Viernes, 25 de enero de 2019

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y SEÑORA DE COROMOTO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Hoy Mi humilde Hijo Jesús cedió Su lugar en Mis Brazos para que Yo pudiera tener en ellos a las almas más sufridas de Venezuela.

En Mi Corazón les traigo a todos el espíritu de la templanza y de la fe, atributos que en estos tiempos difíciles los ayudarán a adquirir el estado de consciencia necesario que, día y noche, los dispondrá a vivir grandes tareas.

Hijos Míos, hoy también puedo sentir la alianza de amor de parte de todos los que se dispusieron y se esforzaron en responder a Mi llamado por la paz para Mi querida Venezuela.

Como una lluvia, Mi Gracia desciende sobre el pueblo de Venezuela, el que necesita con urgencia reencontrarse con Dios para poder salir del caos, del conflicto y de la guerra social.

La Señora de Coromoto coloca debajo de Su Manto a todos los que necesitan de amparo y de protección ante las fuerzas del caos, las que nuevamente están perdiendo espacio y acción debido a la unión interior entre los corazones orantes de diversas naciones del mundo.

Yo los invito, hijos Míos, a redoblar los esfuerzos, aún hay tiempo para poder evitar sufrimientos y caos en las naciones de Sudamérica.

Que su oración sea esa columna de luz que los une a Dios.

Que su oración sea la forma de hablar amorosamente con Dios, para que el Padre Celestial les responda de inmediato.

Al final todo pasará y las almas solo deberán permanecer con el recuerdo del amor en sus corazones, deberán tener en su memoria los momentos de alegría que vivieron durante los tiempos de gran opresión.

Su Madre y Señora de Coromoto extiende Su Manto desde la Sagrada Gran Sabana, guardando debajo de él los sagrados tepuyes hasta el Mar Caribe.

Todo, absolutamente todo, será transfigurado y si esa unión y fuerza interna de los orantes siguiera siendo ofrecida por Venezuela, muchas más situaciones injustas se evitarán y familias enteras de ese pueblo, que quedaron espiritualmente destruidas, recuperarán el sentido y la alegría de haber venido a la Tierra.

Apliquen, hijos Míos, el don del perdón para que el sentimiento de ira sea transmutado. Que el perdón, más allá de los acontecimientos, los lleve al Amor de Dios, porque en el Amor de Dios alcanzarán la paz tan esperada por todos.

Hijos Míos, estoy con ustedes en cada etapa y en todo momento. Manténganse unidos a Mi Corazón.

Los amo y les doy Mi Consuelo maternal.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora de Coromoto