Jueves, 6 de octubre de 2016

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 39.ª Maratón de la Divina Misericordia, en la ciudad de San Pablo, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Yo les doy la paz y la liberación.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Adoren al Sagrado Corazón, Fuente de reparación y de Misericordia para aquellos que se rinden a Mí.

¡Rendición! Rendición es lo que les pido, para que puedan alcanzar la paz y también aquellos que no la merecen, al estar olvidados de Dios y de su despertar.

Hoy vengo con un silencio más profundo y cierro Mis Ojos ante ustedes, para que Mi serenidad pueda disipar el mal. Cerrando Mis Ojos contemplo el silencio del Universo, la Voz profunda de Dios, que los llama para la redención de este planeta.

Y es este Corazón misericordioso, el que aún sufre por el mundo.

Vean Mi Rostro con los ojos cerrados, en vigilia y oración.

El mundo no conoce lo que sucederá. Por eso Yo vengo a prepararlos, para retirarlos de la superficialidad que ciega a muchos.

Este es uno de Mis grandes sufrimientos. Es la indignación que siente el Padre: después de haberles dado todo, ¿qué le darán ustedes para que se cumpla Su Voluntad?

Yo no necesito de grandes cosas, compañeros, sino de sus vidas, para poder servir a Dios a través de cada uno de ustedes.

Contemplen Mi Rostro con sus ojos cerrados, en vigilia y oración, esperando por lo que sucederá en este mundo.

Mientras la puerta de Mi Misericordia está abierta, no demoren para poder entrar. Lleven hacia esa puerta a todos los que lo necesitan, porque ella ya esta cerrándose, para que se abra la puerta de la Justicia; la Justicia que ordenará al mundo de su desorden planetario.

Y eso no será un castigo de Dios, sino el resultado de lo que la humanidad ha sembrado después de tantas Gracias recibidas. Pero Yo tengo la llave de la gran expiación para aquellos que la quieran recibir en Mi Nombre. Es esta la llave que los salvará, ustedes abrirán la puerta correcta y sus caminos dejarán de ser laberintos, para poder ser caminos rectos hacia la Luz.

Yo les traigo el cumplimiento de la promesa que les ofrecí: ya estoy retornando. Dichosos de los que creen en eso, antes que todo se cumpla.

La gran noche se está acercando. El día está terminando y deben estar Conmigo en oración. Recuerden lo que les dije a los apóstoles en el huerto Getsemaní: “No duerman. ¡Despierten, despierten! La hora está llegando.”

Oren de corazón y no solo con palabras, para que estén libres de toda tentación y de toda adversidad. Este es el mensaje del fin de los tiempos, para una humanidad absolutamente dormida e indiferente.

Y si Nosotros no estamos aquí como portavoces del Cielo y de todo el Universo, ¿quién los salvará?

Confíen en Su Padre Celestial y aliviarán Su Corazón de todos los dolores que Él siente en el mundo.

Repito este mensaje porque no lo han escuchado. Es hora de unirse cada día más para soportar las corrientes que vendrán al mundo. Si están solos, no podrán hacer nada.

Por eso los invito a la fraternidad, a la colaboración y a la cooperación con el Plan de Dios. Así estarán libres de las ataduras del mundo y de los lazos con el mal. Sus almas se liberarán cuando se donen a los otros, por una justa causa de bien y de hermandad.

Libérense de la corrupción humana que el hombre de superficie ha creado a través de los tiempos. Crean en sus espíritus, que vinieron a este planeta para redimirse, para aprender a amar cada vez más, en honra al Padre Celestial.

Si no aman, compañeros, no podrán vivir los próximos pasos para ascender al Universo con sus almas y corazones. No podrán saltarse escalones de Luz.

Deben vivir cada etapa con cada nuevo paso que es dado, así estarán haciendo lo correcto y estarán dentro de un perfecto equilibrio.

Las puertas de Mi Reino están abiertas para los que se están redimiendo. Por eso les ofrezco Mi Corazón como la Llama guía para estos tiempos de oscuridad, en donde todo se pierde gradualmente.

Ayer les entregué la Pasión que Yo vivo por el mundo. Hoy les entrego la consciencia de dar un paso más grande hacia la Luz, para que sus vidas no estén estáticas, sino en el perfecto movimiento del Universo, en donde es necesario obrar y servir a Dios.

Vengo a retirarlos de la ilusión. Vengo a abrir sus ojos, porque aún hay mucho por hacer en esta humanidad. Vengo a retirarlos de la comodidad, de la televisión, de la distracción, para que vivan en el Universo de Mi Corazón.

Mi Corazón es la Verdad para el fin de los tiempos, porque así nadie los engañará.

Yo soy el Cristo del nuevo tiempo. El Hombre que predicó en Nazareth y en toda Tierra Santa. Soy el Gran Pescador de las almas, que los quiere llevar al Amor, a la Verdad y a la unión con Dios.

Reciban Mis Palabras con alegría. Mis códigos de Luz los santificarán, así como los santifica el Padre y el Espíritu Santo.

Saben compañeros, que estos encuentros con Mi Corazón Misericordioso y con Mi Sagrada Faz, tienen un tiempo. Y ellos culminarán cuando el Padre Me lo indique. Mientras tanto, no tomen cada encuentro Conmigo como algo normal; porque cuando ellos terminen, cada uno sabrá dónde habrán quedado Mis tesoros para el tiempo del Armagedón final, en donde todo estará permitido.

No pierdan la Gracia de encontrarme a través de cada nuevo encuentro, conscienticen en sus vidas Mi Sagrado Corazón y así no se desviarán del camino. A través de estos encuentros estoy construyendo nuevos templos; estoy manifestando Mi Iglesia celestial, en la morada de los puros y de los simples de corazón. Porque esos templos, que son inmateriales, acogerán a los que sufren y a los que sufrirán la transición planetaria; serán Mis códigos crísticos en ustedes, que Yo proporcionaré para las almas perdidas, para las que viven en el infierno de toda esta humanidad y que no encuentran a Dios, por su gran ignorancia, por no saber amar, porque nadie se los enseña.

Así, Yo los invito a ser Mis apóstoles, no solo en sus hogares, con los grupos de oración, si no que los invito a salir a la calle a buscar a las almas necesitadas de Mi divina e insondable Misericordia.

Ya no es tiempo compañeros, que solo Me miren por televisión. Es tiempo de entregar la vida por el Plan, cueste lo que cueste, para que la máxima Voluntad del Padre se cumpla.

Sé que lo que les estoy diciendo no lo comprenderán, porque son realidades para los próximos tiempos. Aún la escuela de la preparación no terminó. Aprovechen este momento y sírvanse de Mi Luz, en gratitud y amor, expresando desde ustedes, servicio, donación y caridad.

Quiero sacarlos a todos ustedes del plano mental. Vivan en el gran plano del corazón, porque allí se encuentra la Santísima Trinidad, que los aguarda para entregarles Sus Dones y vivificar sus espíritus en Gloria al Creador.

Mis Palabras no pueden quedar escritas solamente en textos. Cada impulso que Yo les entrego es para que lo realicen, es para que lo multipliquen, lo donen y lo entreguen a sus hermanos, a toda la necesidad planetaria, que está muy descompensada.

Así los invito a que no sean eruditos en sus mentes, en sus estructuras. Quiebren y rompan con el Rayo de Mi Misericordia, todo lo que se opone a Mi Plan de Luz dentro de ustedes. Así vencerán al adversario y la distracción que él les genera todo el tiempo.

Abran sus brazos, expandan sus corazones y donen el Amor de Dios.

Sirvan incondicionalmente y estarán en el lugar correcto, cuando todo suceda.

Sepan que en Mi Corazón hay un espacio guardado para ustedes, que siempre contemplo con mucho Amor, cuando se unen a Mí sinceramente y responden a Mi convocatoria, porque saben que es necesario cumplirla por la salvación de las almas y del planeta.

Todos sus hermanos que están allá afuera, también necesitan de la Misericordia, así como ustedes recibieron Mi Divina Misericordia.

Cada encuentro Conmigo es renovador y es una oportunidad única de dar un paso en esa escalera de Luz, que los lleva al Reino del Padre.

Santificados sean los que Me escuchan.

Santificados sean los que Me contemplan.

Santificados sean los que Me adoran.

Santificados sean los que sirven en Mi Nombre.

Santificados sean los que se despojan por Mí.

Santificados sean los que se redimen y los que buscan la paz.

Santificados sean los que despiertan y los que ven a Dios en todas Sus Obras.

Santificados sean los que viven la Unidad y los que se esfuerzan por vivir los Mandamientos.

Santificados sean los que comulgan de Mi Cuerpo y de Mi Sangre y se rinden ante Mi Presencia, para que Yo los pueda transformar.

Santificados sean los que creen cada palabra que Yo dicto, porque santificados serán por el Padre, en el Universo de Su Amor y de Su Gloria, con el fin de expresar la nueva humanidad.

Consagrados: antes de orar Conmigo, vean el Propósito de Dios en Su Fuente Primordial, descendiendo desde el Universo Espiritual hacia este Universo Material, para que ese gran impulso de realización de la Obra de Dios, se cumpla en las almas y en toda la humanidad, con el fin de que triunfe Mi Sagrado Corazón.

Oremos.


Que se cumpla el advenimiento de la nueva raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la Palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu Misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta Unidad.

Amén.


Hoy les daré la renovación a través de los Sacramentos, para que sus almas cumplan el propósito que vinieron a realizar en este tiempo planetario.

Pidamos a Nuestro Padre, a Adonai, Su Gracia y Su Misericordia para estos tiempos finales.

Les dejo el mayor testimonio, que es Mi Amor.

Les dejo Mi Paz y les doy Mi Paz para que la vivan y la multipliquen por cada lugar donde vayan.

Les agradezco por escucharme con fe y amor, porque después de todo, Dios quiere lo mejor para ustedes. Crean que esto es así, en la Presencia de Su Amado Hijo.

Vayan en paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (x3)