Virgen María

Inmaculado Corazón de María

 

 

Último Mensaje de la Virgen María

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, DE CRISTO JESÚS Y DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Ven, Espíritu Santo, 
ilumina los corazones,
para que ellos alcancen
la Transfiguración de Jesús.

Amén.
(nueve veces)


La  Voz de la Virgen María:

Así como una vez, reuní a los apóstoles en el Cenáculo del Señor para que recibieran al Santo Espíritu de Dios, hoy vuelvo a reunir a Mis hijos, una vez más, en el Cenáculo de Mis Centros Marianos, Cenáculo que hoy se extiende por el mundo, por todos los hogares y corazones que Me escuchan; para que, reunidos alrededor de Mi Corazón, reciban hoy al Santo Espíritu de Dios.

En este Cenáculo, queridos hijos, el don del Espíritu Santo que hoy les traigo no les permitirá hablar en lenguas, sino que les permitirá silenciarse, aprender a encontrar a Dios en el propio corazón, aprender a tener la palabra correcta; pero, sobre todo, el silencio verdadero que calla los aspectos humanos, que calla las purificaciones internas y les da a conocer la verdad de sus corazones, que se oculta detrás de todos los sentimientos, pensamientos y acciones que la humanidad vive en los días de hoy.

En este Cenáculo, hijos Míos, en el Pentecostés de los últimos tiempos, el Santo Espíritu de Dios viene a enseñarles a estar en el Corazón del Padre ante cualquier circunstancia, a encontrar la sabiduría, el discernimiento y la paz en tiempos de disociación y locura. Por eso, vengan a Mi encuentro, así como al encuentro del Señor, con el corazón dispuesto, para que sea renovado, transformado y curado por la Presencia del Santo Espíritu de Dios.

Hoy, Nuestros Sagrados Corazones están ante ustedes para que Nos contemplen con los ojos del corazón. Nuestra Sagrada Presencia trae el Cielo a la Tierra y abre los portales de los Universos Mayores para que las diferentes Jerarquías de la Creación contemplen la Tierra y sus criaturas y puedan hacer descender entre las dimensiones los impulsos que hoy el Creador envía. 

Dejen que los espejos de sus corazones se enciendan para que capten de los Espejos Mayores del Cosmos los impulsos para este nuevo ciclo.

Como Madre de los Espejos y Madre de la Paz, hoy les traigo esta Gracia de recibir y conocer los Rayos Divinos, no solo los Rayos Materiales e Inmateriales, sino aquellos que provienen de Mi Divina Consciencia, de las Fuentes de la decimosegunda dimensión y más allá de ella.

Estos Rayos, hijos Míos, que provienen del Origen, llegan a las criaturas a través de los Espejos para que trasciendan la condición humana, para que trasciendan las aparentes confusiones de estos tiempos y puedan elevar la consciencia para que, real y definitivamente, caminen sobre las aguas del caos del mundo.

Para que sustenten los impulsos que les traemos y permitan que se tornen vida en sus vidas, necesitan sustentar cada impulso a través de la oración. 
Ustedes ya saben, hijos, porque les venimos diciendo en los últimos años, constantemente, que la oración es su protección y seguridad, la oración es lo que los mantendrá más allá de las dimensiones del caos. Por eso, no dejen de orar. Den importancia y valor a cada momento, porque ellos serán los que sustentarán, en el mundo, las Gracias que aún pueden descender sobre la Tierra.

Hoy, les traigo uno de los Rayos Primordiales Divinos: el Rayo de la Unidad. 

Así como sus corazones claman para que cure sus heridas más profundas, para que transforme su comprensión arraigada, para que libere sus corazones de la ignorancia y de la voluntad de prevalecer sobre los demás, hoy los Universos Celestiales se abren para derramar sobre la humanidad la Divina Unidad.

Que sus corazones estén despiertos, abiertos y dispuestos, para que esta energía no solo trasborde a sus consciencias, como tantas otras Gracias que recibieron, sino que encuentre espacio y lugar para permanecer, para vencer dentro de ustedes todo lo que hoy batalla por la desunión.

Hoy, los Tres Sagrados Corazones están ante ustedes, porque es solo a través de Nuestra Presencia unida que podrán recibir ese Rayo Divino. Ninguno de Nosotros, por Sí solo, puede concederle a la humanidad esta Gracia de cruzar en consciencia los portales celestiales y recibir los Rayos Divinos de las Fuentes Inmateriales. Pero Nuestros Corazones unidos, en clamor e intercesión, junto a cada uno de ustedes, sí pueden, hijos Míos, traerle Gracias incalculables al planeta, mucho más allá de los méritos y de los merecimientos humanos.

Es así como funciona la Divina Misericordia a nivel cósmico y superior: no solo retirando a las almas de los abismos y de la ignorancia, sino concediéndoles Gracias que ni siquiera las criaturas más elevadas del universo pudieron aún conocer y recibir. Es a través de la consciencia humana de este sagrado proyecto de redención que las criaturas del universo podrán tocar las Gracias Divinas. 

Por eso, siéntanse responsables y coloquen sus consciencias más allá de la superficialidad humana y de aquello que conocen como dificultades, pruebas, problemas, para que estén, hijos, al servicio de un Plan Mayor. Es para que estén con la consciencia ahí, en ese punto, que Nuestros Sagrados Corazones están aquí.

Permítanse elevarse en nombre de toda la humanidad. Permítanse transmutarse, curarse y liberarse para que estén vacíos delante de Dios. Esta es la Gracia que a través de los Espejos del cosmos viene a traerles Mi Inmaculado Corazón.


Hermana Lucía de Jesús:

Escuchemos a Nuestro Señor, Cristo Jesús.


La Voz de Cristo Jesús:

Después de Mi Sagrada Pasión y Muerte, cuando el desaliento se apropió de los corazones de Mis compañeros y, a pesar de haber estado Conmigo y escuchado Mis Palabras, se sintieron indignos, sintieron que fallaron, buscaban razones en la consciencia humana, pensaban: ¿quién los iría a guiar? ¿Quién sería digno? ¿Quién tendría razón? ¿Quién podría ser obedecido? ¿Quién podría traer el Poder de Dios a la Tierra?

Se sintieron perdidos, fracasados, como si todo lo que habían vivido Conmigo, de repente, hubiera desparecido de sus consciencias. 

La condición humana se apropió de sus consciencias y hasta de los espacios más profundos de sus corazones. Las miserias, los pecados y la oscuridad humana, así como eran transmutados por Mí en los tres días antes de Mi Resurrección, también emergían en Mis compañeros, en Mis apóstoles y discípulos y también en algunas santas mujeres.

Esto era así para que ellos pudieran transmutar y liberar profundamente a la humanidad de todo el lodo humano, de toda la oscuridad que habitaba en lo profundo de la consciencia humana y que hicieran eso junto Conmigo, aunque no pudieran comprenderlo.

Hoy, ustedes viven algo semejante. Están viendo emerger, de adentro de ustedes como de adentro del prójimo, lo que hay más oscuro, los pecados, las miserias y aquello que muchas veces les hace olvidar todo lo que vivieron de gracias y bendiciones hasta llegar aquí. 
Muchas veces se olvidan de que son hermanos de camino y dejan que la necesidad de poder y de querer prevalecer sobre el otro venza dentro de ustedes.

No es buscando quién tiene la razón que cumplirán Mi Voluntad. No es buscando certezas de estar o no en el camino correcto que encontrarán ese camino.

Dejen que Yo los lave y los renueve, para que puedan comprender en esta tarde que, a pesar de tanta confusión, esta es Mi Voluntad. No se culpen, no tengan vergüenza por no haber dado los pasos que deberían dar de acuerdo con su propia consciencia; sino que, en humildad, permítanse llegar nuevamente a los Pies del Creador, sabiendo de sus imperfecciones, miserias y pecados, para que Él, en este ciclo, les conceda una nueva oportunidad.

Así como estuve oculto a Mis compañeros y apóstoles, también estuve oculto a sus corazones. Y, ahora, estoy una vez más junto a ustedes.

Así como estuve con Mis compañeros después de la Resurrección, Me encontrarán en diferentes caminos. Caminaré con ustedes hasta Emaús; muchas veces no Me reconocerán, pero si abren sus corazones al amor y al perdón, si se disponen a reconciliarse unos con otros, entonces sabrán, hijos, que Yo estoy con ustedes, que Yo vivo no solo a su lado, en un espacio, en un tiempo o en un lugar, Yo vivo dentro de sus corazones, siempre y cuando Me permitan estar.

Vivan estos tiempos como un servicio, dejando que sea lavado, dentro de ustedes, lo peor que aún existe en la consciencia humana. 

Dejen que Mi Amor los limpie, transmute y transforme, a través de un corazón humilde, para que así conozcan lo que más quiero para sus vidas.


Hermana Lucía de Jesús:

Escuchemos al Casto Corazón de San José.


La Voz de San José:

Que esta lluvia sea el símbolo de la Gracia que, de los Universos Mayores, desciende sobre ustedes. 

Pueden aproximarse a este altar, para que den abrigo y acogimiento a sus hermanos.
Un día, hijos, Nuestros Sagrados Corazones también necesitarán abrigo. 

Hoy, esta lluvia los une. 

Así como se juntan para estar al abrigo de esta Mi Casa, así deben estar en consciencia, rodeados por la Gracia que desciende de los Cielos, juntos y unidos al abrigo de los Sagrados Corazones.

Vean los símbolos de la vida espiritual en cada situación de sus vidas. Aprendan a leer los mensajes de la naturaleza, los que transmiten la Gracia de Dios, pero también los que los llaman a servir.

La naturaleza le habla al corazón de los hombres, aprendan a escucharla. 

Para sellar y consumar este Cenáculo Divino, canten juntos “Ruach Ha Koidesh”, para que, de esta forma, el Santo Espíritu de Dios, hoy manifestado en todas las dimensiones, inclusive físicamente a través de la lluvia, pueda tocar lo más profundo de sus espíritus y tornarse vida en sus vidas.

Nosotros los bendecimos, consagramos y curamos, para que reciban el Don Divino de la Unidad. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Canción: “Ruach Ha Koidesh”.

Colección Mensajeros Divinos

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Cantando con María


Cuando sus corazones se encienden a través de la oración y del canto, las Puertas Mayores y Supremas de la Cura, de la Misericordia
y de la Redención se abren naturalmente al escuchar el clamor y las plegarias de las almas simples
”.
Virgen María, 13 de septiembre de 2014

La Madre Divina anunció que la música, cuando viene del espíritu, es un instrumento sagrado de amor y de redención, permitiendo que nuestras almas se eleven para contemplar el Reino de los Cielos.

Nuestra Señora también nos reveló que al cantar con amor a Dios, ayudamos en la cura del planeta y posibilitamos que Ella y Sus Ángeles rescaten a las almas que sufren.

¡Con María, cantemos por la Paz!

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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