APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE BARILOCHE, RÍO NEGRO, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Como respuesta del Universo Celestial, hoy llevo entre Mis Manos una Rosa de Luz. Es el tributo del Amor de Mis hijos por la Madre de Dios, de todos los orantes de Argentina que han respondido a Mi llamado de amor delante de estos tiempos críticos.

Esta Rosa de Luz que hoy llevo entre Mis Manos es el testimonio esencial de cada corazón orante; es la respuesta amorosa de Mis hijos de Argentina por la Madre de Dios.

Con toda la dulzura de Mi Corazón y de Mi Alma, llevaré hacia el Reino de Dios este ofrecimiento de las almas. 

Podré interceder, no solo por todos los seres del planeta, por los Reinos de la Naturaleza, por los más marginados y pecadores; también podré intervenir por las almas del purgatorio y del infierno que gritan por luz y por paz. 

Todo esto es posible, queridos hijos, cuando su respuesta es verdadera, cuando de sus corazones nace la dulzura por Mi Corazón Maternal.

Así el Cielo se comunica con la Tierra, los Espejos del Universo se comunican con los espejos de los corazones, y se establece a través de esta ciencia espiritual la divina energía de la Paz, la que viene a auxiliar del Universo a todos los seres, especialmente a las naciones más necesitadas de Luz y de Redención.

Los invito, queridos hijos de Argentina, a seguir trabajando a través del esfuerzo y del servicio para que en cada corazón humano se pueda constituir el Nuevo Reino de Dios, el que vendrá con la segunda venida de Mi Hijo. 

Hoy vengo desde las montañas de los Andes cruzando el lago Nahuel Huapi, porque también soy la Madre de la Divina Naturaleza, y quiero que Mis hijos aprendan, en estos tiempos, la importancia de poder cuidar y proteger la Creación de Dios, todo lo que Él manifestó por Sus criaturas desde el principio, pensando en cada detalle, para que las almas de la Tierra se sintieran acogidas y plenas, y que en cada lugar que observaran o que contemplaran pudieran sentir la Presencia de Dios. 

Valorizar a los Reinos de la Naturaleza será un significado importante de la humanidad, y la respuesta de esta protección a los Reinos Menores de parte de esta raza actual, permitirá la continuidad de una nueva raza, con una nueva consciencia y una nueva energía, que partirá con el interés en lo sagrado y en lo reverente, en la preservación y en el cuidado de todo lo manifestado por la Creación de Dios.

Ustedes aquí, queridos hijos, como en toda la Argentina, tienen grandes tesoros espirituales guardados en estas bellezas naturales, que son parte de los Dones de Dios. Por más que no los vean ni los sientan, ellos están allí presentes desde hace mucho tiempo.

Abran su consciencia al interés del Universo y la Vida Mayor descenderá sobre sus vidas, para que reconozcan en estos tiempos que no solo son seres materiales, sino espirituales, que han venido a la Tierra a cumplir con una misión y un propósito, no solo como seres individuales, sino también como nación. 

Cada respuesta de Mis hijos a la Madre de Dios, es una nueva oportunidad de intercesión por las almas y por el planeta.

A partir de ahora, queridos hijos, vivan esa nueva cultura interior de preservación de los Reinos de la Naturaleza y sagrados valores de Luz y de Amor despertarán en sus corazones; sentirán la imperiosa necesidad de cuidar a la Creación, para la llegada de las nuevas generaciones.

Por eso hoy vengo de las montañas de los Andes, cruzando el gran Espejo del lago Nahuel Huapi, irradiando desde aquí para toda la Argentina, los Atributos de Dios.

Este fue el lugar escogido por el Padre para que la Madre Celeste en esta nueva etapa de la peregrinación descendiera desde el Universo hacia este sagrado lugar, a fin de volver a establecer en la Argentina los valores necesarios que la protegerán espiritualmente y que permitirán el surgimiento de una nueva consciencia basada en el bien y en la fraternidad, en el amor y en la hermandad entre los seres, hasta en los Reinos Menores de la Naturaleza. 

Deseo, queridos hijos, que sientan a Dios en cada espacio aquí presente, que puedan descubrir los prodigios de Su Corazón Eterno, amorosamente manifestado través de los Reinos de la Naturaleza, porque en los Reinos de la Naturaleza, queridos hijos, está la cura de la Humanidad.

Llevaré esta Rosa entre Mis Manos hacia el Reino de Dios, como el ofrecimiento de cada uno de sus corazones para esta nueva etapa que deberá comenzar en Argentina, primero en el plano espiritual, para después suceder en el plano material. 

Mi Hijo ya les dio el primer impulso para que esto sucediera. Las bases ya están construidas en sus consciencias. Ahora es hora de erguir el templo interior en cada corazón humano, para que pueda volver a florecer en la Argentina la alegría de vivir a Dios y de sentir Su Reino Celestial en la Tierra.

Entonces, queridos hijos, hoy les traigo lo más sagrado que hay en el Universo de Dios y que también está dentro de ustedes, que es esa Esencia Divina que les hará comprender los Misterios de Dios tan solamente por la oración del corazón.

Así abrirán las puertas para que se develen los secretos que se encuentran en lugares sagrados como este y que vienen a acudir a la humanidad tan necesitada de luz y de amor, de una manera silenciosa e imperceptible. 

Los coloco, queridos hijos, ante la Llama sagrada del Amor de Dios, delante del Fuego ardiente de Su Corazón, que impulsó la Creación de los mundos y de las estrellas y de toda la Vida Universal.

Los coloco delante de este Sagrado Fuego Divino para que puedan reconocer su filiación espiritual con el Padre Celestial y descubran dentro de ustedes sus orígenes, lo que les hará renacer y encontrar sentido a sus vidas.

Por eso he venido aquí, queridos hijos, no solo para llevar al Cielo la Rosa de Amor que ustedes Me han donado, sino también para entregarles la Llama de Amor de Dios, aquella Llama que vivifica el espíritu y la consciencia, que trae entendimiento y sabiduría, plenitud y confianza en la Voluntad de Dios, 

A partir de ahora, hijos míos, siéntanse diferentes, siéntanse otras personas, almas renovadas por el Amor del Padre, que reencuentran el camino que habían perdido hacia su trayectoria espiritual. 

Delante de los Sagrados Reinos invisibles de la Creación, guardados en los paisajes naturales de la Tierra, vengo a testimoniar ante de Mis hijos de Argentina el Amor de Dios por medio de Su Sagrada Llama Divina, para que las almas reencuentren el sentido del propósito y de la vida, sin necesidad de alterar la evolución ni de modificar las Leyes Universales, las cuales forman parte de su planeta y de su humanidad. 

Respetando la Ley de la Jerarquía, serán dignos de la Gracia de Dios como consciencias y como pueblo, y podrán abrazar el llamado de Dios como lo han hecho en este momento, por más que no lo comprendan o no lo entiendan, sintiendo la veracidad del Amor de Dios en sus corazones, que viene a guiar al mundo hacia el camino del gran despertar.

Que se cumpla en Argentina el advenimiento del Propósito de Dios; que las almas sean partícipes de ese advenimiento y que refugiadas en el Amor de Dios sean partícipes de la venida de Cristo, siendo merecedores de Su Divina e Insondable Misericordia, para constituir en la Tierra los nuevos cristos.

Hoy, ante Mi Presencia Celestial, se consagran almas tan especiales como tantas otras que han escuchado Mí llamado para seguir viviéndolo y cumplíéndolo en el fin de estos tiempos.

Quiero que vengan aquí los que hoy se consagrarán como Hijos de María, porque en pocas palabras, hijos Míos, Yo les he dicho todo lo que Dios necesitaba que escucharan, para el crecimiento espiritual de sus mundos internos y el despertar de sus consciencias a la Vida Divina.

Pueden arrodillarse.

Este “sí” significa una respuesta importante para el Universo. Esa respuesta la acoge Mi Inmaculado Corazón, no solamente de ustedes, sino de todas las almas que forman parte de Argentina y que algún día recibirán el despertar de la consciencia, para darse cuenta que la vida no termina aquí, sino que ella es eterna. 

A través de esta consagración ingresen a las nuevas Leyes del Universo, para que sus vidas sean regidas por nuevos principios y siempre sus espíritus sean encomendados a la magnifica Obra del Espíritu Santo de Dios, para que se cumplan en ustedes sus divinos dones y encuentren el camino de servicio, a fin de concretar en la Tierra la segunda venida del Redentor. 

Colocando sus manos en señal de recepción, queridos hijos, reciban esta consagración espiritual por todas las almas del mundo, vivificando a partir de ahora el compromiso sagrado con la oración, para que sus almas sean curadas de todo lo que hayan vivido en el pasado, para que sus consciencias sean abrazadas por el Fuego del Amor de Dios y así se cumplan, en ustedes, las Promesas de Cristo. 

Escuchando el Himno de su Consagración, elevando la llama de su corazón al Cielo, reciban esta bendición directamente de Mi Corazón Inmaculado, por ustedes y por la Argentina, por el amor predilecto que le tengo a este pueblo y porque de aquí haya surgido un gran misionero de Dios, el Papa Francisco, embajador de Cristo en la Tierra; un pacificador que aprende a vivir la Palabra de Cristo y hacer sobrevivir su Iglesia en estos tiempos críticos, a fin de que triunfe la Iglesia Celestial de Cristo en la humanidad.

Que no existan diferencias, que no existan barreras, que no exista desunión. Que en la esencia de cada alma todas las consciencias se unan bajo un mismo propósito, sabiendo que siempre deberá prevalecer el Amor de Dios para que triunfe, por todos los siglos, Su divino Reino. Amén. 

Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por haber respondido a Mi llamado.

Una nueva luz llegará a la humanidad y ella deberá nacer a través de todos los Hijos de María.

Aunque algunos ya no estén Conmigo, el compromiso con la Madre de Dios es imborrable en el Universo.

Pero Yo volveré a reunir al rebaño de Cristo para que descubran que detrás de todo ese Misterio de Dios existe algo esencial y primordial que es el Amor, que triunfa sobre todo mal. 

Los escucho.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Que la paz esté en esta casa y en aquellos que no la tienen.

Yo Soy su camino de conversión hacia Jesús, porque Mi Corazón se dona al mundo para generar la salvación de la humanidad.

Benditos sean aquellos que se rinden a Mis pies y buscan el camino de la Luz a través del camino de la oración.

Hoy, Mis Gracias se derraman sobre esta parte del mundo y Yo los convoco a una tarea primordial por la paz.

El mundo está enloquecido porque no encuentra paz. Pero hay corazones en el mundo que sí tienen paz y que no le temen a la hostilidad de Mi adversario, porque quien está Conmigo está en Mi Corazón Inmaculado y, aunque todo caiga a su derecha y a su izquierda, seguirá caminando adelante por el Camino de Cristo y no perderá tiempo en cumplir la Voluntad de Dios, que es la Voluntad de Mi Señor.

Hoy, vengo en esta fecha especial, también para bendecirlos, para seguir desatando los nudos de la consciencia de esta humanidad; pues como su Señora del Monte Carmelo, vengo a colocar sobre ustedes el manto de la humildad, que es el principio fundamental para sus vidas en los tiempos de hoy.

No teman, queridos hijos; la tribulación está caminando por la superficie del planeta, pero muchas almas se unen a esa tribulación, todos los días se sumergen en los infiernos y pierden de vista el Amor de Dios.

Yo vengo a recordarles el principio de la Paz universal, para que sigan confiados, orando Conmigo por este propósito materno que Yo tengo por todos.

El 8 de agosto, hijos Míos, un ciclo se cerrará con ustedes y Conmigo. Comenzaremos a profundizar, hijos Míos, en la elevación de sus espíritus a Dios; pues la materia se podrá purificar, morirá y se volverá polvo; pero su espíritu, hijos Míos, es el gran tesoro que retornará a Dios, a Sus moradas del cosmos, para unirse a la Fuente Primordial, a la esencia del Amor y de la Unidad; llevando los frutos que Yo he dejado en sus vidas, como una gran experiencia de Amor para todo el universo.

No dejen, hijos Míos, que el mal los pueda perturbar. La Aurora está frente a sus vidas para poder derrotar al mal. Pues, Yo Soy esa Aurora, esa gran Estrella, la gran Madre que guía a los navegantes, la Señora del Monte Carmelo que viene a anunciar al mundo la última tabla para su salvación. Pero en muy pocos, hijos Míos, Mis grandes obras serán realizadas.

Ustedes, hijos amados, deberán irradiar el espíritu de Mi maternidad al mundo. Así, muchas almas de los cuatro puntos del planeta, en los últimos días de sus vidas, encontrarán la salida hacia el Paraíso de Dios y también tendrán consciencia, ante el Padre, de lo que no hicieron.

Yo Soy la Madre de todo el universo, la Madre del mundo, la Señora del Monte Carmelo que viene a enseñarles el camino de la humildad y de la paz, a través del despojamiento interior, para que caminen libres hacia el Corazón de Mi Hijo amado.

Hoy, Él Me envía y, desde el Universo Mayor, también saluda a Mi hija amada, porque estos momentos son muy especiales para el mundo.

Yo les vengo a enseñar, hijos Míos, el verdadero espíritu de celebración de un alma, para que vean que Dios tiene una gran compasión por todas las almas del mundo; a pesar de que Su Ley será derramada sobre la humanidad y los corazones perversos reconocerán la Ley de Dios, la sentirán en sus vidas, en sus corazones.

Yo vengo, como Madre de todos, a extenderles Mi mano para que la tomen fuerte y sigan el camino de la purificación que Yo les ofrezco. Tal vez, hijos Míos, después de ocho años continuos, habrán entendido muy poco todo lo que Yo les dije. Pero no teman, Mis Palabras son depositadas en su corazón. Yo vengo a hablarle a sus esencias y no a sus mentes. Yo vengo a transmitirles Mi Espíritu de maternidad y de amor a cada uno de sus corazones.

El mundo se ha olvidado mucho de Dios y no basta que exista solo el embajador de la paz, el Papa Francisco. Todos ustedes, hijos amados, en el grado y en la proporción de sus tareas, deben transmitir esa energía de paz al mundo; porque si sus almas están unidas a pesar de las religiones, el mundo no se moverá mucho; aunque merecería moverse mucho después de todo lo que ha hecho y de todo lo que no ha escuchado.

Yo vengo a traerles la esperanza, hijos Míos, de encontrar un camino de conversión y de redención. En este fin de tiempo, Mi verdadero milagro será la conversión de sus vidas. Porque, a lo largo de los siglos y de los tiempos, Yo ya he hecho muchos milagros en el mundo, que están registrados en sus libros terrestres.

Pero, ¿el mundo ha cambiado después de tantos milagros?, ¿dónde está el resultado de esa experiencia de Amor? 

En Kibeho no Me quisieron escuchar, ¿será que América del Sur Me escuchará?

Yo vengo a evitar grandes cosas en esta parte de América. Aquí debe nacer el espíritu de la Nueva Humanidad, ya estaba escrito en los libros de Salomón y en el Corazón de Mi Hijo Amado.

Yo vengo a anunciarles, en estos tiempos, el surgimiento de una Nueva Humanidad, viviendo una transición profunda, una purificación intensa, pero sin falta de la Misericordia de Dios. Es la Misericordia de Dios, hijos amados, que hoy Me ha traído hasta aquí, ante su presencia, y Me traerá muchos días más hasta que sus corazones sean receptáculos de Mi Mensaje Divino por la paz.

Cuando Yo haya alcanzado, hijos Míos, el resultado de una verdadera conversión en alguno de ustedes, Yo dejaré de aparecer, porque habré cumplido con la última parte de la promesa que hice ante Dios.

Que los soles, de varios puntos del universo, estén encendidos en el fuego de la oración y sean espejos en los tiempos de caos.

Yo necesito, hijos amados, que reflejen su simplicidad y amor por Dios. No necesito de sus destrezas, aunque son importantes para Mis Obras del fin de los tiempos. Yo vengo a hacer de sus vidas un modelo, un modelo tan similar al de Cristo, Mi Hijo.

Imaginen, hijos amados, cuando sus vidas, sus cuerpos y almas sean ese verdadero modelo, y Dios haya visto finalmente que Mi tarea, en este tiempo, se cumplió en esta parte de la humanidad.

Piensen en lo que Yo les digo. Estas ya son Mis últimas Palabras después de tantos Mensajes.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Vengo, en esta noche, a derrumbar cada una de las barreras que los separa de Dios.

Vengo a mostrarles un camino, que es el camino de la pérdida de sí; porque en este tiempo, hijos Míos, Yo los llevare a anunciar Mi Mensaje a los cuatro puntos de este mundo; Yo les pediré que pierdan el miedo de entregar hasta la vida para anunciar el Retorno de Mi Hijo; Yo  les pediré que entreguen cada espacio de sus consciencias para el cumplimiento de los Planes de Dios; que abarquen, en sus corazones, la grandeza y la perfección de este Plan y cuán pequeño es el mundo y todo lo que habita dentro de él. ¡Cuán poco sería perder todo lo que existe, ante la grandeza del Propósito de Dios!

Llegó el momento de que surjan los apóstoles de Mi Hijo, aquellos que en otros tiempos no temieron pronunciar Sus Palabras de Vida, que era movidos solo por la fe y por la esperanza de que este Corazón Crístico se encendiera en la mayor cantidad de almas posibles. Porque, en un tiempo pasado, sus almas sabían de la grandeza del Plan de Dios, sabían que un final de tiempo llegaría, sabían de la urgencia de preparar Su Camino, de preparar la salvación de las almas, para que, llegado el tiempo de la Justicia, tuvieran una oportunidad de redención. 

Hijos Míos, desde el principio de este proyecto humano, ustedes fueron convocados para ayudarme en la redención y en la salvación de este mundo, por medio de la propia salvación y de la propia redención; porque es solo siendo ejemplos vivos de la existencia de Dios que podrán convertir a las almas que viven a su alrededor.

Así, hijos Míos, de la misma forma como Mi Voz se pronuncia al mundo y muy pocos fueron capaces de escucharme, les pido que imiten Mis pasos y anuncien sin miedo Mis Palabras de Vida.

Aunque no crean en ustedes ni los escuchen, sepan sembrar en las almas una semilla de despertar; porque cuando ellas estén ante el último paso entre el abismo y la redención, emergerá la semilla de su interior, plantada por el amor de sus corazones a toda esta humanidad.

No se cansen de pronunciar Mis Palabras ni de anunciar el Retorno de Mi Hijo, porque un día se abrirán los Cielos, y desde las nubes descenderá el Rey del Universo, confirmándoles a los incrédulos la existencia del Reino de Dios, haciéndoles temer a aquellos que nunca escucharon Su Llamado.

Pero, para los que se arrepientan de corazón, la Misericordia vencerá a la Justicia,  porque el Señor del Universo tiene una Misericordia infinita y un profundo Amor por esta Creación de Dios. Donde haya un corazón arrepentido, ahí Su Misericordia se derramará.

Por eso, Mis amados, no se preocupen por la incredulidad de los seres, solo hagan su parte, cumplan su misión sin esperar ningún resultado; porque de esto se trata el camino crístico: la eterna donación de todo el ser, la entrega de la vida por el puro amor a Dios, a Su Plan, aun sabiendo que muy pocos podrán responder.

Una semilla siempre germinará en las consciencias y aunque muchos no tengan la oportunidad de ingresar en Mi Reino, podrán recomenzar desde un principio sano y, de esta forma, por lo menos sus esencias estarán resguardadas del mal.

Hoy, vengo, hijos Míos, a anunciar la existencia de Dios y a dejar esa certeza impresa en sus corazones, porque en Mis soldados no pueden existir dudas de Mi Presencia.

Disipen, de sus consciencias, las dudas en relación al Plan de Dios. Batallen contra sí mismos para confiar plenamente en Nuestras Palabras, Palabras de los Mensajeros Divinos, que son el eco del Señor del Universo para cada criatura de este planeta.

¡Vénzanse, hijos Míos!

¡Ríndanse ante el Altar del Creador!

Cuando el orgullo sea mayor que la fe, coloquen sus cabezas en el piso y clamen por un corazón humilde, simple y dispuesto a cumplir el Propósito Divino.

Clamen, todos los días, para que la Verdad Superior les sea revelada y la ignorancia de sus corazones sea disipada por la Gracia que es conocer al Universo, a la Realidad Superior, a la Vida que pulsa en el Corazón del Cosmos y que los invita a retornar al Origen Divino, donde todo es el cumplimiento de la Ley, donde todos escuchan la Voz de su Creador y la siguen incondicionalmente.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Deseo, como su Madre Celeste, retirar del naufragio a cuantos se ahogan en su propio mar de ilusiones. Por eso, las puertas de Aurora estarán abiertas en agosto, para que Yo derrame Mi última cura espiritual sobre las almas. Serán bienvenidos a esta, Mi Casa de Amor, para reencontrarse Conmigo, en un nuevo ciclo y por un nuevo fin.

Yo les agradezco por responder a Mi llamado.

Canten a Dios y agradezcan que Él Me haya permitido visitarlos en este día. Recuerden Mis Palabras, ellas deben ser imborrables en sus corazones, Palabras sagradas que prepararán al nuevo ser de la Nueva Humanidad.

Vayan en paz, Yo los bendigo bajo la señal luminosa de la Cruz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

¡Gracias, Madre de Dios, por cuánto nos das!

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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