Yo Soy la Rosa Mística, la Rosa de la Paz, Aquella que trae en Su Corazón la Pureza Inmaculada, para que las almas reencuentren el propósito de su existencia y vuelvan a encender sus esencias, para que reine la paz en su interior.
Yo Soy la Mujer vestida de Sol, Aquella que carga en Sus Brazos no solo a uno de Sus hijos, sino a cada uno de ellos, para que esté protegido y amparado en su camino de evolución.
Hijos Míos, a pesar de que el desierto espiritual de la humanidad llegó a su fin, eso no significa que también llegó al fin del ciclo de pruebas y definiciones que muchos viven con intensidad. Las pruebas y las definiciones de las almas acompañarán la evolución humana hasta el fin de sus días, hasta la concreción del Proyecto de Amor del Creador.
Sin embargo, hijos Míos, no dejen que sus seres desfallezcan o desistan ante las adversidades. Antes, sigan ofreciendo a Dios la trascendencia de cada desafío, la superación de cada día y, aun cuando no sean capaces de vencerse a sí mismos, entréguenme sus debilidades y miserias, porque Yo, como su Madre Celestial, los ayudaré a recomenzar y a reerguirse una vez más de donde cayeron.
Este sí es un tiempo de grandes pruebas y definiciones, pero la Ley dicta, hijos Míos, que, con la misma intensidad de la oscuridad que los asedia, sea la Luz que los guía y los transforma, que los impulsa y los eleva.
Por eso, no se desesperen ante el caos del mundo, ante la cruz de estos tiempos, sino vuelvan su mirada hacia cielo, como hacia dentro de sí mismos, y podrán encontrar en sí, como en el firmamento, el Agua de Vida que necesitan para seguir adelante.
Sean Luz para el mundo a través de su persistencia. Estén en Dios y busquen a su Creador con fe.
Y, cuando ya no tengan fuerzas, solo miren a su lado y Me encontrarán, así como Mi Hijo Me encontró en cada caída con la Cruz. Mírenme a los Ojos y vean, hijos Míos, que estoy aquí.
Que se levanten los que cayeron y retomen su cruz. Aún deben caminar, pues mucho está por venir.
Yo siempre los acompañaré.
Su Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Regreso a sus vidas como la Rosa Mística para que honren Mi Inmaculado Corazón y para que lo añoren todos los días.
Regreso a sus vidas para que Me ayuden a retirar, con sus oraciones y sacrificios, las espinas clavadas en Mi pecho y las espadas que el mundo Me ha colocado con todas sus ofensas.
Queridos hijos, vengo para santificarlos y para que, desde ahora y para siempre, Mis religiosos sean el ejemplo del Cielo en la Tierra.
Vengo para ayudarlos y liberarlos de los abismos que impone Mi adversario con cada prueba que él planifica.
Como Rosa Mística regreso para que contemplen Mi Corazón y todo el misterio de Su Amor que está guardado dentro de él.
Queridos hijos, regreso en este día para que sientan la Mística Faz de su Madre, la que los contempla y reza por ustedes para su salvación y redención.
En esta hora, vengo para apartar a Mis hijos del peligro y de los asedios que proyecta Mi adversario con el fin de destruir todos Mis planes.
Recuerden que Yo soy esa Rosa Mística que se muestra a ustedes como la única belleza natural y verdadera, espiritual y divina para las almas.
Vengo para desterrar el odio, la ira y la tentación de las consciencias.
Como Rosa Mística, regreso a su auxilio para establecer la Divina Paz.
Les agradezco por recibirme.
Los santifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Rosa Mística
Como su Madre Rosa Mística hoy llego a ustedes para revelarles el profundo misterio del Amor de Dios, manifestado por medio de Su Sierva Fiel.
A través de su Madre Rosa Mística es que el principio de la Santísima Trinidad se revela a la consciencia de la humanidad.
Quisiera decirles, queridos hijos, que en su Madre se guarda la presencia espiritual del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y es mediante esta presencia trina que el Universo celestial obra y actúa dentro de la esfera planetaria.
En estas tres vertientes, pertenecientes a una misma persona divina, es que su Madre puede presentarles a Sus hijos la suprema Gracia y la divina Intercesión.
Que en este día quede presente para todos la Santísima Trinidad, como el principio y el origen de toda la Creación y de la Vida.
En la Santísima Trinidad ustedes encontrarán las raíces de la Sagrada Familia y las podrán expresar así como Jesús, María y San José las expresaron siguiendo la Divina Voluntad.
En la Trinidad Santa está la llave de la divina e insondable Misericordia. En la Santísima Trinidad están los principios de la Gracia y de la Piedad, están la fuente y el manantial de la reparación para todo el Universo.
Espero que en sus pequeñas vidas la Santísima Trinidad sea esa ardiente aspiración de poder estar en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo.
Fue el misterio de la Santísima Trinidad el que estuvo presente y manifestado durante la Asunción de su Madre Celeste.
En la faz de la Virgen, Rosa Mística, se guarda y se protege este misterio, porque será a través de Mi Materno e Inmaculado Corazón que las almas podrán reencontrar su verdadero origen espiritual.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice en la Santísima Trinidad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Rosa Mística
Las flores de luz que nacen en Mi Sagrado Jardín son diversas, pero todas juntas emanan el mismo aroma de oración. Mis rayos celestiales riegan todos los días las flores del jardín, para que ellas por sí solas alcancen a expresar la belleza interior.
En Mi Jardín las rosas son el bello presente para los Altares de Dios, cada una de ellas tiene su tiempo para ser cosechada y después ser llevada en Mi cesta de oro hacia los Tronos de Dios.
Estas preciosas y diversas flores del Cielo son la expresión sublime de las almas que oran todos los días Conmigo y que, como en la vida terrenal, se transforman paso a paso.
Hoy deseo que ustedes sean flores nuevas en Mi Sagrado Jardín, que puedan embellecer la vida sobre la Tierra a través de vuestro amor y de vuestra oración; esto ayudará a que la mayoría de las flores que mueren sobre la Tierra puedan rebrotar como semillas en el establo de vuestro Señor, Jesús.
Queridos hijos, así se expresa Mi Rosa Mística. Mi Luz brota profundamente del Inmaculado Corazón para transformar y convertir en el amor a las almas que han caído.
Piensen, queridos hijos, en la posibilidad de que espiritualmente concreten esta aspiración Mía, que sean flores bellas a los pies del Creador; así vuestras vidas podrán ser guiadas por nuevas leyes y lo que para ustedes parece intransformable, el Santo Espíritu de Dios lo transformará.
Hijos amados, anímense a vivir en lo nuevo; procuren en vuestra sincera oración la Vida Divina, que es la Vida del Cielo, el camino de la santidad y del servicio. Sean santos en vida, proclamen la grandeza de Dios en todas las cosas; así ayudarán a que todo se renueve y muchos de vuestros hermanos reencuentren la esperanza.
Hijos amados, el Señor del Universo los observa y los acompaña todos los días de vuestras vidas; solo busquen la única y verdadera unión con el Padre Eterno, Él espera que Sus siervos le entreguen los frutos recogidos de la gran cosecha del fin de los tiempos.
Yo estoy aquí todavía entre vuestros corazones, porque aún hay mucho que curar y que cicatrizar; es hora de colocar vuestros seres bajo los rayos curadores de Cristo, para que Mi Hijo los pueda exorcizar y transformar en preciosas semillas de luz, listas para ser sembradas como grupos de oración sobre la superficie de la Tierra.
Después de tantas instrucciones preciosas que derramaron los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de José, hoy les anuncio que este será Mi último mensaje que les entregaré para las Vigilias de Oración. Ahora necesito que ustedes mediten, en el inicio de cada nueva vigilia, sobre los Mensajes Diarios que Yo he entregado para el mundo; en ellos se depositaron llaves importantes para la conversión del mundo y para poder establecer la paz.
Los Mensajes Diarios, desde la próxima Vigilia de Oración, serán los que abrirán vuestros corazones mes a mes y serán los que prepararán vuestros seres internos para el ejercicio de la oración por la paz en las naciones.
Esto no significa, queridos hijos, que Yo me estoy recogiendo; Dios necesita que ustedes despierten a la realidad que todos vivieron Conmigo desde el último viaje a Medjugorje en el año 2011.
¡Queridos hijos, les dejo Mi Eterna Paz, los amo y los bendigo siempre!
María, Señora de la Sagrada Figueira
Hoy una Gran Rosa Celestial desciende del Cielo y se posa amorosamente sobre la ciudad de São José do Rio Preto; esta sublime rosa es la expresión del Amor Inmaculado de la Madre Celestial.
Por la Rosa Mística, los hijos irán comprendiendo los misterios y los caminos hacia el Padre Eterno, y esos caminos se reabrirán para aquellos que los tenían cerrados. Busquen en ustedes la rosa mística del corazón; contemplen en vuestros seres la esencia verdadera, aquella que desde el principio proviene de la Fuente de Dios. Así ustedes reconocerán vuestra verdadera identidad espiritual entre el Cielo y la Tierra, porque los Divinos Ángeles del Trono, los ayudarán a encontrar el único camino de regreso, el cual los llevará a la eternidad. Eso será posible a través de vuestras oraciones.
Las tres rosas místicas que Yo llevo sobre Mi Inmaculado Corazón, aspiran a revelar al mundo los tres principios y atributos que ayudarán en la conversión de la humanidad y en su perdón, perdón por todas las faltas cometidas ante el Padre del Amor.
La Verdad Suprema es la Rosa Mística que les revelará el camino a seguir, un camino libre de obstáculos y de interferencias.
La Rosa Mística del Amor Puro es la conductora de vuestros corazones y es la que les permitirá ver, por sobre todas las cosas, el Amor de Dios.
La Rosa Mística de la Oración, es la que construye y restaura lo que ha quedado dañado en el interior de cada ser. La Rosa Mística de la Oración es la que abre las nuevas puertas y en consecuencia cura profundamente la vida de cada alma que se una a este misterio divino.
Las tres rosas místicas de Mi Corazón, se muestran ante vuestros ojos para que ustedes perciban que llegó el momento de cambiar algo de este mundo y especialmente para que todos Mis hijos se tornen colaboradores del Plan Mayor.
Vuestra Señora de la Rosa Mística, hoy se presenta ante el mundo y en especial ante esta bendecida ciudad de São José do Rio Preto, con el fin espiritual y divino de despertar a todos los que duermen, hace tiempo, para la vida de la consciencia y de la Verdad Suprema.
El Señor me ha pedido que los llame a todos porque existe una gran necesidad de oración por el mundo; si todos dieran esta respuesta, la humanidad entera de Norte a Sur y de Este a Oeste alcanzaría un tiempo más de paz.
La Señora de la Rosa Mística quiere llevar a Sus hijos al encuentro precioso con Jesús; si muchos reencendieran el amor que han perdido por Cristo, la Misericordia Infinita disolvería las deudas universales que ha generado la humanidad y una oportunidad de cura interior podría surgir en los corazones y en las mentes más cerradas a la conversión y a la redención.
En toda esta Obra Redentora participan los Santos Ángeles del Cielo y silenciosamente colaboran a través del Amor de Dios, para que el mundo no se sumerja en la oscuridad.
Por eso, queridísimos hijos, es hora de formarse como un soldado victorioso de la luz y de la oración. En vuestras oraciones diarias ustedes encontrarán el consuelo que nadie sobre este mundo les podrá entregar, porque estar en oración es quedarse en la plenitud de la Paz del Señor.
La oración definitivamente será la llave que redimirá la Tierra.
Hijos amados de São José do Rio Preto:
Hoy vengo desde el Cielo para llamarlos a que caminen de manera segura por el sendero de la consagración de todos vuestros corazones a Mi Inmaculado Corazón.
Desde ahora, vuestras vidas y vuestra ciudad cuentan con la amorosa intercesión del Castísimo Corazón de San José, para que así pueda surgir en el fin de los tiempos, la nueva familia de la paz y del bien, la familia que reflejará los mismos principios que la Sagrada Familia de Nazareth.
Queridos hijos: muchas son las aspiraciones de Mi Corazón y de que ustedes puedan dar los pasos. El Señor en este día, por medio de Mi presencia, les envía Su Amor y Su Gracia para todos los presentes.
¡Gracias São José do Rio Preto por abrirme la puerta del corazón confiado!
Les agradece y los bendice,
Santa María, Rosa Mística
Oraciones:
Ave María (tres veces).
Oración al Ángel de la Paz (cinco veces).
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra;
en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido;
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos:
Como la Señora del Santo Rosario, una vez más, los invito a la oración.
Hoy, vengo a revelarles la Faz de la Señora del Santo Rosario, aquella Señora que ora perpetuamente por el mundo y por la humanidad.
Hoy, desde el Jardín Celestial, les traigo las flores que se han dado a todos ustedes, como una señal visible de Mi Amor por todos ustedes.
Este presente, que Yo les traigo de Mi Corazón, lo derramo sobre todos ustedes y sobre todas las almas. Y, así, hoy les revelo, queridos hijos, el símbolo de la Rosa Mística, la Pureza Original que aspiro a que cada uno de ustedes pueda alcanzar en este tiempo.
El Señor hoy los reúne también por un momento importante. Mi Corazón llegó a Fátima hace tanto tiempo que hoy la une con un lazo de amor a América. Comprendan en este sentido, queridos hijos, Mi misterio de Amor: que todos los pueblos puedan estar en fraternidad.
El Señor necesita que se unan todos los días para que aquellas guerras que aún acontecen en el mundo entre los hombres, en el pensamiento y en el corazón de todos Mis hijos, puedan terminar. Por eso, necesito de su oración, valoren lo que ustedes llevan entre sus manos, el precioso rosario, por la paz, por el bien y por el amor del mundo.
Nuevamente, Me anuncio a ustedes como la Señora del Rosario para que puedan encontrar Mi puerta hacia la paz. Los llamo, día a día, sin cansancio y sin demora porque saben, queridos hijos, que necesito de ustedes.
La Señora Vestida de Sol viene al mundo a anunciar un nuevo tiempo; por eso, vean los signos en las Palabras que Yo les dicto, así podrán estar guiados, momento a momento.
Quiero ver, en este tiempo, corazones fortalecidos por la oración, corazones que puedan llamar a otros corazones a la oración; así, se podrá construir el nuevo mundo por la paz.
Queridos hijos, que sus corazones ya no se perturben más, que entren al Reino de Mi Amor y de Mi Paz porque Yo los espero. Sepan, queridos hijos, que estoy guiando sus pasos. Para que eso suceda, deben permitirlo. Así, también se podrá aproximar Mi Hijo a sus vidas, porque lo que más quiero en este tiempo es que puedan estar en el Corazón de Mi Hijo eternamente.
Los busco todo el tiempo, queridos hijos, sobre todo cuando se apartan de la oración. Es necesario perseverar en la fe, los tiempos ya son críticos y el Señor quiere de todos, almas buenas, almas que puedan construir la Nueva Humanidad.
El Rosario será el puente para alcanzar esa promesa. Así, las Gracias llegarán al mundo para todos ustedes.
Por eso, entiendan, queridos hijos, que el tiempo en que ustedes viven es un tiempo diferente, cambios profundos en las consciencias y acciones que son contrarias al Plan de Dios. Por eso, corrijan sus vidas a través de la oración, así Mi Corazón los podrá conducir por caminos seguros.
Queridos hijos, estamos en tiempos de Misericordia. Entren a ese océano de Amor mediante la oración del corazón y, cuando alcancen ese estado de oración, podrán tener renovados grupos de oración que sean columnas de Mi Corazón Materno.
Queridos hijos, la Misericordia los lleva a la liberación, a la transfiguración de sus vidas por entero; y así, podrán percibir, hijos Míos, en el silencio, en el ayuno y en la oración, las señales del Cielo.
Muchas almas deben despertar a través de ustedes. Sean ejemplo vivo de humildad para todos, repartan caridad para todas las almas, ámense los unos a los otros; porque Mi Hijo vendrá al mundo para ver si han aprendido y para que puedan crecer desde el corazón.
En Mis Manos, llevo las rosas de Luz para elevarlas al Señor, estas son las oraciones de todos Mis hijos, permeadas por Mi oración eterna. Es un presente de gloria para el Señor por la Gracia que Él Me concedió, de venir al mundo como la Señora de la Oración, la Señora de la Eterna Fe, la Señora del Santo Rosario.
Contemplen, con el corazón, cada cuenta que pasan con sus manos. Que las oraciones no solo sean palabras sino flores de amor, fuentes inagotables que brotan a partir de sus corazones, porque así sus corazones estarán unidos a Dios.
Este llamado, que difundo en este tiempo en Medjugorje y aquí en América, es para despertar a tiempo a Mis hijos. Si sus corazones no se unen en grupos de oración, ¿cómo soportarán las corrientes celestiales?
Es tiempo de madurar la consciencia a través del perdón y la reconciliación. Cuando sus corazones estén en conflicto, eleven esa sensación a Mi Corazón Inmaculado. Espero que puedan cerrar sus heridas a través de un gesto de redención.
Aspiro a que puedan alcanzar Mi Luz, queridos hijos.
Los tiempos cambian día a día, los continentes también cambian rápidamente y así, podría decirles que también cambian los Reinos, ¿quién socorrerá a cada uno de ellos? Ellos forman parte de la preciosa Creación del Señor que también debe ser contemplada en la oración.
Ahora entienden, queridos hijos, que Mi llamado a América es para la reconstrucción del mundo, a través del ejemplo de la paz y la fraternidad. Así, Dios Me permitió en estos tiempos, como la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, traer un Mensaje ecuménico al mundo.
Necesito de los corazones que nunca Me han conocido. Necesito de todos aquellos hijos que siguen otras huellas, que deben ser guiados en este tiempo hacia el camino del Señor, el camino de Jesucristo.
Ahora, entienden, queridos hijos, cómo es importante irradiar la paz. Muchos corazones sufren por la falta de paz, porque tampoco la buscan verdaderamente.
Por eso, hoy les revelo la señal del Santo Rosario, porque en esa oración tan simple y poderosa se encuentran las llaves del Paraíso, para su conversión y redención.
Aquel que honre el Santo Rosario de Mi Corazón será contemplado por Mi Faz en la última hora de su vida y no permitiré que ingrese al Juicio Final, sino al Paraíso Eterno, porque seré su Mediadora Madre, la Flor que les dará el aroma para que alcancen la Luz.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Quiero que comprendan, en este día, que la conmemoración de Mis Apariciones en Fátima tiene un motivo espiritual.
Cada año de Mis Apariciones, en el que Mis pequeños hijos recuerdan Mi Presencia en el mundo, Yo traigo hasta este mundo, una vez más, cada intención que Mi Corazón tuvo; cada pedido de Dios en aquel tiempo para que, como Mis pequeños hijos de Fátima, hoy sus corazones puedan dar un ejemplo de devoción y alcanzar la paz a través de la pureza.
Cuando Mi Corazón llega al mundo, hijos Míos, trayendo entre Mis Manos un rosario, abriendo los Cielos para que conozcan Mi Reino, todo el universo contempla Mi Presencia, todos los ángeles de Mi Reino se detienen para acompañar Mis pasos, para salvar a las almas que se vuelven a Mi Corazón en ese momento.
Hoy, solo les pido que sigan este ejemplo de amor, de simplicidad que Mis pequeños pastores de Fátima pudieron alcanzar.
Hoy, siembro en sus corazones la pureza original para que así puedan tener un impulso para seguir adelante, para seguir a Mi Corazón en esta misión de salvación de almas, preparando el camino para la llegada de Mi Hijo.
Quiero, en este tiempo, hijos Míos, preparar a los soldados de la Misericordia que estarán aguardando la llegada gloriosa de Mi Hijo en Su Faz repleta del Espíritu de Dios. A través de la oración y de la confesión del corazón, poco a poco, podrán permitir que esta pureza crezca en el interior de sus seres.
Jamás se olviden, hijos Míos, de estar orando incansablemente, de elevar las voces de sus corazones al Creador, de colocar cada una de sus intenciones a Mis Pies y a los Pies del Señor, porque de esta forma podré auxiliarlos.
Pero, si no oran, si no Me buscan, ¿cómo podre guiarlos?, ¿cómo podré conducirlos a Mi Reino? En este tiempo, todo lo que espero es encontrar seres orantes, misericordiosos, que reconozcan la importancia de la oración, la grandeza del instrumento que tienen entre sus manos.
Como Señora del Rosario, deposito en ustedes este símbolo, este símbolo de paz, de conversión, de eterno amor a Dios, porque, a través del amor de sus corazones, muchas almas que hoy se encuentran en la oscuridad podrán encontrar Mi Reino; podrán encontrar esta Luz que, generada por la oración del corazón, les mostrará el camino que sigue rumbo a Mi Corazón.
¿Comprenden, hijos Míos, la importancia de ser un ser orante, de reunirse a orar con amor y verdaderamente; de orar, renovándose en cada cuenta, uniéndose a Mi Corazón?
Cada vez que se reúnen a orar, Mi Corazón contempla el mundo, contempla la sinceridad de sus almas y transforma cada una de sus oraciones en pétalos de rosas para el Señor; porque, de esta forma, Dios Me permitirá estar un tiempo más junto a Mis hijos y estar un tiempo más junto a las almas que no Me escuchan, que ya no están en esta Tierra, pero que no consiguen llegar a Mi Reino.
Por eso, oren, oren con amor y verdaderamente. Jamás se olviden de confesarse con Mi Hijo, de lavar sus corazones en Su Fuente de Misericordia, renovándose a través del Perdón de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Y así, Mis Palabras traspasan sus corazones y almas, para que puedan sentir que Yo Soy la misma de Nazaret y la Madre de la Nueva Era, la Santa Madre Universal que reúne en Sus barcas de Luz a todos los hijos del mundo.
Vengo a bendecirlos en esta noche también, queridos hijos, para que en el próximo encuentro Conmigo aquí, en Argentina, pueda recibir en ese tiempo a muchos de Mis hijos que también querrán despertar a Mi llamado. Yo los esperaré en ese encuentro con alegría, y esperaré ver florecido más frutos, los frutos que hoy deposito en sus corazones, los frutos que son dados por el Amor de Mi Hijo.
Abran sus corazones y que sus almas se expandan para recibir en esta bendición la Luz rosa de Mi Corazón, la Luz rosa de Mi Amor Eterno.
Oración: Ave María (en croata).
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a cantar: “El Vuelo del Espíritu Santo”.
La Madre pide que el grupo de Bariloche, que organizó el encuentro, suba al palco.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Que el Espíritu de Mi Paz los reúna eternamente como almas, para que siempre nos encontremos en la oración y en la contemplación.
Por todo lo que han hecho, queridos hijos, por los esfuerzos y la dedicación a Mi llamado, les agradezco eternamente.
Que el Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo reverbere en sus corazones para siempre.
Vivan por la Señal Luminosa de la Cruz de Mi Hijo, aspiren a la redención.
¡Los amo y les agradezco!
Madre María Shimani de Montserrat:
Bien, vamos a compartir algunas cosas que Nuestra Señora nos pidió.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Como Ella hoy nos dijo, vino como la Señora del Santísimo Rosario y, en verdad, no podríamos explicar la hermosura de esa Presencia, por Su Luz, que realmente la envolvía por completo. Y, como también nos dijo, trajo rosas del Cielo en Sus Manos y nos las ofertó.
Cuando Ella comenzó a hablar durante la Aparición, también hacía una tarea interna con nosotros, con los que estamos presentes y con los que no están aquí.
Esa Luz de las rosas fue llegando a nuestra alma y una sensación de calor, como un fuego, comenzó a entrar en nuestro ser, mientras Ella expresaba Sus Palabras.
Vino con un ejército de Querubines, los ángeles pequeñitos, que son los más poderosos, y que acompañaron esta tarea que Ella realizó.
Tenía la Corona de doce estrellas y el rosario entre Sus Manos. Y, por algunos momentos, estábamos aquí y estábamos en Fátima, en un espacio de Fátima, un espacio que no era físico, muy parecido al Paraíso y que Ella nos hizo conocer.
Durante la transmisión de Sus Palabras, sentíamos que, a través de ellas, trabajaba con nosotros y, silenciosamente, con muchos cuidados, Ella curaba nuestro corazón. Se colocaban en evidencia nuestras heridas, que contemplaba con mucha compasión.
Cada vez más, Ella aproximaba Sus rosas hacia nuestros corazones para aliviar nuestro dolor, un dolor que Ella conocía integralmente y que era diferente en cada uno de nosotros. Y sentíamos que ese dolor, que Ella curaba, era el dolor de toda la humanidad, un dolor muy antiguo que Ella estaba comenzando a tratar, a curar lentamente.
Sentimos ante esa situación, que Nuestra Señora recién comenzaba a hacer esa tarea, después de tantas Apariciones a lo largo del tiempo, a lo largo de los siglos.
Ella nos dijo que recién comenzaba a tocar el corazón de la humanidad. Por eso, Su obra, Su tarea era bien profunda y llevaba mucho tiempo, un tiempo diferente al que nosotros vivimos, que Ella llama tiempo celestial, tiempo divino.
Cuando llamó al grupo de Bariloche, antes de que Ella los nombrara, dijo:
“Queridos hijos, estoy verdaderamente muy agradecida, estoy comenzando a llegar al corazón de los argentinos, por este motivo hoy bendigo estas rosas que están aquí para los hermanos del grupo de aquí, de Bariloche”.
Y, después de esas Palabras, cuando el grupo se encontraba aquí, Ella mostraba cómo éramos una sola esencia, que no había ninguna diferencia entre nosotros, era algo verdaderamente profundo que se sentía, que no se podría describir con palabras, era como una luz que Ella mostraba dentro de nuestro ser y, en Su Presencia, nos mostraba cómo todos nosotros comulgábamos de Su Espíritu Maternal.
Al final, como una Gracia especial, nos dijo la fecha de Su Aparición en Mendoza. También nos dijo, cuando ya se despedía:
“Queridos hijos, dos lugares quiero visitar, porque dos lugares tendré que unir: San Rafael, el día 12, día de Vigilia de Oración Conmigo, y la capital de Mendoza el día 13”.
Y bajo la señal de una Luz, desapareció.
Madre María Shimani de Montserrat:
Va a ser en octubre.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Perdón, me olvidé del mes, son muchas fechas.
Hermana Lucía de Jesús:
Mientras el Fray hablaba, fuimos percibiendo cómo los dos percibíamos lo mismo.
Algo que María nos pidió que agregáramos, que sería importante, es que, en el momento en el que estábamos orando en portugués, aparecieron los tres pastorcitos de Fátima como niños, en el portal que, detrás de Ella, mostraba el Reino de Fátima, como así lo llamó. Y ellos se arrodillaron frente a Ella y oraron con nosotros, inclusive en español.
Después, cuando Ella nos dijo que unía a Fátima con este lugar, en esta Aparición, decía que no era casualidad que el 13 de mayo estuviera en Bariloche.
Ella nos mostró el Reino de Fátima con muchos lagos, montañas y nos preguntó: “¿Vieron cómo Mi Reino es semejante a esta ciudad?”.
Y Ella nos explicó que, en el momento en el que bendecía al grupo de Bariloche, la Luz que salía de Su Corazón impregnaba a todo el grupo y simbolizaba una bendición para todos los habitantes de esta ciudad, que esta bendición que hacía al grupo de Bariloche se extendía a todos ellos.
Y cuando Ella nos pidió entregar las rosas, nos dijo que cuando hace ese pedido es un símbolo de Su oración unida a la nuestra, que se manifiesta como una rosa y que cada uno del grupo debería guardar ese símbolo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Solo queríamos agregar algo en el relato de la Hermana Lucía que recordé, durante un momento de la Aparición, en el que también apareció Sor Lucía, la vidente de Fátima, junto a su prima Jacinta, orando con María.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bueno, yo no me puedo quedar atrás, algo voy a tener que decir.
A mí me toca percibir algunas cosas más sutiles, por lo general.
Y hoy, como nunca, creo que, en todo el tiempo de las Apariciones, la Presencia de la Madre fue tan fuerte y tan contundente que pensamos que no íbamos a poder permanecer parados en el palco. Sentimos una sensación física que nunca habíamos tenido en las Apariciones.
Nosotros a veces le decimos algunas cosas a la Madre, un poco íntimamente. Y hoy, le dijimos: "Madre, si hoy quieres que permanezcamos parados aquí, por favor haz alguna cosa, porque tememos que no vamos a poder mantenernos en pie".
Nosotros tenemos cierta facilidad para sustentar un determinado voltaje de energía, pero hemos podido percibir que en cada Aparición ese voltaje aumenta muchísimo y lo más extraordinario es que todos recibimos esa energía de nuestra Madre.
Cada vez que Su Luz impregna nuestros seres, muchas cosas se modifican en ellos, que vamos a poder percibir con claridad en el futuro porque vamos a ir cambiando, Aparición tras Aparición, casi sin darnos cuenta.
Por eso, siempre nos invita a peregrinar con Ella para que podamos recibir Su Luz y Su Amor.
Yo soy la Señora del Cielo, soy la que viene en gloria y paz para irradiarte el Amor de Dios.
Yo soy la Madre del Universo, soy la que te recogeré en Mis brazos de los abismos y te llevaré en honra al Reino de Dios.
Yo soy la Rosa Mística, soy la que emana aromas sutiles para proteger en silencio tu camino de consagración a Dios. Así, día a día, intento llevarte a la oración, porque en la oración Mi Corazón cierra tus heridas y protege en la Luz a tu pequeño corazón.
Yo soy la Madre de las Gracias, soy la Mujer Vestida de Sol que derrama la bondad y la compasión de Dios al mundo y a las criaturas.
Yo soy la Guardiana de la Fe de los que la han perdido.
Yo soy la Madre de la Divina Concepción que aproxima cada hijo al universo del Espíritu Santo.
Yo soy la Guerrera del Amor, Soy la Patrona que yergue el estandarte de la Paz.
Yo soy la Señora que en el Amor y en la Piedad desata los nudos de los que sufren constantemente.
Por eso, clamo a todos por oración, porque como humanidad deben reparar el Corazón de Dios de las graves ofensas que Él recibe.
Yo soy la Señora de la Paz, soy la Reina de la Paz, que anuncia la venida del nuevo Reino de Cristo sobre la faz de la Tierra. Así, Yo reúno a Mis soldados, llamándolos a consagrarse a la vida de oración, a la vivencia del ayuno para purificar el corazón, al perdón y a la reconciliación.
Yo soy la Madre Celestial, soy la Estrella Solar que brilla eternamente en el firmamento y que anuncia el tiempo de la Misericordia.
Por Mi Hijo Me doné a todos y por la venida esperada de Cristo, Yo revelaré la Faz de la Señora del Sol.
Que Mis estrellas puedan transfigurar en luz sus vidas, que Mis pasos hacia Dios sean sus pasos, que Mi Corazón maternal reverbere en amor dentro de ustedes, que Mis rayos misericordiosos iluminen el sendero oscuro de los que aún no llegaron al Reino de Dios.
Con Mi Hijo, vuelvo al mundo para despertarlo y llamarlo a la conversión.
La oración será su futuro alimento que nutrirá el espíritu y toda la vida manifestada, porque por la oración caminarán sin demora hasta los Brazos de Dios; y cuando todos Mis hijos lleguen al Cielo, Yo lavaré el pasado de sus rostros en la Fuente de Vida de Mi Hijo y, renovados en espíritu, glorificarán a Dios y lo servirán eternamente por amor y honra al Creador.
Por eso, busquen una vida de santidad mientras estén en este mundo. Sean caritativos los unos con los otros, construyan en la oración el nuevo principio de hermandad. Sean apóstoles de la Paz y vivan el Mensaje redentor de Cristo todos los días.
Vengo hacia ustedes para llevarlos a Jesús, porque como Madre aguardo y ruego a Dios por la salvación de la humanidad del constante pecado en el que vive.
Queridos hijos Míos de Belo Horizonte, agradezco por la respuesta de sus esencias a Mi Corazón Inmaculado. Agradezco especialmente a los hijos que, en amor al Bien Mayor, obraron para que Yo, la Reina de la Paz, pudiera traer a todos el Mensaje y el Llamado. Agradezco por su amoroso ejemplo de caridad.
Hijos Míos, que en este día sábado de Gloria, sus profundas esencias se preparen para recibir la visita espiritual de la Señora más brillante que la Luz, la visita de la Madre María, Reina de la Paz y Madre del Mundo.
Queridos hijos de Belo Horizonte, que hoy ustedes puedan ser partícipes de la absolución total que Mi Corazón piadoso irradiará a todos bajo la intercesión del Sagrado Corazón de Jesús.
¡Les agradezco por abrir la puerta de su corazón!
María, Madre y Reina de la Paz
Soy la Señora vestida y rodeada por la Luz del Gran Sol.
Soy el Espíritu Inmaculado guiado por la sabiduría del Espíritu Santo.
Soy la Madre del Universo, soy la Reina de la Paz.
Soy la emanación del Amor, de la Unidad y de la Fe para todos Mis hijos.
Soy el refugio para los que están solos, soy el mañana que despierta en cada una de las vidas.
Soy la Estrella de la Mañana, soy la Aurora que reúne a los rebaños de Cristo.
Soy la Inmaculada Concepción que trae el Consuelo para el desesperado, el Amor para el desposeído, la Fe para el solitario y la Redención para quien se haya negado.
Soy el puente hacia lo Alto, soy la Madre de la Perpetua Oración de Dios.
Soy parte del Verbo Divino, soy el testimonio del Creador.
Soy Su Sierva, soy Su Servidora, soy parte de Su Luz para el mundo.
Queridos hijos, Yo soy la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, Yo soy para ustedes la Nueva Flor, soy el Aroma Sutil de la Fuente de Dios.
Yo soy la Madre del Redentor, soy la Servidora de Cristo.
Soy, para Mis hijos, el manantial que sana las heridas, Yo soy el Bienaventurado e Inmaculado Corazón.
Yo soy la Rosa Mística, soy el Espíritu de la Paz.
Pero Yo seré aún más, sobre este mundo y en el universo, a través de vuestro amor, de vuestra compasión y de vuestra humildad.
Hijos Míos, hoy los invito a ser parte del Gran Espíritu de Dios.
Yo los invito a vivir en el Corazón del Altísimo para que la humildad, la sagrada devoción y la reverencia puedan nacer desde vuestras pequeñísimas almas.
Yo seré en ustedes la Madre de las Gracias. Unidos a Mi Maternidad estarán unidos al Eterno Padre que conduce a cada alma, a cada uno de Mis pequeños hijos.
Queridos hijos, que desde vuestras esencias brote la sabiduría para comprender con el corazón a quien, por Amor y Gracia, los visita mes a mes.
Así como Yo quiero estar con ustedes, Mi Hijo quiere ser parte de vuestros seres.
¿Qué Amor más grande existe sino aquel que nace perpetuamente de Dios?
Queridos hijos, hoy los estoy llamando a contemplar la inmensidad y la magnitud, la grandeza y la expansión universal del Amor de Dios sobre todos los universos.
Queridos hijos, hoy les digo y les recuerdo que cada uno de ustedes es parte de la divina expresión del Amor de Dios porque mediante la oración permitirán, en este tiempo definitorio, que nazca y despierte en ustedes el Amor del Creador.
Hoy solo sean Amor, Amor Divino y Amor Inmaculado.
Hoy, solo sean paz, almas en la Paz de Dios y sirvan a Dios con alegría.
Bienaventurados los humildes y los perseverantes en Mi Hijo, porque ellos encontrarán el Reino de Dios en el corazón.
Yo soy la Madre del Santísimo Corazón del Creador; como parte del Amor Yo los amo y los bendigo en la unidad del Espíritu Santo.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Contemplen la divina belleza de la Creación
Queridos hijos, que desde ustedes brote la esencia del amor y de la verdad para que vuestros corazones estén abiertos a la esencia de la donación. Hijos Míos, nunca dejen de contemplar el Amor de Dios en vuestros corazones. Abracen la esencia del perdón en su interior para que así se siembre en ustedes el nuevo Espíritu de Amor.
Queridos hijos, nunca bajen los brazos, eleven vuestra aspiración hacia el Infinito, aspiren a vivir en el Reino de Dios y aspiren también a vivir la Reconciliación y la Misericordia de Mi Hijo.
Pequeños hijos, nunca pierdan la alegría de estar en Mí y de vislumbrar en ustedes el poder de Mi Amor Inmaculado. Acepten estar en Mi camino. Vuestras almas reconocen de dónde proviene Mi Corazón Maternal, ellas reconocen Mi presencia antes que vuestras consciencias.
Yo soy la Señora de los Cielos, soy la Rosa Mística, soy la Madre que socorre a los peregrinos y soy el Corazón Inmaculado que se dona a ustedes para amarlos y perdonarlos.
Queridos hijos, Mi voz se anuncia al mundo una vez más para que Mis hijos no pierdan el sendero que lleva a la salvación, al rescate del corazón.
Estoy con ustedes en este camino de peregrinación hacia la eternidad. Que en vuestras vidas no pese el dolor, la amargura ni la desolación; que vuestros corazones, colmados por el Espíritu Santo, reciban la Paz, Paz que viene desde el Universo, Paz que emanan los soles y las estrellas, Paz que irradian todas las galaxias, la Paz que viene del Infinito y que ustedes desconocen.
Desde allí llega a ustedes Mi Corazón Maternal para mostrarles el camino que conduce a una vida humilde y pacífica, un camino hacia el Universo, hacia todo lo que el Padre, Adonai, creó por amor a ustedes y para Su Gloria.
Queridos hijos, ¡glorifiquen a Dios!, ¡amen a Dios!, ¡busquen a Dios en vuestras vidas! porque de esa manera vuestras pequeñas esencias y todas las esencias estarán en el Reino Celestial del Universo.
Más allá de vuestra vida terrena existe la eternidad, el eterno presente, la Omnipresencia de Dios en todos los universos. Por eso, hijos Míos, ¡oren!, ¡oren! y ¡oren! Que vuestros labios no se cansen de orar para que la Misericordia de Cristo auxilie a la humanidad.
Agradezco a todos Mis hijos por el amoroso recibimiento en esta Nación Paraguaya.
Amor y paz para todos.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como Señora de la Rosa Mística, hoy quiero invitarlos a contemplar a Dios desde el corazón, porque es en el corazón que se encuentra la paz y es a través del corazón que se cierra la puerta al sufrimiento y al mal.
Queridos hijos de Mi Padre, es con la oración del corazón que todas las almas sobre la faz de la Tierra podrán aliviar todo dolor y sufrimiento. Pero existen almas que aún unidas al Dios Vivo, no tienen fuerzas para consagrar la vida por estar inmersas en el mundo actual.
Para que todas las almas puedan ser tocadas por la misma Gracia Virginal por la que ustedes fueron tocados, hoy los invito a colocar en oración dentro del Reino de Dios, a todos los corazones que, confusos, necesitan de la Luz de Mi Inmaculado Corazón.
En estos días de encuentro orante Conmigo en Luján1, Yo los invito a permanecer como guardianes de la oración para que sus pequeños corazones se vuelvan ángeles custodios que acompañen los propósitos de paz de Mi Inmaculado Corazón.
Hoy también les digo, Mis queridos hijos, que Mi Faz Misericordiosa está obrando por la salvación de todas las almas que, con faltas graves, recibirán el ministerio de Mi devoción para que todas ellas se puedan volver a encender por la asistencia inmediata del Divino Espíritu Santo.
A ustedes, que ya han caminado un poco por el camino de la oración del corazón, Yo los llamo para que, a través de los vuestros, todos los corazones aprendan a orar con fervor y a estar en Mi Corazón Maternal para que Mi Luz Celestial los proteja.
Queridos hijos, dejo una misión interior para cada uno de ustedes y para todas las almas que, en el final de estos tiempos, responden a Mi llamado: vivan en la fe que les irradia la oración para que la fidelidad se manifieste en cada uno de sus corazones, la fidelidad a Mi Hijo, el Amor Redentor.
¡Les agradezco!
Que solo estén Conmigo en el Reino de Mi Eterna Paz.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
1 Ciudad localizada en la provincia de Buenos Aires, Argentina.
En el octavo día de Apariciones de la Madre Celestial en Aurora, el grupo que estaba presente continuó aumentando.
En silencio, llegaron todos cerca del árbol de las Apariciones para comenzar con la oración. En determinado momento, mientras todos oraban, las hermanas del Monasterio de la Eterna Fe, monasterio femenino, entonaron el cántico “Madre Celestial”.
Fray Elías y Madre Shimani se pusieron de pie, contemplando la copa del naranjo y poco después, Fray Elías, Madre Shimani y otra hermana más se aproximaron al árbol para después regresar junto al grupo.
Luego, Fray Elías relató lo que había percibido.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cuando las hermanas entonaron el cántico, se abrieron varias puertas celestiales sobre toda el área donde se encontraba el grupo.
La Madre Divina apareció trayendo en Su Mano derecha una cruz crística dorada. De cada extremo del brazo horizontal (se llama PATIBULUM) colgaba un plato dorado, formando una balanza.
En ese momento se veían en los Cielos muchos coros de ángeles que cantaban y alababan a la Madre Divina.
Entonces, desde los Cielos, Ella hizo una expansión e irradiación de energía sobre todos nosotros. Nuestras almas se elevaron rápidamente hasta donde la Madre Celestial se encontraba y Ella las colocó cerca de Su Corazón. Después las hizo descender de regreso a nuestros seres.
Momentos más tarde, manifestó dos grandes medallas de color plata, una en cada Mano. Cada una de esas medallas tenía la imagen del Cristo Redentor; Él estaba con los Brazos abiertos irradiando mucha Luz. En ese momento, la Madre Divina repitió varias veces:
“Redención, Redención, Redención”.
Después, detrás de Ella se abrió otro Cielo, más profundo, donde había más seres angélicos que estaban muy distantes. En un punto más alto en el Cielo, encima de la Madre Divina, apareció Cristo con Su aspecto de Cristo Redentor y sobre Él, en un punto más elevado aún, se manifestó una paloma blanca, que movía sus alas como si estuviera volando, pero se mantenía siempre en el mismo lugar. Esa imagen emanaba mucha Luz a partir de esas Tres Presencias.
Luego de unos momentos la imagen cambió. Ella descendió hasta el naranjo sobre el que apareció una corona de rosas y otras flores que tenía la forma de una arcada, era muy bella y con muchas flores.
En ese momento, la Madre Divina manifestó frente a Su Pecho una gran rosa roja que sostenía con ambas Manos. Y nos dijo:
Yo Soy la Rosa Mística, vengan a Mí, toquen Mi Manto.
Yo Soy la Rosa Mística, vengan a Mí, toquen Mi Manto.
Luego, la Madre Divina nos pidió, a los tres hermanos que estuvimos presentes en Sus Apariciones durante el año 2007, que nos acercáramos al árbol. Al aproximarnos, Ella descendió un poco más y extendió Su Pie izquierdo, apoyándolo sobre una naranja. Nos pidió que tocáramos Su Pie y que sintiéramos Su energía. Nos transmitió algunas Palabras y al final nos dijo que no tuviéramos miedo, porque Ella nos protegerá.
Después de este relato, Fray Elías nos transmitió que la Madre nos pidió que todos oren la oración a la Madre Universal.
Pasadas algunas cuentas, Fray Elías comenzó la transmisión de las Palabras de la Madre Divina.
Hoy, vengo a pedirles que lleven en sus corazones Mi Rosa Mística, una Rosa Espiritual que nació en Nazaret.
Entre la oración y la carpintería de José brotó la devoción cuando aceptamos, como padres e hijos el cáliz; algo que estaba lejos de Nuestra comprensión. Pero la Luz de los ángeles Nos guio en el Propósito del cumplimiento de lo desconocido.
El Arcángel Gabriel se Me presentó treinta y tres veces después de la elevación de Mi Hijo, y allí comenzó Mi tarea como profeta de los nuevos tiempos, como la Madre que debía comenzar a acoger a todos Sus hijos para llevarlos hacia el Padre.
Cuando me elevé, Mi tarea se amplió en todos los niveles y en todos los sentidos, niveles que hoy no comprenderán, pero que son luces divinas que todos pueden acoger dentro de sus corazones.
Hoy, Mi Rosa Mística se manifiesta delante de ustedes para que reciban Mi Paz y Mi Redención.
Yo Soy la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, el Espíritu Superior que está descendiendo a los corazones en este último tiempo.
Lleven con ustedes Mi Mensaje de Paz, para que en sus corazones brote Mi Corazón Inmaculado. Encuentren refugio dentro de Mí, sobre Mis rosas y debajo de Mi Manto, para que puedan caminar lejos de los senderos de las tinieblas que se están asentando primero en las mentes y después en los corazones.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, la Madre Divina, está levantando un cetro, que en la parte superior tiene una cruz dorada.
Esta es la redención para la humanidad, la llegada del Cristo Nuevo, de un Cristo aún más misericordioso de lo que podemos comprender con el intelecto.
Yo estoy aquí desde hace siglos y en varias partes del mundo, custodiando a los corazones hasta la llegada del Maestro. Ustedes ya saben, Él está reapareciendo, primero en la consciencia, después en los corazones, y así Él descenderá a Su antigua Tierra. Él retornará renovado como un Corazón Sublime de Paz y de Amor para las almas.
Pero primero, pasará la Justicia Divina y la profecía inicial que Él ha dado: “La paja se está separando del trigo”, tiene que florecer a través de Mí y luego nacerá el fruto.
No busquen y no esperen encuentros sublimes, sino oraciones más profundas en las que se unan a Mí y a Mi Inmaculado Corazón, el que debe resplandecer sobre sus seres y sobre todos Mis hijos que claman por Mi Voz.
Yo Soy la Reina del Amor, la misma Reina de la Paz, la que les trae el Mensaje victorioso a los que han caído, a todos los que no pueden levantarse y a todos aquellos que deben curar el dolor profundo que solo Yo conozco.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre está elevando Sus manos hacia el Cielo y ha comenzado a descender una luz celeste.
Elevo hoy Mis Manos al Cielo, para que encuentren refugio en cada parte de Mi Ser. Así podré protegerlos como a pequeños niños que deben caminar en este tiempo final.
Guarden Mis Mensajes en sus corazones y prometan orar por Mi Paz, porque así Yo confiaré en cada uno de ustedes y en cada uno de Mis hijos. Enseñen a todos cómo orar de un forma simple y sincera, venciendo los límites de esta realidad y abriendo el corazón para encontrarme.
Yo Soy la Llama Resplandeciente de la Trinidad, el Nuevo Espíritu Santo que desciende, un Espíritu que todos conocerán y que no estará distante de sus realidades.
Una Gracia desciende, aun cuando este mundo se purifica. Todos pasarán por la puerta de la purificación, pero quien se recoja en Mí encontrará la fuerza para seguir adelante unido a Mi Corazón que brillará en su camino, para poder andar sin descanso.
Estos son Mis Mensajes en estos tiempos, en que se unen las realidades superiores, los Cielos con la Tierra, y ahí deberán estar preparados para encontrarme como la Guardiana de la Oración y para que contemplemos juntos los misterios que ocurrieron en Jerusalén.
Estamos reapareciendo no solo en el centro de este mundo, sino en todas las partes de él, para que Mi Mensaje de Paz se difunda hacia más corazones que sufren.
Hoy, están recibiendo una Gracia especial: la Rosa Mística de Mi Corazón, que se debe difundir en la oración.
Si piensan en Mi Rosa, pensarán en Mí y Yo estaré unida a ustedes repartiéndoles Gracias a los corazones que se abran y comprendan los misterios desconocidos para sus realidades.
El Cielo está descendiendo sobre este lugar y esto está más allá de las consciencias, esto es parte de Mi Ministerio de Redención y de Rescate en este último ciclo.
Este lugar será un Centro de Oración, al igual que lo es Medjugorje desde hace algunas décadas; porque ahora Dios Me ha pedido, frente a ustedes, que coloque Mis Ojos, Mis Manos y Mi Corazón, junto con Mi Luz, sobre este lugar.
Esta es la Nueva Aurora que está naciendo y en la cual deben confiar, una Aurora Celestial que brilla en la oscuridad. Llamen por esta Aurora, que es Mi Aurora, que es la que amanece frente a ustedes para encender los corazones que están oscuros por la incomprensión.
Si oran Conmigo, tendré predilección por ustedes, guías internas que se unirán a Mí a través de la oración, en un diálogo continuo de voz a voz.
Se unirán tres principios para esta Tierra, que están naciendo por segunda vez, por la obra de Mi Propósito Celestial, por la Luz que desde Mis Manos brota y que nace desde Mi Corazón Inmaculado para todos, enfermos, sanos, despiertos, dormidos, conocidos y aún por conocer, a todos los busco, una y otra vez, a través de Mi oración predilecta.
Está llegando el Cielo sobre ustedes, un Cielo que no comprenderán. Escuchen Mi Voz que está surgiendo en esta parte del mundo para los que la necesitan. Abracen y acepten Mi Llama Interior, Mi Fuego predilecto, para que tengan fuerzas para caminar por donde parece oscuro y desconocido.
Lleven Mi antorcha de la Paz como una llama interior para que haga brotar más fuentes dentro de sus corazones, corazones que deben redimirse y perdonar el pasado.
¡Sientan Mi Voz, escúchenla!
Soy la Reina de la Paz, el Sendero del Amor, el Ave Misericordiosa que derrama Sus Gracias sobre los que no las merecen.
Enciendan sus corazones y sigan confiando en Mí para encontrar el camino correcto hacia el universo celestial. Todos ustedes deben retornar a estos Cielos a través de Mi Corazón que está abierto.
Estaré aquí hasta el próximo viernes, para seguir derramándoles Mi Luz a los que no la ven y no la sienten. Si están unidos a Mí, sus vidas se transformarán para que el calvario se alivie y alcancen la Luz que está frente a sus ojos. Yo Soy la Luz que viene de Dios, Yo Soy una de las Fuentes que ha nacido en este mundo para ampararlo y rescatarlo.
Escuchen Mi Voz, para que tenga eco en sus corazones y oren Conmigo por la Paz en este mundo.
Todos juntos oramos la Madre Universal por tres veces.
El viernes próximo, a las 20:00 h, llegarán aquí y cada uno encenderá una vela que representará la llegada del Cristo Redentor en este tiempo. Cuando Yo aparezca, las apagarán porque Mi Luz los iluminará.
Algo les revelaré a los que permanezcan en oración Conmigo.
Siembren la Paz en todos los corazones y caminen en la confianza de Cristo, Nuestro Señor.
Yo Soy la Concepción que una vez más está naciendo en los corazones.
Por el Fuego Ardiente que nace desde el Corazón de Cristo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Gracias por responder a Mi llamado!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora se está elevando lentamente hacia una parte del Cielo donde hay un coro de ángeles formado en dos filas, dejando un corredor entre ellas por donde Ella está caminando.
Se ha dado vuelta y abriendo el orandio extiende Sus Manos hacia abajo y forma un pequeño corazón rosado que brilla.
La Madre desaparece y se desvanecen todas las imágenes.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más