Viernes, 28 de noviembre de 2014

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mientras muchas almas injustas rompen y quiebran la alianza Conmigo, Yo les entrego día y noche Mi Amor Divino para que de una vez y para siempre aprendan a amarse de corazón y no de palabra o de apariencias.

Sean fieles Conmigo, y aquellos que ya hicieron alianza Conmigo que observen dónde la dejaron y por qué la han dejado lejos de Mí. Mi Espíritu es Fuente de Verdad y de Esperanza, por eso necesito que no solo sean verdaderos en las cosas simples, sino también en todo lo que es profundo y viene del alma de cada ser.

Existen distintos estados y formas de comprometerse con Mi Sagrado Corazón, necesito que ustedes, más conscientes y despiertos, perciban qué grado de alianza o de entrega han alcanzado con Mi Corazón.

En verdad les digo, el astuto opresor no descansará y no se detendrá hasta verlos frágiles y tibios, como pasó otras veces. Estén atentos hacia dónde dirigen vuestros sentimientos; la esencia de Mi Pureza les trae la oportunidad de desterrar de vuestras vidas consagradas los engaños del mal.

A todos los consagrados a Mi Corazón les llegó el momento de reubicarse dentro de Mi Plan de Salvación. Es tiempo de tener consciencia de la tarea que con tanto amor les fue confiada en el principio.

Todos son apóstoles en potencial, misioneros en potencial y en virtud. Descubran el universo de Mi Tarea Redentora a través de las misiones que Yo encomiendo a todos Mis Servidores. Por eso les doy a conocer Mi Amor Predilecto, para que no se confundan de camino ni de persona.

Sepan que en este tiempo tanto el misionero como el estable trabajador de Mi Corazón deben ser igualmente reconocidos; que no exista diferencias ni falta de amor entre los Míos, cada uno es llamado a cumplir una parte del Plan de Amor en este tiempo final.

Con alegría y humildad abran las puertas del corazón cuando Yo regrese a Mi Casa por medio de Mis hermanos, después de tanto trabajar y luchar por el Plan, porque deseo que Me reciban con alegría y sin aprensiones de ningún origen.

Ámense entre ustedes y no se cristalicen en ninguna forma, así evitarán que la esencia del Plan se transforme con vuestras ideas. Salgan de sí mismos y destierren la soberbia y la falta de unión, sean verdaderos embajadores de los puntos de luz que la Divinidad ha fundado por medio de Su Eterna Gracia.

Cuando en una próxima vez Yo retorne aquí, espero verlos alegres y plenos por reencontrarme en Casa, después de haber caminado tanto por el mundo. Sean, por encima de todo, muy misericordiosos y agradezcan eternamente lo que Mi Padre les confió.

Bajo la Gracia de Dios, sean bienaventurados y dignos.

¡Gracias por amarme a través de cada hermano!

Cristo Jesús Pacificador