Con Mi Corazón y Mis Llagas expuestos, le oferto al mundo el poder de Mi Amor Misericordioso, le oferto lo más precioso que hay en Mi Consciencia, que es la capacidad de santificación, consagración y cristificación de la vida humana y de la vida universal. Esto es lo que hoy les traigo a través de Mi Luz.
Vengo a despertar corazones que aspiren a santificarse. Vengo a levantar espíritus que estén dispuestos a ser Cristos en Cristo, a estar y permanecer en unidad Conmigo, para que un día, cuando la Luz del Señor traspase los umbrales de las dimensiones y llegue nuevamente al mundo, Mis compañeros estén prontos para ser sal de la tierra y luz del mundo.
Aún estoy aquí, en Espíritu y Divinidad, valiéndome de la Gracia y de la Misericordia del Santo Espíritu de Dios, porque los corazones aún Me necesitan. La Obra de Mi Padre no está completa, no se completó ni en Mí ni en Sus criaturas. La Obra del Señor se completa cuando los Cristos se multiplican.
Yo vine al mundo para ser pan, partido y repartido, para morar y habitar en los seres y, así, transformarlos de adentro hacia afuera, trayéndoles la oportunidad de retornar a Dios en el propio interior y descubrir el Reino de los Cielos en el propio corazón.
Yo no vine para ser el único Cristo de la Tierra o del cosmos; Yo vine para formar Cristos, para transformar corazones y tornarlos semejantes a Mí. Por eso, estoy aquí.
Por eso, no miren sus vidas con una mirada mezquina, de quien está en el mundo de paso para seguir siendo un imperfecto ser humano. Yo les ofrezco más y también les pido más, no porque quiero algo de ustedes que no Me pueden dar, sino porque Soy el único que sabe lo que ustedes son capaces de entregarle al Señor.
Yo les doy los talentos, y sé que pueden multiplicarlos.
Yo les doy la devoción, la inspiración, el soplo, la vida para que vivan en Mí y, en Mí, se tornen santos como el Santo.
Esta es Mi Voluntad, Voluntad que hoy les revelo. Pero no solo les hablo sobre ella; sino que, con la Luz de Mis Llagas y la oferta de Mi Corazón, les doy las Gracias y las Misericordias para que sean uno Conmigo.
Vengan a habitar el Corazón del Señor. Vengan e ingresen en lo que Yo Soy para que Yo también sea en ustedes.
Para que vivan esta Voluntad Superior, Yo los bendigo.
Su Maestro y Señor,
Cristo Jesús
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Que Dios te muestre Su Divina Faz e ilumine tus caminos para que alcances el propósito de tu existencia.
Que el Señor, tu Dios, te unja con Su Luz y te libere para siempre de todo lo que te aprisiona en la vida.
Que el Padre Celestial te guíe y te muestre la sagrada senda para cumplir Su Santa Voluntad.
Que tu corazón se abra como un templo para que en ti habite el Señor, tu Dios, el Dios de Israel; para que puedas concebir en ti mismo un corazón vacío, libre de ambiciones, de vicios y de toda propiedad.
Que el Señor, tu Dios, Adonai, transfigure por entero tu consciencia para que la vida divina sea en ti y algún día pueda serlo en toda la humanidad.
Que la Divina Gracia conceda por amor este momento, a fin de que los Nuevos Cristos estén presentes en la superficie de la Tierra".
Cristo Jesús
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"¿Cuáles fueron los veinticuatro pasos que diste en esta Cuaresma, hasta el día de hoy?
¿Qué pudiste resolver dentro de tu propio desierto interior?
¿Te has dado cuenta de que la Cuaresma es una Gracia para poder vivir la penitencia?
¿Has percibido que la Cuaresma es una oportunidad para tomar buenas decisiones?
¿Qué frutos Me presentarás de todo tu trabajo interno realizado?
¿Mis Palabras podrán ser parte de ti?
¿Cuánto tiempo más el mundo tendrá que esperar por el surgimiento de los Nuevos Cristos?
¿Te animarás a concluir la última etapa de tu desierto interior en estos cuarenta días especiales?
¿Ya sabes quién verdaderamente eres?
¿Has conseguido retornar a tu origen?
Ten mucha paciencia y compasión, para que tus pies no den un paso más grande que tus posibilidades.
Tómate de Mí, Yo aquí estoy".
Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí al Señor de la Noche, que conduce a todas Sus ovejas, especialmente a las que están más perdidas, para que retornen al establo del Corazón de Dios y beban de la Sagrada Fuente de Su Divina Humildad, porque si la humildad no se vive en este mundo, si la humildad no se expresa en las almas y en los corazones, no será posible evitar una tercera y difícil guerra.
Por eso, hoy estoy aquí, en lo más alto de los Alpes. Una vez más, Yo los congrego a los pies de estas sagradas montañas, en donde la Jerarquía está reunida y unida a ustedes para implorarle a Dios por una última oportunidad para esta humanidad; para que las naciones del mundo, y especialmente las naciones de Europa del Este, puedan reflejar la armonía y la paz tan urgente en estos tiempos.
Por eso, no hay nada ni nadie que haya impedido al Señor de la Noche llegar aquí, porque Él ha traído Consigo a todo el Universo, a toda la Creación; y Él pisa con Sus Pies a todo el mal existente en este planeta y muestra, a través de la Luz de Su Sagrado Corazón, el camino que las almas deberán recorrer en esta noche oscura, para que nunca pierdan delante de sí la Llama del Divino Propósito, sino que a través de esa Sagrada Llama inmaterial las almas encuentren en sí mismas la Voluntad de Dios, expresando en esta vida material el Propósito que está escrito desde el origen.
Por eso, en estos días de oración misericordiosa, en nombre de Dios, vengo a pedirles que oren de verdad; que cada cuenta de la oración de la Misericordia, que será ofrecida, sea sinceramente rezada para evitar una terrible tercera guerra en este mundo y, sobre todo, en este hemisferio norte.
Pero no pierdan la fe, porque ustedes son Mis compañeros y Mis amigos, son Mis hijos y son Mis hijas, y hoy los tengo a todos dentro del Sagrado Cenáculo de Mi Corazón para que, como hace más de dos mil años, vuelvan a celebrar Conmigo la Sagrada Eucaristía, el Legado infinito del Amor de Dios que se ofreció a ustedes incondicionalmente a través del pan y del vino.
Por eso, estamos en un tiempo semejante, como fue hace más de dos mil años; pero ahora, ustedes como postulantes a ser los Nuevos Cristos del fin de los tiempos, no solo deberán comer de Mi Cuerpo o beber del Cáliz de Mi Sangre, sino que también deberán aprender a vivir su propio Huerto Getsemaní.
Y, a pesar de la oscuridad reinante en este planeta, a pesar de las puertas inciertas que aún están abiertas, a pesar de la ignorancia, de la guerra, de la indiferencia, de la frialdad de muchos corazones, a pesar de todos los pecados y de todas las ofensas que recibe el Corazón de Dios día a día, Mi Sagrado e Insondable Corazón, en estos días de intensa imploración a la Divina Misericordia, recogerá de cada uno de ustedes cada una de las cuentas que Me ofrecerán sinceramente, no solo por la paz en Ucrania y en Rusia, por el fin de la guerra en esa región del planeta y en otros puntos de la Tierra, sino también recogeré sus oraciones como un verdadero ofrecimiento a Dios, porque tendrán la chance de poder volver a confiar en Mi Misericordia.
Para que vean cuán grande es Mi Misericordia, hoy vuelvo a estar aquí, en esta región del planeta, contemplando a través de Mis Ojos y sintiendo a través de Mi Corazón el dolor y la angustia de las almas que viven en la guerra y en los conflictos del mundo.
Compañeros, quiero decirles sinceramente que todas las Jerarquías están trabajando mucho por esta situación planetaria; que cada uno de sus pasos, los pasos de los servidores de Cristo, están siendo contemplados en este mismo momento como justificación y expiación, ante todos los horrores y ultrajes de este mundo, de esta humanidad.
Por esta razón, compañeros, estos días serán decisivos no solo para todos Mis servidores de la Obra Redentora de Cristo en la Tierra, sino también serán definitivos para estas naciones de Europa, porque lo que sucederá en el próximo tiempo en esta región del planeta, sí o sí, repercutirá en las demás naciones del mundo, y Europa ya está sintiendo el peso de la guerra de Ucrania.
Dios, a través de Su Poder y de Su Amor, a través de Su Misericordia y de Su Sagrada Intercesión, ya hubiera podido detener esta guerra; pero, compañeros, la adhesión de las almas a otras fuerzas de este mundo material compromete esa intervención, no solo espiritual sino también material.
Pero confíen y no se lamenten, confíen en el poder y en la luz de la oración del corazón. Encomienden a Dios todas sus súplicas, todas sus intenciones, todos sus ruegos, para que en Europa del Este se detenga la guerra y estos acontecimientos actuales como otros acontecimientos en el mundo, que son ocultados a los ojos de todos, no sean utilizados como armas de guerra, fomentando la carencia, la necesidad y la injusticia.
Por eso, a través de los méritos alcanzados por Mi Sagrado Corazón, Yo los invito a estar Conmigo en esta larga noche oscura que vive el planeta, sin perder de vista la Luz del Divino Propósito, porque muchas almas en este tiempo pierden de vista su Propósito Espiritual.
En verdad les digo que les corresponderá a muy pocos hacer la tarea espiritual de muchos, así como lo fue hace 2 000 años, cuando muy pocos, unidos al Maestro del Amor, dieron todo de sí mismos, dieron su vida por la redención de la humanidad, por la salvación de este planeta escuela.
Sé que lo que Yo les prometo en este momento no es maravilloso, Yo les prometo vivir un sacrificio espiritual que en ningún otro momento de sus vidas vivieron.
Por eso, a través de los símbolos de Mi Dolorosa Pasión, Yo podré derramar, en aquellos que acepten, nuevas experiencias de cristificación y de crecimiento del amor interno.
¿Quién aceptará tomar con sus manos la Corona de Espinas del Señor?
¿Quién aceptará llevar consigo los clavos que traspasaron las Manos y los Pies del Señor?
¿Quién aceptará cargar Conmigo la cruz planetaria?
¿Quién permitirá que la lanza traspase su costado?, sabiendo que ustedes no merecen todas estas cosas y menos las mereció su Maestro y Señor.
Pero, ¿qué fue lo que le permitió a su Maestro, al Rey del Universo, vivir todas estas cosas?
Hay una sola y única razón: el Amor, el Amor que confiaba, el Amor que aceptaba, el Amor que incluía, el Amor que nunca rechazaba, el Amor que soportaba, el Amor que Me hacía crecer como Divinidad y Espíritu. Fue el Amor que Me hizo aceptar la Voluntad de vivir la Dolorosa Pasión.
Por eso, Yo les ofrezco a los simples, les ofrezco a los imperfectos, les ofrezco a los pecadores, la oportunidad de la cristificación interior.
Vean cómo está Mi Iglesia y cómo están Mis sacerdotes, cuántas heridas Me causan por alejarse de Mí, por tomar otros caminos que no son los de Cristo.
Por eso, Yo Me sirvo de este momento y Me sirvo de cada uno de ustedes, más allá de las imperfecciones o de las dificultades, más allá del dolor o de las pruebas, para que el Corazón de su Maestro sea aliviado en silencio por la adhesión de las almas, por el sacrificio silencioso de los corazones que Me dicen sí, en los que Yo puedo recostar Mi cabeza sobre sus pechos, para descansar y confortarme con el amor de los Míos.
El mundo no está preparado para escuchar esto, pero Yo Me comprometí a decirles la Verdad, porque Yo siempre seré el Camino y la Vida para ustedes.
El mundo debe rendirse a Mi Misericordia para que no suceda la Tercera Guerra Mundial, para que la humanidad no siga abriendo la puerta al mal, que sofoca a los corazones y que confunde a las mentes por alejarse de Dios.
Que esta Maratón de la Divina Misericordia sea un momento de gran madurez, sea el gran momento en el que cada uno de ustedes deberá preguntarse si está Conmigo o no lo está. El tiempo ya se está acabando y antes la copa estaba casi llena, ahora ya está rebasando.
¿Quién impedirá que eso suceda?
¿Será necesario que más sangre inocente corra por este mundo?
Dios no desea el sacrificio de la humanidad, Mi Padre desea para ustedes la felicidad eterna, a través de Mí, la alegría de vivir y de pertenecer al Reino de Dios, de una vez y para siempre.
Les vuelvo a pedir que recen de verdad. Estaré atentamente escuchando la voz de sus súplicas y sé que podré contar con todos ustedes, así como con todos sus hermanos del mundo.
En los simples, en los humildes, en los adheridos, en los puros de corazón, está Mi Iglesia Celestial. Y, a través de esas almas, a través de los corazones verdaderos y simples, Yo puedo consagrar y sacramentar a este mundo para que algún día deje de ser infiel para ser fiel, para que algún día ya no tenga más voluntad propia y pase a vivir la Voluntad Divina, la Sagrada Voluntad de Dios que siempre los llevará a la paz y al bien.
Les agradezco por escucharme. Les agradezco por preparar este espacio para Mí, porque por más que en este mundo tenga cientos de catedrales que Me ofrecen, solo podría estar en ellas si en verdad existiera el amor, la transparencia y la entrega.
Por eso, una vez más, Dios vuelve a mostrarle al mundo que Su Presencia está en los humildes, que Su Mano derrota a los poderosos, que Su Verbo resuena en los simples y expulsa a los egoístas, aun aquellos que dicen estar Conmigo.
Mi Iglesia está en el corazón de Mis hijos. Allí está Mi Amor. Allí está Mi Vida para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Todos los que persisten y claman por Misericordia recibirán Mis dones y gracias porque, más allá de todo, el Maestro del Amor siente con sinceridad los efectos de esa entrega diaria que cada discípulo realiza en nombre del Amor.
El camino del apostolado promete, para los servidores de Cristo, acontecimientos y desafíos que los colocarán aún más en la Escuela del Amor, porque de esa escuela nacerán los Nuevos Cristos, los que concebirán en sí mismos la experiencia de la redención.
Cuando esa meta se realice, Mi Plan, en parte, estará cumplido.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
El Universo se detiene para escuchar al Servidor de Dios y en todos los planos internos se escucha Su Palabra. Su Voz emite la esencia de la Verdad y no hay esencia en este Universo que no reconozca la Voz del Hijo de Dios.
Porque Yo Soy Aquel que vino a estar con ustedes, que está con ustedes y lo estará hasta el fin de los tiempos, a fin de que se cumpla el Propósito de Mi Padre en los corazones que son congregados por Mi Amor.
Desde el Universo Celestial se pronuncia Mi Palabra y ella hace eco en todos los planos de la manifestación.
No solo ustedes escuchan, sino también escucha el Universo y todo lo que está más allá de él es permeado por la Palabra de Dios, y el Espíritu colma a los corazones; los vivifica, los eleva y los redime ante Mi Presencia.
El vacío debe estar presente en sus corazones en este momento para que el Hijo de Dios pueda obrar y actuar, trayéndoles a las almas la oportunidad de la luz y de la redención.
Hoy no solo le hablo a sus consciencias físicas, sino también a los planos más internos, porque en los planos internos se conceden las oportunidades para las almas y, así, ellas no pierden la oportunidad de encontrar la Verdad, de aproximarse a ella y de poder vivirla en estos tiempos difíciles.
Hoy viene a su encuentro el Sacerdote Mayor, quien lleva entre Sus Manos el Cáliz de la Redención; vestido con la estola de la purificación; descalzo y humilde como un siervo de Dios. Quien está a la derecha del Todopoderoso y viene del Cielo para encontrarlos, para bendecirlos y para entregarles el Amor del Creador; Amor que se deberá multiplicar y expandir en el mundo, que curará la enfermedad, que traerá la paz, que sanará todo dolor e incomprensión.
Es en ese Amor que ustedes deben vivir, en el Amor que Yo les ofrezco y en el Amor que Yo les entrego; porque en ese Amor estará su liberación de toda perdición, de toda culpa, de toda maldad.
En el Amor está el triunfo de la Obra de Dios, porque el amor que ustedes también Me pueden dar y ofrecer es contemplado por el Todopoderoso como parte de la Obra de Su Sabiduría.
Sea el amor, entonces, transformado y sublimado; un amor que sea incondicional, capaz de ir más allá de los límites, capaz de superar cualquier dificultad y de entregarse ante cualquier necesidad.
Si en este tiempo Mi Amor no estuviera en el mundo, la humanidad perecería.
Yo no les entrego un amor propio, personal o autónomo. Yo les entrego, compañeros, el Amor que una vez los creó como esencias. Es este Amor que se debe regenerar dentro de ustedes todos los días, porque el Amor es la mejor compañía.
En el Amor de Dios el alma puede estar en la Verdad y aprender a no alejarse de ella.
Deberán profundizar en el Amor para que la Verdad de Dios esté en sus vidas; la vivan y se la enseñen a sus semejantes, sabiendo que en este tiempo el Amor y la Verdad, como atributos, podrán caminar juntos en sus vidas para que siempre tengan guía y sabiduría.
Los tiempos que llegan anuncian grandes cambios. Será esencial vivir en ese Amor para comprender más allá de las formas, para vivir más allá de los acontecimientos, para aceptar más allá de los errores.
Es ese Amor que Yo viví en la Pasión y que a Mí también Me elevó por el Sacrificio entregado.
Será ese Amor que siempre los sostendrá y así nunca perderán de vista su presencia.
Porque el Amor de Dios siempre proviene de la Fuente y nunca acaba, porque es un Amor incondicional, capaz de abrazar el error, capaz de transformar el dolor, capaz de comprender y de aceptar lo imposible.
El Amor lo puede todo.
Ofrezcan su amor personal al gran Amor infinito de Dios para que, algún día, sus sentimientos sean los Sentimientos de Dios en la vida espiritual, en la caridad y en la unidad entre las criaturas.
El Amor siempre trascenderá las fronteras, superará los obstáculos, comprenderá y aceptará más allá de los acontecimientos.
Porque el Amor no se apropia de nadie. El Amor libera, el Amor eleva, el Amor acoge al moribundo de espíritu.
Si ese Amor no estuviera en ustedes, nada será posible.
Este es Mi gran mensaje para el mundo entero en este día en que se concluye una etapa entre Mi Corazón y sus corazones.
Este es el momento de que ese Amor en ustedes sea real y no teórico; que sea un Amor vivo; que acepte, que se done y que se entregue a los demás, sin nada a cambio.
Será el Amor el que vencerá al mal.
Será el Amor el que disolverá el caos de las naciones.
Será el Amor el que fortalecerá la fe en los corazones.
Será el Amor el que encenderá en los espíritus la confianza en Dios.
Hoy Mi ceremonia es en el nombre de ese Amor Divino e Infinito que todo hace posible en lo que es imposible; el Amor que concede, que cede; el Amor que se entrega todo el tiempo.
Eso es lo que Yo les puedo legar, más allá de los milagros, de los fenómenos o de las curiosidades.
Quien en este tiempo no viva en el Amor de Dios estará como en un desierto, solo y vacío, con una gran sed que nadie le podrá quitar.
No pierdan la oportunidad de que ese Amor los lleve a la Verdad todos los días, para que, algún día, alcancen la misma Sabiduría que Yo alcancé en la Cruz.
Mi Amor por cada uno de ustedes, por cada ser de este mundo, estuvo de brazos abiertos en la Cruz.
Mi Amor nunca se cerró. El Amor de Dios se expandió en cada gota de sangre, en cada padecimiento, porque es un Amor que es capaz de ir más allá de toda adversidad.
Y hoy les traigo dentro de este Cáliz, el testimonio del Amor de Dios representado en la Sangre de Cristo, para que cada una de sus almas beba de este compromiso y recuerde, todos los días, que el Amor es lo que deberá reinar para que él triunfe sobre todo mal.
Que se abran sus corazones para esta comunión espiritual Conmigo, en donde son llamados a Mi Mesa para unirse al Amor de Mi Corazón, el Amor que todo lo entrega y que todo lo perdona, en este mismo momento.
Vacíos de sus faltas, absueltos de sus deudas, reciban de Mi Corazón el mayor Tesoro de Dios manifestado en el símbolo de este Sagrado Cáliz que guardó, a través de los tiempos, la experiencia de Amor más real y viva que el Hijo del Padre entregó hasta lo alto de la Cruz, hasta Su última respiración, hasta cerrar Sus Ojos cuando expiró, entregando Su Espíritu en las Manos del Creador.
Que este Amor se perpetúe en ustedes hasta el fin de los tiempos y que sea este Amor capaz de hacerlos retornar a Mi Camino cuando recuerden y perciban que salieron de él por alguna causa.
Lo más importante para Dios es que Sus hijos, Sus criaturas, no se separen de Él, de la Fuente del Amor, porque el Amor será lo que regenerará al mundo y traerá la cura para las almas enfermas.
Hoy deposito aquí lo que viví en la Cruz y en los planos internos un escenario semejante al Monte Calvario aquí se manifiesta para demostrarle al mundo, y especialmente a la humanidad, el triunfo del Amor por encima de todo dolor y de toda adversidad.
Porque fue el Amor el que, en lo alto de la Cruz, transformó el dolor en Misericordia y en Gracia para que reverberara hasta el fin de los tiempos en el corazón de todos los que reconozcan al Hijo de Dios y se sientan parte del Él en cada momento de la vida, como en cada comunión con Su Cuerpo y con Su Sangre.
Ante las puertas del Cielo, abiertas sobre la Aurora, que el soplo del Espíritu de Dios se encienda en ustedes como una sagrada llama, al igual que en los Apóstoles, para que difundan en este tiempo el poder y la confianza que puede expresar Mi Amor por todas las almas, por todos los que están caídos, por los que perdieron la paz.
Que perseveren los que viven las guerras.
Que las familias que sufren el caos no pierdan la esperanza.
Que los niños que hoy no nacen dejen de llorar en los planos internos, porque el nuevo Paraíso les llegará.
Que los Reinos de la Naturaleza, que sufren en el silencio de sus esencias, persistan, porque el día de la liberación llegará y el mal será vencido por la poderosa Espada de Amor de San Miguel Arcángel.
Y en los corazones renacerá la Nueva Tierra, la luz de los últimos Cristos repoblará a la humanidad y los atributos y Mandamientos del Padre retornarán al planeta para volver a reconstruir el Plan en todos los que fueron autoconvocados y que no le respondieron.
A los que lleguen Conmigo hasta el fin de los días nada les faltará; bendecidos serán por la Gracia, colmados serán por el Espíritu de Dios por la entrega y la persistencia de cada corazón creyente y devoto.
El sufrimiento se extinguirá de la noche a la mañana y la luz de una Nueva Aurora llegará para que las almas celebren el día de su liberación. Amén.
Celebremos este momento, junto con la oportunidad de renovar su compromiso, a través del Sacramento de la Comunión ante el Padre Celestial.
Que las puertas del Cielo, en este momento, hagan descender a la Tierra la Gracia Divina. Que así sea.
Señor del Universo,
donador de la Vida,
incansable Padre de la Gracia,
deposita sobre estos elementos,
y especialmente en los corazones,
la misma oportunidad que Tú Me diste
de amar hasta el final en lo alto de la Cruz.
Que cada padecimiento se convierta en alivio,
que cada sufrimiento se convierta en liberación
para que todos los seres de la Tierra,
reunidos en el nombre de Tu Amor,
participen de la venida gloriosa de Tu Hijo.
Amén.
En aquel tiempo Yo les di el pan y ofreciéndolo a Dios, Él lo bendijo. Y hoy les vuelvo a repetir, compañeros, que este es Mi Cuerpo que fue entregado por ustedes para el perdón de las faltas.
Tomé el Cáliz y ofreciéndolo a Dios, Él lo bendijo. Y hoy les vuelvo a decir, tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, de la Nueva Alianza entre las criaturas y Dios, por toda la eternidad.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, dichosos los que se sirvan de este misterio de amor para participar, algún día, de la Gloria Eterna. Amén.
Espero que esta Maratón sea una Maratón que atraiga la esperanza a la Tierra y la oportunidad de vivir en Dios, para que todas las almas reciban la Gracia Suprema.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En fraternidad y por la paz en todo el planeta, se darán el saludo de la paz.
Les agradezco.
Una nueva alianza se instituye entre el Cielo y la Tierra, entre los pacificadores y el Señor.
Sentados a la mesa de la redención, el Maestro purifica el espíritu de cada discípulo, lavándolo con Su Agua de Vida.
El Señor moja sus cabezas para que el Santo Espíritu los bautice con sus Dones.
El Señor lava las manos de Sus discípulos para que vivan, a partir de ahora, una vida de íntegra donación incondicional.
El Maestro lava los pies de Sus discípulos, así como Él lavó en el pasado los pies de Sus apóstoles, para que caminen por la senda de la pureza, de la resignación y de la obediencia.
Y así, todos son preparados para celebrar la comunión interna y espiritual con el Santo Cáliz del Señor.
Los pecados más impuros fueron disueltos. Las dudas más profundas fueron aclaradas.
El sentido del propósito de cada alma hoy es revelado. Nadie quedará prisionero de la ignorancia.
Todos los discípulos de Cristo ya son conscientes de la responsabilidad de su compromiso. Así el Plan de Amor se diseña en la consciencia de los que lo acogen, porque siendo tocados por la Luz del Espíritu de Dios reciben una Gracia que no merecen.
Llegó el momento. Llegó la santa hora.
El Santo Cáliz es tomado del altar por las Manos del Sacerdote Mayor.
Todos reverencian este nuevo acontecimiento. El legado que una vez fue confiado a la raza vuelve a despertar como un tierno recuerdo en el corazón de los que dijeron “sí”, de verdad.
El Santo Cáliz es elevado.
La sagrada fórmula de la consagración es pronunciada por el Altísimo Señor, y Sus discípulos, postrados en el suelo, reciben la inspiración de la Llama Sagrada del Espíritu Santo.
Se vuelve a consumar la alianza, pero esta vez no irá el Cordero al matadero; Su Sangre fue, es y será el testimonio de la victoria celestial a lo largo de los tiempos y de las generaciones.
Los Nuevos Cristos repoblarán la Tierra y se respirará, finalmente, la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Ven, hijo Mío, y sé parte de la Confraternidad de Mi Corazón, sé parte del cenáculo de los Nuevos Cristos.
Ven, hijo Mío, con todos tus aciertos y errores, con todas tus angustias y alegrías y sé parte de la Confraternidad de Mi Corazón.
Sé parte de la Confraternidad del Universo y de la Tierra. Intégrate completamente al espíritu de Mi Sagrada Hermandad y así conocerás tu origen y tu propósito, el propósito que Dios colocó desde el principio en la esencia de tu ser.
Ven y sé parte de la Confraternidad de Mi Corazón.
Construye Conmigo la paz sobre la superficie de la Tierra.
Levanta con tus propias manos el estandarte de los pacificadores de los últimos tiempos y, en todo, da tu vida por Mí, porque lo que Yo vengo a buscar de tu vida es algo interno, es parte de la riqueza espiritual que Dios Padre depositó en tu alma.
Fortalécete en esa sagrada unión Conmigo y ya no existirán fronteras ni divisiones en tu consciencia.
Aprende a morir para ti mismo para que sepas cómo resucitar a la vida del espíritu todos los días.
Sigue remando en Mi barca, la que te llevará al puerto del Reino de Dios.
Adelante.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Solo ámense los unos a los otros, así como Yo los amé como Padre y Señor, desde Mi Nacimiento hasta Mi Ascensión.
Ámense siempre y que ese amor del corazón no les falte, por más que sea pobre o imperfecto; que sea un amor verdadero y sano, capaz de comprenderlo todo y de aceptarlo todo.
Ámense mucho más de lo que Yo los amo y supérenme en el amor y en la entrega. Ya les dije que harían cosas más grandes que las que Yo hice, y eso sigue siendo real y actual para Mí.
Ámense hasta que consigan expresar la compasión, la honestidad y la transparencia.
Ámense sin tener miedo de desenmascarar a sus personajes y de solo vivir por el amor y en el amor.
Ámense, porque será el amor entre hermanos, discípulos y amigos el que los librará de ustedes mismos.
Amen sin tener miedo de siempre decir "sí" y de donarse, mucho más de lo que Yo Me doné.
Ámense para que el amor abunde en la Tierra y para que sea el amor el que derrote al mal, a la falsedad y a toda soberbia.
Ámense de verdad y cumplirán Mi gran Mandamiento.
Ámense y la paz no faltará.
Les agradezco a todos los que en este año hicieron posible cumplir Mi Llamado y a los que lo cumplirán en el próximo año, para que las Gracias abunden en la Tierra.
Los bendice siempre,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Abre ahora el sagrario de tu corazón para que, en esta próxima Natividad del Señor, Yo pueda entrar y finalmente ser parte de tu pequeña vida.
Entre tú y Yo solo existe un soplo de Amor. Entre las almas y Dios existe una poderosa unión divina.
Abre el sagrario de tu corazón para que Yo pueda depositar Mis más preciosas dádivas dentro de ti y para que esas dádivas que, algún día se convertirán en sagrados talentos, estén al servicio del Plan de Dios.
Solo abre el sagrario de tu corazón y todo se realizará y se cumplirá en tu vida, conforme a la Voluntad del Altísimo.
Deja tu sagrario interior abierto para que tu alma y toda tu consciencia vivan la unión predilecta Conmigo, a través de la Comunión Reparadora con Mi Cuerpo y con Mi Divina Sangre.
Espero entrar al sagrario de tu corazón para que puedas recibir la ayuda inmaterial y espiritual que necesitas.
Deja abierto el sagrario de tu corazón para Mí, porque deseo que seamos uno, para que en simplicidad y en amor perfectos podamos ser uno en el Padre para ser uno en la Verdad y en la Justicia.
Que en la víspera del renacimiento del Rey Universal tu sagrario interior esté abierto en vigilia y en oración para que el Espíritu del Hijo Supremo esté en los Cristos del Nuevo Tiempo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
La luz de los primeros Cristos comienza a despuntar dentro del universo interior, porque ellos son congregados para la oración y sus voces proclaman las Bienaventuranzas del Cielo.
Los Nuevos Cristos comienzan a surgir porque ellos se comprometieron, de corazón, a testimoniar el Amor del Redentor y a retransmitirlo hacia toda la consciencia planetaria.
Estos Nuevos Cristos no quieren nada para sí, solo aspiran a cumplir con la oración diaria para que el Maestro del Amor guíe sus pequeños pasos.
Los Nuevos Cristos comienzan a manifestarse y ellos sorprenderán porque serán las personas que menos imaginan. Ellos son testigos y adoradores de la Pasión del Señor, son capaces de darlo todo por amor, bajo cualquier circunstancia.
Los Cristos del Nuevo Tiempo comienzan de cero todas las veces que sea necesario, hasta que, por sí mismos y por todos los medios que les ha dado la Jerarquía, consigan expresar los pasos del Plan; y también son los que se mantienen neutros para no confundirse con nada del mundo.
Los Nuevos Cristos solo dicen “sí” y por ese “sí” viven, además de todo lo que pueden entregar para que la Creación sea renovada.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
No pretendo que sus vidas sean perfectas para Mí, sino que sus vidas y sus acciones reflejen la verdad, la oportunidad de hacer algo mayor por los otros, por la humanidad y por el planeta.
Sus vidas deben estar a Mi alcance en cada circunstancia, en cada desafío como en cada prueba, porque la perfección los espera en la próxima etapa de su escuela.
Mientras tanto, que en este ciclo sus vidas reflejen el amor de Mi Corazón, la templanza de Mi Alma y la incondicionalidad de Mi Espíritu, porque así Yo los haré parte de Mí y Yo seré parte de ustedes en este camino de ascensión hacia la Casa del Padre Celestial.
Que sus vidas sean el espejo que refleja Mi Divino Propósito y Mi ardiente aspiración para que, al menos en la Tierra, existan Nuevos Cristos, almas portadoras de Mi Amor y de Mi Paz.
Solo espero, en la alegría de Dios, que sus vidas sean parte de Mí, para que el proyecto de cristificación se cumpla en una parte de la consciencia humana.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primer Mensaje
El Sagrado Jardinero del Espacio hoy viene mostrando Su Faz de Transfiguración para anunciarle al mundo el tiempo de los grandes cambios.
Esa hora se está aproximando, ese momento se está acercando. Por eso, hoy vengo a la Tierra a través del portal del gran Sol que rige a este Universo Local y a este sistema de vida.
Vengo a traerles a ustedes las Leyes de la Transfiguración, aquellas Leyes que fueron aplicadas durante la Transfiguración del Divino Hijo en el Monte Tabor.
Ustedes necesitarán de esos principios para poder vivir los cambios y todo lo que anunciará el nuevo tiempo.
Como están en un momento de transición, esos principios vienen en su auxilio, porque ellos harán de sus consciencias seres en un mayor contacto con la Divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Esto es parte de una intervención divina, de una posibilidad y de una oportunidad que trae el caudal de Mi Misericordia para las almas de este mundo.
Y aunque todo se esté precipitando en todos los espacios de la Tierra, aún deben confiar en Mí, porque Yo les daré el sostén que necesitan para poder atravesar estos tiempos de tribulación y de grandes definiciones.
Yo les traigo la oportunidad de elevar la consciencia y, en esa elevación, alcanzar el propósito que cada uno vino a cumplir en esta humanidad y dentro de este planeta.
Se está aproximando el tiempo de anunciar Mi verdadera Faz, aquella Faz que una vez Yo le mostré a algunos de Mis Apóstoles y que, en verdad, hasta los días de hoy solo es un misterio. Pero la puerta a la gran revelación se está abriendo de a poco. El tiempo está forjando ese momento y también la necesidad planetaria.
El despertar de las consciencias será imprescindible, a través de ese impulso que Yo mismo daré desde el Universo hacia la Tierra.
La transfiguración de sus consciencias les permitirá simplificar sus vidas, ordenar sus movimientos y estar en sintonía con lo Alto, que es lo más importante para estos tiempos.
Tal vez sentirán lo que hoy les hablo como algo abstracto, pero será algo próximo para sus vidas y consciencias; porque, al estar más próximo de la humanidad, las almas podrán captar Mis impulsos y manifestarlos en la Tierra por medio de vivencias de amor y de servicio.
El cambio de la consciencia no será una fórmula ni una práctica; él se dará a través de los grados de amor y de la constancia en la vivencia de los mismos.
Así, Yo podré reflejar sobre la superficie de la Tierra a los Nuevos Cristos, aquellos que deberán gobernar junto Conmigo con amor y con humildad, con base en la simplicidad de la vida.
Muchos, de a poco, se están aproximando hacia ese camino, pero aún serán necesarios más esfuerzos para poder equilibrar los desajustes de la humanidad y del planeta, de todo lo violento que ejecuta el ser humano de estos tiempos y de todas las transgresiones que se llevan adelante, día tras día, a la vida y a los Reinos de la Naturaleza.
El despertar de esos Cristos del nuevo tiempo comenzará dentro de ustedes por medio de la intervención de la Ley de la Transfiguración y de todos sus principios, los que intentarán transformar la consciencia humana llevándola hacia un estado de una nueva consciencia que comenzará con la vivencia del mensaje de la Jerarquía y de todos sus atributos.
El portal hacia esa oportunidad se está abriendo para todos, pero alguien lo deberá cruzar. O al menos algunos deberán cruzarlo.
Cuando ese momento se acerque será un momento definitivo, no solo para esas consciencias que darán ese paso por muchos más, sino también para el planeta que estará en el mayor auge de su definición y de su transición.
En verdad, no importa quien de ese paso, sino que el paso sea dado por todos, así como una vez Yo lo di por cada uno de ustedes.
Deben tener presente que este es el momento tan esperado por todos los seres internos; el momento de poder, en verdad, hacer lo que vinieron a hacer y lo que vinieron a cumplir, más allá de las circunstancias y de las pruebas, de los enfrentamientos o de los desafíos.
El Señor del Universo viene con Su Ley de Transfiguración para poder cambiarlo todo y para que, definitivamente, se cumpla el Plan, al menos en algunos seres.
Por eso, el Universo se conjuga para un gran movimiento y se une para una gran tarea, para llevar adelante una misión en el planeta y en la humanidad, que irá más allá de cualquier situación humana o de cualquier acontecimiento.
Ese acontecimiento no será anunciado, solo sucederá y muchos podrán beneficiarse de él, porque será un auxilio que vendrá de lo Divino y de la Fuente para poder reforzar los compromisos de los apóstoles de Cristo y de los últimos apóstoles de los últimos días.
Hoy el Jardinero del Espacio Universal vuelve a regar con Su Agua de Vida al Árbol Sagrado, para que sus raíces se adentren aún más en la tierra y su copa de luz se fortalezca con los frutos del conocimiento y de la Instrucción.
Porque, una vez más, el Árbol Sagrado dará sus frutos para que todos se puedan servir de él y se alimenten, espiritualmente, de sus impulsos y de sus dádivas.
Aquellos que comieron del Árbol y de sus frutos y no lo supieron aprovechar tendrán pena en sus corazones por no haber sido humildes, por no haberse humillado, por no haber reconocido su ignorancia y no haber pedido ayuda, de verdad.
Pero los que quedaron atrás Yo los encaminaré, así como encamino a las ovejas que no están prontas para dar los pasos que Yo exijo en este tiempo.
Porque todo tiene un sentido, más allá de lo material y de lo espiritual. Todo es parte de un Propósito y de un plan de manifestación para esta humanidad.
Que este Rayo de Transfiguración los impulse al cambio en lo cotidiano para que el espíritu de cada uno de ustedes pueda adentrarse en sus consciencias y lleve adelante su tarea y su misión para estos tiempos, dejando atrás la inestabilidad y la desarmonía, viviendo el eterno presente y la misión operativa junto a la Jerarquía de la Luz.
Así, los portales del Universo se mantendrán abiertos y, a pesar de los embates, la ayuda universal no faltará. Porque todo lo que sucede tiene un sentido, forma parte de una escuela y de un aprendizaje; eso hace despertar a los Nuevos Cristos al camino del amor y del servicio, a la experiencia incondicional por los demás.
Que esta Maratón represente esa oportunidad de transfigurar sus consciencias y sus vidas y de hacerlo de verdad, comprometiéndose en cada momento de oración y de ofrenda que le harán al Universo; sabiendo que todo esto también repercutirá en el Brasil que tanto lo necesita para los próximos meses.
Y todo ese momento de oración hará detener acontecimientos innecesarios y pruebas difíciles para este querido pueblo que está vivo en el centro de Mi Corazón.
Agradeceré, desde ahora, la oferta de cada brasilero y también de cada orante de la Tierra; porque esto no solo se circunscribe a un país o a un pueblo.
Cada situación que se vive en cada lugar de la Tierra es parte de toda la humanidad, porque la humanidad es una sola, es una misma familia que se ha enfermando y se ha alejado de Dios por diferentes razones, y hacia todo eso, y hacia todas las consciencias, deberá llegar el Rayo de la Transfiguración y de la Cura, tan prometedor para estos tiempos críticos.
Celebren Conmigo esta Maratón, en alegría y en júbilo.
Que los rostros de los que viven sobre este Santuario Interior sean de alegría y no de tristeza, porque quien acepta la convocatoria será ayudado y se transformará.
Abracen, entonces, Mi gran llamado y la ayuda del Universo, la que vendrá a la Tierra y estará a su alcance.
Yo les ofrezco Mi Experiencia como una muestra de que es posible vivir la Transfiguración, y de que esa Transfiguración comienza en lo pequeño y también en lo invisible; desde allí se construye el verdadero templo interior que es ofrecido a Dios como un acto de gran entrega.
Les deseo una bellísima Maratón y una alegre jornada, porque los apóstoles, incansablemente, deberán anunciar el triunfo de Cristo en cada corazón humano.
Desde el gran Sol que rige a esta Vía Láctea, en unión al centro del Universo y a la gran Estrella de la Hermandad que gobierna a todos los mundos, y en unión al Universo Espiritual, Mental y Material, en donde se encuentra Dios y es invencible, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Por medio de Mi Sangre, señalo y designo nuevas tareas para Mis apóstoles, las cuales son espirituales y carecen de cualquier protagonismo, porque son tareas entre cada apóstol y Yo; esto es algo profundamente interno y absolutamente invisible, porque se trata de algo inmaterial.
Así, Yo deposito en cada consciencia una misión que se revela en una tarea y en una Voluntad Mía por cumplir.
Tal vez esa misión que Yo le encomiende a uno de Mis apóstoles no esté acorde con la necesidad que el discípulo cree que tiene, pero hasta que el apóstol no aprenda a amar la misión que Yo le he encomendado pasará por la misma prueba cuantas veces sea necesario; porque Mi intención es que aprenda a separar, en sí, su espíritu de toda su consciencia, a fin de que actúen las Leyes Mayores y no las propias.
Día y noche espero que todos Mis apóstoles consigan cumplir la misión que les he encomendado y, aunque la misma parezca abstracta, espero que la puedan cumplir con alegría y amor.
Por esa razón, coloco en los Míos lo que cada uno necesita y no lo que cada uno quiere, para que, por encima de sí, aprendan a amar lo desconocido y, así, eso desconocido sea parte de su vida y de su consciencia para siempre.
Con esta exigencia espiritual que establezco para este tiempo es que haré despertar a los Nuevos Cristos, así la Tierra al menos contará con quienes la puedan rescatar.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Si las almas creyeran que Yo ya estoy aquí y entre ustedes, el mundo cambiaría.
Si las almas creyeran que Yo ya estoy retornando y que vengo del Universo con todo el poder de Mi Gracia, el mundo ya cambiaría.
Por eso, la confianza de los corazones en Mi Presencia será imprescindible para poder llevar adelante la Obra de la Redención.
Hoy vengo por un mundo que está sufriendo y que, día a día, abre nuevas llagas en los Reinos de la Naturaleza, en la humanidad y en la consciencia del planeta.
Muchas de esas llagas la humanidad no las puede ver ni sentir, porque son internas. En eso trabaja la Jerarquía, incansablemente, para que el caos no se reproduzca ni tampoco se regenere por la acción de los hombres.
Vengo por un Brasil que necesita mucho de Mí, así como de Mi Madre y de San José, y porque, a pesar del caos reinante, la presencia interna y espiritual de Nuestros Corazones permite sostener a las almas que tienen fe en Mí.
Por medio de los Sacramentos que impartiremos en estos días las almas podrán ser renovadas y curadas espiritualmente; pero hay una parte que le corresponde a cada ser, hay una parte que la consciencia deberá asumir para su transformación y redención.
La Gracia de Dios, a través de los Sacramentos, viene a auxiliarlos, como una base espiritual, para generar y conceder esa transformación tan esperada por el Padre Eterno en cada uno de Sus hijos.
De la misma forma, por medio de los Sacramentos que impartiremos en estos días, el legado que Yo le dejé a la humanidad será nuevamente renovado.
Y no solo las almas se verán beneficiadas, sino también Mi Iglesia Celestial descenderá a la Tierra para unir a las almas con Dios, en esencia y en espíritu.
Los Sacramentos que Yo puedo impartirles a las almas que los solicitan, son medios para llegar a Mi Iglesia Celestial, son caminos para llegar al Centro de Mi Ser, al Templo de Mi Espíritu; de este Espíritu Divino, Puro e Inmaculado, creado por Dios, que descendió a la Tierra para traerle al mundo una oportunidad de amor, una oportunidad de luz y una oportunidad de esperanza.
A pesar de que Mi Iglesia en la Tierra esté muy disminuida, revivo el legado espiritual, entregado una vez a los Apóstoles, a través de los Nuevos Cristos, de los últimos apóstoles de los últimos días que Yo estoy llamando para servirme.
Porque Mi Mirada no está colocada en las miserias, en las imperfecciones o en las faltas.
Mi Mirada está colocada en la transparencia que Me puede dar cada corazón servidor.
Esa transparencia que ustedes Me pueden dar y esa confianza que ustedes Me pueden entregar, son las que harán realizar la Obra de la Misericordia y de la Redención en el Brasil y en la humanidad.
Ya no existe lugar en la Tierra que esté libre del mal o del pecado; ustedes eso lo saben, porque lo pueden ver.
Solo en ciertos espacios sagrados, en donde se concentra la Jerarquía Espiritual en su profundo silencio y contemplación, es que encontrarán las puertas para poder cruzar hacia la consciencia del gran Universo y comulgar de la Fuente Suprema.
En estos espacios de Sudamérica existen recintos sagrados en donde la humanidad, silenciosamente y en oración, puede volver a encontrarse consigo misma, con su esencia, con su origen, con su estado de luz y de trascendencia.
Pero si esos espacios sagrados, que no son visibles a los ojos físicos, no son protegidos ni respetados, esa Fuente se cerrará.
De ese alimento espiritual necesitan todas las almas del mundo, aunque no conozcan esos recintos sagrados.
Ustedes que son conscientes de esa realidad, promuevan, a través de la Misericordia, esa aproximación de las almas hacia ese estado de consciencia que es algo interno y sublime, en donde podrán estar en comunión con la Jerarquía y reencontrar ese camino que la humanidad ha perdido hacia la Verdad.
Por eso, Mi Corazón Misericordioso no deja de derramar gracias, bondad y luz, a pesar de que él esté en silencio y en reflexión, así como lo está el Padre Eterno en este momento.
El Universo contempla este momento en el que Dios se recoge en la Creación.
Un nuevo tiempo llega, una nueva revelación se manifestará.
Todos los Universos están concentrados en ese estado en el que Dios ha entrado desde hace algunos días.
Ustedes, por medio de la oración y de la misericordia, deben formar parte de ese movimiento para que puedan percibir lo que el Universo hará descender en el próximo ciclo, cuando las Jerarquías de la Luz estén en un mayor silencio, en un silencio más profundo y más interno.
Como ustedes saben, compañeros, no realizaré Mi Obra de redención con multitudes, sino con pocos discípulos, así como fue en el pasado.
Si tan solo once consciencias, a pesar de sus imperfecciones, consiguieron llevar adelante Mi Plan y testimoniar Mi Presencia como Hijo de Dios, en el mundo y en los cuatro puntos de la Tierra, ¿qué es lo que podrían hacer más de once consciencias en este tiempo final?
Toda la vida espiritual se está congregando y uniendo.
Toda la fuerza del Universo Inmaterial y Divino se está uniendo para impulsar en los espíritus la concreción del Plan, para que al menos una parte de la Tierra se torne rescatable y se convierta en una Isla de Salvación.
Podría decir en esta tarde muchas más cosas para sus corazones, pero sé que aún el ser humano necesita un tiempo para comprender a la Jerarquía.
Sepan que Nuestra confianza, como Hermandad Celestial, está colocada en todo lo que hacemos, porque Nuestra misión, en el nombre del Padre Celestial, va más allá de las formas y de la humanidad, abraza infinidad de espacios y de consciencias universales, porque existe un Proyecto por cumplirse y manifestarse.
Tengo la esperanza de que con la consciencia y el discernimiento del Brasil, que algún día podrían despertar, esta tierra vuelva a ser parte del Edén de Dios, y así la nueva raza se pueda expresar como Dios tanto lo ha querido.
Los invito a vivir esta Maratón como un paso de sus consciencias, sin dejar atrás ninguna Palabra de la Jerarquía, sabiendo que todo lo que decimos tiene un objetivo, un principio y una misión, sabiendo que es hora de comprender a la Creación, así como Dios lo necesita y no como los hombres lo creen.
Si la humanidad comenzara a respetar las Leyes de la Creación, muchas situaciones no sucederían.
Las transgresiones y las fallas son muy grandes delante de la Ley de la Divina Justicia, pero Yo vengo a colocar Mi Corazón como intercesor y no como un juez, como mediador y como abogado de todas las almas que en verdad se quieran arrepentir y transformar.
Porque lo más bello que puede sucederle a sus vidas es vivir en Dios, es sentir a Dios y es comulgar de Dios, todo el tiempo.
Que Mi Pasión vivida una vez en la Cruz, en el Calvario, en cada momento que sufrió su Maestro y Señor, sea revivida como un medio para la salvación y la redención de la humanidad.
Hemos venido al sur del Brasil porque Brasil lo necesita mucho. Es el país, es la nación, es el pueblo que deberá mantener su corazón abierto para que siempre sepan escuchar a Dios.
Yo los bendigo y los invito a la reconsagración de su patria a Mi Sagrado Corazón, los días 5 y 6, durante seis meses.
Si esa consagración fuera verdadera, en respuesta y adhesión, Me darán la autoridad de poder interceder en situaciones gravísimas de su pueblo.
Los amo y los bendigo con la Luz de Mi Espíritu, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cánticos de Figueira - “El llamado”
Este cántico invoca la llama del despertar para cada persona de la Tierra, porque teniendo esa consciencia del despertar, el ser humano podrá abandonar las formas atávicas que lo atan al pasado y a los errores continuos.
Por eso la Voz de la Jerarquía resuena más que una trompeta. Su Voz circunda los espacios siderales para que, más allá del tiempo alternativo irreal, todas las humanidades escuchen el llamado a la gran convocatoria.
Escuchando ese llamado el alma es moldeada y formada como un instrumento capaz de recibir los impulsos lumínicos que le permitirán trascender la materia y el psiquismo planetario.
El llamado de la Jerarquía apela al despertar de la consciencia, porque detrás de ese importante despertar se encuentra el impulso que el espíritu necesita para comenzar a formar parte de los comandos internos de la Jerarquía.
Este llamado invita a los seres humanos a tener compasión por su propio planeta y por su humanidad.
Es un llamado a la concientización, a fin de poder modificar el trágico destino de una Tierra pervertida y colonizada por el error.
En este contexto, y aún con esos acontecimientos, el cántico revela el surgimiento de los Nuevos Cristos, aquellos que, entre la lucha, la disociación y el asedio, vencerán en nombre del Amor Mayor que todo lo puede y que todo lo trasciende.
Por esa razón, la Jerarquía, que es una sola Consciencia operativa, despierta a los espíritus presentes sobre la superficie de la Tierra para que en sus mundos internos escuchen el llamado de la Luz superior.
Desde el espacio sideral se verá el surgimiento de ese grupo de consciencias que responderán de inmediato a la Voz de la Jerarquía y que, más allá de todo, cumplirán los pedidos de la Divinidad, a fin de erradicar la ignorancia y disolver el dolor que lleva a la perdición de las almas.
Este cántico revela que todo está pensado y planeado, y que es hora del gran despertar.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Hoy Mis Palabras deben resonar en lo profundo de los seres para que los seres comprendan lo que está sucediendo.
Desde el Gran Consejo de la Jerarquía hoy vengo a visitarlos y a emitir Mi Mensaje para el mundo, para todos los que siguen Mis Pasos y también para los que han dejado de seguirme.
Hoy no vengo a hablar de nadie en particular ni de alguna situación específica que corresponda al planeta o a la humanidad.
Hoy vengo a hablar del Proyecto de Dios que deberá cumplirse por intermedio de todos los que son autoconvocados por la Jerarquía.
Como en otras ocasiones, vengo desde un lugar especial en donde el Gran Consejo de la Jerarquía está reunido en este momento por la evolución de este planeta y de esta humanidad.
Estamos a las puertas de un nuevo ciclo, estamos a las puertas de un próximo 8 de agosto, en el que el Cielo, el Universo, desciende a la Tierra y a la humanidad para volver a hacer su síntesis y para meditar en los próximos pasos.
La humanidad ha cambiado los acontecimientos, por eso hay que meditar para percibir qué es lo que está sucediendo verdaderamente.
Hoy vengo desde un lugar en el Desierto de Chilca, en Perú, en donde los grandes Consejeros del Universo están reunidos, preparándose para ese momento.
Como Maestro entre los maestros, como Guía entre los guías, como Mensajero entre los mensajeros de la Jerarquía vengo a anunciarles ese importante momento para que no solo sean conscientes, sino también responsables ante el Plan.
Cada uno sabe lo que Me puede dar. Cada uno sabe con lo que puede contribuir para que la manifestación se realice.
No busco lo perfecto ni lo imperfecto. No busco lo que es avanzado o moderno.
Busco la verdad de cada corazón humano, de cada servidor de esta Tierra, de cada autoconvocado que fue llamado a lo largo de los tiempos para servir y unirse a la Jerarquía.
Deben mantenerse en el camino para los próximos acontecimientos. No deben permitirse salir de la Jerarquía, porque la Jerarquía necesita estar en esos acontecimientos para poder acompañar a la humanidad y al planeta.
Los tiempos de hoy no son los mismos tiempos que han sucedido en el ayer.
Día a día los acontecimientos cambian, dentro y fuera de los seres.
Día a día son colocados ante una nueva definición, ante un nuevo paso.
La Jerarquía Espiritual no pide lo que es posible. La Jerarquía Espiritual les pide a todos lo que es simple y lo que nace del corazón, que es lo que ayuda a manifestar la Obra; los pilares de esa manifestación deben sostenerse con la colaboración de todos.
Como en el próximo 8 de agosto, tan importante y determinante, los autoconvocados deberán estar donde está la Jerarquía, donde el Universo ha escogido; el lugar para dar los impulsos tan necesarios para la humanidad por medio de la Instrucción y de la Gracia, por medio de la Misericordia y de la cura para todas las almas.
Quisiera saber dónde está la atención de los que dicen estar Conmigo.
Quisiera poder comprender, más allá de todo, el sentimiento de los seres humanos de esta época.
Ustedes saben, compañeros, que Mi Consciencia no tiene límites, pero aún después de todo lo vivido en este planeta y con esta humanidad, estoy aprendiendo con ustedes, de tiempo en tiempo.
Deben abrazar la Verdad que les revela el Plan de Dios, deben sostenerse en esa Verdad para poder seguir adelante.
No deben engañarse a ustedes mismos, no deben crear espejismos con ustedes mismos. Deben saber que cada nuevo ciclo que comienza a partir del 8 de agosto es una oportunidad de renovación y no de inercia.
La inestabilidad de estos tiempos será transmutada por la responsabilidad de todos, por la obediencia y, especialmente, por la adhesión.
Esas son las reflexiones que los Consejeros de la Jerarquía están estudiando y meditando, porque si en la esencia de los seres humanos el conocimiento no está claro, no lo estará en la manifestación.
Deben aprender a vivir como vive la Jerarquía.
Las Gracias del Cielo ya fueron entregadas. Méritos no merecidos fueron concebidos para muchos corazones.
Ahora es tiempo de recapacitar y de saber, verdaderamente, de lo que están participando junto a la Jerarquía.
La purificación no es solo un momento de dolor o de incomodidad. La purificación forja en los seres humanos una definición y una transformación constante.
Recuerden que la balanza de este planeta siempre deberá estar en equilibrio, ¿quién la sustentará?
No solo coloquen el empeño en buscar el bien. No coloquen el empeño en buscar la propia conveniencia o la propia satisfacción.
El apostolado de los Nuevos Cristos deberá ser tan cristalino como el agua y tan puro como la luz del Sol.
Deben construir en ustedes mismos lo que el Universo necesita para poder crear la nueva raza, para poder manifestar la Nueva Humanidad.
La necesidad de que los seres humanos de estos tiempos tomen consciencia es una preocupación de toda la Jerarquía.
El Plan de Dios no es algo que uno pueda usar por conveniencia o por el tiempo que lo necesite. Yo vine a enseñarles eso a Mis Apóstoles y a todos los que Me escucharon alguna vez.
El legado del Proyecto de Dios es inmaculado y sublime, y a él le debemos todo, porque fue el que nos creó y el que nos manifestó para estar presentes en estos tiempos.
Deben forjar en ustedes la determinación de persistir. Muchos seres humanos en estos tiempos están sobreviviendo, pero los que están con la Jerarquía no tienen que sobrevivir, tienen que persistir, tienen que construir y tienen que sostener junto a la Hermandad.
Así, el conocimiento sagrado no faltará y los impulsos divinos no dejarán de descender; porque cada ser recibe lo que necesita, según su momento y su tiempo.
Por esa razón, compañeros, estamos reunidos como Consejeros de la Jerarquía para reflexionar, aprender y meditar.
El Plan deberá seguir manifestándose como está previsto, por la adhesión de todos, por la constancia de todos y, principalmente, por el amor de todos.
El Plan de Dios no puede ser vivido con tibieza o con frialdad.
Deben buscar en ustedes ese fuego que una vez los despertó y los convocó para servir, y en ese fuego se deben renovar todo el tiempo.
Después de todo lo que ha sucedido en Europa, llegó el momento de que escuchen con claridad lo que siempre les he querido decir. Esperé sesenta encuentros para poder decirlo, para que en ustedes pudiera madurar esa semilla que una vez coloqué cuando todo esto comenzó.
Deben colocar su amor en lo que en verdad existe, más allá de todo esto, de todo lo que es físico o material.
El Universo espera que en ustedes se espeje una verdadera respuesta que sea conforme a lo que han recibido y vivido por intervención de la Jerarquía.
Así, el legado no será en vano y habrá receptáculos simples, pero verdaderos, que guardarán en su interior la esencia del Plan.
Sosténganse en las palabras que hoy les dicto, fortalezcan su fe en la vibración que hoy les traigo, y que sus corazones vivan la templanza; así como Yo la viví para llevar adelante lo que Mi Padre necesitaba que sucediera, cuando una vez estuve presente aquí en la Tierra, junto a ustedes y por ustedes.
El Plan de Dios no es una emoción pasajera ni es algo que las almas puedan rechazar por sí mismas. A su alrededor hay ejemplos de eso y vean cuánto están sufriendo, innecesariamente.
Las consciencias de este mundo no tienen noción de lo que es el Plan, no solo por su ignorancia, sino también porque no lo saben, aunque a veces crean que lo saben.
Los Consejos de la Jerarquía necesitan de su madurez y de su adhesión para que muchos más acontecimientos positivos que están previstos puedan suceder y no sean interferidos por nadie.
Mi Corazón Misericordioso esperó hasta este momento para poder decírselos.
Mi Corazón Misericordioso espera de ustedes una reflexión y no un caos.
Ahora llegó el momento de que cada uno asuma su parte con transparencia y madurez, sin culpar a nadie.
Cada uno de ustedes es una pieza preciosa dentro de este Plan y aunque no sepan lo que eso significa crean en lo que les digo, porque tienen ese valor y esa lealtad.
Sepan que todo lo que sucede es para que las consciencias y las almas maduren, para llevarlas algún día a vivir la soberanía que existe en el Universo y en toda la Hermandad. Eso hace recrear a la Creación, eso lleva siempre a tener consciencia y responsabilidad ante los acontecimientos.
Que para esta Maratón todos piensen en el paso que es necesario dar en este tiempo, sin esperar que eso suceda mucho tiempo después, porque ha llegado la hora para dar ese paso.
Los animo a vivir el Plan con mayor consciencia y responsabilidad.
Los animo a ser parte de una Jerarquía Espiritual de la cual la humanidad hasta ahora nunca formó parte, por estar siempre en la inmadurez.
Les vuelvo a decir, no necesito de seres perfectos, necesito de seres conscientes que se animen siempre a transformarlo todo y a vivirlo todo por amor a Dios.
Eso llevará el Plan hacia otra escala y hacia otro nivel; eso hará descender a la Tierra los tesoros que están guardados hace tanto tiempo en el Universo y que esperan para ser revelados por la Jerarquía.
Desde el Gran Consejo de la Jerarquía Espiritual en el Desierto de Chilca los bendecimos y esperamos, como guías y maestros, su correspondencia y lealtad, eso hará que el Universo les confíe nuevas cosas.
Tomen Mis Palabras como una oportunidad de crecimiento interior y no como un reclamo, porque Mi tiempo ya está terminando entre ustedes, así como Mi tiempo terminó con Mis Apóstoles en un momento.
Escuchen Mis Palabras cuantas veces sea necesario y extraigan de ellas todos los impulsos que necesitan para poder cambiar, antes de que todo esté por suceder en la humanidad.
Sean Espejos de la Luz del Plan para estos tiempos.
Sean lo que el Universo necesita que sean en este ciclo, porque así todo cambiará.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Me agradan los sacrificios de sus oraciones, porque allí encuentro una base sólida en donde poder llevar adelante Mi Obra en el mundo. Y aún más Me agrada porque sé que pueden y deben vivir Mi Mensaje para que sus consciencias se cristifiquen.
Ha llegado la hora de poblar el planeta con Nuevos Cristos que puedan llevar adelante los designios de su Maestro y Señor.
Esa es la razón por la que su Maestro absorve el sufrimiento humano por medio de Su Corazón, para que todas las almas reciban la chance de despertar y de recibir la cura interior que necesitan.
Cada vez que recuerdan Mi Pasión y la vuelven a vivir, como hoy, conscientemente, Yo puedo, por esa actitud, conceder más Gracias a las almas y más vida a los corazones.
Sigan ofreciéndose como nuevos instrumentos en las Manos del Redentor para que todo sea redimido.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Que el poder de Mi Sagrado Corazón bendiga a la Tierra y a todos los que viven en ella.
Que Mis soldados de la Tierra perseveren, a pesar de las pruebas de estos tiempos, porque la victoria de Mi Sagrado Corazón se dará en los consecuentes Conmigo.
Que se levanten los caídos y que se rediman los enemigos.
Que Mi Iglesia de la Tierra sea poblada por Nuevos Cristos para que el tiempo de la renovación acontezca y todos reciban las Gracias de Mi Corazón.
Que el poder de Mi Corazón atraiga la paz y que esta paz se realice en todos los que la buscan.
Que el poder de Mi Corazón cure y redima a los que más necesitan de perdón.
Que el poder de Mi Corazón fortalezca sus vidas para que animados por Mi Espíritu de Paz todos reciban la absolución de su Maestro y Señor.
Que el poder de Mi Corazón establezca el amor y la esperanza.
Que todos los que hoy comulgan con Cristo sean consagrados por el Altísimo Señor del Universo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Mi Madre Santísima reúne en este tiempo a los que se autoconvocaron para servir al Plan de Dios.
Por otro lado, Mi Madre busca la redención del mayor número posible de consciencias, las que aún no dieron ningún paso, pero que están en el momento y en la energía para poder hacerlo.
Es así que, a través de la Obra de redención del Divino Hijo, quien no lo pueda hacer será impulsado a dar el salto significativo de su vida.
Llegó el momento de abrazar el llamado y de hacerlo parte de sí, todos los días. Eso ayudará a elevar la consciencia de los servidores, para que, al final de todo, sean colaboradores incondicionales y se lo demuestren al mundo como una parte de la Victoria de Cristo.
En este tiempo todo será conducido a fin de que nazcan en la Tierra los Nuevos Cristos, los que poblarán el planeta con nuevas enseñanzas y experiencias de amor.
¡Les agradezco por colocar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más