Miércoles, 25 de enero de 2023

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¿De qué tienen miedo? ¿No estoy Yo aquí? Soy su Madre, la Madre de este pueblo que anunciará la Venida del Mesías, el Redentor, y el surgimiento de la Nueva Humanidad.

Dios nunca los desamparará, Él siempre les dará fuerza. Por eso, Él Me envía aquí, con todo el júbilo de Su Corazón y de Su Amor, para darles coraje y valentía a Mis hijos de Brasil; para que Mis hijos crean que, a pesar de las tribulaciones, el Reino Celestial se aproxima y eleva a los corazones hacia Dios, especialmente  aquellos que viven Su Palabra y Su Mensaje, especialmente aquellos que escuchan el Sagrado Llamado del Creador a través de la Presencia de Su Hijo; porque Mi Hijo, también hoy Me envía aquí, para poder liberar sus vidas, para poder apaciguar sus corazones, para que nada los amedrente ni los perturbe.

Ustedes Me han consagrado como su Patrona, y hoy Yo los vuelvo a consagrar a Mi Corazón, aunque se consagren todos los días en el camino espiritual, a la vida de servicio por los demás, por los que sufren y, en especial, consagren sus vidas para que ellas se conviertan en un templo para Dios, en donde Sus Tesoros más ocultos estén guardados en aquellos que son valientes apóstoles de Cristo y que sostienen la llama de la fe, el espíritu de la esperanza, a pesar de todo lo que suceda a su alrededor.

Mi hijo una vez les dijo que este tiempo es un tiempo semejante al que vivieron los apóstoles. Están en el mismo momento que cuando su Maestro y Señor fue entregado en el Huerto Getsemaní.

¿Será que Mi Hijo hubiera sido capaz de retroceder?

¿Será que Mi Hijo, en cada latigazo, hubiera pedido al Padre Eterno que eso no sucediera?

¿Será que, con cada gota de Su Sangre derramada hasta lo alto de la Cruz, Él se hubiera arrepentido de lo que vivió por ustedes?  

Y, aun así, Él se sigue entregando al mundo, y Él se entrega a través del Corazón de Su Madre Celestial para que todos Mis hijos sean merecedores de las Gracias que necesitan en este tiempo.

¿Será que ustedes van a retroceder? ¿Dejarán solo al Maestro como lo dejaron los apóstoles?  

Para Mí no es así, porque sus consciencias y sus almas lo recibieron todo, y tienen la posibilidad de vivir la transformación, tienen la posibilidad de vivir su tiempo de purificación, lo que a cada uno le corresponde. Así, tienen la posibilidad de vivir el fin de los tiempos y aprender a atravesarlos con valentía, porque si sus vidas, en verdad, son de Dios, ¿a qué le deberán temer?

Este es el momento que, con la fuerza de su superación diaria, con la fuerza de su vacío interior, con la fuerza de su despojamiento, con el poder de la renuncia y de la entrega y, sobre todo, con el amor al sacrificio, sostengan junto con Nosotros el fin de estos tiempos, confiando plenamente en que siempre recibirán lo que necesitan, porque todo ya está escrito, ¿lo recuerdan? Por esta razón, están aquí, porque estaba escrito.  

Dios no se equivocó. Él trajo a sus consciencias a este planeta para que no solo se redimieran y se reconciliaran, sino para que también aprendieran a ser libres de ustedes mismos, permitiendo que el Amor de Mi Hijo los gobierne para siempre y haga de sus miserias cosas nuevas. Por eso, muchos sufren porque aún no han dado el paso para que Mi Hijo los gobierne a través de Su Amor.

Él los conoce profundamente y sabe por qué están aquí y para qué están aquí.

Sigan fielmente el camino del Propósito y ya no lo busquen, no busquen ese Propósito, vivan ese Propósito formando parte de él; animándose, todos los días, a amar y a vivir lo desconocido, a hacer de sus vidas instrumentos para el Señor, que puedan espejar Sus Atributos y Sus Virtudes.

Es lo que el mundo necesita urgentemente porque, cada día que pasa, la humanidad se aleja del Propósito de Dios, y serán sus almas y las almas de sus hermanos las que construirán la Nueva Tierra, la Tierra nueva y renovada, curada, redimida y liberada que volverá a recuperar los valores y los principios que una vez vivió el sagrado pueblo de Israel.

Por eso, sigan adelante sin tenerle miedo a nada. Pero, una sola cosa les digo, que es algo que sí pueden vivir espiritualmente: no se olviden del Don del Temor de Dios, no se olviden de ese Don del Espíritu Santo. No se alejen de Dios y no permitan que, frente a sus ojos, sus hermanos se alejen.
          
Esta es la escuela del rescate de las almas y deben aprender, junto a Mi Hijo, a cuidar de ellas, porque muchas almas no saben por qué están aquí y cuál es la razón de estar en este tiempo. Pero Nosotros, a través de los tiempos, les hemos dicho todo.

Es hora de seguir construyendo el Propósito Espiritual de Brasil. Pero eso, hijos Míos, comenzará en ustedes mismos, no lo busquen fuera de ustedes. Sean un ejemplo para Dios, sean un ejemplo de vida; porque muchas almas se están perdiendo por ejemplos muy bajos, por ejemplos que están lejos de Dios, por todo lo que ofrece el mundo cada día más sofisticado, astuto y tentador.

Pero su consciencia siempre deberá estar en aquella estrella que brilla en el firmamento de su universo interior, la estrella del Sagrado Propósito Divino que no tiene diferencias, que no tiene protagonismo, que es el Propósito que une a todos en el Amor de Dios y que, a través de las almas y de los corazones, se cumple de a poco, día a día.

Por eso, no se asusten por lo que escuchan o por lo que ven, pero no sean indiferentes. Trabajen todos los días para poder sensibilizar el corazón, así como han aprendido a sensibilizarse a través de la oración.

Ahora, en este tiempo final no solo deben ser columnas de Luz, también deben ser espejos que reflejen lo que el mundo necesita, lo que muchas almas están perdiendo día a día por ignorancia, por falta de discernimiento, por falta de sabiduría, por mucha falta de conocimiento.

Hemos dejado a sus pies las perlas de la Creación, los tesoros más incalculables e inextinguibles, a través de la presencia de los Sagrados Centros Internos del planeta.

Llegará un día, Mis amados hijos, que sus consciencias deberán estar en lo universal y, a pesar de las culturas, de los pueblos o de las naciones, sus corazones, el corazón humano deberá sentir tan importante este lugar como otro, así como lo siente la Jerarquía, sin comparaciones ni diferencias, sin categorías. Esa es la actitud que Nosotros necesitamos en este tiempo y eso les permitirá que puedan estar tranquilamente donde más sea necesario y no donde quieran.

Porque este es el tiempo de aprender a transmutar y a repartir equitativamente esa energía. No les digo que pidan transmutar; les digo que, a través de su esfuerzo diario y de su entrega, unidos a la Jerarquía Espiritual, aprendan a apoyar ese canal transmutador que es una Ley desconocida para el mundo entero.

¿Cómo es posible que Yo esté aquí, que Mi Hijo venga a su encuentro o que el mismo Castísimo Corazón de San José se presente si no actuara una Ley de Transmutación permanente?

Cada vez más el planeta y la humanidad necesita esa Ley. Aprendan de los santos, aprendan de aquellos que son abnegados, de aquellos que trabajan secretamente y que nadie nunca los ve. Pero Dios sí los ve todo el tiempo y Él agradece por esos corazones valientes, porque están libres de expectativas y de realizaciones personales, porque se animan a sostener su sí.

Me alegra estar aquí con ustedes una vez más y poder acompañarlos en los próximos días. Aunque Yo no venga aquí todos los días, con especial predilección su Madre Celeste estará presente en los planos internos en la Colina, haciendo brillar a través de Su oración perpetua las Reliquias de este Centro Sagrado, especialmente los tesoros que Dios guarda en los corazones que están aquí.

Por eso, nunca se cansen de superarse. Recuerden que Mi Hijo les dijo, en una Sagrada Semana, que aprenderían a superarlo en el Amor. ¿Se animan?

Los presentes responden: “Sí”.

¿Están seguros?  

“Sí”.

¿Aunque duela?

“Sí”.

Eso es ser un Cristo, eso es lo que Mi Hijo necesita. Recuerden lo que dijeron.

Les voy a pedir que hagan el voto de ya no reclamar, sino de amar, así como su Madre Celeste y San José amaron en silencio todo lo que Dios les envío como prueba. Porque detrás de cada aprendizaje existe la posibilidad de madurar en el amor, de que se vuelvan verdaderos pacificadores, de que aprendan a reconciliarse, a unirse y ya no separarse; porque la unidad es el centro del Propósito Divino, es el gran espejo que refracta la Voluntad, porque la Voluntad no puede estar separada de la unidad.

Cuando se desunan o se separen, recuerden que hoy les dije que no estarán en la unidad.

La unidad siempre los ayudará a vivir la obediencia, la aceptación de los cambios, la expansión de la consciencia para que, cada día, existan más buenas personas en este mundo, en un mundo de tantas contradicciones y desorden.

Pero recuerden, Mis hijos, que Mi Amor, el Amor de Mi Hijo y el de San José siempre estarán presentes en lo alto de la Colina, para aquel que quiera venir a beber de la Fuente y saciar su sed, aun en la mayor perturbación de su vida.

Con estas Palabras, Yo los fortalezco para los próximos tiempos. Yo los uno al Padre Creador para que, a través de Su Voluntad, de Su Determinación y Designio, aprendan a vivir los próximos acontecimientos que llegarán.
Y nunca olviden, Mis queridos hijos, que Mi Corazón tiene un lugar en esta Comunidad y que, aunque no lo crean, el Corazón de su Madre se puede reparar aquí. Sé que esto es un misterio para ustedes, pero sumérjanse en ese misterio y cuando aprendan a reparar Mi Corazón, el misterio se develará en lo más profundo de sus seres.
Hoy, Mis Manos se extienden sobre todo Brasil, así como Mis oraciones iluminan a este pueblo.
Hagan triunfar Mi Corazón a través de su unión con Cristo, viviendo la fe y no la discordia, viviendo el amor y no la indiferencia, viviendo la unidad y no la separación, viviendo la hermandad y dejando atrás las diferencias. Así, harán de Nuestros Corazones, Sagrados Corazones en reparación, para que Dios Nos permita seguir intercediendo por esta humanidad.
Aquellos que buscan darme su sí en este día, por medio de su consagración como nuevos Hijos de María, que se acerquen.
Traedme aquí el aceite de unción.

 

Señor y Dios de todo el Universo,
que has creado a Tu imagen y semejanza a Tus Hijos, Tus Criaturas,
derrama, a través de Tu Unción,
el espíritu de Tu Gracia y de Tu Misericordia,
a fin de que sean señalados por Tu Amor y por Tu Paz,
y estas almas recuperen el camino de la consagración.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, a través de nuestra oración silenciosa, vamos a apoyar a estos hermanos que, ante el Inmaculado Corazón de María y, a través del Inmaculado Corazón de María, ante Dios, harán su ofrecimiento y consagración interior a nuestra Madre Santísima.
Vamos a orar internamente el Ave María, hasta que Nuestra Señora lo indique.
Que los sacerdotes hagan la imposición de manos.
Oremos.

Oración: “Padre Nuestro” (en portugués).



Yo los consagro como Mis hijos, Hijos de María.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.



Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a cerrar este encuentro, sintiendo al Corazón Inmaculado de María y agradeciendo por Su    Presencia, por Su Amor Incondicional, por Su Maternidad y por Su amparo.
¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!
En este encuentro, Te honramos, Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Podemos ir en paz.