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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hermana Lucía de Jesús:
Repitamos, frase por frase:
Por las sagradas virtudes de Tu Casto Corazón,
San José, consagra nuestras vidas.
Por la sagrada virtud de la humildad,
San José, consagra nuestras almas.
Por la sagrada virtud del servicio,
San José, consagra nuestras acciones.
Por la sagrada virtud del silencio,
San José, consagra nuestras palabras.
Por la sagrada virtud de la sabiduría,
San José, consagra nuestros pensamientos.
Por la sagrada virtud de la renuncia,
San José, consagra nuestros sentimientos.
Por la sagrada virtud del Amor Mayor,
San José, consagra nuestra consciencia.
Te ofrecemos nuestros seres, nuestras almas,
nuestras acciones, nuestras palabras, nuestros pensamientos,
nuestros sentimientos, nuestra consciencia,
para que deposites en todo lo que somos Tus sagradas virtudes
y así podamos ser llamados Tus Hijos y Amigos.
Amén.
Quiero que comiencen cada viernes, con esta "Oración de consagración al Casto Corazón de San José", dedicando sus días a ejercitar estas virtudes, meditando en Mis Palabras, reflexionando en todo lo que ya les dije; para así fortalecer su consagración y que, mucho más allá de lo que suceda en la Tierra, hijos, sus corazones siempre carguen consigo Mis santas virtudes.
Hoy, extiendo sobre ustedes Mi sagrado manto protector de padre, de compañero y de amigo, para que sientan Mi abrazo, Mi amparo y Mi Presencia. Estaré con ustedes todos los días que vendrán. Solo ustedes mismos Me lo podrán impedir cuando no le abran la puerta a Dios, cuando no abran sus corazones, cuando se olviden de Nuestra Presencia.
Por eso, hijos, abran sus corazones y sus espíritus cada nuevo día, reconsagren sus almas cada nuevo día. Así, jamás les faltará la fortaleza, la sabiduría, el silencio y la renuncia, para que puedan seguir adelante como dignos hijos de Mi Casto Corazón.
Hoy, despierto, en cada uno de ustedes, todos los códigos que un día les entregué; para reabrir, en su interior, el lirio de Mi Casto Corazón, el lirio de Mis Gracias, de Mis Bendiciones y de Mis Misericordias, no por Mí, sino porque esta es la Voluntad del Padre.
Este será un tiempo de muchos desafíos, de vivir lo que estaba escrito, de ver manifestado el Armagedón, como también el Apocalipsis, de comprender cada Palabra que fue dicha por verla manifestada en sus vidas. Pero también es el tiempo, hijos, de aguardar las Promesas porque, después de que todo se cumpla, las Promesas de Cristo también se cumplirán.
Solo les pido que perseveren, pero que perseveren en oración. Jamás dejen de orar, de clamar, de adorar a Dios, de cantarle al Padre Celestial, alejando de sus corazones el temor con la potencia del Amor Divino que nace en el corazón adorador.
Con todo lo que ya aprendieron en los últimos tiempos, hoy les puedo decir no solo que oren, sino que eleven la consciencia, que eleven la consciencia más allá del caos, que eleven la consciencia más allá de sus aspectos humanos, que eleven la consciencia más allá de la superficialidad, más allá de lo que es visible y material, que eleven la consciencia al Corazón de la Jerarquía, siempre clamando, trabajando y esforzándose día a día para estar más allá de los acontecimientos mundiales.
No coloquen tanto su atención en el mundo, pero sí en su mundo interior. Esta es la llave, hijos Míos, que los mantendrá siempre despiertos, que mantendrá encendida la Luz de sus consciencias, aunque la oscuridad se expanda por el mundo y por los corazones de los hombres.
Trabajen con todas las herramientas que les entregamos, todas las herramientas sagradas que los unen a los espacios sagrados del planeta, llamados Centros de Amor, porque allí se guardan los códigos que equilibrarán el caos del mundo.
Que cada nuevo día sus consciencias recuerden que no pertenecen a esta Tierra. No quieran hacer reinos aquí, riquezas, fortunas. Al contrario, hijos Míos, únanse cada día al Reino de Dios, únanse cada día al Reino de sus corazones y desapéguense de todo lo que es superficial, para que hagan crecer la verdadera riqueza en su interior, que justifica sus vidas, que justifica su existencia, que justifica cada prueba, sufrimiento, desafío que vivieron a lo largo de los tiempos, en esta y en todas las vidas.
Permitan que crezca dentro de ustedes lo que justifica Nuestra Presencia ante Dios, lo que podemos llevar como méritos al Altar Celestial para concederles Misericordia a las almas; porque esta es la gran riqueza: que las almas, que ya no pueden interceder por sí mismas, reciban Misericordia por el mérito de sus corazones.
Esta es la gran riqueza: que las almas olvidadas en los infiernos de este mundo y las almas perdidas en los purgatorios de la Tierra reciban una nueva oportunidad por la oración sincera de sus corazones, por la elevación sincera de sus consciencias, por el esfuerzo correcto en la dirección correcta que es el Corazón de Dios.
Cuanto mayor sea el caos en la Tierra, más deben recordar los Centros de Amor, el sacrificio de las Sagradas Jerarquías que renunciaron a su evolución en el universo para permanecer sustentando a la Tierra; y que así, hijos, esto los inspire a hacer la propia parte.
Cuanto mayor el caos del mundo, más deben recordar los Centros de Amor, porque es allí donde la Tierra se equilibra, donde el mayor sacrificio se vive, donde la sustentación se manifiesta, donde una gran escuela de renuncia está siendo vivida en el interior de las consciencias, para que ustedes no pasen por el mundo sin justificar en su interior que esa escuela de amor vale la pena.
Todo el universo sustenta a la Tierra y tiene sus ojos sobre cada una de las criaturas que aquí vive. Toda la vida en el universo contempla ansiosa cada paso de la humanidad, observa cada detalle de su evolución, cada pequeño aprendizaje, cada grado de amor vivido, cada momento en el que permiten que Dios se renueve y se exprese en su interior. Ese es su verdadero tesoro, los talentos que los llevarán a sus orígenes para renovar la Creación.
No se distraigan de la evolución. No pierdan esta oportunidad por estar con la atención en las cosas pequeñas de la vida. Den, sí, importancia a las leyes de la Tierra para estar de acuerdo con las Leyes del Cielo, pero que cada día su prioridad sea evolucionar, amar, transformar la consciencia, vivir las santas virtudes y retornar al Corazón de Dios con una pequeña parte de la renovación de Su Amor.
Que Mi silencio les traiga paz. En él, escucho sus oraciones; en él, observo sus corazones, siento sus consciencias, acojo sus almas e intercedo por lo que parece imposible.
Que vengan hasta aquí los que aspiran consagrarse como Hijos y Amigos de San José.
Ustedes, hijos, son los mayores tesoros del Corazón de Dios. Cada uno de ustedes es la mayor riqueza del Corazón del Padre Celestial, sus almas, sus espíritus, sus corazones. Ustedes son el tesoro del Cielo. La vida es el tesoro del Cielo
En el misterio oculto de sus corazones, el Creador se renueva, Su Creación se recrea.
Siéntanse amados, acogidos, perdonados, dejen atrás sus culpas.
Ante sus esencias, todos los pecados se vuelven pequeños, porque mucho mayor que cualquier error, es el Amor del Creador que habita dentro de ustedes. Dejen que ese Amor se expanda, dejen que despierten en ustedes Sus dones.
Que las virtudes justifiquen su redención.
Que su ejemplo, en cada nuevo día, aunque no sea perfecto, demuestre el esfuerzo por ser un ser humano así como Dios lo pensó.
Traigan aquí incienso, agua para bendecir y óleo para ungir.
No piensen que los abandonaremos, porque ahora, más que nunca, hijos, estaremos con cada uno de ustedes, les hablaremos a sus corazones, guiaremos sus almas.
Ahora, más que nunca, hijos, acompañaré sus pasos en este tiempo definitivo de la humanidad, los ayudaré a dejar crecer el Espíritu de Dios para que Él sea Vida en sus vidas.
Por eso, no desistan de ser santos como el Santo, de ser parte de Dios y expresar Su filiación a través de las virtudes.
Por eso, bendigo este incienso para que libere las amarras de sus vidas, para que libere los compromisos con la involución, con todo lo que no les permite caminar.
Y bendigo esta agua para que purifique sus vidas, despierte la pureza en su interior, les revele el valor de sus corazones y los reconsagre como Mis Hijos y Amigos, pero también, hijos, como hijos de Dios.
Y si un día Dios Me lo pide, haré resonar Mi Voz en el mundo, en el fin del fin de los tiempos, para que recobren la esperanza.
Bendigo sus vidas, sus familias, sus intenciones más sinceras; bendigo sus naciones y, a través de ustedes, este planeta, sus Reinos y su mundo interior. Recuerden que sus vidas deben dar testimonio de que son Mis Hijos y Amigos.
Hoy, los bendigo, los consagro y consagro a todos los que se colocan ante Mí en los cuatro puntos de este mundo, a todos los que en esta hora abren sus corazones. Yo los consagro a Mi Casto Corazón.
Recibo sus ofertas, acojo sus plegarias y así les digo, hijos, que en omnipresencia y en Amor estoy con cada uno de ustedes. Sientan Mi abrazo, Mi Amor paternal, y para siempre caminen Conmigo, porque estaré con ustedes lado a lado, hombro a hombro, transformando sus corazones, manifestando la nueva vida.
Para eso Dios Me envía, para que con ustedes, desde el Origen hasta el Origen, caminemos juntos.
Canten ahora el himno de su consagración.
Reciban la Sagrada Unción y Mi santa Paz.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canción: "Padre de las almas".
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y a través de Mi Luz, vengo a tocar lo más profundo de tu ser para que las miserias más desconocidas sean purificadas y para que el centro de tu ser, que es invencible a los ojos del mundo por ser anónimo y silencioso, forme parte de Mi Proyecto en la Tierra.
A cuántos, a través de los tiempos, he tocado con Mi Divina Luz y, cuando les he hecho sentir su momento de liberación y de purificación, han dudado; pero la Luz que Yo les traigo proviene del Amor, de un Amor aún desconocido e infinito. Esto es lo más Sagrado que Yo tengo para ofrecerles a ustedes y a sus hermanos.
Ante un escenario planetario cruel, injusto e impune, quiero que el centro de sus seres, como una llama viva, esté al servicio de Mi Proyecto; y quiero que todos los que una vez fueron tocados por Mi Divina Luz no lo olviden, porque todo lo que Yo les entrego no es en vano, sino por un fin, por un propósito inmaterial. Abran así espacio dentro de sus consciencias para lo que aún deberá liberarse, trascenderse y transmutarse.
Pero hoy no los invito a mirar la imperfección, sino la perfección interna que, a través de sus esencias y almas, Dios les ha colocado desde el origen. Sin esta vida interna presente en el planeta y en este tiempo, grandes serán las dificultades de su Maestro y Señor para intervenir en la humanidad y en el planeta.
Mis pilares y Mis bases sólidas, en la superficie de la Tierra, solo serán a través de las almas de los que Me corresponden y Me viven. Yo no vengo a pedirles lo que es imposible, Yo vengo a pedirles lo que es verdadero y que yace y vive eternamente en su interior.
Es esta Vida Divina la que, en este tiempo de transición planetaria, deberá descender a través de ustedes por medio de su vida espiritual, pero también de sus obras de caridad, de bien y de paz.
Yo necesito construir en este tiempo los puentes entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y Dios; y eso se dará únicamente a través de los que Me siguen y viven Mi Mensaje. Porque fueron muchísimas las Gracias entregadas a través de los años y de todos los tiempos, Gracias que aún muchos de ustedes y de sus hermanos no pueden medir con la mente, sino que solo pueden contemplarlas con el corazón, corazón que es capaz de sentir el Amor de Cristo y de Su omnipotente Misericordia.
Arduo será atravesar este desierto, pero Yo vengo como la Fuente que sacia toda sed y que resuelve cualquier situación cuando las almas confían en Mí y en Mi Palabra, porque Mi Palabra se cumple en aquel que cree en Mí y que Me escucha.
Dios ha sido tan generoso a lo largo de los tiempos que, con Su propia Mano y Su propia Luz, la Luz de Su Amor y de Su Gracia, manifestó y les concedió esta Obra, la Obra de la Jerarquía.
Vean cuán grande es la caridad de los Centros de Amor en la Tierra, que reciben y acogen a las almas, pero que también las despiden sin condiciones ni juicios. Esta es la obra silenciosa del Amor de los Centros de Amor de la Jerarquía, que no condiciona, sino que redime, que les abre las puertas a la verdad para que todos puedan ser portadores de la paz.
He aquí los Centros de Amor de Cristo en la Tierra que, en su soledad y anonimato, a través del Corazón de la Jerarquía contemplan los acontecimientos en el final de estos tiempos y sobre todo los acontecimientos de los que una vez fueron tocados por Mi Luz.
Cada gesto Mío como cada Palabra, cada Gracia impartida como cada Misericordia entregada, están escritos en los Cielos, así como están escritos en sus almas. Deben corresponder a esta Gracia, compañeros, porque Dios los observa en Su silencio sideral, en Su cósmico recogimiento y en Su omnipresente Poder.
Valientes son los que han llegado hasta aquí y los que persistirán porque, así como con doce apóstoles transmuté al mundo y lo redimí; así, con tan pocos en este tiempo, haré persistir Mi Propósito en las almas.
La puerta de la cristificación aún sigue abierta y no se ha cerrado. ¿Quiénes tendrán el coraje de atravesarla para ya no ser nada y para que el Todo sea en ustedes como el Todo es en el Divino Hijo, el Primogénito?
Mientras tanto, en este ciclo de reconstrucción de las bases espirituales de esta Obra, las Leyes vuelven a restablecerse y esto deja a las almas ante su propia realidad, pero también ante su propio compromiso, que no se pueden olvidar de que fue firmado en los Cielos.
Den valor a todo esto antes de que Mi Presencia se recoja, porque cuando llegue ese momento, que no está muy lejos, ustedes y sus hermanos deberán dar testimonio de lo que durante muchos años creyeron y recibieron a través de Mí en confianza, fidelidad y voluntad, porque fue por una Voluntad Mayor desconocida e incomprensible para esta raza.
Así Mi Obra se perpetuará en corazones consolidados y firmes, en almas disponibles y decididas que sepan ser instrumentos en la superficie de la Tierra para reflejar, en simplicidad y humildad, los valores crísticos, todo lo que Yo les he compartido a lo largo de los tiempos, así como lo que he compartido en el pasado con Mis apóstoles.
Por eso, no olviden amarse los unos a los otros como Yo los amo. Así, tendrán ciencia y conocimiento de todo, comprenderán y aceptarán la vida de sus semejantes y de sus hermanos, tendrán el corazón abierto para acoger al que sufre e incluso al que se purifica; pues ante Dios todos son iguales, porque son Sus hijos en la Tierra, en el Edén que Él les ha confiado desde el principio.
Y así, Él Me envía para que, a través de la Luz del Amor que hoy los vuelve a tocar y a contemplar, Aurora ofrezca su brillo y su Luz inconmensurable y anónima, como siempre lo ha hecho. Así, sabrán que están delante de un misterio que sentirán en el corazón por su vibración y Gracia, por esa Gracia que los reúne una y otra vez, y que les recuerda la Hermandad.
En este segundo día, vacíen el corazón y la consciencia para que Yo pueda llegar a lo más profundo, hasta donde ustedes no pueden llegar; porque, en este tiempo de purificación y de desafíos, es Mi Espíritu que los reúne y los ayuda, como siempre lo ha hecho desde el principio, desde el primer día que Me dijeron sí.
No le teman a lo que no consiguen soportar, no sufran con lo que no pueden transformar. Porque si en su imperfección Pedro caminó sobre las aguas y casi se ahogó por dudar de su fe, Yo llegaré como en aquel tiempo en la tempestad de la noche, en la que todo parecerá muy difícil, a traer la Luz al mundo, aquella Luz infinita e invencible que generó y creó al Hijo de Dios y que lo hizo nacer en el Pesebre de Belén.
Es esta Luz la que llegará en la hora correcta y en el momento oportuno para salvarlos y salvar a muchos más que sufren en el mundo el horror de la guerra, la maldad del hambre, el sufrimiento de la enfermedad, la soledad y el abandono.
Dejen venir a Mí a los niños, a los más pequeños de todo el mundo, porque de ellos siempre será el Reino de los Cielos, porque a través de ellos recordarán su propia pureza y esencia original.
Que el estigma del odio, de la venganza y de la maldad sea transmutado por el poder interno que reside en Aurora, para que muchos más tengan la Gracia y la oportunidad de la redención.
Que se cumpla el tiempo de la esperanza.
Que se vea reflejado el tiempo de la renovación en Mis apóstoles, en los que están decididos a reconstruir Mi Obra en la superficie; porque el Señor ve hasta lo más pequeño y silencioso, porque Yo estoy allí en lo más pequeño y en lo más silencioso. Allí siempre Me encontrarán cuando ya no hable más con ustedes públicamente, porque en Mi Palabra está el Agua de Vida que sacia toda sed, que disipa toda oscuridad, que reenciende el corazón que está muerto en vida; porque, así como resucité a Lázaro de la muerte condenatoria, así tengo el poder de resucitar sus espíritus si Me lo permiten.
Que las ovejas se reúnan en Mi redil, el Señor las llama a pastar en el Nuevo Tiempo, a dar los nuevos pasos en su servicio al Plan.
Que la esperanza los ayude a soportar estos tiempos, que sostenga a la humanidad herida y ultrajada.
Que las familias puedan ser el recinto del amor y de la paz en los oratorios del corazón.
Que se cumpla el tiempo esperado, ahora y siempre. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Abran sus corazones por un instante, hijos, para que ellos reciban el amor y la cura que proviene de este lugar sagrado, de este lugar humilde, desconocido por el mundo.
De sus profundidades, emana una cura profunda, antigua como el Pensamiento Perfecto del Creador, el Pensamiento de Amor por Sus Criaturas. Dejen que sus corazones sientan el pulsar del Corazón de Aurora. Dejen que sus espíritus encuentren paz en el silencio de Aurora.
Cuando el Creador permitió la existencia del sufrimiento, Él también creó la cura para que Sus Criaturas no solo aprendieran del dolor, sino también de Su Infinito Amor.
Cuando el Creador permitió la existencia de la dualidad, Él no quería castigar a Sus Hijos, solo aspiraba a que, a través de los desafíos, Sus Criaturas pudieran crecer, pudieran aprender a discernir y a manifestar sabiduría, pudieran desarrollar en sus corazones la compasión, la piedad y la misericordia, atributos que hasta entonces eran desconocidos en toda la vida.
Por eso, hijos, ante el caos del mundo, ante el profundo sufrimiento de las almas, no coloquen sus ojos en el castigo de Dios, porque antes de permitir el sufrimiento, el Creador manifestó la cura.
Antes de permitir la dualidad, el Creador manifestó la liberación.
Antes de permitir que Sus Criaturas aprendieran errando, el Creador manifestó el perdón.
Antes de ver a Sus Hijos perdiéndose en el camino, el Creador manifestó la redención que les da la posibilidad de retornar y de reencontrar el punto de pureza que habita en su interior.
Y para que esto no estuviera distante de los seres, para que esto estuviera próximo de cada corazón, el Creador manifestó Aurora. Sin embargo, Aurora se oculta, se oculta en un espacio humilde. Y, para encontrar lo que habita en ella, deberán al menos aspirar a esta humildad y, con la simplicidad de sus corazones, ingresar en la simplicidad de Aurora y, allí, reconocer su grandeza.
Aurora no es un lugar, es un don del Corazón del Creador que guarda en sí el propósito de permitir que las criaturas retomen su pureza; se liberen de las amarras, de las cadenas que el mundo les impone; puedan curar sus heridas más profundas; puedan transformar sus aspectos más arraigados y encontrar la paz.
Aurora es un estado de consciencia que existe y se manifiesta a través del sacrificio. Y, para ser parte de Aurora, deben ser parte no solo de su cura, de su redención y de su perdón; sino también de su sacrificio, de su servicio a la humanidad y al planeta.
Aspiré a estar aquí para cumplir una Voluntad Divina, porque ha llegado el tiempo de Aurora, y eso significa, hijos, que ha llegado el tiempo de la liberación del corazón humano.
Cuanto mayor es la oscuridad que se manifiesta en el mundo, mayor es la Luz que emana de las profundidades de los Centros de Amor.
Y, así como Aurora, ellos necesitan corazones espejos que puedan reflejar al mundo los dones que se ocultan en su interior; necesitan consciencias que puedan decir sí a la transcendencia de sus aspectos humanos y a la manifestación de una vida superior, que no solo sucede con el esfuerzo humano, sino también con la apertura de la consciencia para recibir la Gracia que existe dentro de los Centros de Amor desde el principio de la vida, desde el principio de la vida sobre la Tierra.
Así como Aurora, otros espacios sagrados se ocultan en el planeta, y pulsan, hijos, como un gran corazón que espera expresarse en la Tierra y demostrarles a las criaturas que en este mundo no solo habita el caos, sino que, en una proporción mayor que la oscuridad, habita la Luz.
Llegará el día en el que el silencio de los Centros de Amor dará lugar a una gran voz, que es la voz del Propósito Divino. Y es para ese día que Yo los estoy preparando, para que sus almas sepan reconocer lo que proviene del Corazón de Dios para manifestar Su Propósito y lo que no proviene de Su Corazón, sino de la astucia de Su enemigo que, hasta el final, buscará confundir a los seres.
Por eso, guarden en sus corazones lo que hoy les entrego, que es la posibilidad de reconocer los Centros de Amor, la posibilidad de estar ante la Jerarquía de la Luz y reconocer la Presencia de Dios, sin permitir que sus corazones se confundan.
Y así, hijos, podrán guiar a otros, podrán ser la Luz sobre la mesa del mundo, la Luz que se enciende en la casa oscura para iluminar el camino y mostrar la verdad. Aunque sean pocos, una vela dentro de la casa marca una gran diferencia.
Cuando la oscuridad domine el mundo, la Luz del corazón de los que están despiertos les mostrará el camino a las almas. Y aspiro, hijos, a que sus corazones estén dispuestos a servir hasta el final, hasta que la última alma sea rescatada y retorne al Corazón de Dios.
Despierten en su interior el amor profundo por las almas. Permitan que el Amor de Dios crezca dentro de ustedes, para que aprendan a amar como Él ama, y así sus vidas tengan otro sentido a través del servicio, de la compasión, de la misericordia, a través del amor que crece, se expande y se renueva en su interior.
Porque es ese amor, hijos, que será el motor del servicio incansable que prestarán las almas hasta el final.
A través de la oración, abrirán una puerta para que Dios ame a través de ustedes. Y, a través del servicio, dejarán que ese Amor llegue a todos los corazones. El Propósito de Dios es simple, la forma de llegar a Su Corazón es simple; una oración verdadera transforma la condición humana. Por eso, no dejen de orar.
Si quieren conocer los misterios del Cielo, oren de corazón.
Si quieren ser Espejos de los Centros de Amor, oren de corazón.
Si quieren descubrir el Propósito Divino para sus vidas, oren de corazón.
Si quieren encontrar las respuestas a sus cuestiones más profundas, oren de corazón.
Si quieren desatar los nudos que existen en sus familias, oren de corazón. Y, a través de la oración, encontrarán la verdad; a través del diálogo con Dios, encontrarán las respuestas.
No teman por los tiempos que vendrán, solo coloquen en sus corazones la certeza de que antes de que Dios permitiera que todo esto sucediera, Él manifestó los Centros de Amor, Él manifestó la cura en Aurora para que llegara al mundo en el momento en que las almas más la necesitaran.
Oren por el despertar de la humanidad. Oren para que en cada punto sagrado de este mundo existan almas capaces de manifestar el Pensamiento de Dios, y que lo hagan de corazón.
Para esto, hoy Yo estoy aquí; para esto, vengo como Intercesor de las almas y, sobre todo, de las familias; para que a través de su consagración encuentren el principio de la Familia Universal, reciban el principio de la Familia de Nazaret, de una Familia Sagrada que crece en unidad, compasión, amor.
Que vengan hasta aquí las familias que se consagrarán en este día.
Que la paz que proviene del Corazón de Aurora impregne sus corazones, libere las angustias, los temores, los dolores más profundos. Que ellos den lugar a la alegría de una misión cumplida, porque la Gracia de Dios tocó sus corazones.
Antes de que Dios permitiera la muerte, Él creó la vida eterna, la vida divina. Por eso, hijos, vivan con alegría el don de la vida en la Tierra, que les da la posibilidad de crecer y amar. Pero sepan que una vida superior los aguarda, y es en ella donde ese amor que aprendieron en la Tierra se multiplica.
Por eso, cuando aprendieran a amar más en este mundo, multiplicarán este amor en el otro. El único propósito de esta vida es aprender a amar, aprender a amar de corazón, renovar el Amor de Dios.
Y cuando esto se cumple, el Creador les abre nuevos ciclos para que ingresen en otras etapas, en las que el amor que aprendieron en el planeta se multiplica y llega a toda la Creación. Allí comprenderán el sentido de la vida e incluso el sentido de la muerte, el sentido de renunciar a la vida material y soltarla para ingresar en la vida superior.
Para cada ser existe un tiempo y una hora diseñada por el Propósito Divino. Y, cuando ella se cumple, sean agradecidos, porque un nuevo ciclo les ha llegado a las almas que dicen sí.
Hoy, Mi Corazón se alegra ante sus familias, cada una con sus dificultades y desafíos, con sus virtudes y dones, con un Propósito a manifestar. Que, a pesar de la condición humana, siempre pulse en su interior la voluntad de conocer un Amor Mayor y de juntos crecer en ese Amor.
Oren los unos por los otros, oren unos con otros, y dejen que ese amor crezca.
Tienen Mi bendición para esto.
Que esta agua represente para sus vidas la pureza de la Sagrada Familia de Nazaret, que lave sus pecados, que los libere de los dolores, que revele su pureza y les traiga paz.
Que este incienso represente su aspiración de vivir lo sagrado, que libere a sus almas de lo que les impide llegar a lo sagrado.
Aquí estoy, hijos, como un Padre para los padres, como un Padre para los hijos, como un Amigo al cual pueden recurrir siempre que lo necesiten.
Yo los escucharé y les traeré respuestas, aunque no sean las que ustedes pueden pensar.
Hoy, Yo los consagro como Hijos y Amigos de San José. Que sus vidas le hablen al mundo sobre el Amor de Dios, que su servicio y su oración sean sinceros. Así, encontrarán la paz.
Yo les agradezco por estar hoy aquí, a los pies de este altar. Acojo en Mi Corazón sus oraciones y sus peticiones, intercederé por ellas ante Dios.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sigan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Allí, donde hay un corazón que clama sinceramente por la paz, está también el Corazón de Dios.
Allí, donde hay un ser que ora con la verdad de su corazón, allí se manifiestan los Espejos de Dios, para comunicarles Verdades Superiores a los seres, para revelarles misterios desconocidos y aquellos que son misterios solo porque sus ojos aún están mirando hacia afuera, y no hacia adentro.
Ha llegado el tiempo de que miren a estas montañas y no vean solo montañas. Ha llegado el tiempo de que miren al Cielo y no vean solo estrellas. Ha llegado el tiempo de que se miren a ustedes mismos y no vean solo seres humanos, no vean solo lo que encuentran en el espejo. Vayan más allá de él, hacia el espejo de sus corazones y, a través de él, podrán ver lo que se oculta en las montañas, lo que se oculta en los cielos, lo que se oculta en su propio interior.
Cuando Mi Hijo estuvo sobre la Tierra, Él les habló a través de parábolas, y aún así no lo comprendieron. Él les dijo que las Verdades del Cielo aún no podrían ser reveladas a los corazones de los hombres; pero ahora ha llegado el tiempo, la humanidad ya maduró a través de sus errores, a través de los desvíos.
Ahora, hijos, necesitan decidirse a no errar más, a no cometer los mismos errores de hace dos mil años. La humanidad es otra, este planeta es diferente. A través de ustedes, un Plan se debe manifestar, una Verdad se debe revelar, y no será solo a través de palabras, sino a través de sus vidas. Este es el verdadero milagro que vinimos a traerle al mundo: la transformación de la condición humana.
Cuando Mi Hijo estuvo en la Tierra, en Cuerpo, Alma y Divinidad, para que los seres creyeran en Su Presencia, necesitó hacer prodigios y milagros a los ojos de los hombres. Hoy, hijos, la Verdad se revela a través de ustedes, los nuevos prodigios son la transformación de sus vidas, la manifestación de los Centros de Amor, la revelación de los misterios que estuvieron ocultos desde el principio de la existencia humana.
Hace dos mil años, el velo del Templo se rasgó; hoy, el velo de sus consciencias necesita ser rasgado. Pero, para que esto acontezca, necesitan estar dispuestos a transformar las propias vidas y ya no ser los mismos.
Sé que muchos de ustedes miran hacia atrás y ya no encuentran lo que eran, ya dieron muchos pasos en este camino de transformación. Pero donde habita el Pensamiento de Dios, la Voluntad Perfecta del Creador, ese espacio interno dentro de cada uno de ustedes, aún está oculto, escondido detrás de la condición humana, de todas aquellas situaciones que aún necesitan entregar y transformar, para que eso pueda emerger.
Y así, los Linajes se manifestarán.
Así, los Guerreros se colocarán en sus lugares para proteger este Propósito.
Así, los Espejos atraerán del Corazón de Dios lo que se debe manifestar como Propósito para la Tierra.
Así, los Reinistas curarán el corazón herido de la Tierra y restaurarán la consciencia de los Reinos de la Naturaleza, a través de la comunión perfecta con toda la Creación.
Así, los Contemplativos, en su súplica y en su silencio, restaurarán el Corazón de Dios y generarán méritos para que las almas más perdidas alcancen Misericordia.
Así, los Curadores tocarán las heridas profundas y las curarán, para que los hombres ya no miren el dolor, sino que puedan mirar la renovación, puedan estar restaurados y redimidos para manifestar en esta Tierra el verdadero Pensamiento de Divino.
Así, los Gobernantes gobernarán con el Poder de Dios, y no con el poder propio, y conducirán a esta humanidad al cumplimiento de la Voluntad Mayor.
De esta forma, cada uno en su lugar construirá la Nueva Humanidad. Aún hay tiempo de vivir este Propósito, aún hay tiempo de abrirse a este misterio.
Así como Les revelé la verdad oculta en el Corazón de Aurora; hoy, hijos, permitan que sus almas contemplen, en este lugar sagrado, un misterio profundo. En el interior de estas montañas se guarda un misterio que nació en el Corazón de Dios, con el Propósito humano.
Cuando el Creador pensó esta raza y la manifestó con Sus Ángeles y Arcángeles en todas las dimensiones, desde los Universos Espirituales hasta la menor de las partículas físicas, manifestó también un espacio que sería el guardián de esta raza, donde este Pensamiento habitaría, para conducir siempre a la humanidad al retorno al Origen, el Origen del Pensamiento Divino.
A pesar de ser un proyecto perfecto, cuando el Creador manifestó aquellos seres que unirían las dimensiones, que unirían el Corazón de Dios con toda la vida manifestada, le ofertó este Pensamiento a consciencias imperfectas para que, a través de esta oportunidad, pudieran renovar la Creación, no solo sus vidas, sino toda la vida.
Desde el principio, el Creador sabía que la humanidad se perdería en el camino, y así como Aurora manifiesta la Cura, aquí, hijos, pueden encontrar el Pensamiento de Dios, el Pensamiento Perfecto del Origen para que vivan la redención en todos los niveles de su consciencia, desde los Universos Espirituales hasta la menor de las partículas de sus seres.
No busquen comprender lo que les digo, solo escuchen Mis Palabras y permitan que ellas los conduzcan a un estado de consciencia que es misterioso e incomprensible para la mente humana, pero al que necesitan llegar para reencontrar al Pensamiento Divino, para reencontrar a la Voluntad de Dios, y eso deben hacerlo en nombre de toda la humanidad.
Por eso, solo escuchen, no cuestionen. Solo sientan cómo sus células vibran ante Mis Palabras, que manifiestan un misterio que es desconocido para la mente, pero que es revelado a la consciencia celular que habita en su interior. Por eso, déjense transformar.
Les vengo a traer una ciencia espiritual, no solo mística. Esta no es una Aparición como otras, porque este tiempo no es como otros. No busquen referencias en lo que pasó, porque lo que debe acontecer ahora es nuevo, y para eso necesitan que los misterios sean revelados para que sepan dónde estar, cómo actuar.
El Señor les envía el Espíritu Consolador, no solo para que sepan hablar en lenguas, recibir profecías y vivir Sus Dones, sino también les envía ese Espíritu para que puedan comprender Sus Misterios y, más que eso, puedan vivirlos.
Vine del Cielo con un propósito; pero, como todo en la vida humana, este propósito necesita del permiso de los hombres para manifestarse.
A través de Mis Palabras, vengo a transformar todo lo corrupto en el corazón humano. Hagan el ejercicio, hijos, de vaciar la consciencia de todo lo que conocieron hasta hoy y de todas las ansias por saber y por vivir en caminos místicos que más que llevar a sus seres a una verdad, los confunden.
Les vengo a enseñar que, para vivir la Verdad, necesitan estar vacíos de sí mismos, de todas sus voluntades y aspiraciones. Esa fue la forma como alcancé el Pensamiento Divino para Mi Vida, en nombre de todos los seres. Esa fue la forma como pude estar delante del Creador para que Él Me revelara Sus Misterios, para que Él Me mostrara los mundos desconocidos y la perfección celestial. Por eso, los invito a este camino de vacío, de entrega, de sacrificio por los demás, para que encuentren esa Verdad.
En el interior de estas montañas se escucha el suspiro de aquellos que aguardan poder servir a los hombres, de aquellos que aguardan que exista un momento de silencio, de vacío, de entrega. ¿Están dispuestos a vivirlo?
Sientan el Corazón de Dios que pulsa no solo en el centro de la Creación, sino también en este lugar y, al mismo tiempo, dentro de ustedes. Sientan como este pulsar comienza a transformarlos, poco a poco; dejen que la oscuridad de la condición humana de lugar a la Luz que habita en sus células; dejen que sus heridas más profundas sean cicatrizadas; dejen que, en el silencio de su corazón, la Voz de Dios se haga escuchar.
Aprendan a contemplar, aprendan a transmutar y a transformar a través de la unión profunda con el Corazón de Dios. Es así, hijos, cómo se retorna al Origen, al Origen Celestial y Divino.
En el interior de sus seres, emitan un clamor por los que más necesitan, por los que sufren, por los que agonizan. Dentro de ustedes, allí donde pueden encontrar el Corazón de Dios, hagan una oración por la humanidad, por los Reinos de la Naturaleza. Yo los escucho, Dios los escucha.
Hoy, hago esta oración con ustedes, en el silencio de sus corazones, para que vuelvan a sentir la paz y para que aprendan, en el símbolo de Mis Palabras, que ustedes fueron creados para servir, para transformar, para interceder, para unir dimensiones, para renovar la Creación, y todo lo que hacen en sus vidas debería tener este propósito. Todos los que encuentran en sus caminos pueden ser tocados por la paz que hoy les entrego, pero para eso necesitan mantenerla en su interior.
Hoy, el Creador les entrega un Legado, les coloca en sus corazones un código perfecto que, en el momento de mayor agonía, podrá emerger y mostrarles el camino, la palabra a ser pronunciada o el silencio a ser vivido, el momento de seguir o de parar.
Cuando estén en duda, silénciense, vuelvan a encontrar ese estado de paz, recuerden este código perfecto que habita en ustedes y busquen allí la respuesta, allí donde el Creador los escucha, en la morada de su propio corazón.
En el silencio, entre una palabra y otra, Yo los observo, los escucho y los siento.
Hagan Conmigo una oración por este lugar, por esta nación, por la manifestación de lo Sagrado que aquí habita, para que la Justicia Divina purifique sin herir, transforme a través del despertar, y no del sufrimiento.
Señor y Dios de Misericordia,
que desde el principio de la Creación amaste a los hombres,
contempla hoy la sinceridad de Tus Hijos
y, por el Infinito Amor que depositaste en sus corazones,
que la Esperanza Divina se vuelva a encender.
Concédeles, Señor, una oportunidad a los seres
que, en su imperfección, buscan Tu Verdad.
Concédeles, Señor, en el silencio del corazón,
un clamor verdadero por la transformación de los seres
para que, a través de este clamor,
Tu Verdad emerja,
Tu Misericordia descienda,
Tu Amor se renueve,
Tu Gracia se establezca,
Tu Pensamiento sea una realidad.
Amén.
A través de las cosas simples, el Corazón del Padre se renueva. ¿Cómo es posible, hijos, que en este lugar, aparentemente perdido en estas montañas, el Corazón de Dios se pueda renovar?
Porque Él les quiere mostrar que es a través de la simplicidad, sin embargo verdadera, que Él se une al corazón de los hombres, que Él les revela Su Gracia, vierte Su Misericordia y transforma Su Justicia.
Deben seguir orando, deben mantener las Puertas del Cielo abiertas en este lugar para que el Pensamiento de Dios, que aquí se guarda, este Código Divino y Original que fue depositado aquí, en el interior de estas montañas, para que fuese resguardado, pueda encontrar un espacio para llegar al corazón de todos los seres, para despertar a las almas y transformar su condición humana, para que no se lamenten en el final de los tiempos de no haber despertado, sino que, despiertos, vean emerger una Nueva Vida, conozcan la Voluntad de Dios, Su Grandeza y Su Perfección y sean testimonios del poder de la transformación divina.
Esta es la mayor aspiración de su Padre Celestial: transformar la condición humana, transformar lo que hay detrás de esta condición humana, errores e imperfecciones que no provienen de este mundo, para que, a través de su transformación, puedan transformar toda la vida, todo lo que fue creado.
Esta es la maravilla del Pensamiento Divino que son llamados a conocer. ¿Escogerán la condición humana o encenderán sus corazones en un clamor perfecto de unión con Dios para conocer a Sus Misterios?
Aún hay tiempo, hijos, de despertar. Y eso sucede cuando dan el primer paso.
No quieran estar en un lugar que no les corresponde espiritualmente, no quieran ser perfectos si no se disponen a dar el primer paso. La transformación sucede en un proceso: cuando dan un paso, el próximo se manifiesta, y así es como reencontrarán la Voluntad Divina para sus vidas. Ella no se revelará si no están prontos; no encontrarán la transformación si no se disponen a eso, no se sumergirán en lo desconocido si no lo aman, no conocerán la Ciencia Divina que habita en sus células si no aprenden a amarla, a amar el Pensamiento de Dios.
Y así, hijos, como la transformación se revela, como los Linajes se manifiestan, como los Centros de Amor se revelan, es como podrán ser partícipes del llamado Tercer Orden de la Hermandad. No pregunten lo que es, dispónganse a vivirlo. No quieran saber, aspiren a ser, y todo les será revelado. Eso es lo que les quería decir hoy.
Dios buscó muchos caminos para traerlos hasta aquí. Sean capaces de valorar Sus Gracias, honrar Sus Dones, ser consecuentes con todo lo que Él les entrega. Yo les doy Mi bendición para esto.
Ahora, comulguen de la oferta perfecta de Cristo que, una y otra vez, los renueva para que puedan vivir todo lo que les dije.
Yo los bendigo y con el Espíritu Consolador los colmo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hermana Lucía de Jesús:
Antes de cerrar la transmisión, a pedido de la Jerarquía, vamos a hacer un breve relato para todos ustedes, porque ustedes saben que los Mensajeros Divinos nos quieren hacer cada vez más conscientes, no solo de Sus Palabras, sino de todo lo que sucede cuando Ellos llegan al mundo.
Voy a intentar acordarme de todo, porque realmente fueron muchas cosas las que sucedieron y la Jerarquía Divina le ha dejado a Madre María Shimani, que debe estar acompañando esta transmisión, la tarea de profundizar con nosotros, estudiar estas últimas Apariciones, aquí en Argentina; para que todos nosotros, todos los que están acompañando estas Apariciones, podamos comprender más ampliamente lo que la Jerarquía estaba haciendo.
Cuando estábamos orando, se sentía a través de la oración un movimiento espiritual muy fuerte que se manifestaba no solo en el Cielo, sino también en el interior de las montañas; movimientos espirituales que, yo digo, son como manifestaciones de Luz, manifestaciones de Ángeles, de Arcángeles y de Consciencias Espirituales que empezaron a trabajar en las dimensiones y en las realidades superiores, no solo con cada uno de nosotros, sino con los Reinos de la Naturaleza, con este espacio donde estamos de esta región de Argentina y con aquellos que acompañaban ese momento de oración. Y nosotros, que muchas cosas no comprendemos, no pensamos en eso, nos concentramos en la oración aguardando la llegada de la Jerarquía.
Cuando San José llegó, Él nos mostraba un espacio sagrado dentro de las montañas, como un espacio espiritual, que después la Madre les va a poder explicar un poco mejor. Allí se vivía una realidad muy elevada, en donde se veían como Templos de Luz que guardaban un estado de consciencia divino.
Era un estado de consciencia que el Padre manifestó en el origen y que guardó en ese espacio perdido del planeta, para que nosotros como humanidad, más allá de los errores que fuéramos cometiendo a lo largo de nuestra evolución, pudiéramos reencontrar ese Pensamiento de Dios.
Eso era lo que San José empezó a traer hacia nosotros. Cuando Él empezó a hablar, esas dos realidades se unieron, era como un espejo de agua que manifiesta el cielo y lo que hay en la tierra.
Por detrás de San José veíamos esa realidad espiritual en el cielo, pero eso se manifestaba en la Tierra, dentro de las montañas, era como un espejo de esas dos realidades espirituales. Y en un momento, les confieso que pensé que no iba a aguantar, realmente era una vibración muy fuerte.
Y, a través del silencio de San José, Él nos observaba para ver hasta dónde podía ir con nosotros, porque esa energía nos movía mucho internamente, nos movía a nivel de nuestras células, no solo a nuestro mundo interno, a nuestro mundo espiritual; porque Él nos explicó que esa Voluntad de Dios no solo era espiritual, era también para nuestra consciencia física, para lo que somos como expresión humana, material.
Por eso, es que nos movía también a nivel de nuestras células y a medida que Él iba hablando, esa Energía Divina expulsaba de adentro de nosotros aquellas situaciones internas que nos separan de ese Pensamiento Perfecto de Dios.
Y yo percibía que nuestras células giraban a una increíble velocidad y esa energía iba manifestando una Luz que venía, al mismo tiempo, de adentro hacia afuera y de la Jerarquía hacia nosotros.
Ese mismo movimiento interno se manifestaba a nivel de la naturaleza y de la consciencia de la nación, sobre todo en lo que corresponde a este lugar; y San José mostraba que, a través de las Gracias que la Jerarquía trajo desde el inicio de la Peregrinación en Argentina, eso empezaba a transmutar una energía de Justicia. Esas Gracias, esas dádivas celestiales que los Mensajeros traían y la respuesta de cada uno de nosotros, a través de nuestras oraciones, empezaban a transformar esa energía de Justicia en una energía de Misericordia.
Y Argentina iba recibiendo una Gracia que no la merecía, a través de esa Misericordia, que transmutaba esa Justicia. Era como un acontecimiento que ya existía espiritualmente, que se iba a manifestar en el plano físico y que fue siendo transformado por esa energía de Misericordia.
Para que nosotros podamos comprender mejor, después la Madre va a estudiarlo con nosotros para que, a través de la instrucción, podamos ser aún más conscientes; porque la Jerarquía nos explicaba, San José nos explicaba, que esa Gracia no la podemos perder.
Por eso, Él nos invitaba a mantener encendido este lugar, a seguir orando aquí, a seguir fortaleciendo el canal de la oración que la Jerarquía Divina manifestó, sabiendo que aquí habita un Lugar Sagrado de Dios, un espejo de un estado de consciencia celestial.
Que nosotros podamos conscientemente, a través de nuestras oraciones, mantener esa Gracia disponible para la humanidad para que, como dijo San José, la humanidad pueda aprender a través del despertar y no del sufrimiento. Y que, en los momentos más difíciles, más definitivos, nosotros sepamos dónde estar, qué hacer, qué hablar, qué no hablar, cuándo debemos ir, cuándo nos debemos quedar, todo eso va a nacer de nuestro corazón, de este vínculo interno que cada uno de nosotros está construyendo con Dios, y que no lo podemos perder.
Entonces, somos invitados a seguir orando aquí, para seguir protegiendo esa Gracia que recibimos, que Argentina recibió, que el planeta recibió.
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con la misma simplicidad con la que el sol nace todas las mañanas, así se ilumina el propio interior para vivir la Ley de la Transfiguración e ingresar en los mundos sutiles.
Con la misma gratitud que sienten por la vida, al llegar a los lugares sagrados, así deben ingresar en ellos para que puedan vivir la cura y la redención en nombre de toda la humanidad.
Es de una forma simple, hijos, que pueden iluminar células y átomos, que pueden elevar la propia consciencia, no solo para ingresar en los Reinos Sagrados que su Creador manifestó en el interior de la Tierra, sino para que, en Su tiempo, cuando esos Reinos se manifiesten en el mundo, no solo sus consciencias, sino también cada núcleo de sus seres puedan formar parte de ese Reino.
La Nueva Jerusalén no solo habita en la Consciencia Divina, en las dimensiones universales, celestiales y espirituales. Esa tierra prometida a los Patriarcas, a las Tribus de Judá, se encuentra también en el interior de la Tierra, repartida en diferentes espacios de este planeta, los llamados Centros de Amor. Esos Centros un día se fundirán, se unirán en un único Reino, que será el Reino de este mundo.
Cuando el tiempo de la Tierra se disuelva en el Tiempo de Dios, llamado Tiempo Real, en ese momento no habrá fronteras, no habrá límites, no habrá ni siquiera dimensiones que separen la consciencia humana de la vida espiritual que habita en el planeta.
Todo este mundo será sagrado. Y así como otras civilizaciones del Universo sirven, incondicionalmente a toda la Creación, también la Tierra, hijos, podrá servir.
Ya se aproxima el tiempo en el que los velos se terminarán de rasgar. Velos que comenzaron a romperse hace más de dos mil años, cuando el Hijo de Dios se manifestó en este mundo.
Él vendrá y ya no hablará a través de símbolos, ya no hablará a través de parábolas. Sus Palabras serán claras y las señales que vendrán con Su Presencia revelarán a cada hombre y a cada mujer de este mundo la verdadera vida.
Para ese momento los preparamos, para que puedan ser dignos de estar cara a cara con el Hijo de Dios. Y que Él sea para ustedes como un espejo que les revela la Verdad que tanto tiempo se ocultó en sus esencias.
Sí, cada uno de ustedes guarda un misterio en el propio interior. Ni siquiera saben quiénes son.
Esa verdad que está mucho más allá de su historia evolutiva, mucho más allá de la historia que se escribió tanto en el Universo como en la Tierra antes de que llegaran aquí, antes de que cometieran tantos errores y de que desviaran sus caminos del Propósito Divino.
Esa Verdad original, ese Pensamiento perfecto de Dios, aún se guarda en lo profundo de sus esencias, aún espera, silencioso, poder manifestarse.
Hoy los traemos hasta aquí, como humanidad, para que puedan no solo recibir una revelación o vivir un aprendizaje. Los traemos hasta aquí para que, en nombre de cada ser de esta Tierra, puedan recordar el verdadero propósito de su vida en este mundo.
Sus esencias pulsan delante de este valle sagrado, porque reconocen no solo los millones de años de la historia de la humanidad que aquí se guarda. Reconocen un Propósito Divino que aquí se diseñó para que un día la humanidad pudiese recordarlo.
A pedido de Dios, los trajimos hasta aquí, al Gran Cañón, no solo para reconocer la historia de los pueblos originarios, de esta tierra, que desconocen. No solo para saber que hubo seres, en tiempos remotos de la humanidad, que vivieron la Ley de la Transfiguración e ingresaron en el interior del planeta, en sus dimensiones sutiles.
Los trajimos hasta aquí, no solo para ver un magnífico lugar que expresa el Amor de Dios por la humanidad, al crear este planeta perfecto, para que los seres humanos también expresaran perfección.
Los trajimos hasta aquí, hijos, porque a lo largo de toda la historia de la humanidad, este espacio sagrado guardó registros humanos únicos. Guardó cada aprendizaje vivido por los seres de esta Tierra, de forma que un día puedan curar todos los errores, revertir las equivocaciones y retornar al origen del Pensamiento Divino.
En este lugar desciende la Consciencia de Dios para colocar Su Pensamiento perfecto.
En este lugar se enciende la Esencia Divina, iluminando cada registro de la historia de la humanidad que aquí se guarda, para de esa forma recordar a todos los seres que el verdadero propósito de la humanidad es cumplir la Voluntad Divina, manifestar lo Sagrado a través de la simplicidad y expresar el Amor que recrea y renueva la Creación de Dios.
Dejen que a través de Mis Palabras y de Mi Presencia, como siervo y mensajero de su Creador, Yo pueda despertar en sus esencias este Propósito.
A través de los Portales que abro, entre el Universo Celestial y este mundo, les traigo la Luz de Dios que ilumina todos los registros de la Tierra y les revela su pureza y su origen. Eso sucede en lo profundo de sus esencias, eso sucede en su consciencia, en sus niveles espirituales.
Reciban la Gracia que desciende sobre el planeta y que se irradia a toda la humanidad.
A partir de este nuevo ciclo, la historia de cada ser, como la de esta Obra, comienza a reescribirse, porque deben aprender a recomenzar a través de todos los impulsos que recibieron.
Acepten el perdón que proviene de Dios y dejen que todos los registros de errores sean curados. Errores que desconocen, que no provienen solo de este mundo, sino de toda la historia que se escribió en el Cosmos, antes de que llegaran hasta aquí.
Hoy reciben la Gracia que proviene del Corazón del Creador, para que esa historia sea renovada y que, como consciencias, como Obra y como humanidad, puedan dar un nuevo paso. Ese es el verdadero propósito de haber llegado hasta aquí.
El conocimiento de la vida sagrada que aquí se expresa eleva sus consciencias, para que puedan estar en la vibración correcta de recibir y experimentar el Perdón de Dios.
La Luz de su Creador ilumina este valle, ilumina la historia de la humanidad aquí escrita y, más que eso, permea cada consciencia humana.
Llegó el momento no solo de despertar, no solo de recordar, sino de curarse.
Llegó el momento de sentirse perdonados porque, al mismo tiempo que la humanidad vive una transición y que las naciones comenzarán a vivir duras pruebas, ustedes, hijos, deben comenzar a consolidar lo Sagrado, a expresar los Centros de Amor y a expresar el propio amor de sus corazones; amor que proviene de Dios, desde el Origen, y que habita silencioso dentro de cada uno de ustedes.
Mientras el viejo hombre pierde su reinado, muchas veces a través del sufrimiento, de la desilusión y de la desesperanza que muchos vivirán, por otro lado, dentro de ustedes, se debe consolidar el Plan de Dios.
Deben saber cuál es el Pensamiento del Creador para esta humanidad, cuál es el camino recto y perfecto para retornar a Su Corazón y para tornar este planeta sagrado.
Porque cuando la desesperación toque el corazón de los hombres, ellos deben saber por dónde seguir.
Sus esencias deberán ser como faroles en la purificación de esta Tierra. Para eso, esa claridad debe iluminar sus mentes, sus corazones y sus espíritus, y eso sucede a través de la simplicidad.
Es a través de esta simplicidad, de la humildad y de la pureza, de la simple gratitud que pueden expresar, que las Puertas más sublimes se abren, que las revelaciones más sinceras se manifiestan.
Los trajimos hasta aquí para que conocieran el ejemplo de la consciencia indígena, porque fue a través de la simplicidad que ingresarán en los mundos sutiles. Y es esa misma simplicidad que cada uno de ustedes debe aprender. A través de ella, rindan sus mentes, este plano mental concreto se debe tornar simple e intuitivo para que, cuando esté delante de los Portales, pueda ingresar sin miedo.
Que la ignorancia, la arrogancia y la vanidad no les cierren las puertas, sino que la humildad y la gratitud las amplíen cada vez más.
A lo largo de este tiempo los trajimos a muchos lugares sagrados, y manifestamos Nuestros Centros Marianos y las Comunidades-Luz sobre cada uno de ellos.
Eso es así no solo para que estén protegidos, sino para que puedan un día estar fundidos, unidos perfectamente con lo sagrado que habita debajo de sus pies y en lo invisible de las colinas, en lo invisible de la vida que llevan, tantas veces olvidados de lo sagrado que allí está.
Con Mis palabras solo quiero despertar en cada uno de ustedes la simplicidad que los conduce a la transfiguración. Es de esa forma que vivirán las Leyes. Es de esa forma que las Leyes vivirán en cada uno de ustedes, no solo en sus corazones y en sus espíritus, sino que también sus células manifestarán esa Verdad, así como algunos pueblos pudieron vivirla.
Reciban este impulso de amor a través de Mi Verbo y de Mi Corazón.
Que cada ser que escucha Mi Voz pueda recordar su origen, pueda tener encendida su esencia, para que, cuando llegue el tiempo, todas las Gracias, todos los códigos de luz que Yo les traje hoy, se puedan encender y sean la llave perfecta que les permita ingresar en los mundos sutiles y que permita que esos mundos sutiles se manifiesten en sus vidas.
Les dejo Mi bendición y la gratitud más profunda del Corazón de Dios, para que ella resuene en su interior y los haga madurar como espíritus y como siervos de Su Sagrado Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando el Creador envió a Sus hijos a la Tierra, con los velos en sus ojos para que no recordaran su origen, creó también los Centros de Amor y de Luz, los que en su momento despertarían en auxilio de la humanidad para hacerla recordar y retornar al Corazón del Padre.
Los Centros de Amor revelan los misterios de Dios y de Su Amor por los hombres, revelan la predilección del Padre por Sus hijos de la Tierra, a pesar de la inmensidad de la Creación.
Los Centros de Amor revelan que el Creador no solo colocó lo mejor del Sí oculto en los corazones de los hombres, sino también, hijos, en lo profundo y en lo oculto de la consciencia planetaria. Así como el Creador entregó una parte de Su Esencia para animar a la consciencia humana, también depositó, a lo largo de todo el planeta, una parte de lo más sagrado que existe en Su Creación, en este y en otros Universos. Estos son los Centros de Amor.
Así como miran hacia el cielo y solo ven las estrellas, a pesar de la infinita vida que las habita; en la Tierra, hijos, sus ojos muchas veces no pueden percibir los misterios que se ocultan, la vida que se oferta, la Gracia que se desenvuelve y se renueva, de tiempo en tiempo. Sin embargo, llegó el momento de conocerla, llegó el momento de experimentar esa vida superior más que de saber sobre su existencia. Llegó la hora de vivir los Centros de Amor, así como llegó la hora de experimentar lo que verdaderamente son como hijos de Dios.
El Tiempo de su Padre, de Su realidad superior, ya se aproxima a la Tierra, y para ese momento deben estar preparados. Dejen que las revelaciones se manifiesten y que puedan ir más allá de los acontecimientos planetarios.
Por mucho tiempo vine a su encuentro para revelarles profecías que hablaban de la realidad del planeta y del futuro de las naciones no solo para que ustedes, hijos Míos, despertaran a lo que estaría por venir a la humanidad, sino también para que sus consciencias pudieran creer en Mí y así pudieran, al menos, preguntarse sobre la realidad celestial de la que Yo provengo y sobre tantos otros misterios que, como ese, se ocultan a los hombres.
En este ciclo, vengo a revelarles algo más profundo, más espiritual y desconocido, y así como las profecías que les entregué en otros tiempos, esto que hoy les revelo también se manifestará.
Abran sus corazones, hijos Míos, para percibir la realidad de los Centros Sagrados, de los Centros de Amor. Abran sus corazones a una verdad que no fue develada por los hombres.
Abran sus corazones para saber quiénes son. Dejen que se rasguen los velos. Dejen que las Manos de Dios abran sus ojos y su consciencia porque ya no es tiempo de estar en la ignorancia, pero sí es tiempo de ser fortalecidos por la verdad, porque ella no solo los tornará dignos y nobles, sino que será su único sustento en las pruebas que vendrán.
En Mis Centros Marianos descubran los Centros de Amor. Perciban la realidad que habita más allá de las iglesias erguidas por los hombres. Descubran la Iglesia Celestial de Dios en la Tierra. Perciban las Fuentes de Su Creación manifestándose entre los hombres. Perciban al Dios vivo y silencioso en todo lo que fue creado por Él.
Yo los bendigo y los conduzco a esta realidad celestial porque ha llegado el tiempo de encontrarla.
Yo los amo y los guardo en Mi Corazón.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Hijos:
Así como la luz de Aurora deberá volver a emerger en la superficie para llevar adelante su propósito y cumplir su misión, de la misma forma la luz de Mirna Jad deberá emerger en la superficie para cumplir su propósito y llevar adelante la esencia de su existencia.
Este es el tiempo de la integración y de la unión de las bases internas entre hermanos a fin de que la necesidad planetaria sea atendida, dada la emergencia de estos tiempos.
Es esa unión sagrada entre los Centros de Amor lo que permitirá expandir la tarea y responder a todas las necesidades.
Llegó el momento de abrirse a los cambios para que todos puedan vivir la transformación y la redención que en estos tiempos el Universo les ofrece.
Será en ese ejercicio de integración que todo se cumplirá conforme al Pensamiento Divino y que los tesoros inmateriales saldrán a la luz para colmar a los corazones y curar a las almas heridas.
Vigilen por esa unión fraterna entre hermanos y constituyan ese pilar que la Jerarquía Espiritual necesita para llevar adelante el Plan Divino del Creador.
Reciban con júbilo este anuncio. Es hora de confirmar esa hermandad interna entre los seres para que sean capaces de colocar primero el amor por el Plan antes que el amor por ustedes mismos.
Tienen las llaves para ser conducidos hacia esa meta. En esa unión interna construirán los puentes de luz para la llegada de la Gran Hermandad.
Tienen Mi bendición maternal para eso.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Serie – Manifestación de Aurora – Parte VI
De Mi Corazón Misericordioso hoy emana un rayo verde de cura, pues Mi deseo, dentro de muchas aspiraciones, es poder manifestar la contraparte de la cura en la superficie de Aurora, es decir, aquella parte de la cura externa e interna que necesitan los cuerpos de las personas para poder restablecerse y sanarse.
Por esa razón, esta parte del proyecto de la manifestación de Aurora es muy importante para Mí, porque aspira a que en el área de Redención 1 se construya la Casa de la Cura y de la Restauración, absolutamente consagrada al Hermano Pío; pues ella será, finalmente, su lugar dentro de Aurora, en donde su presencia podrá curar a las almas.
La Casa de la Cura y de la Restauración en Redención 1 servirá de grandísimo apoyo para la etapa posterior a la cura espiritual que ofrece Aurora. Esa Casa, que tendrá como guardián al propio Hermano Pío, recibirá a los corazones que hayan pasado por el proceso de liberación espiritual.
Esa Casa simple, pero armoniosa, cumplirá una de las tareas más importantes dentro de la tarea espiritual del Reino de Aurora. Ella se encargará de las fases externas e internas de la purificación y de la rehabilitación, teniendo como base los conocimientos recibidos por Fray Ameinó a través de las terapias externas; así como también contará con un área ambulatoria para atender a la comunidad local y a los colaboradores que estén en Aurora.
La Casa de la Cura y de la Restauración será la primera sede del sector salud y cura en Uruguay y esta Casa deberá contar con seis consultorios, dos salas de hidroterapia, un área ambulatoria, un área de enfermería y un área para la elaboración de medicamentos naturales, así como para el procesamiento de todas las hierbas medicinales. También contará con una infraestructura externa más pequeña que albergará cuatro habitaciones con una pequeña cocina, unos baños y una lavandería para los pacientes que permanecerán en tratamiento por algunos días en Aurora.
De poder concretarse esta construcción podría decirles que el cincuenta por ciento de la tarea del Reino de Aurora ya estaría realizada.
La Casa de la Cura y de la Restauración no solo atenderá semanalmente a los corazones que lleguen para el proceso cura, sino que también servirá para el tratamiento de los integrantes de la Comunidad-Luz de Aurora y de la comunidad local.
Esperaré con alegría la concreción de la Casa de la Cura y de la Restauración de Aurora. Este impulso también permitirá reparar y reconstruir los edificios que ya existen y que necesitan de un inmediato mantenimiento, para que los hermanos que allí viven puedan llevar adelante las tareas designadas.
Contaré con la ayuda honoraria de arquitectos, ingenieros, constructores, obreros y colaboradores que quieran pasar un periodo en Aurora para evaluar, junto a la coordinación de la Comunidad-Luz de Aurora, este proyecto de su Señor.
¡Les agradezco por esforzarse por cumplir la tarea de Aurora para el Uruguay y el planeta!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Serie – Manifestación de Aurora – Parte V
En los puntos más elevados de Casa Redención, dentro de las tres áreas constituidas como Redención 1, 2 y 3, se deberán instalar sistemas para la obtención de las energías alternativas solar y eólica.
Por esa razón, algunos consagrados y residentes de la Comunidad-Luz deberán saber desempeñarse con esos recursos, a través de una formación académica sobre las energías renovables y alternativas.
Esta experiencia en Aurora, luego de un tiempo, también permitirá percibir las diferentes energías alternativas que se pueden desarrollar en las demás Comunidades-Luz.
Será un recurso indispensable e imprescindible para las Comunidades-Luz poder contar, a mediano plazo, con esos medios que la propia naturaleza y el clima ofrecen en cada región del planeta.
En este sentido, la formación académica de los residentes y de los consagrados orientada a las energías alternativas permitirá desarrollar aún más el campo del conocimiento y de la inteligencia, con el objetivo de buscar los recursos para cubrir las necesidades de cada Centro Mariano, así como de cada Comunidad-Luz.
Para estos próximos tiempos también será necesaria la concientización sobre el uso correcto de la energía eléctrica, la que suple el 98,9% de las necesidades de la humanidad, ya que su consumo exacerbado perjudica a los Reinos de la Naturaleza y a todos los ecosistemas.
Trayendo a la consciencia de que todo lo que se necesita para vivir está en los Reinos de la Naturaleza, el ser humano despertará los sentidos que tiene dormidos, los que le ayudarán a percibir la realidad sin la necesidad de perjudicar a la naturaleza.
Es momento de que los seres humanos aprendan a respetar la Creación y a todos sus componentes, dentro de un modo de vida más equitativo y armonioso.
Desarrollar en Aurora las energías alternativas demandará la formación de un grupo de hermanos que se dedique a instruirse académicamente, así como también a desenvolver los proyectos necesarios.
Aurora tiene potencial para la utilización de las energías alternativas a través del Sol, del viento y del agua.
¡Les agradezco por considerar todos los Proyectos de Dios!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Serie – Manifestación de Aurora – Parte I
Compañeros y hermanos Míos:
No es por preferencia ni tampoco por otro motivo, pero es necesario que no olviden que Aurora aún no terminó de materializarse en su superficie y para que eso sea posible deben tener consciencia y colaborar con ese espacio sagrado, el que con humildad los recibe para acoger a sus espíritus en la esencia de la cura y del amor.
Esta era una de Mis principales razones para venir a Aurora y para llevar adelante, si hubiera sucedido, la próxima Maratón de la Divina Misericordia en este querido Centro Mariano.
Mi razón y motivo espiritual era decirles a todos los que han venido a Aurora sobre la importancia que tiene para Mí su manifestación, ya que el Uruguay, como país, ya perdió su carácter espiritual y ese principio, hasta ahora, es sostenido por Mis fieles compañeros que viven en este pueblo y que, día a día, con empeño y esperanza rezan por el triunfo del amor en esta patria.
Aurora, después de los primeros años en los que ella se hizo visible para todos en el plano físico, detuvo su manifestación; a partir de allí quedaron necesidades pendientes para la permanencia de Aurora.
La primera necesidad es la finalización de su Centro Mariano, el que, al no tener sus bases físicas terminadas y sus necesidades suplidas, no podrá espejar ni acoger ciertos tesoros de la Jerarquía que ayudarán en la liberación de las almas.
En el área comunitaria de Redención 1 aún está pendiente, con la ayuda de todos, la construcción de una amplia cocina y de un salón para acoger a todos los que se alimenten; esto también es parte de la manifestación de Aurora.
Aún es necesario mejorar y construir en Redención 2 un conjunto de hospedajes que puedan corresponder a los momentos de grandes encuentros; así como también mejorar los sanitarios, dada la demanda de los visitantes.
Las áreas de Redención 2 y de Redención 1 necesitan desarrollar un sistema sostenible para el mantenimiento de las plantaciones y la captación alternativa de agua para el riego.
En Redención 3 es necesario mejorar los espacios para la convivencia con el Reino Animal, ya que esta es una de las tareas de Aurora para el futuro; así como también se necesita de mantenimiento y de mano de obra solidaria y fraterna para poder arreglar y reconstruir las casas que ya existen.
Es necesaria la presencia de personas que estén mayores periodos en Aurora para que todo lo anterior pueda suceder. Debe haber servidores que comprendan, más allá de lo material, lo que significa la presencia espiritual y física de Aurora en un país que ya se condenó a una violenta purificación.
Deseo evitar el castigo que Uruguay merece, ante el Universo, por medio del ofrecimiento de Aurora en la superficie, porque si estas necesidades no llegaran a cumplirse, las almas no despertarán y no se podrán curar del pasado y, más aún, Uruguay no podrá tener una nueva oportunidad.
Dejo, no solo para los uruguayos, sino también para el mundo entero, todo lo que para este 2019 necesita el Reino de Aurora.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón y por considerar a Aurora como una puerta hacia su redención!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Del Amor más profundo de Dios emanó la Fuente de la Cura.
De Su aspiración más pura para que cada ser alcance la Perfección, nació la Fuente de la Redención.
De Su aspiración más pura para que los seres puedan ser liberados de sus errores y de la dualidad que viven en este planeta y en este Universo, nació la Fuente de la Liberación.
Y de la unión de ese Propósito Divino con todos los seres, nació en el Corazón de Dios, como una emanación de Su Principio Femenino, la Consciencia de Aurora.
Aurora nació como un estado de consciencia que concentra en sí la energía maternal que proviene de Dios, unida a Su profundo Amor por las criaturas. Porque de esa forma, dentro de esta Consciencia de maternidad y de amor, era que podrían reunirse el Principio de la Cura, para todas las enfermedades espirituales y materiales, el Principio de la Redención, para todos los errores y desvíos vividos por los seres, y el Principio de la Liberación, para que, sin importar el grado de las amarras a las cuales una consciencia estuviera sometida, todo pudiera ser liberado.
Este estado de consciencia, llamado Aurora, trajo una nueva esperanza para el Universo. Aurora es la luz que emerge resplandeciente después de un ciclo de oscuridad. Aurora es la posibilidad que todos los seres reciben de retornar a Dios, en este Universo y en todos los otros. Aurora es la expresión del Amor de Dios por la vida.
Tan inconmensurable es el Amor del Padre que, colocando Sus ojos sobre el planeta y contemplando los errores y los desvíos humanos, les entregó a los hombres uno de sus más amados tesoros: la Consciencia de Aurora.
Este principio cósmico y universal de Dios, creado para auxiliar en la evolución de todos los seres, fue proyectado y colocado en el interior del planeta, en espacios que resguardaron su presencia y que, por ella, se tornaron sagrados.
Esta Aurora, a veces explosiva y a veces silenciosa, jamás fue comprendida por los hombres.
Este estado de Consciencia Divina, después de acoger en Su interior los principios que surgieron del Corazón de Dios, también concentró en sí rayos y emanaciones que provenían del corazón de los arcángeles, llamados Elohim, y de los Espejos Sublimes de Dios, llamados Espejos Esmeralda, porque concentraban en sí las vibraciones de Cura necesarias para que todos los seres nacidos de la Fuente Divina pudieran retornar a ella.
Los Espejos Esmeralda, que se concentran dentro de la Consciencia de Aurora, guardan en sí los registros del origen de cada ser, de cada raza, de cada esencia, de cada planeta, de cada estrella y de cada Reino de la Naturaleza; guardan en sí los registros del Origen de la Vida, porque a través de ellos es que la cura sucede, cuando aquellos que se desviaron del Propósito Divino reciben, de las emanaciones de los Espejos Esmeralda, el más puro Pensamiento de Dios en ellos, la vibración original de Su Creación, y así, pueden reconvertir sus errores y retornar al Padre.
Aurora no es solo la cura para el planeta, Aurora es la cura para toda la Vida. Sin embargo, tan grande es el Amor del Padre que parte de esta Consciencia fue entregada a la Tierra como símbolo de la importancia del planeta para toda la evolución universal y cósmica.
Llegó la hora de que Aurora sea profundamente conocida y reverenciada por los seres que reconocen la Verdad en las revelaciones divinas y que comprenden, con el corazón, la gracia de estar dentro de la Consciencia de Aurora.
Vivan en Aurora, hijos Míos, con la reverencia de los Arcángeles. Siéntanse dentro de la Consciencia Divina y participantes del Amor más puro de Dios por la vida; porque eso es Aurora.
Que todos los seres reconozcan en Aurora esta Gracia Divina, porque a través de la gratitud cruzarán sus portales y recibirán su cura.
Aurora es el Amor de Dios manifestado. Y hoy son invitados, hijos Míos, a despertar a este Amor.
Que a través de ustedes las gracias de Aurora lleguen, finalmente, a este mundo herido, pues el planeta lo necesita y, más que eso, la Creación lo necesita.
Yo los bendigo y les agradezco por amar la Consciencia Divina y Cósmica de Aurora. Su misterio se revela para que puedan despertar.
Yo los amo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Alegren sus corazones en la Fuente de Paz que proviene del Corazón de Dios y que permea lo más profundo de la Tierra, como la savia que nutre a los árboles y les da vida.
La Paz de Dios es la fuerza sublime que proviene del Cielo y nutre a la consciencia del planeta, creando fuentes menores en lo profundo de la Tierra, en recintos sagrados llamados Centros de Amor.
Comulguen de los Dones de Dios que ingresan en el planeta y están disponibles para todos los que se abran en gratitud para recibirlos.
Comulgar y vivir los Dones de Dios es más simple de lo que imaginan. Basta que sus corazones estén dispuestos a la transformación, y a veces, distraídos de sí mismos, para que en un acto de servicio al prójimo, al Plan, a la vida, sus seres sean permeados por las Gracias que provienen del Padre.
Yo los congrego en el espíritu de servicio, no solo para que reparen algo o por el servicio en sí; Yo los congrego en el servicio para que, olvidándose de sí mismos, dejen que el Amor y la Alegría que provienen del Padre los transforme, los renueve y los torne dignos de ser llamados hijos de Dios, compañeros de Cristo.
Cuando sirven en un lugar sagrado, por más simple que sea su servicio, el Amor que proviene de Dios y que allí encuentra su morada, puede permear también sus corazones y, más allá de ellos, llegar a toda la consciencia humana.
Hoy, hijos, Yo les entrego la llave para la cura, para la transformación y para la vida fraterna. Sirvan con alegría, sabiendo que, en este momento, Dios los observa.
Ya no miren al Cielo para pedir cura, transformación o gracias, porque todo les fue dado en forma de oportunidades de servir y de descubrir que la vida superior está dentro de ustedes y que se manifiesta cuando ustedes se distraen de lo que piensan que son y se abren para ser lo que son en verdad.
Dentro de ustedes habita lo sagrado, lo divino; y si no lo ven, deben buscarlo, pero no solo consigo mismos, sino en el servicio, en unión con sus hermanos.
Yo los congregué aquí porque quiero conducirlos a una nueva escuela de amor, aunque piensen y sientan que nada de lo que hacen es nuevo. Renuévense en este, Mi pedido, de estar juntos sirviendo, construyendo y manteniendo esta, que es su casa, y la casa de Dios.
Dejen que nazca de sus corazones la alegría que sienten los niños y, en poco tiempo, ustedes verán que todo cuanto clamaban a Dios, ya se manifestó en ustedes sin que lo percibieran.
Mi gracia está en sus vidas. Yo solo los llamo a encontrarla.
Hoy, Yo los bendigo, les agradezco por responder a Mi llamado a la unidad y les pido que no bajen los brazos, pues verán nacer los frutos del propio esfuerzo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Hoy, de forma especial y extraordinaria, dos importantes encuentros se llevarán adelante: el encuentro especial con Cristo y la Vigilia de Oración por la Paz en las Naciones.
Esto les demuestra a sus corazones que no existen fronteras ni distancias y que, cuando las almas están unidas en Cristo, todo es posible.
Estas dos celebraciones no solo repercutirán en Europa, sino también en el mundo entero.
Dos epicentros de luz y de oración hoy estarán actuando en el planeta: desde la ciudad de Colonia, en Alemania, y desde el Centro Mariano de Figueira, en Brasil.
Será de esa forma y por esos medios que la Jerarquía Espiritual podrá trabajar en un ámbito más profundo de la consciencia de la nación de Alemania y de su ángel regente.
A través del Centro Mariano de Figueira, la Jerarquía Divina se servirá del impulso de la oración por las naciones del mundo para que una poderosa corriente de amor pueda permear y abrazar a los corazones que más necesitan.
Los encuentros del día de hoy promoverán una coyuntura poco común en estos tiempos; es así que el Universo Celestial descenderá nuevamente para trabajar con la humanidad y, por medio de los dos epicentros de luz que se abrirán en Alemania y en Brasil, la Divinidad podrá volver a interceder por este planeta.
Todos los que en este día estén verdaderamente coligados con el desarrollo de ambos encuentros recibirán el impulso espiritual necesario que los preparará para la próxima etapa.
Estaré muy atenta a las ofrendas de corazón que hoy realicen Mis hijos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice a todos,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Escucha en tu corazón la voz de Aurora y siente cómo sus vibraciones sutiles resuenan en lo profundo del ser.
Este es el amor regenerador de Aurora que acoge a las almas de incasable servicio, que abraza con su Luz curadora a los cuerpos cansados.
Escucha en tu corazón la melodía mayor de Aurora y cómo ella transforma todo lo que abarca de la consciencia del ser.
Esta es la corriente poderosa de Aurora que emerge de lo profundo de su espíritu para donarse como Principio de Amor y como Fuente de Cura.
Que esta corriente sea reconocida en los mundos internos, los que, después de una larga recorrida, retoman los principios originales de la Fuente Curadora Mayor de la Aurora Interior. Sus luces iluminan los espacios y todo recibe un impulso de elevación y de armonía.
Que este encuentro con Aurora sea el momento de volver a despertar y de reencontrar las bases fundadoras de la cura para las almas.
¡Qué resuene en el interior la melodía del amor!
¡Qué Aurora sea el reencuentro con el verdadero ser, en lo más íntimo del espíritu!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Algunos Tesoros del Padre Eterno, que todavía están guardados en los mundos internos de la humanidad, necesitan de un tiempo para que puedan ser revelados.
Cuando el tiempo de la revelación de estos Tesoros se aproxima y fuerzas contrarias se movilizan para impedirlo, la gran estrategia de la Luz es el recogimiento, a fin de esperar el momento debido para que dicha revelación espiritual se realice.
Eso no significa retroceder en el tiempo, ni dejar a un lado una necesidad o la evolución espiritual.
Cada estrategia divina planteada por el propio Padre Eterno tiene una victoria significativa y cuando un recogimiento se establece en esta etapa final de la batalla es la forma de que, en una próxima instancia, se dé un mayor impulso, mucho más de lo esperado.
Ciertos Tesoros del Padre Eterno, que están guardados en los mundos internos del planeta, despiertan poderosas corrientes universales de transformación y de transmutación de la precariedad espiritual de la mayoría de las almas.
Para generar esa oportunidad de liberación se deben activar esos Tesoros en el momento debido, para que no se generen efectos contrarios en la humanidad.
La misión de despertar esos Tesoros debe realizarse en armonía, para que todo fluya como está previsto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Su Madre Celeste, junto a Sus hijos en misión, ingresa a otra nación ya consagrada a Mi Hijo, para ser bendecida por Dios por segunda vez.
La primera bendición fue recibida del Santo Padre, quien abrió las puertas internas para la llegada de los Sagrados Corazones.
La segunda bendición será dada por Mi Amado Hijo en la capital de este país, y también su Madre Celeste, en servicio y amor por las almas, extenderá esa divina bendición al resto de Ecuador.
Es así, hijos, que los Sagrados Corazones se preparan, al igual que ustedes, para ingresar a un pueblo también muy dolido y discriminado por los habitantes de las naciones del primer mundo.
Pero Ecuador guarda uno de los tesoros espirituales más importantes para el Plan de Dios. Fue la tierra escogida, espiritualmente, para albergar la Esencia del Amor de la Fuente, Esencia interior que palpita dentro de los Recintos Sagrados que están protegidos en la cadena de los Andes.
Por eso, hijos, esta segunda etapa de la Peregrinación por la Paz comenzará en la ciudad de Cuenca, en donde Mis misioneros se retirarán por algunos días para meditar y contemplar interiormente el porqué de llegar a Ecuador en este fin de ciclo y la importancia de la manifestación de nuevas Comunidades-Luz que sean celadoras de los Tesoros del Padre que emergerán para la nueva humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras Aurora, como Centro de Amor, abre las puertas a la cura interior, por otra parte, las almas más oprimidas reciben la oportunidad de la redención y del perdón.
Por eso Aurora, como Centro Sagrado, les ofrece a los corazones la Gracia de liberarlos de las prisiones y de las cadenas del mal.
Aurora se abre como un gran Espejo de Luz y le muestra a la humanidad su potente Principio de Cura planetaria.
En este sentido, un alma presente en Aurora es un alma que acelera los pasos de su purificación y Aurora, como Reino de Amor Superior, acompaña que esa cura profunda pueda concretarse y tornarse consciente para el ser.
Aurora es ese Espejo curador capaz de disolver las deudas que el alma haya adquirido.
Para eso, Aurora, como misión, lleva adelante la tarea de la redención de las almas por medio de su Rayo de Liberación y de su Rayo de Amor. Eso permite que los corazones que contactan Aurora se sientan renovados y, así, todo comienza a regenerarse desde el principio.
La consciencia humana que se une a Aurora vive un antes y un después, para alcanzar, al fin, su libertad interior de las cadenas contrarias a la vida.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Deja que la corriente curadora y redentora de Aurora ingrese en lo más profundo de tu ser, para que secuelas desconocidas de la consciencia sean borradas por el afluente de la Aurora del amor y del perdón.
Cuando abres tu corazón a este misterio, él primero debe ingresar en tu interior, para que luego se revele y ese conocimiento se vuelva parte de ti.
Por eso, cuando estás dentro de Aurora, Aurora está dentro de ti, y no hay nada ni nadie que pueda romper esa comunión interna con la Esencia de la Cura de las almas.
Siempre agradece por estar en Aurora, porque ella puede hacer de ti un nuevo ser, colmado de los principios de la redención y del perdón.
Deja que la desconocida Aurora esté siempre en ti, aunque creas que no es posible. Ella actúa tan solamente cuando el corazón humano y el alma se abren para recibir esa poderosa energía divina.
Recibe, entonces, ese bálsamo de la Aurora del Amor, y que todas las secuelas espirituales no redimidas se disipen para que el Principio que es Aurora pueda hacer renacer el principio de tu concepción.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Ante la Luz de los Centros Sagrados del planeta, la humanidad recibe las llaves que abren las puertas al conocimiento antiguo y los misterios se develan para todos.
La consciencia abandona la ignorancia y los mundos internos de las criaturas de Dios despiertan bajo los principios de nuevos códigos.
Todos los secretos de otrora son develados para que la consciencia terrestre pueda dar el paso y, así, alcanzar la libertad de su cautiverio espiritual.
Los Centros Sagrados del planeta, lugares en donde circunda y habita la Sabiduría divina, se ofrecen incondicionalmente para que esta humanidad de superficie abandone su precaria forma de vida y despierte a su verdadera realidad interior.
Para eso, todas las herramientas de Dios se manifiestan desde el Universo Creador invisible a fin de que los corazones abiertos perciban que el tiempo ha cambiado.
Se aproxima el momento más agudo de la purificación para que esta humanidad abandone el camino que siempre la ha llevado a la perdición.
La Luz de los Centros Sagrados se enciende y las almas se sienten llamadas a ingresar en una experiencia mayor.
Así, la consciencia, que antes estaba presa de sus formas, encuentra el sentido de estar aquí, en este planeta y en esta humanidad.
Lo que antes estaba oculto a los soberbios, ahora se revela a los simples de corazón y, de esa forma, el Plan del Creador cumple con todas sus etapas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy la Madre del Mundo, la Madre Universal. Soy aquella cuya autoridad no proviene de esta Tierra, sino solo del Corazón de Dios.
Yo soy la Señora de todos los tiempos, Aquella que conduce a las criaturas desde el principio hasta el fin; no solo de sus vidas en este mundo, sino de toda su evolución, del origen hasta el origen.
Yo soy la Señora del Universo y también la Madre Celestial, parte viva de la Consciencia Divina, que viene a la Tierra en estos tiempos para hacerlos despertar.
Hoy los traje al desierto para que ingresen en el desierto de sus corazones y allí encuentren la esencia de la Hermandad.
Este nuevo ciclo, hijos Míos, marcará una etapa definitiva en el que los corazones deberán unirse al Cosmos y descubrir los misterios universales, como aquellos misterios que se guardan en el interior del planeta.
Hoy los traje al desierto porque este es el refugio a donde llevo a Mis hijos cuando ellos más lo necesitan.
Es en el desierto interior en donde las consciencias pueden vivir la síntesis para estos tiempos, en donde pueden asimilar los aprendizajes del pasado y construir las nuevas bases para el futuro.
Es en el desierto, en la aparente soledad, en donde parece que no existe nada, en donde sus corazones se unen con la Hermandad, con el Cielo y con la Tierra, con el verdadero tiempo que existe más allá de las ilusiones de este mundo.
Es encontrando la “nada” en su interior que volverán a Dios, si se abren para eso.
Hoy, el Universo se detiene y pone sus ojos sobre la Tierra, en los cuatro rincones de este mundo, en lo invisible del planeta.
Aquellos que vinieron a servir desde el principio, a este Proyecto humano, hoy se encuentran en oración, porque ha llegado el tiempo, hijos Míos, de que la humanidad crezca y encuentre su verdadero origen en el Universo, como en el Corazón de Dios.
Hoy, los Portales del Cosmos se abren hacia la Tierra y los mundos invisibles se muestran al corazón humano.
El Cielo se viste de fiesta, de júbilo, de regocijo espiritual, para impulsar a las criaturas a encontrar el propósito de su evolución en el cumplimiento de este Plan.
Hoy, su Madre Celestial, en el desierto, enciende todos los Espejos del Cielo como de la Tierra, enciende los Espejos de los corazones de Sus hijos, para así, construir el camino, el puente, que une todas las expresiones de la Vida.
Mi Corazón llega al mundo para abrir un nuevo ciclo en el que quiero ver a Mis hijos viviendo en fraternidad entre sí y con el Universo.
Quiero ver los Espejos de sus corazones irradiando la nueva vida que emerge desde su interior y que se refleja en la consciencia humana.
Los traigo al desierto para que encuentren la verdad sobre sí mismos, y vivan con base en esa verdad y no en las ilusiones del mundo.
Dejen que Mi Espejo Mayor se refleje en sus corazones.
Permitan, hijos, que lo más puro que existe en ustedes pueda emerger y que en este reencuentro con el Universo, no contemplen sus errores, no piensen en los desvíos que vivieron hace tanto tiempo; sino que reencuentren aquel Estanque universal, aquella vibración más pura que, como un dulce sonido, oí resonar en Mi Inmaculado Corazón, en el momento en el que sus esencias fueron creadas.
Ingresen en el desierto de su mundo interior, en donde pueden desmitificar la condición humana para llegar al vacío y allí reencontrar el Todo, del cual aparentemente salieron hace tanto tiempo.
Hoy Yo los llamo a la madurez interior, al despertar y a la unión con Mi Inmaculado Corazón, para que encuentren en Mí, la esencia de la Vida.
Hoy, en este desierto, se revela un misterio, la verdadera vida que existe en la Tierra y que se esconde en los lugares más simples, más puros, más humildes.
Es en el interior de este planeta, invisible a los ojos humanos, en donde la Voluntad de Dios se expresa. Allí, donde la Naturaleza es silenciosa y la comunión existe entre todos los Reinos, es donde la Voluntad de Dios se expresa.
Es en la humildad de aquellos que ya no buscan ser conocidos por la humanidad, que sirven en silencio a este planeta, en donde la Voluntad de Dios se expresa.
Es en la entrega incondicional de consciencias que podrían estar evolucionando a lo largo de las dimensiones y que, sin embargo, continúan en la Tierra para guiar y conducir a la humanidad, aunque muchos no lo sepan; es allí en donde la Voluntad de Dios se expresa.
Es en la perseverancia de aquellos que no contemplan las miserias humanas, sino el potencial de amor que existe en sus esencias, en donde la Voluntad de Dios se expresa.
Hoy, hijos, contemplen en su interior a todos los Seres de Luz que vinieron a la Tierra, desde el principio, a todos los Centros de Amor que se esconden en el interior del planeta, con la esperanza de que los ojos humanos un día los puedan ver.
Encuentren en el sacrificio de estos Centros de Amor, en su humildad y en su silencio, el verdadero sentido de sus vidas y cuando todo les parezca difícil, recuerden que existen aquellos que sirven incansablemente y que entregan su evolución para que la humanidad pueda dar un pequeño paso en este mundo.
Hoy, el Espejo de Mi Corazón refleja en ustedes el sacrificio del Cosmos, de aquellos que responden al Llamado de Dios, más allá de las dimensiones para que, en este nuevo ciclo, se sientan inspirados a vivir este mismo sacrificio por amor a otros, a olvidarse de sí mismos y a vivir en humildad la renuncia, la entrega, en lo más profundo de su interior.
Siéntanse inspirados por el desierto para que, en ese estado, vivan los tiempos que llegarán.
La fortaleza de los Centros de Amor se guarda en el silencio y es allí también en donde Mis hijos deben encontrarla.
Sean como ese desierto, silencioso, pero pleno del Poder de Dios, humilde y vacío, pero llevando dentro de sí, el mayor tesoro de este planeta.
Que en estos diez años, hijos Míos, en los que Yo he estado a su lado, sus consciencias caminen.
Que en este aniversario se definan a seguir Conmigo, reflejando Mi humildad en su interior, amando a este planeta como Yo lo amo y sirviendo a la humanidad como Yo la sirvo.
Yo soy la Sierva incansable de Dios y los llamo a ser incansables junto Conmigo.
En este día de júbilo, en este día de Gloria, los invito a construir, para el nuevo tiempo, un camino de esperanza en el que las almas vean reflejadas en ustedes, hijos Míos, Mi sagrada Presencia.
Que el Corazón de Dios encuentre, a través de sus pasos, una esperanza en la evolución humana.
Que todo el Universo sienta que valió la pena el sacrificio vivido desde el Origen por el triunfo del Proyecto humano y, en consecuencia, el triunfo de la Vida universal, de la unidad de cada criatura con el Corazón de Dios.
Con estas palabras los impulso y los bendigo.
Infinitamente les agradezco por responder a Mi llamado y espero, hijos, que no solo se pasen diez años más, sino que Yo pueda venir por toda la eternidad, y que ustedes estén a Mi lado.
Yo los bendigo, en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más