Martes, 25 de diciembre de 2012

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, Mi Corazón recién llega de la Aparición anual de Medjugorje a Mi vidente Jacob. Durante esta noche, Yo lo visite para transmitirle Mi Mensaje de Paz. Por eso, el Santuario de Medjugorje está en celebración por esta Navidad y por la venida misericordiosa de Mi Corazón al mundo. 

Por eso, podrán comprender, queridos hijos, que Dios Me envía a dos lugares al mismo tiempo, principalmente, porque Yo los amo a todos ustedes y aspiro a que Mi Hijo pueda nacer en sus corazones en esta noche. Esa es la promesa que Yo hice ante Dios. 

Queridos hijos, hoy vengo a darle un Mensaje de esperanza al mundo, especialmente a todas las familias consagradas a Mi Inmaculado Corazón y también a todas aquellas familias que aún no lo están. Por eso, queridos hijos, Yo los invito a rezar por todas las familias; especialmente, por aquellas familias que, en este tiempo se separan de Dios.

La modernidad y la normalidad sofoca a los corazones. Ese es el principal mal que separa a los corazones de las familias.
 
Yo les anuncié, en Fátima, la importancia de la oración en el final de los tiempos y, a partir de Medjugorje, a lo largo de todo este tiempo, Yo los invito a recordar la importancia de la oración. 

Queridos hijos, ustedes ya saben orar con el corazón. Ahora, el Señor necesita que ustedes, en este tiempo tan importante, profundicen en la oración del corazón. 

Más allá de la repetición, a través de sus labios, esa oración se debe profundizar en sus esencias para que el Cristo Interno, que habita en cada uno de ustedes, se pueda manifestar y pueda irradiar, como Maestro Interior, todos Mis Atributos de Paz. 

Si se unen a su Cristo Interior, que se gesta en la oración diaria, Mi Hijo identificará la Luz de Su Corazón en todos Sus rebaños, en el momento en que Él descienda de los Cielos.

Queridos hijos, la Ley de la Justicia se aproxima a la humanidad y, como Madre y Mediadora, intento aliviar a todos los corazones del mundo para que sean tocados por la Compasión de Mi Corazón y de esa manera se puedan reparar rápidamente.

Este nuevo ciclo, que ha llegado al mundo, no es solo un ciclo de purificación; aún ustedes pueden confiar en la Misericordia de Mi Hijo y en Mi promesa de traerles Paz y Esperanza a todos ustedes. 

Queridos hijos, unan sus corazones a Mi Corazón. Deben realizar ese ejercicio de unión Conmigo todos los días. 

Sepan que el enemigo los intentará distraer en cada momento de la vida. Mantengan la armonía en sus hogares y en sus corazones para que se pueda manifestar la paz. Por eso, es importante la oración grupal en las familias, para que el pequeño Niño Rey también pueda nacer en ellas.

A partir de ahora, hijos Míos, todos ustedes son responsables de que Mi Hijo pueda retornar a la Tierra. 

Si su oración es perseverante y amorosa, todo podrá caer a sus lados, pero sus almas estarán firmes en Mi Corazón; porque Mi Concepción Maternal, Mi Amor Divino, Amor que pertenece al Único Dios, los podrá tocar y abrazar fuertemente, y así no temerán a nada, a pesar de todo lo que suceda en este nuevo ciclo.

Queridos hijos, Yo los estoy llamando a considerar la Ley de la Misericordia antes que todas las cosas de la vida. Muchos de Mis hijos aún no saben cómo beber de ese manantial de Luz que provee Mi Hijo Glorificado. Pero, si ustedes se unen a Mi Corazón Inmaculado, llamándome todos los días a sus vidas, Yo les enseñaré cómo hacer, cómo unirse a la Fuente de Mi Hijo.
 
Mi Hijo espera, de todos ustedes, una unión perfecta con Su Espíritu de Amor. 

Consideren, en estos tiempos, la Coronilla a la Divina Misericordia, que fue dictada con tanto Amor a Faustina. Allí, tienen un instrumento importante de conversión, de liberación y de perdón; al igual que en el Orandio de la Pasión y de la Transfiguración de Mi Hijo.

Los nuevos instrumentos que fueron entregados a la humanidad, como la Coronilla a la Divina Misericordia y el Orandio de la Pasión y de la Transfiguración de Jesús, son instrumentos que vienen renovados desde el Cielo y ustedes podrán valorar y descubrir todas las llaves que guardan, a medida que los oren todos los días. 

Mi Corazón necesita formar nuevos soldados; por eso, espero sus respuestas. Cuando le den el sí a ese propósito, muchas almas más se aproximarán a Mi Corazón Maternal y, así, Yo podré encaminar a todos Mis hijos por los senderos de la paz.

Yo les dije hoy, queridos hijos, a través del Mensaje a Mi hija Lucía, que muchos perdieron la confianza en Mi llamado. Para que Mi Voz pueda hacer eco en sus corazones, deben colocar como prioridad la oración, así Mis Palabras podrán profundizarse en sus espíritus.

Queridos hijos, hoy los llamo nuevamente a repasar y estudiar los Mensajes diarios. Yo los veo guardados en los cajones de sus armarios. ¿Dónde está el valor de todo lo que Yo les di? 

Queridos hijos, Yo les dicté, durante un año continuo, el camino a la gran transformación.  Yo les dicté Mi experiencia maternal sobre esta Tierra; que, con mucho amor, quiero que puedan aprender. 

Por eso, en este tiempo, hijos Míos, Dios no solo juzgará a la humanidad desde la Compasión de Su Corazón, sino también Él les pedirá cuenta de todo lo que les entregó. Consideren los instrumentos de su espiritualidad con un valor infinito que nace de Dios, que les fue entregado por el Padre a través de Mí y de Mi Hijo con mucho Amor.


Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, en Mis Mensajes encontrarán, al estudiar la Instrucción que les di en este último año, el alimento para el Cristo que Mis ángeles siembran hoy en sus corazones.

Queridos hijos, Mi Amor Maternal se expande hoy por todo el mundo, a través de los ángeles que el Creador envía para sembrar en los corazones de todos los seres humanos la posibilidad de renovación, de perdón y de Misericordia. 

Por eso, hijos Míos, necesito que en este momento sus corazones estén atentos para recibir esta Gracia y este milagro especial que Mis ángeles depositan en cada una de sus esencias. Mis ángeles también llegarán a Mis hijos que oyen Mi Mensaje en todos los espacios del mundo.

Esta pequeña semilla, Mis queridos, que deberán descubrir, traerá a sus corazones la Fuente inagotable de Misericordia, que es una pequeña molécula del Corazón de Mi Hijo depositada hoy en cada uno de ustedes.

Mis queridos, a través de la oración diaria y a través de la fe en Mis Palabras de Amor, este Cristo despertará y le mostrará a cada uno de sus corazones cuál es la Voluntad del Señor en este tiempo y develará grandes misterios del Propósito de Dios a sus corazones. Ustedes encontrarán la verdad a través del Cristo Vivo que cargan en sus corazones.

Mis queridos, sentirán la Misericordia y la conocerán porque, a partir de este día, esta Misericordia vive en el interior de cada uno, y podrán ver los frutos de esta Misericordia en los tiempos que vendrán, en la paz que sentirán a partir de hoy.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Cuando, especialmente, queridos hijos, con mucho Amor Maternal, Yo les pedí leer los Mensajes, que fueron transmitidos todos los días, desde el año pasado hasta este año, fue para que ustedes puedan comprender, hijos Míos, el presente que Dios les entrega en sus manos. 

Yo quiero, como Madre, que puedan caminar de la misma manera que Yo camine; que aprendan a sentir como Mi Corazón sintió cuando estuve en la Tierra; que puedan aprender y vivir las pruebas en paz. 

Sepan, queridos hijos, que a través de los Mensajes diarios Dios Me ha pedido que les recuerde, a todos ustedes y a la humanidad, la importancia de mirar todos los días hacia el Reino del Señor, de colocar sus ojos en el Universo; porque gran parte de esta humanidad se olvida de contemplar el Corazón de Dios y, como Madre y Señora de la Luz, quiero reparar el Corazón de Mi Señor. 

Yo intenté invitarlos, durante todo este año de Mensajes diarios, a reparar el Corazón del Padre y a fundirse en Su Gran Esencia de Luz.

Queridos hijos, recuerden que el Universo los espera. Entreguen todo a ese Gran Universo de Amor, porque así, Mi Corazón Inmaculado los colmará con el Gran Espíritu de Dios.

Yo ya les hablé, antes de retirarme de este lugar bendito, de la importancia de unir a las familias y, sobre todo, de orar por las que están separadas. 

Sepan, hijos Míos, que muchos de Mis hijos, muchas familias en el mundo no han podido vivir esta Navidad con Mi Hijo, como ustedes la vivieron ayer y hoy, a través de la Gracia de Mi Presencia. Sepan entonces, queridos hijos, lo que eso significa para Mi Corazón, que Mis Gracias estén guardadas en el Reino de los Cielos porque hay carencia de soldados marianos de la paz, que perdieron la confianza en Mi Corazón por perder la oración diaria. 

Por eso, hijos Míos, oren por todas estas intenciones de Mi Corazón para que la humanidad, en este tiempo de Juicio, pueda entrar en la Buena Nueva del Señor, formar parte de la Nueva Tierra prometida. 

Por este espíritu y esta aspiración maternal que colman profundamente sus corazones, quiero orar hoy en especial con todos los niños que están aquí presentes, porque quiero ver en ellos y en ustedes despertar al Niño Rey Interior, para que Él pueda irradiar y expresar los códigos de paz, de cura y de luz que son necesarios en muchos de Mis hijos. 

Recuerden ahora, hijos Míos, que todos ustedes son una sola humanidad. Si ustedes hacen fuerza para empujar Conmigo, todos podrán entrar al Paraíso, incluso aquellas almas que aún están aprendiendo en el purgatorio y en el infierno; y, así, podrán comprender con esta reflexión que la humanidad es muy grande y va más allá de la humanidad física. 

Todos necesitan de la Misericordia de Mi Hijo y Dios Me hizo escoger a ustedes para que sean transmisores de esa Misericordia y de esa Paz.

Cuando ya no sientan paz en sus corazones, recuerden que deberán llamarme todos los días. 

Oro perpetuamente, desde los Cielos, para que este Proyecto Divino de Dios se pueda cumplir.


Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Abran sus corazones en este momento, hijos Míos, para recibir las Gracias del Espíritu Santo.

Ofértenle a Mi Corazón sus faltas y pidan la venida del Espíritu Santo, anticipando el ciclo de Gracias que el Espíritu de Dios traerá a la Tierra.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Aguardo ahora, queridos hijos, que los niños vengan a Mí. Ellos representan a todos los niños del mundo.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

María dijo que tenemos que traerlos, ellos están jugando. La Señora dice que están entretenidos con los ángeles de la guarda. 


Subiré recién a los Cielos cuando termine de cumplir esta tarea. 


Canción: “Magnificat”.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a orar, junto con los niños, algunas cuentas del Ave María, a pedido de Nuestra Señora, por todos los niños del mundo.


Oración: Ave María (en español, en portugués, en inglés, en italiano, en francés y en alemán). 


A pedido de nuestra Madre, vamos a orar por los niños de habla japonesa, por todos los niños de Asia y del Lejano Oriente. 


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Aún estoy aquí.


Oración: Ave María (tres veces en japonés).


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora pide orar por los niños de Croacia, de la ex Yugoslavia y de sus seis Repúblicas. 


Oración: Ave María (tres veces en croata).


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, como Nuestra Señora de Guadalupe, Mi último pedido es orar por todas las tribus y pueblos indígenas; especialmente por todos sus niños, que se encuentran en Amazonas, en África y otras partes de la Tierra.

¡Les agradeceré!


Oración: Ave María (tres veces en quechua).


Los bendigo, Mis pequeños, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡Gracias, Mis pequeñitos, por responder a Mi llamado!