Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 114.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Camino sobre el fuego, pero no Me pierdo.

Nado en lo profundo, pero sin desaparecer.

Soy herido, pero no Me lastimo.

Penetro en lo más oscuro, pero siempre veo la Luz.

No hay misterio ante Mí, porque en Mi Presencia todo se revela.

En el aparente vacío está Mi Todo.

Adonde a veces no puedo llegar, es en donde está Mi mayor esfuerzo.

No dejo nada atrás; cada detalle es importante, porque así es la Ley, consecuente e inmutable, permanente e inalterable; porque la Ley en Mí es justa, pero no severa.

Sentir su peso no es sentir su presión; porque es una corriente que todo trasciende, modifica las formas y transmuta el pensamiento.

La neutralidad es Mi tónica; en ella encuentro el equilibrio y también la justicia. Sin neutralidad, no se conoce la armonía, el equilibrio ni la paz. Este es el ejercicio permanente del Gobernante y de todos Sus discípulos, de los que aprenden a vivir en la Ley y en el equilibrio.

En el universo todo es dinámico porque nada se pierde, todo se transforma, se renueva y se redimensiona, para que cada aspecto de esta Creación encuentre su lugar y su espacio.

Y lo que es aparentemente oscuro también tiene su lugar; por eso, está dentro de esta Creación, para que ese lugar que le corresponde, algún día sea redimido, liberado y transmutado, porque la base de ese misterioso movimiento es el Amor.

La oscuridad de estos tiempos no puede soportar el Amor. Quien vive en el Amor de Mi Padre transforma su propia oscuridad espiritual, y los escalones que encuentra para poder trascenderla son las Leyes, las Leyes que lo llevarán a comprender el bien en su infinita manifestación y poder.

Por eso, no deben creer que las puertas se cerrarán para siempre. El cambio tan esperado comienza en ustedes y termina en ustedes mismos.

Nada externo es responsable de lo que les sucede. Reconozcan su parte en este aprendizaje universal, así crecerán en humildad y en sabiduría, aplacarán su egocentrismo y transmutarán sus propias fuerzas terrestres cuando la Ley toque los niveles subliminales de la consciencia.

Pero hay una sola llave que abre esa puerta: la confianza. Sin confianza no se puede construir el Plan de Dios, porque en la confianza está la Verdad y también está la Luz.

Esto es lo que no pueden olvidarse en estos tiempos. Cada cosa que les sucede tiene una causa, tiene un propósito y también tiene un motivo.

Cuando vivan dentro de la Ley todo lo comprenderán, porque en la Ley no hay herida que no sea cicatrizada, porque en la Ley no hay aprendizaje que no sea comprendido, porque en la Ley no hay misterio que no sea revelado.

La Ley Divina es el sostén de un Gobierno Mayor y Superior; pero solo podrán llegar allí, a través de sus consciencias, con la gran llave maestra del Amor.

No hay otra senda para poder recorrer que no sea esta, porque el misterio se esconde de los ambiciosos, el misterio se esconde de los incrédulos; el misterio se muestra a los simples de corazón, porque el misterio es la estrella-guía de los valientes, aquellos que aspiran vivir el Gobierno de Cristo. Porque Yo Me encuentro en lo pequeño y no en lo grande, porque Mi Padre se encuentra en lo humilde y no en la opulencia, porque el Espíritu Santo está presente en el corazón de los simples y no de los vanidosos.

Esta Ley que Me permite caminar sobre el fuego, sin quemar ni una parte de Mi Ser, es la que protege Mi camino de ascensión y es la misma Ley que protege el camino de ascensión de Mis compañeros.

Porque en verdad les digo que en esta vida no comprenderán el misterio del universo en su totalidad. Quien vive en la escuela de los grados del amor sí lo conocerá.

Hoy, vengo con este Mensaje para que lo revelen dentro de ustedes mismos, en lo más profundo del mundo interior.

Vengo con este Mensaje para los seguidores del Gobierno Espiritual de Cristo; para aquellos que, rasgando su propio ser y transformando lo más profundo de la consciencia, se han decidido a ser parte de los Nuevos Cristos.

El mundo no busca estas esferas mayores, la distracción planetaria es muy grande porque es fomentada por el maligno espíritu de la indiferencia.

Pero, Yo vengo a abrirles esta puerta hacia lo que nunca vieron. Vengo, a través de Mi Verbo, a abrirles la consciencia; porque antes de que Yo retorne al mundo, Mis discípulos y seguidores ya deberán vivir en Mi Gobierno Espiritual y ser espejos de esa caridad infinita e inconmensurable, ser espejos de esa prontitud inextinguible, ser espejos de Mi gratitud espiritual, para que las corrientes perversas de este mundo se disipen, para que las almas amarradas por los grilletes del mal se liberen por el simple hecho de que existen almas y consciencias que toman verdadero contacto con Mi Gobierno Espiritual.

La respuesta está dentro del mundo interno de quien la busca.

Ahora es el tiempo de preguntarse:

Señor, ¿qué más debo hacer a fin de que se cumpla Tu Retorno?

Señor, ¿qué más debo dejar de hacer para que Tu Retorno no sea abortado?

Señor, ¿qué más debo cambiar para que sea merecedor de Tu próximo Reino?

Por eso, compañeros, pídanle al Señor del Universo la Gracia de ser consecuentes para preparar Su Retorno en el fin de estos tiempos y de que esta promesa no quede solamente en el plano mental, sino que sea una realidad a través de Mis compañeros, de los que Me dijeron sí.

A través de Mi Mensaje les he dejado muchos símbolos, pero también muchas respuestas. Por eso, una vez más, espero ver la respuesta de sus corazones.

Deseo que nadie más se ausente de Mi Plan, de Mis Comunidades y de Mis Núcleos-Luz, porque cada uno es una pieza que Yo necesito para construir la Nueva Tierra. Sin esas piezas no será posible que llegue el tiempo venidero, no será posible que el porvenir sea una realidad.

Sigan esforzándose en el camino de la trascendencia y de la transformación, porque un Buen Maestro nunca abandona a Sus compañeros.

Les pido que se decidan a ser esa promesa concreta del Señor. Ya no cierren sus caminos, ya no cierren sus corazones, ya no impidan que sus consciencias superiores trabajen por el Plan, vivan la renovación de estos tiempos, abandonen el espectro de la inercia, de la frialdad y de la indiferencia.

Quien está ante Mí calienta su corazón en Mi Fuego de Amor. Yo siempre renuevo todo lo que toco y todo lo que consagro, no pierdan la oportunidad porque Mi tiempo se acaba y las tres largas noches llegarán. Y, en esa hora, ¿Yo los tendré en Mí o estarán lejos de Mí? Deben estar prontos para esto.

Mi Ley, en esta hora, desciende como una Gracia Misericordiosa que justifica los errores y disuelve los pecados.

Mi Ley, que es la Ley de Dios, es el Cetro que conduce a Su pueblo sagrado, es la estrella que indica el Propósito en el firmamento.

La Ley no es severidad, sino es acogimiento. La Ley no es castigo, es amor, es discernimiento.

Que hoy, la Ley que rige al Cristo Vivo los bendiga, así como el Hijo del Padre fue bendecido en el río Jordán.

Reciban el Bautismo de Mi Espíritu, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y que esta Maratón de la Misericordia sea la Maratón de los consecuentes, de los que entienden, de los que comprenden y de los que saben que es urgente orar por la Divina Misericordia, porque estamos en un tiempo culminante y definitivo.

Una última cosa les pido, que Mis Palabras sean vida en ustedes para que todo sea renovado. Que así sea. Amén.

Vayan en paz y sigan adelante, construyendo Mi esperado Retorno.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO 

Hoy, vengo aquí para que estén a Mi lado. Vengo a este lugar, como muchas veces Yo fui a Kibeho, para anunciar el Mensaje de salvación, pero también para dar el Mensaje del fin de los tiempos.

Ese tiempo anunciado es ahora, están atravesando el fin de los tiempos; un tiempo de desafíos, pero también de momentos inciertos en los que las almas aún no saben qué camino seguir o qué dirección tomar para llegar al Corazón de Mi Padre. Por ese motivo, Yo estoy aquí y siempre lo estaré, aunque en el próximo tiempo no aparezca. 

Mi Amor deberá hacer eco en cada corazón humano. Mis Palabras deberán resonar en cada alma como el precioso Legado, que les he entregado a través de los tiempos, que los llevará tarde o temprano a descubrir dentro de sí las virtudes que les he dejado con tanto amor. Dones preciosos que Dios necesita en este momento para que, a través de Sus hijos, lleve adelante la Obra de la Misericordia y de la Redención, el momento más culminante en el que todas las almas tendrán la oportunidad de vivir la salvación.

Hoy, contemplo un mundo aún en agonía, un mundo dividido por el poder y por la ambición, por las guerras y por los desplazamientos; un mundo herido, un mundo lastimado, un mundo destruido que aún no quiere cambiar.

Pero no se agobien, tampoco se amedrenten, la cruz que Yo le entrego a cada uno es una cruz definitiva, pero también es una cruz desconocida que los impulsa a ser valientes y determinados, que los impulsa a encontrar la realización de la Divina Voluntad.

Sé que muchos sufren por lo que están viviendo en este tiempo, sobre todo aquellos pueblos que son ultrajados por sus propios hermanos, lugares en donde reina la oscuridad y se disipa la paz. Yo los invito a ser perseverantes en el poder de la oración, que la oración pueda construir lo que parecería imposible, que la oración pueda concretar lo que parecería lejano. Tengan una fe determinante en este momento, porque así comprenderán todo lo que sucede en este tiempo. 

Mientras estoy aquí, contemplo todas las necesidades, que son muchas y que necesitan de Mi auxilio. Pero quiero decirles algo que una vez dije en Kibeho: que, en este tiempo final, solo quien esté en Mi Corazón y viva en Mi Corazón, a pesar de lo que suceda, no perecerá y ayudará a aquellos que no puedan hacerlo.

Por eso, en esencia, todo lo que vivan y todo lo que hagan debe ser hecho por amor, por un amor sólido, por un amor consistente, por un amor que no apremia, por un amor que avanza y que construye, por un amor que se dona y que se entrega sin saber lo que sucederá después.

El Amor es una guía inmutable para ustedes, es el camino que los mantiene unidos a Dios, sobre todo en este tiempo definitivo, en el que cada paso y cada acción deben ser premeditados en el Amor y en los beneficios que este Amor construye en cada uno.

Si tan solo la humanidad pusiera su atención en este ejemplo que les doy, muchísimas situaciones caóticas no existirían. Pero la humanidad se ha apropiado del amor, al punto de creer que decide por sí misma si ama o no ama, si acepta o si rechaza.

Compañeros, eso no es Amor. El Amor aún es desconocido por ustedes, el Amor que viene de la Fuente, el Amor que proviene del Padre, un Amor que siempre los lleva al sacrificio para vivir en plenitud la sagrada renuncia, sin esperar nada a cambio.

Sé que ese es un paso que muchos no se animan a dar; pero si Yo estoy aquí y Soy su Maestro, ¿acaso es imposible vivir ese Amor?, un Amor incondicional y abnegado, un Amor que no tiene nada que perder, sino que tiene todo para dar, para construir y para evolucionar.

Si todos los días, ustedes no se replantean este punto, ¿cómo conseguirán salir de sus propios obstáculos?, y ¿cómo la humanidad saldrá de sus propios obstáculos? 

¿Cómo será que el caos se desvanecerá si las almas no profundizan en los grados de amor? No es nada imposible de alcanzar; así como hoy se lo enseño a ustedes, también se lo enseñé a Mis apóstoles. Vean el resultado de la vida de cada apóstol, lo que alcanzaron y lo que hicieron por Mí, lo que hicieron por el Creador.

El Amor los llevará al vacío de sí mismos, a un vacío en donde se encuentra el Todo, en donde no existen las carencias, las insatisfacciones ni siquiera las perturbaciones.

Las almas deben vivir el Amor de Mi Corazón para aprender a vivir en el Corazón de Dios, dentro de su Amor infinito e insondable.

Si ustedes, en sus vidas y en la vida de sus hermanos, promueven el Amor Mayor, siembran y cultivan ese Amor todo el tiempo, permitirán que Mis bases del Retorno estén preparadas, porque tendré un lugar de reposo en el corazón de Mis compañeros, tendré un espacio en donde poder retornar para poner fin al sufrimiento del mundo.

Hoy, vengo con Mi Espíritu contemplativo, el Espíritu contemplativo del Sagrado Corazón de Jesús, porque quiero llevarlos hacia ese estado; quiero que, a pesar de lo que vivan en lo material o hasta en lo mental en este tiempo crítico y difícil, coloquen su corazón y su mente en el Universo de la Contemplación de Dios, en donde no existe dualidad, diferencias o conflictos. Así, elevarán a la consciencia y a la humanidad hacia ese estado de armonía y de paz, y permitirán que el afluente del Amor de Dios sea más real y vivo en este plano material, no solo por sus oraciones, sino también a través de sus acciones del día a día. Eso podrá irradiarse no solo a sus seres queridos, sino también hacia todos los espacios y lugares en donde ustedes estén.

El Amor es la llave para la cura de la humanidad, es la llave que abre la puerta para un nuevo tiempo, un tiempo diferente al de ahora, un tiempo real en donde se vivirá la Voluntad de Dios para siempre. 

Que sus almas aspiren a ese camino hacia la Nueva Raza, hacia la Nueva Tierra, hacia un nuevo planeta, libre de la perversión, del uso del poder, de la impunidad, del sufrimiento y también de la enfermedad.

El corazón que ama nunca se enferma. Eso es una Ley, pero también es un principio en los tres planos de consciencia: espiritual, mental y material. Cuando no consigan amar, retornen al camino que perdieron, sean bondadosos en el amor y todo podrá ser curado.

No tengo nada más que decirles, sino esto. Sé que muchos esperan respuestas grandiosas o hasta respuestas desconocidas; pero es muy simple, compañeros, Yo estoy aquí y Soy el Sagrado Corazón de Jesús y vengo a enseñarles, pero también a irradiarles lo mismo que compartí, como un sentimiento profundo, con cada uno de Mis apóstoles. 

De esa forma, en este Reaparecimiento de Cristo, así como fue en el Cenáculo, vengo a prepararlos para Mi Retorno, entregándoles llaves muy simples para que no pierdan el camino, para que tengan presente en sus vidas lo que es esencial.

El Padre Me enseñó todo esto cuando Yo estuve aquí, en este mundo, viviendo los cuarenta días en el desierto. Lo que hoy les traigo es esa experiencia de amor, vivida y también cumplida dentro de Mí en esa aparente desolación del desierto.

No solo los invito a encontrar a Dios en ese desierto que cada uno puede estar viviendo en este momento, pero sepan que Yo estoy ahí, invisible y silencioso, acompañando a cada uno de los Míos que se atreve a atravesar el desierto de su mundo interior para encontrar, en algún momento, la Luz del Reino de los Cielos.

Tengan alegría, al sentir sed de Mí; tengan alegría, cuando no me encuentren; porque Yo los estoy fortaleciendo, los estoy convirtiendo en Mis apóstoles.

Mi Mano siempre estará extendida hacia todos los que la necesitan. Sigan Mi Camino y todo se renovará, principalmente dentro de ustedes; y para que eso suceda, no pueden resistirse ni tampoco hundirse por ustedes mismos. No creen condiciones innecesarias, sean inteligentes y tengan fe, porque el desierto no es para siempre; pero es la gran oportunidad de que se despojen de sí mismos, de que vuelvan a estar desnudos ante Dios, mostrando lo que verdaderamente son y no lo que aparentan, revelando lo que son sus almas en esencia y en espíritu, porque todo lo demás es pasajero.

Quiero entregar hoy, la fuerza de Mi Fe a todos los que la necesitan, pidiéndole al Padre que los haga valientes y fuertes, desde su interior; pidiéndole al Padre Eterno que tengan coraje y mucha determinación para atravesar estos tiempos definitivos; y que Él les conceda la Gracia que le concedió a Su Hijo durante los cuarenta días en el desierto, en donde el Hijo Primogénito vivió su gran síntesis preparatoria para asumir la Cruz.

Por medio de la Fe de Mi Corazón misericordioso, reciban esta bendición, y que los caminos hacia el Padre sigan siendo construidos con los ejemplos de sus vidas por la redención de sus corazones. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de Cristo, vamos a entonar la canción: “Apóstoles del Amor”, permitiendo que cada una de nuestras almas se confirme en este camino del apostolado y estemos disponibles e íntegros para todo lo que haya que hacer y servir, sin esperar nada a cambio, como Él nos ha pedido.

Y que, delante del Sagrado Corazón de Jesús, nos podamos confirmar, pero también agradecer. Que esta canción, que todos juntos cantaremos, nos prepare para vivir el Sacramento de la Comunión Espiritual que enseguida será ofrecida a todos, a fin de que esta alianza con Cristo se fortalezca.

Cantemos.    

 

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SEXTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Póstrense a los pies del Calvario y reconozcan Mi Legado.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 

“Omnipotente Padre del Universo y de la Tierra,
máximo Poder entre todos los poderes universales,
sagrada Corriente Ígnea del Universo Cósmico,
Espejo inextinguible del universo, Alianza perpetua y eterna.
¡Oh, sublime Padre del Universo,
Regente Mayor entre todos los regentes,
soberano Señor de las Alturas,
¡Sagrada Emanación entre todas las emanaciones divinas!
¡Oh, sublime Señor,
Fuente purísima y hermosa,
¡Amor poderoso y supremo!
¡Oh, Gracia eterna de Dios,
¡Luz Mayor entre todas las tinieblas!
¡Oh, victorioso Corazón de Dios!
Por los méritos alcanzados por Tu Hijo, Tu Siervo y Servidor,
a los pies de este Calvario espiritual,
reintegra en la consciencia humana del planeta
el victorioso triunfo de Tu Hijo Jesús,
sobre todos los infiernos y entidades malignas.
Que el poderoso Cetro del Arcángel Miguel descienda,
con su Consciencia Divina,
para hacer temblar a los infiernos de este mundo
y para que todo se paralice un momento,
para que el triunfo de Tu Amor, Adonai,
se dé y se cumpla en toda la humanidad.
Amén”.

 

Sigamos concentrados en la Luz de Mi Propósito, en la eterna Fuente de la Luz de Dios, en donde quedó registrado el sagrado Calvario de su Maestro y Señor.

Por eso, hoy les digo a sus personas humanas que no sean una llaga más en Mi Cuerpo, sino que sean aquellos que ungen el Cuerpo herido de Jesús por medio de sus oraciones, de los Sacramentos y, sobre todo, de la fe que los hace formar parte de Mi Cuerpo Místico, aquel Cuerpo eterno del Hijo de Dios integrado por todas las almas del mundo dentro de Mi Iglesia Celestial.

Por eso, acompañen a su Señor en este momento glorioso de la Cruz, en el que los Códigos de vida, de amor, de perdón y de resurrección espiritual descienden sobre el mundo para llegar a las almas más necesitadas de Mi Luz crística.

Ustedes, de una manera profunda, son conscientes y también son partícipes de esta tarea interna de su Maestro y Señor, especialmente con aquellas almas caídas que fueron derrotadas por los ejércitos del mal y que, a través del poder de Mi Amor, hoy vengo a salvarlas, a todas ellas, por los tiempos que vendrán.

Por eso, hoy la oscuridad se detiene en el mundo y las almas más miserables son contempladas a los pies de este Calvario espiritual, así como ustedes hoy también están a los pies de este Calvario espiritual de su Maestro y Señor, un Calvario más profundo y difícil que el que Yo viví por ustedes, aquí en este planeta.

Un Calvario espiritual que Yo los invito a penetrar a través del corazón, del espíritu y de la consciencia que creen en Mi Legado crístico, registrado en cada una de las estrellas de este universo como también de otros mundos.

Dios, a través de Su Hijo, nunca podría haber encarnado en este planeta para una tarea pequeña. Su expresión material tenía que ser humilde, simple y casta por medio de la Sagrada Familia; pero Su poder, Su omnipotencia y Su esplendor deberían ser grandiosos en los planos internos, porque es allí en donde comienzan todas las cosas.

Mientras la aparente derrota del Hijo de Dios era vista por todos en aquel tiempo, los infiernos no podían soportar la Sangre derramada por Mi Cuerpo, gota a gota, tocando el suelo y cada parte del Calvario. Imaginen, por un momento, qué hacían los Ángeles del Señor con cada gota de Sangre y con cada Código de Luz que, por Amor, se derramaba en el mundo.

Tengan ahora sus consciencias en esos hechos y no solo vean el sufrimiento que su Maestro vivió, que fue un sufrimiento indescriptible, sino también vean el triunfo de su Señor a través de uno de los principales aspectos de Dios, la Voluntad.

La Voluntad de Dios es lo que Me permitió llevar la Cruz hasta lo alto del Monte Calvario. Ahora, después de la renovación de sus votos en el Jueves Santo, ¿serían capaces de llevar esa Cruz por Voluntad de Dios y no solo verlo como un simbolismo, sino como la realidad verdadera y profunda de hacer todo lo posible y un poco más para que el mundo deje de sufrir su propia condenación y perdición?

Por eso, Yo los vengo a renovar a través de la Cruz; para que sus vidas, consciencias y, sobre todo, sus células no le tengan miedo al sacrificio, a la renuncia y a la obediencia irrestricta a Nuestro Padre Creador.

Si el mundo de hoy fuera obediente ya no habría pandemia, la desobediencia de los seres humanos es la causa de muchos males.

¿Acaso Dios no habría podido resolver ya esta situación planetaria? ¿Dónde está la cura de la humanidad?

No se olviden de la obediencia, compañeros, primero como códigos de vida para ustedes mismos y segundo como un principio de lealtad con el Señor del Universo; pero la mayoría de los hijos de Dios no tiene responsabilidad por todo lo que hoy sucede.

Muchos fueron llamados a cristificarse a través de estos tiempos. Muchos fueron llamados a entregar su vida, así como el Hijo de Dios la entregó en las Manos de Dios. 

Ustedes no serán crucificados, ustedes vivirán lo que el universo les envíe, pero sus corazones deben estar abiertos para poder percibir cuál es su enseñanza en cada momento, cuál es la prueba que el universo les invita a superar por Mí.

No dejen de contemplar dentro de ustedes ese Calvario espiritual que hoy les ofrezco, y que les ofrezco también a sus hermanos del mundo entero que ya viven el caos de la humanidad.

Pero por medio de Mi Paz y del poder de la Luz de Mis Llagas, que hoy son signos para su ascensión y sublimación, Yo los invito a elevar sus consciencias y a salir de manera inteligente de la mentira y del caos de este tiempo, porque Yo viví cosas semejantes por ustedes y en ningún momento de la Pasión y del Calvario los abandoné.

Que el triunfo de su transformación, que la redención de sus corazones, que la ascensión de sus consciencias sean la nueva victoriosa cruz que cada una de sus vidas ofrecerá a Dios para que se cumpla Su Plan.

Ahora, cierren sus ojos por un momento y en lo alto del Calvario espiritual vean la victoria de Mi Sagrado Corazón, ante el dolor y el sufrimiento que fue vivido por Su Señor.

Contemplen Sus cinco poderosas Llagas, las Llagas de Sus Manos, de Sus Pies y de Su Costado; y cómo María, Mi Madre, cuando Me tuvo en Sus brazos, en la sagrada piedad del Calvario, Ella limpió Mis Llagas con cada uno de Sus besos, haciendo parte de sí todo el dolor que Yo viví.

Besen Mis Llagas y reciban Mi Luz, Mi Luz crística.

En ese aparente escenario de derrota, contemplen el Alma de Jesús, redimiendo y transfigurando a todas las consciencias y a todos los abismos; y ennoblezcan este momento con el honor que Él merece ante el esplendoroso Árbol de la Vida, ante los frutos de la Pasión y la Muerte de Jesús.

Sobre ese Calvario que quedó registrado en la memoria de la humanidad para siempre, vean a Mi Madre teniéndome en Sus brazos cuando Me bajaron de la Cruz y la Cruz se iluminó como un poderoso símbolo sobre todo mal.

Y así, vean a Juan, a María Magdalena, a José de Arimatea, al soldado romano, todos contemplando la sagrada Muerte de Jesús, que fue la muerte absoluta del pecado a través del Amor y de la Misericordia de Dios que volvió a iluminar al mundo y a todas sus criaturas.

Contemplen el mismo misterio que contemplaron Mi Madre y Sus seguidores. Contemplen la entrega de Dios, un misterio desconocido, una entrega ofrecida a través de la Muerte de Su Hijo Jesús.

En este día, los invito a morir para ustedes mismos, para que a partir de ahora sean otras personas, sean Mis llamas flameantes de paz en el mundo, sean Mi propio testimonio de su redención.

 

"Padre,
Eli, Eli, Olam,
Iod He Vaud He, Shekinah,
envía Tu Espíritu, envía Tu Espíritu,
envía Tu Espíritu y cura a la Tierra
por los méritos de Mi dolorosa Pasión.
Eli, Eli, retorna a Tus hijos,
arrebata sus vidas y haz resucitar, con Tu Espíritu,
a toda la vida imperfecta.
Adonai,
envía el soplo de Tu Espíritu,
la consolación de Tu Alma,
así como Tú Me la enviaste en el Huerto Getsemaní;
Te lo pido, Padre,
porque hoy no saben lo que hacen.
Míralos, Señor, con Tus Ojos de Misericordia,
con el Amor de Tu Corazón,
con la Sabiduría de Tu Consciencia
y a través de Mi redentora Cruz
haz nuevas todas las cosas
para que las almas vivan Tu Voluntad
y Tus ángeles levanten las cruces de Tus hijos
para que ya no se sientan atormentados,
perturbados o enloquecidos.
Que Tu Alma, Señor,
ilumine cada espacio de la consciencia.
Por eso, Eli,
ofrezco Mi Sangre espiritual
para que purifique a Tus hijos
y los haga, en este día,
partícipes de la Comunión Espiritual con Mi Cruz,
la Cruz del sacrificio.
Amén.
Amén.
Amén".
 


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Todos los que escuchen en este momento y que tengan consigo una cruz pueden elevarla para que Cristo, Nuestro Señor, la bendiga y haga de nuestra cruz, de nuestro calvario y del calvario de este mundo, una victoria de amor, de luz y de redención para que las almas sean bendecidas por el Espíritu de Dios, sean renovadas y sanadas por la Sangre de Jesús.


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora lleven la cruz hacia el corazón y sientan la fortaleza de Jesús y el Amor misericordioso de Su Corazón por todas las criaturas de la Tierra.


Me quedaré un momento más en silencio para que, a través de una canción llamada “Cristo del Calvario”, en este día de la sagrada Cruz, cada una de las almas sea la cruz de la victoria, de la redención, de la rendición y de la humildad, en honor a Nuestro Padre Celestial.

Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los escucho.

Contemplemos el Calvario espiritual.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO EN LA CIUDAD DE BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Sagrado Corazón de Jesús
Fuente de todos los prodigios
Derrama Tu Misericordia
Sobre los conflictos del mundo
Amén.
(tres veces)

 

Como el Soplo del Espíritu de Dios, vengo a este lugar para bendecirlo y bendecirlos a todos, en el nombre de la Verdad y del Amor de Dios que se derrama en este momento sobre ustedes y sobre sus hermanos.

Esperé mucho tiempo para poder encontrarnos aquí, nuevamente, en la Alianza con Mi Divino Espíritu; esperé volverlos a encontrar en la Paz que traigo del Universo para cada uno de sus corazones en esta perfecta Comunión Conmigo, con Mi Cuerpo y con Mi Sangre.

Vengo a Europa para erguirla ante los  tronos de Dios, por la aceptación profunda que emiten sus corazones de que el Plan se cumpla en esta parte de la humanidad; para esto, las puertas del Universo se abren para poder recibirlos en el Corazón de Dios, Padre Celestial.

Las legiones de los ángeles han llegado aquí, con mucha levedad para poder encontrarlos en la oración que proclama Mi Divina Misericordia.

Abran sus corazones, sientan sus almas, y queden en Mí. Esto es ahora lo que necesitan para poder proseguir, sobre todo Mis apóstoles, a los que Yo he llamado con tanto amor.

Sigan Mis Pasos, sigan Mis Caminos y nunca perderán la paz, porque si sus corazones confían en Mí, estarán confiando en Dios, porque Dios ES a través de Mi Corazón, y Yo Soy a través de ustedes, en la esencia profunda del espíritu y de la hermandad.

Hoy no vengo a ver  las conductas malas del mundo, los horrores, las malas acciones y la indignación. Hoy vengo a ver de sus corazones la llama del Espíritu de Dios que encarnó en ustedes, desde sus nacimientos en esta humanidad y a través de los tiempos, una llama que nunca puede apagar Mi adversario porque si  el corazón ora y persiste, triunfará.

Hoy están nuevamente ante Mi Misión Celestial, que es la Iglesia a la que muchos esperan ingresar  pero que no la conocen.

Hoy están ante Mi Patriarcado, Mi Legado y todo Mi Universo; que es el Universo de Mi Padre, que se congrega en lo invisible de Su Espíritu.

Hoy vengo a traer para ustedes esa presencia que siempre deben aspirar encontrar en estos tiempos de caos y de persecución en el mundo.

Alimenten la llama de sus espíritus y por más que vean la oscuridad a su alrededor, les digo, en verdad,  que no perderán la paz.

Pero hoy los invito a ser verdaderos Conmigo, en cada paso de la vida, en cada ejemplo, y en cada pequeña acción. No necesito sus corazones perfectos, sino honestos y simples, abiertos a recibir Mi Instrucción, a través de Mi Santa Palabra, o a través de cada hermano que se encuentre en sus caminos, porque Yo me hago presente de forma inesperada en la vida de ustedes y de todos sus hermanos, compañeros Míos.

La oportunidad que Yo les traigo, es la oportunidad que necesita el planeta y toda la humanidad, como también los Reinos de la Naturaleza que tanto sufren la consecuencia del hombre de superficie.

En cada aspecto de la vida, Mi  Corazón y Mi Luz está presente, cuando el alma invoca Mi Presencia universal. Junto a Mis ángeles constituyo entre sus corazones, en esta hora, la presencia de Mi Iglesia Celestial y abro los altares del Cielo para que puedan comulgar, de lo único y verdadero que es el Amor de Dios.

Es el amor de Dios que nunca los decepcionará, que nunca los engañará, como muchos los engañan y se engañan a sí mismos todo el tiempo porque tienen sus corazones endurecidos a Mi Presencia y Energía; pero Mi Misericordia permite traerles el perdón y la expiación que tanto necesitan en esta vida y en este tiempo final.

Si están ante Mi Iglesia Celestial, están ante el Único, el Adonai. Emmanuel, Abba, el Elohim, están ante el Universo, ante toda la Hermandad que se congrega para recibirlos en la Fraternidad del Espíritu y de la Unidad.

Vean en este momento, corazones Míos, cómo emergen desde ustedes las estrellas de la luz, los soles internos, que deben  resplandecer en esta hora, para alumbrar a la humanidad que está en las tinieblas; y muchos no creen estar en ellas, pero lo están.

Si piensan estar Conmigo, compañeros, háganlo, y no pierdan tiempo. Busquen la esencia de Mi Corazón que los llevará a la paz y les permitirá  realizar el camino que han venido a cumplir en nombre de Mi Padre y de Su Plan.

Los corazones no se animan a amar Mi Corazón profundamente, por temor a lo que Yo les pueda pedir. Pero desde el principio, compañeros, Yo sé lo que cada uno de ustedes Me puede dar y no les pediré aquello que no Me puedan dar, eso sería una gran pérdida de energía para estos tiempos finales.

Necesito que Mi Obra se realice en sus corazones, de la mejor forma posible. Pero en verdad les digo, compañeros,  que algunos de ustedes tienen un compromiso marcado Conmigo y que es definitivo y eso no lo pueden omitir, con su propia indiferencia.

Sientan que Mis Palabras forman sus espíritus y moradas internas.

Sientan como sus almas se elevan a Mi Iglesia Celestial, para ingresar al templo y vivificar la unión Conmigo, a través de la Eucaristía.

Adoren Mi Corazón, como los ángeles lo hacen, y confirmen que en esta humanidad es posible alcanzar la Redención y la Paz.

Quisiera que otros soldados Míos estuvieran aquí para escucharme, pero sé que por sus propios medios, espirituales e internos, no lo pueden hacer; pero les pido que no se justifiquen. Mi Sangre y Mi Agua se derramó para justificar sus vidas, sus errores, sus pruebas, omisiones e indiferencias, como todos los ultrajes hasta los tiempos de hoy.

Ahora es momento de no hacerlo más y de abrir los ojos y de mirar hacia el infinito, hacia el Universo, para verme llegar entre las nubes con toda la Gloria del Padre Celestial.

Necesito que estén preparados por los que aún no se han preparado.

Necesito que despierten a Mi Vida Crística por los que aún no despertaron a Mi Vida Crística.

Necesito que sean testigos, incluso en las imperfecciones, porque si sus corazones son verdaderos y sus mentes son puras, siempre estarán en Mi Corazón.

No vengo a pedirles lo imposible porque sé que la humanidad ahora no lo puede dar.

Necesito que sus vidas se transformen, así como Yo transformo el barro con Mis Manos y moldeo un nuevo odre para la Gloria de Dios; odre que recibe los Códigos de Mi Gracia y de Mi Misericordia que provienen del Padre Universal.

Entonces, compañeros,  reciban en esta hora Mi Gracia, y Mi Misericordia, por aquellos que no la quieren recibir y que se omiten para no querer conocerme.

Hay tanto amor en Mi Corazón que muchos no creen que Yo pueda transformar sus vidas completamente.

Mi Corazón explota de tanto amor para entregar al mundo y a todas las almas, aún a las que omiten Mi Presencia. Es este el Amor que Yo viví por ustedes, que Yo trabajé por ustedes,  que Yo entregué para salvarlos, una vez cuando estuve en la Cruz.

Cada Llaga de Mi Cuerpo, cada señal marcada en Mi Santo Cuerpo Glorificado, fue para testimoniar la Salvación, el  Perdón y el Amor por cada uno de ustedes.

No quiero que en Mi Corazón se multipliquen las espinas de la ingratitud de los apóstoles Míos que no han comprendido lo que les he pedido en esta hora.

Sean parte de Mis Rayos, de los Rayos de Mi Corazón Glorificado, Sagrado y Bendito. Sean esos Rayos que se transforman de la noche a la mañana, que viajan como el viento; que viajan como el viento por todos los lugares del mundo, para llevar la Paz y la Misericordia de Dios.

Sean ese sol que nace todos los días en el horizonte y ya no vivan más a oscuras. Confíen plenamente en ustedes, en que pueden dar los pasos, al menos por Mí, por Mi Santa Madre y por Mi Padre Celestial.

Vivan todo el tiempo en Nuestra Santísima Trinidad y serán premiados con los Dones de Mi Espíritu: tendrán fuerzas para caminar, aliento para seguir adelante y esperanza por donde ver en cada parte de la Tierra.

Y a pesar de que el mundo está a oscuras y los corazones están cerrados,Yo vengo a dar, en esta tarde, el Testimonio de Mi Amor en ustedes y por cada uno de sus hermanos en  este mundo.

Reciban la Unión con Mi Sagrado Corazón y vivan Mi Camino como la puerta de salida a su liberación y perdón.

Agradezco que hayan preparado este Altar para Mí, así como preparan sus vidas, en este tiempo y en este ciclo, para recibirme en la plenitud de Mi Espíritu, de Mi Gracia.

No teman por lo que no han conseguido.

No quiero que sufran más, porque Mi Corazón ya sufre por los que son indiferentes, por los que caen, por los que hacen el mal, por los que niegan Mi Amor todo el tiempo.

Necesito de sus corazones un templo de alegría, de regocijo, de verdadero amor y de paz, para que sus pecados se limpien,  y las manchas en sus almas se puedan borrar por la Fuente y el Océano de Mi Divina Misericordia.

Así, compañeros, amigos, discípulos y siervos alegrarán Mi Corazón por los horrores que vive el mundo de los que caminan todo el tiempo al abismo.

Si sus corazones no aman, ¿cómo amarán al prójimo? Si no Me aman a Mí, ¿cómo amarán a sus semejantes? Porque si Yo estoy en sus semejantes, escondido en el tabernáculo del corazón, ¿por qué son indiferentes y no Me ven?

Yo estoy en el que está desposeído, triste, perdido, ciego y sordo. Yo golpeo la puerta de esos corazones para que puedan despertar a su verdad y a su misión.

Cada cosa tiene su tiempo, porque está marcado por el Universo de Dios.

Ofrezcan en esta tarde, esta Comunión por toda Europa, por los que están perdidos, por los que están ciegos, por los que están solos, por los que están enfermos, por los que sufren en la ignorancia de sus vidas y de sus caminos, por no encontrar,  por los que no encuentran a Mi Sagrado Corazón que hoy está aquí, entre ustedes, para que lo vivan y lo sientan en esta Comunión perfecta, con espíritu de paz y de fraternidad.

Yo los constituyo a todos como una nueva familia, así como fue la familia de Nazaret, junto a María y San  José. No está lejos de ustedes formar esa sagrada familia espiritual que debe reinar entre las almas y los corazones que siguen a los Mensajeros Divinos.

En esta hora, compañeros, la Divinidad trabaja en todos los continentes de la Tierra para sembrar Su Luz en el mundo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos a cantar "Estoy contigo, Señor", a pedido de Jesús, para bendecir los elementos que Él hoy consagrará, para todos nosotros.

 

A través de los tiempos, compañeros, elevo a las almas hacia el Reino de Dios, cuando cada una de ellas comulga, el mayor testimonio de amor en la presencia de Mi Cuerpo Vivo y Mi Preciosa Sangre, en Honor al Padre Celestial y a Su Divino Plan que emana del Universo para todas las criaturas de la Tierra.

En Mi Iglesia Celestial, les vuelvo a enseñar lo que una vez prediqué para todos ustedes: sentados a Mi mesa de Luz y de Amor, los invité en aquel tiempo, a agradecer a Dios por todo, por cuanto Él nos da en el Misterio Infinito de Su Amor. Y para eso, compañeros, en el nombre de la Paz, Yo elevé el pan, di gracias al Padre por el Sacrificio; lo bendije, lo repartí a ustedes y les dije que "siempre comieran de él  porque él es el Cuerpo Vivo de Cristo, vuestro Señor".

Una vez terminada la Comunión con el pan, di gracias a Dios por el Cáliz que las almas recibirían en sus esencias, para ser depositarias de Mi Espíritu de Misericordia y Redención. Elevando el Cáliz hacia lo alto, di gracias al Padre, lo pasé a ustedes y les dije una vez: “tomen y beban  todos de él, porque esta es Mi Sangre que será derramada por ustedes y por todos los hombres para el perdón  de todas las faltas”.

Y hoy, en Mi Presencia, compañeros, ante Mi Iglesia Celestial,  reafirmo la Presencia y el Poder del Amor de Dios. Amén.

Gracias Señor, gracias Señor por tantas bendiciones que siempre nos das, que siempre nos das

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, queremos que todos los que están aquí presentes y a través de la transmisión en vivo para el planeta, por MMTV, nuestros hermanos del monasterio de la Orden, de las comunidades, de los grupos de oración, que están unidos a nosotros, queremos compartir, realmente, cómo  fue esta Aparición con Cristo, que en realidad, tal vez, no diga muchas cosas, pero lo que Él hizo hoy con nosotros, así como en los días de la Maratón anterior, en Buenos Aires, en Argentina.

Él nos introdujo en ese misterio que la humanidad todavía no conoce muy bien, que es la Iglesia Celestial de Cristo, y el propio Cristo nos dijo que es algo que intentó instituir para que pudiéramos aprender desde que el tiempo que estuvo aquí, con nosotros, hace dos mil y tantos años atrás.

Hoy, Él realmente vino muy espléndido, maravilloso en su Amor y en Su Misericordia.

Él nos fue introduciendo poco a poco , en ese espacio de la consciencia que llama la Iglesia Celestial, en donde los ángeles y los bienaventurados, de forma verídica, verdadera, celebran continuamente esa adoración, al Cuerpo y a la Sangre de Cristo; y Él nos llevó hacia ese lugar, poco a poco.

A través de Sus Palabras, de Su Mensaje, nos fue introduciendo a todos nosotros, los que estamos aquí y a los que están en sus hogares acompañándonos, quienes también fueron siendo llevados, a través de sus almas hacia ese espacio de la consciencia.

Fue algo bien intenso, muy difícil de poder soportar, porque a pesar de que es una Energía Divina, Celestial, el voltaje vibratorio energético de la Presencia de Cristo, de ese estado de consciencia, de la Iglesia Celestial. es bien alto para nuestras células, para nuestros cuerpos para nuestros átomos; pero como Él sabe que nosotros somos seres terrestres, somos seres humanos, Él cuenta con nuestras almas.

De alguna forma, Él se sirvió de nuestras almas, de nuestra apertura del corazón para quien tuvo el corazón abierto, para ingresar hacia ese estado de consciencia y vivimos, como quien dice, varias iniciaciones, varias purificaciones; pasamos por varios procesos durante toda la Aparición y no solo nosotros fuimos beneficiados espiritualmente, sino también aquí, esta región del continente europeo, que tanto lo necesita.

Y cuando el Maestro repetía que ofreciéramos la Comunión por todo lo que Él dijo, los enfermos, los que son ignorantes, que están  ciegos, están sordos, etc.,  Él fue detrás de cada uno de ellos porque el canal de oración que nosotros abrimos durante la coronilla  lo utilizó para esa tarea; de alguna forma encontró los corazones abiertos y consiguió realizar esa tarea.

Entonces entre tan pocos que somos, Él hizo que cosas grandiosas, como una vez lo prometió, que íbamos a hacer cosas más grandes a las que Él hizo, aunque en ese momento Él las comandaba, las llevaba adelante, esa tarea, esa misión, que vino a cumplir aquí, en Barcelona, la hizo a través de nuestro corazón.

Lo que vino a realizar, lo pudo cumplir y eso se expandió para todo el planeta , para toda la consciencia planetaria con la ayuda, gracias a Dios, de los ángeles que estaban bien cerca de nosotros; ángeles muy alados estaban bien cerca de nosotros, y eso también me llamó mucho la atención, el acercamiento de los ángeles, con una sutileza, una bondad, una misericordia inexplicable.

Queríamos dejar este relato con ustedes para que podamos proseguir unidos en esa tarea que los Mensajeros Divinos vienen realizando no solo en América, sino ahora aquí, en Europa, de una forma bien amplia.

¡Gracias Señor por cuanto nos das!

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS, DURANTE LA 30.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

¿A qué le temen? Cuando Yo estoy presente la Luz reina y la oscuridad se disipa de los espacios más profundos de todos los seres. 

¿Por qué temen? ¿Acaso el Poder que Dios Me ha dado no es más fuerte que mil ejércitos?

El Poder que viene de Dios es invencible pero no puede ser tentado por nadie.

El ángel caído aún no ha salido de su abismo porque todavía falta que Yo retorne para entregarles Mi Victoria y Mi Paz. 

Yo los llevo a todos por un largo desierto y algunos temen morir en el camino por tanta sed.

Yo Soy ese gran Espejo de Agua, Soy ese Oasis que está en la mitad de sus caminos para salvarlos y darles de beber de la última Agua de Vida que todo salva, que todo redime y que todo sana.

Aún están a las puertas de ese gran desierto que Yo los invito a cruzar a través de las experiencias y de las pruebas. ¿Acaso no confían que Yo pueda estar allí para ayudarlos?

Hoy estén postrados como Yo una vez lo hice en el Getsemaní.

La soledad forma parte de la prueba de todos los iniciados. Si Yo, que Soy vuestra Vida, lo padecí, ustedes también, pero no en el mismo grado como Yo lo sufrí por ustedes y por todo el mundo, hasta los tiempos de hoy. 

No hay hacia donde puedan escapar, compañeros. El Armagedón es la puerta de entrada al Apocalipsis, que muchos creen que aún no ha llegado pero que se desenvuelve de una forma arrasadora en esta humanidad. 

Yo Soy ese Sagrado Corazón que los consuela, que los conmueve, que los une con el Padre Celestial.

Las espinas de Mi Corazón son la muestra de la gravedad del mundo y de todos sus moradores.

El yugo es fuerte en estos tiempos pero no hay qué temer, trabajen por Mi Padre y junto a Mí, para servirme en el nombre del Amor, del Amor Infinito. 

Hoy se desata en el mundo la gran y primera batalla espiritual, que no está en la visión,  ni al alcance de todos.

Por eso he venido en esta noche para confortarlos, para darles a beber de Mi Agua, que no los hará morir sino renacer en espíritu, en unión Conmigo. 

Son tiempos difíciles y se volverán cada vez más difíciles, pero necesito que se aferren a Mi Corazón para que puedan estar en el Corazón de Mi Padre.

También sufro por tantas crueldades, por tantos desánimos, por tantos pecados; pero Yo morí por ustedes en la Cruz y Me fue concedida la Misericordia de Dios.

El mismo Dios se hizo clavar en la Cruz por ustedes para que no se perdieran. Pero esta experiencia parece no ser suficiente para esta humanidad de hoy, que en la consciencia profunda cree que el Maestro fracasó.

La victoria está en la fuerza del Amor verdadero e invencible que proviene de la Fuente de Mi Padre y que regenera todas las cosas, las cosas más perdidas. 

Si sus caminos alguna vez se desvían de los Míos, sepan que pueden retornar.

¡Cuánto amor tengo para dar a las almas y pocos lo aprovechan!

¡Cuánto tiempo tengo Mis Brazos abiertos y extendidos hacia ustedes para acogerlos y pocos Me abrazan!

¡Cuánta paz puedo entregarles y pocos la buscan!

Les di los Sacramentos, las señales de la salvación para que pudieran vivirlos una y otra vez; porque el cuerpo puede morir pero el alma vive en la eternidad.

Es a sus almas que no deben fallar, es a sus espíritus que no deben lastimar por sus acciones, por sus dudas, por su poca fe.

Yo sé que muchos no se animan a cruzar este desierto tan extenso y duro.

Quien confía en Mi Misericordia se salvará y no estará perdido. 

Hoy vengo como el Jesús de la Divina Justicia para el mundo.

Mis Manos siguen llagadas por las faltas del mundo, por la soberbia, por la arrogancia, por la falta de penitencia. Pero Yo les doy la fuerza para reconstruirlos, para sanarlos, para renovarlos una y otra vez. 

Estoy a las puertas de ese desierto para acompañarlos, pues muchas almas no sabrán cómo caminarlo porque no tienen la guía interior. Pero Yo Soy ese sendero que los llevará al Padre, a la casa del Padre Celestial en donde no existe el miedo, no existe la oscuridad, solo reina el Amor. 

Me ofrecí al mundo para que llegaran a Mi Padre, para que ascendieran hacia lo más alto. Muchas veces sus cuerpos no lo quieren, pero no se amedrenten, todavía el universo es dual y la experiencia es viva para todos.

Pero si existe el amor entre los Míos, nada pasará, porque donde está el amor verdadero y no orgulloso Yo estoy presente. Tal vez no Me podrán ver ni sentir en los momentos más cruciales, pero cuando la batalla esté en pleno auge, Yo estaré presente para apoyarlos. 

Viví por ustedes la primera guerra de la Redención a través de la Pasión y de la Cruz. Yo les enseñé cómo hacerlo en el silencio, en la entrega y en la confianza en Dios, pero muchos no quieren hacerlo porque temen fracasar.

La no resistencia será su cordial hermana, la que los fortalecerá para vivir las pruebas, así como están escritas. Si no se purifican no pueden llegar al Reino de Dios. 

Adán y Eva salieron de este proyecto durante el Génesis y desde ese momento, el pecado original se cultivó en el corazón de los hombres y de las mujeres de la Tierra.

Llegaron los Patriarcas para enderezar los caminos de la humanidad.

Llegaron los Profetas para anunciar la salvación del mundo a través de Cristo.

Llegó María, vuestra Madre, para acompañarlos en el amor y en la fe; si esa mujer tan simple decidió vivir los poderes del Cielo, abrazándolos con fervor y devoción, aceptando la Voluntad del Padre, ¿por qué ustedes no lo hacen? 

Todo lo que se muestra en sus caminos es parte de una experiencia.

La santidad es la meta de los nuevos cristos, de los nuevos corderos que irán a diferentes mataderos; pero nadie irá al matadero así como Yo fui, por cada una de las esencias a las  que les faltaba la paz y la reconciliación.

Mi Sangre fue vertida sobre el mundo y pocos la adoraron; es la Sangre de Dios hecha carne que se entregó por la Redención.

La luz de los misterios es para todos sin excepción; los misterios de la Sangre vertida, los misterios de la Cruz, de la Pasión, de la Agonía y de la Resurrección, fueron y son para que el mundo pudiera dar sus pasos hacia el Señor. 

Mientras les hablo contemplo el mundo que agoniza y otros festejan su propia realización. ¿Qué es más valioso: Que una humanidad se salve, o que una nación se desarrolle por sus pobres poderes? Las armas fueron creadas para instigar a los corazones, para crear el miedo y la persecución.

Si están unidos a Mí podrán morir, pero sus espíritus siempre resucitarán. La victoria se encuentra en el Amor, en la Unidad que es encomendada por Mi Padre a todo el Universo. 

Mientras les hablo camino en el desierto junto a ustedes, así como lo hice con los doce para mostrarles dónde se encontraba la verdad.

Que sus corazones se pacifiquen, se calmen, que sean mansos y amorosos. Sus semejantes podrán fallar, pero su amor no podrá desaparecer.

¿Cómo estaré Yo presente en ustedes si no está la Fuerza del Amor que todo lo mueve y que todo lo recrea para que las almas crezcan en el Amor de Dios? 

Hoy consuelo a los que han caído, los que no consiguen levantarse del suelo por sus propias experiencias. 

Hoy los bautizo así como Juan Me bautizó en el Jordán y les confío la alegría de vivir esta experiencia que muchos no comprenden porque es desconocida.

No pierdan la esperanza, que su fe no sucumba, pues hoy el Rey de Dios, el Hijo del Hombre, el Siervo del Altísimo pisa con Sus Pies lo que causa el dolor y la amargura en los corazones, liberándolos de los pecados, de las tentaciones, de los desvíos.

Les entrego Mi Fe que es lo que puedo legarles. No dejen de buscarme, pues muchos corazones Me necesitan a través de Mis verdaderos discípulos. 

Hoy traigo la serenidad y la calma, pues las batallas no terminarán, y cada vez muchas más almas deberán sumarse para que ese Ejército de Luz nunca decaiga.

Vuestra Madre corre al desierto para refugiarse, así como lo dijo Juan; ustedes también deberán hacerlo antes de que llegue el mal tiempo. Muchos se sorprenderán por no haberse preparado. 

Los Sacramentos serán las llaves para entrar en ese refugio, así como la oración y la vigilia.

No deben perseguirse, no deben amedrentarse, sino estar al servicio de lo que Dios necesita para la humanidad. Pues en este Libro que hoy llevo entre Mis Manos, son pocos lo que se han comprometido, aunque podrían ser muchos más, si todos caminaran en la fe. 

Yo los amo, los bendigo y los bautizo en la indulgencia concedida por Mi Divina Misericordia. 

Adoren al Señor, adoren a Adonai. 

Padre, que confiaste a Tu Hijo el misterio del sacrificio por el mundo, ayúdalos Señor para que se vuelvan a erguir en Tu Nombre Santo.

Así como enviaste al Huerto Getsemaní a  centenas de ángeles para que Me auxiliaran, así Señor levántalos del suelo cuando caigan.

La carne es débil pero el alma es fuerte, creada a Tu semejanza, creada en el nombre de Tu Amor.

Adonai, nutre los espíritus, eleva a las almas a Tu Reino, a Tu Vida, a Tu Corazón. Disuelve el dolor del mundo, reconstruye Tu Proyecto por aquellos que te escuchan a través de Tu Hijo. Amén. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

Cristo Jesús Glorificado

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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