Aparición reservada de María, Rosa de la Paz, en el Gran Cañón del Colorado, Arizona, Estados Unidos, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús, para el encuentro de oración del 25 de febrero de 2020

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Hijos Míos, hoy transmito este mensaje nuevamente desde el Gran Cañón del Colorado, pero esta vez desde su parte más profunda, a donde ustedes hoy llegaron no solo para encontrarse Conmigo, sino también con toda la Hermandad.

Mientras bajaban estas sagradas montañas, sus seres internos y los seres internos de sus hermanos fueron ingresando en la realidad y en la verdad de otros tiempos. Fueron cruzando umbrales, puertas y espacios en donde se guarda la historia de esta humanidad, la historia más evolutiva, más importante y destacada.

Es así que, en este día y bajo el abrazo de estas sagradas montañas, doy continuidad al mensaje que pronuncié en los últimos días, para que la consciencia de la humanidad no pierda el impulso de poder encontrar, en este tiempo de caos, el retorno hacia su origen y hacia la esencia de su propósito en esta humanidad.

Hoy estoy aquí con ustedes, pero también estoy con el mundo entero como la Madre del Mundo, la Madre de la Nueva Humanidad, la Madre que guarda en Su Corazón el conocimiento y la historia de esta civilización de la Tierra, que atravesó y pasó por muchas experiencias, aprendizajes y pruebas.

Pero lo que hoy les revelará Mi Corazón es lo más sagrado que alcanzaron las civilizaciones más antiguas del planeta, desde la Lemuria hasta la actualidad. Y todas esas civilizaciones, pueblos y culturas aprendieron a estar en comunión con el Universo y a conocer el Universo por medio del contacto. Algo que la humanidad siempre ha buscado, siempre ha intentado encontrar la puerta segura para atravesar ese umbral hacia la verdad y la existencia cósmica.

Hoy Mi Corazón maternal abre esa puerta, enciende los espacios sagrados del Gran Cañón del Colorado, para que las informaciones de las civilizaciones más antiguas de la humanidad salgan a la luz, despierten sus consciencias y vivan, así, el compromiso de dar continuidad a este sagrado proyecto genético que aún no ha finalizado y que está en el momento más culminante e importante de poder evolucionar y de representar, dentro de todo este Universo y macrocosmos, la victoria, la misma victoria que alcanzó Mi Hijo, el Cristo; y que la sigue alcanzando y la sigue viviendo por ustedes, por todos sus hermanos, por este pequeño pero bellísimo planeta que el Padre les entregó en confianza, para que ustedes y sus hermanos lo pudieran representar, no solo en la vida material evolutiva, sino también en la espiritualidad, en la esencia del contacto.

Es así que mientras les hablo, las puertas de los mundos internos del Gran Cañón se abren para que sus corazones y, sobre todo, sus almas puedan ser colmados por esos principios y atributos que las civilizaciones más antiguas del planeta alcanzaron y en los que cada una de ellas se destacó por algo muy importante. Y eso que es algo tan importante, hasta los días de hoy, ayuda espiritualmente a toda la humanidad; especialmente a Mis hijos más perdidos, más ignorantes, más distraídos de la realidad y de la verdad superior que están latente en el Universo y que forma parte de la realidad del Plan de Dios.

Por medio de este mensaje quiero que sus consciencias retomen el compromiso de realizar este proyecto genético, que va más allá de algo espiritual, religioso o interno; que llega hasta lo más profundo de sus esencias y consciencias, en donde se guarda también la historia de sus orígenes, de sus experiencias, de sus aprendizajes y vivencias en este sagrado Universo que los rodea y que los aguarda.

Hagan votos, hijos Míos, de poder realizar este proyecto que será finalizado por la Presencia de Mi Hijo, el Cristo, cuando en el momento más culminante de esta humanidad, que está próximo, Él llegue para recoger todos los tesoros, méritos, aprendizajes y experiencias que hayan podido vivir en esta encarnación y en esta actualidad.

Aunque el planeta y su humanidad estén convulsionando, aunque las naciones estén en una gran contrariedad y conflicto, a pesar de cualquier situación que se presente en la superficie de la Tierra, nada impedirá que ustedes puedan experimentar y vivir lo que Dios tanto desea y espera.

Por esa razón, Yo estoy aquí y soy enviada a este planeta como la Madre del Mundo, para que tengan consciencia también de la nueva tarea de su Madre Divina y Espiritual, la que hoy es una tarea más amplia y profunda que no solo abarca este Universo local, sino también otras galaxias, mundos, estrellas y soles que conforman también la existencia y la vivencia del Plan de Dios. Y con él todas sus Jerarquías, Consciencias que han trabajado en este proyecto humano y en otros, a lo largo de millones de años. Hoy la humanidad, después de 1988, tiene la oportunidad y la consciencia de saber todas estas cosas que hoy pronuncia Mi voz, que es la Voz del Padre que resuena en este valle y especialmente en los mundos internos que deben alcanzar la verdad y la consciencia de este tiempo definitivo.

Desde el interior de estas montañas, en el Gran Cañón del Colorado, su Madre Celeste se anuncia antes de tiempo y proclama esta información para todos los seres de la Tierra, independientemente de su creencia, de su religión o de su situación interna; porque en esencia todos son hijos de Dios y todos provienen de la misma Fuente, del mismo impulso, del mismo Origen que los creó y, a partir de allí, sus consciencias, como las sagradas consciencias de las civilizaciones anteriores de la Tierra, vienen de diferentes lugares del Universo para seguir aprendiendo a amar de verdad y a redimirse de corazón, sin miedo ni traumas.

Es así que, por medio de estas informaciones sagradas que emergen del Gran Cañón del Colorado, la humanidad tiene la oportunidad espiritual de volver a curarse, reconciliarse y redimirse, para que todas las estrellas caídas que hoy viven sobre la superficie de la Tierra puedan volver a encenderse, a reencontrar el camino, a reencontrar su existencia y sus orígenes. Así, todas esas estrellas podrán volver a brillar en este firmamento cósmico y de esa forma estarán dentro de la historia que aún sigue siendo escrita por la Mano del propio Padre Eterno.

Si hoy esto sucede aquí, en esta condición y situación interna y espiritual, es porque existen una razón y un propósito mayor que ustedes hoy desconocen, pero que sé que pueden sentir y comprender lo que esto significa, más allá de las formas y del momento.

Hoy Mi Corazón abre los espacios del Universo, fusiona y une las realidades que se encuentran dentro de este sagrado Cañón del Colorado, en el que la humanidad podrá tener la referencia y el lugar en donde poder encontrar, en el mayor silencio y en la más interna sintonía, lo que necesita para este ciclo de transición y para poder superar estos tiempos difíciles, en los que cada vez más la ilusión abraza a la consciencia humana y le hace perder el camino del Propósito.

Mediante estas palabras, Yo les traigo la Gracia de reencontrar el sentido y la razón de estar en este planeta y en esta humanidad, sabiendo que se debe cumplir lo que el Padre ha determinado y ha escrito desde los tiempos más remotos del Universo, desde antes de que existieran los diferentes Universos, las diferentes civilizaciones y todo lo que está creado.

Por eso, es tiempo de agradecer, agradecer de corazón por este impulso que el Padre ha decidido enviarles por medio de la Madre del Mundo.

Y es así, hijos Míos, que los velos de su consciencia seguirán cayendo para que puedan tener conocimiento de la realidad que está dentro de ustedes y que también está escrita en el Universo, realidad que debe vivir una síntesis y un fin para que todo pueda comenzar de nuevo.

Mientras les hablo, a través de Mis palabras y de Mi presencia, envío al mundo entero los atributos y principios más sagrados que alcanzaron las civilizaciones más antiguas de la Tierra, una historia que nunca se perderá, una historia que podrá continuar siendo escrita por cada uno de ustedes, para que el triunfo del amor y de la verdad se cumpla en este tiempo, y para que Mis hijos más perdidos, engañados y oscurecidos por Mi enemigo, tengan la misma Gracia que ustedes reciben hoy.

Así, el planeta y su consciencia espiritual se podrán regenerar. El alma de este planeta podrá volver a respirar y ser lo que vino a ser en este tiempo, desde el principio, cuando fue decidido que este sagrado planeta existiera.

Abracen este llamado, acepten esta convocatoria y den continuidad y respuesta a lo que les pido, porque no estarán cumpliendo Conmigo, sino con el Padre Eterno, que es quien Me envía para que todos los seres de la Tierra, finalmente, vean la verdad que está escrita en el Universo y que también se guarda en lugares más bellos de este planeta.

Envío para todos, Mi mensaje de paz y de consciencia. Que la Luz del Gran Cañón del Colorado brille en el corazón de todos los seres autoconvocados y servidores, para que se pueda seguir cumpliendo el Plan.

Los bendigo y les agradezco, permeándolos con la Luz de Mi Espíritu y de Mi Corazón, porque soy su Madre, la Madre del Mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hermanos y hermanas, a pedido de la Madre Divina, desde aquí, desde el corazón del Gran Cañón del Colorado, vamos a realizar por tres veces la oración del Advenimiento de la nueva Raza, para que podamos decretar y afirmar este compromiso interno con la Divinidad.

 

Oración del Advenimiento de la Nueva Raza

Señor, 
que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio y
que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta unidad.
Amén.

 

APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN LA CIUDAD DE CALI, COLOMBIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hoy no encuentro otro lugar en el mundo que el corazón de Mis hijos, porque es en el corazón de Mis hijos en donde podrá realizarse la Voluntad de Dios y expresarse Su divina providencia.

Es en el corazón de Mis hijos en donde podré encontrar la paz de Mis queridos hijos, para poder servirme de esa paz, y uniéndola a Mi Paz, poder derramarla sobre el mundo, especialmente en aquellos lugares donde ya no existe.

Hoy no solo vengo con la alegría de poder reencontrarlos, queridos hijos, de poder bendecirlos en este día de consagración, sino también vuelvo con la alegría interior de poder ayudar a otras naciones de Sudamérica, como lo es Venezuela, en la que a través de Mi presencia maternal en este momento, todos los que se encuentran en ese país sufrido y herido como también todos los que emigran del mismo son amparados y ayudados espiritualmente por los ángeles del Cielo y hoy sus bocas reciben un maná espiritual para que puedan recobrar la fortaleza, la confianza y la fe en el Creador.

Pero este tiempo, hijos Míos, no es solo un tiempo de tribulación, la tribulación que la humanidad escogió vivir en este ciclo; Dios está con Sus brazos abiertos para recibirlos y acogerlos. Por eso, Me ha permitido regresar aquí a Colombia no solo para bendecir a su patria y a su pueblo, sino también para ayudar espiritualmente a sus naciones hermanas de Venezuela y Ecuador, porque como ustedes saben, cosas gravísimas están sucediendo en estos tiempos.

Dios contempla a todas las almas del mundo, especialmente a aquellas que viven los conflictos y la división en las naciones; por eso envía a Su Espíritu Santo a través de Su Sierva fiel, para despertar a las consciencias del mundo entero hacia la cooperación y la colaboración con los más necesitados. Porque si un hermano vuestro, por más desconocido que sea, está sufriendo o está padeciendo, la humanidad entera es la que está padeciendo y sufriendo.

Por eso vengo a colocarlos, hijos Míos, en esta noche, ante un panorama y una visión espiritual y universal, porque llegó el momento, llegó la hora, de que cada uno salga de sí para poder abrazar el todo que es la humanidad enferma.

Eso permitirá, hijos Míos, que bajo el espíritu de la colaboración y de la solidaridad por aquellos hermanos que sufren y padecen el caos de estos tiempos, pueda llegar el espíritu de la intervención divina, de la ayuda celestial y cósmica que todas las almas en este tiempo necesitan sin excepción, cada uno en su escuela, cada uno en su aprendizaje y en su momento de despertar.

Vengo a concederles la Gracia de liberarlos para siempre de este hipnotismo e ilusión mundial para que sus corazones también impulsen a otros corazones al despertar de la consciencia, al despertar de la cooperación y de la solidaridad, sabiendo que el mundo entero está sufriendo, aunque una minoría sufra mucho más de lo que sufre la mayoría en estos tiempos.

Yo les traigo, queridos hijos, esta Gracia especial porque aún la humanidad tiene velos en su consciencia y no solo no consigue ver la realidad de estos tiempos, sino que tampoco consigue ver lo que está detrás de cada consciencia, quién es esa alma, quién es ese espíritu que está encarnado en este momento para servir y cumplir una misión con Dios.

Por eso, este es el tiempo de la cooperación y de la integración grupal. No son tiempos de barreras ni de divisiones, es un tiempo de poder sentir a Dios en el corazón y de cumplir Su Voluntad y Sus mandamientos.

Cuando den ese paso profundizarán en su vida espiritual no solo orante, sino también en su vida interior y podrán representar a Mi Hijo de alguna forma, porque Él también está de brazos abiertos para recibir a Sus nuevos y últimos apóstoles que, de una forma servicial y humanitaria, ayudarán a los que más necesitan, a los que no tienen nada, a los que han perdido todo, así como lo perdieron Mis hijos de Venezuela.

Pero muchos se preguntarán en este momento o alguna vez se lo preguntaron: ¿dónde está Dios ante todo lo que sucede en Venezuela? Dios está allí. Por eso vengo a estar en sus corazones, porque Dios está en sus corazones y es en los corazones en donde se realizará el Plan de Dios.

Los corazones serán impulsados a vivir el fin de estos tiempos a través del apostolado y del servicio de una manera incondicional y abnegada. Ese es el primer paso y es la primera escuela para ustedes, hijos Míos, aparte de formar los grupos de oración que Yo necesito en este momento para Colombia. Porque Colombia no puede ser un espejo de lo que sucede en Venezuela.

Sé que la devoción interior de cada uno de ustedes y la fidelidad para Conmigo, hijos Míos, todo lo impedirá y Dios seguirá derramando Su Gracia sobre este pueblo querido y amado por el Plan Divino. Y sus consciencias estarán más disponibles, más dispuestas, más enteras a ayudar en lo que fuera necesario no solo al Reino Humano, sino también a los Reinos de la Naturaleza, en todos los lugares de la Tierra. A la vuelta de sus casas o aun dentro de sus familias existen grandes necesidades internas que se terminan reflejando en necesidades materiales.

No estoy hablando de propiedad o de poder, o de poseer alguna cosa material, estoy hablando de las carencias que enfrentan Mis hijos en estos tiempos, principalmente, de la falta de Amor y de una inconmensurable incomprensión de lo que le sucede a cada hijo Mío.

Por eso, Nuestras Palabras que ya están siendo las últimas en este ciclo serán su Fuente, para que puedan beber, nutrirse y quitarse la sed. Nuestras Palabras, las Palabras de los Sagrados Corazones, serán la Luz para el mundo que enfrenta la tribulación y la adversidad. Nuestras Palabras serán sus impulsos para el cambio de la consciencia y para la transformación del ser.

Ninguna de Nuestras Palabras a través de los años han sido desperdiciadas, porque Nuestras Palabras provienen de la Voluntad de Dios, es Dios quien dicta a Nosotros lo que debemos decir, así como ustedes deben hacer resonar dentro de su mundo interior todo lo que reciben.

Ningún ser de la Tierra, por más ateo o no creyente que sea, quedará sin instrucción y sin guía. Todos los pasos están siendo indicados hasta en los mínimos detalles. Por eso, hijos Míos, deben aprovechar la Fuente de la instrucción en los momentos más difíciles y agudos del planeta. Estos son los tiempos difíciles, los tiempos difíciles no llegarán, los tiempos difíciles ya están aquí, ante sus ojos, ante sus casas, ante la realidad planetaria de estos tiempos.

Yo los invito, hijos Míos, no solo a vivir la consagración para que siempre sean bendecidos y protegidos por Mí, sino también Yo los invito a hacer algo por este planeta y por la humanidad. Cuantos más hagan algo por esta humanidad y por este planeta, menos situaciones graves sucederán, muchas almas serán desviadas del peligro, del terror, de la persecución y aun del caos. Porque cuando la mayoría de la humanidad haga algo de una forma verdadera, permanente y sincera, muchos se salvarán y los Reinos de la Naturaleza serán protegidos de las manos de los hombres que los quieren herir y lastimar.

Cuando la humanidad comprenda que es parte de una única creación, y se dé cuenta de eso, tomará consciencia de todo lo que no ha hecho bien; y esperamos, rezamos e imploramos por el arrepentimiento de todos, para que el odio y la maldad acaben, para que la paz y el amor se establezcan, para que las almas encuentren dentro de sí mismas el Reino de Dios.

Este es el tiempo del Armagedón. El libro de Juan el apóstol, el Apocalipsis, se está cumpliendo. Por eso es el tiempo, hijos Míos, de proteger su mundo interior de todo lo externo. No estoy hablando de que se aíslen ni que se dejen de comunicar con sus hermanos. Estoy hablándoles, hijos Míos, de que sean selectivos y que sepan aquello que les hace bien y aquello que no les hace bien. Así su pureza esencial no será contaminada con los ruidos continuos que genera este mundo y que se escuchan a eones de tiempo y en otras partes de este sistema solar, aunque no lo parezca.

Lleven sus consciencias hacia el sacrificio y hacia el ejercicio del silencio interior, y por medio de la oración ayuden a equilibrar y a armonizar este planeta, para que toda la vida que está en la superficie de la Tierra alcance por lo menos un momento de paz.

Hijos, el tiempo de las palabras bonitas terminó. Llegó el tiempo de la consciencia, de la madurez y de la responsabilidad. Por eso, estas son Mis últimas apariciones, después de once años, porque cuando concluya el ciclo que Dios espera, todo se cumplirá y la humanidad vivirá lo que ha escogido.

Pero como Madre mediadora e intercesora, Yo vengo a evitar esos acontecimientos y hoy Me coloco de rodillas ante ustedes, para pedirle al mundo entero que se arrepienta de corazón, que busque la paz y que sepa que todo lo que digo no es solo una advertencia, sino un pedido de Mi Corazón maternal para cada hijo Mío, en cada parte de este planeta, para cada raza, pueblo o cultura como para cada religión.

Hoy vengo como la Madre del Apocalipsis para colocar a Mis hijos debajo de Mi manto, en donde encontrarán protección y amparo para estos momentos. De rodillas les digo: no vengo a darles miedo, Yo soy la Reina de la Paz, la Madre Universal, el inmaculado y materno Corazón de María.

Vengo a llamarlos a la verdad y a la consciencia. Quiero construir a través de ustedes un puente hacia Dios, porque Dios y Mi Corazón en este ciclo serán su fuerza y su gracia.

Con amor hoy bendigo todas estas flores, que no son Mías sino de Mis hijos y que representan la simplicidad de la belleza de Dios, a través del Corazón de María y de los aromas sutiles del Cielo que la rosas captan por su naturaleza. Estas rosas son para ustedes, para que las lleven consigo hasta sus últimos días y para que siempre recuerden Mi presencia que es eterna e inextinguible.

Por eso invito, en esta noche, a que se aproximen a este escenario los que se consagrarán como Hijos de María, para recibir la bendición, la consagración y la paz de Mi Corazón. 

Pero antes de que eso suceda, hoy vengo a pedir una canción que representa un pasaje de la vida de su Madre Celeste, es el Ave María que fue inspirado por el señor Gómez, y que ese Ave María no sea realizado por Mí, sino por la imploración de todos Mis hijos a Dios a través de Mi Corazón inmaculado.

Esta canción hoy derramará Gracias para ustedes y para el mundo. Esta canción, hoy los consagrará como Mis hijos, como los nuevos grupos de los Rosarios de Luz, para que muchos más hijos Míos que necesitan del alivio, de la cura, del amor y de la redención puedan formar  esos grupos, a fin de que en todos los puntos de la Tierra, existan Rosarios de Luz que son el reflejo de todos Mis hijos, los que amo profundamente.

De rodillas ahora los escucho, y abran sus corazones para esta consagración.

Cántico: Ave María.

Lleven sus manos al corazón y agradezcamos.

En el nombre del Amor y de la Paz de Mi Hijo es que hoy los bendigo y los consagro como Mis hijos y orantes del planeta que servirán a Dios con amor y dedicación. Siempre fueron Mis hijos y siempre lo serán. Recuérdenlo, así Mi inmaculado Corazón triunfará.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Le agradezco a Colombia y a todo su pueblo por haberme recibido. Dios está alegre por este acontecimiento.

Les agradezco.

Nos pondremos de pie, en este momento, para terminar respondiendo a un pedido más de María, cantando el Himno de la Consagración de los Hijos de María y encendiendo en nuestro corazón la llama de amor de María.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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