Domingo, 10 de abril de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE PEDRA BRANCA, SC, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos:

El despertar del alma comienza cuando el corazón se abre para descubrir la verdad sobre sí mismo.

Cuando se les presente un camino hacia la redención, no teman ni tengan recelo, pero sepan que jamás serán los mismos desde el momento en que digan sí a la propuesta que Dios tiene para sus vidas.

En la vastedad del universo, el Creador se multiplicó en Sus criaturas, aquellas esencias que le dan una oportunidad de desarrollar el Amor y la Unidad de Su Sagrado Corazón.

Desde la creación de sus esencias en el cosmos, ustedes recibieron de Dios un propósito para manifestar, un atributo espiritual y divino, que proporciona para toda la Creación la posibilidad de seguir evolucionando.

Desde que fueron creados, ya vivieron muchas experiencias en el universo y, de muchas formas, intentaron expresar el Pensamiento Divino para cada uno de ustedes.

El mundo en el cual viven es una gran escuela de amor, pero también una oportunidad de definición para sus espíritus.

Aunque no comprendan lo que les digo en este momento, dejen que Mis palabras les abran los ojos y que los despierten a una verdad que está latente dentro de cada uno.

Yo les digo que este planeta es una escuela de definición porque a partir de sus experiencias en este mundo es que determinarán el curso de su evolución. Aquí hijos, tienen la mayor oportunidad de amar de todo el cosmos, pero también tienen todos los abismos en los cuales hundir el propio espíritu; porque así como es la intensidad de la Luz, también es la intensidad de la oscuridad. Y, de una forma muy misteriosa para la mente humana, aquí se diseña un grandioso Proyecto Divino.

Hoy, hijos, vengo para congregar nuevos espíritus en el propósito de vivir la paz y el amor, porque los tiempos de experimentar ya están acabando y, poco a poco, las leyes del caos se apropian de la vida interna y externa de los seres de este mundo.

Sé que para muchos el despertar es brusco y, tal vez, el salto que les pedimos sea grande, pero aquel que pudiera ver con el corazón los acontecimientos del mundo sabrá que les pedimos muy poco y que multiplicamos las respuestas sinceras y las oraciones verdaderas para interceder por este planeta.

Es por eso, hijos, que los llamamos a dar un paso y a descubrir el vasto universo que los espera. Nosotros los llamamos a dar un sentido a la propia existencia y a descubrir que, transformando sus espíritus, pueden cambiar el destino de la Tierra, porque lo que más necesitan en estos tiempos no son soluciones materiales, sino la Misericordia de Dios y la unidad con el Padre, porque sin alimento del espíritu este mundo perecerá.

Les dejo Mi impulso de paz y de amor y los invito a seguir adelante.

Su padre y amigo,

San José Castísimo