Miércoles, 31 de marzo de 2021

Sagrada Semana
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CUARTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En recogimiento prepárense para Mi gran momento; cubriendo sus cabezas ingresen al templo del alma, para que sus almas participen de la Comunión con el Señor.

En este día de segunda iniciación, en el que ustedes se prepararán junto al Maestro para ingresar en Su dolorosa Pasión, Su actual dolorosa Pasión por el planeta, en la que su Redentor compartirá con los Suyos las tareas que Dios le ha encomendado.

Antes de ingresar al Cenáculo de la Última Cena, mañana, volverán a escuchar, de su Maestro y Señor, instrucciones semejantes a las que Él impartió a los apóstoles del pasado, instrucciones que los prepararon para vivir su misión de evangelización y de servicio por el mundo.

Por eso, vivan este momento como algo único e irrepetible, dentro del preámbulo de Mi Retorno al mundo, en el que sus almas son llamadas a reafirmar su alianza Conmigo para siempre, en el que sus almas son llamadas a vivir la Voluntad de Dios a través de Mi Corazón.

Con esto, comprendan que lo que Yo les traigo a ustedes es desconocido, porque es algo que Mi Padre necesita que se cumpla a través de la vida de cada uno de ustedes y de sus hermanos.

Mientras el planeta y la humanidad siguen sufriendo, la necesidad de apóstoles, de apóstoles de Mi Corazón, es muy grande, apóstoles que estén disponibles en este ciclo final para sostener la pesada cruz de este fin de ciclo.

Pero no estarán solos para hacer eso, Mi Alma y Mi Espíritu los auxiliarán para que aprendan a cargar la cruz que Yo les ofrezco, una cruz madura que los sacará de ustedes mismos para estar inmersos en la Voluntad del Padre.

Antes de la celebración de la Última Cena en Jerusalén, Mis apóstoles conocieron las mismas cosas que hoy ustedes escuchan y eso no fue escrito, pero sí fue guardado en el corazón de cada uno de ellos, así como hoy es guardado en cada corazón que se abre para recibir Mi Mensaje.

En este día de Semana Santa, estamos en el medio de una transición, una transición interna y una transición externa, en las que se marcará la línea del fin del pasado y del nuevo futuro, el futuro que definirá los próximos pasos de esta humanidad.

Yo los invito a orar por esto, en este día y todos los días que vendrán, porque Mi Padre desea profundamente que Sus criaturas conozcan Sus misterios, los develen y los conozcan para poder cumplirlos y llevar Sus Aspiraciones adelante.

Cuando estaba con los doce, antes de ingresar a la Última Cena, al igual que las santas mujeres con Mi Santa Madre, conocieron este misterio que se develaba como una gran necesidad de Dios de la presencia imperiosa de apóstoles en el fin de los tiempos, dos mil años después de que Yo pasé por la Tierra, dos mil años después en los que se prepararía Mi esperado Retorno.

Hoy vengo con esta declaración de la Verdad, pero también de Amor, sabiendo que hoy es insuficiente la disposición incondicional de las almas, a lo largo y ancho del mundo.

Por eso, una vez más, vengo a servirme de grupos pequeños de almas que, más allá de donde se encuentren o estén, tienen la Gracia de guardar en su corazón este pedido de su Maestro y Señor, que es un pedido del Padre Eterno, bases ardientes que prepararán el Retorno de Cristo a la Tierra por medio de la transformación de la vida de las personas, por medio de todos los que Me dicen sí.

Hoy les traigo más que un sentimiento, hoy les traigo más que una palabra, hoy les traigo la profunda aspiración de Mi Corazón para que las almas entiendan que Mi Presencia en este día, entre ustedes y a través de los últimos años, no ha sido en vano, sino que sus vidas se han comprometido Conmigo hasta el final.

Por aquellos que no comprendieron Mi Mensaje y no están aquí, no se preocupen. En el gran día de Mi Retorno, no solo se cumplirán las Escrituras, sino también se cumplirán Mis acciones, porque separaré la paja del trigo. Llamaré a los benditos, pero también llamaré a los indiferentes para que vivan el Juicio Universal y sé que aún nadie está preparado para eso.

De forma inmediata y un poco apresurada, Yo desciendo de los Cielos con todo el Poder de Dios para socorrerlos y auxiliarlos con Mis impulsos de Luz, para que sus corazones estén prontos, así como Mi Corazón estuvo pronto, segundos antes de la flagelación.

¿Alguna vez le han dicho a Dios: Padre, mi corazón está pronto? ¿Saben lo que se guarda a través de ese enunciado?

Un corazón pronto no es un corazón emocionado. Un corazón pronto es un corazón maduro, sin condiciones ni aspiraciones. Es un corazón pronto y maduro capaz de darse a Dios por entero sin nada a cambio. Es un corazón capaz de morir por Mí y de dar valor a cada una de Mis Palabras y ser un corazón que testimonia la Presencia de Cristo dentro de sí.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora apareció al lado de Jesús, más pura y luminosa que todas Sus vestiduras.

Ella está aquí como la Señora del Santo Rosario de Fátima, junto a Su Hijo, mostrando Su Inmaculado Corazón espinado, que ofrece a cada uno de nosotros por la reparación y la cura de todas las mujeres del mundo, de las mujeres de la guerra, de las mujeres inmigrantes, de las mujeres explotadas, de las mujeres esclavizadas, de las mujeres que gobiernan, de las mujeres del campo, de las mujeres que sufren en silencio, y por todas las madres que viven por sus hijos.

María ofrece Su Corazón espinado en reparación por los ultrajes, maleficios e indiferencias que ha recibido la consciencia femenina de este mundo y que ha borrado, para siempre, el espejo del corazón de cada ser femenino de la Tierra.

Dice Jesús:

 

Ella es la Madre que Yo les he entregado en la Cruz, la Madre incondicional entre todas las madres del mundo, la Madre que Me suplica por ustedes todos los días de la vida y por toda la eternidad.

Por esa razón, hoy Mi Corazón misericordioso ayuda a todas las mujeres de la Tierra, para que puedan levantarse de donde han caído o de donde fueron sometidas.

Este es el ciclo de la Madre de Dios, el Cetro está en Su mano.

Bienaventurados serán los que reconozcan este Legado, porque el triunfo de Su Corazón Inmaculado siempre vencerá. Amén.

Para la comunión espiritual de este día, Yo los dejaré en compañía de Mi Madre, en la presencia de Su Espíritu inmaculado, porque es a Dios que le debemos la Presencia de la Madre de Dios y de todas las madres del mundo que gestan en sus vientres la vida y que han tenido a todos ustedes en sus brazos.

Ríndanse a la maternidad espiritual, que sus corazones no sean egoístas, que puedan sentir y ver, más allá de lo que es, que Dios haya creado a las mujeres de la Tierra como un símbolo de nobleza y de amor y no de explotación y de castigo.

Mi Corazón acoge a todas las mujeres castigadas, esclavas del hombre de la superficie de la Tierra, porque cuando Yo venga del Cielo entregaré un cetro para cada una de ellas y la Tierra será colmada de la pureza virginal para siempre.

Si Mi Madre fue capaz de llegar hasta los pies de la Cruz, ¿qué serían capaces de hacer sus madres del mundo? Siempre pregúntense eso, porque ellas quieren su bien, que sean dignos hijos en el Señor y que siempre cuenten con ellas.

Por eso, María, Mi Madre, estuvo en el Cenáculo. Ella dio la vida por ustedes para que triunfaran el Amor y la Redención. Ella entregó lo más preciado que tenía en Su Vida y lo vio clavado en una Cruz, como hoy muchas madres del mundo ven a sus hijos perdidos y sufren en silencio.

Pero el Espíritu de la Consolación llegará; así como María, Mi Madre, lo entregó a los apóstoles en Pentecostés. Y todo pasará, hasta que Mi llegada al mundo sea consumada.

Por esa razón, Nuestros Sagrados Corazones hoy están aquí, para que se cumplan las promesas de Su Redentor, y aquellos que son huérfanos acepten la maternidad de María.

“Madre, he aquí a Tus hijos”.  “Compañeros, he aquí a su Madre”.

Hoy daremos atributo a la Madre de Dios para que la consciencia femenina de la Tierra sea reparada y ya no sea un objeto de explotación ni de castigo, sino sea reconocida como un instrumento de amor y de servicio por todos los hijos de Dios.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora desapareció, pero aquí aún está Cristo, infundiendo Su Luz para el mundo entero.

 

Ahora que han sido purificados nuevamente, meditarán sobre todo lo que les he dicho y sobre la importancia y el valor de la maternidad en el mundo, en este tiempo crucial.

Para eso, escucharemos una simple pero profunda canción, en reparación de toda la consciencia femenina del planeta:  "Mirarte a Ti”. Esa canción será como un tributo para las madres del mundo, para que las madres siempre confíen en María, la Madre de Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.