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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lo que hagan con el más pequeño de los Míos es a Mí que Me lo estarán haciendo. Esto es una regla y es una Ley que se cumple en el Cielo y en la Tierra, en toda la vida y en el mundo interior.
Abriendo los Siete Portales del Creador, vengo aquí, con esperanza, para estar con ustedes y sus hermanos; porque la única causa más importante en este momento es que se puedan volver a unir a través de Mi Amor.
Esa unidad se fortalecerá a través del Amor de Cristo, porque es una unidad interna y espiritual que no tiene formas, no tiene proyectos ni planificaciones.
Es esta unidad tan imperiosa la que necesita el mundo y la humanidad, para que el Amor de Mi Corazón y el Amor de Mi Padre Eterno se puedan cumplir en ustedes y así este Amor se pueda manifestar de forma viva en todo lo que fue creado.
Es este Amor de Mi Corazón que una y otra vez los renovará, que no los hará detenerse en un punto para que no puedan avanzar; al contrario, Mi Amor renueva y cura, Mi Amor trasciende y libera todo lo que queda estático y fijo.
Porque el Amor del Creador es inextinguible y concede las Gracias que Sus criaturas necesitan en este tiempo, para poder aprender a atravesar la noche oscura planetaria, principalmente su propia noche oscura interior.
Pero hoy quiero que coloquen su mirada interior y su corazón en estas dimensiones superiores que hoy les traigo, en las que los resplandecientes, los ángeles y los arcángeles recrean estas dimensiones y planos de la consciencia a través de la experiencia del amor que vive cada corazón en este planeta.
Cuando el amor consiga colocarlos más allá de ustedes mismos, los haga superar cualquier situación o condición, tengan muy presente y muy claro que estarán ayudando al Eterno, a Nuestro Creador, a que este universo y esta Creación puedan ser recreadas, a que las puertas al mal puedan ser cerradas a toda la perdición que ellas causan en la humanidad en todos los conflictos que esas puertas inciertas producen y generan.
Por eso, les pido, en esta hora tan crucial de la humanidad, que se decidan de una vez y para siempre a vivir en esta dimensión del Amor que hoy les traigo; porque es un Amor que no tiene fin, es un Amor que no tiene forma, es el Amor resplandeciente de Dios que vivifica y resplandece al alma que lo vive y que en humildad lo adopta en su propio corazón como la Ley Primera para poder redimirse y para poder trascenderse y, sobre todo, para poder perdonar y amar mucho más de lo que uno cree haber amado.
Porque mientras esto no suceda y no se testimonie, las Llagas de Mis Manos, Pies y Costado seguirán sangrando, en un silencio profundo y desconocido que nadie puede imaginar ni pensar.
Quiero que de Mi Corazón pueda emerger la alegría de estar viviendo el Amor Crístico; porque él fue instaurado y establecido en este mundo a través de la Dolorosa Pasión de Cristo para que, en este tiempo y en esta hora del Armagedón planetario, ustedes mismos con sus propias fuerzas internas, con su propia determinación y fe, coloquen en práctica este Amor del Redentor.
Porque lo que parecería ser imperdonable, solo puede ser perdonado y liberado a través del Amor Crístico que puede habitar como un código de Luz en sus células y cuerpos, porque es un Amor inextinguible e irrefutable.
El Amor Crístico siempre los colocará ante un nuevo aprendizaje y una nueva prueba; y sé que, en este tiempo, muchos se sienten en prueba.
Pero, ¿ustedes, compañeros, se sumergirán en la prueba o en el Amor?
¿Dónde está la ciencia ante toda esta experiencia y entendimiento?
En cada encuentro que han tenido Conmigo, durante más de diez años, Yo les he traído un nuevo código de Luz para que lo pudieran vivir y practicar en este momento.
No piensen que el final de los tiempos llegará de aquí a cincuenta años. Ese final de tiempo, ese ciclo de Armagedón es ahora y todos lo están viviendo y viendo en este mundo.
Pero, ¿cuál será su actitud ante este caos planetario?
¿Cuál será su actitud ante su propia noche oscura? ¿El lamento o la superación?
Mis apóstoles, durante Mi agonía en el Huerto Getsemaní, tuvieron que pasar por la misma prueba que hoy están pasando ustedes, solo que este tiempo es muy determinante y definitivo porque no solamente los colocará a ustedes, sino también al mundo, ante la posibilidad de estar o no en el universo de Mi Amor Eterno. Y esto no depende de un milagro o de un fenómeno, solo depende de una verdadera actitud.
Así, no serán arrastrados por lo que sucede, no serán empujados y derribados por la incomprensión de estos tiempos; porque la Llama del Amor de Dios que vive en Cristo y por Cristo, y que puede vivir en sus corazones, es capaz de transmutar y liberar cualquier situación o forma.
Por eso, les pido que hagan el esfuerzo correcto, no se pierdan en lo que es superficial, no se pierdan en lo que es ilusorio.
Esta es la hora tan decisiva y definitiva para sus corazones y sus hermanos, de seguir el camino de la propia cruz que Dios les confió con la madurez que el Cristo Interno necesita vivir en este tiempo, con la posibilidad del aprendizaje que su propio Cristo Interno les puede otorgar. Pero todo dependerá de cada uno de ustedes.
Hay situaciones, compañeros, que no pueden ser comprendidas, aun aquellas que suceden en esta superficie del planeta, porque esta humanidad ha caído muchas veces a lo largo de los tiempos y aún sigue cayendo en su propio abismo; y Nosotros, como Jerarquías de la Luz, venimos en auxilio de todos, para que todo encuentre su camino de paz, de armonía y de amor.
Los quiero unidos más que nunca y aún espero por esto. La unidad, como les dije, nace solamente del amor, de la posibilidad que cada uno tiene de imitarme, así como Yo les he enseñado el camino de la redención y de la paz; porque necesito que los Puntos de Luz, como este, sean un espejo de la Consciencia de Dios, únicamente en el amor que trae sabiduría, entendimiento y verdad, que es capaz de dar una nueva oportunidad, aun al que no la merezca.
Porque si Yo lo hice por ustedes, así como lo hice por Mi pueblo en Israel, ¿ustedes serían capaces de hacerlo por Mí?
¿Dónde está la respuesta a ese misterio del Amor Infinito de Dios?
¿Cómo es que el propio Dios a través de Su Hijo primogénito haya sido capaz de dejarse humillar, flagelar, castigar y morir en una Cruz?
No hay otra causa, es el amor, y no Me cansaré de decirlo hasta que lo vivan.
Porque muchas regiones del mundo, que podrían desaparecer, esperan el auxilio de ese Amor de Dios a través de los últimos apóstoles de Cristo, que no miden con una vara, sino que abren sus brazos para acoger a todos.
Espero que esto se cumpla. Confío y rezo para que Yo pueda seguir teniendo un lugar en donde poder hablar y un lugar a donde poder entrar, así como el Señor entró en el Templo.
Pero el templo que ahora Yo busco, son sus corazones y no sus mentes. Las verdaderas estructuras del Plan de Dios se basan en Su Amor y Unidad. En eso el ángel caído no estuvo de acuerdo y por eso cayó, ¿lo entienden?
Un Plan fue escrito por el Padre para el final de estos tiempos, un Plan basado en Su Amor, Unidad y Luz. Y hoy lo presento para ustedes a Mis Pies.
¿Qué parte ustedes tendrán en ese Plan de Dios que aún desconocen? ¿Qué pieza ustedes serán dentro de ese Plan de Dios?
¿En qué instrumento se convertirán para las Manos del Padre?
Él no se cansará hasta que sean instrumentos de Su Amor, porque el Padre es sabio y mide Sus impulsos y Sus expresiones, pero Él no mide entregar Sus Gracias porque son infinitas, son abundantes cuando el corazón humano desea vivir en el amor. Esa es la única causa.
En este primer día, vengo a otorgarles un acto interno y verdadero de reconsagración a Mi Sagrado Corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Aquellos que puedan, que se arrodillen, para hacer nuestro ofrecimiento a Nuestro Señor, Cristo Jesús, y recibir Su bendición celestial.
Padre del Amor y de la Vida
que has creado todo por una sola causa,
por la causa infinita y verdadera de Tu Amor,
impregna con Tus sagradas partículas
de la Luz Divina y Eterna
a los corazones que claman por Tu Gracia,
Tu perdón y reconciliación.
¡Oh, Amado Padre Eterno!,
abriendo Mis entrañas más profundas a la Misericordia,
misterio infinito del Amor,
recibe el ofrecimiento de Tu Amadísimo Hijo,
escucha la súplica de Mi Corazón
por todos los corazones que esperan Tu Gracia.
Bendícelos ahora, Adonai,
abrázalos con Tu Luz y con Tu Fuego Divino,
sana y cura las heridas más profundas y
libera a las almas que necesitan de Ti.
¡Oh, Adonai, Padre Amado!,
que ya no exista más sed de Tu Luz Espiritual.
Unge a Tus hijos e hijas,
así como ungiste a Tu Amado Hijo en el Sepulcro,
para que todos tengan la Gracia de la resurrección espiritual.
Adonai,
enciende Tu Luz y disipa las tinieblas,
por la gloria y el triunfo de Tu Amor.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Preparémonos para ampliar este ofrecimiento a Cristo, a través del santo oficio de la Comunión, para que los ángeles sean testigos de este momento, así como el Padre es testigo con Su Presencia, por intermedio de Su Amor Consolador.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí el Señor del Vacío, Quien no retiene nada para Sí, sino que entrega todo lo que tiene y que proviene del Padre Eterno.
Esta es la etapa en la que todos deberán entrar, en el vacío de sí mismos, para que el Todo los pueda colmar a través de Su Sabiduría, Amor y Compasión.
Sin vacío interior no es posible recorrer Mi Camino, esta fue la primera regla que Yo les entregué a Mis apóstoles para que aprendieran a conocer en profundidad el misterio de Dios y, sobre todo, Sus más íntimos Designios.
Cruzando la puerta del vacío interior, solo se encontrarán con la Ley, que es noble y justa, que es liberadora y trasciende en la materia. En el vacío de sí mismos, podrán comprender la Ley, así como es, y podrán vibrar, junto a ella, así como vibra todo el universo y la Creación.
En estos tiempos críticos que enfrenta el planeta y la humanidad, el vacío de sí mismos será la primera clave para Mis apóstoles. Será esa clave espiritual e interna que les permitirá comprender ampliamente la realidad de estos tiempos y, sobre todo, la experiencia de las almas.
No quiero que tomen esto como algo inalcanzable o como algo que está muy lejano de ustedes; porque, a través de estos últimos años que he compartido con cada uno, Yo los he venido preparando para ingresar en la escuela del vacío de sí mismos.
Porque es en ese lugar bendito y sagrado en donde Mi Padre los quiere tener; para que, cuando llegue el tiempo del Retorno del Señor, sus almas y espíritus sean depositarios, una vez más, de los impulsos que Cristo traerá al mundo para poder restablecer la Ley Sagrada del universo en todas las dimensiones del planeta y principalmente en la Nueva Humanidad.
Pero esa puerta del vacío de sí mismos, que deberán cruzar en este ciclo, no podrá ser cruzada de forma forzada, porque si no sufrirán; debe ser cruzada de forma gradual y espontánea porque en el vacío, en el que también vive Dios, Nuestro Padre Eterno, se encuentra la Llama Sagrada de Su Amor.
La Ley es el Amor Vivo de Dios, la Ley no es imposición ni justicia, la Ley es el Amor Vivo que restablece en los corazones la comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo.
Por eso, no tomen este impulso, que hoy les traigo, como algo lejano. Muchas veces lo coloqué ante ustedes, principalmente ante sus almas y espíritus, sobre todo en cada momento en que los llamé a la humillación y a la resignación.
Pero esto, en este tiempo, no puede ser algo árido, porque árido está el mundo por las guerras, los conflictos y, principalmente, por la batalla espiritual en los corazones.
Yo quiero que sientan en esta noche el bálsamo de Mi Amor Redentor, que es la Ley misma que se expresa para todos los mundos presentes y no presentes, para los que están en sintonía y en comunión con Mi Sagrado Corazón.
Pero, para preparar Mi Retorno al mundo, será necesario que ustedes puedan seguir dando sus pasos en la medida en que puedan mantener su estabilidad interior y espiritual, mental, física y emocional.
Ustedes saben, compañeros, que Yo nunca los colocaré ante una gran prueba que no puedan atravesar o transitar. Sí, los colocaré ante desafíos en sus vidas, en la experiencia inconfundible de los grados de amor que solo los hará crecer en servicio y en entrega.
Sientan esta expresión del vacío de ustedes mismos como el gran tiempo esperado para su liberación interior, como la gran puerta hacia el despojamiento y hacia la entrega total y absoluta de sus vidas y corazones al Gran Corazón del Señor.
Hoy, Conmigo están dos ángeles del Arcángel Metatrón que sostienen entre sus manos el rayo de la Ley de Dios y que infunden, en el mundo, el impulso para que las almas ingresen al vacío de sí mismas, de una forma pacífica y sagrada.
Porque el vacío interior no lo alcanzarán mañana, sino cuando ustedes mismos, al final de sus días y de esta vida en la Tierra, vivan la síntesis y la meditación en sus consciencias de todo lo que han podido aprender en este mundo y principalmente con sus semejantes.
Será entonces, en esa hora y en ese momento, cuando los propios ángeles del Arcángel Metatrón, junto con sus ángeles de la guarda, registrarán ese importante momento para sus vidas y, sobre todo, para sus esencias que tendrán la dicha de poder retornar al Origen, al lugar en donde una vez todo comenzó para ustedes, como pequeñas chispas de Luz de Dios, como pequeñas moléculas de Su Amor Creador en las dimensiones, planos y universos.
Por eso, a veces parece que la materia no quiere transformarse o aun a veces parece resistirse por sus impredecibles miedos, pero Yo les digo que no teman, su propio Maestro lo vivió en carne propia en el Huerto Getsemaní. Recuerden que Mi consciencia humana sudó sangre por lo que Mis propias células irían a enfrentar hasta la muerte en la Cruz.
Y eso es parte de una experiencia crística también para ustedes. No sudarán sangre, pero tal vez se enfriarán sus almas, sentirán que los abraza la noche oscura y que, después de tanto esfuerzo, tal vez nada tendría sentido ni motivo.
Pero es en esa hora, compañeros, esa hora aguda y grave del planeta, en la que Yo vengo a colocarme disponible para cada uno de ustedes. Es inevitable que haya una parte que ustedes deben vivir y experimentar.
¿Cómo creen que podrán ser los Nuevos Cristos del Nuevo Tiempo si no viven su propio Getsemaní?
¿Cómo creen que serán los Cristos del Nuevo Tiempo si no cargan con su propia cruz, sobre todo en aquella estación en donde parece que pierden todas las fuerzas, en donde ya están exhaustos y sus mentes piensan que no conseguirán seguir adelante por Mí?
Es en esa hora en la que el Sagrado Cáliz del Señor está expuesto ante sus espíritus y almas para extraer de cada corazón humano la experiencia del amor y del perdón.
Es en esa hora en la que la Creación se puede renovar y, a través del mérito invisible de Mis compañeros y discípulos, los graves pecados y ultrajes del final de los tiempos pueden ser perdonados, los conflictos que aún suceden en el mundo se pueden detener.
No quiero que se ilusionen, quiero que tengan consciencia y que despierten. Algunos fueron llamados a vivir este sacrificio Conmigo para que otros tuvieran la Gracia y la oportunidad de la redención y de la paz.
La humanidad le debe mucho a Dios por todo lo que Dios le ha entregado a lo largo de los tiempos; por eso, deben existir Nuevos Cristos, Cristos del corazón.
Que, en esta hora, cada uno pueda ser valiente, pueda tener el coraje de poder superarse y de fijar su mirada en el Propósito, aquel Propósito que aún está siendo escrito a través de la experiencia de sus vidas y almas.
Este fin de tiempo ya estaba previsto, la noche oscura del planeta ya estaba prevista, así como también la noche oscura del alma. Pero recuerden que, en esta noche, Yo vengo como la Luz del mundo para una vez más disipar las tinieblas y llevarlos al centro de Mi Paz, al Gobierno Espiritual de Cristo en todo este universo.
La última Sagrada Semana se aproxima; 2025 es un año de grandes cambios y definiciones como nunca antes lo han visto o reconocido.
Es en esta hora en la que Mis Designios y sobre todo Mis Instrucciones deben estar en práctica, en la experiencia de su día a día, en el ejemplo imborrable de aprender a amar la condición más humana y densa, que la mayoría no quiere amar ni perdonar.
El Amor Crístico de Mi Corazón no tiene condiciones ni formas; es un Amor sin dimensiones ni planos, porque es un Amor Infinito y Eterno que impulsa a las almas a la elevación para que se animen a imitarme en cada paso, con la convicción absoluta que no los abandonaré, que no les soltaré la mano si ustedes no se sueltan de Mi Mano.
Aun en la noche más oscura y más confusa del planeta, Yo estaré, para que todos Mis discípulos y servidores Me representen como parte de los 144 000 que fueron revelados y escritos en la Biblia.
Este es el tiempo del apostolado, no lo olviden; del apóstol que no se queda inmóvil; del apóstol que es activo y que está predispuesto, junto al Sagrado Corazón del Señor, a que se cumpla Su Divino Plan.
Cada uno está siendo llamado para esto, aunque crean que ya fueron llamados o aunque hoy ya estén aquí, como tantas veces lo estuvieron.
Hoy, Mi Llamado es diferente, porque es un llamado interno y definitivo; es Mi último Llamado antes de Mi recogimiento, después de la Semana Santa.
Será entonces cuando la historia se comenzará a escribir, la que ustedes mismos representarán, la que ustedes mismos reflejarán con sus ejemplos, con sus transformaciones y con su entrega a Mi Corazón Misericordioso.
Quiero que sepan que, a pesar de un mundo sufrido, hoy siento la alegría de estar aquí con ustedes, por cada oración que Me han ofrecido, por cada canción que Me han cantado, por cada llanto que Me han entregado, por cada incomprensión que han dejado a Mis Pies y, sobre todo, por el amor que Me han ofrecido verdaderamente.
Esto es lo único que Yo vengo a buscar aquí y que vengo a buscar en el resto del mundo, en cada alma y en cada corazón que reconoce a su Maestro como el Maestro entre los Maestros, entre todos los Maestros Ascendidos.
Mi Fuente Espiritual una vez más se abre para que vengan a lavarse y a purificarse, así como su Maestro y Señor purificó a Sus apóstoles en la Última Cena, lavando sus manos y sus pies de todo lo que ellos mismos pretendían.
¿Ahora comprenden que este es el ciclo del vacío interior?
No les digo que no van a sentir resistencias, porque no sería correcto.
En cada día, un nuevo paso, una oportunidad de volver a comenzar, de no bajar los brazos, de ir más allá de uno mismo para que Yo pueda ir más allá de ustedes mismos, sabiendo que todo tiene su momento y su tiempo, así como lo prevé Nuestro Creador.
Esta Comunión Espiritual que hoy celebrarán es importante para Mí, precede a Mi última tarea durante la Sagrada Semana. Porque desde ahora, aun dentro de la Cuaresma, las almas se preparan para Mi gran y último momento, el momento de escribir esa historia que Dios tanto espera, a través de los discípulos y discípulas confirmados al Sagrado e Insondable Corazón de Jesús.
Si Yo Soy su Rey, como lo cantaron en esta noche, ustedes son Mi todo y Mi motivo. No existe otra razón espiritual o interna de estar aquí, sino de que sus vidas, a través de Mi Amor Redentor, sean vida en abundancia.
Así, Yo los santifico y los bendigo, preparándolos a ustedes y a sus hermanos, que acompañan este momento, para ingresar en la Dolorosa Pasión de Jesús, el triunfo de Su entrega y de Su Amor al mundo, a través de la Sagrada Semana.
Les agradezco por estar aquí, en fidelidad Conmigo, en este momento y a lo largo de todos los tiempos que pasaron. Recuerden que eso es imborrable para Dios, más allá de cualquier situación o acontecimiento.
Dios no mide sus acciones a través de las formas, sino a través de su amor. Recuerden esto y tengan fe, Mi Reino está cerca.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Última vez, junto con el Sagrado Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando la noche más oscura llegue al mundo, será la señal del Retorno de la Luz, porque Yo Soy la Luz del mundo, nací para esto y para esto vivo, infinita y eternamente.
Cuando las penumbras más oscuras dejen en sombra al planeta y parezca que nada tenga sentido, dentro o fuera de los seres, será la señal del Retorno de Mi Luz, será la hora de que Me puedan reconocer y una vez más seguir en todo lo que haré en ese momento.
Mientras tanto, que su fe no se debilite, que su confianza no se perturbe, que su convicción en Mí no se desvanezca; porque Yo los colocaré, si Me lo permiten, en el aprendizaje que necesiten para poder crecer interiormente; para que, a través de ese crecimiento, puedan madurar y ser Mis sólidos y firmes servidores en el final de estos tiempos.
Porque en verdad les digo que no hay otro camino a recorrer, sino el que Yo les ofrezco día a día.
Y aun en esta noche oscura del planeta, en la que millones de almas no saben qué hacer y a dónde ir, en la que no tienen respuesta, en Mí, en Mi Corazón encontrarán esa respuesta; encontrarán esa Paz que es inmutable, que no los hará vacilar ante cualquier situación o experiencia, que no los derrotará, que no les permitirá que se amedrenten y que desconfíen de lo que están viviendo. Porque todo lo que llega a sus caminos es por alguna razón, así como todo lo que llega a la humanidad es por alguna razón, aun sin respuestas ni explicaciones.
Pero, sean valientes ante esta noche oscura que deberán que atravesar, primero en ustedes mismos. No teman descubrir o saber lo que aún deberá ser trascendido y curado, perdonado y reconciliado, porque las almas llegan al mundo sin perfección; porque vienen aquí, a este mundo, a encontrar esa perfección dentro de sí mismas cuando comulgan verdaderamente de la Vida Superior, cuando se dejan guiar y orientar por la Jerarquía.
No hay nada más importante que esto: que el discípulo tenga a su Maestro y que el Maestro tenga a Su discípulo, porque es un constante esfuerzo en el camino de la ascensión y de la transformación.
Pero, sépanlo bien, no se puede vivir un camino de redención con sufrimiento, porque Yo no los quiero ver así, a ustedes ni a sus hermanos. A veces las almas se pierden en esto, se lastiman a sí mismas por no poder ver que en cada momento hay un aprendizaje, pero también hay una síntesis, un momento de reconocer e incluso de perdonar.
Es así que crecerán internamente en los grados de amor y no de autoestima o de poder ilusorio, porque la libertad de cada uno está en vivir la Voluntad de Dios, aun sin comprenderla o entenderla.
Yo vengo aquí, en esta noche, a dar testimonio de que esa Voluntad Superior existe y tiene que cumplirse, aunque la humanidad demore un poco más para poder alcanzarla o comprenderla, para poder aceptarla y vivirla.
Mientras tanto, Mi Corazón paciente está aquí, como lo ha estado siempre, en este camino que cada uno aprende a vivir y a recorrer, en esta senda de desafíos y de aprendizajes diarios.
Pero lo más importante, compañeros, es que puedan recoger los frutos de cada aprendizaje, de cada paso que puedan dar; no hay otra razón de estar aquí sino de que puedan avanzar en la convicción y en la fe que les da el Propósito Divino, en la llama del Amor de Mi Corazón que ilumina sus caminos.
No es tiempo de detenerse ni de cristalizarse, es tiempo de alcanzar esa libertad interior que no es personal, sino que la otorga Dios a las almas que lo sirven y que lo viven plenamente.
Hoy, desde el Valle Sagrado de este Centro de Amor, Yo les hablo y les vuelvo a compartir Mi Fe; aun viendo y contemplando un mundo destruido, no solo en su forma espiritual, sino también humana, en el grado en el que hoy se vive la violencia y la maldad.
Es ahora que los Cristos del Nuevo Tiempo deberán actuar en Mi Nombre para que haya en este tiempo amor en abundancia y no condenación, para que haya misericordia y perdón que les otorgue entendimiento y sabiduría ante el sufrimiento del semejante y del hermano que padece su propia prueba.
Quiero que contemplen este tiempo con ojos de compasión y no de justicia, con un corazón cercano al que sufre y padece, aun a quien no entiende ni comprende a la Jerarquía y también a quien no puede vivir este nuevo ciclo; porque Dios lanza la Luz de Sus semillas en los corazones que las acepten y las quieran hacer fértiles en sí mismos a través de los dones que Él entrega, de las virtudes que Él distribuye, del Amor Eterno que Él comparte como Padre Celestial.
Así lo hizo y lo hace Conmigo todo el tiempo, así como Yo lo hice con Mis apóstoles y lo hago hoy con ustedes, compartiendo el Amor Divino y Cósmico que cura, que sana, que repara y reconcilia el mundo interior, aun en un tiempo difícil y tal vez inexplicable.
Aunque las sombras oscurezcan el planeta, no se desanimen y no pierdan la fe; porque en lo más anónimo y silencioso es donde Yo estoy presente, pero también estoy presente en quien Me busca, en quien Me llama, en quien Me invoca, en quien responde a Mi Llamado.
En este mes de marzo, llegamos al final de un ciclo de la Obra de la Jerarquía Crística, pero no piensen que Me iré y dejaré de acompañarlos, porque Yo estoy aquí preparándolos y preparando a sus hermanos del mundo para Mi Retorno. Es en esto en lo que debemos concentrarnos.
Así como los apóstoles, a pesar del miedo que vivieron durante Mi Pasión Dolorosa y Mi Crucifixión, prepararon la Resurrección de Cristo; hoy, ustedes y sus hermanos deberán preparar el Retorno del Señor, primero en ustedes mismos a través de los votos, de los principios para sus vidas.
Hoy, vengo como una Consciencia que nunca han visto ni experimentaron. Pero el Amor que Yo les imparto sí es el mismo, solo que están conociendo Mis otras Faces, la tarea universal del Redentor.
Acojan en sus corazones este último impulso de conclusión, preparándose así para la próxima Sagrada Semana, porque por más que estén lejos o estén cerca, lo más importante para Mí es que estén Conmigo, más allá de la distancia o de las situaciones.
Recuerden que aún deben rendir sus vidas a Mi Corazón, así como Yo entregué Mi Vida por ustedes en la Cruz.
Que su única aspiración sea cumplir lo que Dios necesita en este tiempo, para que aprendan a renunciar a sus propias aspiraciones; porque si sus propias aspiraciones deben cumplirse algún día, se cumplirán, tengan certeza de esto. Pero Dios siempre nos llama a vivir lo que no aspiramos, a aceptar lo que no queremos, a amar lo que rechazamos. Esto es un Cristo.
Que se cumpla, en esta próxima Maratón de Oración, la aspiración de Dios en sus vidas y que sea una realidad, sin condiciones ni obstáculos, que sea una alegre realidad el cumplir el Plan, el Plan del Señor.
Lo último que les pido es que sean un espejo de esperanza, deben atraer la esperanza al mundo para que pueda llegar la paz en donde más hace falta.
Estoy unido a los valientes y a los portadores de la paz, más allá del tiempo de la purificación.
Que la libertad espiritual les otorgue el entendimiento y la razón de existir en este mundo y en esta encarnación para servir al Único, Nuestro Creador.
Mi bendición a todos, en este ciclo de conclusión y de madurez de Mis discípulos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Aquel que Me vive, nada temerá. Aquel que Me siente, no perecerá; porque la Gracia que Yo les transmito y comparto con los Míos es incalculable, es la Gracia eterna de Dios que siempre desciende y los toca para que en cada paso aprendan a cumplir con Su Voluntad.
En esta noche, las estrellas de Aurora Me reciben, así como sus corazones, abiertos a la Presencia insondable del Señor, que inmutable y recogido está aquí para anunciar la Palabra de los Cielos, para verter sobre las almas entendimiento y sabiduría, compasión y paz.
Es así que, en este primer día, vuelvo a abrir las puertas de Aurora para que ustedes y sus hermanos del mundo estén ante el portal de la Cura Interior, que tanto necesita la humanidad y el planeta en este tiempo de adversidad interior y de conflictos.
Pero hoy, Yo los invito, una vez más, a colocar sus consciencias en lo Alto, en los sentimientos y pensamientos superiores que emanan eternamente de la Fuente y nutren a las almas de luz, fe y esperanza.
Es allí en donde Yo los necesito en este momento y no en otro lugar, para que junto Conmigo reconstruyamos el plano espiritual de esta humanidad y de este planeta que se corroe a sí mismo en su oscuridad y lucha.
Pero Yo vengo aquí como ese Sol de Aurora que nunca se apaga, que nunca se oculta y que está latente ante el corazón que se abre como una flor para recibir los rayos del Amor y del Perdón del Corazón de su Maestro.
¡Oh, noche oscura de este planeta!,
que confundes y perturbas a las almas,
¡apártate de ellas!,
porque el Sol del Universo, el Príncipe de la Paz,
ilumina con Sus Rayos a toda la Creación
y en especial a este mundo,
para que los mundos internos siempre reconozcan
la Gracia que han recibido directamente de Mí,
en el nombre de Adonai, Nuestro Dios.
¡Oh, noche oscura de las almas!,
no le temas al desierto, a la aridez o a la soledad;
he aquí la Fuente inagotable
que se abre una vez más
para que sacien la sed espiritual e interior.
¡Oh, sed tan grande que siente su Maestro!,
por aquellos que son olvidados y descartados,
por los que son últimos y despreciados,
por los más pequeños entre los más pequeños;
allí Yo estoy para que Me sirvan,
para que Me encuentren y para que Me vivan,
y así alivien el sufrimiento del Corazón del Redentor.
Noche oscura del mundo,
no tienes la última palabra,
porque la poderosa y creadora Palabra de Dios
siempre se cumplirá,
así como es la Ley y es la vida,
así como son los Mandamientos que guían
al pueblo de Dios y a las almas
por el camino de la rectitud y del bien.
He aquí el Sol que ilumina la noche de las tinieblas del mundo.
He aquí el Sol de la esperanza que está latente y vivo en el corazón que lo adora y lo reconoce en su interior.
Ahora que ya crecieron, es tiempo de caminar en el apostolado y en el servicio.
Me afirmo en aquellos que Me viven. Me complazco en aquellos que Me buscan. Me alivio en aquellos que están Conmigo y no dudan, porque es Dios que escribe con Su propia Mano el destino y el final.
Felices serán los que persistan. Agraciados serán los que se abran a este momento y a este ciclo. Porque si en este ciclo suceden muchas cosas, aun siendo dolorosas e incomprensibles, ¿será que Dios lo ha permitido? ¡Sí!
En los Míos debe forjarse el espíritu de la verdad y también el espíritu de la fe que inamovible sostiene el estandarte de Cristo en la Tierra para poder iluminar con Mi Código Crístico al mundo y a los que claman por ayuda.
Mis Palabras se escriben en los corazones que las aceptan, Mi Luz se infunde en los corazones que se abren, porque aquí hay un Plan por cumplirse y realizarse. Y eso así será, porque es Voluntad de Mi Padre.
Que, en la noche oscura, las almas se concentren en la Luz que proviene de Dios y de Su Fuente, para aprender a sostenerse en Mí y por Mí hasta el final.
Hoy, Aurora brilla a través de sus nuevos pasos, que son internos y profundos. Quisiera que pudieran abrirse a esto, porque es una Gracia especial que Yo coloco en los que Me dicen sí.
Aurora es un Espejo que no puede dejar de irradiar y de compartir su Gracia. Este fue y siempre será el lugar escogido por el Padre Eterno, porque Aurora en su misterio se revela a los puros de corazón y a los verdaderos de espíritu.
Aurora es para la humanidad y el planeta, es para los que aprenden a soportar su Fuego, su Fuego de Amor. Si tienen esto presente, conocerán aún más de Aurora, mucho más de lo que creen saber hasta ahora, porque en verdad la esencia de Aurora aún no fue revelada por el Arcángel Rafael.
Pero llegará el tiempo de que esto suceda, y así el Sol de Aurora disipará la noche oscura del planeta, para que los autoconvocados vean venir en el horizonte el Retorno de Cristo.
Los que hoy están y los que hoy no están fueron señalados por Mi Mano. Esto es imborrable, más allá de cualquier consecuencia o situación. Recuerden que es Mi Corazón que lo ha aceptado a cada uno y no solo Mis Palabras; porque en Mi Corazón solo vive el Amor y no la Justicia, el Amor que los lleva a la luz de la Verdad y a la esencia de la Paz.
Muchos de ustedes y de sus hermanos, una y otra vez, fueron bautizados por Mi Espíritu y fueron ungidos por Mi Luz. Den valor y honren a todo esto en el final de los tiempos, porque nada es en vano para su Señor. Y aquellos que permanezcan, que no pierdan la esperanza ni aplaquen tampoco su fe.
Ya estaba anunciado que el mundo viviría esto y también la humanidad. Estaba todo escrito en el Libro Sagrado de Dios para que, en este tiempo, ustedes que fueron llamados a vivirlo y a experimentarlo, sean fuertes en el amor y en la hermandad, en el bien y en la caridad. Así, siempre vivirán Mi simplicidad y Mi silencio.
Que, en esta noche, el Sol del Señor, que a todo ilumina y hace resplandecer, pueda hacerles sentir el brillo espiritual de Aurora, como Centro de una Voluntad desconocida.
Que esta Maratón represente un paso a la madurez y a la confianza absoluta en el Creador para que más almas en el mundo sean rescatadas y ayudadas por Mí.
Que en esta Maratón sus oraciones se eleven, no en palabras repetidas, sino que el fuego de sus oraciones se eleve, como el incienso en el Altar, para ofrecerse a Nuestro Creador en expiación por los pecados del mundo y por los conflictos de la guerra, para que los desprotegidos sean amparados, para que los niños y niñas sean protegidos, para que las naciones no pierdan la paz y los ángeles de las naciones puedan obrar, así como está escrito en el Corazón del Padre.
Permitan que, en esta Maratón de oración, sus ángeles de la guarda trabajen como nunca antes. Únanse a ellos en oración, para que la paz los ayude a ustedes y a sus hermanos a enfrentar la desconocida noche oscura que precede al Retorno de Cristo, su Maestro y Señor.
Que se cumpla, Adonai, Tu Voluntad.
Que las almas no teman vivir su propio Getsemaní.
Que las almas aprendan a vivir sus grandes decisiones,
así como lo hizo Tu Hijo en los cuarenta días del desierto,
para que todos, todos los corazones posibles
puedan ser instrumentos de Tu Paz.
Amén.
Bajo la Luz que proviene del Amor eterno de Aurora, que redime, libera y transmuta toda condición humana, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Reverenciamos a Nuestro Señor, Jesucristo.
Mi camino es para los valientes y decididos, porque es un camino de despojamiento interior. Sentirán en su propio ser y en su propia alma ese despojamiento, hasta el punto de que les duela, porque Yo vengo a depositar Mis tesoros y bendiciones en odres nuevos, en instrumentos vacíos de sí mismos.
Vengo a depositar Mis dones en aquellos que los puedan cumplir, y todos esos tesoros y Gracias ya los recibieron a lo largo de los tiempos; por eso, hoy vengo aquí a recordárselos.
Ha llegado la hora, compañeros, de que su Señor testimonie ante el Creador cada una de las Gracias y virtudes que fueron recibidas.
Por eso, Yo vengo a marcar con Mi propia Mano una línea sobre el suelo que demarca el pasado del futuro. Esa línea que Yo marco sobre el suelo es el presente, es ese momento en el que cada uno de ustedes se encuentra; es el momento, compañeros, de tomar la última decisión.
Por eso, en Mi senda Yo no ofrezco rosas, sino que en Mi senda Yo les confío a los Míos espinas y desiertos muy profundos, porque lo que quiero y deseo ardientemente es ver a los Cristos del Nuevo Tiempo.
Aunque sus miserias aún abunden y estén presentes, aunque el camino de la perfección sea muy largo o aunque cada uno tenga que atravesar su noche oscura, Yo vengo a ofrecerles a los Míos todo lo que ustedes pueden realizar para alcanzar Mis aspiraciones en este mundo, a través de las almas que Me viven y que Me adoran.
Porque, a través de lo que es imperfecto o a través de lo que es impuro, Yo vengo a renovar todas las cosas, y lo que espero todos los días es que ustedes lo vivan por Mí a través de un compromiso maduro, responsable y consciente, que les permita un día ver y comprender todo lo que ve y comprende su Maestro y Señor de todo lo que ve en este mundo y en la humanidad.
Yo espero que cada uno dé el último y gran paso, sabiendo lo que esto significa, aunque parezca desconocido y ustedes no lo sepan todo.
Es que Yo vengo a entregarles Mi Plan, un Plan que aún deberá concretarse a través de la verdadera y sensata decisión de cada uno; sabiendo que no oscilarán, aunque venga la tempestad, aunque se acerque la oscuridad; sabiendo que su verdadera decisión, una decisión madura, definirá el próximo paso y el próximo acontecimiento.
Vengo así a dar comienzo a la última síntesis, la última reflexión que definirá los próximos tiempos a través de las almas que se adhieran a la transformación.
Vengo aquí, compañeros, a dar fin a Mi tarea con ustedes para que, a partir del momento en el que Yo ya no esté entre ustedes, así como no estuve con Mis apóstoles, ustedes puedan ser Mi propio Evangelio vivo, de una forma real y verdadera, haciendo parte de sus seres Mis Palabras, todos Mis impulsos y todas Mis Gracias; porque es esto lo que Dios contemplará en el final de los tiempos.
Es a través de esto que el Creador planificará y proyectará el próximo tiempo, es decir la Nueva Humanidad, de la que muchos son llamados a formar parte, aun en este tiempo de transición y a pesar de lo que es aparentemente incierto; porque lo que se deberá escribir a través de cada una de sus vidas es la Voluntad de Dios, que ya está escrita desde el origen en la Fuente, pero que es una Voluntad que deberá cumplirse en estos tiempos, deberá realizarse a través de ustedes.
En el silencio, oro por aquellos que lo intentarán; pero también, en el silencio, oro por aquellos que lo negarán; porque Mi senda es para los valientes y también es para los imperfectos, para los que no temen ser transformados por Mis propias Manos.
Eso es todo lo que hoy quería decirles.
Estoy comenzando a despedirme de cada uno de los mundos internos; de todos los que fueron dichosos, a lo largo de los tiempos y de los años, por tener la Gracia de estar presente ante el Señor, como hoy lo están.
¿Será que saben comprender lo que esto significa en este tiempo, sabiendo que hay miles de almas que no lo pueden vivir?
¿Qué significa y representa estar ante el Señor?
¿Qué significa estar ante Su Alma y Divinidad que proviene directamente de la Fuente Primordial y que, a través del Divino Verbo, se expresa a ustedes y al mundo entero para que puedan escuchar lo que piensa y siente Dios?
Que el sonido de Mi Voz reverbere. Que el eco de Mis Palabras se perpetúe para que siempre, ustedes y sus hermanos del mundo entero, puedan encontrar la Estrella Guía del Señor, el Gran Lucero en la noche oscura, la Luz de Cristo en las tinieblas, para que una vez más se sientan guiados y acompañados.
He venido a cumplir Mi promesa, a lo largo de estos años. ¿Se han dado cuenta de esto?, de que estaría con todos ustedes y sus hermanos todos los días hasta el final de los tiempos.
Mi Obra, aquí expresada a través de las almas reunidas, comienza el ciclo de su profunda e interna transformación, a la que todos serán llevados.
Mi consejo es que se adhieran y sobre todo que confíen en Mí, en Mis determinaciones y también en Mis decisiones, si en verdad dicen que creen en Mí.
Los ciclos existen para que comiencen, pero también para que terminen. El fin ya llegó en este mes de agosto; así como el comienzo ya estaba escrito, el fin también estaba escrito.
Esto debe ser comprendido con sabiduría y sobre todo con amor, porque las bases de Mi Obra serán reerguidas a través de las almas que desde el principio las fundaron y de todos los que fueron ingresando en Mi Camino, que es el camino de la solemne Jerarquía.
Esto no es solo un cambio, esto es una renovación, porque su Maestro es la renovación misma y ustedes también precisan renovarse, es decir reaprender, así como muchas veces los apóstoles y los discípulos reaprendieron hasta que ellos mismos consiguieron llevar adelante Mi Obra en el mundo entero, siguiendo los lineamientos de la venerable Ley.
Oro por todo esto y por todos los que lo vivirán, por todos los que deberán enfrentarlo por sí mismos; porque es la prueba de la fe, de la confirmación de los que dicen estar Conmigo. Que Mi Amor que no es propio, sino del Padre Eterno, los ayude en este momento.
Les agradezco desde lo más profundo de Mi Misericordioso Corazón a todos los que oraron a lo largo de los tiempos y de los años; a todos los que estuvieron, a pesar de todo, presentes en cada momento de oración misericordiosa.
Quiero que sepan que todo es contado por Dios, hasta el último cabello de sus cabezas.
Que este impulso se multiplique, que este impulso renueve y les traiga esperanza a los que ya no la tienen, porque Yo vengo a hacer nuevas todas las cosas hasta el final de los tiempos.
¡Gracias a los orantes de corazón!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más