad de sumergirte en tu mundo interior y saber la verdad sobre ti mismo, conocer y vivir lo que es ser un ser humano.       

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

Viernes, 5 de mayo de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Desde el momento en el que el Creador emanó la expresión de Su Hijo Primogénito en las dimensiones materiales, la Misericordia comenzó a existir en la Creación. El Amor de Dios, que se superó a Sí mismo a través de Cristo, les abrió una nueva oportunidad a las almas y le concedió a toda la vida la Gracia de la Misericordia.

Cuando Cristo fue alzado en la Cruz y Su Costado fue traspasado, perforando también Su Sagrado Corazón; en ese momento, hijos, la Sangre y el Agua de Cristo brotaron dentro de todo el género humano y la Divina Misericordia no fue solamente vertida del Corazón de Jesús en el suelo de la Tierra, sino que también brotó como potencial de redención en la esencia de todos los seres.

Con esto, les digo que la Misericordia habita en la esencia de todas las criaturas de la Tierra, de todos los seres que, siendo creados a imagen y semejanza de Dios, viven con Él la renovación de Su Gracia, a través de la Divina Misericordia.

La Misericordia habita en las criaturas como un potencial de santidad y plenitud espiritual; y su manifestación puede tener más poder que las fuerzas del mundo, las nuevas y las viejas energías capitales, siempre y cuando perciban que ese potencial habita en ustedes y permitan que él crezca.

Para permitir que la Misericordia se expanda en sus seres, sean misericordiosos y compasivos; mediten sobre los Pasos de Cristo, en Su Pasión y en Su expresión de Amor; mediten sobre la Presencia del Creador en su interior, a través de la esencia que Él les concedió.

Cuiden la vida divina que habita en ustedes, como quien cuida una preciosa planta que debe ser regada, debe recibir luz y atención, cuidado y amor, para crecer así saludable.

Así, hijos, deben cuidar el potencial de la Divina Misericordia dentro de ustedes, este que les abre las puertas a la santidad, que no es nada más que permitir que la expresión de Dios, dentro de ustedes, crezca y se realice en sus vidas.

El servicio, la caridad, el respeto, la reverencia, la transparencia, la oración, la entrega son todas formas de alimentar el potencial divino que habita en ustedes.

Contemplar a Cristo y aspirar a imitar Su ejemplo mantendrá a sus almas siempre dispuestas a seguir adelante y a superar los desafíos de estos tiempos, siendo expresiones de la Misericordia de Cristo.

Entonces, permitan que Mis Palabras sean una realidad en sus vidas y den testimonio del poder de la Divina Misericordia.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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