MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que aspiraba a profundizar su unión con Dios y a madurar esa unión a través de una entrega verdadera y de un contacto puro con el Corazón del Padre Celestial, le oraba, diciéndole: “Señor, mi vida y toda la vida Te pertenecen, mi corazón y cada corazón Te pertenecen y son partes vivas de Tu Corazón de Amor. Entonces, enséñame a sentirme, cada vez más, parte de Tu Ser, de Tu Espíritu, de Tu Fuente. Enséñame a vivir y a moverme siempre dentro de Ti, expresándote y siendo Tu instrumento en este mundo y más allá de él”.

Y, después de un instante de silencio, contemplando el interior de esa alma, el Señor le respondió: “Para expresarme más a Mí que a ti, debes primero, alma pequeña, hacer como te enseñó Mi Hijo: entrar a tu cuarto en silencio y orar en secreto a Mi Corazón, que te escucha en secreto. Es allí donde fortaleces tu unión Conmigo. Antes de demostrarla al mundo, antes de ser un instrumento Mío ante los ojos de los hombres, primero debes no solo construir, sino también consolidar y renovar, por los siglos que vendrán, esa unión con Mi Corazón.

Es en secreto que Yo te revelo lo que más quiero de ti. Es en secreto que te muestro Mi Reino en tu interior. Es en secreto que escucho tu confesión y perdono tus pecados, lavo tus pies, tu rostro y tus manos, y te hago nueva todos los días, para que siempre tengas una nueva oportunidad de intentar llegar más cerca de Mi Espíritu, de Mi Fuente.

Completa tu oración con el servicio silencioso y simple, esforzado y atento, pero siempre buscando la humildad. Al principio, alma amada de Mi Corazón, no busques ni siquiera dar el ejemplo, porque aquel que está buscando dar el ejemplo busca la atención de alguien que lo observe y que aprenda de él. Tú no quieras enseñar, sino solo vivir; no quieras mostrar, sino solo ser. Sabe que eres un aprendiz y que estás intentando cada día ser mejor, y si para Mi Gloria alguien te observa y aprende contigo, que tu corazón no cambie, sino que permanezca eterno aprendiz de Mi Espíritu, eterno servidor de Mi Plan, eterno buscador de Mi Presencia. Así, aprenderás en un contacto verdadero Conmigo, Yo estaré en ti y tú Me representarás, tal vez sin percibirlo siquiera”.

Que este diálogo, hijos, les enseñe a buscar a Dios, a profundizar en su contacto con Él y a ser Sus instrumentos en este mundo y mucho más allá de él.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Para comprender y amar la Justicia de Dios, primero, hijo, debes abrir tu corazón para conocer al propio Dios, puro Amor, Misericordia y Compasión, que, con ternura, aguarda el retorno de Sus hijos a la Fuente Celestial.

Con tu oración, con tu diálogo con el Creador, con la meditación sobre todas las santas palabras que Él ha enviado a lo largo de los siglos, con la adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo, con la contemplación de Su Sagrada Faz, con el silencio, con la propia vida, conoce a Dios y profundiza tu contacto con Él.

Busca saber quién es Él para que, entonces, sepas que Su Amor excede todos los límites y se oculta hasta aun en la justicia y en las correcciones que expresan Sus Leyes en la vida universal y planetaria.

Conoce a Dios y sabrás, hijo Mío, que Su amor, siempre presente, está sobre ti a través de los Ojos de Dios fijos en tu corazón. Deja que esa mirada te ampare. Encuentra tú también la Faz Sagrada de tu Creador y únete a Él, por medio de una mirada que encuentre la Suya y que se transforme, se funda, se disuelva en esa Presencia Divina. 

Todo eso se alcanza no solo con la fe, sino también con el esfuerzo permanente, con la rendición cada vez más interna, más profunda, de los espacios más ocultos de tu consciencia.

Cada día, entrégate más a Dios y sabrás cuánto Él también aguarda para entregarse a Sí mismo a tu corazón.

El Amor de Dios es un espejo que se refleja en tu interior para que lo profundices, para que aprendas a amar. Y cuanto más te abres para recibir el Amor del Padre, más ese Amor se expande y te transforma.

Pide la Gracia de conocerlo más, de dar más espacio a Su expresión, a Su Voz, a Su Vida, a Su Amor en tu interior.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El Corazón de Dios se torna pleno en las almas orantes que, con su simplicidad, se esfuerzan por cumplir con Su Plan.

El Corazón de Dios se renueva en esperanza, a través de los corazones que claman por el mundo y que, a pesar de sus imperfecciones y dificultades, aspiran a vivir el amor y la hermandad.

El Corazón de Dios abre la Fuente de Misericordia para la Tierra, en tiempos de Justicia, cuando encuentra sinceridad en los mundos internos y verdad en el clamor de los seres.

El poder de la oración y el esfuerzo por vivir una vida fraterna evolutiva aún es desconocido por los hombres. Pero hoy Yo les digo, hijos, que es por esas cosas simples que este mundo continúa existiendo y que el Proyecto de la vida sobre la Tierra continúa siendo una esperanza para la evolución y el crecimiento de toda la vida universal.

Por eso, cuando ya no tuvieran fuerzas para orar o cuando ya no tuvieran ánimo para hacer el bien y amar a sus hermanos como son, acuérdense del Padre que está en el centro del Universo, como también en el centro de sus corazones, aguardando una respuesta de sus seres, por pequeña que sea.

Recuerden que todo esfuerzo, por más pequeño e imperfecto que sea, agrada al Corazón de Dios y lo renueva. Por más que no consigan ser y hacer lo que querían o pensaban, al menos inténtenlo todos los días, porque es el esfuerzo el que los  hace dignos de una nueva oportunidad.

Es el esfuerzo el que permite que la Misericordia siga derramándose en el mundo. Es el esfuerzo el que transforma la vida sobre la Tierra. Su esfuerzo aquí ayuda a rescatar a las almas que están en los lugares más perdidos y olvidados de este mundo.

Sé que es difícil confiar en lo invisible, pero ese es el misterio de la fe que son llamados a vivir en este tiempo. Experimenten en su interior la certeza de que Dios los observa y los acompaña, y que todo lo que hacen en nombre de una nueva vida y de una nueva Tierra renueva la esperanza de toda la Creación.

En el Cosmos, mucho más allá de la Tierra, existen civilizaciones enteras, tantas como las infinitas estrellas que ven en el Cielo a la noche, esperando que el Amor se renueve en los corazones.

El amor, hijos, no nace solo; él emerge del esfuerzo, él brota del sacrificio, él vive a través del corazón que se dispone a tener fe y a vivir bajo el principio de la fe todos los días.

Con esto los renuevo y les agradezco por perseverar, respondiendo al llamado de Dios.

Ya llegará el día en el cual verán en el Árbol de la Vida los frutos del Amor Crístico que hoy germina en sus corazones.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FLORIANÓPOLIS, SANTA CATARINA, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Alma pequeña de Dios:

Abraza con amor los sacrificios y las renuncias que el Creador envía a tu vida. Ellas son equivalentes a la inmensa gracia que vives todos los días con la Presencia de Dios llamándote por el nombre para responder a Su Llamado. 

Dispone tu corazón a la entrega todos los días y ya no pienses en las limitaciones de tu cuerpo, en las miserias de tu mente, o en las inquietudes de tu corazón. Piensa, hijo, en el sacrificio de Cristo, todos los días, de forma que cada día profundices un poco más en la entrega del Señor, en el precio que Él pagó por tu redención y, sepas así, que todo cuanto vives, entregas o renuncias no es comparable al sacrificio de Aquel que vivió y murió por ti. 

Haz de las limitaciones de tu cuerpo la oferta de humildad por la arrogancia de los hombres. 

Haz de las miserias de tu mente la oferta y el clamor para que la Misericordia descienda al mundo y colme los pensamientos destructivos de los hombres. 

Haz de la inquietud de tu corazón la oferta para que la paz y la confianza en Dios colmen el interior de los seres y les devuelva la paz. 

Fuiste llamado a ser parte del Corazón de Cristo en este mundo, de forma viva, consciente e incondicional.

El Señor colocó los ojos sobre ti, no porque eres perfecto, sino porque Él sabe que tu alma tiene sed de Su Presencia. Siendo Él una Fuente inagotable, vino no solo a saciarte, sino a hacer de ti una fuente nueva para que otras almas beban de la Misericordia que brota de Su Divino Corazón. 

Entre tus miserias y la Misericordia de Cristo, deja que venza la Misericordia del Señor y concentra tu corazón en Su llamado, no en tus dificultades en cumplirlo. 

Así como eres, Cristo te llamó. Él solo espera que le digas "sí" todos los días. 

Mientras la humanidad duerme el sueño de los ignorantes, da gracias al Padre que curó tu ceguera y ábrete de corazón para ser un milagro vivo del Señor en este mundo y en todos los otros. Porque hoy te digo, hijo Mío, que tu redención en este mundo es solo un símbolo de una redención mayor, aunque sea desconocida para tu corazón.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Aun sabiendo sobre Su Cruz y Su entrega, tu Señor jamás perdió la alegría y la esperanza.

Aun sabiendo sobre Su Cruz y Su entrega, tu Señor jamás dejó de colocar en los corazones de los Suyos la Paz y el Amor. Él les enseñó a establecer una nueva vida y a atraer el Reino de Dios al mundo, aunque sobrevinieran sobre ellos persecuciones y sombras. Cristo les enseñó que jamás perdieran la esperanza y la alegría que les traía el Reino de Dios que habitaba en su interior.

Hoy, hijo, Dios te anuncia una cruz, una purificación y una entrega absoluta; Él anuncia una Pasión que se extiende más allá de los corazones de los hombres y llega a las consciencias de las naciones, llega a las entrañas más profundas de los pueblos y de las religiones.

Dios te anuncia un ciclo difícil, desconocido, porque es diferente a todo lo que viviste y a todo lo que la humanidad y la Creación Divina vivieron a lo largo de su evolución; es diferente de la Pasión de Cristo que, en verdad, fue una preparación y un anuncio de lo que ustedes vivirán en estos tiempos, tanto como seres como humanidad.

Sin embargo, hijo, Dios también le habla directamente a tu corazón para que no pierdas la esperanza, no pierdas la fe, no pierdas la alegría y el ánimo de anunciar y de proclamar, hasta el fin de tu vida, que un nuevo tiempo y un nuevo hombre están por venir.

Anúnciale al mundo que basta con abrirse al amor y no resistir a la transformación; basta con vivir la obediencia y no rendirse al cansancio y a la soledad; basta con clamarle a Dios y saber encontrarlo en todos y en todas las situaciones de la vida; porque el amor triunfa más allá de los miedos humanos, el amor triunfa más allá de sus orgullos y vanidades, el amor triunfa más allá del sufrimiento y la desesperanza.

El amor hace de la Cruz, una fuente de Misericordia; convierte el sacrificio en la superación del Amor de Dios y hace que, de la entrega del viejo hombre, surja el Nuevo Hombre y la nueva vida, los que finalmente expresarán la semejanza con el Corazón y el Reino de Dios.

Con atención, escucha Mis palabras y no dejes que ellas pasen como el viento, porque, en su simplicidad, con ellas te entrego las llaves para superar todos los males y reencontrar a Dios.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo, sé que es difícil y doloroso ver que el mundo agoniza por ignorancia, por estar ciego ante la Luz y el Amor de Dios. Piensa en tu Padre Creador con los brazos extendidos a todas las criaturas, con la Fuente de la Misericordia brotando de Su Pecho, por más que Sus hijos no quieran recibir esta dádiva.

Contempla el Hijo Primogénito reviviendo Sus Llagas, una y otra vez, para entregarle a los seres una nueva posibilidad de experimentar y multiplicar el Amor.

Contempla los Ojos de Compasión de tu Señor observando el mundo, esperando que los corazones se abran a Su Gracia, a Su Camino de Amor.

Contempla el Espíritu de Dios soplando como la brisa y tocando los rostros de los seres, esperando que se abran para respirar profundamente este Soplo Divino, para purificarse y consagrarse al Espíritu de Dios.

Ve como todo el Universo tiene Sus ojos puestos sobre la Tierra y allí coloca tu corazón. Que tu atención esté en la Esperanza de Dios y no en la ignorancia de los hombres, porque la Tierra se estremecerá y todos vivirán las consecuencias de la ceguera humana; pero, aquellos que estén con el corazón en el Corazón del Padre no perderán la paz, la fe ni la fortaleza de sus espíritus, ellos serán los precursores de una Nueva Vida, los que establecerán la paz junto a Cristo en Su retorno al mundo.

No olvides Mis palabras y vívelas, porque todo ya comenzó y los corazones aún no están prontos para lo que se precipitará en la Tierra.

Vive en Dios y no permitas que el mundo le cierre las puertas a Su Corazón. Sé un puente entre el Corazón del Padre y el corazón de los hombres, independientemente de lo que suceda sobre la Tierra.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Respira el Soplo del Espíritu de Dios y deja que Él te transforme por dentro, colocando en tu interior el primer pensamiento que Dios emanó al pensar en ti para crearte como parte viva de Su Corazón.

El Creador es tan misterioso, Su Plan es tan desconocido y Su Amor tan incomprensible que no importan los errores humanos o la distancia que exista entre los corazones y Su Sagrado Corazón. Dios, hijo, solo espera que la humanidad se arrepienta, se rinda a Sus Pies y clame por Misericordia, porque de esa forma Su Amor triunfará más allá de las tinieblas y el mal perderá su influencia sobre las almas.

El Soplo de Dios se aproxima a todos los corazones para retirarlos de la ignorancia y despertarlos a un Perdón sin límites y a una Misericordia cuya Fuente es eterna y abundante.

Solo permanecerá en la oscuridad aquel que elija estar en ella, porque el Soplo del Espíritu de Dios viene para encender las llamas de los corazones que se apagaron por no tener aire, por no tener vida.

Por eso, hoy, cree en la renovación que proviene de Dios, en esta Gracia que emana de Su Espíritu, porque Él tiene el poder para limpiar toda mancha, para colocarte en el punto del principio, para revelarte Su Amor perfecto y para entregarte todo, aunque en vida no hayas generado ningún mérito para recibir algo.

Misterio entre los misterios es el Amor que Dios hoy te invita a recibir, a vivir, a multiplicar y a distribuir en el mundo.

Tienes Mi bendición para eso.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE VARSOVIA, POLONIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Entra y sumérgete en el abismo más profundo de la Misericordia de Tu Señor.

Déjate inundar por un misterio insoldable que está más allá de la Gracia y, muchas veces, más allá de la Justicia Divina.

Permite que tu ser descubra el Amor Infinito de Dios que se esconde en las profundidades de Su Misericordia y, bañado en ese bálsamo curador, restaura en ti, y en el mundo, las heridas más dolorosas y las marcas aparentemente imborrables de la consciencia humana.

En donde más se necesita, allí está el abismo de la Misericordia de Cristo, como una Fuente inagotable y una respuesta divina para todo clamor emitido con el corazón.

Ven y da tu "sí" en nombre de la humanidad, para que esa Fuente brote y se vierta sobre el mundo, para curarlo y restaurarlo en su espíritu más íntimo.

Ora y clama, en nombre de la humanidad, pidiéndole al Padre que Su abismo luminoso de Misericordia se revele al mundo para que los hombres conozcan no solo al Dios de la Justicia, sino también al Dios de la Misericordia.

Descubre que todo pecado tiene cura y que toda deuda es justificada por la Sangre y por el Agua que, derramados a través del Cuerpo de Cristo, hicieron nacer la Fuente de la Infinita Misericordia para el mundo.

Ante el arrepentimiento verdadero y la redención proclamada con el corazón, todas las almas pueden tornarse dignas de beber de la Fuente de la Divina Misericordia.

Por eso, hijo, ve, y a los Pies de Dios ruega por una oportunidad y arrepiéntete de corazón.

Si te parecen pequeños tus pecados o si no eres consciente de tus deudas para con Dios, clama de todos modos; pídele al Padre que substituya el abismo oscuro de tus miserias por el abismo profundo y luminoso de la Misericordia Divina y jamás te canses de clamar, no solo por tu salvación, sino también por la salvación del mundo entero.

La Misericordia es la respuesta para las almas que perdieron la esperanza y, si ellas están ignorantes delante de esa Gracia, clama por ellas, para que reciban una oportunidad de elevar los ojos hacia Dios y percibir que Él siempre estuvo allí, con Sus Brazos abiertos, haciendo brotar de Su Pecho un caudal eterno de Misericordia, que muchos no supieron ver.

Permite que tu corazón conozca la Fuente Divina de la Misericordia y deja que tu alma despierte a la devoción, al amor y a la fe que la hacen portadora de esa Misericordia para el mundo.

Ama conocer la Misericordia Divina. Ama ser un intercesor entre Dios y las almas perdidas que no conocen y que no buscan Su Misericordia.

Solo piensa que cuando lo intentas, mientras tantas almas están perdidas, la Fuente de la Misericordia se vierte sobre el mundo como un río que pasa delante de alguien sediento y él no consigue verlo. Y tú, hijo, puedes ser el dedo que apunte hacia las aguas y, a través de tus sinceras oraciones, en los niveles del espíritu, consigas méritos para que los que más lo necesitan alcancen Misericordia.

Comprende este misterio y, delante de un mundo lleno de pecados y de perdición, ama ser portador de la Divina Misericordia y, aunque sea en soledad con Dios, o en tus más silenciosas acciones, clama por Misericordia y sé Misericordia para el mundo.

Los Mensajeros Divinos llegan a Polonia no solo para curar heridas profundas de una nación sufrida, sino, sobre todo, para renovar el compromiso de la humanidad con la Divina Misericordia y para enseñarles a las almas a ser instrumentos de la Divina Misericordia para el mundo.

Abraza con el corazón esta Misión que Dios te entrega y, donde quiera que estés, sé portador de la Divina Misericordia de Cristo.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Sumérgete en el océano de la Divina Misericordia para que, al orar, ese manantial que desciende al mundo pueda fluir a través de tu ser y transformar primero toda tu consciencia y, después, el mundo entero.

Sumérgete en consciencia en la existencia de la Divina Misericordia y reconoce que tú eres un milagro de ese Poder Divino; tu despertar es fruto de su acción.

Medita sobre lo que simboliza para ti y para toda la Creación esa Misericordia Sagrada vertida del Corazón de Cristo en la Cruz, emanada por el poder del perdón de Su Sacratísimo Corazón. Medita sobre esta fuente insondable que no da a los hombres lo que merecen; que actúa más allá de la Justicia y que trasciende esa Ley, que también proviene de Dios.

Medita sobre el Perdón de Cristo, que abrió la puerta a un manantial hasta entonces desconocido para el corazón humano. Fue perdonando cada una de Sus Llagas y todos los ultrajes cometidos contra Él que el Señor se elevó más allá de la Justicia Divina y entregó a los hombres Su Amor y Su Piedad, que juntos se convirtieron en la Sagrada y Divina Misericordia.

Tantos siglos pasaron y la humanidad aún ignora ese poderoso manantial; y los corazones no aprendieron aún a ser misericordiosos ni a pedir Misericordia.

Clama, hijo, por Misericordia para los ignorantes y pide la gracia de ser misericordioso como lo fue Aquel que, para ti, es el Camino, la Verdad y la Vida.

Deja que la Misericordia por la cual clamas te convierta en una imitación de Cristo y, así, haz que valga cada gota derramada de Su Sangre; haz que valga cada una de Sus Llagas, Su Cruz y el Amor que lo hizo resurgir después de la muerte.

Demuestra al Universo que el Plan del Creador se cumple en ti y, por los méritos alcanzados por Cristo en la Cruz, vive Su Divina Misericordia.

Aquel que te enseña a ser misericordioso y a clamar por Misericordia,

San José Castísimo

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto