Queridos hijos:
Aunque Su Madre Celeste ya no esté presencialmente entre ustedes, cuento con su colaboración y apoyo incondicional.
Este ya es el fin del tiempo, es el momento en el que la preparación saldrá a la luz en sus consciencias, y se darán cuenta en qué punto de la preparación se encuentran, para poder enfrentar el caos de la humanidad.
Por eso, desde el principio de Nuestros Mensajes les pedíamos que volvieran a estudiar y a interiorizar Nuestras Palabras, porque las necesitarían para saber atravesar, con inteligencia y no con miedo, el fin de este tiempo.
Cuando hablamos de un fin no significa que todo terminará, sino que cada uno de ustedes y de sus hermanos tendrá la gran oportunidad de vivir un examen de consciencia que los hará ver la realidad personal y la realidad mundial. Sabrán, verdaderamente, cómo dejaron el planeta en su aspecto espiritual, mental y físico.
Por eso, hijos Míos, tomar conocimiento de esa realidad requiere de preparación interior y de entrenamiento, del uso adecuado de las herramientas y de los ejercicios espirituales que al cabo de los últimos años les hemos enseñado.
Eso los dejará a la altura de los próximos acontecimientos y estarán liberándose de la condenadora ignorancia que enceguece, día a día, a las almas y las hipnotiza en la indiferencia.
Queridos hijos, que su preparación ya comience a emerger de sus consciencias.
Ahora llegó el momento de reconocer la misión de cada uno de ustedes. Llegó el momento de cumplirla y de no retroceder, porque no habrá otro momento para largas esperas.
El ciclo es ahora y no se repetirá jamás.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz