MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Durante estos días y debido a la gravedad de las guerras y al derramamiento de sangre inocente, Nuestros Tres Sagrados Corazones se encuentran intentando detener el mal que invadió la mente y el corazón de Mis hijos de algunas naciones.

Por eso, hoy Yo vengo especialmente a pedirles que, ahora más que nunca, Me acompañen en oración para que los Tres Sagrados Corazones intervengan por todas las familias y especialmente por los niños que sufren la guerra, la aniquilación, la invasión y el maltrato.

En el nombre de Nuestro Creador y Señor del Universo, vengo a pedirles que las armas sean detenidas para que no se siga abriendo la puerta incierta de la maldad en el mundo.

Vengo a pedirles, en el nombre de Dios, que ya no predominen los intereses de las naciones, para que los más desfavorecidos no se vean en la urgencia de escapar del terror y de la muerte.

Queridos hijos, este es el esperado tiempo de la tribulación y del Apocalipsis. Por eso, más que nunca, Yo vengo a pedirles que todos los días reconozcan la Presencia de Dios en ustedes y que, a través de la Presencia Divina, recuerden que todos son hermanos y hermanas de un mismo Padre que está en los Cielos. Así, Mis hijos, el mundo como un todo no se seguirá apartando del Amor y de la Luz.

Rezo, día y noche, para que el mundo alcance la paz. Recen Conmigo todos los días, a fin de que los ángeles, atormentados por las guerras, se puedan sostener.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

Después de transmitir el Mensaje semanal, Nuestra Señora acompañó la consagración de la Santa Eucaristía, según el relato siguiente:

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a celebrar junto con nuestra Madre este momento de consagración.

Nos disponemos, en este momento, para participar de este misterio de Amor que Cristo nos dejó en la Presencia de María, Nuestra Señora.

Y, en el silencio de nuestro corazón, ante el Corazón de María, de la Reina de la Paz, purificamos nuestro corazón, nuestra consciencia; para que, bañados por Su Amor Maternal, preparemos nuestro mundo interior para volver a recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que serán transustanciados en esta celebración que María acompañará con atención y detenimiento.

Nuestra Madre nos dice, en este momento, que en la noche cuando Jesús estaba reunido con Sus apóstoles, Ella en otra parte de Jerusalén estaba reunida con las santas mujeres y, a través de sus espíritus, de sus consciencias, se unieron al sacrificio del Hijo de Dios, sacrificio que en el éter de la Tierra dejaría plasmada la presencia eterna de Su Amor y de Su Misericordia por las almas.

Y, en esa hora, todos los pecados desde Adán y Eva hasta el presente, hasta el final de los tiempos, estaban siendo contemplados por Nuestro Señor y por Nuestra Señora que, en reparación y en amnistía, ofrecían a Dios por medio de los ángeles.

Así, esa Comunión, que Cristo ofició y celebró con Sus apóstoles en la Última Cena, llegó a María, nuestra Madre, y a las santas mujeres, a través de las manos de los ángeles, por medio de una forma luminosa de Luz, forma que ingresó en el alma de María y de las santas mujeres para establecer definitivamente esa alianza con la Voluntad de Dios por intermedio del Hijo Primogénito.

En esa noche, en la que Jesús se encontraba con Sus apóstoles y María estaba reunida con Sus discípulas, las santas mujeres, cuando Jesús tomó el pan y lo elevó a Dios en acción de gracias, en ofrecimiento y en sacrificio, María le pidió a Dios que Ella pudiera morir espiritualmente junto a Su Hijo, por la remisión de todos los pecados que habían sido cometidos desde el principio, desde Adán y Eva hasta el final de los tiempos, para que las almas pudieran recibir la abundancia del Amor de Dios, ese Amor que los renovaría y que los ayudaría a seguir adelante en cada paso.

Así, Jesús partió el pan y ofreciéndolo a Sus compañeros con una mirada paterna, amorosa y atenta, les dijo, así como le dijo a Su Madre y a las santas mujeres, en espíritu: “Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
 

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
 

Reverenciamos.

Y, así, la forma de Luz ingresó en los apóstoles, en María y en las santas mujeres, preparándolos para la Dolorosa Pasión de Jesús.

Y, antes de consumar esa alianza con el Eterno, Jesús tomó con Sus Manos el Santo Grial, que elevó a los Cielos, también en ofrecimiento y en sacrificio por las almas.

En ese momento, María Santísima y las santas mujeres, en Comunión Espiritual, se ofrecieron para ser las primeras celadoras de la Preciosa Sangre de Cristo, que sería derramada desde el momento de la flagelación hasta lo alto del Monte Calvario y, así, se pudiera establecer, en honor al Hijo de Dios, la ciencia espiritual de la Vía Sacra, de los impulsos crísticos que el Maestro dejó impregnados y grabados en cada paso de la Cruz.

Así, Jesús después de haber transustanciado el vino en Su Preciosa Sangre, pasó el Cáliz a Sus apóstoles y, en espíritu, a las santas mujeres, por medio de los ángeles, diciéndoles: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre del Cordero que será derramada por la remisión de todas las faltas, hagan esto en memoria de Mí hasta que Yo retorne al mundo”.
 

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
 

Reverenciamos.

Y, en ese momento, los ángeles que estaban presentes en la transustanciación del pan y del vino, en la Última Cena, pusieron a disposición, a partir de ese tiempo y hasta el final de los tiempos, todos los cálices que recibirían el ofrecimiento de las almas que se consagrarían y vivirían por Cristo y en Cristo.

Así, colocamos nuestra alma y nuestro espíritu ante ese ofrecimiento; colocamos nuestra vida y nuestra esencia dentro de esos cálices para que, como esta celebración, esos cálices sean ofrecidos a Dios en reparación y en Misericordia.

Así, Jesús elevó Su Cuerpo y Su Sangre para testimoniar la Presencia Infinita y Misericordiosa del Amor de Dios.

Los apóstoles, María Santísima y las santas mujeres contemplaban, en ese instante, la institución del Legado Crístico de Amor y de Redención.
 

Oración: “Padre Nuestro”.


Y, así como Cristo representa la Paz universal y la Paz para el mundo, invocamos, junto al Corazón Inmaculado de María, el descenso de la Paz.
 

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
 

Y, así como compartimos la Paz de Cristo, vamos a irradiar la Paz de María a cada Cristo Interno.

Y, vamos a anunciar, en este momento, la Comunión Espiritual a todos los mundos internos y las almas que están en el mundo y que necesitan de esa Presencia Crística interior.

A pedido de María, en este momento de Comunión, vamos a cantar “Haz de mí nada”, para que en ese vacío interior que tenemos que buscar en cada paso, podamos ser colmados del Todo, de la Presencia de Dios.

MENSAJE DIARIO ESPECIAL DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO CON MOTIVO DEL ÚLTIMO ATENTADO EN LA CIUDAD DE NIZA, FRANCIA, EN LA VILLA DE DORNES, FERREIRA DO ZÊZERE, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

La humanidad terrorista no conoce el poder de la Justicia de Dios en este tiempo y ella misma se lanza al vacío, derrumbando todos los principios de una verdadera humanidad.

El pánico y el miedo abrazan a muchos corazones porque el tiempo del Apocalipsis ya comenzó. Cosas inimaginables ya se ven en las calles del mundo y el temor ahoga a la mayoría, que es indiferente y que no reza.

Los corazones parecen perder el sentido de su existencia y le temen a la muerte que es generada por el terrorismo que fue creado.

Parece que la llama de la fe se apaga de a poco y las almas que no Me aceptan están desprotegidas y sin Mi amparo. La hora del caos ya llegó y muchos prefieren negarlo por no querer enfrentar su propia realidad.

Las miserias parecen multiplicarse más que las rosas, y el valle se torna un escenario de constantes ultrajes.

La humanidad siente el despertar, pero luego se desvía perdiendo el sentido de su verdadero camino de redención.

Todos ofenden a Dios en algún grado y, cuando la mayoría se separa de Dios, eso compromete la vida de todos.

Este tiempo difícil y cruel se precipita sobre los que están caídos espiritualmente y las bombas y los atentados explotan frente a sus rostros.

Nadie acude a Dios y todos se pierden en las tinieblas. Mientras esta separación de los corazones sucede por no pensar ni un segundo en Dios, Yo lucho día y noche junto a Mis huestes contra los planes de Mi adversario.

Nadie conoce el poder de la Justicia de Dios; mientras haya tiempo, arrepiéntanse y pidan perdón por los que ofenden y ultrajan el Corazón de Dios.

Oren con más consciencia y determinación para que las pruebas mundiales que se avecinan no vuelvan a sorprender a la mayoría.

Mi Corazón vuelve a sentir el dolor del mundo y las causas de tanta indiferencia humana. Solo rezo por ustedes y por todos Mis hijos para que estén preparados y así puedan enfrentar el tiempo final.

¡Les agradezco por acompañarme!

Por la paz en los tiempos de atentados,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS​

Emerge, desde los niveles invisibles de la Tierra, toda la oscuridad que estaba oculta. Las almas que por siglos permanecieron en pena y sufrimiento levantan sus brazos, pidiendo la Luz y el Perdón de Dios. El mal ya no esconde su actuación, porque el Bien también se expande y anuncia su triunfo.

Es una gran batalla entre la dualidad de este mundo, porque llegó el tiempo de definición para toda la raza humana; es tiempo de vivir la unidad absoluta con Dios o ser llevado a escalas primarias de evolución, para recomenzar.

En muchas partes del mundo, parece que las nubes del dolor y el sufrimiento ocultan el Sol.

En Oriente, lo que un día fue un mar de Gracias, se convirtió en un mar de terror y desespero por la indiferencia de los hombres. Pero esto no significa, hijos Míos, que Mi Corazón no triunfará.

En el corazón de América, la luz comienza a expandirse y el Sol de un nuevo tiempo se levanta como la Aurora del amanecer. El fuego que emana su cósmica luz proviene del amor de los corazones despiertos.

Los seres humanos están descubriendo la semejanza con Dios a través de la oración, y la verdad desciende sobre la Tierra con la misma potencia de la Misericordia de tiempos atrás emanada por Mi Hijo en Su Cruz.

A todos los que Me escuchan, les diré que no teman, sino que sientan en sus vidas el triunfo de Mi Corazón. Mi manto se expande más allá de los continentes y hago crecer la semilla de la nueva vida que planté en América, en el corazón de todos aquellos que, en cualquier parte del mundo, acepten responder a Mi llamado.

No habrá tribulación que derribe a Mis soldados, pues ellos serán sustentados por la fuerza de Mi Amor maternal e infinito. Ni la mayor de las bestias que se levante contra Mis pequeños los hará titubear, porque la verdad impresa en sus corazones puros les traerá la certeza de que la realidad solo habita en la Luz y en la Consciencia de Dios. Todo lo que está fuera de Él es parte de una ilusión milenaria, que ata a las consciencia a las perdiciones del mundo.

Hijos, aunque la oscuridad que emerge dentro y fuera de ustedes, y en muchas partes del mundo parece infinita, no teman y recuerden Mis palabras cuando les digo que el potencial del Sol de Dios en sus corazones vencerá cualquier noche y cualquier tiniebla. La noche más oscura anuncia la claridad de un día de renovación y de Gracias.

Para que haya mil años de paz, cada corazón y cada consciencia deberá elegir vivir el amor y la unidad con Dios.

Después que la semilla del amor esté plantada en la consciencia de todos aquellos que se comprometieron con Mi Hijo, ya será suficiente para el triunfo del Creador, porque la cristificación solo florecerá plenamente, en una raza entera, cuando la Luz prevalezca en la Tierra y, con otro nombre consagrada, ingrese en el nuevo tiempo, en el tiempo real.

Poco a poco los velos caen de los ojos de Mis hijos y todo aquello que quedó guardado en los libros sagrados como cuentos e ilusiones tomará su lugar dentro la verdad, y destituirá el reinado de la indiferencia y del adormecimiento.

Hijos amados, a pesar del terror que ven en muchas partes del mundo, quiero que en sus corazones nunca desaparezca la certeza del triunfo de Mi Corazón, porque así como la purificación comenzó de forma repentina e inesperada para muchos, la Luz también emergerá repentinamente y se consolidará en la consciencia, sin que se den cuenta.

Oren de corazón y cuando menos lo esperen, Mi Hijo, quien reina en los Universos, reinará en cada partícula de sus seres y comenzará a construir, dentro de cada uno de ustedes, la Nueva Jerusalén, la raza de los redimidos por Cristo.

Los amo y les dejo Mi Paz,

Vuestra Madre, María Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE MADRID, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Un urgente llamado a la oración por la Paz

Mis muy queridos hijos del mundo, siervos predilectos de Mi Corazón:

Hoy en nombre del Bien Mayor y de la Misericordia de Dios vengo para pedirles nuevamente que recen un misterio del Santo Rosario todos los días durante los próximos seis meses, para evitar la propagación infernal de una cruel guerra entre las naciones de Medio Oriente. De no ser respondido este llamado como parte de la súplica de Vuestra Madre Celeste, ustedes verán con sus propios ojos mucha sangre correr, desesperación entre los pueblos y más atentados que afectarán a más almas inocentes.

Quisiera, hijos Míos, que esta convocatoria a la oración fuera expandida por los cinco continentes y en todos los idiomas posibles, porque sé que aún hay almas que esperan escuchar Mis palabras y reconocer Mi voz en ellas.

Hijos Míos, el tirano moviliza sus más de cuatro mil ejércitos de ángeles caídos para dominar la consciencia frustrada e inocente de Mis hijos de Medio Oriente.

Pido que los que puedan, ofrezcan en los próximos seis meses el misterio del rosario en lengua árabe y hebrea, para que así los poderes de la oración abracen a más corazones y a más planos de consciencia.

Les digo, Mis pequeños hijos, que la humanidad que ya está perdida, ostenta una conquista del planeta que no es real y que es impulsada por los demonios.

Como Mi adversario sabe que Yo estoy caminando por Europa para evitar que la guerra de todos contra todos se expanda por esta parte del hemisferio, él utiliza todos sus armamentos explosivos y a todas las almas que están comprometidas con esa realidad y que quedan condenadas al infierno terrestre, del que no consiguen salir.

Queridos hijos, ya llegó el momento de que corran junto con Vuestra Madre al desierto interior en donde nos refugiaremos, con la oración, de todo mal y estaremos a salvo.

En esta hora en la que la batalla definirá el momento del retorno de Cristo, Yo los invito a tener un corazón perseverante, humilde y sincero. Si ustedes, hijos Míos, se aman los unos a los otros, iremos desarmando el plan de Mi adversario de disipar la fe y el amor verdadero entre las consciencias. Yo los despierto en esta hora a una verdad que quiere ser ocultada por muchos.

Oremos con la firmeza del corazón y en confianza de que todos los ángeles del Cielo los auxiliarán en esta batalla final donde la Mujer Vestida de Sol vencerá a Su eterno enemigo a través del potentísimo caudal del amor.

Difundan Mi llamado y háganle saber al mundo que todo el Universo está atento a lo que en él sucede.

Que los corazones recuperen su inocencia y su pureza para que así triunfe Mi Inmaculado Corazón.

¡Les agradezco por acompañarme en esta misión de redención!

Los ama y los comprende,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Abran sus ojos al Universo y véanme venir entre las nubes.

Yo Soy el Hermano, Soy el Hijo de Dios, Aquel que sentado a la mesa con ustedes compartió el pan y el vino, para dar testimonio al mundo de la vida crística.

Hoy también provengo de un lugar en el mundo donde hay mucho dolor, donde no hay sosiego ni calma. Pero hoy también les traigo el Reino de los Cielos para que lo compartan con sus hermanos y con todos los que vendrán después de ustedes cuando pasen muchos años y esté escrito en el corazón de Mis siervos todo lo que Yo hice aquí, cuanto los invité a transformarse y a vivir en Mi Paz.

Pues quien Me sigue vive desafíos y pruebas, pero al fin alcanzará la vida eterna, la unión eterna con Dios y con Sus mundos sublimes.

Pero no dejo de observarlos y de mirarlos con Mis Ojos de bondad, de regocijo y de calma.

A pesar de lo que veo en el mundo, confío en los que Me siguen, en aquellos que son fieles a Mis designios, en la simplicidad de la vida, en la caridad de las cosas, en la entrega absoluta del alma al Reino de Dios.

No busco guerreros sino almas valientes, que se animen a dar testimonio de Mi Presencia en el corazón de todos, porque Yo provengo del Amor y el Amor está en todas las cosas.

Si el amor está en ustedes, los demás lo pueden ver y si los demás pueden verlo, también lo podrán sentir, y ese amor los unirá y no dejará que las barreras de la condición humana, del falso poder y de la conquista no verdadera, los separen.

Yo les enseñé con Mi Camino, el camino del amor; el amor que persiste, el amor que es constante, el amor que vive por los demás y que se expresa en la humildad de las cosas. Ese es el amor que ahora le falta al mundo y ustedes deben vivirlo.

Así como Yo se lo enseñé a los apóstoles, también hoy se lo enseño a ustedes.

No importa cuánto caigan a Mi lado, lo que importa es que vivan en Mi Amor, en Mi Amor confiante, cristalino y puro.

Si hoy Yo estoy aquí, no es por casualidad. Yo vengo a buscar algo que aún la humanidad tiene en su interior, para que no se pierda. Vengo a instituir una Ley que proviene del Reino de Mi Padre y que los salvará a todos en esta hora crucial.

Como les dije en el principio, vengo de un lugar donde hay mucho dolor y en donde la cura aún no es suficiente, porque los curadores no son la mayoría; los que curan con el corazón, con el amor, con la caridad.

Pero si sus oraciones fueran persistentes, así como las oraciones de todos los hermanos que hoy Me escuchan con sinceridad en los cuatro puntos de este planeta, pronto el mal se extirpará y la humanidad será reconstruida por la verdad y no destruida por la guerra.

Pero en la hora más tenebrosa que el mundo está cruzando, necesito que sus corazones no se apaguen, sino que reafirmen todos los días la vivencia de ese amor, la vivencia de ese amor que los mueve, que los impulsa para concretar las metas, así como se mueve el Universo.

En ese lugar, desde donde hoy provengo, existe el sufrimiento, la pena de muerte, el martirio y la desolación.

Vengo desde el lugar donde una vez Yo estuve entre ustedes y les prediqué el Reino de Dios, para que todas las almas a través de Mi Pasión, de Mi Muerte y de Mi Resurrección, pudieran encontrarme a través de los tiempos.

Yo vengo de Medio Oriente, donde aún la batalla no ha terminado y esa batalla ya no es solo material, sino espiritual.

Mis ángeles resplandecientes trabajan día y noche para salvar a las almas y los Sagrados Corazones se comprometieron a dar Su último Suspiro hasta que la última alma esté entre Nuestros Brazos para poder resucitar, en el Reino de los Cielos y en la nueva vida espiritual que Nosotros les donamos con todo Nuestro Amor.

Así, compañeros de toda la humanidad, hijos orantes, escuchadores de Mi Palabra redentora y de Mi pulso de Amor crístico, no se detengan. Oren, adoren, comulguen, perdonen y amen. Eso es lo único que pido para este momento crucial y eso es lo único que puedo hacer por ustedes hasta antes de Mi retorno al mundo.

Cuando Yo regrese en Gloria entre las nubes, los soles y las estrellas, nada quedará como está. La Tierra será dividida en dos partes, oriente y occidente. La paja será separada del trigo y nada nunca más será igual para aquellos que hayan tenido fe plena, hasta los últimos días de los tiempos finales.

Hoy vengo a abrir sus ojos hacia el Universo, los ojos de sus almas y de sus corazones, porque es hacia el único lugar donde podrán mirar, entre tanta oscuridad planetaria.

Aún existen lugares en el mundo que son refugios de oración, son núcleos de Luz para las almas y eso también es lo que no se pueda apagar por la acción de nadie.

Necesito que sus corazones todo el tiempo estén en Mi Corazón para que sientan lo que es verdadero y lo que es falso.

Vengo a establecer en esta hora un propósito infinito, un camino para Mis seguidores, camino que aún estará lleno de pruebas y de desafíos, porque ustedes han firmado ese compromiso Conmigo en tiempos pasados y ahora es hora de responder.

Se verán cosas increíbles, pero también tenebrosas. Ese será el momento para que sus corazones sean misericordiosos, pacificadores. Será el momento donde el temor deberá ser transformado en luz, el terror en amor y el miedo en alegría.

Aunque no lo crean, es posible.

No dejo de mirar en los desiertos de Medio Oriente a aquellos que se cansan por tanto caminar, por no poder sobrevivir, por el hambre y la sed, por la enfermedad y por la angustia.

A todos ellos acudimos y rescatamos en el plano en el cual podemos trabajar con todas las almas. Pero, compañeros, hay una parte que le corresponde a la humanidad, es la humanidad que lo debe hacer y aún no es la mayoría, porque están muy dormidos y no han despertado al llamado de Dios.

Pero el reloj ya pasó de su tiempo y las realidades se aproximan cada vez más hacia este planeta.

Por eso el refugio para todos será Nuestros Sagrados Corazones. La fraternidad y la fe entre las almas los hará invencibles, no por sentirse orgullosos o seguros, sino por ser verdaderos y simples ante los ojos de Dios.

Nadie perderá la oportunidad de despertar. Compañeros, por eso no se preocupen, Dios ya lo tiene previsto desde el principio para cada uno de los corazones de la Tierra.

Pero el mundo no conoce la purificación y sabemos que le teme.

Pero si sus corazones hacen lo que Yo les pido, se purificarán y no perderán la confianza, no estarán escasos de amor ni tampoco de humildad, porque Yo los mantendré unidos a Mi Padre a través de Mis Manos, que hoy se ofrecen a ustedes para tocar sus rostros, mirarlos a los ojos y decirle a cada uno:

"Sigue, confía en Mí, nunca te fallaré. Si Yo morí por ti ¿por qué tú no morirías por Mí? ¿Acaso temes lo que Yo te pido?"

"Suelta tu inseguridad y abraza Mi Plenitud, siente Mi Amor, siente Mi Corazón y serás pleno en todas las cosas. Si Yo Soy el Amor pulsante del Universo, ¿por qué no te arriesgas a estar en Mí y Yo en ti?"

"Espero hace tanto tiempo que así lo hagas y seas Mi siervo, Mi apóstol del tiempo final, porque en la última hora, cuando tu vida expira, querrás morir en Mis Brazos y nacer a la Vida Eterna que se vive en el paraíso y donde siempre es eterno presente. Recibe Mi llamado con compasión, y abraza Mi convocatoria."

"Escucha el corazón de tu Maestro y no pierdas tus fuerzas, porque las fuerzas eternas Yo te las daré. No saldrán de ti."

"Si el Hijo vive en Su Padre Eterno, el Padre Eterno vive en Su hijo y Sus criaturas viven en el Corazón del Redentor. Y si Sus criaturas viven el Corazón de su Maestro, todo estará hecho para estos tiempos."

Despierto apóstoles para que sirvan en la transición planetaria, despierto almas para que oren Conmigo y no se cansen de hacerlo.

Si Yo estoy aquí es porque los amo y porque los conozco desde el principio hasta el fin.

Mi gratitud infinita a los misioneros en Turquía, porque han visto Mi Rostro más de dos veces, en los rostros y en los corazones desesperados que buscan la Luz para encontrar la Paz.

Yo he pasado cerca de ellos muchas veces en esta misión y de muchas formas Me he presentado para que Me reconocieran: en el enfermo, en la soledad del niño, en la desesperación de una madre, en la aflicción del anciano, en la desolación de los hombres y Me he llenado, Me he llenado con el amor de cada uno de los misioneros, porque hasta ahora han confiado en todo lo que Mi Madre les ha dicho, palabra por palabra.

Quiero glorificar sus espíritus y quiero que vean en ellos, en cada uno de los misioneros, la glorificación del alma y del espíritu que sirve a Dios en plenitud y en verdad, sin tiempo y sin hora.

Ustedes, compañeros, también pueden hacerlo; pueden vivificar sus espíritus de la noche a la mañana y en cada nuevo amanecer.

La esencia de toda esta Obra es el Amor en todo lo que se hace. Eso salvará al mundo, al menos a una parte de la humanidad y así, Yo podré decir que Me han comprendido a lo largo de estos últimos tiempos, que han compartido Conmigo en la convocatoria a la redención.

Bajo los Rayos Luminosos de Mi Gracia, Yo bendigo a todos los misioneros que en la fe entregan su vida por Mí y por las almas, con la autoridad y la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL ÓMNIBUS ÁGUILA DE LUZ, DURANTE EL VIAJE DESDE LA CIUDAD DE PORTO ALEGRE, BRASIL, HASTA EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros:

Ofreciendo Nuestros Corazones al Altar Celestial como parte del Plan de Dios, clamamos a la humanidad que establezca la paz en sus vidas. Pedimos que despierten un poco más a la verdadera necesidad del planeta, porque en los tiempos que llegarán será necesario demostrar mayor consciencia y madurez. Los que hoy están ciegos de espíritu y de corazón buscarán aliento y guía en aquellos que podrán estar mínimamente equilibrados frente a la situación planetaria.

Sepan, queridos, que ante el grado de maldad y odio que vive en los corazones de algunos seres humanos, el estallido de una tercera guerra mundial podrá destruir completamente la vida planetaria. Los corazones de muchos gobernantes solo están sedientos por demostrar poder y superioridad en relación a los demás seres del mundo. Será una batalla entre el caos y el mal, naciones querrán demostrar su poder y se aliarán unas con otras para destruir a las demás, de acuerdo con sus creencias.

Solo observen el mundo a su alrededor y tórnense capaces de vislumbrar una prioridad mayor que sus propias vidas, porque el Plan de Dios trasciende a los individuos y, si fuere necesario, el Señor pedirá más a aquellos que creen que ya entregaron todo, porque no solo el planeta, sino también el universo necesita de eso.

Les pido que traten de conocer la verdad que se encuentra en sus corazones, para que no sean tomados por el terror que se extenderá por el mundo. No se desesperen en los días que vendrán, porque el Espíritu de Dios los amparará, siempre y cuando sean Sus siervos y Sus soldados de la paz y de la oración.

No les digo que no padecerán nada; sin embargo, todo sufrimiento y toda prueba que el Señor coloque en sus caminos será para que generen méritos para la salvación de la humanidad.

Les digo que, desde ya, aprendan a amar y a aceptar las diferencias, porque les pediremos que acojan y amparen a seres que son muy diferentes de ustedes, desde todos los puntos de vista.

También en este día, les rogaré que ayuden a los misioneros de María para que pronto lleguen a Medio Oriente, antes de que sus puertas se cierren definitivamente y las almas que están allí, buscando una salida, no encuentren la Misericordia, sino solo la Justicia.

El servicio que pedimos a los misioneros, que están consagrados en espíritu y alma al Plan de Dios y de Sus Mensajeros, no es como cualquier servicio prestado en el mundo. Por intermedio de ellos, Nosotros podemos ingresar más profundamente en el planeta y derramar un caudal de Misericordia sobre aquellos que no la merecerían en esta vida. 

Por eso, compañeros de Mi Casto Corazón, esfuércense todos los días para estar más despiertos, porque Nosotros ya no tenemos cómo alertarlos. El tiempo del cambio ya llegó.

Su amado padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SÃO LEOPOLDO, RIO GRANDE DO SUL, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÙS

Clamen por la misericordia y vivan la paz. No dejen que el terror que se expande por el mundo tome sus corazones y los lleve a la desesperanza. Los soldados de Dios deben estar con la antorcha de la fe siempre elevada hacia lo alto, dando a conocer la luz para los que caminan en la oscuridad. 

Mientras el Corazón de Dios padece por las acciones de la mayoría de la humanidad, que se está distanciando de Su Amor y de Su Paz, los Mensajeros Divinos solo les piden que sean un aliento y una esperanza para el Reino de los Cielos, que aguarda la concreción de los Planes del Altísimo.

No se dejen llevar por las corrientes del mundo. Recuerden que son una barca de salvación para los incrédulos y los desesperanzados, para los solitarios y abandonados, tanto en la vida como en el espíritu. Nutran sus consciencias con el bálsamo de luz que traemos del Cielo y remen contra esa corriente de oscuridad con actos de paz, con la oración, con el perdón y con el amor.

No alimenten los juicios que el mundo realiza sobre una realidad que desconoce, ni tampoco permitan que sus consciencias ayuden a la humanidad a sumergirse en lamentaciones. Sean un motivo de elevación para el mundo.

Sepan que todo debe ser equilibrado, todo debe ser corregido y elevado por el corazón humano. Si existen muchos seres que caminan en contra de la Voluntad de Dios, aquellos pocos que escuchan Su Llamado deben multiplicar los esfuerzos y no ceder frente a los estímulos involutivos.

Mis amados, sean fuertes y valientes, perseverantes en Dios, porque esta prueba recién está comenzando, y la humanidad aún deberá escoger el amor frente a muchas atrocidades que el enemigo generará.

Sepan que jamás deben desistir del Plan de Dios y, aun delante de los peores acontecimientos del mundo, perciban que Dios no los desamparó. Él está dentro de ustedes, llamándolos a perseverar en el amor y, así como Su Hijo, a vencer el sufrimiento de la cruz y resurgir en espíritu, mediante el poder de la Misericordia.

Escuchen con atención Nuestras palabras, porque son pronunciadas para ayudarlos a superar las pruebas de estos tiempos y a perseverar en Dios para siempre. De la misma forma hicieron los patriarcas, los ángeles y los arcángeles que guiaban a Jesús y lo alentaban para que permaneciese en Su Propósito de Amor a pesar de la negación de los hombres.

Yo los amo y los invito a orar sin cesar, porque la prueba definitiva ya está comenzando para la humanidad. Dejen de lado las mezquindades de sus vidas y dedíquense sin límites a Dios. Así lo indica la necesidad del mundo.

Su amado padre y compañero,

San José Castísimo, que ora por la humanidad y por el planeta, permanentemente.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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