APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL OCTAVO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los Pies del Resucitado tocan la superficie de la Tierra para poder bendecirla, curarla y redimirla.

Hoy, también tengo la Gracia especial de contemplar espiritualmente el camino de los que se han decidido a seguir las Huellas del Redentor en cualquier lugar del planeta, llevando Mi Presencia en el corazón humano que es transfigurado por Mis códigos de Luz y de Amor.  

Quisiera que hoy contemplaran Conmigo la grandeza del milagro del Amor en sus vidas; aunque aún sientan la imperfección, por un momento contemplen más allá de todo esto lo que los Ojos de su Maestro y Señor contemplan.

He aquí, detrás de Mí, el Reino de los Cielos con sus ángeles y arcángeles, especialmente con los coros celestiales que hoy rodean al Glorificado y Resucitado Señor, como a cada una de sus consciencias; para que, a través del Libro de la Vida, que es guardado preciosamente en el Arca de la Santa Alianza, estén escritas las experiencias de amor que pudieron vivir en esta última Sagrada Semana y, sobre todo, la reconciliación y el perdón entre hermanos.

Porque, en verdad les digo que, si nadie se reconciliara y se perdonara a sí mismo o a los demás, ¿cómo seguirá el destino de esta humanidad, ante tantos desastres, guerras y sufrimientos?

Yo vengo aquí por última vez, en este último día de la Sagrada Semana, para que ustedes sean testigos de Mi Presencia en el mundo y en los corazones.

Muy grande y desconocida es la deuda de este mundo actual, pero más grande y poderosa puede ser la obra de la Misericordia en los corazones que, como los de ustedes, responden a Mi Llamado.

Hoy, el Señor de Israel, el Glorificado y Resucitado Señor, no solo llora por Jerusalén, así como fue en el pasado, sino también llora por los inocentes y por los que están atormentados en el cautiverio espiritual, moral y humano.

Mis lágrimas se convierten en Luz para los inocentes y, hoy, sus oraciones, no solo las de este día, sino las de toda esta Sagrada Semana, como la Trilogía Espiritual de Oración, Devoción y Contemplación, se han convertido en una causa espiritual importante por los marginados, los inocentes y los más pobres entre los pobres, para que sean ayudados en este próximo ciclo. Así, sus oraciones se convierten en rosas a los Pies del Creador.  

Sus almas se postran ante el Reino de los Cielos, así como los santos ángeles lo hacen en este momento, para que el Hijo de Dios sea glorificado en el Cielo y en la Tierra, y especialmente en los corazones que buscan el alivio del sufrimiento y la paz, así como fue a las puertas de Jerusalén.

Hoy, ante el escenario doloroso del mundo y de la humanidad, vengo nuevamente a recordarles la importancia del amor y vengo a rezar por aquellos que más lo necesitan, para que Mi Mano curadora y redentora toque la cabeza de todos los necesitados de amor y de redención.

Lleven Mis Gracias de esta Sagrada Semana en sus corazones y vidas. Ya pueden ser testigos de Mi Amor redentor.

El Señor escucha las plegarias de los que claman. El Señor contempla el dolor de los que sufren y Su Divina e Insondable Misericordia aplaca las miserias humanas para que todo se convierta en redención y perdón.

Hoy, vengo a dejarles el sello espiritual de la unión de ustedes Conmigo y de la unión de Mi Corazón con sus corazones, para que se aferren a la Presencia del Señor que quiere llevarlos por el camino de la paz y del bien.

Mi tarea espiritual no termina aquí, en esta Sagrada Semana. Los próximos tiempos les traerán desafíos a todos, pero también prometedoras oportunidades de crecimiento, entrega y donación, para que los graves errores cometidos en este tiempo por la humanidad puedan ser justificados por la donación y la entrega de los consecuentes, y en vez de derramarse Justicia se derrame Misericordia.

Como ejemplo de toda la humanidad, hoy aquí hay almas presentes que cumplen una importante parábola, la parábola del hijo pródigo; porque el Padre Eterno no es severo con aquel que se equivoca por ignorancia o por inconsciencia, Su Misericordia y Amor transforman al corazón equivocado.

El Padre con Sus Brazos abiertos, así como el padre del hijo pródigo, coloca a Su miserable y errado Hijo en el camino de retorno hacia Su Corazón, en el que todas las ofensas y errores son diluidas, el alma alcanza el perdón y la Misericordia, y una vez más vuelve a comenzar de cero, como cada uno de ustedes.

En todos los días que vendrán, deberán tener el coraje, la valentía y la fuerza de comenzar de nuevo todos los días, así como su Maestro y Señor lo hizo en cada paso del Calvario. En cada momento, aunque no podía, Yo comencé de nuevo porque la fuerza del espíritu unido a Dios es muy grande, no hay mal en este mundo que pueda derribar las aspiraciones ardientes de los corazones.

Pero todo tiene su momento y su tiempo. El triunfo del Amor de Dios en las almas tiene su tiempo y su momento; por eso, ya no deben amargarse o entristecerse; deben cruzar esta puerta de este lugar renovados, con la convicción plena de haber glorificado al Señor del Universo y de la Paz, y de volver a confiar sus vidas en las Manos de Dios, así como Yo Soy Vida en los corazones que se rinden al Señor.

Quiero que lleven consigo lo más preciado que tengo, lo más preciado de todos los tesoros, dádivas o Gracias. Quiero que lleven consigo, en Comunión Espiritual, el Amor del Redentor, que es lo que los ayudará a seguir adelante en estos tiempos desconocidos; es lo que les traerá la esperanza de la renovación; es lo que los ayudará, incluso en la autoestima, porque sus almas y las de sus hermanos del mundo ya no deben estar deprimidas.

Aunque este tiempo difícil no le ayude a la humanidad, porque la humanidad se compromete con lo que está fuera de la Ley de Dios, deben sentir la renovación que les traigo y la certeza absoluta de haber encontrado a Cristo como el Camino, la Verdad y la Vida.

Quiero agradecerles a todos los que se esforzaron para preparar estos encuentros. Todo, en los planos de consciencia, incluso en el plano material, debe estar alineado con el Propósito del Redentor.

El premio que les espera a los que se han entregado a colaborar verdaderamente, en esta Sagrada Semana, es muy grande. Pero lo más grande, compañeros, es que Mi Amor los pueda transformar en lo que Yo tanto espero y aspiro.

Por eso, antes de concluir esta Sagrada Semana, a través de la Santa y Divina Comunión, vengo a darles una vez más la Unción a través de Mi Espíritu, para que lleven consigo en su interior la señal visible de la Cruz del Redentor, que los acompañará hasta el fin de los días, hasta que sea el momento de concluir esta experiencia en la Tierra.

Recuerden que lo que Yo les entrego es inalterable e intransformable, porque es una Gracia eterna e incalculable.

Que Mi Paz los anime a vivir en Mi Paz, para que Mi Paz esté en ustedes y Mi Gracia esté en ustedes, para poder estar en sus hermanos y hermanas del mundo.
Siéntanse ungidos por Mi Luz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos, a pedido de Cristo en este momento, a finalizar con lo que comenzamos en esta Sagrada Semana, confiados y renovados en Su Presencia, transformados en Su Amor consolador y redentor, purificados en alma, espíritu y consciencia, ungidos por Su Gracia y por Su Luz y por cada uno de los méritos de nuestro Redentor.

Y así, nos vamos a unir a través de la canción de María de los Inocentes, pidiendo desde lo más íntimo de cada uno de nosotros que esta Gracia de la Unción de Jesús llegue a los que más la necesitan y a los que más sufren.

En este momento dice Nuestro Señor que cada uno sabrá, en el silencio de su corazón, qué alma conocida necesita de la Gracia de Su Unción espiritual.

Para eso, cantaremos como una sola voz y un solo corazón, agradeciendo la Presencia del Señor en estos ocho días.

El Señor se va a acercar a Sus amigos y compañeros.


Canción: “Curador de mi alma”.


Que la Luz, la Gracia y la Misericordia acompañen, como una especial Unción de Luz, a todos los corazones.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN RESERVADA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO DEL 20 DE FEBRERO DE 2021

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy vengo antes del tiempo previsto para que Me escuchen. 

Ustedes saben que Yo no busco la perfección de sus vidas, sino busco que hagan el camino hacia el encuentro Conmigo.

Mientras eso no suceda, compañeros, aún esperaré para realizar muchas tareas y operaciones.

Aún guardaré, en Mi Corazón, las aspiraciones que tiene Dios para cada una de sus vidas y consciencias; porque este es un tiempo muy crucial y definitivo, y ustedes ya lo saben.

Este es un tiempo en el que cosas nuevas surgirán, experiencias desconocidas se mostrarán para que ustedes puedan aprender y crecer interiormente.

Yo no necesito que hagan las cosas perfectas, sino que en sus vidas hagan lo mejor para Mí, porque de todo eso Yo me serviré para preparar Mi Retorno al mundo.

No solo les pido que se decidan a atravesar el desierto en el cual aún no ingresaron, sino también les pido que tengan la valentía suficiente para seguirme y acompañarme, para obedecer Mis directrices.

Este es el tiempo más exigente de todos, Yo necesito que puedan reconocerlo. Necesito que puedan confiar en todo lo que les digo y que puedan hacer todo lo que les pido, los esfuerzos se multiplicarán.

Algunas consciencias ya se están definiendo, y eso no es algo personal Conmigo, sino con Mi Padre.

Los Designios de Dios no son profundamente comprendidos, mientras demoren en poder amarlos no los comprenderán, no los sabrán, no los conocerán.

Por eso, Yo les entregué el valor de los ejercicios espirituales, de su propio ejercicio espiritual y personal, pero también de sus ejercicios grupales; porque la conexión con la Fuente depende de cada uno de Mis compañeros y no de unos pocos.

El planeta arde en su proceso de purificación, el planeta sufre en su proceso de enfermedad, los desplazados cada vez son más en el mundo. ¿Quién los refugiará? ¿Quién tendrá su corazón sensible para poder recibirlos? ¿Quién irá al encuentro de ellos?, no solo para darle un alimento, sino para entregarles Mi Paz.

Yo no pido algo imposible, solo pido algo sincero y verdadero. Depende de ustedes que Mis Obras se puedan cumplir y realizar.

La deuda de la humanidad es muy grande y ustedes lo saben, y aún esa deuda espiritual sigue creciendo. ¿Quién Me ayudará internamente a disolver esa deuda?

¿Quién reconocerá, una vez más, el valor de la Sangre derramada por el Cordero de Dios para que todos los errores sean justificados una vez más, para que las almas no pierdan nuevamente la oportunidad, para que las consciencias puedan despertar?

Mi Corazón guarda muchos misterios, pero también guarda muchos sentimientos. ¿Han pensado alguna vez en conocerlos y penetrarlos? ¿Dónde está su atención por Mí?

El universo los coloca en donde necesitan aprender y crecer, compañeros.

Ya no son tiempos de hacer las cosas más difíciles de lo que ya están. Es tiempo de forjar el guerrero, es tiempo de hacer despertar al valiente apóstol para que puedan vivir lo que la Jerarquía está viviendo y sintiendo, para que puedan sostener con Nosotros esa llama espiritual de la Fe que no se puede apagar.

Deben aprender a sintonizarse con Mi Gobierno Espiritual. De allí parten todos los impulsos y la revelación de todos los misterios, principalmente de sus misterios internos, de lo que deben conocer de ustedes mismos, de lo que deben transformar de ustedes mismos, de todo lo que deben redimir.

El planeta se encuentra en el momento de su gran encrucijada, el destino aún no está claro. 

La evolución avanza, pero los acontecimientos también. Se corre una carrera sin precedentes, es hora de tomar consciencia de esto y de no retroceder. Los soldados tienen que avanzar en este campo de batalla y tener fe en que Yo los sostendré.

Abran sus corazones para sentir todo lo que les digo. No rechacen ni una palabra, estamos en tiempos culminantes, en momentos definitivos; y lo debo repetir, una y otra vez, para que sus consciencias lo capten.

Todos estamos atentos a los próximos momentos. Lo que parece estar demasiado difícil se vuelve un gran sacrificio para todos. El esfuerzo, en este momento, es la justificación de tantos errores y faltas, de tantas contrariedades y causas.

Yo no necesito que lo entiendan todo, necesito que Me sigan, que Me sientan y que Me reconozcan.

Esta es la Cuaresma más importante después de Mi Ascensión a los Cielos, después de más de dos mil años.

Deben dejarse señalar por las cenizas de la Resurrección. Que la Señal de la Cruz sea el epicentro de todos sus movimientos y acciones, porque así los infiernos estarán atormentados y no prevalecerán.

Busquen dentro de ustedes el camino hacia lo verdadero, hacia lo que es transparente y fiel.

Yo estoy llamando al mundo a responder a las necesidades humanitarias, porque si esos desplazamientos siguen sucediendo, el Juicio será muy grande. Tienen las llaves y tienen los atributos para poder hacerlo, no renieguen y no retrocedan. 

Este es el tiempo en el que cada uno tendrá la oportunidad de cumplir Mi Voluntad, de hacerla parte de sí y de vivirla.

Hoy no solo los invito a estar en Mi Corazón, sino que también los invito a tener consciencia y discernimiento. Que la llama de Mi Fe los impregne de sabiduría y amor, de ciencia e inteligencia, para que los talentos que tanto espero tener disponibles, estén disponibles, estén al servicio de Dios a través de cada uno de ustedes.

Compañeros y hermanos, están en tiempos semejantes a los de los primeros cristianos, que tuvieron que ser testigos de Mi Presencia y de Mi Palabra, y dieron la vida por Mí hasta el último instante, hasta el último momento.

Pero ahora ustedes no son perseguidos, solo son buscados por Mi enemigo que intenta dividirlos y hacerlos fracasar. ¿Se lo permitirán?

Durante tantos encuentros de Misericordia, Yo les entregué todas las instrucciones e indicaciones. ¿Cuándo las harán propias?

Yo los invito a ser valientes y perseverantes. Los invito a amar lo que no conocen ni saben. Los invito a penetrar el misterio del espíritu por medio de la fe y de la unión Conmigo en la Eucaristía.

Que para esta próxima Sagrada Semana sus virtudes puedan florecer y sus aspectos humanos puedan desaparecer, porque no tengo tiempo para esperar que se den cuenta de esto.

Tengo al mundo en Mis Espaldas, y al tener al mundo en Mis Espaldas los tengo a cada uno de ustedes y de sus hermanos del planeta. Tengo sobre Mí todos los tipos de caos y de sufrimientos, de injusticias y de indiferencias. ¿Quién los soportará Conmigo, como lo hizo Juan, el apóstol, hasta la Cruz?

Por eso, Yo les entregué Mi Faz de Misericordia y Mi Faz glorificada para que las veneren y las vivan dentro de ustedes, porque precisarán de Mi Misericordia y de Mi Gloria para poder atravesar estos tiempos, para que cada día más sean instrumentos vacíos y no llenos de sí mismos, humildes para poder reconocer la Palabra de Dios y el Llamado del Padre Eterno, así como lo hizo Mi Madre, la Virgen María. Imítenla y ámenla.

En Su maternidad está su consuelo, en Su Amor está su fortaleza, en Su convicción está la superación de todos los tiempos, y en Su pureza está su paz.

Que la Sagrada Semana que llegará no sea un momento pasajero, sino una nueva oportunidad para cada uno de ustedes, de recoger los códigos divinos de Mi Pasión; porque cuando lo hagan, Yo estaré ahí con ustedes hasta el fin de los tiempos.

“Adonai, escucha las plegarias de Tu Siervo y de Tu Hijo, hazte presente, Señor, en este momento y, sobre todo, en los corazones que dudan de este camino.

Enciende en cada corazón la llama de Tu Fe para que todo se renueve y así se sientan unidos a Ti, hasta que cuando Yo retorne todo se pueda renovar”.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SEGUNDO DÍA DE INSTRUCCIÓN, DURANTE LA SEMANA SANTA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Llegó el tiempo de que sepan, compañeros, quiénes son verdaderamente, del lugar de donde provienen, de la Fuente de donde surgieron y por qué razón han venido a la Tierra para que, en este tiempo como en otros tiempos, aprendan a vivir el Plan de Dios y su realización en esta vida.

Esta es la encarnación definitiva para todos los seres humanos, momento en el cual todos son colocados ante la oportunidad de discernir y de tomar consciencia de lo que verdaderamente son y no de lo que aparentan ser.

Hoy vengo como el Nazareno, el Pastor que vuelve a convocar a Sus ovejas de los cuatro puntos de la Tierra, para que puedan escuchar atentamente esta revelación que los hará conscientes de su realidad y del momento que están viviendo, de la etapa que están atravesando y del aprendizaje que, en este ciclo, están transitando.

Vengo a colocarlos en la dimensión del Universo Sideral, en donde la Consciencia de Dios está presente en infinitas manifestaciones y Nombres; de ahí ustedes provienen, no son solo seres humanos, son esencias, almas y espíritus que vinieron a aprender algo fundamental: el perdón.

Ese perdón, que es tan necesario en ustedes y en el mundo, es el perdón que los llevará al arrepentimiento y a la reconciliación con ustedes mismos, entre los pueblos y las naciones.

Por eso, llegó la hora de conocer la verdad y de poder despertar a través de ella, sabiendo que en este último ciclo es en el que tendrán el gran impulso espiritual para dar el gran paso de sus vidas, reconociendo que Dios lo necesita en este momento y que ustedes también lo necesitan para poder reconstruir sus vidas, no solo de manera espiritual, sino también de forma material y, en consecuencia, toda la humanidad se reconstruirá y se volverá a levantar de donde hoy se encuentra.

Pero solo existe un requisito para eso, su fe en todo lo que les digo, su confianza en todo lo que realizo, su amor en todo lo que predico.

Así también impulsarán a otras almas a que, por medio de su oferta y entrega, también puedan despertar y tomar consciencia de que llegó la hora de cambiar.

Porque el gran cambio está llegando, el fin se está aproximando, el tiempo marca ese momento. También tienen que ser conscientes de eso para que estén preparados, atentos y vigilantes ante todo lo que moverá al planeta por el movimiento que realizará el Universo.

Hoy los quiero colocar a todos en ese plano de consciencia, desde donde cada uno de ustedes proviene, para que, volviendo al Origen y al principio de su existencia, recuperen los valores y los atributos que necesitan para atravesar estos tiempos y estos momentos tan definitivos.

Ingresemos ahora en ese estado de consciencia y dejémonos colmar por la Presencia de Dios, en la manifestación de Elohim. Fue ese aspecto del Padre que se encargó, directamente, de la manifestación de las diferentes Fuentes que, siendo creadas por los ángeles, gestaron la vida.

Siéntanse en el Vientre materno del Universo y hagan despertar, en este momento, a su pureza original que los llevará a entender la Sabiduría de Dios, la pureza que les mostrará el camino de regreso al Padre Eterno.

Porque Él se encuentra con Sus brazos abiertos, como un Padre que ama a Sus hijos, como un Padre que espera a sus criaturas para hacerles sentir la inmensidad de Su Amor y de Su compasión con el mundo.

Ante este estado de consciencia, cada uno de ustedes vuélvase hacia Dios así como son, sin ocultarle nada, porque Él los conoce por dentro, Él los sabe por dentro y nada puede quedar escondido dentro de sus corazones.

Liberen sus amarguras, disuelvan sus tristezas, curen sus corazones, fortalezcan sus almas y entren en comunión con el Padre, ante la Presencia de Elohim, para que Él pueda entregarles Su Gracia en este momento y a través de Su Hijo, por la gran necesidad que tiene la humanidad y por todas las esencias que aún están perdidas en los abismos de la ilusión, de la ignorancia y de la indiferencia, por las almas que sufren, en este momento, sin tener un momento de alivio ni tampoco de paz.

Por la Gracia que siempre les ha entregado Mi Corazón misericordioso y ante ese origen del cual cada uno proviene en esencia y en espíritu, ante la oportunidad de la reconciliación y de la paz, para que se establezca la cura en la humanidad y en compañía de todos los Ángeles de la Guarda presentes en este planeta y dentro de esta humanidad, entonaremos los Nombres de Dios, para que cada uno, ante la Fuente purísima del Padre y bajo el poder de Sus Sagrados Nombres, reciba lo que necesita en este momento.

En total despojamiento interior, sin expectativas ni intenciones personales, con la apertura del corazón y del alma, llamaremos a los Nombres de Dios para que Sus Nombres, Atributos, Gracias, Misericordias y Prodigios, desciendan a la Tierra.

Lo harán hasta que Yo se los indique.

Podemos comenzar.

Cántico: ¨Los Nombres de Dios¨.

En este momento, Cristo se encuentra hablando con Su Padre, ante la Fuente Espiritual de la Creación. Cristo, como un tierno Hijo, conversa con el Padre, arrodillado ante Él.

Ante la emanación de esa poderosa Luz, Cristo se ofrece por cada uno de nosotros, por el propósito de cada vida, por la misión de cada ser, por el Plan de Amor en la humanidad, por la redención de todas las almas.

Cristo se ofrece incansablemente, mostrándole al Padre cada una de Sus Llagas, revelándole al Padre cada uno de Sus martirios, agonías y pesares por la humanidad y, lo principal, Cristo le ofrece de nuevo Su Corazón por cada uno de nuestros corazones. Porque, en este momento, el Maestro sabe de la importancia del cumplimiento del camino espiritual de cada uno de Sus compañeros.

De las Llagas de Sus Manos y de Su Costado, ofrece la Luz de la insondable Misericordia, alcanzada por el Redentor durante Su dolorosa Pasión.

El Padre recibe nuevamente, en el centro de Su Espíritu, en donde la Fuente se manifiesta, cada uno de los ofrecimientos de Cristo, así como los ofrecimientos y sacrificios, las renuncias y pruebas de sus discípulos. Le ofrece al Padre los triunfos de la adoración, la fortaleza de la comunión y el poder de la oración de los que se encomiendan día a día a ella.

Jesús, con una mirada de amor ante la Fuente del Padre, reúne a Su alrededor a los arcángeles, que también están en adoración ante esa Fuente luminosa.

Los arcángeles ofrecen sus consciencias por el Proyecto Genético humano y cada uno deposita, dentro de esa Fuente, sus herramientas: espadas, escudos, cristales de luz, sus propias coronas y, especialmente, el corazón espiritual de cada arcángel que unidos como un solo corazón protegen y amparan a toda la Mente Creadora.

Jesús, en absoluto e interiorizado silencio, mira hacia cada uno de nosotros, aunque todavía esté frente a esa Fuente de Luz. Con una mirada de amor, pero en Su Corazón con un sentimiento de dolor por las almas del mundo, por los que lo abandonaron y no se rindieron, Él nos pregunta:

Mis compañeros, ustedes ¿qué le darán a Dios por la redención de todo el género humano? ¿Qué le entregarán al Padre? ¿Qué esperan para poder hacerlo?

Jesús, llorando, nos dice:

El tiempo está terminando, no lo desperdicien, no desperdicien su encarnación, hagan valer lo que Dios depositó como tesoro en cada uno de sus corazones.

La mirada de Cristo se vuelve hacia la Fuente de Luz.

Se aproxima a Él, al igual que a los arcángeles, Nuestra Señora, la Virgen María, acompañada por más huestes de Luz.

María le ofrece a Cristo...

En el silencio de María se expresa el Amor que Ella ha podido recoger de cada uno de los corazones que, sinceramente, todos los días han orado junto a Ella sin esperar nada a cambio.

María, la Virgen Santa, coloca sobre las Manos de Su Hijo todos los frutos de la oración del corazón, especialmente la Oración por la Paz en las Naciones, así como le entrega el amor que Sus hijos han colocado en cada una de esas oraciones, superándose a sí mismos, muriendo a sí mismos, vigilando, cuidando y protegiendo ese pedido de la Madre Universal.

Es de esa forma, que las huestes que acompañan a Nuestra Señora depositan sobre la Fuente cientos de Rosarios de Luz y la fe expresada por cada uno de Sus hijos en los Santuarios y Centros Marianos fundados por Su Inmaculado Corazón.

El Padre, atento al movimiento de la Madre de Dios, escucha a Nuestra Señora, así como los arcángeles escuchan a Nuestra Señora.

María, nuestra Madre, conversa con Dios; y Cristo, Su Hijo, está en éxtasis ante el Amor que emana la Voz de María y, sobre todo, ante la donación que hacen Sus manos por la humanidad. Y la Gracia que le concede el Padre a nuestra Madre alivia al Corazón de Cristo; y un bálsamo de Luz entra en el Corazón del Redentor, disolviendo las espinas en Su Espíritu.

Los errores son aplacados. La misericordia concede la redención a las almas que escuchan, en este momento, este mensaje.

Jesús se levanta del suelo y toma las manos de Su Madre, mirándola con dulzura, diciéndole a María:
"Madre, Yo Te entregué a Mis compañeros y Tú los has cuidado, aunque algunos no te hayan correspondido. Hoy Me vuelvo a levantar del suelo, así como Me levanté en el Calvario tres veces, porque Tú Me ayudas, Madre, con la fuerza de Tu Amor, de Tu paciencia y de Tu confianza a renovar todas las cosas. Y hoy renovamos juntos, ante la Presencia de Dios, a todas Sus criaturas, y los que se han arrepentido de corazón son ungidos con la Señal luminosa de la Cruz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén".

Y así, los arcángeles se retiran de la Fuente y la Madre de Dios se recoge en el Templo de Su Corazón para seguir orando por Sus hijos.

Cristo vuelve aquí, a este lugar, con una mirada de mansedumbre, impregnado de un profundo silencio y renovando Su Corazón en nosotros, nos ofrece nuevamente el mayor misterio de Su Amor, la santa Comunión, de la cual todos los que escuchan son invitados a participar espiritualmente.

Y así como hoy Nuestro Señor nos ofrece Su Cuerpo y Su Sangre, en este momento y después de esta experiencia, en la cual fuimos colmados por la Santísima Trinidad y nuestras culpas fueron lavadas por la Fuente del Amor de Dios, ofrezcámonos en este momento y por los días que vendrán, para que Dios, por medio de los Sagrados Corazones, siempre nos muestre el camino para encontrar la Luz, el Amor y la rendición.

Vamos a escuchar el instrumental de “Y así habló el Maestro”.

Rendidos ante el altar de Nuestro Señor, revivimos este misterio de amor y el legado que Él nos entregó por medio de la Eucaristía, y permanecemos ante la presencia de esa experiencia que vivimos juntos. Traemos a nuestra consciencia la imagen de esa Fuente de Luz para que también podamos depositar lo que tenemos y lo que no tenemos, en confianza, en Creador.

En un tiempo tan semejante a éste, Jesús estaba reunido con Sus apóstoles para entregarles el legado más importante de la humanidad, antes de vivir Su dolorosa Pasión.

Es así, que Él se ofreció y elevando el pan, se lo entregó al Padre para que fuera bendecido. Y enseguida, se lo dio a Sus apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Enseguida tomó el Cáliz y realizando el mismo ejercicio, se lo ofreció al Padre para que fuera bendecido. Enseguida se lo pasó a Sus apóstoles y con toda la ternura y el amor de Su Corazón, mirándolos a los ojos a cada uno de ellos, les dijo: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que será derramada por los hombres para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos
Amén.

El Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Bienaventurados los que se sirvan de este Sacramento de forma espiritual, porque en este día también estarán comulgando Conmigo, a pesar de dónde se encuentren.

En unión al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, recemos la oración que Cristo nos enseñó.

Padre Nuestro (en español).

Padre Nuestro (en inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

Y hoy, siete gotas de la Sangre Espiritual de Cristo fueron derramadas por el Redentor, dentro de estos cálices, por la redención de la humanidad. Amén.

Que la paz esté en ustedes, para que la paz esté en el mundo.

Y antes de partir al mismo lugar y espacio espiritual adonde hoy, en consciencia, los llevé a cada uno de ustedes, les pido que recuerden esta experiencia, porque la necesitarán como fortaleza de sus espíritus y almas.

Mediten a través de esta experiencia y podrán encontrar muchas más llaves en su camino espiritual.

Hoy, por segunda vez, he sentido la presencia de cada uno de sus corazones, de esa forma, no Me siento solo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Por la lanza que traspasó el Corazón de Jesús
y derramó Misericordia para el mundo,
perdónanos Señor. 
(x 6)

 

Estoy en silencio, así como lo estuve en el Sepulcro, contemplando al mundo.

Quisiera ver el fruto de la trayectoria de estos días, y Mi Corazón se ennoblece por encontrarlo en los más simples y en los abiertos de corazón, porque aún Mis Llagas están abiertas y se muestran a ustedes en este día: Mis Llagas de Luz y de Misericordia.

Beban de la Fuente correcta que Yo les ofrezco y no beban de lo que ustedes más gustan, sino de lo que Dios ha preparado para ustedes.

Hoy estoy en el silencio de Mi Espíritu, hablándole a sus mundos internos, porque es en donde las verdaderas cosas se construyen.

Por eso, hoy estoy aquí, en el silencio de Mi Sepulcro, preparándome para resucitar, en el día de mañana, en aquellos que supieron ofrecerme lo mejor desde su interior.

Ya no tiraré de las cuerdas de los ingratos para que se salven. Si caen de Mi barca deberán aprender a nadar porque todo les fue dado, y eso es irrefutable. Mis tesoros no pueden caer en manos impuras, ni injustas.

Yo vengo a entregarles algo, compañeros, que servirá para la próxima vida. Pero algunos de ustedes aún no Me entienden, no viven Mi deseo y menos Mi Voluntad.

Creen seguir Mis pasos, pero no lo hacen. Ya no se engañen, abran sus ojos a la Luz que Yo les traigo, la Luz de la Verdad y de la transformación.

Si Yo Me ofrecí por ustedes, quisiera que ustedes se ofrecieran por Mí, verdaderamente y sin mentiras. Porque podrán mentir a sus semejantes, pero a Mi Padre no, y menos a Mi Corazón que se dona a ustedes por completo.

Quisiera en verdad, compañeros, que abandonaran sus abismos mezquinos, en donde solo pierden el tiempo por sus propias ideas. Yo no vengo a activar el poder de su pensamiento ni de su decisión. Yo vengo a despertar Cristos del Nuevo Tiempo en corazones que acepten Mis designios, así como Yo los escribo en sus espíritus.

Ya no podré esperar, compañeros, para que puedan cambiar. No serán sus hermanos que los quitarán del camino, sino sus propias decisiones y sus propios caminos que, a veces, no son los Míos.

Hoy vengo nuevamente a mostrarles la Llaga de Mi Costado, el último y gran sacrificio que Yo viví por ustedes, aun cuando estaba muerto en la Cruz. Si Yo Me dejé martirizar y flagelar por los injustos, ¿será compañeros, que habrán aprendido la lección de Mi Amor por todo el mundo?

No quisiera, compañeros, que después de esta Sagrada Semana vivieran en los mismos caminos de sus voluntades. Todo lo que Yo les he entregado en estos últimos días ha sido una preparación para este momento, más aun para aquellos que se consagraron a Mí e hicieron votos ante Mi Corazón, que a veces no los cumplen.

Pero hoy no vengo a darles Mi Justicia, porque no la soportarían. El mundo siempre busca su propia derrota y el hombre de superficie así lo hace.

Ustedes son igual que los Apóstoles del pasado, los que tuvieron que enfrentar su propio destierro, su propia ignorancia y falta de fe. Pero Dios mora en todos los corazones que lo siguen, pero no en los corazones que son soberbios y creen vivir en Dios. Dios no se restringe a almas injustas. ¿Cómo el Corazón de Dios puede estar en un corazón cerrado, cuando está ciego y no quiere ver lo que el Universo le muestra?

Para ser Mi discípulo no deben existir preferencias ni dudas, sino confianza, obediencia y amor. Si no viven en el amor compañeros, no podrán soportar la purificación, y en eso nadie tendrá la culpa, porque la Ley como es arriba es abajo, y Ella responde, así como ustedes responden, a la vida material.

Quisiera que sus corazones reflexionaran con el Mío, sin olvidarse de lo que Yo les digo, con tanto Amor.

No quiero que observen sus miserias con desprecio, sino que las destierren con amor y voluntad, al menos por Mí. No puedo construir Mi Obra en columnas frágiles y tibias. Les he dado todos los materiales para que su columna sea fuerte y victoriosa.

Les he dado a los Padres Creadores para que los conocieran por Su Faz oculta y profunda.

Les he dado a Mi Madre para que los consolara y los guiara en el camino de la fe y de la obediencia. Cada uno sabrá, compañeros, que es lo que no está haciendo bien aún.

Yo no vengo a desenmascararlos ni hacerlos sentir pecadores.

Yo vengo a mostrarles lo que en verdad es y la urgencia de que sus corazones sean cristalinos y menos falsos. Pero aún, Mi Corazón derrama Sus prodigios sobre los injustos, porque Mi aspiración es muy grande por cada uno de ellos, algo que nunca comprenderían en esta vida.

Yo les traje con amor durante todo este tiempo, el Reino de los Cielos para que sus vidas se levantaran del suelo, así como han caído tantas veces. Pero ya no es hora de juzgar. Les dije una vez que se quitaran la paja del ojo y no del de sus hermanos.

Nadie es perfecto en este tiempo ni en esta vieja humanidad, sino en la próxima que vivirán la resplandescencia de Mi Espíritu para aquellos que hayan dado el "sí" total a Mi llamado y no a su voluntad.

Así, como hoy Yo les enseño, compañeros, les he enseñado a Mis apóstoles la verdadera transparencia de las cosas y de los caminos. No quisiera que salieran de aquí pensando que está todo bien. Verdaderamente, compañeros, es hora de enfrentar lo que se debe enfrentar y no de ser tibios ante esos acontecimientos.

Quisiera hoy, de esta forma, que vivieran esta comunión Conmigo, porque así como los amo también los instruyo para que no se engañen nunca más. Si no aceptan lo que Yo les digo, porque sé que no lo aceptan, no podrán amar Mi Corazón. Pero Mi infinita Misericordia permite revelar estas cosas para que sus corazones maduren en consciencia y en amor.

A los doce Yo les pedí todo, y a ustedes compañeros, y todos los que Me escuchan, también les pido todo ¿Cómo pensarán que se reunirán los 144.000 si aún no aceptan Mi convocatoria? Yo los escogí para este momento y no pueden negarlo.

Pero sus pies son tan libres de caminar, así como sus corazones de sentir, meditar  y reflexionar. No quisiera que hoy se afligieran, sino que sintieran todo con más neutralidad para poder crecer, verdaderamente, sin emociones.

Yo vengo a pedir algo muy exigente de cada uno, sobre todo de los que se han consagrado y que por la Misericordia de Mi Madre hoy están aquí de nuevo, para no olvidar Mi Camino y para no olvidar en el camino que Yo los coloqué en unidad con sus semejantes.

Como una muestra de Mi Amor los volveré a bendecir en el Nombre de la Santísima Trinidad, para que sus consciencias se abran a lo nuevo y al camino que Yo los invito a recorrer todos los días.

Cuántas ofrendas han dejado aquí en Mi Altar para agradarme. Que eso siempre enriquezca sus espíritus en unión a Mi Corazón.

Yo purifico todas las cosas cuando los corazones se abren para recibirme. Yo consagro lo imposible y transformo lo imperfecto. Yo enciendo en los corazones la luz que siempre estuvo a oscuras.

En el nombre del Cielo y de la Tierra, pido a Dios por su salvación y la salvación de la humanidad. Que a través de este ejemplo vivo del Cuerpo y la Sangre de Mi Corazón, las almas encuentren la Paz.

Hoy daré Mi Santo Cuerpo a los que se esfuerzan Conmigo.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Los hermanos de la TV pudieran venir aquí. Abel y Anita también.

No pierdan la conexión Conmigo, estoy presente.

(Oración del Ángel de la Paz)

(Padre Nuestro en Arameo)

Y por el poder del Amor y de la Verdad, compañeros, Yo los bendigo a ustedes y al mundo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y ahora pueden ir en Paz siguiendo Mis caminos.

Canción: "Em Teu Olhar"

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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