En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
De la Sagrada Menorah nacen los principales Regentes de las tribus de Israel. Son a estos siete sublimes Espíritus de Dios que hoy encomiendo al mundo, para que la humanidad sea preparada para el Retorno de Cristo.
Es así que abro los siete portales del Cielo para que los siete principales Espíritus de Dios, emanaciones de Su Fuente Creadora, regeneren la vida en la faz de la Tierra, les traigan la cura a las almas que la necesitan, les traigan entendimiento a los corazones afligidos y, con la Luz, disipen las tinieblas que envuelven al mundo, así como a varios lugares del planeta.
Hoy, toman contacto con estos siete Espíritus de la Fuente de Dios. Son emanaciones de Su Llama Trina, la alianza perfecta y única que no se puede romper entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
A través de la Sagrada Menorah, hoy les traigo este impulso a los mundos internos y a las almas, para que todos recuerden y sepan que tienen parte en la filiación espiritual con el Santísimo Padre Olam.
Este misterio de las emanaciones de Dios, representado por el Espíritu Creador, es parte de un Legado interno del pueblo de Israel. Es el signo visible que ha formado, en su esencia y en su matriz, a las diferentes tribus para que representaran, sobre la faz de la Tierra, la principal Voluntad de Dios, a través del don que Él otorgó a cada tribu y a cada pueblo, a fin de que se cumpliera Su Plan. Y este Plan fue consumado con la Muerte de Cristo, para que esa Voluntad suprema y eterna se pudiera cumplir.
Hoy, están ante la revelación de un misterio, que solo se podrá sentir con el corazón y la esencia, y guardar en lo más profundo del alma, en donde mora Dios. Porque es allí en donde Sus semillas de Luz son colocadas para que, a través de las virtudes y de los dones en los corazones, manifiesten en la Tierra el Plan de Dios, así como está escrito y como está previsto.
A través de los siete dorados portales que hoy se abren, bajo la Presencia del Redentor en el símbolo sagrado de la Menorah, quisiera que recuerden y estudien los siete principios principales, los Atributos de Dios que Yo ya les he enseñado en otras Sagradas Semanas, para que estos Atributos puedan estar presentes en sus consciencias, porque son parte de un Legado que Yo les entregué para este momento y este tiempo.
Para ayudarlos a memorizar, compañeros, recuerden que, en una Sagrada Semana, durante siete días, la Menorah fue encendida, vela a vela, representando el símbolo de un Atributo de Dios que debería constituir y formar a esta Obra, la Obra de Cristo, principalmente Su Cuerpo Místico en la Tierra para que, principalmente, los secretos fueran revelados, los sellos fueran abiertos, así como está escrito en el Apocalipsis.
Por eso, les pido que se concentren en lo que es real y necesario. Deben ser parte de este Legado, de este Legado Crístico que Yo les he entregado a lo largo de los tiempos, y esto no será en vano ni se repetirá jamás.
Ustedes deben ser parte de ese Legado vivo, a través del discipulado y del servicio por las almas, de las mismas virtudes y dones que Yo les enseñé a Mis apóstoles y a las santas mujeres.
Pero este es el tiempo, aún queda un poco de tiempo, para que acontezca la resurrección espiritual de muchas consciencias. Y cuando hablo de resurrección espiritual, es para que se puedan disolver las opresiones y las dudas, las aflicciones y los martirios que viven muchos corazones.
El Amor de Cristo viene a conceder esta Gracia, como una última Gracia para los corazones.
Véanse, entonces, frente a la Sagrada Menorah y en el centro de sus almas pregúntense: ¿cuántos de estos Atributos Sagrados de Dios, que fueron entregados por Cristo durante las últimas Sagradas Semanas, están en mí? ¿Dónde están en mí? ¿O si están en mí mismo?
¿Qué es lo que yo haré con cada atributo y con cada don?
¿Dónde los colocaré en el servicio, para que se cumpla la Voluntad del Padre y, sobre todo, se cumpla lo que Él ha escrito con Su propia Mano?
Quiero que hoy mediten en la dimensión de la sabiduría, para poder salir de la dimensión humana, de lo que es concreto y mortal. Quiero llevarlos a esa dimensión para que encuentren la inmortalidad, la Ley primera de Dios, que es Su Amor y Su Gracia, que abarca todas las dimensiones y todos los planos, que abraza a todas las consciencias y a todas las esencias.
Porque, como Yo ya les dije una vez, en la Casa de Mi Padre existen muchas moradas y cada uno tiene una morada en el Corazón de Dios. Esto es irrefutable, es innegable, porque es parte del poder del Amor del Padre que cada hijo e hija Suyos tengan un lugar en Su Corazón Eterno, en donde todos siempre se podrán sentir en comunión con Él, así como se pueden sentir en comunión con Cristo a través de la Eucaristía.
Dios se da a las almas de muchas formas y, principalmente, a través de Sus Sagradas Geometrías.
Cada alma guarda en sí misma un arquetipo espiritual de Dios que debe cumplirse y manifestarse; pero nada está separado, cada arquetipo es una pieza fundamental del Padre Eterno. Cada alma es parte de Su instrumento celestial y Él intenta, con mucho esfuerzo y amor, en Su solemne silencio, unir las piezas que hoy están separadas; porque si Él reunió estas piezas, nadie las puede separar si Él no le ha dado la autoridad; así como le dije a Pilatos que él no tenía poder sobre Mí sin que el Padre se lo hubiera dado.
El Poder de Dios es indestructible, es soberano, es solemne e infinito; porque la matriz de Su Poder y de toda la Creación está en Su Amor Divino y no en la inteligencia.
La inteligencia surge por la fuerza del Amor de Dios y por Su Soberana Sabiduría que les da ciencia y entendimiento a todas las formas creadas en este universo.
Su Plan ya está escrito y solo será cumplido por los verdaderos de intención, por los que le dicen sí a Su Voluntad Eterna, y sienten Su Amor en el espíritu, la grandeza de estar en comunión con Dios, con Su Fuente y Su Vida, que nunca les cierra las puertas a los que se arrepienten de corazón.
Esa es la obra de Su Misericordia, concretamente constituida a través de la Muerte de Cristo en la Cruz, cuando Él derramó Agua y Sangre de Su Costado, testimonio concreto del Amor del Dios Vivo por las almas y por las criaturas, por la redención del mal.
Que se disuelvan las amarguras, que se alegren los corazones, el Señor de Israel está aquí y siempre estará, porque a los que Me corresponden, Yo siempre les corresponderé.
Oremos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Acompañemos de corazón.
Entre Cristo y nosotros, la Sagrada Menoráh y sus siete principios creadores como llamas incandescentes del Espíritu Divino que abren las puertas al despertar de la consciencia y al contacto con el Amor Eterno de Dios.
Adonai,
bendice este momento porque es Tu Voluntad,
desciende una vez más a través de Tu Espíritu.
Sublime Fuego transfigurador,
enciende la llama de la Vida
en el corazón de Tus hijos,
disipa las apariencias,
purifica los corazones,
sana las heridas,
reenciende Tu Espíritu
en cada hijo Tuyo,
para que se cumpla, Señor,
Tu Gracia y Tu Bondad.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Responderé a sus intenciones:
P: ¿Soy la expresión de mi alma en esta vida?
R: Solo te falta trabajar más la humildad.
P: ¿Cómo saber, Señor Amado, si uno está en el lugar correcto y con la tarea correcta?
R: Solo pensando en la necesidad de cada lugar y hacerla por amor.
P: Con el recogimiento de los Mensajeros Divinos, ¿qué espera Cristo de la Orden Gracia Misericordia?
R: De la Orden, espera que sea un espejo del Legado que le fue entregado, y sobre los Mensajeros Divinos aún estarán presentes, no es momento de partir.
P: Cristo, ¿cómo impulsar y por dónde comenzar el camino del despertar de la juventud?
R: Aprendiendo sobre su lenguaje, sin imponer formas.
P: ¿Qué preciso hacer, Maestro, para que esté suspendida en Su Soplo Divino y Eterno de la vibración de Su Universo Mayor?
R: No querer nada.
P: Amado Cristo, ¿Qué debo hacer para curar todas las faltas que dejan a mi corazón angustiado y triste?
R: La unción completa de los enfermos.
P: Maestro, ¿Judas tuvo una tarea con el acto de la traición? ¿Se debe reconocer esa tarea?
R: Sí, la tuvo.
Dijo Cristo que no se pongan nerviosos.
Esta es una pregunta honesta:
P: Señor, mi hermano y yo dejamos de conversar debido a muchas peleas que tuvimos, ¿usted espera algo de mí que no estoy viendo?
R: Que deje de lamentarse.
P: ¿Cuál es mi tarea en esta próxima etapa?
R: Pregúntalo en los sueños.
P: Cristo, Amado y Señor, ¿mi madre está bien?
R: Sí.
P: Señor, ¿dónde debo estar?
R: Pregúntalo en los sueños.
De nuevo preguntas muy semejantes o iguales:
P: Maestro, Señor del Universo, ¿estoy en el lugar y en el camino correcto?
R: Por tus frutos te conocerás.
P: Maestro, tengo la intención de vivir en San Carlos y de participar del proyecto de la Casa de San Lázaro. ¿Esto es parte de mi propósito de vida?
R: Inténtalo y verás.
Esta es una pregunta de un alma abnegada:
P: ¿Cómo se puede ayudar a los niños de San José del Guaviare?
R: Acogiéndolas.
El Maestro sugiere que se profundice en esa iniciativa de servicio por esos niños.
Está riendo porque la persona puso dos preguntas y es solo una. Y acá la persona dice que Cristo escoja una. Es mucha inocencia, dijo Cristo.
P: ¿Cuándo es Tu cumpleaños?
R: 19 de marzo.
Él dijo que en el mes de diciembre descendió Su Espíritu y en marzo nació Su Ser. Es un misterio.
P: Amado Cristo Jesús, ¿cómo quedarán nuestros niños con todo este movimiento planetario?
R: A los niños, dijo Cristo, que hay que enseñarles a orar en familia y, principalmente, para que ellos sobrevivan al final de los tiempos, depende de sus tutores, de los padres, de lo que les permitan o les enseñen.
El niño, desde su nacimiento y en la etapa de crecimiento, es el reflejo de la consciencia de sus padres. La responsabilidad no está en el niño, sino en sus padres.
Pueden ver el ejemplo, dijo Cristo, de los niños de África. Por eso, Él pidió grabar las Alabanzas.
Aquí le hicieron una declaración de amor y un pedido:
P: Señor, me gustaría saber si debo estar en la comunidad de forma constante. Si fuera sí ¿a partir de cuándo? Pido que me auxilie para seguir el camino que tienes pensado para mí, sustentándome, porque sabes bien de mis limitaciones. (MS le pusieron acá).
R: Dijo Cristo que debes preguntarle a tu corazón qué hacer.
¿Puedo continuar?
Todos responden ¡sí!
Bien.
P: Maestro, en reverencia y gratitud, ¿cómo lograr un equilibrio en la Orden y en la Comunidad, entre sus instrucciones de desarrollar el silencio, la entrega, la oración y el vacío de sí, y el trabajo de los sectores que se está implementando en nuestra vida cotidiana, dentro de la Obra? Gracias por Su Luz.
R: No debe ser, dijo Cristo, con excesos ni frustraciones.
P: Amado Maestro Eterno, desde la infancia aspiro a ver Tu Faz y a servirte. En mi trabajo diario con la educación de jóvenes, busco ver Tu Presencia en cada ser. ¿Hay algo más que pueda hacer para servirte? Gratitud y amor.
R: Lo estás haciendo. No te preocupes.
P: Cristo Amado, Maestro, ¿hasta cuándo conviviremos con la dualidad? Gratitud por tanta Misericordia.
R: Cuando el amor, en ustedes, decida finalmente vencer al mal.
P: ¿Existe algo que yo pueda ofrecer para la cura de mi padre, más allá de mis oraciones diarias?
R: Él dijo que le pidas a un sacerdote santificar la casa de tu padre.
P: Maestro, Tú estás presente en mi vida, pero la dualidad también. Ella absorbe Tu Amor y clava espinas en mi corazón. ¿Debo rendirme a esa cruz? No estoy aguantando más.
R: Es la escuela de un Cristo.
Esta pregunta la va a responder en su momento la Madre Constancia. No es para Cristo.
P: Mi Señor Amado, ahora que comienzo esta nueva etapa, ¿cómo te puedo servir más?
R: Servir con amor.
Vamos con la última, dijo el Maestro:
P: Señor, ¿mis padres desencarnados están en un buen lugar? ¿Mi servicio en esta Obra contribuye para esto?
R: Sí, ya están con Él, en el Paraíso.
Oremos:
Señor,
que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio y
que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta unidad.
Amén.
Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das.
En este encuentro, Te honramos, Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Alégrense, regocíjense en el Señor!, dice el Rey Universal, porque el planeta se está volviendo salvo por un tiempo.
Hoy, a los pies de nuestros Sacratísimos Corazones, la imagen del mundo resplandece ante los ojos del Trono del Creador.
El Inmaculado Corazón propaga Su Faz sobre la faz de la Tierra; el Castísimo Corazón invoca la presencia de los pequeños servidores y Mi Misericordioso Corazón de Luz llama a todas las ovejas para que vengan a pastar en los nuevos campos que hemos abierto para todos, en las praderas frescas y fértiles, en donde se abren los caminos para las almas simples.
Hoy, Dios nos ha enviado en Presencia Trina, para expresar a través de nuestros Corazones Su Majestad . Como dijo el Ángel en Belén: "!Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a los seres de buena voluntad!"
Dice el Inmaculado Corazón de María: ¡Gloria a Dios en las alturas y cura para las almas que no se han redimido! ¡Liberación para los corazones que han pecado, sanación para las almas que viven en la oscuridad!
Dice el Castísimo Corazón: ¡Gloria a Dios en las alturas y bien para las almas que viven en el Señor, pues en ellas se sembrará el Espíritu Santo y la Luz Suprema del Padre! A través de sus corazones, cumplirá con el Proyecto del Origen, que aún no ha terminado, hasta poder cumplir la faz en la Nueva Tierra, la Faz del Señor que se grabará en sus consciencias para el próximo tiempo que vendrá y donde surgirán nuevas cosas para todos.
¡Gloria a Dios en las alturas!, dice Cristo, porque los bienes celestiales descenderán sobre el mundo. ¡Ay de aquellos que no han vivido en el Señor! Están a tiempo de arrepentirse de sus pecados, porque de esa forma formarán parte de la Nueva Tierra.
Sus espíritus son llamados para el Poderoso. El Señor se regocija en las almas que lo sirven a Él, porque así estará todo cumplido, como en el principio.
¡Gloria a Dios en las alturas!, dice el Inmaculado Corazón de María, porque los Adanes y las Evas de aquel tiempo serán liberados de este mundo y el nuevo pueblo prometido resurgirá, y aquella trayectoria del pueblo del desierto que ha quedado inconclusa finalizará en el próximo tiempo, cuando la Estrella de la Era descienda sobre la Tierra. Los corazones podrán vislumbrar la Luz del Señor y los rebaños se congregarán en el Espíritu del Padre.
¡Gloria a Dios en las alturas!, dice Cristo, por aquellos que se animan a bautizarse con el agua de Mi Vida, porque no solo se limpiarán sus faltas y deudas, sino también sus almas y corazones; sus cuerpos y sus células se limpiarán y estarán preparados y renovados para lo nuevo.
¡Gloria en las alturas!, dice San José, por aquellos que responden al Señor. Aquello que aún no se ha cumplido, se cumplirá, el omega se fundirá con el alfa y el pueblo será uno solo como en el origen. La raza será una sola ante los ojos de Dios.
No existirán diferencias entre colores, entre razas o entre sociedades, porque el Espíritu del Padre descenderá sobre los buenos, especialmente para aquellos que proclaman el Reino del Señor.
Glorifiquen al Señor, dice Cristo, están a tiempo de venerarlo y honrarlo, y así podrán trascender sus dificultades de este mundo. Sus vidas serán testimonio vivo para los demás hermanos y dejarán de ser deudas graves ante los ojos del Padre. Sus familias se reconciliarán en un próximo tiempo.
Bienaventurados aquellos que viven en Mi Fe y que confiarán en Mi llamado hasta el momento final, cuando Miguel Arcángel anuncie con Su trompeta la Voz y la llegada del Maestro.
Un trueno de Luz descenderá sobre el mundo, y los ojos confusos, los que no pueden ver la Luz del Señor ni la Misericordia, se abrirán por ese solo momento y todos verán ese Rayo de Luz que se expandirá de Oriente a Occidente. Oriente y Occidente serán uno solo y serán una sola cultura ante los Ojos de Dios.
Pero, unos pocos deberán seguir remando dentro de la barca, vigilando con la oración y con el corazón. Glorifiquen al Señor hasta los momentos finales. No teman por aquellos que dejarán Mi barca, Yo los sustentaré fuerte hasta el final.
Solo les pido una cosa importante: sean verdaderos ante los ojos de Nuestro Padre, así sus corazones serán cristalinos y el Don del Espíritu Santo no los abandonará.
Abran sus corazones a las Leyes del Cosmos. Es momento que el mundo inmaterial descienda sobre la Tierra. Que los hombres, mujeres y niños comulguen de este Mundo Mayor, así, todos resucitarán a la Vida Mayor, y en el próximo tiempo reconocerán su origen.
Alabemos los Tronos del Padre en esta tarde de gloria. Los nuevos bautizados bautizarán a los demás con el don del amor, de la caridad y del servicio.
Las llaves del Cielo se le están siendo entregadas. Guárdenlas en sus corazones para que ellas no se pierdan.
No les pido que abran puertas hacia los Cielos, sino que abran sus corazones para recibir el Reino de Dios.
Que los signos de los tres Corazones se graben en sus esencias.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Escuchen la voz de Mi hija Lucía:
Queridos y Amados hijos, les habla Mi Inmaculado Corazón, para que a través de Mi energía maternal, la Presencia de estos tres Sacratísimos Corazones pueda fundirse en sus esencias, porque hoy les digo Mis amados, como Madre del Sol y como Madre Universal, que apenas comprenderán lo que hoy acontece en sus vidas, cuando puedan mirar desde el Reino de los Cielos, su trayectoria en la Tierra.
Hijos Míos, un gran misterio viven sus vidas en este momento, un misterio Celestial, que por el Amor y la Misericordia del Señor, descendió a esta Tierra, para tornar divino aquello que hasta hoy fue materia.
A través de la fe de sus corazones, llegamos al mundo para transformar sus vidas, sus almas, sus esencias, y a través de ustedes, poder llegar a toda la humanidad.
Hoy, quiero que se pregunten, hijos Míos, ¿cuál es el compromiso que sus almas asumen, en este día, al responder al llamado divino de estar delante de la Presencia de los tres Sacratísimos Corazones?
Hoy les presentamos un arquetipo de vida para que trasciendan su vida material y sean capaces de vivir la imitación de esta Sagrada Familia, porque nosotros fuimos carne en el mundo.
Nuestra sangre estuvo viva como la sangre que circula en sus cuerpos, y con este Cuerpo y esta Alma encarnados sobre la condición humana fuimos capaces de trascender al hombre, a la vida material, por el Amor a Dios, por Amor al Divino, porque en nuestro Corazón sabíamos que algo mayor existía, que trascendía toda comprensión, y que no sería a través de la mente, pero sí en lo profundo del corazón que abriríamos esa puerta, para que el Reino de Dios descendiera al mundo y una Nueva Humanidad pudiera surgir a través de nuestra Sagrada Familia.
Hijos Míos, en esta tarde los invito a superar los límites de la materia, a superar los límites de la comprensión, del entendimiento, y de esta forma, abrir el camino para que el Reino de Dios llegue al mundo.
En cada día de esta Sagrada Semana, una sagrada llave fue entregada para ustedes, para que puedan abrir las puertas de la consciencia y despertar a un nuevo ciclo planetario, porque ya llegó el momento, hijos Míos, de que nuestro Verbo se pueda dirigir al mundo de una forma madura, porque el hombre ya es capaz de comprender y de amar el misterio celestial.
Pero, para que esto suceda, convocamos a sus almas, sus corazones, para que, en nombre de la humanidad, den el primer paso amando este misterio infinito, aspirando ardientemente por esta vida desconocida, que tantas veces se colocó delante de sus ojos y que como humanidad, no quisieron ver.
Hijos Míos, hoy les pido que se abran para una vida nueva, una vida inmaterial que siempre existió, que siempre estuvo delante de vuestros corazones, y que desde el inicio de este mundo impulsó a la humanidad para que en el final de los tiempos, los tiempos que viven hoy, pudieran cruzar este umbral de consciencias redimidas, a un Universo Celestial, un mundo Divino, Cósmico, Universal, que hace tanto tiempo que los aguarda.
Dice Cristo Jesús:
Sus intenciones hoy no solo son contempladas por Mi Corazón Misericordioso. El Inmaculado Corazón de María y el Casto Corazón de San José también las contemplan. Sé que sus almas no comprenderán la amplitud de nuestra presencia en este día.
Pero que sus corazones acojan Nuestros Corazones, así podrán ser guiados en el silencio, en la fortaleza de una oración, en la paz del alma, en la comunión del espíritu de cada uno de ustedes con el Padre.
Hoy, los Sacratísimos Corazones traen la Santísima Trinidad, para que las almas sean bautizadas por el Espíritu de Dios, y muchas almas más sean bautizadas por el Espíritu del Padre.
La promesa del origen deberá cumplirse y todos participan de este gran misterio.
Ahora bendeciremos todos estos elementos con todo nuestro amor, y todos los elementos sagrados que lleven en sus manos, para que sean el signo visible de la Santísima Trinidad, a través de la ascensión del Sagrado Corazón, del descenso del Inmaculado Corazón al mundo, y de la unión perfecta y amorosa del Casto Corazón de San José.
Cuando ustedes Me cantan canciones de otras almas, son todas las almas que me cantan a Mí. En el Reino de las almas todos ustedes son uno solo, y las melodías se expanden por el Universo del Corazón de Dios.
No teman cantar aquello que otro ha compuesto, ni tampoco teman que otros canten sus melodías. Los bienaventurados viven en un solo sonido de paz, en una sola vibración de vida y de elevación.
También, en esta tarde, traemos el Reino de las almas para todos ustedes y todos los hermanos que están unidos en este momento, especialmente en esta tarde, queridos amigos, por el Poder que Dios Me ha concedido ante ustedes, bajo la autoridad del Espíritu Santo y la absolución que tiene que hacer el Hijo de Dios ante vuestras criaturas, consagraré la comunión para todos ustedes y todas las familias espirituales que están unidas en este momento.
Jesús, durante Su Aparición, transmitió una oración para que compartamos el momento de la comunión. Vamos a repetirla frase por frase, y saber que estas palabras nacieron de Su Sagrado Corazón.
Oración al Santo Grial de Jesucristo
Sagrado Cáliz del Señor,
derrama sobre nosotros Tus Códigos de Vida,
derrama sobre nuestras almas
la Llama Sagrada del Espíritu Santo.
¡Oh! Sagrado Cáliz del Señor,
comulga con nosotros eternamente,
disipa de nuestras vidas las agresiones del mal,
mas une día y noche nuestros corazones
con el Principio de la Fuente Primordial.
¡Oh! Santo Cáliz de Luz y de Sabiduría,
danos de beber de la Sangre Divina de Cristo,
aspiramos redimirnos.
deseamos amarte Señor cada día más,
hoy nos consagramos como dignos hijos de Dios.
Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más