Cristo Jesús

Que tu consciencia esté en Mi Corazón y en nada más.

Que tu espíritu tenga su esfuerzo permanente en elevarse más allá del caos, de los conflictos, de las ignorancias, de las indiferencias, frutos de las ilusiones y de los engaños de este mundo, alimentados constantemente por el padre de la mentira.

Que tu corazón no esté en el caos, sino en la Luz de Mi Espíritu.

Que tus ojos vean cada situación, como también cada momento de la vida, con la consciencia colocada dentro de Mi Consciencia.

Ya sabes que el mal asusta, amenaza y hace estremecer al corazón humano, pero no soporta el poder del amor, de la luz, de la sabiduría, del discernimiento, del silencio, de la entrega.

Estas son tus herramientas en estos tiempos. Con ellas, habrás de soportar y trascender cada ciclo de pruebas por los cuales atravesará la humanidad, hasta que llegue el momento de estar cara a cara con el Señor.

Ante las ilusiones, solo ora. Ante la oscuridad, solo elévate hacia la Luz. Ante el temor, solo piensa en tu Señor.

¿Qué temes? ¿No Soy Yo el Señor y Guía de tu vida?

Eleva tu consciencia y persiste; esfuérzate por transformar lo que está dentro de ti; y, lo que escape de tus posibilidades, solo entrégalo a Mi Ley. Yo Soy el Señor de las Leyes, el Camino, la Verdad y la Vida.

Déjame la conducción de tus días, las riendas del carruaje que lleva tu consciencia en ascensión.

Recuerda, hijo amado, que estás recorriendo un largo camino de transformación y trascendencia de la condición humana. Estás enfrentando en ti, como consciencia, y en tu prójimo, como parte de la humanidad, las raíces más retrógradas, las piedras más duras, los nudos más apretados y difíciles de deshacer. Por eso, no tengas prisa, sino constancia.

Trabaja con persistencia para consolidar en tu consciencia Mis Principios, pero que ellos se vuelvan vida en tu vida. Y, para que eso sea posible, tu pensamiento y tu energía deben estar en Mí.

Por eso, estudia Mis Palabras y recoge de cada impulso que Yo entregué a la humanidad, a lo largo de los siglos, la fortaleza de tu corazón.

Cada vez que eleves tu corazón al Mío y coloques tu pensamiento en Mi Espíritu, Yo estaré en ti y fortaleceré tu vínculo Conmigo. Por eso, ven a Mí.

Tu Maestro y Señor,

Cristo Jesús