Viernes, 23 de diciembre de 2016

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE WEED, CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos, en los próximos días contemplen el Sagrado Corazón de Jesús en cada uno de ustedes y comulguen con Él, en reparación de todo el pesar que Él vive durante las festividades de Navidad, las que deberían celebrarse en memoria de Su Santo Nacimiento y que sin embargo se volvieron motivo de perdición y de ilusión para muchas almas.

Mientras más pasa el tiempo, más importantes y definitorios se vuelven los ciclos planetarios, sin embargo las almas se apartan cada vez más del Propósito Divino.

En estos sagrados días, los Mensajeros Divinos están en Estados Unidos porque esta nación representa a la cuna de la ilusión en la consciencia planetaria. Estamos aquí, no solo por los norteamericanos, sino también por todo el planeta. Vinimos a arrancar de raíz el mal que hace que las almas se pierdan, para que por lo menos unos pocos generen méritos para equilibrar la gran perdición que vive el mundo.

Hijos, estos días no serán de alegría y de fiestas para muchas almas que están padeciendo y cuyo sufrimiento no se interrumpe en los días sagrados, porque la humanidad se olvida de ofrecer una oración por los que nada tienen,  por los que sufren en las guerras, por los que no pueden proclamar la propia fe y por los que no recuerdan que el Sagrado Corazón de Jesús está sobre el mundo, esperando que las almas le abran las puertas para que pueda renacer y renovar el corazón humano.

En omnipresencia, estaremos en todas las Comunidades-Luz y en todos los hogares que nos abran sus puertas con sinceridad. No obstante, esta vez les pediremos que más allá de cualquier conmemoración, ofrezcan una reparación por las ilusiones y distracciones del mundo y que clamen por los que sufren sin tregua y no tienen siquiera la posibilidad de recordar al Cristo Vivo, porque no lo conocen y porque la oscuridad en la que viven es tanta que no pueden reconocer a la Luz y caminar hacia Ella.

Sé que cada día que pasa, el caos aumenta y los orantes están cada vez más oprimidos, porque intentan establecer la Paz. Sé que muchos creen que sus oraciones y súplicas no producen nada en la consciencia planetaria, sin embargo les digo, hijos, con la potestad que Dios Me concedió, que toda búsqueda de resultados es solo influencia del mal en el corazón humano, porque el mal se alimenta de apariencias y de ilusiones. Esta es la Era de la Fe y el mayor milagro que verán será la manifestación del Plan de Dios, que surgirá del triunfo del Amor nacido de las cenizas del viejo hombre.

En este momento, déjense solo quemar por el fuego de la purificación planetaria, sin perder la fe y la confianza en Dios. Encuentren su sustento en el espíritu y en el acto de servir y de auxiliar al prójimo: a los que están a su lado y a los que no conocen pero que se valen de sus oraciones para aliviar su espíritu.

Es momento de reparar el Corazón de Dios que pulsa en toda esencia viva. Por eso, oren y ofrezcan sus vidas como forma de equilibrar los padecimientos de este mundo.

Los amo y los invito a renovar el nacimiento de Cristo y Su sublime humildad en el Pesebre de Belén.

Recuerden este día de suprema Gracia y clamen para que la Pureza y la Misericordia que allí se expresaron, puedan impregnar cada corazón humano y todos los Reinos de la Naturaleza. 

Su Padre y Amigo, que los llama a renacer,

San José Castísimo