Jueves, 3 de mayo de 2018

Mensajes mensuales
MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO PARA LA 58.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Primer Mensaje

Que Mis Palabras rebroten en los corazones de los simples y de los que se han decidido a seguirme de forma incondicional.

Me alegra saber que algunos comprendieron lo que Yo digo al respecto de Mi Obra y que han permitido cumplir Mi Propósito en este lugar, en este Centro Mariano en el Reino de Aurora.

Porque, a pesar de que la indiferencia aún está en la mente de muchos hombres, hay corazones que consiguen seguir Mi Camino; y es a través de esos corazones que Yo cumplo Mis designios para poder sostener a este planeta y a esta humanidad.

Aún una gran misión nos espera en Europa en los meses de junio y julio, algo que delicadamente el Padre está pensando poder realizar por medio de los esfuerzos de los que se disponen a servirme; y esto incluye a todos, sin excepciones.

Cada uno debe cumplir con su parte en este momento del Plan; todas las piezas deben estar colocadas en sus correctos lugares para que el Proyecto pueda funcionar y seguir adelante. Nadie puede excluirse en este momento de lo que ha venido a cumplir en esta vida, nadie.

Cada uno de ustedes tiene una llave con la cual abrirá una puerta para que una nueva oportunidad se pueda dar; y eso va más allá de su personalidad, hasta de su propio espíritu.

Es necesario que las almas comprendan que la Obra es un motor en dinamismo; es un fluir constante de Leyes y de Principios que, de ciclo en ciclo, descienden a la Tierra para poder salvar a la humanidad.

No necesito que cumplan Mis designios de forma perfecta, pero sí de forma verdadera; eso traerá transparencia a sus vidas y a sus caminos; eso los hará verdaderos los unos con los otros, y también los hará verdaderos ante Mí.

Yo solo necesito que Me sirvan de verdad, para que los proyectos que Me ha entregado el Padre se puedan cumplir por medio de las almas que Me sirven, de tiempo en tiempo.

Hoy vengo por un Uruguay que ha decidido cerrarle las puertas a Dios, de muchas formas.

¿Y por qué digo esto? Porque lo verán en sus ejemplos, en sus acciones y decisiones.

En verdad ya lo pueden ver en todo lo que se ha decidido hacer en este tiempo y que está fuera del equilibrio del Plan y de la Justicia.

El Padre, el Universo y las Jerarquías no desean la condenación del país, sino la salvación.

El despertar de muy pocos permitirá la salvación de muchos, pero no como todos lo esperan.

Es importante hacerse responsable de las decisiones tomadas, de las cuales la mayoría de las almas no tiene consciencia de lo que se ha decidido. Eso provoca deudas grandes para los que han tomado las decisiones, a nivel espiritual y material.

Pero con la última parte de la Misericordia que vengo a derramar, vengo a salvar a los últimos, a los que en verdad se quieran arrepentir y vivir el camino del Amor y de la Justicia.

Las naciones están comprometiendo el despertar y la evolución de las almas; y eso es algo que quedará más evidente en el fin de los tiempos.

Por eso, el arte de la oración permite bloquear esos proyectos que no son de Dios sino de los hombres.

Estamos entrando en el ciclo de los últimos impulsos que recibirá el Uruguay para que, al menos, la minoría haga algo por su tierra, así como en las demás naciones del mundo que serán llamadas a declarar ante el Padre en el fin de los tiempos.

Quisiera hablarles de las maravillas que tiene el Reino del Padre, el Reino que está en los Cielos, y cuánto las almas podrían vivir dentro de él si se ofrecieran verdaderamente a Dios; pero primero debo hablarles del mundo y de su humanidad, porque hay una parte que a ella le corresponde resolver por sí misma; y esto comenzará con la sinceridad del corazón y de la vida.

Me apremia saber que hay compañeros dentro de Mi Obra que aún no comprenden lo que está sucediendo en este momento, porque no se animan a ver la verdad, la necesidad que emerge en estos tiempos para ser atendida, dejando atrás la vida personal de cada ser para atender a la humanidad y, sobre todo, al planeta que es su casa.

Deben comprender, compañeros, que en este tiempo deberá existir un lugar en el mundo en donde puedan poner sus pies, y que sea un lugar seguro, sin conflictos ni perturbaciones; sin guerras y sin tribulaciones; un lugar en donde reine un poco de paz y de esperanza.

Si Mis servidores colocan su atención en lo que es externo y no interno, ¿cómo percibirán la realidad de estos tiempos?

Ante sus ojos se muestra el mundo sufrido, es hora de socorrerlo; es hora de tomar consciencia que un propósito se debe cumplir y que no ha terminado, que no es pasajero ni tampoco estático.

El despertar de la humanidad continúa; la redención de la humanidad continúa, y es necesario percibir esa realidad sin entrar en la indiferencia ni en la omisión.

Porque más esfuerzo vivirán los que se han apartado de Mi Camino que los que ya están Conmigo, dentro de Mi Camino.

Todo lo que Yo les he dado nunca se desperdiciará. Todo lo que Yo les he dado un día deberá ser testimoniado por ustedes ante el Universo.

Por eso, los que están confundidos, o creen estar confundidos, que recapaciten.

Yo no vengo a hablarles de algo práctico o material, sino de algo profundamente interno, que comienza y termina en ustedes, y que afecta al espíritu por sus decisiones y acciones, por sus sentimientos y también por sus pensamientos.

No pueden opacar su esencia original, su pureza. Ella debe estar inmaculada y a la vista de la Luz de Dios, para que se mantengan en contacto y en comunión con el Divino Espíritu.

Busquen dentro de sí la respuesta y se darán cuenta que lo que les digo es verdad.

Que busquen la respuesta dentro de sí los que no han comprendido el Plan en este tiempo, para que tengan la oportunidad de ser reconducidos hacia el camino de la Hermandad.

Hoy vengo a mostrarles a los Míos, por primera vez, un sentimiento de amargura por los que Me decepcionan, por los que no se unen a Mí después de todo lo recibido, después de todo lo vivido y compartido.

Ofrezcan esta Maratón para que el Plan se pueda cumplir como está escrito y no se altere por las decisiones de Mis compañeros o de los que ya no están en Mi Camino y aún tienen su compromiso firmado en lo Alto; un compromiso imborrable e imposible de alterar.

Cada uno tendrá su oportunidad de vivir el momento de su definición, y eso será entre el alma y Dios. Las herramientas y los medios fueron dados para que se preparen para ese momento.

Quien está con algún obstáculo para poder estar a Mi lado es porque no ha hecho las cosas bien, y no ha estado atento y vigilante a los acontecimientos que cada día más se avecinan y que traen el cambio de la consciencia de la humanidad.

Les prometí decirles siempre la verdad y Mi Verdad hoy les traigo; la Verdad que veo del mundo y de la humanidad; la Verdad de los que veo, de los que están a Mi lado y titubean.

Es hora de colocarse frente al Trono del Padre y preguntarse: ¿Qué estoy haciendo?

No para culparse ni amedrentarse, sino para ver la realidad con neutralidad y mejorarla con ánimo renovador y alegría.

No necesito de ustedes penas ni incertidumbres, preocupaciones ni aflicciones; ya recibo bastante del mundo todos los días y espero que más, más corazones Me alivien, sin traerle más preocupaciones ni aflicciones a Mi Corazón.

Revivan Mi Pasión como el símbolo de Mi Amor por ustedes, a través de los tiempos y de las generaciones. De allí saquen las fuerzas internas para poder seguir adelante, así como Yo lo hice en el peor momento de Mi Vida, en la mayor soledad, en el gran momento de Mi entrega por la humanidad.

Sean valientes y no se desanimen. Enfrenten su transformación como parte de Mi Victoria Celestial y no den más trabajo a sus hermanos con sus insignificantes complicaciones de vida. Asuman la responsabilidad de lo que no están haciendo y crecerán verdaderamente, sin espejismos.

Ustedes saben a quién Yo le estoy hablando. Que cada uno asuma su parte, con madurez y sin comentarios.

Porque los que deberían estar aquí sustentando el Plan Conmigo, están distraídos, en sí mismos, como lo está la humanidad.

El planeta, como consciencia, está agonizando y necesita de almas en eterno servicio a Dios. Muchas más almas en eterno servicio a Dios, mucho más que los sufrimientos que genera la humanidad, día a día. Eso equilibrará los tiempos y los acontecimientos, y no será necesario vivir tanto el dolor ni la angustia que viven millones de almas en el mundo por su ceguera espiritual.

Abran aún más el corazón para que Mis Palabras trabajen profundamente y no se queden en lo superficial.

En este tiempo estoy trayendo todos los Rayos de Mi Consciencia para que los conozcan y los identifiquen. Eso removerá lo que está obstruido en la consciencia, sanará las heridas y elevará a las almas al Propósito de Dios.

Les agradezco por acompañarme de verdad y sin tibieza en el corazón.

Los bendigo y los animo a la lealtad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.