En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Oh, Dios de Israel!,
que se cumpla Tu Ley hasta en lo más invisible y oculto,
para que todo el universo y todas Tus criaturas
conozcan el poder de Tu Bondad.
¡Oh, Señor de la Ley correcta, sabia y eterna!,
entrega Tus dones y Tus Gracias
a los que, todos los días de la vida,
se esfuerzan en vivir Tus Mandamientos.
¡Oh, Señor de la Verdad!,
que Tu Santa Mano escriba
a través de la historia de las almas
que, encarnadas en estos tiempos,
deben cumplir Tu Santa Voluntad.
Quiero que a través de Tus hijos, Padre Eterno,
se escriba Tu Verdad y se cumpla Tu Ley,
así como Tú lo has pensado desde el Origen.
De esta forma, Padre Eterno,
a través del servicio y de la donación de Tu Hijo,
por intermedio de la irradiación de Mi Amor,
las criaturas, encarnadas hoy en el mundo,
encontrarán la Luz de la Verdad en sus caminos,
para aprender a discernir
por la Gracia de Tu Sabiduría Infinita.
Esto reerguirá las bases de Tu Plan en la Tierra
y los 144 000 se reagruparán
para cumplir Tu mandato y Tu Voluntad.
Por eso, Señor del Universo,
en este tiempo de transición y de aprendizajes,
que Tu Mano escriba la Ley de Tu Bondad y de Tu Gracia
en los corazones para que,
como en el antiguo pueblo de Israel,
se vuelvan a cumplir Tus más Sagrados Designios,
los Designios del final de estos tiempos,
que provienen de Tu Reino Celestial,
y que, en las almas y en los corazones,
deben preparar el Retorno de Tu Amadísimo Hijo.
Tu Ley de Amor y de Verdad,
de Sabiduría y de Ciencia,
debe consolidarse en los corazones.
Por eso, Te pido, Padre Eterno,
que le otorgues esta Gracia especial a Tu Hijo,
así como Tú otorgaste la libertad y la redención
a través de la aceptación y del ofrecimiento
de la Muerte de Cristo.
Por eso, en este momento,
en el que los tiempos del universo se unen en uno solo
y las vibraciones superiores de todos los resplandecientes
se hacen presentes,
por la omnipresencia y la omnipotencia de Tu Hijo,
por el Poder Divino que Tú le has otorgado,
escribe a través de Tu Mano, Adonai,
lo que tanto esperas que se cumpla
en la vida de las almas en el final de este tiempo,
para que cada alma encarnada,
más allá de su condición o situación,
pueda ser un pilar vivo y firme de Tu Divino Reino,
por intermedio de la fuerza espiritual
del Amor y de la Luz, de la Misericordia y de la Paz,
que Tu Amado Hijo entrega y dona en abundancia
a todos los que se animan a decirle sí
para aprender a atravesar la noche oscura,
el desierto y la aridez de estos tiempos.
He aquí, Padre Amado, Señor del Universo,
el Agua de la Vida que sacia toda sed,
que nutre, a través de Mi Espíritu,
al alma que se ha secado y se ha corrompido,
que resucita a quien está muerto en vida,
que sana a quien está enfermo en sus emociones
y que cura a quien está enfermo en su mente.
Todo esto, Padre Amado,
es para que se cumpla Tu Ley, Tu Bondad
y Tu inmensa Misericordia que no tiene límites,
sino que es una fuente inagotable de abundancia,
a la que todos pueden volver
para poder quitar su sed.
Delante de los ángeles testigos de Tu Ley,
¡oh, Adonai!,
solicita a los Señores de la Ley del Universo,
que registren este ofrecimiento en el éter de este universo,
para que los espíritus y almas que lo necesiten
lo vuelvan a recordar,
todas las veces que sea necesario;
para que vislumbren a través de Ti, Adonai,
la llama sagrada de Tu Propósito,
que no podrá apagarse en ningún corazón ni alma
porque Tu Amor está vivo en Tus hijos, Adonai,
Tu Amor Eterno.
Quiero que así la Ley que proviene de Tu Fuente,
de Tu Divina Mente y de Tu Suprema Consciencia,
reorganice y redimensione
los planos de consciencia de Tus hijos,
para que se cumpla, Señor,
Tu Amor, pero también Tu Justicia,
y todos tengan la dicha de ser partícipes
de Tu Gloria y de Tu Reino Celestial
en el momento culminante del Retorno de Cristo.
He aquí, hijos de Dios, las Leyes Sagradas de la Creación, que fueron dictadas al pueblo de Israel a través de los profetas.
Hoy se vuelve a cumplir ese tiempo, así como se cumplió el tiempo de la Muerte del Señor, de la entrega de Su Cuerpo y de Su Sangre, como fuente salvífica para las almas.
Esta es la Ley, semejante a una flameante llama que reenciende el corazón, la vida y el espíritu; que no quema, sino que purifica; que transmuta y que libera las formas más corruptas de la vida humana, los universos más bajos del planeta, sin batallar; porque la Ley de Dios es neutra y sabia, y emite eternamente Su sabiduría y entendimiento a las almas creadas y a todas las demás criaturas de este y de otros universos.
Así, alinéense a la Fuente Creadora de Dios, en esta hora en la que la Fuente de Su Gracia y de Su Misericordia está abierta para otorgar expiación a través de un verdadero arrepentimiento y penitencia.
Quiero poder reconocer en ustedes los valores del Creador en la esencia más íntima y profunda de la consciencia humana.
Pero lo que es superior nunca puede comulgar y unirse a lo que es inferior, porque recuerden que todo lo que se ha desatado en el Cielo será desatado en la Tierra y todo lo que se ha desatado en la Tierra también será desatado en el Cielo.
Hoy, están ante la Sinagoga Espiritual de Dios, ante una de las doce expresiones de la Consciencia Trina.
Aquí, Yo estoy presente emanando la Ley del Creador, irradiando Sus Principios internos y eternos, entregando el bálsamo de Su Sabiduría espiritual para que todo lo que hagan sea bajo ese estado, bajo esa Gracia y bajo esa Ley, teniendo en primer lugar la Ley del Amor. No lo olviden, así podrán comulgar del Cielo y, aun estando en la Tierra, podrán ser contemplados en el Reino que se expresa en la Creación de Dios.
Por eso, los ángeles, testigos de la Ley, están aquí para que en solemnidad acompañen este momento, que no es concreto, sino espiritual; porque sus consciencias y la de sus hermanos ya deben aprender a elevarse espontáneamente y, aún más, esto será necesario en el Armagedón de estos tiempos, para que sus consciencias tengan la Gracia de la neutralidad, que es uno de los dones y de las virtudes de la Sabiduría Divina, así como lo es el sagrado silencio.
Tráiganme aquí el ofrecimiento de sus preguntas, que serán contempladas por la Sinagoga de Dios, por la Ley que siempre ha regido al pueblo de Israel, la Ley que lo ha guiado a lo largo de los tiempos.
Que se abran sus corazones para escuchar la Palabra del Señor.
A continuación, Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús lee algunas preguntas de los asistentes y Nuestro Señor responde.
P: Señor, ¿cómo puedo confiar en que tendré estabilidad financiera sin apartarme del Propósito para mí?
R: Recuerden la parábola de la viuda.
P: Cristo, ¿qué debo hacer para parar de sufrir tanto? No aguanto más.
R: Cuando te rindas a Mí, esto terminará.
P: Señor, ¿cuál es Tu Voluntad para esta humanidad? Nada somos, ayúdanos a cumplirla.
R: Que amen más que lo que Yo los he amado.
P: ¿Qué don o talentos pusiste en mí, Señor? Me pierdo con facilidad y no sé si los conseguiré manifestar de alguna manera.
R: Sustituye tus convicciones por tus talentos.
P: Amado Cristo, me gustaría descubrir cómo puedo curarme de mi sentimiento de inferioridad, de rechazo y de abandono.
R: Haz una novena para Mí.
P: No es que seamos un grupo de Tomás, pero ¿cuándo seremos bendecidos con Tu Aparición visible?
R: Cuando primero creas sin haber visto.
P: Cristo, ¿quién soy yo?
R: Una señal de que es posible morir para ti mismo.
P: Señor, ¿cuál es mi tarea en esta encarnación?
R: Cumplir lo que aún no has hecho.
P: ¿Cuál es exactamente la misión en África? (en inglés).
R: Que existan Comunidades y puntos de Luz semejantes al que fue gestado en Angola; pero eso solamente sucederá con la ayuda consciente de Mis compañeros y compañeras, no esperen que eso suceda solo con misioneros consagrados. Para que África pueda dejar de sufrir, deben asumirla con una verdadera responsabilidad, sin descanso.
P: ¿Cómo descubrir mi mayor propósito en esta encarnación?
R: Las señales ya fueron claras en tu vida, solo basta dar un paso para vivir ese propósito.
P: En la conducción de niños, mientras somos educadores ¿cómo guiarlos por el camino del Amor Crístico, sin ignorar las instrucciones formales?
R: Que, lo que más simple que hagas, debes hacerlo por amor.
Última pregunta:
P: Señor, esta, Tu Obra, en la que nos llamas Tus compañeros, ¿ahora está correspondiendo a Tu Llamado?
R: Por los frutos se conoce el árbol.
Que Dios Padre, Rey del Universo, los fortalezca y los bendiga, bajo el Amor incesante a la Ley.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Él dijo que va a responder una pregunta más, porque un alma se lo pidió.
P: Tú que conoces esos dos eslabones que aún no llego a conectar, ¿cuál es, que no lo veo?
R: Ser verdadero.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Camino sobre el fuego, pero no Me pierdo.
Nado en lo profundo, pero sin desaparecer.
Soy herido, pero no Me lastimo.
Penetro en lo más oscuro, pero siempre veo la Luz.
No hay misterio ante Mí, porque en Mi Presencia todo se revela.
En el aparente vacío está Mi Todo.
Adonde a veces no puedo llegar, es en donde está Mi mayor esfuerzo.
No dejo nada atrás; cada detalle es importante, porque así es la Ley, consecuente e inmutable, permanente e inalterable; porque la Ley en Mí es justa, pero no severa.
Sentir su peso no es sentir su presión; porque es una corriente que todo trasciende, modifica las formas y transmuta el pensamiento.
La neutralidad es Mi tónica; en ella encuentro el equilibrio y también la justicia. Sin neutralidad, no se conoce la armonía, el equilibrio ni la paz. Este es el ejercicio permanente del Gobernante y de todos Sus discípulos, de los que aprenden a vivir en la Ley y en el equilibrio.
En el universo todo es dinámico porque nada se pierde, todo se transforma, se renueva y se redimensiona, para que cada aspecto de esta Creación encuentre su lugar y su espacio.
Y lo que es aparentemente oscuro también tiene su lugar; por eso, está dentro de esta Creación, para que ese lugar que le corresponde, algún día sea redimido, liberado y transmutado, porque la base de ese misterioso movimiento es el Amor.
La oscuridad de estos tiempos no puede soportar el Amor. Quien vive en el Amor de Mi Padre transforma su propia oscuridad espiritual, y los escalones que encuentra para poder trascenderla son las Leyes, las Leyes que lo llevarán a comprender el bien en su infinita manifestación y poder.
Por eso, no deben creer que las puertas se cerrarán para siempre. El cambio tan esperado comienza en ustedes y termina en ustedes mismos.
Nada externo es responsable de lo que les sucede. Reconozcan su parte en este aprendizaje universal, así crecerán en humildad y en sabiduría, aplacarán su egocentrismo y transmutarán sus propias fuerzas terrestres cuando la Ley toque los niveles subliminales de la consciencia.
Pero hay una sola llave que abre esa puerta: la confianza. Sin confianza no se puede construir el Plan de Dios, porque en la confianza está la Verdad y también está la Luz.
Esto es lo que no pueden olvidarse en estos tiempos. Cada cosa que les sucede tiene una causa, tiene un propósito y también tiene un motivo.
Cuando vivan dentro de la Ley todo lo comprenderán, porque en la Ley no hay herida que no sea cicatrizada, porque en la Ley no hay aprendizaje que no sea comprendido, porque en la Ley no hay misterio que no sea revelado.
La Ley Divina es el sostén de un Gobierno Mayor y Superior; pero solo podrán llegar allí, a través de sus consciencias, con la gran llave maestra del Amor.
No hay otra senda para poder recorrer que no sea esta, porque el misterio se esconde de los ambiciosos, el misterio se esconde de los incrédulos; el misterio se muestra a los simples de corazón, porque el misterio es la estrella-guía de los valientes, aquellos que aspiran vivir el Gobierno de Cristo. Porque Yo Me encuentro en lo pequeño y no en lo grande, porque Mi Padre se encuentra en lo humilde y no en la opulencia, porque el Espíritu Santo está presente en el corazón de los simples y no de los vanidosos.
Esta Ley que Me permite caminar sobre el fuego, sin quemar ni una parte de Mi Ser, es la que protege Mi camino de ascensión y es la misma Ley que protege el camino de ascensión de Mis compañeros.
Porque en verdad les digo que en esta vida no comprenderán el misterio del universo en su totalidad. Quien vive en la escuela de los grados del amor sí lo conocerá.
Hoy, vengo con este Mensaje para que lo revelen dentro de ustedes mismos, en lo más profundo del mundo interior.
Vengo con este Mensaje para los seguidores del Gobierno Espiritual de Cristo; para aquellos que, rasgando su propio ser y transformando lo más profundo de la consciencia, se han decidido a ser parte de los Nuevos Cristos.
El mundo no busca estas esferas mayores, la distracción planetaria es muy grande porque es fomentada por el maligno espíritu de la indiferencia.
Pero, Yo vengo a abrirles esta puerta hacia lo que nunca vieron. Vengo, a través de Mi Verbo, a abrirles la consciencia; porque antes de que Yo retorne al mundo, Mis discípulos y seguidores ya deberán vivir en Mi Gobierno Espiritual y ser espejos de esa caridad infinita e inconmensurable, ser espejos de esa prontitud inextinguible, ser espejos de Mi gratitud espiritual, para que las corrientes perversas de este mundo se disipen, para que las almas amarradas por los grilletes del mal se liberen por el simple hecho de que existen almas y consciencias que toman verdadero contacto con Mi Gobierno Espiritual.
La respuesta está dentro del mundo interno de quien la busca.
Ahora es el tiempo de preguntarse:
Señor, ¿qué más debo hacer a fin de que se cumpla Tu Retorno?
Señor, ¿qué más debo dejar de hacer para que Tu Retorno no sea abortado?
Señor, ¿qué más debo cambiar para que sea merecedor de Tu próximo Reino?
Por eso, compañeros, pídanle al Señor del Universo la Gracia de ser consecuentes para preparar Su Retorno en el fin de estos tiempos y de que esta promesa no quede solamente en el plano mental, sino que sea una realidad a través de Mis compañeros, de los que Me dijeron sí.
A través de Mi Mensaje les he dejado muchos símbolos, pero también muchas respuestas. Por eso, una vez más, espero ver la respuesta de sus corazones.
Deseo que nadie más se ausente de Mi Plan, de Mis Comunidades y de Mis Núcleos-Luz, porque cada uno es una pieza que Yo necesito para construir la Nueva Tierra. Sin esas piezas no será posible que llegue el tiempo venidero, no será posible que el porvenir sea una realidad.
Sigan esforzándose en el camino de la trascendencia y de la transformación, porque un Buen Maestro nunca abandona a Sus compañeros.
Les pido que se decidan a ser esa promesa concreta del Señor. Ya no cierren sus caminos, ya no cierren sus corazones, ya no impidan que sus consciencias superiores trabajen por el Plan, vivan la renovación de estos tiempos, abandonen el espectro de la inercia, de la frialdad y de la indiferencia.
Quien está ante Mí calienta su corazón en Mi Fuego de Amor. Yo siempre renuevo todo lo que toco y todo lo que consagro, no pierdan la oportunidad porque Mi tiempo se acaba y las tres largas noches llegarán. Y, en esa hora, ¿Yo los tendré en Mí o estarán lejos de Mí? Deben estar prontos para esto.
Mi Ley, en esta hora, desciende como una Gracia Misericordiosa que justifica los errores y disuelve los pecados.
Mi Ley, que es la Ley de Dios, es el Cetro que conduce a Su pueblo sagrado, es la estrella que indica el Propósito en el firmamento.
La Ley no es severidad, sino es acogimiento. La Ley no es castigo, es amor, es discernimiento.
Que hoy, la Ley que rige al Cristo Vivo los bendiga, así como el Hijo del Padre fue bendecido en el río Jordán.
Reciban el Bautismo de Mi Espíritu, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y que esta Maratón de la Misericordia sea la Maratón de los consecuentes, de los que entienden, de los que comprenden y de los que saben que es urgente orar por la Divina Misericordia, porque estamos en un tiempo culminante y definitivo.
Una última cosa les pido, que Mis Palabras sean vida en ustedes para que todo sea renovado. Que así sea. Amén.
Vayan en paz y sigan adelante, construyendo Mi esperado Retorno.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Estamos viendo a Nuestro Señor, vestido con una túnica color lila, y en el centro de Su Pecho aparece la bandera de Venezuela. Pero hay un detalle importante en esa bandera que Nuestro Señor está mostrando, tiene estrellas que brillan, así como brilla Su Pecho. Nuestro Señor está muy dentro de Sí, meditando en silencio.
Y sobre esa túnica lila tiene una vestimenta sacerdotal, toda bordada desde Sus Hombros hasta Sus Pies
Él toma con Su Mano derecha un cáliz y con la otra, una pequeña cruz. Sus Ojos son de color celeste y Su Rostro casi pálido, rodeado de una luz dorada. Detrás de Él hay un cielo, tan profundo como infinito.
Él me dice que está sobre el Monte Ávila, en el punto más alto de Caracas. No está solo, está acompañado por filas de ángeles regentes que lo circundan y que también lo contemplan.
Mi Silencio hoy es para los inocentes.
Mi Presencia, sobre ese monte, es para los que Me buscan y no han perdido en sí mismos su esencia divina. Por eso, estoy allí como también estoy aquí, en esta tierra tan apreciada por Mí.
Es así que hoy estoy en dos lugares al mismo tiempo, porque Mi Padre Me lo ha pedido, a través de Su omnipresencia.
Mientras estoy aquí, disuelvo todo aquello que genera el mal, como el caos y la desesperación, la falta de fe, la carencia de confianza y la pérdida del amor.
Hoy ruego por aquellos que ruegan a Mi Corazón, porque sé que es justo que esa súplica y ese pedido sea respondido por vuestro Señor.
Con el semblante que hoy les muestro, semejante al que Yo tuve en la agonía del Huerto Getsemaní, Yo les quiero representar, a través de este símbolo, que es importante mantener la serenidad, la calma y la neutralidad, virtudes que Mi enemigo no conoce, porque cuando esas virtudes están presentes en las consciencias, Mi adversario se siente perdido, como si no tuviera el suelo debajo de sus pies.
La virtud de la serenidad construye cosas positivas. Es como una herramienta invisible que, al igual que la oración, trabaja de forma potente sobre las estructuras negativas y las disuelve poco a poco, hasta que el mal se consuma a sí mismo. En ese sentido, no hay batalla, no hay guerra ni tampoco oposición.
La calma es una herramienta importante que desvanece las ideas que se oponen al Plan de Dios.
La neutralidad es otra herramienta que mantiene todo en equilibrio y no permite que la consciencia se involucre en nada externo. La neutralidad es muy semejante a la paz. No es difícil alcanzarla. Es necesario buscarla, porque cuanto más neutros sean, todo lo que no sea luz se disolverá y encontrarán la fuerza interior para llevar adelante Mis Obras, la obra de la redención de las almas, de la conversión de los corazones y de todo lo que es necesario que alcance la Luz de Dios.
Así, vengo para proteger a las esencias en su camino de transformación. Por eso, cuento a las esencias una a una, para que puedan ser contempladas por Mi Padre, en el esfuerzo que las esencias hacen para vivir Mi Camino Crístico.
Por eso, sobre este Monte Ávila, en lo más alto de Caracas, vengo a construir nuevas bases, que no serán vistas pronto. Así, podrán ser contempladas por todos los que oran a Mi Corazón.
No puede haber voluntad humana que perdure más que la Voluntad de Mi Padre. Ella caerá por su propio peso, porque es una voluntad que no tiene amor, compasión ni misericordia.
De esta forma vengo a demostrar que, así como estoy aquí, estoy con los que Me necesitan, con todos los que lloran pidiendo a Dios Su intercesión.
Estas huestes, que hoy Me acompañan, serán enviadas por su Señor hacia la nación de Venezuela para que comiencen a trabajar en la Operación Rescate. Es algo que no verán en el plano físico, pero confíen en que algo estará sucediendo.
No se queden en lo superficial. Eleven cada vez más sus consciencias por todos los que no la podrán elevar porque están sumergidos en el sufrimiento y en la agonía. Vengo a aliviar esos estados que forman parte de la condición humana, de la propia deuda que debe pagar la humanidad.
No se desconcentren. Estoy haciendo algo arriesgado por los que más necesitan de Dios. Mantengan esa serenidad que les pido y estarán muy lejos de las realidades del caos.
Quisiera que todos los que Me escuchan, en sus hogares y grupos de oración, asumieran junto a su Señor una ayuda humanitaria mayor por todo ese pueblo. No solo les hablo de algo material, sino también de algo espiritual, que se ofrezcan a compartir, Conmigo, lo que pocos comparten: su silencio y oración.
Oremos.
Oración: Padre Celestial (se repite tres veces).
Todos los que se unen durante la adversidad siempre vencerán, porque en la unidad entre corazones y almas existe el amor, la confianza y la esperanza en el Creador. No teman, porque en el aparente horror, Mi Sagrado Corazón triunfará.
Hoy dedico este momento, junto a los ángeles del Señor, a Mis hijos de Venezuela, a todos aquellos que, en esa nación, aún no Me han alcanzado, no Me han sentido o no Me han podido vivir en su interior por el miedo, por la dificultad, por el sufrimiento, por la enfermedad.
Venezuela es un pueblo de esperanza. Venezuela es un pueblo de alegría. En ese pueblo existe la Nueva Humanidad. Venezuela es una nación de hermandad, porque ella es regida por la Madre del Cielo y por todos Sus coros que descienden a ayudar a las almas que sufren.
Hoy libero el sufrimiento, en representación de muchos más. Hoy libero la tristeza de los que ven, a su alrededor, todo lo que causa el dolor.
Venezuela siempre estará viva, porque Dios así lo desea. Venezuela siempre será un pueblo de igualdad, de equidad y de esperanza.
Felices serán los que creen en Mí, porque nunca perderán la paz y serán instrumentos que irradiarán al mundo el amor que el mundo tanto necesita.
Hoy quiero que cantemos por Venezuela, Siria, Turquía, Brasil, Egipto y por todos los que esperan que alguien ore por ellos, así como ellos oran por los que desconocen.
Cantemos.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Agua bendita.
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, bendigan a Venezuela y a todos los que claman al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, por la Paz. Amén.
Santifica Señor, todo lo que Tus hijos Te ofrecen y que surge de los corazones que claman por igualdad en estos tiempos.
Que los rostros de Mis hijos, cuyos nombres son colocados a los pies de Mi Altar, sonrían al universo, porque su libertad está próxima. San Miguel Arcángel dejará Su espada de liberación en Venezuela. Que así sea.
Hoy sus corazones estarán más aliviados, encontrarán en ustedes lo que tanto buscan hace tiempo.
El Señor bendiga las intenciones de los que aman la Justicia divina, suprema e infinita. Amén.
Que su pueblo sea ungido por la redención y así, encuentre la paz.
Que, en esta Cena que hoy celebro con ustedes, todos se alegren, que se viva la cura del corazón. Que Mi hoy Sangre los lave. Que hoy Mi Cuerpo los fortalezca. Que todos sientan en su interior la gran oportunidad de amar, más allá de sus vidas y de sus consciencias.
Cantemos junto a los ángeles.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cantemos junto a los ángeles.
Nos ponemos de pie.
Hoy uniremos a los pueblos, a las culturas de todos los que buscan la paz y la esperanza en estos tiempos. Invito también, compañeros, a que todos los que Me escuchan imiten este ejemplo de hermandad.
El Amor de Dios siempre vencerá porque es un Amor que crece, que se cultiva y se regenera en todos los que creen en él.
Que la Fuente de este Amor misericordioso llegue a los seres de todo el planeta, especialmente a los que más lo necesitan.
Que este Amor traiga la esperanza, la unidad y la alegría de estar en Dios, eternamente. Amén.
Yo los bendigo, por la autoridad que Me ha concedido Mi Padre, especialmente a Venezuela, regenerando en ese pueblo la alegría y la esperanza de seguir confiando en Dios hasta el fin de los días, hasta que Yo venga al mundo por segunda vez. Que así sea.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Quiero que, mientras Me elevo, sigan cantando para que esta súplica sea colocada en el Corazón de Dios. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más