Sábado, 31 de agosto de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE MARÍA, REINA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL NÚCLEO DE SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS

Queridos hijos Míos:

Con la bendición del Cielo y el gozo del Espíritu Santo, Yo desciendo desde el Cielo hasta este espacio sagrado de oración y de adoración al Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo Jesús.

Por esta respuesta al llamado de adoración perpetua, Yo les agradezco; el Señor se alegra por el esfuerzo inmediato de los pequeños seres y de los corazones de la Tierra.

Pero ahora es el momento de que este ejercicio de silencio y de oración se expanda hacia las vidas que aún no lo practican como algo sagrado.

El Señor del Cielo espera que, al menos la mayor parte de este grupo que corresponde a la región de esta gran ciudad de San Pablo, realice una vez por semana el ejercicio de adoración; ejercicio que tendrá como finalidad espiritual y divina que la ciudad de San Pablo se consagre al Inmaculado Corazón de María.

El Señor del Cielo, también espera que la ciudad de San Pablo venere y considere la adoración a Jesucristo como un acto de reparación por las ofensas que Él recibe diariamente de las ciudades del mundo entero; y así pueda la ciudad de San Pablo recibir la Gracia de la piedad y de la Misericordia para que al menos una pequeña parte de esta ciudad sea un punto de luz en la oscuridad.

Si los corazones se disponen a responder por un tiempo a Mi llamado, los planes para el Brasil entero cambiarán y las almas recibirán un tiempo más de paz.

Cuando Yo les pedí construir este espacio de oración y de adoración era, y es hoy, por la gran necesidad espiritual de luz y de conversión que existe en las almas que no ven, ni por un momento, al Dios del Amor y de la Misericordia.

Yo soy vuestra Madre Mediadora, soy el Sol del Universo que les trae la luz que necesitan para poder cambiar el rumbo de vuestras vidas. La adoración a Mi Hijo les ayudará a concentrar vuestras vidas en el Corazón de Jesús y reconocerán que, en este tiempo crítico, será necesario actuar y ser a través de Jesús.

Queridos hijos, hoy el Cielo les agradece por vuestra atención y amor, ya que la sagrada imagen de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad será el espejo orante de paz que se reflejará sobre todos los que pasen por este lugar; y la casa de la adoración al Santísimo, será vuestro templo de recogimiento para encontrarse con Jesucristo.

Les agradezco por atender a Mis pedidos espirituales del fin de los tiempos.

Bendigo a los enfermos, a los solitarios, a los buscadores de Dios y a los devotos.

Vuestra Madre María, Reina de la Paz