Martes, 5 de diciembre de 2023

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN LA 120.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Consciencias de Luz impregnan la Tierra. Eternos y cíclicos Consejos se presentan en nombre de toda la Jerarquía para ayudar a la humanidad, para enmendar los errores que fueron cometidos en el mundo, para que en la ardiente aspiración de Dios el Sagrado Proyecto del Padre en esta humanidad sea corregido.

Por eso, estas Consciencias de Luz impregnan la Tierra de formas y de matrices universales para que el espíritu de cada ser que habita en este planeta, en un día y en una hora marcada, reciba el Mensaje del Cielo, el último y gran Mensaje de la Jerarquía, momentos antes de que se defina la última etapa de la purificación de la Tierra.

Antes de que eso suceda, la mayoría de las consciencias ya deberán estar despiertas y deberán recordar su compromiso, aquel compromiso que fue firmado en el Universo momentos antes de su encarnación.

Esto significa y representa que los círculos más íntimos de la Hermandad ya se están cerrando. Las puertas del llamado ya se están cerrando y, por Gracia y Misericordia, este llamado con día y hora marcados, este Mensaje del Universo que descenderá a los mundos internos, golpeará a la puerta del corazón de cada ser para que, por un instante, recuerde lo que dejó de vivir evolutiva y espiritualmente como premisa del cumplimiento del Plan de Dios.

Hoy, doy continuidad al Mensaje de ayer. Recuerden que les dije que este último impulso sería gradual, porque sus espíritus deben aprender a soportarlo; para que, en esta última etapa de la humanidad y del planeta, los últimos ejércitos de Cristo materialicen la Tierra Prometida, libre de propias voluntades, libre de propias decisiones, llena del Espíritu de Dios, colmada de Sus Divinos Impulsos Cósmicos.

Esa será la Nueva Tierra. Ese será el momento del surgimiento de la Nueva Humanidad, que volverá a comulgar de las Leyes Superiores y finalmente las conseguirá aplicar en la vida material, porque ya no estará la dualidad que los condena, solo estará la Divina Unidad que les abrirá las puertas a los Dones del Espíritu Santo para que así puedan repoblar la Tierra, después de purificada, de los Valores y de los Códigos de Dios, de aquellos valores que una vez recibió el pueblo de Israel.

Es así que todo se renovará, aunque les parezca en este momento imposible o aun irreal. Todo se renovará porque Yo ya estaré presente. Ya no Me deberán esperar, solo deberán recibirme de brazos abiertos y de corazón abierto para vivir Conmigo la última y gran Comunión que los consagrará como los Nuevos y Últimos Cristos.

Esa debería ser la aspiración de todos los que Me siguen y de todos los que Me escuchan.

Esa debería ser la llama que brilla en la oscuridad de esta noche planetaria.

Ese debería ser el deseo ardiente de Mis compañeros de los últimos tiempos, y por esto deberían trabajar incansablemente hasta el fin, haciendo todo lo posible y un poco más para que esa Nueva Tierra sea posible.

Pero esa Nueva Tierra, que ya es impregnada por las Consciencias de Luz del Universo, primero deberá nacer en ustedes mismos para que después sea una realidad en la superficie, algo concreto y verídico.

Yo vengo trabajando por esto desde Mi encarnación en la Tierra hasta el presente y la consciencia del planeta lo sabe en su más profundo silencio.

¿Será que la consciencia de esta raza única y de esta humanidad única ya lo sabe?

No tendría motivo de estar aquí, si no fuera por esta gran causa espiritual que debe cumplirse ampliamente en todos los discípulos que siguen los pasos de la Jerarquía.

Por eso, les vuelvo a recordar que Yo Soy el único Camino, Soy la única Verdad. Yo Soy la Vida para quien busque vivir en Mí y a través de Mí, y estando en Mí nada más necesitará; porque Yo tengo guardadas cosas maravillosas para todos, solo que muy pocos las aceptan.

De Mis Manos y, sobre todo, de Mi Corazón desbordan las Gracias para las almas. ¿Quién se consagrará como ese instrumento? ¿Quién se consagrará como ese sagrado tabernáculo capaz de recibir los Dones de Cristo para vivirlos, expresarlos e irradiarlos?

¿Ahora, comprenden Mi emergencia? Si los círculos de la Jerarquía ya se están cerrando y las puertas del llamado también ya se están cerrando, ¿cómo es que Yo puedo quedarme con todas las Gracias del Padre en Mi Corazón? Porque quien se rinde a Mí es bendecido abundantemente por Mis Gracias.

No hay otro motivo ni razón en su vida que no sea estar con su Maestro y seguir al Maestro, así como lo siguieron los apóstoles para llevar a los confines de la Tierra la Palabra de Vida, el Agua Viva que brota de la Fuente de la Creación y que curará a las almas, principalmente a las que más sufren en este tiempo.

Así, Yo les traigo una vez más la revelación de Mi Gracia, para que las almas más perdidas también sean guiadas y conducidas hacia los caminos infinitos de Dios.

Todos ustedes se han comprometido Conmigo, en algún momento, a ser celadores de todas las almas, de los diferentes grupos de almas, que en este tiempo final también deberán alcanzar la redención.

Porque es en lo más simple y anónimo en donde Yo trabajo, en donde nadie Me puede ver, pero en donde todos Me pueden sentir y reconocer como su Maestro, el Maestro entre todos los Maestros. Así, concluyo con este impulso espiritual que les traje desde ayer.

Los invito, en el nombre del Amor y de la consecuencia, a revivir estos impulsos que les estoy trayendo en estos días, porque deberán salir de aquí bien conscientes y despiertos de cada una de Mis Palabras, ya que son las últimas, pero las más preciosas instrucciones para Mis discípulos.

Por eso, Me estoy presentando aquí cuatro veces, para que comprendan y para que entiendan que ya es Mi último tiempo, así como fue el último tiempo de Jesús en el Huerto Getsemaní.

En la simplicidad y en la veracidad de Mi Amor redentor y consolador, antes de que puedan revivir Mi Pasión una vez más a través de la Sagrada Celebración Eucarística, llamaré aquí a un alma que acompañé desde el principio y que Aurora curó físicamente, aunque en aquel momento parecía que todo estaba perdido, porque todas las almas que están encarnadas en la Tierra y que tienen un Propósito Divino ante Dios, tienen su hora y su momento para recibir la gran revelación del Maestro, la razón por la cual estar a Mi lado, siguiendo Mis pasos, contemplando Mis huellas, abrazando Conmigo la cruz planetaria, a la que muchos le temen porque no la conocen.

¿Qué sería de ustedes y del mundo si Yo no hubiera bebido del Cáliz en el Huerto Getsemaní?

¿Qué sería de la Nueva Tierra y de la Nueva Humanidad si los Cristos del último tiempo no se colocaran en las filas y en los comandos del Rey Universal, más allá de toda condición humana, más allá de todo sufrimiento o agonía?

Yo no les exijo una respuesta, Yo solo les recuerdo el compromiso que tienen ante Dios; así como se lo recordé a Mis apóstoles y a tantos seguidores Míos, durante Mi vida pública.

Por eso, esta consagración, que ahora viviremos, de un alma que Me auxiliará de cerca en estos últimos tiempos, también será una consagración por muchas más almas que lo necesitan en los planos internos para que sus caminos se alineen con los Caminos del Padre y esas almas, que no están aquí presentes, reencuentren el sentido de vivir en la Tierra.

Hoy, les hablo de las almas víctimas del suicidio. Que la Luz de esta consagración, que impartiré personalmente, llegue a cada una de esas almas sedientas de luz, de amor y de alivio, para que esas almas en el mundo entero puedan renacer.

Y también incluyo a todos los que están enfermos mentalmente y que se ofrecen a transmutar la enfermedad mental de todo el planeta, algo que no se pude comparar por el grado de sufrimiento que se vive.

Pero Mi Amor siempre fortalecerá a todas esas almas y corazones. Por eso, le dedicaré este espacio de consagración a cada una de ellas, para que no se quiten la vida en esta noche, sino para que renazcan y se renueven día a día bajo la Luz de Mi Corazón Solar.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a prepararnos para esta consagración junto con Cristo y acompañamos en el silencio de nuestra oración la tarea del Señor.

Aquellos que puedan, se colocan de pie para acompañar esta consagración.


Hija Mía, tu hora ha llegado, la hora de liberarte de esa cruz y de abrazar Mi Cruz; porque, por tu servicio y donación, a partir de este día Yo Me ocuparé de todo lo demás.

Aunque parezca imposible, tú has vivido el milagro de renacer, tú eres Mi testigo fiel desde hace mucho tiempo; por eso, esta consagración, en el nombre de todas las almas que hoy la necesitan, te traerá la renovación de Mi Espíritu y te podrás encontrar cara a cara con la fortaleza de Mi Alma, para que todo lo que hagas, hasta el fin de tus días, lo hagas por Mí, como lo hiciste en Tierra Santa, junto a Mi Santa Madre, María Magdalena y María Cleofás.

Ofréceme en tu silencio este momento para que, abriéndose las puertas de los Cielos, Yo pueda elevar a las almas a Dios a través de tu oferta; así como Yo elevé a Dios, en espíritu, a Lázaro, resucitándolo cuando estaba muerto a través del poder transmutador del Arcángel Miguel, que Él Me concedió en aquel tiempo.

Que los ángeles, testigos de Cristo en este momento, escriban en sus Libros esta consagración que esperé preciosamente que hoy se cumpliera.

Elevemos a Dios nuestras sinceras oraciones, a través del Padre Nuestro.


Oración: “Padre Nuestro”.


Como en los sagrados pozos de Betsajé, que esta agua sea transubstanciada, transmutada y magnetizada por las partículas divinas de los ángeles, a fin de que se derrame en el mundo la Misericordia de Dios.

Así como en el Sepulcro se elevó el incienso en honor al Hijo de Dios, para transformar las formas corruptas de la humanidad en formas incorruptas, que Nuestro Padre del Cielo reciba en Su honor y gloria este incienso, que santificará la materia y el espíritu de todos los que están en contacto con él. Amén.   

Que este aceite pueda ungir a los que han perdido la esperanza, pueda curar a las almas y santificar a las consciencias que son ungidas con él, así como su Señor fue ungido en cada parte de Su Cuerpo por las santas mujeres. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Yo te consagro en nombre de Nuestro Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Así como la Santa Sábana, que envolvió Mi Cuerpo herido y flagelado, fue testigo de Mi Resurrección, así que este manto, que es bendecido por Mi Santísima Madre desde los planos internos, proteja los caminos de esta alma que hoy se consagra a Mí.

Bendigo esta alianza que te desposará Conmigo, en compromiso de fidelidad con Cristo, en la unión espiritual de las almas con Mi Corazón.

Este es el pequeño símbolo del corazón que se sacrifica por Mí. Recuerden que este Corazón, que los ama profundamente, siempre debe ser adorado y reconocido como el único Amor, el Amor de la salvación.

Hoy, Yo te consagro con el nombre de Kyrie Eleison, para que hagas reverberar Mi Nombre por todos los lugares que tú andes, la Presencia del Cristo Salvador y Redentor de los hombres y mujeres de la Tierra.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.