Viernes, 27 de abril de 2018

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando Dios anuncia Sus designios y revela Su Voluntad, pídele la Gracia de saber responder a Su Llamado. 

Hijo, colócate siempre delante de los Planes de Dios con humildad. ¿Quién eres tú para analizar la Voluntad Divina y evaluar si esa Voluntad se corresponde o no a tu vida?

Estos son tiempos de definiciones y tú ya lo sabes. Por eso, coloca tu cabeza en el suelo, así como el ansia de todo saber, de todo comprender y de todo controlar, y ábrete al misterio de estos tiempos que te lanza a lo desconocido, no solo exteriormente, sino también internamente. 

No te aferres a lo que ya sabes de ti. No te quedes solamente consolidando lo que eres y la memoria de todo lo que ya hiciste por el Plan de Dios y por el planeta. Hoy todo debe ser nuevo y mañana todo deberá renovarse. 

Ingresa con tu corazón en el ritmo de los nuevos ciclos y deja que Tu Padre y Creador haga emerger de ti aquel potencial que hoy te es oculto. Lánzate a lo nuevo, lánzate al servicio, lánzate a la superación y no temas el cansancio; no temas la fatiga, no temas el resultado de la obra que el Padre realiza en ti, porque solo Él, que te creó, sabe la verdadera razón de tu existencia y puede conducirte a ella. 

Pregúntale al Padre porqué y para qué Él te creó y deja que Su respuesta resuene dentro de tu corazón. No temas saber Su Voluntad y caminar hacia ella. No temas deshacerte de tus planes y abrazar algo superior.

Recuerda, hijo, que después de manifestar Su Grandeza y el ápice de Su Gracia, el Hijo del Hombre vivió el rechazo y la incomprensión humana; padeció todas las resistencias de la condición retrógrada de la humanidad y les reveló la llave para la trascendencia de todas las cosas: el Perdón; el Amor y la Misericordia. Y para llegar allí cruzó la puerta de la humillación, de la superación y de la fe en Dios y no en sí mismo. Rindió Su Voluntad al Padre y, aun sabiendo que Su Corazón era partícipe de todos los Poderes y Dones de Dios, escogió la Voluntad de Su Padre y permaneció en la nada. 

Tú, hijo, tienes el potencial para alcanzar muchas metas. Como criatura de Dios puedes hacer muchas cosas, pero Yo te digo: no hay nada más apreciado por el Padre, en este momento, que cumplas Su Voluntad, rindiendo la tuya; que vivas Su Misterio, rindiéndote a lo que te es conocido; que venzas tu miedo humano y que seas, para tus hermanos y para el mundo, un testimonio de la fe y del amor que nacen en ti.

Vive con alegría los Planes de Dios. Adhiere tu corazón a Su Voluntad e inspira a otros con tu ejemplo de fe. Porque hoy Dios te llama, ya no para que busques la espiritualidad para ti, sino para seas un puente de espiritualidad para el mundo.

Yo te bendigo y te invito a seguir los pasos y el ejemplo de Aquel que te guía. 

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

Viernes, 20 de abril de 2018

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo:

Cuando el alma agoniza y se remueve por dentro buscando algo que no encuentra, da gracias a Dios y solo deja que Su renovación llegue a tu espíritu.

No resistas, no desistas y no te entristezcas por algo que, en verdad, debe traerte paz, porque significa que tu interior se está disponiendo a la transformación.

Cuando el alma grita en el corazón de aquel que intenta seguir la Voluntad de Dios y que a ella entregó su vida, es señal de que un cambio y una renovación son necesarias. Y ese cambio proviene de la propia Voluntad Divina; a ti te cabrá no resistir, no desistir y no entristecerte por algo que, en verdad, debe traerte paz.

En realidad, lo que sientes como una agonía interior es tu alma alzando la voz más allá de los aspectos de tu cuerpo, de tu mente y de tus sentimientos.

Escucha, entonces, esa voz que quiere hacerse oír y deja que ella se exprese antes de que tu alma se canse de gritar en tu mundo interior por un nuevo paso, un nuevo ciclo, un nuevo ser.

Escucha la voz que se alza desde tu alma y deja que ella se exprese como sienta; que sea un canto, una oración o incluso un llanto que expresa la libertad del alma de manifestarse, y que todo eso, tu canto, tu oración y tu llanto sean los impulsos de un nuevo ciclo y de una nueva etapa en tu vida.

Que no grite tu alma sin ser escuchada; que no le cierre tu mente la ventana al alma, ocultando nuevamente lo que se remueve en tu mundo interior.

Así como grita el alma del planeta para ser escuchada por los corazones de los hombres, también gritan y se agitan dentro de los hombres sus propias almas.

La vida es un espejo de sí misma en diferentes proporciones; por eso hoy te digo: escucha la voz de tu alma para que un día sepas escuchar el alma de este planeta, y que ninguna voz interior se alce en vano.

Dios habla a través de las almas y de los espíritus de los seres, y es Él quien los llama a un nuevo ciclo, que no necesita ser grande, sino que necesita ser nuevo; trayendo consigo aquello que ya sabes que debes ser y que aún no eres, no porque sea imposible, sino porque te vuelves sordo ante la voz que grita en tu interior.

Sin miedo, escucha lo que te lleva hacia ese nuevo tiempo; así podrás ser uno, en la multitud de este mundo, capaz de oír el alma del planeta y guiar a tus hermanos según aquello que Dios habla a través de la voz del corazón de la Tierra.

No sientas que lo que te digo es un misterio, porque ya no lo es. Solo escucha esta voz en tu interior y síguela.

Tienes Mi bendición para eso.

Tu Padre y Compañero,

San José Castísimo

Miércoles, 18 de abril de 2018

Aparición de San José, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, a la vidente Hermana Lucía de Jesús

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que la Bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo esté sobre ustedes.

Les hablo desde donde el tiempo no existe, donde solo hay unidad entre las criaturas y Dios.

Y a esa dimensión de la cual Yo provengo es adonde los quiero llevar, para que puedan percibir la evolución en la Tierra de una forma diferente, para que puedan percibir la Vida como ella es.

Por un instante dejen que su corazón se una al Mío, que sus ojos se unan a Mis ojos para que contemplen Conmigo este mundo, así como Yo lo veo.

Yo miro al mundo y veo almas buscando el despertar. Veo corazones tan distantes de Dios y de la verdad, que hacen padecer a la propia consciencia por su ignorancia, sin saber que la cura y el camino se encuentran dentro de sí mismos y que con un simple cambio de actitud pueden tornarse otros.

Yo miro al mundo y veo a los compañeros de Dios tantas veces confundidos por la vida en la Tierra, por su apariencia, por su ilusión.

Muchos se preguntan: “¿y quién estará en este mundo sin sumergirse en esta ilusión?, ¿cómo permanecer en la Verdad?”.

Para conocer la Verdad, hijos, necesitan amarla, amarla con todo su corazón, desear estar en ella y estar cansados de tantas ilusiones, de tantos equívocos, de tantos tropiezos.

Esta vida tiene algo único para enseñarle a toda la humanidad; porque todos los que hoy viven en la Tierra fueron convocados para vivir este ciclo. Algunos, como su última oportunidad de redención, y otros, como el último paso necesario para cruzar los portales de un nuevo ciclo evolutivo, en el que ya no necesitarán estar tan enredados en las cosas de la Tierra, porque servirán a la Creación de otra forma.

Yo miro al mundo y también encuentro corazones sinceros que luchan sinceramente con su condición humana, pero su amor por la vida superior aún no es suficiente; porque si no esa batalla no necesitaría ser tan grande.

Todavía aman mucho a las cosas de la Tierra y nutren aquellos aspectos de la consciencia que desearían disfrutar de esa vida de una forma tan humana.

Y cuando les digo humana, les hablo de la humanidad que se creó en este mundo, distante de Dios, y no de lo que el ser humano en verdad es y debería expresar, como fue pensado por el Padre en el principio.

Todos ya saben, hijos, que lo que le falta a este mundo es amor, un amor dirigido hacia la Verdad, un amor dirigido hacia el lugar correcto.

No les puedo decir que no saben amar, porque para eso fueron creados. Sería como decir que una tijera no sabe cortar, que un cucharón no logra retener el agua; así sería decir que el corazón humano no sabe amar, porque sabe, pero su voluntad se desvió y su corazón ama a todas las cosas menos a aquella que sería la más importante, que es la Voluntad de Dios, Su Propósito y Su Plan.

Lo que ustedes aman aún es la voluntad propia y todo aquello que corresponde a esa voluntad.

Aman a aquellos que les son queridos, porque actúan como ustedes quieren. Aman aquellas cosas que les gustan, las Instrucciones que resuenan en sus corazones. Aman la Verdad cuando ella corresponde a la propia voluntad; y cuando Dios les envía algo diferente, para corregir sus caminos y redirigir su amor hacia el lugar correcto, ya no saben amar y creen que no pueden hacerlo, que no pueden sentir amor por aquello que no creen, que no les gusta, que no les conviene.

Pero, hoy, Yo les digo que el corazón humano puede amar todas las cosas, todas.

Puede amar la vida y también puede amar a aquellos que la destruyen, para darle una oportunidad al prójimo de perdón y de redención.

Pueden amar encontrar a Dios en lo alto de los montes; amar la plenitud que es estar con el Padre. Pero también pueden amar a Dios a los pies de la Cruz, derrumbados en el suelo con el peso del madero en sus espaldas; ese es el corazón humano.

El corazón humano puede amar cuando el Padre les habla a través de Sus Mensajeros sobre los misterios celestiales, los Espejos del Cosmos, la unión con la naturaleza, la unidad y la paz. Pero también puede amar cuando Dios les pide ser otros, hacer los esfuerzos que no quieren, ser de una forma que piensan que no saben ser.

Yo miro desde Cielo hacia el mundo y veo cómo el Amor más puro de Dios se pierde dentro de los hombres, cómo el mayor tesoro divino que se expresó en la belleza de la naturaleza, se expresó en cada detalle de la creación de este planeta, en la perfección de cada parte que compone al ser humano, desde su menor partícula hasta su espíritu.

El ser humano es un pequeño creador, tan semejante a su Padre y Señor; pero no se conoce a sí mismo.

Si quieren conocer, hijos, deben comenzar por reconocer la propia ignorancia y, sabiéndose ignorantes, despierten la humildad para que el Padre les pueda enseñar lo que ustedes verdaderamente son, para qué fueron creados y porqué están viviendo todo lo que viven en esta Tierra, cuál es la razón de estos ciclos, cuál es la razón de la existencia humana.

Todo eso tiene una respuesta, una respuesta que el Soplo Divino espera ardientemente poder entregarles, porque no hay nada tan esperado por Dios, como el retorno de Sus hijos a Su Corazón.

¿Y saben lo que es ese retorno?

No es que las criaturas dejarán de existir y se tornarán una partícula luminosa que retornará a la Consciencia Divina. Las criaturas seguirán existiendo, pero se reconocerán parte de Dios y se expresarán como Él, pensarán en Él, vivirán en Él, serán Él. Y Su Corazón, que parecía estar tan distante de toda criatura, despertará en cada ser y manifestará Su Infinito.

Él, que está en todas las cosas, será visible a través de Sus hijos. Ya no habrá individuos sino partes vivas de Dios, que renuevan Su Creación todos los días a través del amor que se supera a sí mismo en un ciclo eterno, incesante.

¿Les parece imposible lo que Yo les digo?

Pero hoy, hijos, eso es lo que Yo vengo a decirles, porque llegó la hora de dejar un poco de lado las mezquindades de esta vida para buscar un poco de esa Verdad; llegó la hora de dejar que Dios los haga de nuevo, por dentro y por fuera, que el corazón humano retorne al Padre y el Padre retorne al corazón humano.

Yo miro al mundo y veo a Dios queriendo expresarse en Sus criaturas.

Yo miro al mundo y veo al Padre esperando la respuesta de Sus hijos, esperando que lo más importante no sea un empleo, el dinero, la comodidad, los fines de semana; porque el Padre está donde el tiempo no existe y, poco a poco, el tiempo dejará de existir aquí, porque Él vendrá para habitar en los hombres.

Sé que muchos escucharán Mis palabras y no sabrán qué hacer con eso. Si tan solo aspiran a vivirlas, a saber la verdad sobre ustedes mismos, en la profundidad de una ciencia espiritual totalmente desconocida para los hombres. Si apenas reflexionaran que lo más importante en este tiempo es que las almas puedan despertar y que, si ustedes no pueden responder al llamado de Dios, le den la oportunidad a aquellos que sí pueden hacerlo, lo hagan.

Porque el Padre primero habitará en los que dicen “sí” y a través de esos despertará a todos los hombres, disolverá la ilusión y atraerá Su Verdad a este mundo.

Pero para eso, hijos, es necesario anunciar, difundir y dar a conocer la Presencia Divina. Es necesario amar, colocar el corazón disponible al amor, a pesar de sus dificultades y limitaciones.

Antes de conocer lo que es ilimitado deben rendirse a Dios.

Porque si no se rinden a Aquello que es Infinito, siempre se golpearán con el techo de sus limitaciones cuando se intenten elevar, porque quieren hacerlo por ustedes mismos.

Ríndanse. Ríndanse todos los días. Díganle “no” a la condición humana. Díganle “no” a aquello que los hace desistir, retroceder, permanecer en el punto en el que están.

Y clamen, clámenle al Padre para que se exprese dentro de ustedes. Clamen para que Su Verdad sea viva y que la ilusión desaparezca de sus células.

Clamen para que sus átomos expresen el infinito que ellos son, que desde ellos se expanda la semejanza con el Padre, que desde ellos renazcan en vida.

Clamen, esfuércense por ser diferentes. Y Dios, que está ávido por responder a Sus hijos, los escuchará.

Así como Mis ojos, los Ojos del Padre están puestos sobre la Tierra, esperando el mínimo movimiento de Sus criaturas para establecer Su Paz, Su Reino y Su Presencia en este mundo.

Crean en lo que les digo y tengan fe en una nueva vida.

A pesar de toda la purificación humana, planetaria, universal, tengan fe en una nueva vida.

No dejen que el sufrimiento y el miedo de sus huesos les hagan creer que apenas son esa condición humana. Tengan fe en una nueva vida.

Comulguen del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, consagrados por Su Presencia espiritual en el altar y tengan fe en que Él es la Nueva Vida.

Dejen que la Eucaristía sea como un bálsamo que ingresa en sus células y despierta el Dios que habita dentro de ustedes. Porque, de una forma muy misteriosa, Él ingresa en sus cuerpos e impregna sus consciencias, pero solo manifiesta Su Verdad cuando ustedes tiene fe en que Él es la Verdad.

De esta forma los bendigo, consagrando estos elementos en el altar, por la potestad que Dios Me concedió a través de la Paternidad de Su Hijo, con el auxilio de los ángeles y de los Arcángeles que traen el Rayo y el Don de la Transubstanciación hacia este lugar, estos elementos se transforman.

Comulguen de ellos y tengan fe en la nueva vida, en el Nuevo Hombre, en la nueva consciencia que, hoy les digo, es Aquella que se manifestó en el principio de todo, y de la cual, un día, ustedes se perdieron.

Aquello que les es nuevo, en realidad es la única verdad que deberían manifestar y vivir.

Crean y tengan fe en que esa verdad los aguarda, aguarda que la busquen, que la amen, no solo con el pensamiento, que la amen con el corazón, que la amen con consciencia; consciencia que se manifiesta en sus acciones, en sus formas de vivir, de tratar a sus hermanos, de estar en el mundo; así se expresa el amor.

Eso era lo que Yo les quería decir hoy.

Y que Mis palabras se tornen vida. Tengan fe y crean que este Verbo proviene de Dios, a pesar de que se manifiesta a través de una boca humana.

El Señor tiene muchos misterios y por diferentes caminos llega a Sus hijos, hasta que todas las criaturas le abran la puerta y dejen que Él se manifieste en sus seres.

Con esto los bendigo, bendigo sus vidas, sus familias y este altar, para que se torne digno de la Presencia de Cristo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco.

San José Castísimo

Viernes, 13 de abril de 2018

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA SAGRADA CASA DE MARÍA, MADRE PAULISTA, SAN PABLO, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo:

A pesar de todo, alegra tu corazón.

Llegaron el momento y la hora que tanto esperabas y para los cuales te preparaste por tanto tiempo.

Alegra tu corazón a pesar de todo lo que sucede en el mundo, porque llegaron el momento y la hora de abrirte hacia un Amor superior, de transformar tu condición humana, de vivir conforme al Evangelio que te guía y, así, renovar con vida las Palabras de Aquel que dio la vida por ti y te liberó de la muerte eterna, del padecimiento y del estancamiento espiritual.

A pesar de todo, alegra tu corazón.

Sé que el mundo agoniza y que muchos sufren, pero tú no puedes perder jamás la alegría que curará las heridas de tus hermanos alrededor del mundo y los ayudará a ver con claridad los tiempos en los que transitan como humanidad.

La alegría en tu corazón no representa indiferencia ante el sufrimiento del prójimo; la alegría en tu corazón representa el bálsamo que Dios hace fluir a través de él hacia todo el planeta cuando tu consciencia se coloca en el lugar correcto y, a pesar de las circunstancias, tú te abres para ser un instrumento de Dios, un espejo Suyo en el mundo, que refleja no aquello que es lógico, sino lo que es necesario.

A pesar de todo, entonces, no pierdas la alegría de tu corazón y no bajes los brazos.

Colócate en el Corazón de Dios para comprender las dificultades de la vida como tu oportunidad para superarte y, quien sabe, un día hacer cosas mayores que Aquel que te enseñó a obrar y a vivir.

Sé, entonces, una profecía viva: sé el misterio vivo de las Palabras de Cristo. Y si te parece que este tiempo presenta grandes desafíos y dificultades, supéralos a todos con el rostro limpio y renovado del cansancio; supéralos con la mirada pacífica y el corazón en Dios; supéralos como un servicio que les refleja esperanza a los que pensaban que todo estaba perdido.

Hoy solo te digo, hijo, que, a pesar de todo, a pesar de cualquier cosa, jamás pierdas la alegría de tu corazón.

Sé tú la sal de la Tierra; sé tú la luz del mundo, con Aquel que es y está en todas las cosas.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

Viernes, 6 de abril de 2018

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA SAGRADA CASA DE MARÍA, MADRE PAULISTA, SAN PABLO, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Busca la Verdad y ella te será revelada.

Busca en lo profundo de tu interior, así como en el firmamento de la Tierra que oculta la profundidad del Cosmos, la respuesta a tus inquietudes más internas, la calma de tus angustias y el sentido de tu vida. 

Busca la Verdad y ella te será revelada, porque este es el tiempo de la revelación de los misterios. La Ley dicta que nada más esté oculto, ni a los ojos ni al corazón del hombre. Y, poco a poco, esa revelación se manifestará en la superficie de la Tierra. 

Desde los pueblos del principio de la historia de la humanidad hasta los días de hoy, muchos misterios nacieron y florecieron. Son llamados "misterios" porque la consciencia humana los ignora. Pero ya no será un misterio aquello que es parte viva de la historia de cada ser. 

Los misterios de la vida humana son aquellos hechos que guardan en sí el verdadero potencial de la humanidad y también la realidad de que su existencia no comenzó en la Tierra, sino en lo profundo del Pensamiento Divino, antes que todo fuese creado.

Aquello que consideran un "misterio" debe ser revelado, porque este es el ciclo de la Verdad, y la Verdad primera es que cada ser se conozca a sí mismo, comprenda su historia, sus raíces, sus errores y dificultades, y también que reconozca sus virtudes y los Dones que recibió de Dios a lo largo de su evolución. 

Para saber la Verdad, entonces, debes buscarla, llamar a la puerta del misterio interior y, humildemente, dejar que él se revele. 

Pídele a Dios la Gracia para estar en paz delante de tus miserias más profundas, cuyas raíces transcienden la vida en la Tierra. Y también la Gracia de la humildad, para reconocer que este proyecto humano es único y que tú eres parte de un Tesoro Divino a punto de manifestarse.

El oro de tu espíritu puede tornarse un precioso presente celestial que, iluminado por la Luz de Dios, hace brillar la esperanza en los abismos. Pero también puedes dejar que ese oro se transforme en polvo, que la ignorancia y la indiferencia hagan de ti un eterno y permanente misterio para ti mismo; y, aunque todo sea revelado, tus ojos nada verán. 

Deja, hijo, que tu corazón se abra a los nuevos ciclos; que tus conceptos de vida, conocimiento, existencia y espiritualidad se renueven. Porque estás ante un ciclo en el cual la Verdad emergerá y, si bien está guardada en tu interior, tu jamás estuviste absolutamente unido a ella. 

Todo será nuevo. Todo se renovará y se mostrará al mundo como algo único, sin embargo obvio desde el principio, porque no hay ser sobre la Tierra que no sienta en lo íntimo que su ignorancia oculta una realidad superior.

Esa realidad emergerá. Esa Verdad se mostrará. Los misterios dejarán de ser misterios, y tu finalmente te conocerás a ti mismo y te reconocerás en Dios.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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