Martes, 18 de diciembre de 2012

Mensajes semanales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

El nuevo ciclo tan esperado para el mundo se aproxima durante el transcurso de estos próximos días. Por eso hoy, urgentemente, los llamo a fortalecer vuestra oración junto a sus seres más queridos y dentro de los hogares, para que el Espíritu Divino pueda así estar presente entre vuestros corazones.

Hijos Míos, cuidado con los anuncios que no vienen de Dios y que, a través de las comunicaciones, confunden el porvenir de las almas. Por eso, si ahora vuestra oración es más amorosa, devota y fuerte en vuestros hogares podrán estar distantes de las realidades que en estos momentos les llegan a las almas que no oran, que no adoran y que no recuerdan estar en Dios.

Les pido, Mis queridos hijos, oración espiritual y mediadora por cada una de ellas, para que Mi Corazón Materno pueda socorrer a cada corazón de este planeta. Cuando les hablo de un nuevo ciclo, les hablo de un nuevo ciclo de oración para vuestras vidas, que pueda renovarlos como almas y como consciencias que se donan a Dios.

Por este motivo, queridos hijos, vuestras vidas ya no están en tiempos normales, ellas están en tiempos de definición para los próximos pasos de la humanidad. El fervor y el amor de vuestra oración ayudará a equilibrar el número inmenso de ideas contrarias que el enemigo aprovechará difundir entre Mis hijos, mediante el miedo, el pánico y la desesperación de las emociones y de los pensamientos.

Vuestro foco de trabajo deberá ser la oración del Santo Rosario, porque así la humanidad podrá ser ayudada por la gran presencia angelical. Durante estos próximos días el Universo, como parte del Todo Omnipotente, estará ingresando en una nueva escuela de aprendizajes y de purificación. Por eso será importante tener como vigilia la oración constante del corazón, porque ese ejercicio les permitirá estar más despiertos y menos distraídos con los eventos que generará la propia humanidad.

Dios tiene Sus Mensajeros para poder advertir a la humanidad, por eso hace ya 31 años Mi Corazón proclama y anuncia en Medjugorje la importancia de la oración reparadora y del ayuno preparador para los tiempos que llegarán.

Como Madre Auxiliadora de todos los corazones, quiero evitar que Mis hijos sufran interfencias de los falsos testimonios que solo generarán la separación de los corazones con el verdadero y único rebaño de Mi Hijo.

Como ya lo anuncié en Fátima, este tiempo llegaría para ordenar y preparar la consciencia de toda la humanidad. Por eso, Yo le pedí a Lucía en Fátima, que ella difundiera la consagración de todas las almas a Mi Inmaculado Corazón. Como la Señora Vestida de Sol, vengo nuevamente a América y a Medjugorje para despertar del sueño a todos Mis pequeños hijos de la Tierra.

Queridos hijos, ahora les corresponde a todas las almas y a todos los grupos de oración unirse como uno solo, como una única familia espiritual, como así lo fueron los pueblos del desierto, cuando los estuvo guiando Moisés.

Ahora, queridos hijos, el tiempo que se aproxima no solo se desarrollará dentro de este mundo, también el nuevo tiempo tocará todo el universo, para que todo sea renovado antes de la venida de Cristo. En cada hijo Mío se encuentra el porvenir y la esperanza; por eso, si todos ustedes se unen al Único Propósito Universal del Creador, podrán ser partícipes de la llegada de los cambios, de la llegada de la Buena Nueva.

Que no los invada el miedo o las dudas; es hora, queridos hijos, que vuestros corazones vivan Mi mensaje, despierten la fe y la valentía a través de los poderes de la oración. Los quiero formar como nuevos pastores orantes, que puedan guiar a nuevos hijos que en este tiempo deben aprender a beber de la Fuente inagotable que la oración provee.

Hijos Míos, como Madre Universal y como Reina de la Paz estoy observando al mundo y a todas las almas de la humanidad, porque a veces Yo puedo llegar a ustedes, pero otras veces Yo encuentro las puertas internas cerradas. Están a tiempo de abrir nuevos caminos mediante la oración.

Que la pacificación colme vuestros corazones y los llene de la Luz del Espíritu Santo.

Los acompaño en este ciclo.

¡Les agradezco a Mis hijos de Buenos Aires por haberme recibido y por escuchar Mi llamado!

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad