Domingo, 9 de diciembre de 2012

Mensajes semanales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A HERMANA LUCÍA

Queridos hijos,

Contemplen hoy, en sus corazones, la preparación interior para el nacimiento de Mi Hijo Jesús. El niño Jesús, pleno del Espíritu Santo, está finalizando Su gestación gloriosa en el corazón de cada uno de ustedes.

Mis pequeños, este nacimiento de Jesús no puede ser solo un símbolo para vuestros corazones, debe volverse algo vivo y verdadero, que nace año a año en todas las criaturas de la Tierra. Este milagro del nacimiento de Jesús, que Dios concedió a Mi Corazón Virginal cuando Mis pies posaron sobre Nazaret, hoy lo concede a cada uno de Mis hijos, para que el Cristo nazca y crezca dentro de todos ustedes. Así es, pues el milagro de la Cristificación debe repetirse en toda la humanidad.

A Mis queridos y valientes hijos los invito a vivir este misterio de la Cristificación a través de la Fe absoluta en el Creador y en Sus Mensajeros. El pequeño Jesús creció bajo la instrucción del Espíritu Santo, la misma que está disponible para todos en el día de hoy; y bajo la guía exterior e interior de Mi Corazón de Madre, que preparaba a Aquel que vendría a convertirse en Mi Maestro y Señor, cuando nuestros Corazones volvieran a encontrarse en el Infinito. Y de la misma forma como preparé al pequeño Jesús para vivir Su trayectoria en la Tierra, con consecuencias más allá de la Tierra, hoy Me dispongo como Madre de todos a prepararlos para la Cruz que cargarán en el final de este tiempo.

Queridos, la gran y verdadera Cruz que alivió el dolor del Mundo fue cargada por el Corazón de Mi Hijo Jesús, que hasta hoy ofrece Su Corazón, aún flagelado, para aliviar el dolor del Mundo. Y lo que Dios propone para Sus criaturas, es que estén unidas y que entre todas, a través de la oración y del sacrificio, carguen la última cruz de este Mundo.

Dios espera, Mis pequeños, que puedan todos juntos subir por el camino del Calvario, este que el Corazón de Cristo hizo en profunda soledad. Mis ojos de Madre Misericordiosa y Mi Corazón de Eterna Bondad los acompañará a todos. Y les digo que unidos, distribuyendo en fraternidad el peso que carga el Mundo, nadie sufrirá más allá de lo que puede ofrecer.

Mi Corazón Inmaculado aspira, con fervor, auxiliar a Mis pequeños en este tiempo, pero para eso es necesario que me permitan hacerlo; que digan “sí” para el nacimiento próximo de Jesús en sus corazones; este Cristo que crecerá en el nuevo ciclo que vendrá y que aprenderá a Amar a Dios sobre todas las cosas, dentro de sus corazones. Este Cristo predicará con Fe las Bienaventuranzas del Señor; no sentirá temor ni tampoco el sufrimiento; fortalecerá el corazón por medio del sacrificio, pues sabrá y no tendrá dudas de los tiempos de Paz que lo esperan; y luchará hasta su último día en esta Tierra, para que su corazón y el de sus hermanos crucen juntos este umbral para el Nuevo Tiempo.

Esto es lo que vivirá el Cristo en el interior de cada uno. Esto es lo que vengo a gestar día a día en vuestros corazones y que trataré de educar mientras crezca y que Me acompañará cuando esté maduro.

Les agradezco por escuchar Mi invitación de Paz y de Renovación, para que el Cristo interior nazca en cada uno en esta Navidad que se aproxima.

Les dejo Mi Paz.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad