Miércoles, 31 de agosto de 2011

Apariciones extraordinarias
DECIMOSÉPTIMA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LAS 20:00 H, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Como fue pedido, el grupo realizó una procesión de velas desde el auditorio de Casa Redención hasta el Árbol de las Apariciones.

Al llegar al lugar, todos se sentaron y comenzaron el trabajo de oración.

Mientras todos oraban, Fray Elías y otro hermano se aproximaron al Árbol, poco después lo hicieron las hermanas de la Red Fraternidad de Oración y más tarde también se aproximaron otros dos hermanos orantes muy fieles a la Obra de la Madre Divina, quienes, junto al grupo que ya estaba, permanecieron un tiempo bajo el Árbol.

Finalmente, se pidió silencio.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

La Madre Divina dice que ahora nos va a bendecir, que nos va a irradiar Su Corazón de Paz.
Nos pide que todos los que puedan se pongan de rodillas para recibir Su bendición.

 

Por el resplandor de Mi Amor Maternal, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Mientras la Madre Divina nos bendice, vamos a repetir una oración que le enseñó al comienzo de la Aparición a este grupo que está cerca del Árbol. Nos pidió que todos la oremos, que es el verdadero Mensaje que le dio el Arcángel Gabriel cuando le anunció el Nacimiento del Mesías.

Vamos comenzar orando los hermanos que estamos aquí y cada uno irá uniéndose a medida que se sienta seguro. Mientras oramos, vamos a dejar que la energía de la Madre llegue a nosotros. Ella va a emanar esa energía desde Su Centro Cardíaco, desde Su Corazón de Paz, hacia todos. Aceptemos esta oferta.


Todos los presentes comenzaron a orar la siguiente oración:

Bendita Tú eres entre todas las criaturas,
porque fuiste concebida por una Gracia Mayor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

La Madre Divina dijo que pronto volverá por más tiempo. Ahora, se está elevando, pero Su Corazón de Paz continúa irradiando. Está muy alegre por la respuesta que le hemos dado.

En lo alto del cielo, Ella nos dice:
 

¡Paz y resucitarán!

¡Confíen en Mi Paz y resucitarán!


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ella se proyectó hacia el infinito como una esfera de Luz. Vamos a apagar las velas y a cantarle la canción “La Patrona”, para despedirla.


Se canta la canción pedida.


Madre María Shimani de Montserrat:

Vamos a hacer un pequeño relato de la Aparición para que todos puedan comprender lo que sucedió.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Cuando llegamos aquí, ya existían condiciones creadas para la Aparición, y Ella dijo, internamente, que estaba abriendo los Cielos para aparecer.

Hoy, vino con un Manto verde y coronada de estrellas, y nos explicó: “El Manto celeste es para establecer la paz y el Manto verde es para curar el corazón”.

La Madre Divina vino desde la luna. Cuando se aproximó, una esfera de Luz dibujó en el cielo un gran símbolo del infinito a mucha velocidad. El infinito se dibujó en sentido horizontal, pero luego, esa misma esfera comenzó a realizar otro infinito en sentido vertical.

Mientras esto sucedía, los cielos comenzaron a abrirse y una energía celeste bañó todo el espacio sobre nosotros. Aparecieron varios coros de ángeles y dos esferas más que comenzaron a hacer el mismo diseño que realizó la primera. Esas tres esferas estaban cerca, una de las otras, se movían juntas en la misma dirección, al mismo tiempo cada una dibujaba, en un punto del espacio, una flor.

Luego, la Madre apareció traspasando las tres flores dibujadas en el cielo, trayendo en Sus Manos el símbolo de la Flor de Lys y nos dijo: “Yo Soy la Señora de Lys, Soy la Flor de Lys”.

Ella descendió hasta la copa del Árbol e hizo desaparecer el símbolo de la Flor de Lys. Con las Manos abiertas, nos bañó con Su Luz. Ella nos sonreía en silencio y Su Rostro se iluminaba cada vez más, hasta quedar totalmente resplandeciente. Su silueta y Su imagen eran muy reales y estaban en constante movimiento.

En otro momento, me indicó que mirara hacia un lugar, al lado del Árbol, donde aparecieron los apóstoles. Nos saludaron, hicieron una reverencia como hacen los orientales y desaparecieron.

Cuando nos llamó (a Fray Elías y al otro hermano del monasterio), no entendimos muy bien el porqué de Su sonrisa. Ella nos explicó que era para que aceptáramos Su Amor en silencio.

Entonces, Ella comenzó a hablar y transmitió la oración que ustedes acaban de conocer.

Más tarde, llamó a las hermanas de la Red de Oración, a las que también les transmitió algunas Palabras.

Luego, llamó a otros dos hermanos orantes, los bendijo y les transmitió algunas Palabras de instrucción para su trabajo.
Todos los que han pasado al frente lo han hecho por indicación de Ella. Los llama por el nombre y por la consciencia; no solo llama a nuestro ser planetario, a nuestra personalidad, sino que también llama a nuestro ser interno, a nuestra alma. Cuando la llama, lo hace por el nombre de esa alma.

Hoy, la Madre Divina llamó a algunas personas que necesitan asumir ciertos compromisos que tienen con Ella. Cuando se acercaron al Árbol y estuvieron delante de la Madre Divina, Ella descendió un poco más para que algunos tocaran Sus Pies.
A algunos les entregó una corona de rosas, a otros les entregó una rosa dorada que Ella, inclinándose, retiraba de Su Manto.

Cuando hizo esto, dijo: “Esta es la Flor de la Inmaculada Concepción”.

Mientras hablaba, decía que estaba alegre por nuestra respuesta, porque nosotros creíamos en lo que Ella nos decía.

En un determinado momento, Ella elevó Sus Brazos, colocó las palmas de las Manos hacia arriba, Su mirada se fijó en los Cielos, en el profundo universo, y realizó una poderosa oración.

En ese momento, comenzaron a abrirse los Cielos de una forma grandiosa.

Transcribimos la oración realizada por la Madre Divina:


¡Oh, Señor de todos los universos!,
 que brotaste de la pureza de la existencia,
que parta de Ti la llama
hacia todas estas criaturas
 que consagran sus seres a Mi Inmaculado Corazón.

Que la Divina Trinidad,
 que surge de la sublime esperanza en todas las almas,
 encienda las esencias
 para que se cumpla el Plan de Amor y de Luz
  que Tú Me has confiado, Bendito Señor.

Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad,
 la Guardiana del Amor,
 la Protectora y Madre de la Paz.

Te suplico, con Mi pura esperanza,
 que des Luz a todos los corazones que están caídos
 y que reconcilies a todos Tus Hijos
 a través de la llama de Mi Amor.

Tú Me has concebido como Señora de los Cielos,
 como el amanecer en la vida de las almas,
 como el fruto de Tu Corazón.

Ahora, Te llamo, Señor,
  junto con Mis hijos,
  para que escuches Mi súplica,
 que Te ruega desde lo profundo de Mi Consciencia.

Soy Tuya,
 y elevada Soy por Tu Gracia y por Tu Amor.

Ángeles y Arcángeles entonan los coros del Amor
 para que Tu Voluntad se cumpla, Señor,
 y el Propósito se siembre en los corazones.

Aguardo, Señor, con sublime esperanza,
 como la Madre María, Reina de la Paz,
 para que Tu Luz descienda
 y el mal se extirpe de todas las consciencias;
 porque la espada que Tú Me has concedido,
 Sagrado Arcángel Gabriel,
 corta las asechanzas y las amarras
 que sofocan a los corazones.

Enciendo Mi Luz ahora y siempre,
por toda la eternidad, por los siglos de los siglos,
 como Tu Guardiana del Amor,
 Tu Mensajera de la Paz,
 la Sierva infinita de la Misericordia.

Yo Soy, Yo Soy, Yo Soy
 la Madre de la Paz.

 Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Comprendimos que esta oración surgía espontáneamente de Ella, llena de amor y de vida. Es una plegaria que hizo por la humanidad, en la que une Sus Apariciones, desde Fátima hasta Medjugorje, como la Reina de la Paz, y también como la Divina Concepción de la Trinidad.

Esa oración relaciona Sus Apariciones con María, la Madre de Nazaret. Mientras hacía esta oración, la Madre proyectó algunas imágenes muy expresivas e instructivas, donde mostraba cómo Ella se conectaba con el Padre cuando oraba y cómo el Padre respondía a Sus oraciones.

En esta oración, oraba no solo por los corazones que están caídos, sino también por aquellos que no creen en lo que está pasando y por aquellos que no escuchan Su Mensaje en este tiempo.

La Madre Divina oró en voz alta, de forma contundente y poderosa. Y se percibió que el Padre le contestó desde el Universo Espiritual, pues comenzó a descender una Luz que parecía abstracta, era una energía muy sutil y superior que venía desde lo Alto y que descendió sobre Ella, impregnándola, colmándola, una Luz que se expandió hacia el mundo entero.

Después de esa oración, Ella transmitió algunas Palabras.


Por la Gracia y la Paz que emanan de Mi Corazón, Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les pido que sean mansos y esperen a las multitudes.

Yo Soy María, la de Nazaret, la Madre Universal, que fue concebida como la Inmaculada Concepción y que fue concebida por la Divina Trinidad.

Digan a todos sus hermanos que de Mi Corazón brota alegría porque confiaron en Mi llamado.

Acojan a todos los que llegarán, comprendiendo o no comprendiendo.

Les traigo Mi Paz desde el centro de Medjugorje. Allí, Mi Llama Trina desciende como aquí. Pero aquí y ahora, es a través de la Luz de la oración y de Mi Aparición constante.

Quiero que se cumpla un único propósito que es rescatar a las almas, a través de la colaboración de todos ustedes.

Quien ve sin ver, quien siente sin saber, y quien hace sin comprender ganará el Reino de los Cielos. Yo le abriré la puerta.

¡Gracias por responder a Mi llamado!

 
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hoy, también nos preguntó que quién se animaría a aceptar Su Amor, que quién se animaría a arriesgarse por Ella.

Los hermanos, que fueron llamados por Ella, recibieron un pedido. Ella les dijo algunas cosas no solo a sus consciencias, sino también a sus seres internos, y les encomendó tareas.

Parte de este movimiento es para comprender que debemos estar preparados para ser llamados en cualquier momento, a estar atentos para escuchar Sus Palabras, que son Palabras de Amor y Palabras de Paz.

Como todos saben, al final de la Aparición, dijo que nos bendeciría. Después de la bendición, comenzó a elevarse y a desmaterializarse. Paulatinamente fue convirtiéndose en una esfera de Luz y se fueron plasmando los portales del Cielo, que Ella llama “Puertas de los Cielos”.

Mientras aparecían esas puertas, la esfera de Luz comenzó a desaparecer con mucha lentitud. Mientras desaparecía, se sentía que Ella proyectaba hacia nosotros Su Corazón de Paz. Ese Corazón, en otros planos, se ve como un corazón humano que late, que está vivo, que emana Luz; y, en ese momento, lo proyectó por medio de dos rayos de Luz blanca.

Esta noche, nos invitó a que cada uno lleve Su Corazón consigo cuando fuera a dormir y que busque sentirla.

Gracias a todos.