Miércoles, 18 de enero de 2012

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

El amor vence las barreras del dolor. El dolor del mundo puede ser liberado por la fuerza imperiosa de cada oración. En cada oración hay una misión interior que cada alma asumirá delante de Dios.

Queridos hijos, sírvanse de Mi Inmaculado Corazón y así cada uno de sus corazones estará siendo formado en la escuela de la oración. Recuerden queridos Míos la importancia de que todos ustedes, como almas y como familias, oren unidos y juntos; de esa manera, el Señor les proveerá los Dones del Espíritu Santo que en estos tiempos son necesarios en la humanidad.

Cada momento que sus almas estén frente a la oración y a Mi Inmaculado Corazón, les dará la fuerza, queridos hijos, que cada uno de sus corazones necesitará en este último ciclo. Abran sus ojos, pequeños Míos, y vean la Buena Nueva que la Señora Vestida de Sol está comunicando a sus corazones.

Queridos hijos, mientras el tiempo transcurre de manera veloz, la fuerza interior de la oración deberá ser un pilar en donde Dios pueda apoyarse y derramar Sus Gracias, porque para que las Gracias sean victoriosas, en cada alma debe existir un apoyo orante de parte de cada una de ellas para este mundo. Así cada alma que debe ser impregnada por las Gracias, podrá reconocer lo que Dios le dictará a su corazón.

Queridos hijos, vigilen con mucho amor el camino que cada uno está recorriendo. El mal que está sofocando la vida de muchos corazones y que los lleva hacia la perdición, aún no ha terminado. Por eso, Yo les pido que oremos para que Mis Planes de Paz puedan darse en las almas y sobre el mundo. Todos sus corazones, pequeños niños, están siendo preparados para el próximo mundo que vendrá después de este.

Para que la verdadera alegría pueda curar los corazones, hoy los invito a orar con alegría y también por la falta de alegría de las almas tristes.

Que el Señor Dios omnipotente, venerable y amado, sea en cada uno de sus corazones.

La paz sea en la vida de todos Mis hijos.

Gracias por responder a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad