Martes, 7 de abril de 2015

Sagrada Semana
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 7, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Emmanuel los escucha con Su profundo sentimiento de Amor y de Verdad.

La balanza de la Justicia está siendo equilibrada para algunas partes del mundo, en donde falta la paz y principalmente Mi Misericordia.

Como Ángel Solar les traigo lo que existe en el Reino de los Cielos, aquello que es más puro, entre todo lo que existe de puro en este Reino.

Y para cerrar este séptimo día, recemos, así como han venido haciéndolo en estos días.
Toda la Orden a los pies de Mi altar. Podrán quedar de pie aquellos que no puedan arrodillarse ante Mi Trono. La reverencia nace del espíritu y no de la materia. El espíritu es colmado por la Luz de Dios y así se vivifican en Su Amor. 

Nuestro Señor pide a la Orden, rezar la oración que el ángel nos enseñó en Fátima, la oración de reparación, cuando Él lo indique.

Mientras tanto, compañeros, vean a Emmanuel aquí presente, en Su emanación más profunda, a través de Su Hijo amado que manifiesta Su Poder, Su Manantial y Su Amor para esta Tierra comprometida con las insignias del mal.

Reparación es lo que muchas almas necesitan para alcanzar la redención. Sin la reparación no habrá cura y la cura nace del Amor, y es el Amor el que repara todas las cosas profundas de las almas.

El fin se está aproximando. El Omega se está dibujando en el Universo Sideral. Esa es la señal visible de un gran cambio que llevará a la humanidad a un cambio en la consciencia, permanente y continuo, sin detenimientos, más allá de las horas y del tiempo.

Es la gran mudanza interior en los corazones abiertos, que viven en el Señor, que moran en Su Espíritu y que trascienden los tiempos sin que nada los lastime y los aleje de Dios. Pues es la comunión profunda que los llevará a la Paz.

Recemos, compañeros, la hora lo está marcando. Aquellos que no saben la oración, que se unan a través del corazón, a la gran vertiente que abriré en este séptimo día.

¡Oh! Señor amado,
¡oh! Cristo amado,
acepta nuestra reparación a través de nuestro amor,
de nuestra entrega y de nuestra oración,
para que Tu Corazón flagelado, Señor,
sea aliviado por nuestra devoción a Ti.
Amén. 
(se repite siete veces)

Eleven a Dios vuestras plegarias e intercedan amorosamente por esta humanidad dormida, que precisa despertar al espíritu de la redención.

Liberados de las faltas y de los pecados, durante estos siete últimos días, sean dignos en el Señor para recibir nuevamente Su Gracia.

Y así preparados y dispuestos a enfrentar el fin de los tiempos, podrán ayudar a todos aquellos hermanos que necesitarán de vuestras manos y oraciones. Esto será un signo visible para todos y eso demostrará que el final llegó.

Emmanuel es la fuente de todas las causas justas para este Universo. De Su Corazón nace la Verdad y esa Verdad se proporciona para todos los cielos de este Universo, hasta que llega aquí, a vuestro plano en esta vida material y así muchas almas reconocen Su Voluntad.

Pero cuando la mayoría de esta humanidad está desconectada de esa Verdad de Emmanuel otros son los caminos que se recorren. No son los caminos del Señor, las almas se distancian del propósito y van perdiendo la fuerza de su luz interior.
Por esta razón, Mis compañeros, Mi Dios me envió al mundo; y Dios se manifestó ante ustedes en Cuerpo, Alma y Corazón. Lo flagelaron, lo martirizaron y lo humillaron, pero esto fue así para salvar a toda esta raza.

Muchos de los que hoy no están aquí y que serán testigos de que Yo he estado aquí, cuando conozcan Mi mensaje, agradecerán y se arrepentirán por haber perdido el tiempo y haberle dado las espaldas al Universo que los acoge y los llama a la redención.

Pero el Padre los necesita fuertes y purificados porque las señales vendrán una detrás de otra y, para ese momento, no habrá más tiempo que esperar.

De la fuente de esa Justicia nace el Omega y ese es el símbolo predestinado para el mundo, el que cerrará una etapa al final de la purificación para dar comienzo a otro ciclo, a una nueva Tierra liberada de todo mal.

Pero para que eso sea posible, compañeros, el esfuerzo será grande. La exigencia también lo será. Muchos darán todo para alcanzar esa meta, hasta sus propias vidas, como muchos lo hicieron en el pasado para mantener el equilibrio de la humanidad.

Pero no deberán pensar en esas cosas. Vuestro Señor es la verdadera existencia, debe ser la aspiración de vuestra confianza para que las bases sean construidas verdaderamente y ningún pilar quede torcido, para que el Templo de la Luz, en rectitud y armonía, se pueda elevar ante el Señor, vuestro Dios.

El suelo de vuestros pies deberá ser removido. La Tierra temblará porque dará el grito en el momento de su gran parto. Y allí los seres de la Luz se congregarán alrededor del Omega para dar inicio a la ceremonia final. Y verán brillar en algunos puntos de la Tierra luces protectoras que colmarán a las almas de un espíritu desconocido, de una fuerza desconocida que los fortalecerá y los llevará a la paz, delante de todas las cosas. Y eso servirá de apoyo para muchos corazones que no están destinados a servirse de esa Luz Mayor.

Ahora recuerden, compañeros, la Fuente de la Santa Justicia. Hoy, vuestro Señor, Cristo Jesús, revela a todos la esencia del tiempo final.

No piensen en vuestras familias y en vuestros hijos, pues si en verdad entregaron sus vidas a Mi Corazón, ¿qué deberán temer?, ¿acaso ya no son parte de Mi insondable Misericordia?

En los momentos difíciles deberán recordarme y allí más que nunca, compañeros, las virtudes y los dones que Yo les entregué en estos días, invisibles a vuestros ojos, deberán estar disponibles para el servicio al planeta. No será necesario gritar por las cosas que verán ni tampoco dividirse a través de vuestros fundamentos.

Recuerden buscar la esencia de la humildad que Yo les enseñé, esa es la verdadera casa invencible y fuerte, que no será destruida por el mal. Construyan en vuestras bases la esencia de la humildad, para que el templo sea erguido correctamente y ningún viento mayor a vuestra fortaleza los pueda derribar.

Así, Yo podré entrar a vuestros templos como muchas veces lo vengo haciendo para ayudar a las almas a la liberación.

Canten a Emmanuel, vuestro Padre Eterno. A través de Mi Corazón, Él escucha las ofertas de los simples, cuando la emanación interior nace de verdad desde el corazón de cada ser.

Canción: Emmanuel Padre-Madre Creador.

Cuando ustedes cantan, no solo las puertas del Universo se abren. Las almas son colmadas de un espíritu desconocido, al cual aman mucho desde el principio de su nacimiento. Ese espíritu es el del Amor, fortaleza invencible para los tiempos de caos.

En este séptimo día, compañeros, Mi última bendición será junto a los apóstoles, instituyendo en este pequeño espacio Mi Cenáculo Sagrado, en donde la imagen del Sagrado Corazón deberá ser erguida. Y así muchos recordarán que Yo estuve aquí entre ustedes, no solo caminando entre los naranjos, visitando vuestras almas, consolando vuestros sufrimientos y dando vida a lo que estaba muerto.

Si el Sagrado Corazón estuviera aquí presente como imagen y como luz, aquí encontrarán un lugar de alivio junto a la casa de Mi Madre y a la ermita de San Miguel.
El Universo les dona tres espacios espirituales y profundos, para que en esta vida material puedan encontrar la ayuda que tanto buscan. La cura siempre se dará en vuestro interior y así el cuerpo enfermo se curará.

Realicen ahora el camino correcto. Curen las cosas profundas. Libérense de vuestros seres y así hallarán la paz en este manantial que hoy dejo abierto para todos.
Sepan que en este lugar humilde, pequeño y simple, donde hoy se encuentra este altar estará Mi Presencia, el latir de Mi Corazón, no solo para este país que tanto le debe al Señor, sino para toda esta región de América.

Pero si vuestros espíritus se coligan con Mi Presencia aquí, a pesar de donde se encuentren, amigos Míos, Yo iré hacia vuestros hogares creando un puente de luz, desde aquí hacia vuestros hogares. Les derramaré Mis Gracias, siempre y cuando las necesiten.

Los tiempos de prueba llegarán, por eso les dono un pedacito del Cielo que se deposita en este lugar a través de Mi Corazón Sacratísimo. Este será el recinto del Rey, Aquel que no gobierna solamente en los corazones simples. Ese es el verdadero Rey.

A través de Mis Palabras e instrucciones, he consagrado todos los elementos. Y así como lo hicieron durante estos días de oración de Misericordia, invito a todos los fieles y congregados a que eleven sus rosarios para que lleven esta, Mi Luz, la Luz de Dios hacia donde vayan.

Recuerden que todo se distribuye con amor y caridad, sin manipulación ni poder porque así mi Luz no actuará. La sinceridad de vuestro corazón marcará el camino para llevar Mi Luz al mundo.

Agradezcan a Dios por este encuentro final y como el sol que brilla en esta galaxia, aquel que los alumbra hace muchos siglos y eras, hoy, derramo ese Sol que es la presencia de Mi Corazón, código perfecto para la salvación de las almas, cura profunda de las almas heridas, liberación de los espíritus perdidos y Misericordia para toda la humanidad.

Bajo el poder que Dios me concedió, en la base de la fe y la confianza de vuestras vidas, Yo los bendigo y los absuelvo de todo pecado para que no pequen más, se transformen y se conviertan en comunión perfecta con Mi Corazón.

Recuerden que siempre los perdonaré, pero el tiempo de la justicia está llegando y el manantial de Mi Misericordia se recoge. Beban de esa Fuente Mayor. Sumérjanse en ese Océano de Gracias pues la puerta se está cerrando.

Bajo los ángeles del Señor, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ahora, hermanos, coloquen vuestros rosarios sobre las palmas de las manos.

¡Oh! Sangre de Cristo,
derramada sobre el mundo,
purifica nuestra alma,
alivia nuestro corazón.
Ten piedad de nosotros, Señor.
(se repite tres veces)