MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Después de la Pasión, Resurrección y Ascensión de Cristo, los apóstoles y discípulos del Señor permanecieron algunos días en profundo silencio, dejando que sus almas pudieran asimilar espiritual y humanamente todo lo que habían vivido.

Ese período de silencio fue necesario para que pudieran comprender la Gracia de la misión que Dios les había encomendado.

El mundo permanecía igual, la humanidad parecía no haberse transformado, pero sus corazones estaban inflamados por un amor inextinguible que perduró a través de los siglos hasta los días actuales.

La historia se repite, hijos Míos.

Los ciclos espirituales son como una gran espiral en ascensión al Corazón de Dios y, en cada vuelta, los impulsos se renuevan y los corazones parecen revivir, de formas diferentes, los mismos acontecimientos. Y así es.

Hoy están en una nueva vuelta de esa espiral evolutiva, en la cual el Señor les entregó los mismos impulsos de dos mil años atrás.

Esos impulsos resuenan dentro de ustedes, los transforman, los mueven, quiebran barreras, disipan ilusiones, para que sus seres sean moldeados según la Voluntad de Dios.

Sean conscientes de lo que viven y, por un instante, permitan que su mundo interior pueda asimilar todos los impulsos recibidos. Mediten sobre las Palabras de Cristo, vuelvan a sentir los estados en los cuales Él los colocó cada día y perciban, finalmente, lo que son llamados a vivir en este tiempo.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando Cristo dijo a Sus compañeros: "Ven y sígueme", ellos escucharon Su llamado como un trueno en su interior; algo que, con una frase, despertó a sus espíritus y los impulsó a seguir una nueva vida. Sin embargo todo esto acontecía en los niveles espirituales, mientras que sus mentes seguían pensando y cuestionando, y sus emociones seguían inestables y susceptibles a las influencias del mundo y de la mente humana.  

Los apóstoles siguieron a Jesús por la potencia de Su Presencia, sin saber quién era Él. Sus instrucciones los transformaban, Su Presencia les daba seguridad y paz. Todo lo que Él hacía era extraordinario, como un verdadero sueño, algo diferente a todo lo que ocurrió en todos los tiempos.

La vida espiritual era el eje de la sociedad y todos los hombres se sentían honrados de estar al lado de un verdadero profeta, unido al Amor y al Poder de Dios. Pero, cuando la Pasión de Cristo comenzó, cuando en Su agonía, los apóstoles vieron a la humanidad de Cristo temer, sudar sangre y sufrir, sus creencias se quebraron, sus estructuras se rompieron y toda la gloria que de alguna forma alimentaba su parte más humana, de un instante a otro se retiró, derribando por el suelo su vanidad y su condición humana.

Conocer el sacrificio los colocó dentro de una batalla interior entre la mente, el alma y el corazón, en la que sus seguridades dejaron de existir y sus conocimientos parecieron desaparecer. El Plan de Dios se reveló diferente a todo lo que ellos pensaban y la renovación de su amor se dio primero en la Cruz y después en la Gloria.

Hoy, hijos, comenzó para ustedes el camino del Calvario. Después de años de experiencias espirituales extraordinarias que los elevaron y los transformaron, ahora el sacrificio llega para confrontar su condición humana y vencer las barreras que les impiden vivir la entrega absoluta para la renovación del amor.

La cruz de estos tiempos les viene a revelar el desenlace del Plan de Dios, el que se mostrará diferente a todo lo que imaginaron. Se verán delante de contradicciones y de desafíos que forjarán en ustedes el despertar de la fe y la renovación del Amor.

Comprenderán finalmente que la unión con Dios comienza en la Cruz y después en la Gloria. Es viviendo Su Amor incondicionalmente que llegarán a la unidad con Él.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos, reconózcanse como parte de un infinito, al que ignoran, por su propia pequeñez.

El hecho de que la Creación les resulte incomprensible o que no todos los conocimientos estén en sus mentes, no significa que ellos no existan.

La Obra de Dios en este tiempo debe ser definitiva y generar el despertar que las almas tanto esperan desde hace cientos de años.

En todas las religiones, como también en todos los grupos espirituales que existieron en la Tierra y que comenzaron con principios puros, la interferencia de la mente humana desvió muchas veces el Propósito de Dios, y eso hizo que las almas se preguntaran si las religiones son guiadas, en realidad, por Dios o por los hombres.

Así fue que la fe se comenzó a perder en el corazón humano y el Creador envió a Sus Mensajeros para que guíen a la humanidad.

Los Mensajeros Divinos, hijos, no estamos solo con ustedes. También procuramos guiar y advertir a otros grupos y religiones, pero aún así, ellos no fueron capaces de escuchar.

La Voz de Dios está intentando acallar al hombre para enderezar su camino y apartar el poder y la potestad humanos, que algunos piensan que tienen sobre las almas a lo largo del mundo entero.

El corazón humano perdió la confianza en sus semejantes, porque aquel que no es confiable no puede confiar en el prójimo. Es por esto, hijos, que muchos niegan las Palabras de Dios, pronunciadas a través de los tiempos.

Aquel que es transparente y verdadero en su fe, reconoce la verdad cuando ella está ante sus ojos y no teme ni duda cuando escucha las Palabras de Dios, porque sabe que es capaz de seguirlas, inclusive más allá de sí mismo.

Hijos, si quieren reconocer la verdad, sean verdaderos. Si quieren vivir la plenitud y lanzarse a la Voluntad Divina sin miedo de engañarse, entonces no engañen al prójimo, no mientan, no manipulen, atraigan hacia sí solo la sabiduría y la verdad.

Vivirán en paz y sin desconfiar cuando puedan sembrar la paz y la confianza en el mundo por medio de sus obras, de sus sentimientos y de sus palabras.

Solo podrán autoproclamarse apóstoles de Cristo cuando en verdad sigan Sus Palabras y vivan para Él y no para sí mismos.

Los hombres no temerían por la destrucción de la iglesia si no supieran que ella está por caer debido a sus propias acciones. No necesitarían temer por la destrucción de la Obra de Dios si supieran que ella, en verdad, es de Dios y no de los hombres y si supieran que harán todo en obediencia a los Designios del Padre para que esta Obra se mantenga.

Hoy, hijos, les enseño a ser verdaderos, porque así reconocerán la verdad. No hay otra forma de perpetuar una Obra sino con la verdad y con el ejemplo vivo que ofrecen al mundo.

No teman las palabras de los hombres, porque quien señala falsas mentiras en el prójimo es porque intenta esconder las propias.

Sigan a la verdad y trabajen todos los días para ser cada vez más trasparentes ante Dios. Así, las máscaras de la ilusión caerán por sí mismas.

Aquel que los advierte para que sean verdaderos y humildes,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros de Mi Casto Corazón:

No cabe más repetir que son tiempos de emergencia en el mundo.

Nuestras Palabras necesitan llegar a todo el planeta. No podrá haber una sola alma que no conozca la Presencia de los Mensajeros de Dios en este lugar (1). Por eso, hoy les pido que difundan Nuestro llamado sin medo, sin tener vergüenza de proclamar la propia fe, sin temor a no ser aceptados o reconocidos por aquellos a quienes respetan y aman.

Solo coloquen en sus consciencias que todos necesitan despertar, que no habrá más tiempo para las ilusiones de la vida, porque la oración será la única salida para la situación planetaria.

No piensen en lo que sentirán los seres, no se preocupen con lo que manifestarán las mentes de las personas en el mundo; solo vislumbren la necesidad de las almas de reconciliarse con Dios, de orar y de unirse al Plan del Creador.

No importa la respuesta inmediata de las consciencias al entrar en contacto con Nuestras Palabras. Lo que verdaderamente importa es que la semilla de Luz estará plantada dentro de los seres y cuando les  llegue el momento de la real necesidad, tendrán a qué recurrir: recordarán aquellos valles del Brasil (1) y también aquel refugio de paz entre los naranjales (2), recordarán las montañas que guardan al Espíritu Santo de Dios (3) y también aquellas que amparan el futuro de la humanidad con códigos del Niño Jesús (4) para que sean depositados en los pequeños de este mundo.

Anuncien a sus familias que sus vidas no son más las mismas. Anúncienlo a sus conocidos, anúncienlo a los desconocidos que necesitan paz. Anúncienlo a los ricos, anúncienlo a los pobres. Anúncienlo a los sanos y a los enfermos, a los jóvenes y a los ancianos. 

Que el futuro del planeta encuentre la esencia de la paz en los corazones de los más jóvenes y que, aquellos que partan de este mundo, los más ancianos, puedan llevar el descubrimiento del amor a donde vayan después de esta vida.

Les hago este pedido porque las almas no pueden perder la oportunidad de vivenciar el amor, ya que para eso vinieron al mundo.

Que se cierren las puertas de los infiernos ante la respuesta orante de todos los corazones que despiertan a tiempo.

Que la Perfección de Dios, existente en el interior de todas las criaturas, no sea sustituida por las innumerables miserias capitales que el enemigo sembró en la consciencia humana.

Hoy, Yo los llamo a ser verdaderos apóstoles de Cristo, sin temor ni vergüenza, aunque parezcan locos, que la locura santa sea expresada en sus corazones.

Que sus acciones de amor y de fraternidad sean el testimonio de Nuestra Presencia en el mundo. Que su capacidad de perdonar y de reconciliarse con el prójimo sea la prueba para los ojos humanos de que Dios está entre los hombres, por medio de Sus Mensajeros.

Por eso, hoy y todos los días de sus vidas, vayan, sirvan, reconcíliense con el prójimo, pidan perdón, sirvan a los que los odian, amen a los que los persiguen, oren como la prioridad de sus vidas, como si la oración fuera el agua sin la cual no pueden vivir.

Difundan, anuncien al mundo el Mensaje de Dios, de paz y transformación, el llamado al despertar y a la redención, por medio de Sus Mensajeros. Algo repercutirá en la consciencia humana, siempre y cuando sean verdaderos en todo lo que hagan.

Antes de proclamar con sus bocas, vivan con los sentidos, con las intenciones y con el corazón todo lo que aspiran a que los seres conozcan. Sean portadores de la paz y de la esperanza para este mundo que se pierde en la ilusión.

No dejemos que se apague una parte del Corazón de Dios.

Yo los amo y los bendigo siempre, para que esta bendición ser torne vida en todos los espacios de la consciencia humana.

San José Castísimo

 

 2. Se refiere al Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay.

 3. Se refiere al Centro Mariano del Espíritu Santo, Córdoba, Argentina.

 4. Se refiere al Centro Mariano del Niño Rey, Teresópolis, Rio de Janeiro, Brasil.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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