Sábado, 25 de octubre de 2014

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora nos pide ir en procesión hasta el Portal de la Paz, con nuestras velas encendidas, porque allá nos mostrará algo.

Seguimos en oración.

 

Oración:  Ave María (en latín).

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Queridos hijos, les pido que estén en sintonía para la revelación del próximo secreto. Manténganse internamente en oración.

Queridos hijos, soy la Mensajera de la Verdad. Recemos para que el mundo se salve. 

Les agradezco por responder a Mi llamado.

Hoy, en Mi Corazón, elevo a todos los corazones que se consagran en este lugar como Mis discípulos de la oración.

Hoy, recibo en el altar todas sus flores como un símbolo de reparación, de restauración y de cura para las esencias que están caídas. 

Agradezcan a Dios por su despertar, por su consciencia y participación en esta tarea que realiza la Mensajera de Dios.

Recen, no se olviden de rezar.

Yo vengo a anunciar, en este tiempo, lo que la humanidad debe conocer. Vengo a evitar muchas cosas en los tiempos cercanos.

Sigan en paz y en oración.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hermanos, hoy estuvimos ante una Aparición muy especial, porque Nuestra Señora se manifestó como la Señora del Verbo Divino y, desde el primer momento de Su llegada, Ella nos orientó a ir hacia el Portal de la Paz, lugar que consideraba más seguro para que, a través de ese portal, revelara el secreto, y Nuestra Señora nos pidió que explicáramos lo que nos dijo como esencia del secreto.

Cuando Ella revela un secreto a la humanidad, que en verdad muchos no saben de qué se trata y cuando Nuestra Señora dice que revelará un secreto y nosotros tomamos consciencia de que hay algo allí guardado, un misterio que nos revela Nuestra Señora, Ella lo llama así como una advertencia para nosotros. Es una forma de que nuestra consciencia esté atenta a Nuestra Señora, que está anunciando algo diferente para este ciclo del planeta.

Hoy, Ella nos dijo que ha revelado muchos secretos a lo largo de Sus Apariciones en el mundo; y cuando Ella anuncia un secreto en un momento especial y determinado, intenta despertar a nuestros seres a algo mayor.

Hoy, Ella intentó elevar nuestras consciencias hacia otros planos más sutiles; intentaba hacernos conscientes de cosas desconocidas para nosotros; por ejemplo, lo que Ella llama Leyes de Dios, que la humanidad, según Nuestra Señora, desconoce completamente; y la falta de conocimiento de esas Leyes y de poder vivirlas, dice Nuestra Señora, desarrolla acontecimientos en el mundo.

Hoy, Ella vino acompañada de Jerarquías Celestiales y a Su lado dos Arcángeles, todo el tiempo, y otros seres de Luz que la acompañaban en este secreto. María nos hacía conscientes de la esencia del secreto para que nosotros pudiéramos colaborar y revertir esa situación que está prevista.

Durante la revelación del secreto, María hacía vibrar y despertar nuestras células dormidas con la energía que estaba descendiendo en ese momento en el que se revelaba el secreto. Era una energía fuerte y superior, que Nuestra Señora canalizaba hacia nosotros y hacia la humanidad.

Ella dijo que cuando revela un secreto no es para traernos temor. Ella necesita que nosotros tomemos, con seriedad, consciencia de las cosas que acontecen en el mundo. Por eso, Ella cuenta con cada una de nuestras oraciones para que, día a día, vayamos revirtiendo esos secretos y las Gracias se puedan derramar sobre la humanidad.

Hoy, Ella dijo, por primera vez, que María tiene como tarea advertir a la humanidad, que siempre lo ha hecho en otros tiempos y lo seguirá haciendo hasta la Llegada de Cristo.

Ella dijo que estamos a tiempo de cambiar muchas cosas dentro de nosotros y que aprovechemos cada segundo de nuestra vida. Hoy, nos pidió que no dejemos pasar las cosas por alto, que nos transformemos, que aceptemos el momento de nuestra purificación, que confiemos plenamente que todo está en las Manos de Dios; porque Ella dice que en el cercano futuro nosotros seremos instrumentos para otras consciencias, que Ella llama “consciencias caídas”, de los que están dormidos, de los que no quieren cambiar, ni siquiera escuchar el llamado de María.

La oración, dijo hoy Nuestra Señora, es una preparación para el fin de los tiempos, es un instrumento que nos protegerá y nos amparará.

En un momento de la revelación del secreto, Ella se detuvo, dejó de explicar muchas cosas y, con respecto a la oración, dio una llave importante para los Hijos de María. Ella dijo que consagra tantos hijos, en este momento, porque los Hijos de María deben ser escudos, escudos impenetrables que se fortalezcan a través de la oración y que presten ese servicio por aquellos que no oran. De esa forma, Nuestra Señora cuenta con cada Hijo de María, consagrado o aún no consagrado, para que preste ese servicio de oración que es tan importante en el fin de este tiempo.

Hoy, Nuestra Señora vino muy silenciosa. En ciertos momentos, Ella estaba un poco seria; pero a pesar de lo que estaba tratando y anunciando, nunca dejó de permearnos con Su Luz, nunca dejó de observar a cada uno de nosotros, aquí presentes.

Hoy, le preguntamos: Señora, ¿por qué dices un secreto que nadie puede conocer? Porque las almas, decía Ella, están atentas cuando Yo digo algún secreto; sienten un interés interior de poder colaborar y solucionar lo que sucede en el mundo, que es a través de la oración.

Y, al final, antes de retirarse, nos dijo que reveló ese secreto porque, los que estábamos presentes, estamos preparados para recibir ese secreto de forma desinteresada y simple.

Al final, Ella se elevó. Llevó nuestras flores como un símbolo espiritual. Consagró a los Hijos de María a través de la Señal de la Cruz. Y nos pidió que los Hijos de María, que hoy se consagraron, que forman parte de los grupos de oración de Salto, pasaran juntos frente a la imagen para agradecerle por esa bendición.

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!