Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL NÚCLEO-LUZ INMACULADA CASA DEL ALIVIO DEL SUFRIMIENTO, SAN CARLOS, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 123.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Gracias por estar hoy aquí, Conmigo; porque en este lugar, en donde ahora se encuentran, para Mí representa espiritualmente una pequeña Tierra Santa. Y lo más maravilloso de todo esto es poder ver que esa Tierra Santa está formada por las almas, por los corazones que fielmente responden al Llamado; así como muchos de sus hermanos y hermanas, en el mundo o aun dentro de esta Obra, responden fielmente al Llamado de Dios.

Hoy, Me quiero detener, compañeros, en la Mirada de Dios sobre este lugar, que fue fundado y concebido para la manifestación del Plan de Dios en la Tierra. Pero este lugar está vivo espiritualmente por las almas que participan en él, por los servidores que se autoconvocan todos los días, más allá de sus propias experiencias de vida.

La Mirada de Dios sobre este lugar es especial, es una Mirada tierna y pacífica, porque Él puede ver reflejada Su Voluntad en este lugar, aunque tal vez sea un poco desconocida para ustedes y sus hermanos; una Voluntad Suprema y Divina que es palpable en esta vida material, en la experiencia de este Núcleo-Luz, una vida que se refleja a través de la Voluntad, de lo que cada corazón cumple ante Dios día a día.

Esto también es maravilloso para Mí, ante la difícil situación planetaria, en donde hermanos se enfrentan contra hermanos, en donde naciones enteras son destruidas por la impunidad, por la falta de amor al prójimo, por la falta de respeto a la propia vida humana.

¿Ahora, comprenden por qué este lugar es para Mí una maravilla de Dios, como tantos otros lugares de esta Obra?

¿Consiguen apreciar, compañeros, el valor que esto tiene y la continuidad de su expresión en esta superficie?

Expresión unida íntimamente a los Retiros de Amor, fuente inagotable que los impulsa a vivir el Plan de Dios todos los días, aunque no sepan cómo comenzar de cero. Esto es parte de la Grandeza de Dios, de Su Amor inagotable e inextinguible.

Son pocos los lugares en el mundo que, en el tiempo actual, pueden vivir la fidelidad a Dios; pero no hay un misterio en todo esto, porque la fidelidad a Dios es sostenida por la transparencia y el amor ardiente a la Voluntad Divina, que es lo que gesta y crea los pilares de la Obra de Cristo en la Tierra, a través de las almas.

Sin la fidelidad, la transparencia y el ardiente amor a la Voluntad de Dios no sería posible que la Jerarquía trabaje en el planeta. Esto permite, ante la deuda espiritual de la humanidad, que la Divina Jerarquía pueda intervenir en estos tiempos críticos. Porque existen lugares como este, pequeñas Tierras Santas, que atraen hacia sí mismos la Voluntad de Dios a través del servicio incansable por los que sufren y padecen, el servicio por todos aquellos que están bajo la condición humana.

Quisiera que, a partir de hoy, compañeros y amigos Míos, contemplaran y valoraran este lugar y otros lugares de la Obra con la misma Mirada de Dios, Mirada de ternura y de pacificación.

Porque Él, que está en Su Reino y en Su Gloria, junto con todos Sus Hijos, cuida de cada paso y de cada detalle hasta el más insignificante, para que las almas puedan crecer en el amor y en la justicia, para que las almas aprendan todos los días a donarse un poco más y a salir de sí mismas para poder alcanzar la redención.

He aquí Mi pequeña Tierra Santa, la nueva Tierra Santa de Dios, entre tantas otras tierras santificadas por el Padre Eterno en este planeta. Dios desea ardientemente que esta Gracia se multiplique, porque es una Gracia para la humanidad, aun para aquellos que no la merecerían por sus errores o pecados.

Vean, entonces, la maravilla de la Misericordia de Dios, infinita, inagotable e inextinguible, Divina Misericordia que puede abrazar a todos Sus Hijos, Divina Misericordia que puede congregar a todas las almas, Divina Misericordia que puede sanar a todos los corazones.

Rezo, junto al Padre Eterno, para que existan más Tierras Santas; así como espero, en lo más profundo de Mi Corazón, que esto pueda suceder en África, para que los valores más auténticos y verdaderos de los que sufren sean reconocidos. Si el Corazón del Maestro se conmueve de Amor por Sus hijos de África, especialmente por los más pequeños e inocentes, ¿sus corazones serían capaces de conmoverse?

¿Qué hay más allá de lo que está aparentemente miserable?

Dios se esconde en los más pequeños e inocentes; así, Dios derriba del trono a los que se dicen poderosos, porque Su Amor está presente en los que son anónimos, en los que no buscan nada para sí, en los que se apartan de cualquier reconocimiento.

¿Será que el mundo colocará su mirada, de una vez y para siempre, en África, para que la humanidad comprenda, de una vez y para siempre, que desde África surgirá la Nueva Humanidad? ¿Por qué la destruyen? ¿Por qué la colonizan? ¿Por qué abusan de África?

Ya no hay sensibilidad en muchos corazones impunes; pero Yo cumpliré Mi promesa de retornar a África, así como está escrito y como fue escrito que Yo esté hoy aquí entre ustedes.

Por eso necesito, compañeros, que, en el final de estos tiempos críticos, coloquen en sus corazones y oraciones los próximos Proyectos de Cristo; porque mientras estos Proyectos no se manifiestan ni se concretan, muchas almas se siguen perdiendo y son abducidas hacia el fuego del infierno.

¿Ahora, comprenden la importancia de los lugares y espacios bendecidos por Mí, como esta pequeña comunidad que aquí expresan?

Todo les está siendo dado, todo les está siendo permitido y todo se les pedirá, sobre todo una respuesta interior verdadera que justifique los tesoros que están recibiendo, porque la Gracia de Dios es abundante.

Él quiere que esta Gracia se multiplique y se expanda en el mundo para que, a través de esta Obra concebida para el Sagrado Corazón de Jesús, a través de los servidores de Cristo que se confirman en este tiempo, esta Obra pueda llegar a lugares muy lejanos del planeta.

Porque ya les dije una vez, compañeros, no serán muchos los que Me servirán en este tiempo final; pero los que Me sirvan en este tiempo final, aunque sean pocos, tendrán que ser verdaderos; así como esta Verdad que los trajo hasta el presente desde el primer día que se manifestó este sagrado lugar, este punto de Luz para la Jerarquía.

Quiero anunciarles con toda gratitud, con toda reverencia y con toda la aspiración interior que aquí colocaré a algunos sacerdotes para que sustenten, junto con sus hermanos y hermanas, este nuevo ciclo del Núcleo-Luz, a través de su sagrada tarea en la Casa de San Lázaro como también en los demás proyectos de los que participarán en los próximos tiempos; porque el canal espiritual deberá estar bien fortalecido para poder abarcar y abrazar a la mayor cantidad de almas, en este y en otros planos, que a través de la Casa de San Lázaro buscarán el alivio del sufrimiento.

Quiero que sepan que aquí, en esta casa consagrada a Mi Madre Santísima, su Maestro y Señor, Cristo Jesús, en el más profundo y anónimo silencio, encuentra un lugar de reposo y de alivio.

Es tiempo, compañeros, que perciban Mi Presencia Espiritual aquí, que sepan que nunca los abandonaré, pero que siempre los impulsaré a que vuelen con sus propias alas hacia las dimensiones y planos de consciencia en donde debe materializarse la Voluntad de Dios en esta superficie.

Como lo pedí en otro lugar de esta Obra, deseo aquí la Fuente del Cristo Curador, el Insondable y Sagrado Corazón de Jesús, para que los que crucen la sagrada puerta de esta casa encuentren Mi Agua de Vida, que los purifique y los lave, que los alivie y que los renueve para el próximo servicio.

Esta agua de la Fuente del Cristo Curador será bendita no solo para el Santo Sacramento del Bautismo, sino también para los que la quieran beber o la quieran llevar consigo para bendecir sus casas y familias.

Vean, compañeros, cuán simple pero cuán profundo es el Amor de Dios, que se esconde en lo que es silencioso y anónimo, que se aparta de cualquier protagonismo y exposición; porque Dios está presente en la vida de los peregrinos, de los buscadores de la paz y del bien, de los que trabajarán en estos tiempos críticos para que los valores de la dignidad humana, de la fraternidad y, sobre todo, del amor no se disuelvan de las consciencias.

Tendrán Conmigo dos días más de encuentro en esta sagrada casa. Les pido que, en estos días que aún vivimos de Cuaresma y de vacío interior a través de sus propios desiertos, ofrezcan cada tarea y cada servicio en nombre del Señor. Así como también ofrezcan los días de la Maratón de oración a Mi Sagrado Corazón.

Mi Mirada estará atenta a las acciones de Misericordia, para que los graves errores que hoy se cometen, en el mundo y a través de las guerras, puedan ser disueltos y se conceda un tiempo más de paz en el mundo.

Por eso, Mis amigos, la paz debe comenzar primero en ustedes, cuidando sus palabras, cuidando sus gestos, cuidando sus actitudes, cuidando sus pensamientos y sentimientos, cuidando al prójimo antes que a ustedes.

Así, la caridad fraterna, inspirada a través de los tiempos por muchos santos y bienaventurados, no se disolverá en el mundo y concederá la paz; y esta caridad fraterna se reflejará en sus rostros con una hermosa sonrisa por servir a Dios. Así, sus propios sufrimientos y agonías se disolverán, porque quién sirve a Dios se libera para siempre de sí mismo.

Tomen en cuenta todo lo que les digo y guarden Mis Palabras en sus corazones.

Una vez más, les agradezco por estar hoy aquí.
 

Bendice, Señor,
a los que escuchan Tu Llamado.

Bendice, Señor,
a los que te sirven incansablemente.

Abraza con Tu Amor
a los que invocan Tu Nombre,
y guía los pasos de los consecuentes.

Que las heridas y los agravios de los corazones,
por todas las ofensas que hayan podido recibir
a través de los tiempos,
se sanen.

Glorifica, Señor,
a los que sirven anónimamente;
 silencia a los que hablan injustamente.

 Porque Tu Poder y Tu Luz estarán
en los que siempre te dicen sí y no retroceden,
porque entregando sus vidas en Tus Manos,
entregando sus consciencias a Tu Corazón, Señor,
el tiempo de la consumación se cumplirá;
así como Tu Amadísimo Hijo lo cumplió
cuando expiró en la Cruz.

Amén.


En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 120.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Primer Mensaje

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Me alegra el sagrado reencuentro con Mi familia espiritual de Aurora.

A pesar de las situaciones críticas del planeta, a pesar de los tiempos de tribulación; hoy, Mi Presencia está aquí para bendecirlos, una vez más, a través de Mi Luz y de Mi Paz.

¡Cuántas tempestades internas atravesaron en estos últimos tres años! Y, ¡cuántas tribulaciones enfrenta hoy la humanidad!

Y hoy, en el nombre de Mi Amor están aquí, así como son, así como Yo los puedo contemplar y conocer, más allá de toda imperfección, más allá de todo gran desierto espiritual o interno.

Hoy, están aquí en el nombre de Mi Amor, y así Yo los congrego en torno a Mi Divino Espíritu, al Divino Espíritu Consolador de Dios, que en este tiempo final intenta inundar a las almas con Su Amor; pero las almas no escuchan el Llamado de Dios, las almas escuchan el sonido de las guerras y de las bombas, de las catástrofes de la naturaleza.

Este es el tiempo que estaba previsto que la humanidad viviera, un tiempo muy desconocido para todos, pero un tiempo lleno de oportunidades y de Gracias para los corazones que se abran a la transformación interior para alcanzar la redención.

Hoy, estoy sobre un suelo sagrado, el suelo que ha sido testigo del descenso de la Madre de Dios, que trajo Su Mensaje de Cura al mundo entero. Y hoy, Yo también Soy testigo de esto, de todo el Legado que les ha impartido la Jerarquía a través de los tiempos, un Legado al que le ha llegado el tiempo de vivir su síntesis.

Por eso ustedes, compañeros, también son llamados a vivir esa síntesis espiritual, en la que deben meditar, por un momento, sobre todo lo que ha hecho la Jerarquía en estos últimos años, preparándolos para este tiempo de tribulación y para ayudar a atravesar la tribulación a muchos de sus hermanos.

Si les trajera otra promesa no sería real, Yo les traigo la verdad de estos tiempos que a muchos de Mis compañeros les cuesta atravesar. Pero no se olviden de que Yo les otorgué el don de la fe para que puedan seguir siendo Mis testigos del Amor, de esa Verdad Crística que puede emerger de cada corazón y de cada espíritu. Esto los ayudará a vivir este ciclo de definición, porque cada ciclo les traerá una nueva definición y un nuevo paso.

Y ahora, después de todo lo aprendido y de todo lo vivido a través de Nuestros Sagrados Corazones, ha llegado el tiempo, compañeros, de que finalmente cada uno viva la misión que vino a cumplir a la Tierra; que ya no solo sea una promesa, sino una realidad, la realidad de vivir la Voluntad de Dios, así como está escrita para cada esencia del planeta.

A pesar de estos tiempos dolorosos que atraviesa la humanidad, este es el momento de que se aferren a Mí, que puedan ser instrumentos de Mi Misericordia para que Mi Divina e Insondable Misericordia, tan necesaria en todas partes del mundo, pueda brotar como una inagotable Fuente para todos los corazones sedientos y necesitados, para todas las naciones del mundo que atraviesan su propia tribulación, para los pueblos, culturas y religiones que también atraviesan su tribulación.

Este es Mi Mensaje de madurez que Yo le entrego al mundo. Ya les dije, una vez y no hace tanto tiempo, que están en el mismo momento en el cual estuvieron los santos apóstoles, tiempo después de Mi Ascensión a los Cielos. Este es el momento que cada uno de ustedes estará enfrentando, de hacer lo que Yo necesito que hagan, de vivir lo que Yo necesito que vivan, de manifestar lo que Yo necesito que manifiesten y concreten en este plano material.

Porque Mis Palabras, que son las Palabras de Dios, no pueden quedar guardadas en la memoria. Mis Palabras deben ser vida en ustedes, para que sus vidas sean en Mí y Yo sea en ustedes, aun a pesar del tiempo de la gran purificación planetaria, en el que, por sus propios ojos, ustedes ven la realidad de la humanidad, realidades muy dolorosas y traumáticas, en las que cientos de almas corren peligro espiritual y material.

Por eso, ahora más que nunca, sus corazones deben unirse a la Red Suplicante. Sus vidas deben ser propiamente una oración, en sus actos, en sus pensamientos y en sus sentimientos, y en lo más profundo de la esencia de cada ser.

Esto equilibrará la balanza de la Justicia del planeta ante tantos desequilibrios, maldades y ultrajes en el mundo, en el que aún la sangre de los más inocentes y puros sigue siendo derramada y esto tiene un gran peso ante la Ley.

Por eso, Yo les digo, una vez más, que su vida debe ser una oración, una conquista incansable en el día a día, intentándolo en cada momento y en cada paso. Así, la Ley de Mi Gracia estará más presente en el mundo y Mi Insondable e Infinita Misericordia actuará e intercederá ante los graves errores del mundo y de la humanidad.

Unirse a la Red Suplicante es la premisa de los apóstoles de los últimos tiempos.

Unirse a la Red de Adoración de Mi Cuerpo Eucarístico es la prioridad de los apóstoles de los últimos tiempos.

Porque las malas energías que circulan en el planeta y que hacen sucumbir a naciones y pueblos enteros, que desestabilizan a los elementos de la naturaleza, todas esas interferencias deben ser expulsadas para que el equilibrio reine en la humanidad y, sobre todo, en la consciencia del planeta.

Yo vengo a hablarles de todo esto por última vez, porque las enseñanzas ya fueron transmitidas y compartidas, y ahora es el tiempo de que Mis apóstoles sean mediadores entre la humanidad y Dios, así como Mi Corazón Misericordioso es mediador entre sus almas y Dios. Mientras esto no suceda, las almas inocentes seguirán sufriendo, las guerras seguirán aconteciendo y el desequilibrio será más grande.

Pero, aunque en el final de los tiempos vean cosas que nunca imaginaron y que nunca pensaron, no se amedrenten, no se perturben, porque ya está escrita la hora del Retorno del Rey. Esto se cumplirá y Yo ya les dije que no está muy lejos.

Y, a través de estos últimos encuentros Conmigo, Yo los preparo para que, en el gran momento del planeta, en la hora más definitiva y culminante de la humanidad, ustedes recuerden todo lo que Yo les dije a través de los tiempos y de los años.

Por Amor, quiero decirles que Mi Divinidad, Mi Alma y Mi Espíritu siempre los bendecirán, pero no forzarán su propia transformación, la necesidad del cambio que Yo preciso en sus vidas. Porque si hoy están aquí escuchándome no es una casualidad; eso no existe para Dios, lo que sí existe es una causa que, a pesar de ser desconocida para ustedes, esa causa tiene un Propósito Mayor, un Propósito Superior e Infinito.

Aurora, a través de los tiempos, se ha ofrecido en nombre del planeta y de la humanidad para ser la Gran Consciencia Espiritual e Interior que impulsa la revelación en los últimos tiempos, que impulsa la definición de los corazones, que impulsa la revelación de las profecías y de las últimas Palabras de las Jerarquías.

Por eso, Aurora ha llegado muy lejos y, en esta última fase del final de los tiempos, completará esta última etapa de su tarea universal y planetaria. Las Jerarquías se preparan para esto.

Yo deseo que siempre vivan en el bien y en la paz, en la confianza absoluta de Mi Corazón, sabiendo que es un tiempo de grandes esfuerzos no solo materiales, sino también espirituales; sabiendo que es un tiempo de que cada uno de ustedes se enfrente a su propia realidad, que no le tema ni retroceda, sino que la atraviese con valentía y con coraje, con un toque de Esperanza Divina para que la agonía no se establezca, sino que el gran impulso superior de la transformación pueda suceder en la mayor cantidad de almas posibles, rumbo al encuentro de la redención para vivir el encuentro de la cura interior, de la liberación de las amarras y de las cadenas de la opresión, aceptando profundamente Mi Misericordia.

Esto es lo que Yo les puedo entregar, Mi Misericordia, todas las veces que la necesiten y que la invoquen; porque la promesa de Mi Misericordia es salvar al mundo y liberar a la humanidad de su propio cautiverio.

Por eso, Mi deseo ardiente es que, en esta Maratón de la Divina Misericordia, sus corazones se conviertan en corazones suplicantes que se unan a la Red de los Espejos del Universo, para que las grandes Jerarquías Espirituales puedan volver a interceder por esta grave situación planetaria, para que la Luz y el Amor de Cristo triunfen, y las almas ya no sufran, porque hacen sufrir a Mi Corazón.

Como les ha dicho Mi Madre, la última vez, la puerta de la cristificación está abierta para quien quiera atravesarla, sin saber qué será esa cristificación.

Y que, a través de esta Maratón de la Misericordia, las armas puedan ser calladas para que se establezca la paz, especialmente donde ya no existe, especialmente donde ya no se siente y donde ya no se vive; porque quien está en paz y vive en paz, está en el Reino de los Cielos, aun estando en la Tierra.

Ahora, Me recojo en los corazones que abren las puertas de sus almas para que Yo pueda entrar, vivir y gobernar por medio de la santa celebración de la Eucaristía que hoy celebrarán, en Mi Nombre y por Mi Nombre, por la paz de los que ya no la tienen y en nombre de la Luz en los lugares en donde ya no existe, sobre todo la Luz que se ha disipado de muchos corazones.

Celebraremos para que la Divina Esperanza descienda y para que esta Maratón sea una Maratón de súplica y de gloria, en la que todos los ángeles de la guarda puedan interceder y obrar para unir a las consciencias, para reconciliar a los corazones, para proteger a todas las familias bajo el Manto del Padre Celestial.
 

Aurora,
que Tu Luz reine a pesar de las tinieblas.

Aurora,
que Tu Sagrada Espada corte los vínculos con el mal,
para que las almas del mundo
sean liberadas del cautiverio espiritual.

Aurora,
que Tu Luz renazca en los corazones sedientos.

Aurora,
que Tu Cura se cumpla en aquellos que aspiran a encontrarla.

Aurora,
abre las puertas de la consciencia,
para que todos alcancen el alivio y la paz.

¡Salve, Aurora del Señor!

Amén.


Les agradezco por este amoroso y simple recibimiento. Y les agradezco a todos los servidores que viven aquí y que sostienen, día a día, este Centro de Amor a través del esfuerzo de sus corazones, a través de la donación de sus vidas, a través de la entrega de sus manos para construir un Plan Divino y Mayor que muchos aún no comprenden.

Por eso, bendigo la valentía y el coraje de los consecuentes de Aurora.

Y no se olviden de que, a pesar de todo, Yo siempre estoy allí, en el silencio de las estrellas, en el nacer del sol, en el corazón orante y adorador. Allí, Yo estoy, porque Soy el que Soy.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Coloquen sus manos en señal de recepción para recibir la bendición y la Luz de Cristo, Nuestro Señor, y así entrar en comunión con Su Divina Consciencia.


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN PRZEMYSL, POLONIA (FRONTERA CON UCRANIA), AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 118.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Como la Luz de Dios que desciende a la Tierra, Me vuelvo a presentar ante ustedes y, a través de ustedes, a la humanidad para que escuche la Voz de Dios que resuena desde lo más profundo de Su Creación, para que las almas alcancen la Luz, para que las naciones vivan la Voluntad de Dios, que ya fue prevista en el principio.

Pero sé que esto no está aconteciendo. Así como Nosotros, ustedes lo ven en el día a día de esta humanidad y de este planeta, porque el gran tiempo del Apocalipsis se está cumpliendo y no habrá quien pueda escapar de esto, compañeros.

Por eso, los hemos llamado a través de los tiempos a vivir un estado de oración perpetua y verdadera, sin permitir que pase ni un día sin orar, porque el verbo de la oración siempre los guiará, aunque caminen entre las tinieblas y las tribulaciones.

Yo vengo aquí como el Gran Testigo de la Misericordia de Dios para el mundo.

Yo Soy Aquel que fue clavado en la Cruz y con Mis Brazos extendidos sobre el madero, en la mayor agonía que ningún ser humano pudo haber experimentado, Yo no los condené, pedí por ustedes. Por eso, Me entregué por ustedes para que tuvieran vida en abundancia, a través de los méritos alcanzados por su Maestro y Señor.

Pero, a pesar de tantas Apariciones y Mensajes a través de los siglos, anunciados por Nuestros Sagrados Corazones, aún son muy pocos los que han respondido al Llamado de Dios.

Por eso, durante el mes de abril de este mismo año, Yo los llamé para que Me acompañaran a Israel y pudieran vivir de cerca Mi Tierra Santa que, también hasta los días de hoy, se guarda en trincheras y en armas para defenderse de sus enemigos.

Pero, ¿dónde está el límite entre lo superficial y lo profundo, entre lo que el ser humano puede sentir y lo que puede expresar?

Dios Padre Ha dedicado Su Vida y Su Existencia, desde el principio de esta Creación, desde la primera humanidad en el planeta, para que todos pudieran conocer en profundidad la Vida Divina. Y aún más, Él se entregó y se donó por ustedes, para que aprendieran a reconocerlo, para que aprendieran a adorarlo, para que la fe de cada uno de ustedes fuera una fuente inagotable que nunca se acaba.

Por eso, les vuelvo a repetir que muy pocos han comprendido el Llamado de Dios. Y hoy, bajo la Luz Insondable de Su Misericordia, a través de Su gran canal de Misericordia en Polonia, una vez más Me vuelvo a presentar en el Nombre de Dios para intentar llevar a las almas hacia la esencia de la Vida Divina, en la que no se practica el mal ni la impunidad, en la que la felicidad prometida del Reino de los Cielos existe, en la que no hay angustia, dolor ni sufrimiento.

Después de lo que Yo viví en el Monte Calvario, después de lo que experimenté luego de Mi Muerte en la Cruz y en el Santo Sepulcro; puedo decirles, compañeros, que el ser humano, en esta superficie, ha vivido experiencias extremas como hoy muchos de Mis hijos las viven a través del exilio, del conflicto y de la guerra, a través de la persecución por su religión y por su fe.

Porque en verdad les digo que ustedes son un Proyecto en este planeta, originado en el principio para ser un único Proyecto y ser así una única familia espiritual. Si esto hubiera sido comprendido por el hombre de la superficie; muchas cosas que hoy suceden no sucederían.

Por eso, debemos descender de los Cielos, una y otra vez; porque la humanidad siempre está a punto de perderse, de caer en un abismo sin retorno y de llevar a millones de almas hacia el mismo estado, sin que imaginen lo que verdaderamente esto significa.

Por eso, hoy, estoy aquí una vez más por Ucrania y por aquellos pueblos que también viven la guerra y que no son noticia en el mundo, porque se oculta su sufrimiento y dolor.

¿Cómo es posible, compañeros, que después de haber derramado Sangre y Agua en la Cruz, y la superficie de este mundo haber sido transmutada y liberada por Mi propia Sangre y por Mi propia Agua; que la humanidad continúe viviendo así, de esta forma, bajo el maligno espíritu de la indiferencia y de la impunidad?

Por eso, llegará el momento del Juicio Universal, algo que la humanidad desconoce. Pero no vengo a hablarles aquí de lo que sucederá en el mundo, porque ya lo escucharon muchas veces de Mí. Hoy, vengo a hablarles de las entrañas de Mi Misericordia, que espiritualmente están abiertas para que las almas ingresen en el océano de la Misericordia de Dios, como hoy ustedes ingresan en el océano de Mi Amor.

Vengo aquí para ser testigo de que el Amor existe y que, a pesar de lo que la humanidad haga o de los errores que cometa, nunca ese Amor Superior podrá ser vencido, disuelto o extirpado del Corazón de esta Creación, que es el Corazón de Dios. Porque el mal es el reflejo de una gran desobediencia, de una ilusoria capacidad de vivir la voluntad propia y de decidir por sí mismos su destino. Tarde o temprano, compañeros, las almas sufren, porque se resisten a vivir la Voluntad de Dios.

Todos los seres de la superficie de la Tierra están aquí, en esta escuela, para aprender a amar y a perdonar. Yo les di el ejemplo de Mi Vida, sin condiciones y de una forma íntima y espiritual.

Los instruí a través de las parábolas, para que sus mentes pudieran comprender la esencia del Mensaje; para que, con ejemplos tan cotidianos y simples como los que existen en las parábolas del Evangelio, todos los seres sin excepción, más allá de sus escuelas y de sus experiencias, pudieran aprender a vivir en las Leyes Superiores y, aun así, muchos no lo viven.

Por eso, Me presento como el Misericordioso Dios para que se enmienden los errores y se transmuten los pecados, que son incitados por Mi adversario a través de las almas del mundo, especialmente aquellas que no viven ningún grado de consagración.

¿Quién estará Conmigo, en el día del Juicio Universal, para dar testimonio de salvación y de Misericordia por las almas más perdidas?

Yo les enseñé que no se lucha contra el enemigo, sino que se lo vence a través del Amor, del Amor que convierte al corazón endurecido por su propio sufrimiento y dolor. El Amor siempre será la Luz de la vida.

Por eso, la humanidad pierde en estos tiempos esa Luz, queriendo abortar las vidas que no nacieron y ultrajando las Leyes de la Creación. Y esto no es parte de un pensamiento religioso, sino es la ciencia de la ética de la vida, de tener la mínima capacidad de discernimiento, de que si una consciencia destruye una vida que no nació, destruye su propia vida y su propia esencia, apartándose del Amor y de la Verdad.

Por eso, le digo al mundo por última vez y en especial a las familias que cuiden a sus hijos, que sean buenos padres, padres vigilantes y guardianes de sus hijos. No permitan que las influencias del mal de estos tiempos hagan de sus hijos objetos que no son de Dios, expresiones que no son de Dios, corriendo el riesgo de que muera el alma de sus seres queridos.

Pero esto no será a través de la imposición, sino a través de la palabra viva del amor que, de forma incesante e ininterrumpida, se repite todas las veces que sea necesario por amor, para que las almas de sus hijos y seres queridos tengan la Gracia de estar ante la Verdad, que está impregnada del Amor de Dios, y no ante una justicia que se impone a los corazones para que cambien. Vean la ciencia del lenguaje y el misterio del Verbo Creador que, solo a través de una palabra, es capaz de transformar a un corazón perdido.

Y no se olviden de orar por los que sufren las guerras, porque este mundo quiere crear más guerras insensatas y, así, crear más sufrimiento y más dolor en la humanidad.

Aunque Mi tiempo con ustedes esté terminando, en este ciclo final de los tiempos, recojan todos los frutos que les entregué a través de Mis Palabras, beban de la fuente inagotable del Amor que brota de Mi Corazón Misericordioso para todas las almas.

Lleven a las almas hacia Mi Misericordia. No juzguen; no castiguen; no usen la autoridad, porque la Autoridad está en Dios, a través de Su Sabiduría y de Su Ciencia.

Sean Misericordiosos, no se olviden de esto porque el mundo se aparta cada día más de la Misericordia de Dios y se coloca en su propia justicia e impunidad, porque la Justicia de Dios es Amor y no castigo.

Díganle al mundo que eso no es Dios; para que los errores que cometieron muchos pensadores y escritores, aun de la vida religiosa, sean corregidos para que el mundo pueda conocer al Dios del Amor y de la Vida; porque Él sabe que ustedes caerán nuevamente, pero Dios no los juzgará. Un padre, un buen padre, sabe que sus hijos lo intentarán, y espera pacientemente que den el paso definitivo hacia la comunión perpetua con Su Corazón.

Hay tantos tesoros que esperan descender de los Cielos, que la humanidad, embebida en sus propios conflictos, ni siquiera percibe que el Cielo está por encima de su cabeza.

Busquen en la noche, en el gran firmamento estelar, su estrella de origen, y díganle a Dios:


Señor, aquí estoy.
Así soy.

Me entrego a Ti en confianza
para que, a través de esta imperfecta vida,
Tú reflejes Tu Amor.
 

Que una vez más, Ucrania y las naciones esclavas del mundo sean bendecidas. Extendiendo Mis Brazos, como el Redentor del mundo, ilumino a través de Mis Manos y de Mi Corazón a la humanidad, para que algún día alcance la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ahora, junto a Mí, compañeros, recemos al Ángel Celador del Cuerpo Eucarístico de Jesús para que, en estos Cálices, que hoy están a Mis Pies, una vez más sean depositadas sus ofrendas y sacrificios en reparación del Corazón de Jesús y de todos los Sagrarios de la Tierra.

Oremos juntos, como una sola voz y un gran corazón:
 

Santísimo Dios,
Fuente de Amor, de Luz y de Vida,
recibe nuestros más sinceros ofrecimientos,
en gloria a Ti, ¡oh Glorioso Creador!
Amén.
(6 veces)
 

Los dejaré ahora con una parte de Mi Vida, reflejada a través de la Santa Eucaristía, del mismo impulso y de la misma Luz que Yo instituí en el Santo Cenáculo, por toda la vida sacerdotal del planeta.

Oremos por los sacerdotes, para que estén firmes en su oficio y en su servicio por las almas, para que sean luz en el mundo, amor y caridad.

Que la Luz de Mi Sacerdocio Espiritual los acompañe.

Vayan en paz.

Sus corazones ya fueron purificados.

Paz para Ucrania y el mundo.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 33 ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE FLORIANÓPOLIS, SANTA CATARINA, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Padre Nuestro...

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En esta tarde vengo como el Transfigurador de todas las cosas y presento para ustedes, compañeros, la Faz de Mi Transfiguración, aquella que ustedes también deben alcanzar  en sus vidas, en el servicio y en la oración, para que al fin, el mundo y la humanidad se liberen  de todos los pecados que desvían a las almas del propósito, del camino que Cristo, su Señor, los ha llamado a recorrer en esta hora.

Sé que muchos de ustedes deben ingresar en este camino, por eso las cosas son tan difíciles.

Pero Mi adversario no triunfará. El triunfo lo tendrá el Corazón de Dios Padre.

Hoy Yo vengo aquí, compañeros, con todo el regocijo del Cielo y del Universo, para presentarles nuevamente Mi Faz de Transfiguración, la que se irradia a sus seres para transformar sus células y átomos, en el precioso proyecto que Dios tiene previsto para ustedes.

Esto, compañeros, también es Obra de Mi Divina Misericordia.

Acepten la convocatoria que hoy les presento.

Vivan plenamente una vida de oración.

Sirvan a sus hermanos siempre que los encuentren delante de una gran necesidad. Y esa necesidad no solo debe ser material, sino también espiritual, porque las almas sufren en sus espíritus. Muchas almas sufren en esta hora aguda.

Quisiera que sus corazones percibieran estas cosas, porque el mundo necesita despertar de ese sueño profundo en el cual se ha colocado.

Viví la cruz por ustedes y ahora vivo la cruz espiritual por la humanidad. ¿Quién la compartirá Conmigo en esta hora?

Sé que sus seres no saben lo que es el sufrimiento verdadero. Por eso Yo lo viví por ustedes en aquel tiempo, para que ustedes no sufrieran en esta hora, tampoco sus hermanos, ni todos aquellos que desconocen en este momento actual de la humanidad.

Quisiera, para los que son nuevos, que adoptaran Mi Sagrado Corazón y dejaran los hábitos que adoptaron en sus vidas, los hábitos que no son de la evolución de Dios.

Por eso, los necesito purificados en este tiempo, para que puedan ingresar en consciencia al Reino de Mi Padre y participar de todos los tesoros que Yo quiero depositar en cada uno de ustedes.

Quisiera, compañeros, que aspiraran a la vida celestial, no como algo inalcanzable sino como algo próximo a ustedes, así como es hoy, en este sagrado encuentro Conmigo.

Por eso abro las Puertas de los Cielos, para que sus miserias sean transformadas y al planeta no le pese tanto el pecado del mundo.

Ustedes, compañeros, a partir de este día deberán ser consecuentes Conmigo en la actitud de la vida y en la práctica de los buenos ejemplos. Porque este es Mi último llamado para la humanidad, antes de que todo se precipite, que es algo que no espera la humanidad porque cree que nunca sucederá.

Así como ven nacer el Sol en el horizonte, así verán oscurecerse el día, y esa será la señal de que deberán estar listos y en permanente vigilia Conmigo.

Así, compañeros, sabrán en donde estar y no dejarán desesperarse por las cosas que dirá el mundo, porque en sus corazones estará la verdad, aquella que Yo vengo enseñando hace dos mil años y que hoy nuevamente les entrego para que puedan participar Conmigo de esta unión predilecta con Mi Espíritu.

Quisiera que contaran todas las veces que Yo ya estuve con ustedes y cuántas cosas Yo les he dicho a lo largo del tiempo. Así comprenderán, compañeros, que Mi Propósito continúa vivo en los corazones consecuentes y abiertos a responder al llamado del Altísimo, en la liberación de sus vidas y de todas las deudas que retardan su evolución.

Quisiera que abrieran sus ojos a lo que es verdadero y abandonaran la ilusión de esta humanidad, de una realización ficticia que no tiene nada que ver con el espíritu, porque, compañeros, su verdadero tesoro está en el corazón.

Partirán de esta Tierra llevando esta experiencia al lugar del Universo que les corresponderá y presentarán a los Señores de la Ley todos sus esfuerzos, todas las metas que han cumplido en la vida espiritual, en el trabajo de oración y de solidaridad para con sus semejantes.

Eso es lo verdadero para este tiempo, compañeros.

Así, sus vidas serán un milagro y verán los milagros acontecer a su alrededor y en cada uno de sus hermanos. Porque quien se transfigura todo lo alcanza y está en Dios, dentro de Su Propósito infinito.

Por eso he venido a bendecirlos en esta tarde, a desatar los nudos de la consciencia, todo lo que impide el caminar de las almas hacia Mi Corazón, porque si hoy ustedes Me escuchan, compañeros, sus hermanos también deberán escucharme a través de ustedes.

La energía, en el Universo, se economiza. Por eso nada se pierde y cada momento es bendito y sagrado para ustedes, porque al fin de todo deben vivir su misión y no estar más estarán perdidos en el mundo.

Reflejen a su Padre lo que verdaderamente son.

Expresen el amor que aún no han dado a sus hermanos.

Unifíquense como una sola hermandad y confírmense como Mis apóstoles del nuevo tiempo.

Así, cuando Yo vuelva por segunda vez en Gloria, no solo Me verán venir en Luz, sino con las trece legiones angélicas que Yo he escogido para reencender al mundo en la Liberación y en la Redención, y tornar este sagrado planeta, que es muy ultrajado por los hombres, en una bendita tierra sagrada, en el principio de una Nueva Humanidad.

Por eso, compañeros, no solo se cuiden ustedes, aprendan a cuidar de sus hermanos y conocidos.

No permitan que sus hermanos ingresen en las tinieblas.

Fervorosamente, por intermedio de la oración del corazón, imploren al Padre Celestial ofertando Mi Sagrado Corazón por el mundo y esperen; esperen en silencio, porque la respuesta llegará. La hora lo está marcando.

Y ahora, compañeros, recemos para que esta Transfiguración se dé en los que deben ser transfigurados por el Fuego de Mi Espíritu y de Mi divina Intercesión, para así realizar y cumplir el Proyecto de Dios en la Tierra en esta última era.

Repitamos (por tres veces):


¡Transfiguración, Transfiguración, Transfiguración!
Rayo de elevación y trascendencia, habita en nosotros.

Amén.


Y ahora, no solo vengo por sus almas sino por las almas del mundo y por todos aquellos que deben alcanzar la paz.

Por eso hoy les entrego esta bendición, para que se puedan renovar ante Mi Presencia.

En cuanto estoy presente, ofrezcan estos elementos en adoración a Dios y santifiquen sus vidas en unión al Espíritu Santo

Canción: Tú eres el Rey

Y al Corazón de nuestro Padre elevaremos esta ofrenda, haciendo memoria de la Pasión de Nuestro Señor y de la sagrada oportunidad que su Maestro, Cristo Redentor, dejó para todos a través de la Comunión perpetua con Su Cuerpo y Su Sangre, divinizados en todos los espíritus de la Tierra que comulgan siempre con Su Sagrado Corazón.

En el nombre de esta sagrada ceremonia, compañeros y de todos los ángeles del Cielo que están aquí congregados por la Redención y por la Paz en todo el planeta, Yo instituyo la transustanciación de este pan y de este vino, para la redención de las almas y de los corazones que comerán y beberán del Espíritu del Rey.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Yo los bendigo y les agradezco por haberme recibido en este lugar.

Y mientras Me elevo, acompañen esta canción como la proclamación de sus almas, en unión al Sagrado Corazón de Jesús y a Su Amor infinito por cada ser de este planeta.

Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Vayan en paz y sean la paz en estos tiempos; por donde vayan y para quien encuentren, solo entreguen la paz.

¡Les agradezco!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto