APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DEL 8.° ENCUENTRO ANUAL DE LOS HIJOS DE MARÍA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oremos:

 

Adonai,
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención,
para este planeta.

Amén.
(seis veces)

 

Aunque la oscuridad parezca aprisionar a la consciencia del planeta y a todas las almas posibles, Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Aunque todas las guerras se desaten en el mundo y las almas emigren a diferentes naciones, Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Aunque se avecinen los tres días de oscuridad y la confusión mental esté presente en la mayoría de Mis hijos, Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Aunque, en las ciudades de diferentes lugares del mundo, muchas consciencias vean caminar a entidades, Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Aunque la desesperación, la angustia y la ceguera espiritual estén presentes en la mayoría de Mis hijos, especialmente en aquellos que dirigen las naciones y someten a toda la sociedad; Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Aunque el sufrimiento parezca más grande que el amor, aunque el dolor sea más grande que la cura, aunque la mentira parezca más grande que la verdad y aunque la impunidad sea más fuerte que la fraternidad; Yo les digo, hijos Míos: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Y aunque las almas de este mundo, es decir todas las personas, vean que suceden cosas horribles, que se abren muchas puertas inciertas y que se sigue sometiendo a las almas por la injusticia y la mentira de este mundo; Yo les digo, hijos Míos: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Mi promesa sigue vigente y latente.

Yo vendré, después de Mi Hijo, para restablecer el Reino Espiritual y Celestial en el planeta. Por eso, hijos Míos: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Esta es la hora de todos los Hijos de María. Esta es la hora de la confirmación de todos los apóstoles de Cristo.

¿Quién sostendrá, junto a la Madre Celeste, el estandarte de la Paz?

¿Quién no permitirá que su corazón se enfríe delante de esta indiferencia planetaria?

Este es el tiempo de la confirmación final de todos los Hijos de María, porque el tiempo de la preparación ya pasó. Ahora ya no son Mis niños, ahora son los servidores adultos en evolución.

Ahora, deben ser embajadores de la paz y ciudadanos de este universo, para que los Atributos Divinos desciendan a la Tierra y los millones de almas en el mundo, debido a las guerras y los conflictos, no se olviden de que Dios es Amor, Verdad y Justicia, y que nadie, ni ningún acontecimiento borrará de los corazones la esencia del Amor de Dios, aunque parezca que el sufrimiento, los conflictos y las migraciones borren en los corazones la Verdad, que es el propio Dios Vivo.

Por eso, Yo les digo, hijos Míos: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Este es el tiempo de que los Hijos de María sean verdaderas consciencias decididas a servir al Plan, que permitan que el espíritu superior de cada hijo Mío descienda y que, a través de su propio origen universal, se establezcan en la Tierra los Espíritus Guerreros de la oración, los Espejos de la oración, los Contemplativos de la oración, los Guardianes de la oración, los Vigilantes del Plan, los Curadores del Amor de Dios y los Gobernantes del Rey Universal.

Coloquen sus consciencias en la dirección correcta, no permitan que lo superficial y lo horizontal los envuelva. No permitan que las fuerzas contrarias a la Luz sigan sometiendo a todas las consciencias a través de la desinformación y de la mentira.

Coloquen sus consciencias en dirección vertical y vean, en lo alto de los montes de este mundo, la victoriosa y luminosa Cruz del Redentor, que ya no será la Cruz del sufrimiento, sino la Cruz de la Misericordia, de la Justicia y del Amor que se ofrece a ustedes, de tiempo en tiempo, para que a través de la victoria de la Cruz en sus vidas, sus consciencias se eleven  a Dios y, en nombre de todos los que niegan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, establezcan en este mundo la Justicia Espiritual y la Compasión, lo que permitirá que los que se han condenado al fuego del infierno, hablo de los que dirigen las naciones y todos sus súbditos, tengan la oportunidad de que, a través de Mi Hijo, el Cristo Redentor y Resucitado, todos se puedan redimir, porque ese es el verdadero Amor, amar al enemigo y no destruirlo. 

Aunque el enemigo destruya en lo material, mental o espiritual, los invito, Mis amados ejércitos orantes, los invito, Mis amados Hijos de María, a que en este tiempo sean verdaderos estrategas del Plan de Dios, que no luchen con armas, que no ofendan con palabras, que no atraigan a través del pensamiento lo que es negativo, sino que sean como Mi Hijo, el Cristo, que en lo alto del Monte Calvario redimió al mundo entero, hasta el último momento de Su expiración.

Por eso, Mis amados hijos, es hora de cambiar la frecuencia de este mundo y permitir que, a través de las columnas de la oración, del servicio, del diálogo, de la compasión y del entendimiento, se abran las Puertas de los Cielos para que las Gracias de la reparación, de la cura y de la redención desciendan sobre las almas más necesitadas en este tiempo y, así, se cierren los infiernos de la superficie de la Tierra, en donde grandes consciencias negativas trabajan en la involución de las consciencias y de las almas.

Pero en esta estrategia espiritual que Yo los invito a practicar por medio de la oración, de la adoración, de la Comunión y del servicio, no deben desafiar ni tampoco tentar al enemigo. La estrategia del silencio será su escudo. La estrategia de la oración será su espada que cortará los grilletes del mal y disolverá los infiernos, en donde muchas almas radican sin poder encontrar la Luz y el Amor.

¿Ahora, comprenden la estrategia de estos tiempos? 

Porque el mal se disolverá por su propio mal. Recuerden que Mi Hijo es el Amor, Él es la Verdad y Él es su Vida, y que Su Amor es lo que le cierra las puertas al mal.

Decídanse, Hijos de María, no solo a ser los apóstoles del fin de los tiempos, no solo a ser consciencias disponibles, decididas y definidas, sino también ofrézcanse a Mi Hijo y a Mi Materno e Inmaculado Corazón como chispas de la Luz de Cristo, códigos de Su Amor Redentor, espejos de la Madre Celeste, que pueden brillar en la superficie de este planeta para que el caos sea vencido, extirpado y retirado de la consciencia humana.

Así como les dije ayer, no quiero venir con un Mensaje de advertencia o de miedo. A través del Universo Celestial, Yo les traigo la verdad y la realidad para que sus ojos ya no se confundan, para que su atención no sea desviada por el caos de este mundo y por la ilusión.

A través de las almas bondadosas y generosas, a través de las almas de sacrificio y de las víctimas del Amor de Cristo, es en donde, una vez más, triunfará el Amor, la Justicia y el Bien de Dios. Y esa será la gran y victoriosa justificación ante todos los pecados y errores del mundo, y mismo delante de todas las guerras, condenaciones, sacrilegios e indiferencias, porque las almas serán esa justificación ante Dios, las almas, los Hijos de María, que a partir de hoy decidan que sus vidas ya no les pertenecen, sino que sus vidas pertenecen a Dios, el Creador.

Así abrirán la puerta correcta para vivir Su Divina Voluntad. Crean que esto es así. Crean y sientan, en este momento, la misma situación interior y espiritual que su Madre Celeste, la Virgen María, vivió con el Arcángel Gabriel.

¿Acaso ustedes creen que Yo dudé del Llamado de Dios cuando recibí ese Llamado del Cielo?

Ustedes están ante el mismo momento interior. Están ante la gran oportunidad, en nombre de muchos hijos perdidos, de abrazar el Llamado de Dios, de amar la cruz, para que ella se vuelva más victoriosa y redentora.

Hoy, vengo de un lugar del universo, de un lugar de este sistema solar, en donde los Espejos Celestes vuelven a trabajar por la paz en el mundo, de una forma silenciosa e imperceptible. 

Por eso, invito a todas las almas orantes, a todos los corazones espejo, a que, en este día, muy especial para Mí, en donde muchos Hijos de María tienen la oportunidad de renovar sus votos internos y de dar un paso definitivo y verdadero, a que los corazones orantes estén muy unidos a los Espejos Celestes de la Madre de Dios; porque ustedes saben que la humanidad lo necesita, necesita de esa paz que fue boicoteada, de esa esperanza que fue condicionada, de ese amor que fue oprimido y sepultado, de esa fraternidad que fue disuelta a través del mal, de la impiedad y de las guerras.

Son los Espejos Celestes de la Madre de Dios que hoy se reflejan en los corazones orantes, que elevan su verbo hasta los Tronos de Dios para suplicar por Misericordia y Redención.

Que se alegren los que han persistido hasta este momento del camino.

Que mediten los que no consiguieron seguir los Pasos de Cristo.

Que oren todos Mis hijos por aquellos que fueron desviados del propósito del Amor, por diversas situaciones y circunstancias.

Quiero que cada Hijo de María, hoy, delante de la cruda realidad del mundo, del dolor y del sufrimiento de las almas más inocentes e inofensivas, que Mis hijos, los Hijos de María, no solo se sientan envueltos por Mi Manto Celeste para que en sus corazones brille la Estrella de la Hermandad, sino que en nombre de aquellos que no pueden llegar hasta Mí, por el conflicto y las guerras, por la desesperación y la angustia, por la oscuridad y el absoluto vacío de los desiertos de la vida, quiero que Mis Hijos de María, en nombre de cada uno de ellos, coloque su cabeza sobre Mi pecho para que Yo los pueda abrazar con Mi Luz y con Mi Amor.

En este momento, sientan en el silencio del corazón el latir del Corazón de la Madre Divina, de un Corazón que los ama, de un Corazón que los acepta, de un Corazón que los abraza, de un Corazón que los baña con el Amor de Dios, de un Corazón que los ilumina en cada uno de sus pasos.

Sientan, por un momento, el Corazón de la Madre de Dios, un Corazón que sufre por el mundo cuando las almas se distancian de Dios, cuando las almas se alejan del Padre de la Divina Misericordia.

Ahora, abrácenme, colocando sus manos en Mi cintura, sobre el cinturón dorado de la Madre de Dios, y coloquen sus oídos sobre Mi pecho, el Centro de Luz Femenino de la Creación, que guarda y protege a todo el universo y la vida.

En esta alianza Conmigo, internamente, renueven sus votos con el Padre Creador.

Yo les agradezco por escucharme y también les agradezco por tener la valentía de persistir, para que el Retorno de Cristo sea una victoria en el mundo entero.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

Oremos. Aún con nuestra cabeza sobre el pecho de la Madre de Dios, oremos junto a Ella en unidad y confianza, en fraternidad y amor.

 

Señor,
 que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza,
que la humanidad pueda expresar su arquetipo,
que la palabra sea viva y construya Tu Templo,
que se expanda en nosotros Tu misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta unidad.

Amén.
(tres veces)

 

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Llego a un mundo aún herido y perturbado. Por esa razón, hoy estoy aquí para estar cerca de Mis hijos, de todos Mis hijos de la humanidad.

Aun más que nunca, estoy en las naciones del mundo, en aquellos lugares en donde hermanos se enfrentan con hermanos por razones sin motivos, en donde el mal toma partida de todo esto.

Este es el tiempo que Yo había anunciado en Fátima, en el que Mis hijos, todos Mis hijos orantes, deberían estar en sus hogares rezando el Santo Rosario, encendiendo una vela a la Madre de Dios; y aun más, sin salir de sus casas, ante todo lo que sucedería en las calles de sus pueblos, en todas sus naciones.

Hoy no quiero confirmar estos acontecimientos por más que están sucediendo. Mi Corazón siente un dolor indescriptible por todo lo que viven Mis hijos en el mundo, especialmente por aquellos que son más inocentes y aún siguen siendo castigados por la indiferencia y por todo lo que sucede, no solo en sus familias, sino también en sus pueblos; heridas que aún no se han cicatrizado y que deberán ser contempladas por la luz de la oración.

Este es el momento, hijos Míos, en el que ustedes y sus hermanos deben ser un espejo de la verdadera oración, de una oración que transforma y que redime, de una oración que se ofrece constantemente a Dios, en reparación por todos los pecados del mundo y por todas las injusticias que viven Mis hijos en este tiempo de adversidad y de caos.

Por eso, así como fue en Pentecostés, Yo les traigo la Luz del Espíritu Santo para que la puedan recibir en su corazón, para que sus almas la puedan sentir y reconocer, para que sean bañados por sus Divinos Dones que, en este tiempo, necesitarán para dar sus pasos en estas filas que Mi Hijo está formando en Sus ejércitos del fin de los tiempos, en preparación de Su esperado Retorno.

Hoy, también les muestro Mi Corazón Inmaculado, un Corazón que sigue pulsando por Amor a la humanidad, un Corazón que se ofrece como refugio para sus vidas y almas, un Corazón que se entrega en sacrificio ante todo lo que sucede en el mundo, ante todo lo que cada corazón siente en este momento de transición planetaria.

Quiero que vean a Mi Corazón como un refugio seguro, como una puerta que los llevará a la Casa de Dios, a fin de que más y más almas orantes puedan enmendar todo lo que sucede en el mundo por medio de la vivencia de los Mandamientos que Mi Hijo les entregó, que hoy son la nuevas Bienaventuranzas.

Necesito, hijos Míos, que sean conscientes de este momento planetario, que cada acto y acción de sus vidas tenga un motivo de reparación y de cura para toda la humanidad, porque en lo más pequeño y en lo más simple es en donde se lleva adelante el Plan de Dios. Esto tiene resultados grandiosos para los planos espirituales de la humanidad.

Hoy también envío, ante Mi Presencia, a los Ángeles de Dios, para que puedan ayudar a las naciones de la humanidad, sobre todo a aquellos pueblos que en este momento viven el enfrentamiento y la guerra, la lucha por la sobrevivencia, por el alimento y lo esencial para poder seguir adelante.

Este es el tiempo de atraer hacia la Tierra la unidad fraterna, llamada fraternidad humana, para que todos Mis hijos aprendan a compartir lo que tienen, ya que, en este momento, no habrá otra salida si no se unen para que sean fuertes en Cristo, en Mi Hijo, el Salvador.

En esa unidad, no solo compartirán su vida, sino compartirán todo lo que tienen y todo lo que poseen, sin tener recelo de que nada les faltará; porque Dios les enviará aquello que necesitan verdaderamente y no aquello que desean.

Aún falta un tiempo para que la humanidad comprenda que es una única familia; que además de existir razas y pueblos diferentes, todos son regidos por el mismo Amor y la misma Fuente, y que en la Fuente Divina no existen diferencias ni tampoco reconocimientos.

Invoco hoy, para ustedes, el sagrado atributo de la humildad, para que más corazones se puedan resignar y entregar a Cristo; para que, como corazones vacíos, puedan ser colmados por sus Códigos de Luz; atributos, virtudes y dones que Mi Hijo les entregará para preparar Su Retorno al mundo, para despertar a los nuevos apóstoles, lo que Mi Hijo aún está esperando para continuar adelante con Su Plan.

Así verán, hijos amados, que a Mis pies no solo tengo al mundo entero, a la consciencia de un planeta que sufre y agoniza por las causas destructivas de Mis hijos que aún no viven a Dios, que están lejos de Dios, que viven la ambición y el poder descontrolado, y solo quieren más y más.

Quiero que, al igual que su Madre Celeste, coloquen en su corazón al planeta; que sus oraciones, cantos, sacramentos y servicios ayuden a curar a la consciencia del planeta; que todo pueda ser reparado para que la Luz de la Divina e insondable Misericordia de Mi Hijo rescate a las almas y se abran los caminos para todos los que lo tienen cerrado; para que, en este abismo planetario, brille la Luz de Dios.

Como su Señora del Santo Rosario, nuevamente los invito, hijos amados, a seguir orando Conmigo, no solo por la paz, sino por el fin de la pandemia; no solo esta pandemia que viven o que hoy conocen, sino por muchas pandemias espirituales que hacen sumergir a las almas en los infiernos de la Tierra y que son peores venenos que la actual pandemia que existe.

Deben tener consciencia, hijos Míos, que el poder de la oración se debe ampliar, no como un fanatismo o un fervor descontrolado, sino con la consciencia que la oración necesita tener dentro de ustedes, para que los portales de la Paz se abran y las almas sean sacadas del sufrimiento.

Hoy, como soldados Míos, soldados de la oración de María, los invito a unirse a Mí, de corazón a Corazón, a fin de que esta situación se revierta y las almas no pierdan el amor, la fe y la esperanza que las hará persistir y atravesar estos tiempos difíciles.

Por eso, en este momento, ante la Mirada compasiva de Dios, traigo el poder de la Luz de Mis Espejos, de las sagradas herramientas de Dios, para que ellas irradien al mundo y a todo lo que está dentro de él; para que la vida terrestre no solo sea curada, sino sublimada; para que las almas sean colmadas por el Amor de Dios y vuelva a despertar en ellas la confianza de vivir en Cristo y por Cristo, a fin de que se cumpla la Divina Voluntad.

En este mes de mayo, vengo a caminar a su lado como la Madre peregrina, como la Madre del Santo Rosario, que en este día coloca Sus pies sobre la Tierra para caminar junto a Sus hijos hacia la sagrada Tierra Prometida. 

Esa Tierra, que debe emerger dentro de ustedes, se llama Reino de Dios, en donde todo será renovado y amorosamente compartido, hasta que pueda retornar Mi Hijo y hacer nuevas todas las cosas, no solo dentro de ustedes, sino también en todo el mundo.

Afirmen las promesas que Él les ha realizado, sean parte de Sus promesas para que Su Plan se pueda realizar.

También a Mis pies, recibo las intenciones de Mis hijos, y hoy Mi Manto se abre y se extiende sobre Sudamérica, y llamo a Mis hijos de este continente sagrado para que, desde lo alto de los Andes hasta los océanos, sostengan Conmigo, este crucial momento, en donde las almas necesitan urgentemente afirmarse en Dios para que sea evitada la perdición en masas.

Ayuden, hijos Míos, a que las garras del adversario sean cortadas por la espada del Arcángel Miguel y las naciones de Sudamérica se liberen para siempre de la desigualdad, de la injusticia y del sufrimiento, porque aún la sagrada semilla de Dios deberá germinar, para que algún día crezca y despierte la Nueva Humanidad. Por eso, trabajamos. Por eso, oramos. Por eso, transmutamos y para eso vivimos en el nombre de Cristo, porque sé que aún Mis hijos no comprenden lo que eso significa y la amplitud que eso tiene para la Consciencia del Padre Eterno.

Pero hoy les hago recordar este compromiso; porque si, algún día, aspiran a vivir la Voluntad de Dios deben saber que sus vidas se entregan para lo que Dios necesita llevar adelante en este tiempo final, sin nada a cambio, en un absoluto vacío y en una absoluta confianza.

Yo los invito a meditar en lo que les digo; porque los apóstoles de Cristo serán colocados en donde Él lo necesite, en lugares que nunca habrán pensado, para que el amor y la unidad no se pierdan en esos lugares, y las almas y los pueblos no sigan siendo arrastrados por el mal.

Así, en Cristo, Yo los renuevo en este compromiso divino y sideral.

En este día, Yo los bendigo para que sigan firmes en Cristo y no pierdan de vista Sus Huellas, porque Mi Hijo está pisando fuerte sobre el suelo de este mundo, porque Su Poder es invisible, Su Amor es inextinguible, Su triunfo es eterno.

Sean parte de este momento, por todos los que no lo podrán ser, para que todos tengan la Gracia de la redención.

Este día también es especial para Mí, por Mi hija, Madre María Shimani, ya que la Fuente Divina tiene la oportunidad de renovar, y de renovar, los orígenes de muchas consciencias que surgieron de los sagrados Lagos de la Creación para poder vivir, algún día, su compromiso con Cristo, con la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.

Por eso, hoy, juntas más que nunca, ofrecemos este momento al Padre Eterno para que Él lo reciba con amor  y así sigamos cumpliendo Su Voluntad, una Voluntad que renueva las cosas de tiempo en tiempo.

Hoy, Mi bendición no es solo para ti, hija Mía y madre Mía, sino también es para aquellos que no pudieron seguir los pasos hacia Mi Hijo y no se rindieron a Su Corazón para ser invadidos por Su Amor transformador y redentor.

Hoy, los orígenes son enmendados por el Amor maternal, el Amor que les da la fuerza para que los hijos del Padre caminen firmes hasta Su Casa Celestial.

Hoy, esta rosa, así como está abierta en devoción a Dios, se abre en devoción y amor en los corazones que sufren y que necesitan de la Luz de Mi Hijo para continuar adelante. Esta es la flor de la maternidad que por toda la eternidad estará presente al servicio de los hijos del Padre, para que Sus hijos sean comprendidos, aceptados y acogidos por el Amor maternal.

Quiero enviar Mi Espíritu de protección y de amparo a Mis hijos de Colombia.

Que Mis hijos de Colombia sepan que la Madre de Dios, la Virgen de Chiquinquirá, estará con ellos, caminando silenciosamente hasta que ellos retornen a la paz.

Recen para que esa paz se establezca en Colombia y en todas las naciones del mundo, a fin de que la humanidad se conscientice y despierte a la verdad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hace ciento tres años atrás llegué al mundo por una razón mayor, y hoy retorno nuevamente al mundo, hijos Míos, para que tengan consciencia de este importante momento planetario.

La Luz de Mi Inmaculado Corazón se refleja en la Tierra para poder abrazar a la mayor cantidad de almas posibles, pero en este tiempo no es suficiente.

Mi Hijo los ha formado para este momento, los ha hecho apóstoles Suyos para que lo pudieran servir y seguir.

Como Madre, vengo en este tiempo para que la mayor cantidad de hijos Míos no pierdan el sentido y el propósito de estar aquí, la razón por la cual Dios los trajo hacia Mi encuentro, sabiendo que, hijos Míos, aún hay millones de almas en el mundo que nunca estuvieron frente a la Madre de Dios.

Ustedes, que han estado tan cerca de Mí a través de estos últimos doce años, tienen mayor responsabilidad ante Dios por las causas y las aspiraciones de su Madre Divina, porque el Plan de su Madre Celeste no es personal, sino que es un Plan para toda la humanidad y el planeta.

Ustedes deben ser los embajadores de Mi Corazón Inmaculado en el mundo, deben ser los facilitadores para las almas que necesitan de mucha ayuda espiritual e interior.

Ese es el motivo que hoy Me trae aquí ante ustedes, por todos Mis hijos que Me escuchan en este momento a lo largo y a lo ancho del mundo, los que aún proclaman su fe y devoción a Mi materno Corazón. Pero quiero decirles también, a cada uno de ellos, que este es el tiempo definitivo y crucial, muy, pero muy diferente del que sucedió en Fátima hace ciento tres años atrás.

En aquel tiempo la humanidad tenía un estado de consciencia diferente, más primitivo e inmaduro. Pero en este tiempo, aún con el avance que ha alcanzado la humanidad, eso sigue siendo en otros planos de consciencia con la destrucción de los Reinos de la Naturaleza y de la propia vida del ser humano; a través de las dolorosas crisis humanitarias y del exilio de millones de hijos Míos en el mundo, buscando una oportunidad y una esperanza.

Ahora su casa, el planeta, está en una gran transición y quiero que lo sepan, hijos Míos, porque aún muchos hijos Míos no quieren abrir los ojos hacia esa realidad, para no sentirse impresionados o convocados al servicio planetario.

Muchos de los que hoy no están aquí perdieron una gran oportunidad espiritual, pero eso no impedirá que las puertas del Cielo se sigan abriendo hacia la Tierra, siempre que cada uno de Mis hijos corresponda a Mi llamado. Esa será la gran premisa para que su Madre Celeste pueda seguir retornando, o no, al mundo, mientras que el Padre Celestial lo necesite.

Pero hoy Mis manos están llenas de oraciones, y se las puedo mostrar como pequeñas esferas de Luz que han encendido los corazones del mundo, al rezar obedientemente el Santo Rosario y entregarlo en honor a la Madre Celeste. Cada una de estas cuentas que hoy llevo en Mis manos, cada pequeña esfera de Luz que se encendió en las humildes palmas de las manos de la Madre de Dios, serán Gracias extraordinarias que retornarán al mundo para aquellos hijos que sufren y que son cientos y cientos de almas que aún esperan silenciosamente por una Gracia de Dios.

Es así que les recuerdo, hijos Míos, la importancia de la oración Conmigo todos los días. Esto es prioridad para sus corazones y almas. Nada puede cambiar ese ejercicio espiritual, nada puede sustituirlo ni siquiera cancelarlo. Si oran, estarán unidos a Mí, y Mi Corazón Inmaculado, en este mes de mayo, estará en ustedes, así como lo estuvo en el corazón de los pequeños pastores de Fátima.

Así como Mi Corazón aún está presente en el Santuario de Fátima y en todo Portugal, el Amor de la Madre de Dios, la devoción de la Madre Celeste, la pureza de la Sierva de Dios, tiene que estar en más corazones del mundo. Porque, a pesar de lo que suceda en la superficie de la Tierra, nada les sucederá y podrán seguir los pasos de la Madre de Dios por los senderos de la reconciliación y de la paz, para que puedan estar en comunión con Cristo, Mi amado Hijo, y así sean sacramentados por Su Espíritu a través de la Santa Eucaristía.

Pero ahora, hijos Míos, es urgente e importante que profundicen en la Comunión Espiritual con Mi Hijo. Este es el tiempo de que cada uno de ustedes pueda reconocer la veracidad de su unión sincera con Mi amado Hijo, porque esto es lo único que los salvará y los protegerá en estos tiempos. Por eso, adórenlo, reveréncienlo y oren a Cristo, para que la Fuente de Su Misericordia pueda seguir descendiendo al mundo y sobre aquellos lugares que son más necesitados.

Hoy, su Madre Celeste, la Señora del Santísimo Rosario, ha recorrido el planeta entero para recoger las súplicas de cada uno de Sus hijos, y ustedes que están aquí, ¿Me han suplicado, Me han llamado como su Abogada y Mediadora ante sus posibles injusticias?

Este es el tiempo de la conversión, pero también es el tiempo de la conscientización. Todos los tesoros que reciben del Cielo los deberán testimoniar ante la llegada de Mi Hijo, y eso será un acto y una realidad para cada uno de ustedes, como también para los que no están y, de forma confusa, perdieron las huellas de Mi Hijo.

Pero, Yo no vengo al mundo con Justicia, sino con Amor, con un Amor maduro que los hace crecer y responsabilizarse por este Plan de Amor que Dios les entregó conscientemente para que lo cumplan y lo vivan.

Toda esta Gracia que reciben no es nada personal, es una gran necesidad planetaria, humana e interna de cada una de sus almas y espíritus.

Después de ciento tres años de haber estado en Fátima, vengo a pedirles que sean consecuentes con Mi Hijo y que maduren porque aún hay mucho por hacer, aún hay mucho por realizar, aún hay peregrinaciones por llevar adelante en aquellos lugares del mundo en donde el sufrimiento es real y doloroso, en donde hermanos suyos sufren permanentemente el caos y la adversidad.

El Corazón de Mi Hijo, el Casto Corazón de San José y Mi materno e Inmaculado Corazón necesitan llegar a esos lugares en estos tiempos definitivos.

Pero esa que es Mi aspiración, deben primero construirla dentro de ustedes, para después construirla fuera de ustedes. Eso les hará vivir la realidad y no la ilusión de lo que significa Mi llamado. Porque Mi llamado no es una ilusión, es una necesidad y una convocatoria para cada uno de sus corazones, para que tengan la oportunidad de dar lo mejor a Dios, después de todo lo que Él les ha dado.

Así como vengo con este mensaje para ustedes, también vengo con un mensaje de Amor para el mundo, porque el sufrimiento tiene que terminar, la ignorancia tiene que terminar, la ingratitud tiene que terminar y eso dependerá de cada uno de ustedes, hijos Míos.

Los invito a ingresar nuevamente a la escuela del amor, a la escuela de la gratitud y especialmente a la escuela de la obediencia, para que sus corazones sigan siendo guiados ante una realidad planetaria que se complica, día a día, por el gran distanciamiento que tiene la humanidad de Dios.

Ustedes, ¿se distanciarán de Dios? La prueba de la fe llegará para cada uno de sus corazones y en esa hora estaré rezando por ustedes, así como estoy rezando por el mundo, por la Gracia extraordinaria que conceda el fin de esta pandemia en toda la humanidad, a fin de que los corazones, las almas y las personas recapaciten sobre sus vidas; porque sin solidaridad, sin fraternidad y sin gratitud, la humanidad no volverá a la normalidad.

El tiempo ya terminó y su consciencia debe crecer interiormente, así estarán como almas, siendo acompañados por nosotros desde el Cielo, para llevar adelante esta tarea que aún no terminó.

Hoy coloco sus corazones ante los jardines internos de Lys para que puedan recordar su pureza original. Es la pureza que los protegerá y los amparará en este tiempo de ustedes mismos, para que puedan seguir caminando en Cristo y por Cristo, reconociendo las fortalezas que Él les ha entregado y las virtudes que Él ha depositado en sus almas para que lo puedan seguir y servir.

Él tiene Sus Brazos abiertos y Sus Manos extendidas hacia el mundo. De la misma forma, hijos Míos, Yo extiendo Mis brazos hacia ustedes para que vean en Mis manos la Luz de la Gracia que los toca, con el propósito de vivir el discernimiento y la sabiduría para que no tomen decisiones precipitadas, porque esta es la última oportunidad.

La copa ya está rebasando y las promesas que fueron realizadas por su Señora en Akita, Ruanda (Kibeho), Garabandal, Fátima y México (Guadalupe), así como en Medjugorje, se cumplirán.

Hoy tengo en Mi Corazón a los que Me viven, a los que Me aman, a los que Me esperan, a los que oran Conmigo, a los que claman y a los que nunca se cansan de servir. En ellos están las promesas de Cristo para poderse cumplir y realizarse. Yo espero que eso así sea, en cada uno de ustedes.

Agradezco, queridos hijos, el amor sincero que fue colocado como respuesta a Mis pedidos de consagración de las familias a Mi Inmaculado Corazón. Esas familias, esas almas y esos corazones hoy reciben la consagración especial de la Madre de Dios, para que Dios los tenga en Su Misericordia y en Su Gracia, y los ayude a vivir el fin de estos tiempos, que es un tiempo desconocido para todos.

En agradecimiento a cada uno de ellos, Yo los bendigo y Me despido.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que la Paz de Fátima, el santuario interior, permanezca en los corazones. Amén.

Les agradezco.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE VIEDMA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Con la unión del Cielo y la Tierra desciendo al mundo para poder ayudarlo, trayendo en Mi Corazón todos los prodigios de Dios, y a través de los ángeles, todas las Gracias posibles para los corazones.

Hoy, Mi voz interior resuena en el mundo y los mundos internos escuchan la palabra de la Madre de Dios, que viene a rescatar a Sus hijos del exilio y del naufragio de estos tiempos, que viene a traer a través de Sus manos la cura para la humanidad.

Solo  deseo hijos Míos, el bien en cada uno de ustedes, y que muchos más hijos Míos recuperen su filiación espiritual con el Padre Celestial, sabiendo que para estos tiempos difíciles y críticos será imprescindible para todas las almas la filiación con el Padre Creador.

Por eso, vengo como una Gran Consciencia Espejo, para que por medio de la oración, la Madre de Dios esté unida con todos Sus hijos que invocan a través del Verbo orante, la Luz, el Bien y la Redención para  la humanidad.

Pero Yo los animo queridos hijos, a seguir construyendo en ustedes el fin de los tiempos por medio de la vida del servicio y de la oración a los demás, sabiendo que hay mucho que curar en esta humanidad y en este planeta.

Cada vez que practiquen esos atributos, hijos Míos, permitirán que la Madre de Dios vuelva a interceder, así como Ella está hoy intercediendo por Argentina.

Deseo que sus corazones se abran cada vez más a ese llamado que viene del Cielo y que en esta vida no será conocido profundamente, pero si sus corazones se unen a Mi Corazón Inmaculado, como una sola cadena de luz y de amor, por medio del  Rosario de la Paz por las Naciones, Yo podré abrazar a muchas más almas necesitadas de amor y de luz.

Grande es el cautiverio de millones de almas en esta humanidad, y no consiguen salir de ese estado, por tener muchos obstáculos y barreras.

Pero ustedes saben, hijos Míos, Mi Presencia tiene muchas faces, y la Madre de Dios cuenta con Su Poderosa Espada para poder vencer al mal por medio del amor y de la fe, trayendo para el mundo la liberación y la paz a los corazones que más necesitan volver a encontrar a Dios en su interior, para vivir en estos tiempos difíciles, una verdadera comunión con lo Alto, una profunda unión con lo Divino.

Los vengo a invitar, queridos hijos, a que aprendan a vivir las Leyes divinas, por medio de los atributos que están concebidos en la oración de la Madre Universal.

Si viven esos atributos y los aplican en sus vidas día a día, no será necesario que Argentina ni ninguna otra nación, padezca los sufrimientos generados por los propios pueblos.

Los atributos que Yo les traigo, hijos Míos, nacen de Mi Fuente Maternal, son atributos que nacen de la humildad de la Madre de Dios, por su servicio eterno y como sierva de Dios.

Pero si ustedes, hijos Míos, se esfuerzan para vivirlos día a día, no solo construirán en sus almas una fortaleza invencible e inquebrantable, sino también ayudarán a sus naciones para que más almas sean contempladas en el Océano de la Misericordia de Dios.

Ha llegado la hora, hijos Míos, de vivir la fraternidad y la cooperación entre los pueblos, eso demostrará a Dios y a todo el Universo que la humanidad está comprendiendo algo, y la Gracia de Dios en Argentina y en el mundo será inagotable, a pesar de los gravísimos errores que cometen muchas almas en estos tiempos, y que ultrajan, de tiempo en tiempo, el Corazón de Dios.

Pero hoy una nueva historia es concedida  para la Argentina y para sus esencias. El trabajo realizado hoy de oración ha ayudado mucho, para que la Madre de Dios y Madre vuestra pudiera interceder, sabiendo que hay muchas almas que no merecen la Gracia de Dios, pero como abogada vuestra, e  intercesora celestial entre el Cielo y la Tierra, Dios Me ha concedido la salvación de más corazones para los tiempos que llegarán.

Hijos Míos, la donación de sus vidas será la llave de la gran transformación y los portales del Universo se abrirán ante sus ojos, verán descender el Universo espiritual y los grandes arcángeles, padres creadores de todos los planos de consciencia, los asistirán y los ayudarán para vivir, en estos tiempos, dentro de un Universo de Paz desconocidos, diría, inalterable.

Esto es posible gracias a  fuerza de la oración constante, y a su compromiso diario con el Santo Rosario. Así, hijos Míos, estarán protegidos dentro de Mi manto, sus familias también estarán protegidas de todo mal; esto llegará  aún más, a todos los lugares, porque la Luz de Mi Corazón irradia al mundo entero a través de las oraciones de Mis hijos que tienen consciencia y discernimiento de que la oración es una llave fundamental para estos tiempos difíciles.

Sumérjanse en ese ejercicio y en poco tiempo no se conocerán, sus vidas se habrán transformado completamente  y conseguirán dar pasos hacia la liberación de sí, alcanzando la trascendencia de la materia y uniendo sus espíritus a la vida inmaterial.

Para que todos estos atributos a la Madre Universal  estén en sus corazones y en sus pueblos, hoy abro Mi Corazón Inmaculado como casa y refugio de los corazones, como alivio de los afligidos y cura de los enfermos, para recibir de sus voces, la Sagrada Oración a la Madre Universal.

Los escucho:

Te alabamos, ¡Oh Madre Universal!...

Y así, Yo podré llevar al Cielo sus súplicas e intenciones profundas, depositando a los Pies de Nuestro Padre Creador, las intenciones de Sus hijos, de Sus criaturas, a fin de que triunfe Su Plan de Amor en la humanidad y en el planeta.

Recuerden esta oración como algo fundamental para Argentina.

Hoy, Mi pedido para esta nación, es que exista un tercer día semanal de oración  por Argentina, Paraguay y Uruguay, pero esta vez orando la oración a la Madre Universal, para que estas naciones hermanas sean contempladas por la Misericordia de Dios y los atributos divinos de Mi Corazón maternal, se establezcan en las almas como una divina protección espiritual.

Desearía que todos Mis hijos, más allá de Argentina, Uruguay y Paraguay, se unieran en este ejercicio de orar a la Madre Universal, para que también los atributos se irradien a las demás naciones del mundo.

Pero hoy pido esta oración especialmente por estas tres naciones, porque son las que más lo necesitan, para mantener su equilibrio espiritual y su armonía en estos tiempos.

La oración, cualquiera que sea, que invoque el Plan Divino de Dios y que abra las puertas del Universo, será el arma de defensa contra el adversario, y la Madre de Dios, por la oración  de todos Sus hijos volverá a pisar con Sus pies la cabeza del mal.

Que triunfe en esta Tierra de Argentina el Proyecto de Dios. 

Que los corazones reencuentren su filiación con lo Alto, y la cura universal se de en las almas, y que se enciendan en los corazones los talentos de Cristo, a fin de que el compromiso con el Universo sea vivo, verdadero y fiel para este tiempo final. Que así sea.

Como en todos los lugares que visito, con inmenso amor y dulzura por los que más sufren y desesperan, hoy viviremos una nueva consagración, reafirmando este compromiso de unión con la oración a la Madre Universal, para que muchos más se sientan atraídos al Fuego de Amor de Mi Corazón Materno, y así las almas se curen y se rediman, liberándose de sus cadenas y de sus prisiones, para que pueda volar la luz de sus espíritus.

A pedido de la Madre de Dios se aproximarán los que hoy se consagrarán como Hijos de María, para recibir Su bendición.

Y en este momento de consagración ante la Madre del Altísimo, comenzaremos a escuchar, el Himno de Consagración de los Hijos de María, para que los que se consagrarán y los que ya se consagraron, renueven este compromiso con la Madre de Dios, para que sea verdadero y vivo.

Los niños representan la alegría de Jesús en la Tierra, así su Reino Celestial desciende  en los más puros e inocentes, y llega a todos los hombres y mujeres del planeta a fin de que se constituya la Sagrada Familia en la humanidad, por esta oferta que hoy Me hacen sus corazones.

He venido para bendecirlos y entregarles Mi amor, Mi amor consolador y curador a fin de que sus almas renazcan en  el gozo del Divino Espíritu, y así reencuentren la paz que mora en el Corazón de Dios.

Que sus almas se enciendan en júbilo y alegría, para que el alma espiritual de esta nación, se encienda en la Alegría de Dios, creyendo profundamente  que podrá cumplir con los designios del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Mi  Luz Espiritual desciende sobre ustedes e ingresa en sus corazones, estableciendo esta consagración como Mis amados hijos, fieles seguidores de Cristo, criaturas amadas por el Padre Celestial. 

Los bautizo con la luz del Espíritu Santo. 

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Les agradezco por responder a Mi llamado, por todos los esfuerzos realizados, por el triunfo de Mi Materno e Inmaculado Corazón en Argentina.

Mientras cantan, Yo los contemplaré, para que sus voces lleguen al Cielo como una súplica de la humanidad, al Universo Celestial.

¡Les agradezco!

Aparición de María, Rosa de la Paz, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Que en el silencio del corazón sean escuchadas las palabras de la Madre de Dios, la Madre del Cielo que se pronuncia a Sus hijos para llevarlos por el camino del bien y de la paz. 

Mientras gran parte de la humanidad se sumerge en las ilusiones del mundo, Yo vengo a llamar a los que Me escuchan, a los que han sido valientes a Mi lado, a los que incondicionalmente siguen Mis pasos. 

Vengo a hablarles con la voz de Mi Corazón y de Mi Alma. Vengo a pronunciar Mi Mensaje al mundo a pedido del Padre Celestial. 

Deben ser valientes y seguir adelante, deben seguir gestando en sus espíritus la segunda venida de Cristo, porque Él aún espera poder vivirla junto a ustedes y a la humanidad. 

Pero mientras sus esfuerzos sean pobres, estén carentes de entusiasmo y de dedicación, pobres serán los resultados de ese gran momento planetario. Dependerá de ustedes, hijos Míos, que todo se pueda realizar. 

No hay más nada que el Cielo pueda hacer, solo esperar la respuesta de las criaturas de Dios, solo escuchar silenciosamente las oraciones de los que se comprometieron con Cristo para estos tiempos. 

En verdad les digo, queridos hijos, aún no es suficiente lo que se hace. Debe reinar en ustedes la consciencia de la igualdad porque eso protegerá la Obra del propio enemigo, porque eso los equilibrará a todos ustedes bajo el impulso poderoso de la fraternidad y del bien. 

Dedico este mensaje a los que quieran escuchar de verdad; a los que se animan a traspasar los umbrales de la indiferencia y de la ignorancia humana; a los que se arriesgan a trascender los tiempos, viviendo la transformación en su propio interior y haciendo vivas, una a una, Nuestras Palabras. 

Hijos, el Universo necesita una mayor integración de ustedes y no solo momentos buenos o pasajeros. 

Es necesario que el Plan de Dios encarne en sus células y lo hagan parte de sí, porque así podrán representar a Cristo en la Tierra y ser Sus verdaderos seguidores, ser Su verdadera Iglesia, ser Su verdadero testimonio. 

Él espera que todo lo que Él hizo hace más de dos mil años no haya sido en vano y por más que la humanidad aún no conozca todos los misterios de Cristo, ella algún día tendrá consciencia de lo que significó la verdadera entrega del Señor en todos los planos de consciencia, en la esencia del plano espiritual. 

Yo necesito, queridos hijos, sacarlos de la mediocridad, de lo que es tibio e inseguro; por eso, debo hablarles con una celestial transparencia y una claridad inmediata, libre de confusiones o de pareceres. 

Necesito que entiendan y que comprendan lo que les digo en este momento. La continuidad de la Obra está en sus manos porque ustedes fueron llamados a vivirla y ustedes mismos la asumieron sin pensar lo que sería o lo que significaría; de ahí viene su responsabilidad y su compromiso, de ahí viene el valor de lo que eso significa en este tiempo tan crucial de la humanidad. 

No estoy queriendo decir que serán los libertadores de estos tiempos, porque el Único es Cristo, Nuestro Señor y Rey del Universo. 

Ustedes deben ser chispas multiplicadas de ese Plan de Dios que, de tiempo en tiempo, viene a la humanidad para impulsarla a los cambios, a la redención de sus deudas y al perdón de sus pecados. 

Por eso las Gracias que trae Mi Corazón son inextinguibles, la Misericordia que trae Mi Hijo es intransferible, no hay nada que lo pueda cambiar; dependerá de ustedes dar ese paso hacia la entrega total como a cada uno le corresponde en este ciclo. 

Porque Dios no espera de todos la santidad, pero sí la consagración, la vivencia absoluta del compromiso con Mi amado Hijo y con Su Plan de rescate. 

Cada cosa que puedan dar al Plan será bien recibida, pero no lo que les sobra, sino lo que les surja espontáneamente del corazón y sea verdadero. 

El retorno de Cristo será una tarea laboriosa y de ustedes debe nacer la realización de ese Plan para que se pueda manifestar en la superficie de la Tierra. 

De esa forma, nada les faltará porque la humanidad en verdad le debe mucho al Universo como también a los Reinos de la Naturaleza que aún siguen sufriendo las consecuencias de estos tiempos. 

Fue dicho que después de la última Sagrada Semana con el Señor, el ciclo cambiaría. He aquí este ciclo que ya llegó y que sus ojos internos necesitan ver y sus corazones necesitan sentirlo sin temor de saber lo que eso representa para la Creación. 

Por eso, deben trabajar el despojamiento interior de inmediato, no queriendo nada para sí, sino todo para los demás, compartiendo lo que se tiene y experimentando el amor que los demás viven en su interior. 

Y así, la gran corriente de la luz será transformada, la gran corriente de la luz será renovada, y sus pies caminarán libres del pasado y de los errores porque estarán al servicio de Cristo con plenitud y gozo. 

Y, a pesar de lo que suceda en este mundo, no desistirán, sino que tomarán cada prueba como una confirmación de su confianza en Cristo, porque tampoco temerán a lo que ustedes consideran que podrían perder. 

Todo lo que les fue dado debe retornar al Padre algún día y ese día está cerca, esa retribución está próxima, porque ahora son conscientes y no están dentro de la ignorancia mundial. 

El Plan de Dios es una consciencia definitiva que muy pocos se animan a atravesar con determinación, pero ahora llegó el momento de que todos puedan cruzar ese portal hacia la vivencia total del Plan, haciéndolo parte de sus vidas y de su día a día y no dejándolo como algo secundario o momentáneo. 

El Plan se cumplirá con la colaboración de todos y no me cansaré de repetirlo, queridos hijos, porque es necesario que sus otras células despierten y que puedan reconocer la Verdad que surge de Dios a través de Mi Inmaculado Corazón. 

En nombre de Mi Amado Hijo vengo a reforzar Sus pedidos y Sus súplicas. 

El planeta aún deberá sostenerse, aunque parezca que se va a hundir y que luego se perderá todo. Pero es esa fuerza del amor consolador y del compromiso de los hombres lo que hará que el planeta se pueda sostener por sí mismo, con esta humanidad indiferente que solo busca a Dios cuando lo necesita y que no cruza la puerta del arrepentimiento. 

Los quiero, hijos, en la libertad del corazón y en la expresión del alma. 

El tiempo final se aproxima y es hora de asumir sus compromisos para que Cristo pueda obrar en ustedes sin límites y sin obstáculos, para que Él pueda cumplir la promesa de Su Retorno a la humanidad y finalmente todo vuelva a comenzar como lo fue pensado en el principio, en el origen de esta raza. 

Y en esa entrega absoluta participarán de la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y, así, se renovarán. 

Que Mis palabras los despierten, que Mis impulsos los lleven a caminar hacia ese objetivo de ser precursores de la segunda venida de Cristo, de verdad, llevándolos adelante en el tiempo que nos resta para que la mayoría de la humanidad se salve y reconozca su filiación con Dios y, así, el mal se acabe en los corazones y en el mundo y puedan reinar la paz, la hermandad y el bien que son parte del Proyecto de esta raza y de los Nuevos Cristos. 

Yo les agradezco por escucharme abiertos de corazón, viviendo Mi mensaje y llevándolo a la práctica, ejercitándolo todos los días por medio del esfuerzo y de la dedicación, sin dejar que Mis palabras se disipen de sus consciencias, sino que, al contrario, ellas sean fuego y luz en sus espíritus. 

Les doy la Paz en nombre de Mi Hijo y respondiendo a Su pedido. 

Aún hay mucho por hacer y esperamos su respuesta como en otros tiempos lo han hecho, siempre dando un poco más de sí, sin temor a perder nada, sino a ser parte del Universo del Amor. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEM MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Yo Soy la Madre y Misionera Confederada. Soy la Señora de los Treinta y Tres.

Hoy vengo a su encuentro para anunciar a este pueblo Mi más especial petición, de que algún día se cumpla la Voluntad de Dios en toda esta nación y en todos los que la representen en el mundo, los que algún día espero que sean embajadores de la paz.

Uruguay tiene una misión importante que no puede omitir y es responsabilidad de todos Mis hijos, sobre todo de los dirigentes de esta nación, que ese propósito se cumpla.

Como sabemos hijos Míos, ese propósito fue alterado por la mano del hombre, pero no descansaré, porque de a poco y silenciosamente, su Madre Celeste y Señora de los Treinta y tres, hará consagrar esta nación a Su Propósito espiritual y divino.

El Cono Sur fue escogido para una gran misión y a Uruguay le corresponde una gran parte.

No es por acaso, queridos hijos, que Aurora se guarda aquí y desde aquí revela sus misterios.

Necesito que comprendan, hijos míos, cuán importante es ese propósito para Dios en este tiempo.

Por eso Soy su Madre Misionera y Confederada, porque en el Uruguay se debe alcanzar la confraternidad y esa confraternidad les hará libres de todos sus errores cometidos, de todos los débitos ocasionados, en este país y en este pueblo.

Vengo aquí para traerles un mensaje renovador, un nuevo Principio que debe ser gestado en la consciencia humana de los uruguayos. Eso les permitirá comprender con profundidad la Voluntad de Dios y a medida que sus pasos sean dados en dirección al Propósito, el país será más consciente de lo que debe curar, de lo que debe redimir, en lo que debe hacer penitencia y sobre todo, reparar ante nuestro Creador.

Ya que el propósito de Uruguay fue alterado, aún hay tiempo, querido hijos, por medio de su consagración a la Señora de los Treinta y tres; existe una chance definitiva que lleve a todo su pueblo a un gran despertar y a una gran redención.

Deseo, como Señora de este pueblo, retirar a este pueblo de su profunda somnolencia, de su profunda ilusión e indiferencia. En verdad les digo, queridos hijos, dependerá del esfuerzo de muy pocos, para que la gran misión se cumpla en este país.

No dejen de gestar en este pueblo los grupos de oración, los verdaderos grupos de oración que su Madre Celeste necesita para este tiempo. Que su compromiso no sea tibio sino verdadero, determinado y firme, para que Yo les pueda encomendar nuevos designios que el Padre Me ha dictado en Mi Corazón. Eso hará de Uruguay un país verdadero y consciente de sus responsabilidades y cometidos, buscando por encima de todo la igualdad espiritual y la comprensión entre las religiones .

Cuando digo que los grupos de oración deben ser verdaderos, es porque el compromiso debe ser más firme y verdadero y no casual. Eso hará del Uruguay un verdadero espejo de luz, que pueda reflejar lo que tanto Dios espera derramar sobre este país.

Este mismo Principio del cual hoy les hablo, queridos hijos, es el mismo diseño y es el mismo Propósito para otras naciones del mundo, que también deben redimir sus errores y abrir las puertas para el Sagrado Conocimiento Divino, que no vendrá de la mente de los hombres sino de los corazones puros, que por medio de la oración y de la comunión con Cristo, recibirán del Cielo los impulsos de luz que harán de esta tierra libre, finalmente libre.

Quiero retirar de la consciencia de los uruguayos la esclavitud espiritual permanente, un estado de consciencia en la cual se encuentra que es casi imperceptible, que la hipnotiza, que la hace inerte y que no le permite dar los pasos verdaderos hacia la Luz .

Hasta que la Aurora de Mi Corazón no sea reconocida, el pueblo permanecerá en sus errores y será el sacrificio de muy pocos, la transmutación de los mismos.

Necesito, hijos Míos, que con la apertura de nuevos grupos de oración en el Uruguay, una nueva consciencia se geste en el corazón de Mis hijos, para que más consciencias de este país reconozcan definitivamente la Voluntad de Dios; que hagan de este pueblo, el verdadero pueblo que fue en sus orígenes, desde la consciencia indígena hasta los primeros pobladores que vivían la Voluntad de Dios y la advocación a la Señora de los Treinta y Tres.

Si Yo fui la Patrona que independizó a su pueblo. ¿Qué podría hacer ahora, queridos hijos, si los corazones de los uruguayos Me recibieran en sus hogares y en sus familias y vivieran con devoción, con mucha fe, la consagración a la Señora de los Treinta yTres, la Santa Faz que los llevará a comprender Mi presencia en Aurora?

Aquí hay muchos misioneros que están dormidos. Por eso, Soy la Misionera Confederada  que viene a despertar a los que están en la somnolencia, a los que aún no han encontrado el camino de la Luz y de la Verdad.

Dios ha entregado esa Faz de la Señora de los Treinta y Tres para este pueblo, por Su gran e importante misión para el fin de estos tiempos, así como también el Padre ha revelado otras faces de Mi Corazón para otros pueblos, que es lo que necesitan para vivir su misión espiritual como nación y como pueblo. En verdad les digo que todo tiene un sentido espiritual.

La Señora de los Treinta y Tres desea que cumplan las promesas que una vez les dicté, hace algunos años, y que también cumplan los pedidos que Yo les he dictado, también hace algún tiempo. Aún estoy esperando por ello.

Cuando esos pedidos se cumplan, con todo el esfuerzo del corazón y de la vida, Uruguay tendrá nuevas oportunidades de poder despertar a todo lo que ha hecho, a los cometidos realizados, que han interferido en la evolución de esta parte de la humanidad .

Mientras eso no suceda, el sueño aún será muy profundo y difícil será el despertar y la inercia de este pueblo. Por eso entre los pocos que he llamado realizaré las grandes obras, así como Jesús llamó a los apóstoles para dar a conocer Su Evangelio al mundo entero, con muy pocos.

Necesito, queridos hijos, que no se aflijan por todo lo que hoy les digo. Soy la Señora de los Treinta y Tres y si hoy estoy aquí, es por una misión y un objetivo.

Vivan los tiempos de madurez como así Dios lo necesita y podrán apartarse definitivamente de la tibieza. Sus corazones estarán firmes y podrán cruzar las puertas que la Señora de los Treinta yTres abrirá, como última instancia para el Uruguay.

Por eso, Mi Obra primero se fortalecerá en el mundo entero antes que en el Uruguay, porque en verdad les digo, queridos hijos, que gran parte de los uruguayos se darán cuenta tarde de todo lo que han perdido.

Necesito que sean Mis embajadores de la paz por todos los rincones de este país y que se unan en un mismo propósito, en una misma sintonía, haciendo los esfuerzos necesarios para hacer triunfar Mi Inmaculado Corazón en el Uruguay.

Aún espero seguir siendo la Patrona de su país, porque Yo no espero, queridos hijos, aunque muchos lo piensen, ser sustituida por otros ídolos que el propio país ha concebido como verdaderos, como parte de su irreal libertad.

Con ojos de misericordia miro este país, porque Dios Me ha enviado desde el Universo para descender sobre estas tierras, en este lugar lejano, en donde aparentemente nada sucede y nadie escucha Mi Voz. Pero en verdad es todo lo contrario. La Señora de los Treinta y Tres, la Madre y Señora Confederada, trabaja silenciosamente para que los corazones de este país sean arrebatados por el Amor de Mi Corazón, por la Gracia de Mi Espíritu, por la Santidad de Mi Alma.

El Uruguay deberá ser reconstruido muchas veces, hasta que las consciencias definan su camino.

Nadie estará libre del Juicio universal. Sabemos que ese tiempo se aproxima y que esa hora se acerca. Hagan oración y penitencia por los que no lo hacen en el Uruguay, por aquellos que transgreden la vida con los abortos y no saben lo que están haciendo, cuánto están hiriendo a la Creación con esa actitud y perversión humana.

Oren y hagan penitencia por los que aceptaron los ídolos de este mundo y de los que fragilizan a las almas y que hacen perder a los corazones el camino de la Luz.

Pero al fin de todo Mi Inmaculado Corazón triunfará y los que no pueden estar en la Nueva Tierra, estarán en otro lugar, viviendo desde el principio todos estos códigos que Yo les derramo, encuentro tras encuentro. Esas almas deberán aprender a ser merecedoras de la Misericordia de Dios, pero no descansaré. Su Madre y Misionera Confederada irá hasta el final para poder salvar la mayor cantidad de almas del Uruguay, antes de que todo se sumerja.

Pero si en verdad existiera un cambio radical, aceptando la Voluntad de Dios y viviendo un verdadero arrepentimiento, la mayoría no sufrirá las propias consecuencias de sus acciones y así, Mi Inmaculado Corazón intercederá, como intercedió una vez en Fátima por toda Europa, para que ella alcanzara un tiempo inexplicable de paz, aunque no la mereciera.

Cuando Yo ya no esté aquí entre ustedes, hijos Míos, deberán tener todas estas cosas presentes y claras, para que Mis Palabras no se las lleve el viento, sino que se siembren en sus corazones como códigos de vida, mostrando a Dios verdaderas acciones que quieran reconstruir su pueblo y su nación.

No teman decir al mundo que Yo estoy aquí. Imiten a los santos en ese camino de apostolado y de evangelización.

También estoy rezando, hijos Míos, por los obispos y los sacerdotes de su pueblo, para que algún día también alcancen el arrepentimiento y tomen consciencia de que aquí no he venido en vano.

Para testimoniar al mundo esta Obra de Misericordia, hoy consagraré nuevos Hijos de María, que representan a muchas naciones más en el mundo, que también serán precursores de la Obra de la Misericordia de Dios, por medio de su fidelidad, oración y fe.

Que vengan aquí.

Mientras los instrumentos tocan la melodía de su consagración, su Madre Celeste los bendecirá en esta noche y bendiciéndolos a todos ustedes, también bendecirá a este pueblo, para que viva el arquetipo de Dios; el Propósito Divino que algún día debe vivirse en los corazones de todos los uruguayos.

Hoy, la Madre y Señora de esta nación, la Señora de los Treinta y Tres, la Madre y Misionera Confederada, bendice sus espíritus, los espíritus de todos sus hermanos que alcancen el Propósito de Dios de forma verdadera y simple, viviendo acciones de caridad y de misericordia para con el mundo, actos de reconciliación y de paz entre todos los seres de la Tierra.

Hoy sus ángeles de la Guarda celebran este momento, y sus ángeles de la Guarda reciben en sus manos sus sagrados y verdaderos nombres para que su misión espiritual, hijos míos, se pueda concretar y realizar dentro de esta confraternidad, que Mi Corazón gesta entre todos los misioneros del mundo.

Que el espíritu de la hermandad los compenetre, los colme y les traiga a sus corazones el símbolo de la Unidad, para que la reconciliación en sus mundos internos se establezca, las faltas sean perdonadas, las heridas sean cicatrizadas y en sus corazones se encienda la Estrella de la Hermandad, aquella Estrella que repoblará la Tierra de seres de bondad y de luz, viviendo en unión con todo el Universo.

Los bendigo y los consagro como hijos y siervos de Mi Inmaculado Corazón. Que este paso que hoy dan sus vidas, sea el impulso para dar muchos pasos más en esta caminata al encuentro de Nuestro Señor Jesucristo, Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

Me elevo al Cielo implorando por el Uruguay, para que despierte a la Verdad.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Vengo a este mundo por aquellos que no merecen Mi Gracia.

Que hoy vengan a Mis pies los que están cansados. Que vengan a Mis pies los que ya no soportan sus miserias; los que aún no encuentran el camino de salida para vivir su sagrada transformación.

No puedo tener cerca de Mí a los que no viven la gratitud, la consideración con sus semejantes, ni la unión perfecta con la Obra grandiosa de Dios.

Dios les pide cosas simples, pero también muy insignificantes.

Mientras el mundo agoniza, Yo vengo por aquellos que en verdad viven la desesperación, el terror de estos tiempos, la persecución, el exilio, el hambre, la enfermedad y las catástrofes del mundo.

Hoy vengo, en esta noche, por los Estados Unidos. Vengo por Mis corazones valientes de Norteamérica; por los que han tenido fe en Mi Gracia y por los que perseveraron en la oración del corazón, a pesar de lo que esa nación estaba viviendo en estos tiempos.

Yo deseo, nuevamente, queridos hijos, con su ayuda y su colaboración, retornar a los Estados Unidos, para volver a traer hacia Mi Corazón Inmaculado a todos los que precisan de Mí, a los que siguen Mis pasos y que en estos tiempos viven su purificación desconocida, sin saber cómo salir de sí y a veces sin encontrar el camino de luz, que los pueda llevar a la cura de sus heridas, de sus errores, de todas sus incomprensiones.

Hoy, vengo por las regiones del mundo que viven la agitación planetaria, el desorden mundial y la falta de fraternidad y de caridad entre los seres humanos.

Hoy, hijos Míos, vengo en verdad por los que más necesitan. Ustedes aquí recibieron muchas gracias, más de las que merecerían. Estoy siendo sincera y justa, así como Mi Padre y vuestro Dios lo ha pedido. Tengo que ser verdadera, queridos hijos, honesta con todos ustedes, para que puedan crecer desde el amor de sus corazones, a partir de un acto de valentía y de coraje, de liberar sus resistencias y formas, por todos aquellos hijos en el mundo que no tienen paz, que no encuentran sosiego, que no tienen hogar, ni siquiera tienen país en donde poder posar sus pies.

Los invito, queridos hijos, con la honestidad maternal de Mi Corazón, a que finalmente salgan de sí mismos, me ayudarán mucho a liberar Mi Corazón, y Yo tendré lugar y espacio para poder soportar el verdadero sufrimiento planetario y no sus pequeños e insignificantes sufrimientos.

Los invito, queridos hijos, a que abran los ojos del alma, que miren hacia el horizonte y vean a su alrededor los abismos que vive el planeta y su humanidad. Yo los he invitado a través de los tiempos, para que Me acompañaran en un trabajo planetario y no en un trabajo doméstico, para que sus consciencias se pudieran expandir por medio de esta Obra y alcanzar grandes esferas de la consciencia, con el fin de que puedan comprender, todos los días y un poco más, el sagrado Plan del Creador.  

Hoy, Me acongojan las almas que no pueden dar sus pasos, porque en verdad pueden darlos por medio de este Centro Sagrado y de esta vida grupal y comunitaria. Existen todas las llaves de todas las puertas, para poder trascender la condición humana.

Mi amado Hijo, durante un año consecutivo, les entregó la experiencia de San José. Y este amado Instructor de almas se donó completamente a ustedes, para que lo pudieran imitar en el ejemplo simple y humilde de Su consciencia, y especialmente por intermedio de Sus mensajes, para que sus vidas fueran el testimonio de San José.

¿Dónde están esas enseñanzas? ¿Cómo ellas han repercutido en sus vidas?

No pierdan las llaves del Cielo. No desperdicien los tesoros del Cielo, porque en el Universo nada se desperdicia, todo se transforma hasta que alcance la Luz verdadera, la conversión y la redención.

Ya no vengo a llamar más a los niños de siempre. Ustedes ya son adultos ante Mi Presencia Maternal.

No consuman su tiempo en cosas innecesarias que pueden cristalizar sus espíritus y todas sus consciencias, por el simple hecho de no querer dar el paso.

Así como les agradecemos todo lo que han hecho posible a Nuestros Sagrados Corazones, para esta misión de paz en el mundo, también los debemos corregir, aunque exista mayor resistencia, porque queremos, aspiramos y rogamos a Nuestro Padre Creador que sigan siempre por el mismo camino, sin desviarse de los senderos de Cristo, por cosas tan mezquinas.

El mundo está sufriendo y precisa de ayuda. Las almas están viviendo el caos, las inundaciones, las catástrofes, la falta de esperanza y de fe, como lo han vivido los Estados Unidos.

Yo iré hasta aquellos hijos que aún no Me aceptan, porque no conocen el amor de verdad. Yo iré hacia aquellos hijos que están en los Estados Unidos, esperándome abiertos de corazón y con una esperanza desconocida, que han abierto la puerta para que Yo pudiera retornar, hasta que conquiste a cada corazón pecador y se convierta por el Amor de Mi Hijo, un Amor infinito e invencible.

No quiero que se sientan angustiados ni tampoco que vivan ninguna lamentación. Necesito que crezcan de verdad y no solo interiormente, sino también externamente. Que puedan demostrar a Mi amado Hijo que han comprendido Sus instrucciones y que se esfuerzan todos los días para ser muy semejantes a San José.

Ahora es la prueba que cada uno de ustedes debe cruzar. San José les explicó los detalles, durante un año consecutivo, sobre el simple camino de la transformación interior. Si este Plan de Amor que traen los Sagrados Corazones no da resultado en ustedes, ¿qué será de la humanidad? ¿Quién testimoniará Nuestra Presencia? ¿Quién será partícipe de su propia redención?

Mediten en los mensajes y vívanlos, porque así demostrarán a Dios que Mis palabras no han llegado a ustedes en vano.

Estamos en un tiempo de grandes exigencias, en el que la mayor parte de la oscuridad reina en el planeta y miles de almas son llevadas a la perdición, minuto a minuto, segundo tras segundo.

Mi Hijo, en esta noche, Me ha pedido que sea clara con ustedes, sin ninguna restricción, porque Yo los amo tanto que deseo el bien para sus almas y que este bien se realice hasta en los pequeños detalles.

Nunca más se vanaglorien. Nunca más busquen la autorrealización interior. Vivan el desierto que Dios les presenta, porque así Nuestras manos nunca se separarán de sus manos y serán guiados hacia el final del desierto, hacia el Portal del Corazón de Dios.

Necesitamos que sean lo que pueden ser, pero de verdad; porque eso los hará libres de todas sus limitaciones, de todas sus imperfecciones, de todo lo que se resiste y aún no quiere cambiar.

Ya tienen Mi suficiente Amor para transformar sus vidas en el Sagrado Tabernáculo, donde el Corazón de Mi Hijo será depositado para poder iluminar y transmutar los abismos de la Tierra.

Eso es todo lo que Yo les quiero decir con la sinceridad de Mi Corazón maternal, aspirando a que algún día comprendan mucho más el espíritu de Mis palabras, el sentido de Mi mensaje, la intención de Mi consciencia para con cada uno de ustedes, sin hacer ningún mal.

Llenen Mis ojos de alegría y no más de tristezas. Llenen Mi rostro de luz y no más de desconsuelo, porque ya bastante tengo con el mundo, que Me da las espaldas y no acepta Mi Amor.

Ustedes sí son parte de Mi Amor y los necesito libres de sus propias resistencias, de sus propios miedos, de sus constantes dificultades, para que pronto puedan encontrar a Cristo en su interior y así Él pueda realizar Su Obra, la Obra que tanto espera.

Sigamos rezando a Dios para que puedan estar conscientes de la realidad planetaria y menos de ustedes mismos. Porque mientras están aquí, hijos amados, niños en el mundo entero son explotados, niños tan pequeños son vendidos y mujeres en el mundo abortan lo que Dios les entregó con tanto amor.

¿Quién será responsable de esta deuda planetaria? ¿Quién dará la cara ante el Creador para pedir una oportunidad y una Gracia incalculable?

Aunque no lo parezca, esa es Mi misión, y Yo los necesito transparentes, verdaderos, sinceros los unos para con los otros, libres de mentiras, de ilusiones y de toda soberbia; porque estando libres de todo, Dios verá, con Sus ojos de Misericordia, que Sus más preciados tesoros del Cielo no se perdieron en sus corazones, ni tampoco en sus vidas.

Los invito a reflexionar para comprender con la sabiduría del corazón, en dónde están presentes, en qué Obra están participando; porque en el día del Juicio Final, queridos hijos, ustedes y sus ángeles de la guarda deberán declarar por todo lo que recibieron y qué hicieron de esos más preciados tesoros.

Les traigo la consciencia, para que puedan crecer y madurar pronto. Esta Obra no se puede realizar con consciencias inmaduras, sino con almas verdaderas, verdaderas de corazón, a pesar de sus imperfecciones; porque Yo vengo a buscar en este tiempo el bien que habita en sus consciencias y no sus obstáculos. Si Me lo impiden, por más que sea un pequeño detalle, no podré colocar Mi Cetro de Luz sobre ustedes y Mi Gobierno Celestial, que es parte del Gobierno del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, tendrá restricciones para poder proceder en la humanidad.

¿Ahora comprenden, queridos hijos, la diferencia de estar dentro de Mi Corazón o fuera de Él? Un simple paso desviado podría cambiar los acontecimientos. Observen su caminar y se darán cuenta de cómo están sus actitudes y su responsabilidad ante el Plan del Creador.

Para poder continuar con Mi Obra en esta superficie los necesito decididos. Mi amado Hijo ya no puede aceptar corazones tibios, porque si fuera así, Su Obra nunca se realizaría.

Reflexionen y mediten, antes de que todo suceda. El mundo está en llamas y muchos se están quemando, sin siquiera percibirlo.

Es hora de trabajar por un Plan de Amor que sea posible para todos y especialmente para aquellos que están más lejos de Dios.

Esta es la Ley que hoy les presento: “Ámense los unos a los otros”, así como lo dijo Mi Hijo, para que se pueda cumplir el Plan.

Recuerden que su libertad es respetada en este Universo. Como hoy les dije, la decisión está en sus manos.

Les agradezco.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE MANAGUA, NICARAGUA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Por segunda vez, con todos Mis ángeles, llego a Nicaragua para poder liberarla de su dolor y de su agonía; para que, a través de Mis hijos, Mi Inmaculado Corazón triunfe en América y en el mundo.

Con alegría en Mi Corazón maternal, los vuelvo a reunir, queridos hijos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, trayendo las Gracias a este lugar y a los corazones que más las necesitan.

Les digo, queridos hijos, que el fin de su cautiverio está próximo. 

La guerra espiritual terminará, porque Mis pies pisan la cabeza de la mala serpiente y traen la Luz de todo el Universo Celestial, la Luz de Mi Inmaculado Corazón, que viene a penetrar la tierra dolorida para cerrar las heridas en los corazones y en las almas.

Queridos hijos, con inmensa alegría recibo sus oraciones y, más aún, a sus corazones que deben perpetuarse en Mi Corazón para que así se establezca la Ley Mayor de la Paz y el castigo sea aliviado. 

Los corazones no sufrirán si oran Conmigo, todos los días, para establecer en este planeta y en la consciencia de la humanidad las Leyes Sagradas de Dios, que muchas almas olvidaron por las influencias de la vida material.

Queridos hijos de Nicaragua y de Centroamérica, después de haber estado con ustedes en Costa Rica, hoy retorno a esta bendita nación porque sé que esta nación Me aprecia mucho a través de la Señora de Cuapa.

Vengo nuevamente, como Su Mensajera fiel, para anunciar la redención y el victorioso Evangelio de Mi Hijo que, en este tiempo final, debe ser practicado por sus vidas y corazones para que el ejemplo de la cristiandad y del bien no desaparezca de esta nación ni tampoco de Centroamérica.

Deseo que sus vidas, queridos hijos, sean el ejemplo de Cristo en la Tierra, propagando la caridad y la hermandad entre los corazones, estableciendo la paz en las familias y en todos sus seres queridos.

Hoy, vengo con la Luz de Mi Inmaculado Corazón a traspasar sus corazones en nombre del Espíritu Santo, de la Santísima Trinidad, de todos Sus Dones Celestiales que serán necesarios para sus vidas, para poder cruzar este umbral, esta transición de la Tierra, con la esperanza de encontrar la Tierra Prometida y el nacimiento de la Nueva Humanidad.

Hoy, también estoy aquí, queridos hijos, por todos aquellos que responden a Mi llamado en el planeta, por todas las almas orantes que, en esta hora crucial, se unen a Mí en esta sagrada Misión por la Paz.

Después de esta noche, queridos hijos, quiero que, mañana, salgan a difundir Mi Campaña por la Paz. Llamen a los corazones que sufren y que no Me conocen, ustedes tienen el poder interior para poder hacerlo. 

Quiero que sus bocas y sus labios pronuncien que la Señora del Cielo, la Inmaculada Concepción, la Patrona de Nicaragua, la Señora de Cuapa, retorna a esta nación en la faz de la Reina de la Paz para establecer en los corazones la esperanza que han perdido por el sufrimiento humano, por la indignación, por la guerrilla, por la decadencia espiritual y moral.

Abriendo Mis brazos hacia ustedes, queridos hijos, abrazo a su nación amada de Nicaragua y a todos sus representantes para que gobiernen bajo el espíritu de la Voluntad de Dios y establezcan sobre esta nación la sagrada estrella de la fraternidad, de la unidad y de la hermandad. 

Queridos hijos, lo que Yo busco de sus corazones es que no solo oren Conmigo por el triunfo de Mi Inmaculado Corazón, sino que también trabajen Conmigo por todas las naciones de Centroamérica que están perdiendo la esperanza y la fe al ver tanta hambre y tanto dolor en almas inocentes, marginadas e indigentes, que pierden la fe en Dios.

Quiero que después de hoy, queridos hijos, sus corazones sean como esa llama que sustentan entre sus manos; que proclamen la fe en Cristo vuestro Señor no solamente en la Comunión diaria con su Sagrado Corazón, con Su Divino Cuerpo y Su preciosa Sangre, sino también, queridos hijos, a través de ustedes, siendo testigos de la Palabra de vida, de la Palabra salvadora, que fortalece a los espíritus caídos y que eleva a las almas que están en los abismos.

Hoy estoy con todos Mis ángeles haciendo sonar las trompetas sobre Nicaragua, para que ellas sean escuchadas más allá de esta nación y los corazones sientan el eco del Espíritu de Dios llamando a Sus hijos y a todas Sus criaturas a la reconciliación y a la paz entre los pueblos, entre las naciones y entre los corazones, entre las familias, en toda la humanidad.

Cumpliendo este importante pedido Mío, queridos hijos, aliviarán al Corazón del Padre Celestial que está ofendido. Sus pecados serán liberados y perdonados. En esta misma noche, Yo les traigo esa absolución en nombre de Mi amado Hijo Jesús.

Quiero que sus corazones latan como late Mi Corazón. Quiero que sientan lo que Yo siento por ustedes, la esencia del Amor y de la Unidad de Dios que nunca los separará de Él, que siempre les traerá la paz para estos tiempos finales.

Quiero que alcen, queridos hijos, la llama de esa vela, proclamando sobre Nicaragua nuevamente la consagración a Mi Inmaculado y bendito Corazón para el rescate de las almas perdidas, de las esencias necesitadas, de todos los espíritus que se sumergen en los abismos de la Tierra. 

Abriendo la puerta del Cielo Mayor, a través de Mi Corazón Inmaculado, los ofrezco a Dios, para que se establezcan en el planeta los mil años de paz.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Porque Yo vendré a consagrarlos, a consagrar no solo a sus espíritus, sino también a sus familias.

Vendré a consagrar a esta nación, a tornar sagrado el suelo que pisan, porque también Mis pies lo tocaron y lo tocarán siempre que Me llamen con la devoción de su espíritu.

Por eso, vengo a encender sus corazones con una llama inextinguible, porque el fuego del Espíritu de Dios incendiará a sus almas, a sus corazones y permitirá, hijos Míos, que calienten a otros en el momento en el que este mundo esté frío y en la oscuridad.

Quiero hacer, de cada uno de ustedes, una antorcha que ilumine la vida de otros; que aquellos que están ciegos encuentren el camino a través de sus vidas, que puedan llegar a Mí y al Corazón de Dios a través de cada uno de ustedes.

Por eso, vendré a consagrarlos como Hijos de María, como hijos de Dios, para que puedan imitar el ejemplo de Mi Hijo, para que puedan ser Mis hijos, como Él lo fue. Que puedan ofrecer cada instante de sus vidas en reparación del Corazón de Dios.

Sé que para muchos existe el sufrimiento, el dolor y la angustia por no encontrar paz en su día a día, porque las cosas de este mundo los absorben y muchas veces los separan de Dios.

En esta noche, Yo vengo, hijos Míos, a que comprendan que cada sacrificio, que Dios les ofrece, es para que coloquen en Su Altar Celestial como una reparación por este mundo, porque la humanidad no busca al Creador, no vuelve sus ojos hacia el Cielo para agradecer a Dios por la vida que le concedió.

Hoy, hijos, vengo a enseñarles el espíritu de la gratitud para que, a través de ella, transmuten y transformen el sufrimiento de este mundo, así como Mi Hijo lo transformó en la Cruz.

Hoy, les traigo la cruz del amor, del sacrificio y de la entrega, pero sepan, hijos Míos, que descubrirán una alegría diferente, la alegría de estar en Dios y de poder ayudarlo a rescatar a las almas y a los Reinos de la Naturaleza. 

Encontrarán la alegría de dar cada paso en sus vidas, en el nombre de Cristo, Nuestro Señor; renovando Su sacrificio y Su Cruz con la cruz de estos tiempos para que, al final de todo, sus vidas generen los méritos para la Divina Misericordia, que nuevamente triunfará en el mundo, que rescatará a las almas que aún están en los abismos, que apartará el mal y la oscuridad de este planeta y que, finalmente, lo tornará sagrado, así como Dios lo pensó en el principio.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, recuerden que Centroamérica y Sudamérica son el nuevo Edén del planeta. Cuiden a los Reinos de la Naturaleza. Tórnenlos sagrados ante los ojos de los hombres ignorantes, para que ellos puedan despertar a la reverencia y a la devoción que Dios les entregó por medio de los Reinos Menores.

Valorando estos principios de la Creación, el mundo no tendría por qué sufrir ni tampoco tener falta de paz.

Escuchen la invocación de Mi Inmaculado Corazón y realicen las obras que les pido para que no solo triunfe Mi Espíritu de Paz en el mundo, sino para que también sus vidas se rediman ante Cristo, vuestro Señor, el Maestro del Amor.

Hoy Me despido de aquí, queridos hijos, prometiendo acompañarlos mañana en la Campaña por la Paz. 

Mañana vendré a consagrarlos, así como Dios lo indica.

Durante esta noche, en la que la vigilia repercute en el planeta por la unión de todos los corazones a Mi Corazón, se establece una tregua para que las almas más inocentes y más sufridas puedan tener la Gracia de la cura interior, de la salvación y de la liberación en Centroamérica. También estoy unida a todos Mis hijos del Caribe. Mi promesa será algún día visitarlos.

Oren por Haití, para que se establezca la Misericordia de Dios en ese país.

Por el Espíritu Santo que hoy nos ha congregado, queridos hijos, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 

Que la alegría no desaparezca de sus corazones nicaragüenses.

Agradezcamos a Dios por esta Gracia y esta oportunidad.

Los amo.

Me despido de ustedes.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de nuestra Señora, vamos a escuchar “Ave María” de Gómez, sustentando esta llama interior que hoy María consagró para todos.

Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN MADRID, ESPAÑA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Vengo, en esta Vigilia de Oración, a reconciliar a los pueblos y a las naciones por todo el sufrimiento que ha existido entre América y Europa. Acojan a Mi Corazón en sus corazones para que esto pueda suceder.

Yo Soy la Señora de la Nueva Raza, de la Nueva Humanidad.

Mi Corazón es el puente para unir lo que estaba separado. Mi Corazón une a los continentes y a las naciones espiritualmente; porque Dios desea que, en el próximo tiempo, después de la fuerte tribulación, la humanidad pueda ser una única raza, un nuevo pueblo de Dios renovado, que vive y actúa a través de la fe.

Queridos hijos, Yo les pronostico tiempos futuros, pero para que esa Aspiración del Padre pueda acontecer en la humanidad, Dios desea profundamente que sigan rezando todos los días.

Como en otros tiempos, queridos hijos Míos, Yo Me coloco sobre Mis hijos para bendecirlos con Mis Gracias, envolverlos en Mi Manto Maternal y llevarlos a Mis brazos para que sientan Mi Corazón de Paz.

Dios desea profundamente que España dé el primer impulso para la unión entre los pueblos; porque Yo también he estado en El Escorial y en Garabandal, anunciando profecías para la humanidad futura.

Hoy, estoy de nuevo aquí en Madrid, a través de otros canales, para que escuchen Mi Voz nuevamente, Mi única y verdadera Voz que reverbera para que sea escuchada por sus esencias y se pueda cumplir en ustedes la Voluntad de Mi Señor.

Aún hay mucho que curar entre América y Europa, queridos hijos. Invito amorosamente a todos los españoles y, en consecuencia, a toda Europa, a que reciban en sus hogares a la Señora de Guadalupe.

Como Señora de Guadalupe les doy Mi bendición maternal. Quiero que Mis Estrellas puedan brillar en sus hogares y, como dice el cántico que Me han cantado, la corona de Mi cabeza debe brillar en todas las almas, porque la paz es posible en un tiempo de caos.

Ustedes deben ser los difusores de Mi llamado maternal, un llamado al corazón, un llamado a la paz. El Cielo derrama sus Gracias a través de Mi dulce Voz y Mi Corazón se abre para acogerlos internamente.

Quiero que todos puedan ser inmaculados en el próximo tiempo y Fátima les dará esa llave para alcanzar la pureza.

¿Han comprendido, queridos hijos, por qué Yo he pasado tanto tiempo por Europa?

Es un pueblo en redención, como muchos pueblos en el mundo que han escuchado Mi Voz, y muchos videntes vieron Mi Faz.     

En este tiempo, vengo a unir lo que está separado en la consciencia. Mi Rosario, Mis cuentas de oración reverberan todo el tiempo en el Tiempo Eterno, haciendo eco y un llamado a Dios, un pedido al Altísimo Padre de las Alturas; porque como Mediadora, queridos hijos, Mi Corazón se ofreció a ustedes para salvarlos. Pero Yo necesito que, a través de ustedes, esta reconciliación tan profunda que Yo les pido pueda suceder en otros hijos Míos, y esto será posible por el poder de su oración.

Hoy, Mi rostro refleja la alegría por este encuentro. Hoy, Mis manos derraman la Luz y la Misericordia de Dios. Hoy les revelo a todos Mi Amor Inmaculado, un amor paciente y perseverante, bondadoso, misericordioso, que quiere llegar a todos los hijos de Europa.

Vayan por aquellos que no escuchan a Cristo. Ellos necesitan reconciliarse con Dios y la primera puerta para entrar y servir a todas esas almas será su familia, en donde debe resurgir el templo de la oración y de la paz. 

El tercer secreto de Fátima puede suceder, puede acontecer, puede manifestarse sobre el mundo. Así, si su oración es más fervorosa que el secreto, la Ley cambiará y la Misericordia de Cristo actuará para dar bendiciones y cura a todos los hijos de la Tierra.

Yo no vengo al mundo a profetizar malos tiempos; Yo vengo al mundo a recordarles el Reino de Dios, un Reino que se encuentra dentro de ustedes, en el interior de sus corazones y almas.

Queridos hijos, Yo los llamo, a través de este encuentro, a despertar. Así, podrán seguir Mis pasos de Luz y caminar por los senderos del Amor y de la Unidad, por donde muchas almas caminarán detrás de ustedes para saciar la sed del amor, la paz que falta en las moradas internas.

Por eso, Yo los reúno en este tiempo en Europa, porque a su compromiso superior le ha llegado la hora de manifestarse, para que sea concreto y visible en el mundo.

Como embajadores de la paz y misioneros del amor, que puedan ser células del Cuerpo Glorificado de Cristo, que se expandan en luz y en armonía sobre el mundo.

Yo les entrego, en esta tarde, las llaves para que eso suceda; la única llave es la oración, la perseverancia y la esperanza de seguir adelante. Así, queridos hijos, responderán a Mi llamado.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

De la misma forma, como en un tiempo pasado, cuando reuní a los apóstoles de Cristo en un cenáculo de despertar y de renovación, hoy reúno a sus pequeñas almas en un cenáculo de redención y de vida.

Hijos Míos, en el pasado el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles de Cristo, dándoles el don de hablar en lenguas, de comprender el corazón de cada criatura que se aproximaba. Y, de esa forma, a través del poder creador del Verbo de Dios, se fue construyendo la Iglesia de Cristo en el mundo, el amor que los cristianos manifiestan hoy en esta Tierra. 

Y hoy, en este tiempo, hijos Míos, nuevamente los reúno en un cenáculo de redención para que el Espíritu de Dios retorne a esta Tierra.  Esta vez, a través del ejemplo de vida de sus pequeños corazones, que deben manifestar actos de amor y de fraternidad, los cristianos son renovados en el mundo.

Hoy, vengo a la Tierra, hijos Míos, para que, en este cenáculo de redención, Yo pueda enseñar a la humanidad a despertar a la vida del espíritu, a la vida del alma, despertar a esta misión que cada ser debe cumplir en este tiempo, a despertar en sus corazones y en los corazones del mundo el amor por este Plan Perfecto que Dios viene gestando en la humanidad.

Hijos Míos, aspiro con Mi Divino Corazón a que sus almas puedan dar testimonio de la fraternidad y de la unidad entre los seres y que, de esta forma, demuestren al mundo que ya ha llegado el tiempo del Retorno de Mi Hijo, que Su Sagrado Corazón ya pulsa y vive en sus corazones, realizando en sus vidas el mayor y verdadero milagro, que es la conversión de sus espíritus y el amor verdadero que son capaces de vivir aun ante el caos.

Hijos Míos, Mi Presencia fortalece la fe absoluta en sus corazones, para que jamás teman delante de las dificultades y delante de los juicios. 

Es necesario que sus corazones tengan certeza de la consagración de sus almas a este Plan Mayor, para que no teman ninguna dificultad, que no teman los asedios del enemigo, porque el Amor siempre será mayor que la oscuridad y la fe siempre será mayor que el miedo. Por eso, hoy les digo que solo recuerden Mis Palabras cuando estén delante de alguna dificultad. Mi Corazón los observa en cada instante de sus vidas y, aunque esté invisible delante de sus ojos, Mi Presencia siempre estará. 

Hoy, quiero que aprendan a sentir Mi Presencia a través del corazón para que, delante de las situaciones de la vida, sepan sentir cuando Yo estoy presente, sepan escuchar Mi Voz en sus corazones, que es inconfundible, porque el Amor, hijos Míos, es absoluto en Mi Corazón y se plasmará en el interior de sus seres siempre que sea necesario.

Sepan, en esta noche, que sus oraciones fueron escuchadas en el Reino de Dios, que muchas situaciones en el mundo pudieron recibir liberación y paz. Pero aún hay mucho para ser liberado, muchas almas aguardan que puedan orar con devoción y fervor y, mucho más que eso, hijos Míos, que puedan vivir Mis Mensajes en sus vidas.

Jamás tengan prisa, solo sigan perseverantes en este camino, porque con un paso tras otro se transformarán sin darse cuenta y un día, hijos Míos, mirarán hacia atrás y no encontrarán al viejo ser.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Yo estoy recorriendo, a través de Europa, los mismos caminos que una vez recorrí en Tierra Santa, iniciando Mi apostolado crístico; y, pueblo tras pueblo, despertando a los hijos que debían servir a Dios en aquellos tiempos.

Por eso, retorno a España, a Mi querida España, que escuchó Mi Voz desde el principio y que, a pesar de las dificultades e indiferencias de sus dirigentes y de todos los que guían a estos pueblos, han mantenido su fe viva en el corazón, la confianza preciosa en la Señora del Cielo, abriendo las puertas a la Misericordia de Dios.

Este encuentro Conmigo, durante esta noche, es un encuentro especial entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y el cosmos; una profunda comunión con el Corazón del Padre, que los preparará para el día de mañana, en el que Mi Verbo se expresará profundamente al mundo, intentando despertar a los que duermen. Y eso será posible, primero a través de ustedes, cuando se arriesguen a vivir por amor Mis Palabras.  Así, como Yo ya lo he dicho, se transformarán.

En esta noche, bendigo estas rosas del altar y que este símbolo represente para sus vidas la posibilidad de vivir una conversión del corazón, que puedan ser Mis nuevas rosas de los jardines del Cielo. Por eso, mes a mes, Mis manos curan sus corazones, cicatrizan las heridas y retiran las espinas; para que, renovados por Mi Espíritu Santo, puedan llegar al Trono del Padre como una oferta redentora, una oferta de Gracia y de Misericordia; y así, los tiempos que está previsto que acontezcan, podrán ser tiempos buenos para todos.

Yo vengo de aquel Cielo a anunciarles un llamado. Mi llamado es que ustedes pueden ser gestores de la paz para que algunas cosas no sucedan.

Les agradeceré que guarden Mis Palabras en sus corazones. Estoy muy agradecida por esta noche. Oremos al Padre Eterno para que la liberación del mundo se pueda dar también en Europa. Recemos con la luz del corazón, abramos las puertas a la Misericordia Divina.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a rezar, en este momento, junto con Nuestra Madre Santísima. Vamos a rezar, a pedido de Nuestra Señora, la “Oración para la Liberación del Mundo”:

 

Amado Señor,
imploramos por Tu Auxilio,
invocamos Tu Poder,
aceptamos Tu Infinita Misericordia.

Amén.
(tres veces)

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Gracias, queridos hijos, por responder a Mi llamado.

Que la Paz de Mi Hijo esté en sus corazones para siempre y que Su Luz Redentora sea la fuerza para vivir la transformación, el motivo que los impulse a seguir caminando en la Luz.

Elevando al Cielo sus plegarias, recibo en Mi Corazón sus intenciones.

Mañana también recibiré sus intenciones y las de todos aquellos que necesiten de una palabra de aliento. Escríbanme un pequeño mensaje que Yo lo contemplaré con amor. Les agradezco.
 

Canción: Ave, Ave, Ave María.
 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Ahora vamos a hacer una tarea que nuestra Madre nos pidió. Los videntes van a repartir pétalos de rosas a cada uno, rosas que nuestra Madre bendijo y que están en el altar.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Es solo decirles a los hermanos que, hace tiempo, María no se colocaba sobre las personas. Esta fue una revelación inmediata que Ella nos hizo, desde el momento de la Aparición.

Ella hizo una tarea de bendición de España, principalmente, y trajo Su Consciencia y Su momento de Aparición en El Escorial y en Garabandal.

Fue eso, más o menos lo que aconteció.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

A veces, no comprendemos bien qué es lo que ocurre cuando Nuestra Señora trabaja espiritualmente.

Solo imaginemos, por un momento, que esa Magna Presencia estuvo a pocos metros de nosotros, irradiando toda Su Luz sobre nuestros seres, transformando lo que para nosotros sería absolutamente intransformable, disolviendo situaciones internas que para nosotros sería imposible, limpiando nuestros caminos, algo que para nosotros sería imposible.

Así, nuestro corazón debe estar lleno de gratitud, porque si nosotros seguimos los Mensajes de nuestra Madre en nuestro interior, le dedicamos algún tiempo a orar con nuestro corazón, vamos a ver que en el futuro nuestras vidas van a ser diferentes.

No olvidemos, nunca más, este día, porque ya comprenderemos por qué.

Y ahora vamos a hacer nuestra tarea, mientras los hermanos van a cantar.

 

Canción: Ave María (instrumental).

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hoy, vengo a traerle al mundo un Mensaje de Paz y de Alegría. La hora de la Gracia es posible para todos, queridos hijos. 

Dios concede a Sus hijos aquello que le piden; por eso, pido consciencia.  

Yo Soy su Madrecita, la Reina de la Paz, acojan Mis pedidos en sus corazones. Así, podrán estar enseguida en Mis brazos y ver que la seguridad que Yo les prometo es una seguridad celestial, un Amor Materno y Puro que no proviene de este mundo, sino del Universo de Dios.

Por eso, queridos hijos, abran sus brazos para acoger Mis Gracias en sus corazones. Solo a través del centro del corazón, queridos hijos, podrán vivir la Eternidad de Dios, la verdadera promesa de la Nueva Tierra que muchas almas buscan pero que pocos ven, que muchas almas buscan en otros caminos en donde no se encuentra Dios.

Por eso, ustedes que están despiertos, queridos hijos, abran sus ojos para ver la Verdad que Yo les entrego, la Verdad del Amor de Dios, la Simplicidad de Dios y Su grandiosa Humildad en todos los universos.

Si ustedes acogen la Humildad de Dios, queridos hijos, el mundo podrá cambiar la falta de humildad en muchos de Mis hijos de este mundo. 

La gran catástrofe de la humanidad está trayendo grandes consecuencias, porque las almas se olvidan de dedicar su vida a la oración. A lo largo de los tiempos, queridos hijos, Yo solo les pido: recuerden la oración.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

En esta noche, les agradezco por haber respondido a Mi llamado orante; por eso, les digo que quisiera que no sea necesario que Mis Hijos sufran para que pidan Misericordia.

Hijos Míos, quiero que traigan a sus corazones y a sus consciencias este fervor con el que oraron durante toda esta noche, con el cual pidieron Misericordia a Dios y llegaron a Sus Pies, porque es de esa forma que quiero verlos orando todo el tiempo.

Quiero que jamás pierdan el fervor de sus corazones, este clamor verdadero que surge de su interior ante las necesidades del mundo. Quiero que sepan que existen muchas necesidades que sus ojos no conocen, más que el Corazón de Dios siente cada día.

Para reparar el Corazón del Señor y por la salvación de todas las almas, deben orar más allá de los acontecimientos del mundo, porque de esa forma, hijos Míos, inclusive los acontecimientos que todavía se están gestando en el universo, a causa de las acciones de los hombres, podrán ser disueltos por sus oraciones.

Hoy, solo les digo que confíen en Mi llamado y que respondan a este pedido maternal, sabiendo que Mis Ojos abarcan el mundo entero y mucho más allá de este plano material. Mi Corazón contempla, día y noche, la necesidad de cada una de las almas de la Tierra.

Cuando el Señor Me da la oportunidad, como Ave Luminosa, ingreso en los abismos para rescatar a las almas que necesitan Misericordia. Pero, muchos de Mis Hijos están sumergidos en la ignorancia, en la oscuridad de la consciencia y del corazón. De esta forma, su única esperanza es que otros corazones se abran y oren por aquellas almas que no conocen.

Coloquen en sus corazones, hijos Míos, todas las intenciones de Dios, que contempla cada espacio del universo y siente, en Su propio Corazón, el dolor de cada una de Sus Criaturas. Reparen en el Corazón de Dios a través de la oración fervorosa, a través de las acciones fraternas que equilibran la falta de fraternidad en el mundo.

Es por eso, hijos Míos, que en este tiempo les pido la vida en comunidad y necesito que los miembros de esas comunidades puedan vivir una vida verdaderamente fraterna, puedan dar ejemplo de humildad y de fe, disolviendo la diferencia que existe entre  los corazones  y cultivando el amor verdadero que Mi Hijo dejó sobre la tierra.

Si se abren de esta forma, el Espíritu de Dios podrá depositar en cada una de sus consciencias el arquetipo de la nueva vida sobre la Tierra, para que las Comunidades-Luz de Mi Hijo puedan ser una semilla viva de esta vida, una preparación para el nuevo tiempo, en el que toda la humanidad podrá encontrar aliento y paz.

Hijos Míos, hoy, les digo que aspiro a que todo el mundo pueda encontrar en las Comunidades-Luz el refugio que busca; que aquellos hijos Míos, que están perdidos en la vida material y que buscan la vida del espíritu, puedan encontrar en este lugar el alivio de su alma y el despertar de su espíritu.

Así, les digo, hijos Míos, que además de la oración, deben vivir una vida de amor y, de esa forma, equilibrar todos los acontecimientos del mundo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Ustedes saben, queridos hijos, que Dios tiene el poder sobre todas las cosas, pero en este tiempo Dios quiere revelarles el poder del Amor, aquel que transforma y cambia al corazón por entero.

Queridos hijos, con esto quiero decirles que Mis hijos videntes y los colaboradores de Mi Obra Mariana están sufriendo necesidades para poder cumplir Mi llamado. 

Por eso hoy, queridos hijos, ante la potestad que Dios Me ha entregado y ante las Gracias que Yo he derramado, en estos últimos cinco años; Yo les pido, queridos hijos, que ayuden, que ayuden a partir del corazón, que sientan con el corazón lo que estoy consiguiendo detener en las Américas y, principalmente, en Europa. 

Todos estos eventos que acontecen, queridos hijos, son llagas en el Corazón de Dios. Por eso, Él Me ha permitido interceder con la plenitud de la Gracia y del Amor Inmaculado que Él Me entregó, en vida, cuando Yo estuve con ustedes en la Tierra.

Si esta Obra no pudiera continuar, queridos hijos, Yo volveré aquí, a Aurora, en el fin del mes de noviembre y diciembre. Las Apariciones no podrán ser en el Brasil, porque la triangulación que Yo estoy construyendo entre Argentina, Uruguay y Brasil se debilitaría y, así, podrían sufrir muchas cosas, porque con tan pocos hijos debo hacer grandes Obras planetarias.

Hoy, queridos hijos, como Madre, Me confieso ante ustedes; porque una buena Madre conoce a sus hijos y un buen discípulo conoce a su Maestro. Por eso, Yo los llamo, queridos hijos, para que Me puedan ayudar, de lo contrario Mi Obra se detendrá.

¡Les agradezco!

Vayan en paz y caminen en la fe, porque la fe transformará los acontecimientos.

Desde el principio, Yo les agradezco.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

Vamos a terminar, a pedido de Nuestra Madre, realizando la oración que conocemos del Padre Celestial para que los Planes de Dios se puedan cumplir y reparar.

 

Padre Celestial que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos por el camino del amor;
para que Tu voluntad sea hecha.
Amén.

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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