APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE NÁPOLES, CAMPANIA, ITALIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

María, en este momento, aparece vestida de blanco, descalza, con la Luna a Sus pies y la Corona de Doce Estrellas.

En el centro de Su pecho aparece el símbolo de una gran Eucaristía, que tiene las letras JHS. En presencia de Nuestra Señora los espacios se estabilizan. Su energía de paz establece armonía y une este espacio y este lugar con la Fuente de Dios, por medio del trabajo de oración que fue realizado.

Nuestra Señora nos pidió transmitir primero Sus palabras para que la podamos acompañar en lo que Ella está haciendo en este momento.

Nos vamos a unir y a sintonizar con la presencia de María como la Madre de la Sagrada Eucaristía.

Queridos hijos:

Desde el Cielo, Yo les traigo la protección interior porque si están Conmigo, están con Dios y con Su Plan de Amor, el que a pesar de ser impredecible para los hombres, es un Plan que se realizará primero en los niveles de los mundos internos para después manifestarse en la superficie por medio de las almas y de los corazones que se redimirán en Cristo.

Yo les traigo esa seguridad interior porque sé que la necesitan para poder seguir confiando en Dios y en Su Presencia.

Es así que hoy les traigo el Sagrado Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo porque, como Sierva y Discípula del Señor, soy la primera que debe adorarlo y honrarlo, no solo por Su tarea y Su misión realizada en la Tierra, sino por Su gran Obra de Misericordia y de Gracia en el Universo y en la humanidad.

Yo les traigo, en este momento, un espacio del Reino de Lys en donde esa seguridad interior se expresa y se manifiesta por medio de los ángeles que allí están presentes y que trabajan con todas las almas peregrinas que llegan al Santuario de Fátima para reconocer, una y otra vez, a la Madre de Dios, a la vencedora y triunfadora sobre las tinieblas.

Este es el tiempo, hijos Míos, de aprender a vivir los momentos más difíciles de la humanidad porque así ayudarán a otros hijos Míos a hacerlo. Ayudarán y enseñarán a atravesar el fin de los tiempos sabiendo que, a pesar de que se presenten los tres días de oscuridad, sabrán cómo continuar porque quien está ante el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, está ante Dios y Su Presencia Celestial, Su Trono, Su Poder, Su Majestad.

Es así que, en el silencio de Mi Corazón, Yo les traigo la verdad de saber escuchar a Dios por medio de los Mensajeros Divinos, de poder confiar más allá de los acontecimientos o de los cambios. Yo les traigo la oportunidad de vivir el sacrificio por Mi Hijo, verdaderamente, y sin ilusiones ni imaginaciones.

Sé que es un paso muy grande para todos los servidores de Cristo, pero Dios necesita expresarse en estos momentos tan difíciles de la humanidad para que la consciencia humana aprenda a cambiar y a trascenderse, aprenda a buscar la reconciliación con Dios y nunca más alejarse de Él, de la Fuente de Su Amor y de Su Gracia.

Ante la Presencia del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo en Mi Corazón, Yo les traigo también la Sabiduría de Dios, sabiendo que en estos tiempos difíciles, grandes decisiones deberán ser tomadas para que la Obra de Mi Hijo se cumpla a pesar de las consciencias o de los cambios.

Sepan, hijos Míos, que nunca atravesaron un tiempo tan diferente de este, un tiempo tan impredecible, porque este es un tiempo en el que deben aprender a estar en Cristo y en el Amor de Mi Hijo para que, en esa unión perfecta con Él, se fortalezcan y sigan adelante cumpliendo con Su Plan y con Sus pedidos.

A través del Reino de Lys, Yo les traigo la Paz, la Paz del Ángel de Portugal, porque este fiel Mensajero de Dios en esta peregrinación está trabajando mucho para ayudar a los ángeles de las demás naciones de Europa que necesitan liberación y auxilio al igual que todos Mis hijos de este histórico y herido continente.

La Luz del Reino de Lys emerge como grandes esferas de consciencia en las que Jerarquías y ángeles de Luz se manifiestan en los planos internos, en los que ocurren grandes interferencias, para socorrer, auxiliar y aliviar a las almas, para reencender en los corazones la devoción y el amor a Dios, para traer la paz al mundo en los lugares donde ya no existe por ignorancia o por error.

Pero el triunfo de Mi Inmaculado Corazón se dará en situaciones límites, en momentos límites, en tiempos culminantes y decisivos.

Por eso, hijos Míos, Yo apelo a que puedan reconocer esos momentos, para que puedan estar atentos y vigilantes así como lo está su Madre Celeste ante la adversidad y ante la batalla espiritual de estos tiempos.

La Mano de Dios nunca se separará de ustedes si permiten que esté sobre ustedes todo el tiempo. Dios desea profundamente el amor y el bien a la humanidad, pero muchos no lo aceptan.

Para poder ver a Cristo en Su Segundo Retorno, cambios importantes deberán suceder en la humanidad y en el planeta, cambios que deberán comenzar en la consciencia para que se reflejen en las acciones, en los ejemplos y en los actos; sabiendo que un grupo como ustedes, al servicio de Mi Hijo, debe sostener lo que es imposible para una consciencia tridimensional y humana.

Pero la fuerza de Mi Inmaculado y Materno Corazón los impulsará a llevar adelante la antorcha de la paz que iluminará al mundo y, en consecuencia, traerá la Presencia de Cristo a la humanidad y a los corazones perdidos.

Sepan que no deberán sobrevivir en estos tiempos como muchos están sobreviviendo, de forma espiritual y material. Dios les da todo para que ustedes lo puedan dar todo. Dios no les reclama. Dios los espera y los escucha, los acoge en Su Corazón Eterno e Infinito. Dios les trae la Paz por medio de Sus Siervos celestiales.

Dios establece Su Misericordia en aquellos que escuchan Su llamado y no retroceden, porque este es el tiempo de conceder una gran cura para el planeta y para la humanidad. Es el tiempo de sostener lo que es insostenible y de amar lo que es imposible de amar, de comprender lo que es imposible de comprender. Es tiempo de considerar los valores que les ha dado la Jerarquía en cada momento y en cada etapa, porque así tendrán siempre una dirección, un camino, una luz en el horizonte en los tiempos de oscuridad.

Yo les traigo, por medio del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, la Fortaleza de Dios. Aquella misma Fortaleza que Mi Hijo necesitó en el momento culminante del Huerto Getsemaní cuando, en una profunda soledad y oscuridad, no dudó de Dios ni siquiera en un momento. Porque, a pesar de haber sido un hombre simple y humilde mantuvo Su fe en lo Alto, en la Voluntad más allá de comprenderla o de vivirla.

Por eso, Él es el Cristo y ustedes también lo pueden ser. Mi Hijo, en este tiempo, no solo dice palabras para alegrarlos o alentarlos. El Nuevo Cristo es aquel que imita a Mi Hijo en el ejemplo y en la vida interior aunque caiga y se levante muchas veces. Mi Hijo los impulsa a ser los Nuevos Cristos porque serán los apóstoles que defenderán y proclamarán Su Segundo Retorno a la humanidad en los cuatro puntos de la Tierra. 

Hermanos, que hoy ustedes desconocen, proclamarán la venida del Redentor y se cumplirá la profecía que está escrita en la Biblia: “La Mujer vestida de Sol llegará de nuevo a la Tierra con la Luna a Sus pies y la Corona de Luz en Su cabeza, anunciando el advenimiento del Redentor, del Salvador, del Maestro entre los maestros, de aquel que triunfó en el Amor y en la Verdad”.

Sean uno en Cristo en cada momento, en cada circunstancia, bajo cualquier situación o experiencia. Así, Él estará entre ustedes y ustedes estarán en Él. Así, Él cumplirá Sus Prodigios y manifestará Sus Gracias a los que las necesitan hace mucho tiempo.

Yo les ofrezco el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo como una puerta para su redención y su entrega a Dios. Mi Gracia Maternal será su fortaleza y su consuelo en los momentos difíciles.

Tengan fe en lo que les digo y oren por las causas de Dios, para que se cumpla Su Voluntad y en la Tierra se realice Su Plan de Amor.

Les agradezco por escucharme.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE OPORTO, PORTUGAL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Para Dios, no todo está perdido. Por eso vengo a su encuentro, queridos Hijos, confirmando Mi Paz en sus corazones y el triunfo del Corazón de Mi Hijo en sus vidas.

Queridos Hijos, nada está separado, porque cuando sus voces proclaman a través de la oración, las Leyes celestiales descienden a la Tierra, para poder transformarla poco a poco, así como Dios lo ha pensado en Su Corazón para el bien de todos Sus hijos de la Tierra.

Hoy, Mi Presencia es proclamada en el mundo. A pocos días del trece de mayo, su Madre Celeste se prepara para ese gran acontecimiento. Y finalmente será posible, a través de la adhesión de todos Mis hijos en el mundo, de todos aquellos que hicieron posible esta realidad en este tiempo.

Es así que hoy Yo muestro para ustedes Mi Corazón Inmaculado, en este día, libre de espinas, lleno del amor de Mis queridos hijos, de la fe que ellos proclaman a Mi Corazón, de la persistencia que ellos sienten al poder creer en la Palabra de Dios, hoy profesadas a través de Mi Corazón Inmaculado.

De esa forma, queridos hijos, con una presencia amorosa y maternal, su Madre Celeste viene a detener las guerras, especialmente aquellas que acontecen en el espíritu de la humanidad y después, aquellas que acontecen en el Universo material.

A través de Mi Fe y de Mi Paz, vengo a renovar los votos de todos Mis queridos hijos del mundo, porque será necesario que el mundo se vuelva a consagrar a Mi Inmaculado Corazón este próximo trece de mayo, a fin de que todo se pueda renovar, que las almas reciban lo que más necesitan y esperan en estos tiempos.

Hoy, en nombre del amor y de la paz, vengo a renovar los votos de todos los Hijos de María consagrados y también de aquellos que en el futuro se animarán a dar un paso en el camino de la consagración a la oración y al servicio, porque en esos simples gestos de caridad, la humanidad puede ser curada completamente, bajo el principio de la fraternidad y de la unidad entre los corazones.

Quisiera que todos Mis hijos pudieran sentir cuán importante será este acontecimiento, el próximo trece de mayo en Fátima, delante de un planeta que es caótico, que vive la desarmonía, la indiferencia y la falta de amor.

Es por eso que su Madre Celeste vendrá a Fátima nuevamente. Esta vez, a buscar el amor de todos Sus hijos; ese amor que es proclamado a través de la devoción y de la oración, no solo en el Santuario de Fátima, sino también en todos los Centros Marianos del mundo. Su Madre Celestial unirá cada Centro Mariano como uno solo, cada corriente de devoción, de fe y de amor de Sus hijos, para poder transmutar este planeta, a través de la Fuente de Amor de Lys Fátima y bajo la cooperación y el servicio, no solo de sus corazones, que es lo más importante en este tiempo, sino a través de todos los ángeles que habitan en el Reino de Lys Fátima y aguardan desde hace ya más de cien años por este acontecimiento.

También, queridos hijos, a través de este movimiento universal de su Madre Celestial para este próximo trece de mayo, vengo a renovar la vida sacramental en todos Mis hijos: el Bautismo, la Confirmación, la Confesión y especialmente la Comunión reparadora, que he pedido que todos pudieran vivir, en los últimos años de este tiempo actual.

De esa forma, queridos hijos, con todo lo que han enriquecido sus corazones, a través de la vida espiritual, como de la liturgia diaria, su Madre Celeste se estará sirviendo de cada uno de esos dones, para poder llevar adelante esta Obra, en este nuevo ciclo y en esta nueva etapa, que comenzará a partir del día trece de mayo.

No es por acaso, queridos hijos, que a todos los he congregado aquí, en Portugal, para renovar su dogma de fe, así como una vez Yo lo dije en Fátima: que Portugal podría preservar su dogma de fe a través de los tiempos y de los años. Este dogma de fe, es lo que ha permitido a su Madre Celestial realizar esta Obra, en este ciclo y en esta hora aguda del planeta.

Es de esa forma, queridos hijos, que el trece de mayo las puertas de Lys Fátima se reabrirán, para que las almas puedan cruzarlas, y así, sentirse acogidas en el más perpetuo Amor de Mi Corazón Inmaculado. Cada oración que será ofrecida a partir de este día, hasta el día trece de mayo, tendrá una importancia universal y será altamente considerada por su Padre Celestial como nunca antes ha sido considerada, a través de los tiempos.

Comprendan así, queridos hijos, la importancia de este movimiento espiritual de su Madre Celestial, que no solo acoge a su planeta y a su Universo, sino también a otras galaxias lejanas a esta.

Yo les traigo así la consciencia para estos tiempos, de unir lo superior y lo inferior en uno solo, de unir el Cielo y la Tierra, a Dios y a los corazones, en una sola Comunión, en una perfecta Comunión con Cristo, para que el planeta sea redimido y curado de todo lo que necesita en este ciclo.

Es por eso que hoy les muestro Mi Inmaculado Corazón, nuevamente lleno del amor de Sus hijos, que deben seguir cultivando la hermandad, la unidad, la fraternidad y especialmente, la fe en Dios.

Esperé muchos siglos para revelar, a la humanidad, poco a poco, la grandeza de Mi Amor y de Mí Inmaculado Corazón.

Hoy les traigo este Corazón, para que contemplen el misterio delante del cual están hoy.

Contemplen en su interior la grandeza de este Corazón, que hoy se manifiesta pequeño, pero que guarda dentro de sí una inmensa Vida.

Siglo tras siglo, hijos Míos, estuve silenciosa, y las veces que hablé al mundo, hablé aquello que podían escuchar, porque la humanidad estaba creciendo como un pequeño niño que da sus pasos, poco a poco, en la comprensión de la vida superior. Pero ahora los tiempos cambiarán y la humanidad también debe cambiar. Por eso les pido que su devoción se convierta en fé, una fé que les abra las puertas para que ingresen en Mi Reino, en el Cielo, así como en la Tierra; en el Paraíso Universal, así como en el Reino de Lys, y en tantos otros que aún les debo revelar.

Mi Corazón hoy expuesto delante de sus ojos, simboliza el misterio de la Voluntad Divina. Que la Verdad ya no esté oculta, y que todos puedan sentir, contemplar en sus oraciones, la verdadera grandeza del Plan de Dios para este mundo.

El Reino de Lys ya no se ocultará, porque las almas, muchas de ellas, perdieron su pureza y deben reencontrarla para que este mundo se torne sagrado.

De es forma, hijos, después de cien años preparando el corazón humano, Mi Corazón vendrá nuevamente a mostrarse a sus ojos, para que este manantial de pureza se abra definitivamente para el mundo.

Esto significa que el Creador les ofrece la oportunidad de que sean consecuentes con Él, de que laven sus faltas, de que curen sus imperfecciones y de que recuperen el camino de retorno, del cual salieron hace mucho tiempo.

Mi Corazón expuesto delante de sus ojos irradia la pureza de Dios, que es la primera puerta que les abro para el Reino de Lys.

Entren en Mi Inmaculado Corazón, porque hoy, a través de sus oraciones más sinceras, generaron méritos para eso. Y con eso les pediré que no solo ingresen en este instante, sino que vivan en Mi Inmaculado Corazón, que sientan Mi Presencia todos los días, actúen Conmigo, piensen con Mi Pensamiento, sientan con el Sentimiento de Mi Corazón y de esta forma, hijos, sean dignos de ser llamados hijos de María, proclamen Mi Presencia en el mundo, a través del ejemplo verdadero de que están en Mi Inmaculado Corazón.

Es colocándolos hoy bajo Mi Manto que los renuevo, renuevo su consagración, sus votos para con Dios, aquel compromiso que hicieron con Él en el principio, y que tantas veces los ayudé a renovar, para que algún día se torne la prioridad de sus vidas, que lo puedan cumplir con plenitud, vacíos de sí y llenos de Dios.

Con Mi simple mirar, su Madre Celeste renueva a Sus hijos y renueva todas las cosas.

Deseo que sientan y escuchen Mi simple mirar; Mi mirada sencilla, humilde y sincera, llena de Amor, llena de Verdad y de esperanza para con todos Mis hijos del mundo.

Hoy, estas rosas, rosas blancas de la pureza original, a los Pies de su Señora y de su Majestad, son consagradas, para que sus vidas, el próximo trece de mayo, sean como rosas abiertas, la pureza original de los Rayos de la Misericordia de Dios, para que todo sea curado, para que todo sea cicatrizado, para que no haya resistencias, sino alegría eterna, júbilo de vivir y de servir a Dios.

Hoy consagro a estas rosas y daré tres rosas para Mi hija, Mi hija amada; representando en ellas la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN MONTE SHASTA, CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

La dulzura de Mi Corazón es indescriptible para el mundo, porque en Él se guarda no solo la pureza de Mi Espíritu, la Concepción de Mi Divinidad, sino principalmente se guarda el Amor de Dios que no es profundamente conocido por las almas; solo por aquellas que se han decidido a profundizar en la grandeza de Mi Corazón, que es el refugio para los peregrinos, es el aliento para los enfermos, es la salvación para los caídos.

Por eso, hoy les muestro, queridos hijos, Mi Inmaculado Corazón, el mismo Corazón que apareció en Fátima para impedir la guerra, la destrucción de la humanidad y de su consciencia espiritual.

Como Madre de todos los pueblos, de todas las razas y naciones, incondicionalmente ofrezco, de tiempo en tiempo, Mi Corazón; porque como Madre aún deseo tenerlos a todos en Mi Corazón de Amor para que puedan renacer en espíritu, en paz y en hermandad, atributos tan esenciales para el mundo de hoy.

Quiero que difundan Mi Inmaculado Corazón en el mundo, así como Yo se lo pedí a los pastores en Fátima. Así, queridos hijos, estarán preparando sus consciencias y sus vidas para el centenario de Mis Apariciones en Fátima; en el que, en Europa y en el mundo entero, se recordará a la Madre del Sol, a la Consciencia Divina que en aquel tiempo vino a impedir el error en la humanidad y como consecuencia su perdición.

Aún Mi Corazón sufre porque hay muchos de Mis hijos que primeramente no Me conocen como su Madre y que nunca se han acercado a Mi Consciencia de Luz para que Yo los pudiera consolar y amar.

Es por eso, queridos hijos, que desde el corazón de Monte Shasta, la Madre de Dios y del Altísimo derrama Sus códigos y atributos, los atributos de la Madre Universal, para que ellos puedan descender en las almas que más los necesitan, como también en los Reinos de la Naturaleza que, en esencia, fueron creados por el Amor de Dios para sustentar el equilibrio de la humanidad y de todo el planeta.

Hoy les muestro Mi Inmaculado Corazón como ese Templo sagrado de Dios que, mes a mes, se ofrece al mundo para que los corazones puedan entrar en él y recibir todo lo que necesitan.

Quiero ver, en este tiempo, que por la fuerza que les da Mi Inmaculado Corazón sus vidas sean humildes y simples ante los errores de la humanidad para que la pureza de sus corazones, que surge como una fuente de amor en el Santuario de Lys-Fátima en Portugal, todo ese principio de amor y de energía pueda llegar a aquellas almas y consciencias que se separan de Dios diariamente, llegando a los abismos, de donde nadie los puede retirar.

Así como hoy han orado a Mi Inmaculado Corazón para contemplar la Natividad de Mi Hijo, para que ese Cristo interior pueda nacer en muchas más consciencias; Yo les ofrezco, queridos hijos, Mi Inmaculado Corazón.  Un Corazón que es muchas veces lastimado y herido por los pecados del mundo, por la indiferencia y la soberbia que existe entre las naciones del mundo, que también existe entre las familias y, especialmente, entre las criaturas de toda esta humanidad que fueron creadas por las Manos de Dios para cumplir un Propósito divino que, desde la llegada de Mi Hijo hasta los días de hoy, no ha llegado a cumplirse.

Es por eso, queridos hijos, que necesito que penetren el misterio de Mi Corazón, porque en Él se guarda un universo de Amor desconocido, una oportunidad de que puedan comulgar con Mi Hijo a través de Mi Corazón y de que puedan recibir los dones que fortalecerán sus vidas y consciencias, con la finalidad de la realización del Plan de Dios en la Tierra.

Es por eso, queridos hijos, que, en este día, en el que Mi Hijo ha nacido en el mundo, en el mundo espiritual de la humanidad y en todos los corazones que simplemente le permitieron entrar en lo más profundo de sus almas, Yo vengo a pedirles que acompañen Mis pasos de Luz, para que Yo pueda derramar Mis Gracias sobre lo que es necesario aún redimir y perdonar ante todo el universo creador.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Mi Corazón expuesto ante sus ojos representa, para la humanidad, que un tiempo de emergencia se aproxima.

Vengo a evitar, hijos Míos, con Mi Presencia en esta nación, que las almas sigan sufriendo por las injusticias causadas por el hombre. Vengo a despertar a sus corazones y a llamar a sus espíritus para reparar el Corazón de Dios, para que así generen méritos Conmigo para un tiempo mayor de paz.

El Creador no espera, hijos, que el mal se aproxime a sus vidas, sin embargo la humanidad a veces abre las puertas, para que la oscuridad ingrese en sus hogares, en sus familias y en sus corazones.

Hoy, con el poder de Mi santa humildad, con Mi Corazón expuesto, vengo a equilibrar este mal, para que nunca más se aproxime a Mis pequeños hijos. Pero ustedes Me deben decir sí y abrir la puerta de sus consciencias y de sus casas a la Sagrada Familia, a través de la oración permanente, verdadera, que atraiga el Reino de Dios hacia este mundo.

Lo que les pido, hijos, es muy simple pero muy importante, porque esa es la única forma de que el planeta conozca la paz y de que las guerras cesen dentro y fuera de los hombres.

Si hace tantos años atrás, tres pequeños niños, que estuvieron delante de este Corazón, evitaron una guerra en este mundo; imaginen, hijos Míos, si oran con sinceridad y si entregan sus vidas ante Mi Inmaculado Corazón, cuántas guerras y cuánto dolor podrían ser evitados en este mundo.

El destino de la humanidad, en verdad, no se traza solo por la Voluntad de Dios; se traza también, hijos, por la voluntad consciente de cada uno de ustedes, porque escriben la propia historia según sus actos, pensamientos, según la expresión de sus almas cuando permiten que ellas sean espejos de la Presencia Divina.

La Sagrada Familia ayer  vino a transformar la condición humana de aquellos que se abren de corazón. Y hoy, Yo estoy aquí para concretar esa Voluntad Divina en cada uno de ustedes. Pero les pediré que, a partir de hoy, oren con fervor todos los días, venciendo el orgullo y la vanidad humanas que les impiden ser como niños, como los pastores de Fátima, y orar con el corazón.

Hoy, les pido, hijos, que permitan definitivamente que Aquél Hijo que un día se gestó Mi vientre, sea gestado en sus esencias como un hombre nuevo, para transformarlos para siempre.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

En este día se cierra un ciclo dentro del estado de California, en el que Nuestras Consciencias Espirituales, más allá de Sus limitaciones, han penetrado en los abismos de la Tierra para que muchas almas se pudieran restaurar y volver a reencontrar la comunión con el Padre Eterno.

Eso fue posible ayer, queridos hijos, cuando esperaban la venida del Redentor en sus corazones, comulgaban con Mi Hijo por medio de Su Cuerpo y de Su Sangre. Puertas infinitas se abrieron para la liberación de los oprimidos, para el rescate de los que están perdidos y de todos los que necesitan reencontrar el camino del espíritu en algún momento de sus vidas.

Es por eso que hoy les muestro Mi Corazón, para que todos Mis hijos, los Hijos de María, puedan ofrecer como sacrificio un esfuerzo mayor a su Madre Celeste por los que aún deben ser rescatados en esta humanidad que sufre y se pierde día a día.

Vengo a reestablecer, por medio de Mi Gracia, la consagración de sus corazones y vidas a Mi Inmaculado Corazón. 

Es en esta noche, en la que la sagrada montaña de Monte Shasta brilla en toda esta región de Norteamérica para encender, en los corazones, la devoción y la paz; que vuestra Madre Celeste, junto a Sus ángeles, viene nuevamente a bendecirlos, para poder bendecir al mundo en este tiempo final.

Que se aproximen los que se consagrarán como Hijos de María, para que reciban Mis Gracias, la Gracia de la reparación, de la Comunión con Cristo y de la unión de sus espíritus con la Fuente Primordial del Padre. Porque de esa forma, queridos hijos, muchas condiciones que se perdieron, condiciones de poder vivir la vida crística, las podrán reintegrar a sus vidas y a la de todos sus seres queridos, así como en la humanidad, que lo necesita urgentemente.

Se pueden arrodillar ante Mí para que Me pueda aproximar a ustedes. Quiero que coloquen, en Mi Corazón, un pedido. Escucharé con amor, en el silencio de sus internos, porque en el silencio todo se conoce y Nuestros Corazones todo lo saben. Y así podrán ayudar a las almas a reencontrar el camino, el sentido de esta misión en la Tierra.

Por el Inmaculado Corazón de María, como la Señora del Santísimo Rosario, irradio la Luz de Mi Corazón a ustedes, queridos hijos, consagrándolos bajo la absolución del Hijo y la intercesión de Su Divina Misericordia. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Así como escuché la voz del mundo clamando por la paz, por la consciencia y por el despertar a una vida de fraternidad y de hermandad, quiero escuchar esa misma voz que ha entonado para toda Norteamérica este pedido de Misericordia, la canción que ha cantado Mi hija Piedad. 

Hoy, quiero llevar esta canción en Mi Corazón a Dios, por cada uno de ustedes, por cada uno de sus hermanos, porque están muy separados de su propia verdad y, sobre todo, de Dios.

Quiero agradecerles, queridos hijos. Como su Madre Celestial, esperaré en estos días que sus corazones se abran un poco más para que Mi Mensaje, el Mensaje de Mi amado Hijo y el de Mi santo esposo San José, puedan llegar a Oklahoma, Miami y Orlando, lugares que esperan, hace más de cien años, por una liberación.

Por concederme esta oportunidad, queridos hijos, de llegar a los corazones que necesitan de Dios, Yo les agradezco y los bendigo con la Cruz luminosa de Cristo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Ahora escucho su voz, como la voz que une el Cielo y la Tierra, las almas y Dios, en un solo Propósito.

Los amo, y les agradezco.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE GOIÂNIA, GOIÁS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En esta noche de Gracias, quiero darle Mi bendición al mundo, principalmente a los corazones que están vacíos, para que todos ellos reciban la Paz de Dios.

Desde el corazón de Fátima y con alegría, los reúno a todos en el Cenáculo Sagrado, bajo la Presencia de Mi amado Hijo Jesús y la Presencia fiel y castísima de San José, pues como Sagrada Familia del universo, irradiamos Nuestras Estrellas de Luz, aquellas que concibieron Nuestras Consciencias y les abrieron las puertas al mundo, directamente hacia el camino de la redención.

En esta noche, Mi Corazón Inmaculado celebra con alegría y regocijo las velas encendidas, las almas que despiertan al camino de la conversión y de la paz. Y aunque ustedes saben, hijos Míos, que el mundo entero sufre y padece; hoy, la Reina del Cielo trae una oportunidad única para todos, abriéndoles las puertas del corazón para que definitivamente sus vidas encuentren al alma, recinto sagrado de Dios, en donde su Rey desea reposar en el momento de Su gran Retorno al mundo.

Hoy, los ángeles de Lys se congregan y llevan la paz a los lugares más distantes del planeta, especialmente a todas aquellas almas que no siguen Mi religión y que no conocen Mi Faz divina. Pero la Madre del Mundo, la Señora de las Estrellas del universo, la Reina coronada por la Corona de Dios, en presencia de todos los Ángeles y Arcángeles, celebra, junto con Su Hijo, la misa de la redención, el reencuentro del espíritu de amor en todas las almas perdidas.

Por eso, en esta noche de Gracias, no solo el Santuario de Lys se enciende, sino todos los corazones que en devoción despiertan sus espejos internos para irradiar los códigos de amor y de paz al mundo.

Hoy, en verdad, queridos hijos, Me siento unida a cada uno de ustedes. Así, sus pecados son liberados y todas las manchas del sufrimiento son aliviadas.

Estoy presente aquí, entre ustedes, hijos Míos, como la Reina de la Paz, como la Reina del Amor y de la Misericordia. Aquella que estuvo entre ustedes en Nazaret, gestando en Su Vientre al Hijo de Dios y trayendo la oportunidad de conversión para el mundo entero.

Soy aquella Mujer Vestida de Sol, anunciada en el Apocalipsis de Juan, que trae la luna bajo Sus pies, anunciándole la esperanza a este mundo que sufre y abriéndole la puerta para el Retorno de Mi Hijo, el Hijo primogénito de Dios, su Jesús, Jesús Rey.

Por eso, abran sus corazones y que sus faltas sean perdonadas, a través de la Comunión que todos Mis hijos, a lo largo y ancho del mundo, al comulgar con Mi Hijo amado, recibieron Su Sacratísimo Cuerpo Redentor, en la unión perfecta y divina con Su Espíritu místico y divino. Las Gracias y las Misericordias de Dios descienden a este mundo a través de los corazones de los Ángeles de la Guarda.

Por eso, en esta noche, también los invito, hijos amados, a que disipen de sus mentes todos los problemas, la Gracia de su conversión está próxima.

El Arcángel Miguel, junto a San Gabriel Arcángel, se unen en este momento para irradiar el poder de Mi Inmaculado Corazón al mundo. Dichosos de aquellos que sientan Mi Presencia maternal, a pesar de que no Me vean; pues Dios desea todavía, hijos amados, que Yo utilice ciertos instrumentos a lo largo y ancho de esta humanidad para que anuncien Mi Palabra al mundo, que es el Mensaje de Cristo, su Salvador, que siempre les traerá la paz y la esperanza en estos momentos difíciles.

Pero hoy, en Mi reinado universal y maternal, Mis manos sagradas sustentan el cetro de la Paz para traer al mundo la verdadera Justicia de Dios y, así, todos los corazones se puedan armonizar con la Ley del Creador.

Sientan los Rayos de Mi Corazón Inmaculado, para que algún día, hijos amados, puedan entender las Leyes del Creador; aquellas que son altamente ultrajadas por los corazones ingratos que no quieren escuchar a Mi Hijo, ni en la Confesión ni en la Comunión.

Pero ustedes, hijos amados, más conscientes de la vida espiritual y superior, podrán elevar al Cielo, en un sagrado ofertorio, a todos los corazones del mundo que, antes de este tiempo final, deben despertar al llamado de la Madre de Dios.

Hoy, estoy entre ustedes, fortaleciendo el cenáculo del corazón; recordándoles que deben seguir orando todos los días, especialmente en este tiempo de tribulación, que comienza a suceder en el interno de las personas y que se expresa en el exterior de esta vida material.

Quiero que salgan de aquí atentos y preparados, y que todos los corazones que en este momento están unidos a Mí, en el Sagrado Santuario del Reino de Lys, puedan llevar una vida buena, de reconciliación y de paz, viviendo el arrepentimiento, fortaleciendo la fe en Cristo, renovando los Sacramentos y viviendo una vida de fraternidad para que al menos, hijos Míos, una parte de esta raza pueda concretar el advenimiento de una Nueva Humanidad.

Algunos corazones ya viven esta Nueva Humanidad en lo profundo de sus almas, aguardando por la gran promesa de la Tierra Prometida que vendrá en auxilio de todos desde el Universo Celestial, a través de la Nueva Jerusalén, que será formada por los discípulos de Mi Hijo, aquellos santos de los últimos días, que proclamarán la última palabra antes de que se abra la gran puerta en esta humanidad.

Por eso hoy, hijos Míos, no solo contemplo sus necesidades, la falta de amor en sus corazones y el fortalecimiento de la fe en sus vidas; Yo vengo a traerles un Mensaje de esperanza, pero también un Mensaje de advertencia: llegó la hora de orar con el corazón todos los días y de no perder tiempo en cosas superficiales. 

Alimenten sus espíritus y mentes con la sagrada Palabra de Mi Hijo amado. Estudien el Evangelio. Visiten la Biblia todos los días. Lean los Mensajes y practíquenlos para que sus vidas sean un ejemplo de caridad y servicio, a través de las tareas de amor y del espíritu de redención.

Hoy, ante ustedes se encuentra la Nueva Aurora, aquella que siempre brilla en el firmamento interior de los corazones que la invocan, en la Presencia Sagrada del Padre-Madre Creador Emmanuel, que los une a Mi Corazón Divino para que vivan la oportunidad de la redención.

Liberen sus faltas y deudas, y reencuentren el camino al Reino de Dios.

Por eso, hoy estoy aquí, en Goiânia, para que el estado de Goiás junto a Mato Grosso, funden nuevos grupos de oración para orar por los Reinos de la Naturaleza, principalmente por el Reino Animal que es muy castigado por todos. Esa deuda debe ser equilibrada.

Por eso, hoy les dejo a todos la responsabilidad de que respondan a este llamado de Mi Corazón Inmaculado y despierten a la consciencia del Génesis, en donde Dios desde el principio, desde Adán y Eva, proveía de todas las cosas necesarias para poder vivir sin necesidad de ultrajar al Reino Animal ni a ningún Reino creado por su Dios.

No solo vengo por ustedes, humanidad dormida, anunciándome desde el Reino Sagrado de Fátima, despertando sus esencias, aquellas que deben estar unidas a Dios todo el tiempo; también vengo por los Reinos Menores, aquellos que conviven con ustedes todo el tiempo, que son lastimados y ultrajados por las manos violentas de los hombres, sin un mínimo respeto por la Ley de la Creación.

Ustedes, que viven aquí y que saben sobre las masacres del Reino Animal, los invito, queridos hijos, a que busquen la vida natural, sírvanse de aquello que Dios les entregó desde el principio; alimenten sus barrigas de cosas sanas, divinas y sublimes; dejen a los Reinos en paz, déjenlos que ellos puedan evolucionar. Ellos necesitan de ustedes todo el tiempo y para que la Ley no caiga sobre toda esta humanidad, muy sorda y ciega.

Yo les vengo a advertir, queridos hijos, sobre una puerta, una oportunidad: abran sus ojos al llamado de su Madre del Cielo.

Ya no hay tiempo que perder. Ya no se involucren con las modernidades, no sean instrumentos de Mi adversario. Usen su inteligencia superior, despierten sus células dormidas para que Dios pueda trabajar a través de sus corazones y vidas.

La humanidad le debe mucho al universo; pero como Yo provengo de ustedes y ustedes provienen de Mi Corazón, Yo soy parte de esta humanidad desde el principio. Les traigo la Verdad y la Justicia para que las puedan reconocer y vivir con simplicidad.

Hijos amados, hoy todo el universo se congrega para que, desde el Reino de Lys, las almas salgan renovadas en la esperanza y en la fe. Y, cuando ustedes, hijos amados, dejen de hacer algunas cosas en sus vidas, actitudes que los llevan a la perdición, podrán comprender Mi Mensaje y creerán verdaderamente que todo lo que hoy les dije es parte de la Voluntad de Dios. Así, cambiarán sus vidas, unidos todos los días al Santo Rosario, elevando sus espíritus en la Comunión perfecta con Mi Hijo resucitado.

Por eso, abran sus ojos y ya dejen de dormir. Salgan de este sueño, de este torpor. Despiértense, de la misma forma que se despertaron los apóstoles en el Getsemaní, cuando tuvieron que acompañar la agonía de Mi Hijo.

Pero hoy, les traigo un poco de la Misericordia de Dios, porque Yo intercedí por todos ustedes para que poder decirles todas estas cosas.

Cuando la humanidad cambie y al menos una pequeña parte de esta humanidad viva el último Mensaje del Cielo, podré decir, hijos Míos, que ya estarán preparados para recibir a Cristo. Y, aunque eso esté por suceder, Mi Corazón Inmaculado, su Águila Solar, seguirá sobrevolando esta humanidad a través de las peregrinaciones sagradas, para que los corazones despierten al Llamado de Dios y dejen de ofenderlo todo el tiempo.

Queridos hijos, lo que sucedió en Fátima fue muy importante; pero lo que hoy sucede aquí, en este lugar, es irradiado al mundo entero, al mundo álmico, al mundo esencial de todos los corazones.

Este es Mi testimonio para todos. Este es Mi Mensaje de advertencia para el mundo entero: cambien, cambien pronto. No vivan una vida superflua. Arrepiéntanse a tiempo, confiésense, comulguen con Mi Hijo y serán salvados por Mi Corazón Sacratísimo. Así, Yo contaré con muchos guerreros de la paz que lucharán, con el rosario entre sus manos, en el tiempo culminante de la tribulación, en el que estarán unidos en oración y en espíritu, en unión a Mi Corazón Inmaculado, esperando el Retorno del Cristo al mundo, cuando la humanidad entera, de Oriente a Occidente, despertará y reconocerá al Rey Universal.

En este día, hijos Míos, en el que sus corazones se recogen en Mi Espíritu maternal, estoy presente aquí, colmándolos con Mi Paz y con Mi Amor, estoy presente en Fátima con todos Mis hijos, en todos los hogares que están unidos a Mí en este momento, en todas las órdenes consagradas a Dios y también estoy en Kibeho, trabajando en el corazón de Ruanda para toda África.

Por eso, hijos amados, como conocen Mis diferentes Faces de Luz, con las que he aparecido a diferentes corazones para traer un Mensaje de paz y de esperanza a lo largo de los siglos; hoy deseo, hijos amados, como su Señora del Santísimo Rosario, que guarden en sus memorias Mi Mensaje de Paz, Mi Mensaje de instrucción que proviene de la Voluntad de Dios y de Su Poder Supremo. Mi Mensaje es fuerte e intenso, con la esperanza que sus células despierten al llamado a la redención y a la conversión de los corazones y de las familias.

En esta noche, hijos amados, depositen sobre Mis manos sus aspiraciones. En el silencio del corazón y de la palabra, díganme internamente qué es lo que necesitan, Yo los escucho a través del silencio.

Y ahora, que he recibido sus súplicas, coloquen su mano izquierda sobre el corazón y proclamen, internamente, la consagración a Mi Corazón Inmaculado.

Yo soy la Señora del Verbo Divino y estoy con todos aquellos que son consecuentes con Dios, en humildad y simplicidad, en reverencia y amor.

Hoy, consagro todas estas imágenes sagradas para que sean el ícono de su esperanza, de la Misericordia de Dios, a través de su Señora, la Señora Celestial.

En esta noche, nuevos hijos se consagrarán y espero que caminen a Mi lado sustentando la bandera de la paz. A pesar de los temblores del suelo, Mi Corazón sustentará a aquel que sea fiel a Mi Espíritu maternal. No los dejaré solos, no caminarán solos, Mi Espíritu omnipresente y universal siempre los colmará.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Que vengan aquí los hijos que se consagrarán. En presencia de Nuestra Santísima Virgen María, vamos a escuchar "Nuestra Señora de Kibeho".

 

Como su Señora del Verbo Divino, del Santísimo Rosario de Fátima, como la Reina de la Paz y Madre de toda la humanidad, unidos de corazón, Yo los consagro, queridos hijos, bajo la omnipotencia de Mi Hijo Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Queridos hijos de Estados Unidos, Mi esperanza de llegar a su nación está latente en Mi Corazón. A través de sus pasos, Mi tarea se concretará y una vez más Mi Inmaculado Corazón triunfará.

¡Les agradezco!

 

Canción: “Nuestra Señora de Kibeho”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de Nuestra Señora del  Santísimo Rosario, nos vamos a poner todos de pie para cantar el Himno del Santuario de Fátima, hoy, 13 de mayo.

Nos mantenemos de pie, quietos y en silencio y, después de este cántico, vamos a prepararnos para un intervalo, aún permaneciendo en la Presencia de María, para poder celebrar juntos la Comunión. Podemos comenzar.

Canción: "Himno del Santuario de Fátima".

Hermanos presentes y los que están unidos en los Centros Marianos, vamos a dar inicio a esta ceremonia de Comunión después de este encuentro con Nuestra Señora, respondiendo a Su pedido de comulgar con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

 

Enseguida se celebra el Sacramento de la Comunión con varios sacerdotes de la Orden.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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