APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SEXTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Las madres de la Orden se pueden acercar a los pies del Altar.

Vamos a encender nuestras velas en este momento de encuentro con Cristo, intentando mantener la quietud ante la Presencia de Cristo.


A pesar de todo lo que ustedes ya saben que Yo viví, hay algo que la humanidad desconoce hasta este momento, fue una experiencia profunda que Yo viví por ustedes y por el mundo, fue lo que Me sostuvo para que Yo tuviera la valentía de beber del Cáliz en el Huerto Getsemaní, para que Yo tuviera la fuerza para poder besar la Cruz antes de cargarla y dar Mis pasos firmes hasta lo alto del Monte Calvario, en donde se elevaría por primera vez el Árbol de la Vida, totalmente entregado y abnegado por los Suyos.

Esta experiencia de Amor que Yo viví, de forma tierna, profunda y espiritual, fue haber podido sentir el Amor íntimo de Mi Madre y de las santas mujeres, de las mujeres caminantes de la Tierra que veneraron al Precioso y Amado Hijo, después de todo lo que Yo hice por el mundo; aun siendo rechazado, humillado y severamente martirizado; después de tantos milagros y prodigios, de tanta liberación de espíritus impuros de las almas; después de cada una de Mis Palabras pronunciadas en los Evangelios y, sobre todo, a través de Mis Parábolas; a pesar de todo lo sucedido y vivido por Mí y por cada uno de sus hermanos y hermanas de la Tierra en aquel tiempo.

La sagrada fidelidad de las santas mujeres, y la Madre de todos sus hijos, fue lo que irguió la Voluntad del Señor para que, bajo la Omnisciencia y Omnipresencia del Padre, Yo pudiera hacer lo que saben que hice por ustedes.

Más allá del sufrimiento y del dolor del Señor, no solo en aquel tiempo, sino también en estos tiempos ante la situación planetaria, ante la grave carencia de amor en la humanidad; hoy vuelvo aquí, en nombre de Dios Padre, a entregarles a los Míos y Mías los códigos alcanzados en los méritos de Mi Pasión.

En este día en el que Mis cinco principales Llagas de Luz irradian hacia los cuatro puntos de la Tierra, vengo a intentar transfigurar sus caminos y los caminos de sus hermanos, transformándolos a través del poder de Mi Preciosa y Divina Sangre, cuidadosamente guardada y vigilada en el Arca de la Santa Alianza por los cuatro ángeles custodios de la Sagrada Arca.

Pero hoy, quiero que se detengan en algo muy importante, más allá de que conocen por ustedes mismos Mis dolores en la Pasión, quiero que se detengan en la importante enseñanza que Yo les dejé sobre el Amor, porque sé que cada uno de ustedes carga su propia cruz, con mayor o menor peso sobre sus espaldas.

Pero, ¿qué es lo que debe animarlos a seguir adelante, a pesar de las consecuencias y traumas? Así como el Señor, en Su Calvario, siguió adelante sin dudar, confiando plenamente en la vida del espíritu que el Padre Eterno Me otorgaba, en cada paso del Calvario, a través del Arcángel Miguel.

Yo quiero, amigos Míos, hijos e hijas Mías, que tengan muy presente en estos tiempos esta enseñanza primera que Yo les di sobre el Amor; porque la redención del género humano, en aquel tiempo de Mi Cruz, no hubiera sido posible si su Maestro y Señor no hubiera dado el sí.

Porque el poder o aun la autoridad que Yo pudiera haber utilizado para vencer todo el mal, fue recogido y secretamente guardado para que, posteriormente a la Muerte en Mi Cruz, todos los espíritus y almas en el mundo fueran rescatados y salvados.

Pero sus pies, compañeros, así como los pies de sus hermanos y hermanas en el mundo, después de la experiencia vivida Conmigo en Tierra Santa, caminaron por otros senderos que no fueron los Míos.

Así, a través de esta Sagrada Semana, Yo los vuelvo a hacer retornar hacia Mi único y verdadero camino, que es el camino del Amor, para que sean ungidos por Mi Espíritu y por Mi Divinidad, sus secuelas más profundas y ocultas sean disueltas, y la cura del alma y del espíritu en cada uno se pueda dar conforme a la Ley de la Gracia y de la Misericordia Divina lo otorgan.

Así como hoy, las madres de esta Orden, en nombre de todas las madres de la Tierra, llevan una vela encendida, representando la vigilia y la adoración al Señor durante Su más dolorosa agonía en este Viernes Santo, quiero que recuerden, a través de esta llama poderosa del Espíritu del Señor, que deben vigilar, orar y celar por Mi Amor en el mundo; primero en ustedes mismos, para después poder preservar y cuidar el Amor de Cristo en los demás.

Cuando en verdad, compañeros y compañeras, hayan vivido la experiencia profunda del Amor Crístico, preciosamente impregnada de los códigos de la Sangre y del Agua de Jesús; Yo les aseguro que no necesitaré repetirles esto una vez más, porque a través de su propia experiencia de amor, en el día a día y sobre todo con los hermanos que tienen a su lado, se podrá cumplir una de Mis tantas promesas hechas al Padre Eterno: que se amen los unos a los otros, así como Yo los amo; que Dios, en sus vidas, esté en primer lugar, antes que todo.

¿Por qué les digo esto?

Porque la humanidad está cambiando el curso de su camino, a través de los acontecimientos y también de las modernidades, en los que se intenta sustituir al Dios Vivo por dioses artificiales, en los que toda sensibilidad humana es bloqueada y paralizada. Quien toma contacto con esto, necesito que lo tenga muy presente para que no sea engañado.

Dios desea y aspira a gobernar sus vidas a través de Su Hijo, así como Él silenciosamente intenta hacerlo todos los días por medio de sus caminos de transformación y de redención, de amor, de servicio y de caridad.

Esto es lo que mantendrá a sus espíritus vivos en la Tierra y, más allá de que existan corrientes opuestas al Amor de Dios y a la vida divina, les aseguro que si sus consciencias mantienen estos atributos vivos, no habrá nada contrario que los haga vacilar; porque el Amor de Dios los guiará, así como el Propósito de Dios guio a Su Hijo Amado, hasta que Él murió en la Cruz traspasado y desfigurado por los pecados de los hombres y mujeres de la Tierra para que, a partir de la Muerte Sagrada de Jesús, la humanidad tuviera vida en abundancia.

Algunos se preguntarán: ¿por qué es necesario revivir la Pasión de Cristo todos los años?

Porque la humanidad se olvida, en un instante, Quién fui Yo para ustedes y el mundo, y qué es lo que Yo represento como parte viva del Creador, como intermediario y mediador entre las almas y el Padre Eterno.

Si nadie sigue Mi Camino, Mi Verdad y Mi Vida, y ni siquiera Me recuerda una vez al año, ¿qué resultado tendrá la vida de los que escogieron otros caminos?

No es necesario ser vidente para entenderlo y comprenderlo, porque las señales de los tiempos serán claras; y es el Legado de Cristo, en los corazones y en la vida íntima de todas las almas que tienen fe en Mí, que hará perpetuar el Amor de Dios y de Cristo en el mundo, más allá de todo lo que suceda en esta difícil transición planetaria.

Por eso, recuerden que, al igual que la llama que hoy llevan en sus manos, así siempre deberá estar la llama encendida en sus corazones: la llama del Propósito, la llama del Amor, la llama de la Verdad que los hará libres.

Es así que, en este sagrado momento, en el que el Cielo y la Tierra se unen en comunión y vida, a través de los corazones orantes y a través de Dios, vengo a entregarles, a través de Mi Espíritu y Divinidad, la Comunión Espiritual y Sacramental, la misma que recibió Mi Santísima Madre a través de las manos del Arcángel Gabriel.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Coloquemos nuestras manos en señal de recepción. Abramos aún más nuestro corazón, para recibir del Sagrado e Insondable Corazón de Jesús ese mismo código de Energía Divina que Cristo recibió en el Huerto Getsemaní en una forma luminosa y resplandeciente.

Llevemos nuestras manos al corazón y comulguemos espiritualmente, en gratitud y amor. Comulguemos por todos los que en esta hora se olvidan de Cristo, para que Dios tenga Misericordia de esas almas y despierten a la verdad.

Oremos:

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido;
y, por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.


Y así, como esta lluvia que cae en este momento para purificar, lavar y nutrir la tierra; así como los elementales, devas y ángeles, el Reino de Figueira, comulgan de la Presencia de Cristo; así Yo bendigo todas las cruces que han traído a Mis Pies y principalmente alivio su cruz espiritual.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sean valientes y tengan fe. Yo estoy aquí para ayudarlos.

En este día en que celebramos la victoria de Cristo, de su Maestro y Señor, por encima de todo mal y adversidad, vengo aquí a instituir la bendición del Sacramento del Matrimonio, porque la familia en el mundo está siendo atacada y dividida.

En nombre de todas las familias aquí presentes y no presentes, escogí a algunos matrimonios para bendecirlos hoy con Mi Espíritu, a través de la unción, del agua bendita y del incienso; para que, en esa unidad entre las almas que se aman y conviven, se restablezca el Propósito de Dios en la célula de las familias.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nos prepararemos para este momento, a pedido de Cristo, Nuestro Señor.

Él se recogerá, mas volverá para bendecir a los que escogió en nombre de todos.

Mientras nos preparamos, vamos a cantarle a Nuestro Señor, recordando el poder de Su Preciosísima y Divina Sangre, para que ella nos bañe y nos purifique, como esta lluvia que cae en este momento, y nos libere de las prisiones y del dolor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cantemos y vamos a un intervalo.


Canción: “El poder de la Sangre”.


Hermanos, vamos a acompañar este momento de bendición y de consagración que Cristo pidió.

Vamos a unirnos profundamente a todo lo que Cristo nos dijo, teniendo bien presente lo que significa para Dios la familia y sobre todo el matrimonio.

Quiero aclararles que vamos a hacer una bendición y una consagración, que no es un casamiento. Lo estoy aclarando a pedido del Señor.

Pueden venir, hermanos.

Vamos a orar juntos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria en portugués, para que el Señor bendiga y unifique a estas almas en un solo espíritu, en un solo corazón, en un solo amor y vida, para que Sus Atributos y Gracias se hagan presentes en sus familias.

Ahora, oramos en inglés.


Ahora, consagrados a Mí, sus familias y sobre todo su unión matrimonial y espiritual deben ser un núcleo de luz, entendimiento y sobre todo de amor, para que los valores y principios de la Sagrada Familia desciendan sobre ustedes y sobre todos los que unieron sus vidas para vivir juntos.

A través de este simple pero profundo momento, su Maestro y Señor, Jesucristo, viene a bendecirlos con Su Espíritu y con Su Paz, para que el núcleo de la familia humana sea reconstruido y amparado, y protegido de todas las influencias del mal, por el triunfo del Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en todas las familias.

Alegren sus corazones.

Que la unión entre sus almas les otorgue la evolución, la experiencia del amor y de la caridad por el semejante.

Yo los bendigo, los consagro, bajo la Unidad Trina, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

TRIGESIMOSEGUNDO IMPULSO CRÍSTICO PARA LA CUARESMA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

40 días con Jesús a través del camino cuaresmal

"Viéndote en el desierto, despojado de ti mismo, camina descalzo en la soledad espiritual que te da la Gracia de unirte en consciencia al Todo, para que seas parte de las legiones de servidores y bienaventurados en la Tierra.

Por eso, desata las sandalias de tus pies y camina libre de ti mismo, libre de todo odio, manipulación, rechazo, indiferencia y desobediencia.

Entrégate al sagrado vacío interior y tus propias resistencias ya no serán motivo de tantas lamentaciones.

El Cáliz del ofrecimiento está delante de ti. El Ángel Custodio lo sostiene no solo para que lo contemples, sino para que decidido lo bebas sin saber el significado de lo que verdaderamente representa.

¡Ríndete! Ríndete, así como el Señor se rindió por todos, durante la noche oscura del Huerto Getsemaní".

Cristo Jesús

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN LAVALLEJA, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SEGUNDO DÍA DE LA 121.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Como un ardiente Sol descenderé del universo para iluminar los abismos más profundos del planeta y para retirar de ellos a cuantas almas están sumergidas en esos abismos.

Esa es Mi verdadera misión de volver a la Tierra, no solo para reerguir a la familia espiritual de Dios, a todas las tribus y etnias, sino también para rescatar a los que fueron condenados a la perdición espiritual.

Hasta allí actuará Mi Divina e Insondable Misericordia, antes de que descienda el decreto de la Justicia Divina, que reorganizará a la humanidad y al planeta, para que así se pueda reintegrar el Proyecto de Dios.

Por eso, a través de los tiempos y en estos últimos años, vengo construyendo este momento por medio de ustedes y de sus hermanos; porque, así como les dije ayer, sus vidas deben ser un pilar para Mi Obra, la Obra de la redención del final de los tiempos, y los principios y valores que Dios le enseño a Su sagrado pueblo de Israel deberán estar latentes en sus consciencias y espíritus, porque los necesitarán para atravesar este momento final, que muchos no saben cómo hacerlo por no vivir la vida del espíritu, por estar alejados del Amor Mayor que proviene del universo y de la vida cósmica.

Cada vez que Yo desciendo al mundo, vuelvo a traerles, una y otra vez, ese Amor Mayor que siempre colmará sus espíritus y consciencias; es ese Amor Mayor que los impulsará a dar los pasos y a no retroceder; es lo que los ayudará a definir sus próximos caminos, porque debe haber Cristos en la superficie de la Tierra y esto ya no solo puede ser un mensaje o una aspiración.

Es tiempo de que los Cristos del Nuevo Tiempo sean una realidad, una concreción, una expresión de la Jerarquía. Por esa razón, todos se están purificando, cada uno en lo que precisa y necesita en este momento. Nada está fuera de la Ley.

Aprovechen cada momento como un impulso de ascensión y de trascendencia, como una actitud de absoluto desprendimiento y desapego; para que, en sus consciencias, siendo odres nuevos, Yo coloque vino nuevo, Yo deposite las Voluntades de Dios y Sus más ardientes aspiraciones.

Ahora, este es el tiempo de hacer una síntesis, después de haber caminado tanto hasta este presente, en el que tienen la Gracia de reunirse Conmigo, cara a cara, y de recibir a Mi Divinidad y a Mi Espíritu, al Espíritu de Cristo, que fue Quien se entregó por ustedes en la Cruz, así como se entregó por toda la humanidad, aun sabiendo, compañeros, que muchos en el final de los tiempos no Me corresponderían y no valorarían Mi sacrificio.

Pero el Amor es capaz de mucho más, es capaz de llegar muy lejos cuando se vive un amor desinteresado, abnegado e incondicional. Esto no los retiene en las cosas superficiales ni en ninguna expectativa, no quedan atrapados en ningún resultado o respuesta.

Porque un Cristo del Nuevo Tiempo tiene claro, en su consciencia, que sirve a Dios y a nadie más, y que todo lo que hace, todo lo que vive y todo lo que practica debe estar bajo esa Ley del Amor Mayor, que lo renueva y lo transfigura de tiempo en tiempo, cuantas veces sea necesario.

Esto no lo deja en el pasado, no lo deja sumergido en la tristeza ni en el sufrimiento, al contrario, un Cristo del Nuevo Tiempo tiene claros su misión y el propósito que debe cumplir en su encarnación, de una forma semejante a como su Maestro y Señor cumplió el Propósito de Su encarnación en la Tierra, cuando Yo estuve entre ustedes y entre sus hermanos.

Así, compañeros, la vida no es solo material, no es solo concreta, no es una vida de constantes problemas y sufrimientos, porque los Cristos del Nuevo Tiempo no solo caminan a través del impulso de la ascensión y de la unión con el Plan Divino, sino que también ayudan a sus semejantes y hermanos para que alcancen la misma meta, sin interferir en la decisión del otro.

La escuela de los Cristos del Nuevo Tiempo ya se estará presentando en los planos internos.  ¿Quiénes serán los que se postularán a vivirla, a practicarla y a asumirla?

No es una escuela de emociones ni de intelectos, es una escuela madura de amor al sacrificio y a la sagrada renuncia, de la que muchos quieren escapar porque piensan que pierden el control y su autonomía.

Pero Dios no los quiere colocar en una aflicción, no sería el Padre Eterno ni tampoco sería Su Amadísimo Hijo; al contrario, compañeros, la puerta de Mi Corazón está abierta para mostrarles el camino, que en este último ciclo son invitados y llamados a recorrer por un solo fin, por el triunfo del Amor Redentor en el planeta, en todas las almas posibles y en todos los corazones posibles que necesitan de rescate y de redención.

Aunque no lo crean, Mis amigos, ya tienen la base para vivir esa escuela. Ya tienen las experiencias del pasado y de otros momentos cuando formaron las primeras comunidades cristianas que, a pesar de la adversidad y del peligro, sostuvieron la fe en la Presencia Crística y en el Amor Crístico; y esto hizo surgir, a través de los tiempos y de las experiencias, los frutos de la redención y de la fe de las almas, por su amor a Cristo, el Mesías.

Entonces, compañeros, en la consciencia de sus mundos internos ya está el impulso. Únanse a ese impulso y pidan a Dios la Gracia de poder ser consecuentes para responder a la experiencia de esta escuela de los Nuevos Cristos, porque es un estado interior y no protagónico, porque es un estado de silencio que habla por sí solo a través de los ejemplos y de las buenas actitudes, de las actitudes fraternas y misericordiosas.

Ya era hora de que llegara este momento, de que los Nuevos Cristos del último tiempo se presentaran y fueran una realidad. Si esto sucede, conforme el Plan Divino lo determina, muchos errores en el mundo se justificarán y se enmendarán los graves ultrajes de la humanidad de estos tiempos, para que se les conceda un tiempo más de Misericordia al mundo entero y a todas las almas que más lo necesitan en este momento, para que la puerta de Mi Misericordia no se cierre en esta última hora, sino que todos los que quedaron atrás, puedan cruzar esta puerta de la Misericordia y así tengan la Gracia de recibir la redención como ustedes la recibieron.

Hoy, pido una vez más que Aurora, como un Reino de Amor y de Luz, haga emerger esta Gracia de que Mis últimos apóstoles y compañeros sean consecuentes con la escuela de los Nuevos Cristos.

El mundo necesita de mucha ayuda, las almas se desesperan por no encontrar la paz. Ahora, ustedes que pueden ser un espejo de Mi Amor vayan y sirvan, díganle al mundo que Yo estoy retornando y que Mi hora se acerca, así como se acercó la hora del Señor en el Huerto Getsemaní.

Porque necesito, compañeros, que hoy más que nunca puedan beber del Cáliz que les ofrezco, aunque desconozcan su contenido o aun su propósito; que puedan beber, así como su Maestro bebió del Cáliz en el Huerto Getsemaní. Así, estarán más cerca de Mí y Yo estaré más cerca de ustedes y de sus hermanos.

Hoy, cierro la misión espiritual de la Jerarquía en el Uruguay, pidiéndole al Padre Su bendición para este país y para todo su pueblo, para que no sea estigmatizado por ninguna idea que no sea de la Luz, sino para que sea bendecido por el amor, la caridad y la Misericordia que debe despertar en los corazones sedientos.

Así, elevo Mi oferta a Dios, como sus corazones se elevan hacia Mí, para que seamos testigos de la Divina e Insondable Misericordia, para que los últimos alcancen su meta espiritual y su redención.

Les agradezco a todos los presentes por estos días compartidos y por estar en este Sagrado Lugar de los Ombúes, para que las raíces de la dignidad humana se fortalezcan en ustedes, para que los valores de la familia y de la vida universal florezcan y se eleven en ofrenda a Dios.

Les agradezco y les vuelvo a dar Mi Paz, para que no se olviden que deben ser paz en el mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mensaje extraordinario
MENSAJE DEL ÁNGEL CELADOR DEL CUERPO EUCARÍSTICO DE JESÚS, TRANSMITIDO EN ALJUSTREL, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En esta noche de viento, de otoño, les traigo el Soplo del Espíritu de Dios, porque Él Me envía como Su Portavoz y Su Mensajero.

Yo soy el Ángel de la Custodia del Cuerpo Eucarístico de Jesús. Soy el Celador del ofertorio de todas las almas que se encuentran con Cristo.

Los he llamado aquí, a este lugar de Aljustrel, donde habita el Ángel de la Paz, porque aquí se concentra Nuestra presencia. Aquí, descendemos y aquí, trabajamos por la humanidad.

Quisiera que lleven Mis Palabras al corazón, para que ellas siembren la preciosa Luz de la Fuente.

Hoy, les traigo un Cáliz vacío, que no contiene la Sangre de Cristo, sino que es el Cáliz que está disponible para cada uno de ustedes, para que sea llenado de sus ofertas y de sus ofrecimientos a Dios, a fin de que el pecado del mundo sea aplacado y se cumpla la Misericordia y no la Justicia en la humanidad.

Este es uno de los tantos Cálices que están vacíos sobre el altar; solo que Nuestras manos se cansan de sostenerlos, porque ha pasado un largo tiempo de espera del ofrecimiento de los escogidos y de los autoconvocados.

¿Quién verterá en ellos sus experiencias de amor, de entrega, de redención y de fe; para que, por Nuestras propias manos de servicio abnegado e incansable, los Cálices sean elevados al Cielo en ofrecimiento al Dios Creador y sean depositados sobre Sus Siete Altares de Luz y de resplandor?

Él Nos envía para intervenir en este mundo de caos y de dolor; así como el Ángel de Portugal lo hizo aquí, en Fátima, y les presentó el Cáliz a los pequeños pastores para que bebieran de la Sangre y comieran del Cuerpo de Cristo.

Hoy, Nosotros, los Ángeles de Dios, venimos a buscar el último y definitivo ofrecimiento, para reparar las ofensas que recibe el Corazón de Dios y para enmendar los horrores que los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José, sienten de este mundo.

Por este ofrecimiento se escribirá el Nuevo Tiempo y se plasmarán los nuevos acontecimientos, porque el mundo se ha desviado de la justicia y de la paz.

¿Ahora, entienden la importancia de esta causa, que no es pasajera, sino perpetua, algo que solo sus almas pueden comprender y sentir?

Por eso, que Mi Voz, que es la Voz de Dios, se haga eco en los corazones abiertos a escuchar el Mensaje y a cumplirlo, así como está escrito desde el principio.

Mi Voz es como un trueno en el espacio. Mi Amor es como una lanza que traspasa el corazón espiritual.

Dichosos los que cumplen con este pedido. Felices serán en el final de los tiempos, a pesar de los errores del mundo, porque los que responden a la Petición de Dios serán como candelabros en la absoluta oscuridad planetaria. Y, a través de ellos, Dios obrará y cumplirá una vez más Su Palabra.

Yo vengo después del Ángel de la Justicia y de la Esperanza, Efraim-El, como el segundo Mensajero de Dios enviado al mundo; porque ha llegado la hora de preparar la superficie para el Retorno de Cristo, y solo los que oren con Nosotros sabrán lo que haremos.

Dios les oculta Sus Misterios a los soberbios e injustos. Dios les revela Sus Dádivas y se las entrega a los puros de corazón.

Mi Palabra, que es la Palabra de Dios, se escribe en este momento en el éter de la Tierra, llamando, desde los cuatro puntos cardinales del planeta, a los últimos Cristos, que arduamente prepararán Su llegada.

Este es el Mensaje que quiero que guarden en el centro de su ser, para que resuene y construya las nuevas formas, las Sagradas Geometrías de Dios, que los harán partícipes de Su Santa Voluntad.

Nosotros somos los enviados del Arcángel Gabriel, así como los Santos Padres Creadores se anunciaron en otros tiempos a la humanidad a través del Pueblo de Israel, así como María Santísima escuchó la voz de los ángeles, así como San José escuchó la voz de los ángeles en Sus sueños, así como el propio Cristo fue sostenido y acompañado por el Arcángel Miguel, así como los patriarcas escucharon la Voz de Dios en el desierto, así como el pueblo de Israel recibió de Nuestras manos el maná en el desierto para sobrevivir durante 40 años, así como los sumos sacerdotes de las tribus de Israel vieron Nuestras presencias junto al Arca de la Santa Alianza.

Este es el llamado del Universo Angélico y Ultraterrestre. Los planos y las consciencias se vuelven a unir a Nosotros, entre el Cielo y la Tierra, entre la Tierra y el Cielo.

He aquí el Cáliz de la reparación de los Hijos de Dios, de los que aman el Propósito y lo viven, de los que reverencian lo sagrado y lo practican, de los que hacen de su propia vida una oración, en persistencia y fe, hasta algún día alcanzar la meta, que ya está escrita.

Las puertas de los Sagrarios de toda la Tierra están abiertas para los que quieran unirse a la Divinidad de Cristo y ser uno con Él y uno por Él; para que, en la adoración al Divino Sagrario, los graves ultrajes de la guerra, del hambre, de la enfermedad y de la impunidad sean reparados en este tiempo por las almas, tan simplemente al venerar el Eucarístico Cuerpo del Señor en los Sagrarios de la Tierra.

Ahora, Mi Voz se eleva junto a los demás ángeles, así como Mis alas Me elevan a los Cielos, junto a la fraternidad angélica y ultraterrestre; así como el viento en esta noche sopla sobre ustedes trayéndoles los aires del Nuevo Tiempo, de la hora de la convocatoria.

En unidad y en fe,

El Ángel Celador del Eucarístico Cuerpo de Jesús, quien espera, con los Cálices vacíos, los nuevos ofrecimientos de las almas buenas y escogidas por Dios en toda la Tierra
 

Oremos:

Santísimo Dios,
Fuente de Amor, de Luz y de Vida,
recibe nuestros más sinceros ofrecimientos,
en gloria a Ti, ¡oh Glorioso Creador!

Amén.

 

A partir de hoy, rezarán esta oración al final del Santo Rosario; para que, por los ofrecimientos de los Hijos de Dios en toda la Tierra, descienda la Misericordia y no la Justicia, y el Corazón de Dios sea reparado de las ofensas del mundo, del odio, de la venganza y de la guerra en las naciones, a fin de que la paz del Ángel de Portugal se establezca antes de que sea demasiado tarde.

Les agradezco por escuchar el Mensaje de Dios.

 

Reflexión de Fray Luciano:

Necesitamos comprender que el proceso angélico tiene una lógica diferente a la del proceso humano y mental. El proceso angélico siempre tiene que ver con el vaciamiento, con el poder creador y con la oferta.

Y cuando ofrecemos algo, humanamente tenemos la ilusión de que estamos ofreciendo algo creado por nosotros mismos, que tiene un mérito personal. Para la consciencia angélica, a los efectos de ese Cáliz, con aquello que la Jerarquía necesita contar, la oferta es lo que somos en esencia o aquello en lo que nos debemos transformar. No son bienes, no son aspectos humanos ni siquiera virtudes.

Y la consciencia angélica, también en su pureza, nos conduce a esa comprensión de una donación absoluta, una donación que no nos disminuye, no nos aumenta, no nos torna mejores, solo consolida y acepta esa oferta como nuestra participación en la Creación.

Es importante no proyectar sobre estos contactos angélicos una comprensión humana, lineal, personal, mensurable; porque todos son contactos creadores, renovadores, trascendentes; que siguen otra lógica.

Entonces, lo que tenemos que ofrecer no debería ser nuestro aspecto o aspectos a ser purificados, limpiados, trascendidos, sino nuestros estados internos de ser, que podrán ser recogidos por los ángeles y, ahí sí, sean un servicio para purificar, trascender, curar al planeta y la humanidad.

Es un tono de Mensaje que quiebra ese paradigma mental humano de beneficio propio evolutivo y nos coloca en una línea de donación, de oferta, de pureza, de reflejar, porque solo puede existir en la expresión de la Creación una única Voluntad, que es la Voluntad del Creador.

Entonces, mientras algo en nosotros tenga la voluntad de ofrecerse, de protagonizar, de prevalecer, de diferenciarse, eso es opuesto a la lógica angélica de la unidad, de la liberación, de la pureza.

Entonces, escuchemos este Mensaje como un Mensaje para quien se vacía, para quien ofrece estados internos subjetivos, creativos y que no transfiere la responsabilidad de la propia transformación a algún poder trascendente; sino que, así como está, se abre, se vacía, para que este Cáliz reciba algún tipo de impulso angélico, creador, trascendente, al servicio de Cristo, como fue dicho, para la preparación de Su renovada Presencia en este mundo.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DEL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Delante de lo que sucede en el mundo, Dios está en silencio y, una vez más, Él envía a Su Hijo para ayudar a los que más necesitan y, especialmente, a los que atraviesan las guerras, la esclavitud y el tráfico de personas.

Hoy, su Maestro y Señor se encuentra en los planos internos en esos lugares y se sirve de este potente canal de Luz del Centro Mariano de Figueira para poder llevarles a las almas que más necesitan el consuelo y la paz, el amor y la esperanza, que, entre hermanos de una misma humanidad y planeta, son disueltos a través de las guerras y conflictos.

Vean ahora Mi Corazón Espinado, horriblemente ultrajado por los que son impunes y no aceptan vivir la Ley de Dios, por aquellos que someten a sus hermanos de las naciones y de los pueblos. Yo vengo por todos ellos. Vengo por el último y por el más perdido, porque todos son rescatables para Mi Corazón, aunque en las apariencias parezca imposible.

En este tercer impulso que hoy les traigo, no solo los preparo para la próxima Sagrada Semana, sino también los preparo para asumir con responsabilidad el Plan de Dios, para que sepan que ahora lo más importante es que cada una de sus vidas esté confirmada a Mí, porque ya no tengo recursos para justificar los errores del mundo.

Por eso, necesito de almas decididas y definidas. Necesito de almas que se ofrezcan a ser víctimas de Mi Amor y que no solo se dejen traspasar por Mi Amor, sino también por Mi Voluntad, porque será a través de los pequeños grupos de almas que Su Maestro y Señor llevará adelante Su Retorno al mundo.

Por eso, en este momento, Yo necesito que sean valientes, que asuman Conmigo lo que hay que asumir y soportar. No hablo de algo externo, sino de algo profundo, en donde Su Maestro y Señor trabaja por las almas y por las esencias, por todos aquellos que necesitan de una oportunidad.

Esa debería ser su regla: que trabajen para  Mí, que Me sirvan y que se entreguen a Mi Corazón, para que en este momento agudo del planeta en donde todo está permitido, las almas tengan una oportunidad, así como ustedes la tuvieron Conmigo desde el principio que los convoqué a estar a Mi lado.

Para eso, los invito a ofrecer cada una de sus pruebas, cada uno de sus desiertos, hasta cada una de sus incomodidades, por una sola razón: para que Su Maestro y Señor, ante el Padre Eterno, tenga cómo justificar los graves pecados de la humanidad, para que esta situación del fin de los tiempos no se vuelva incontrolable e insostenible, sino que a través de pequeños grupos de almas, de almas que se postulen a ser víctimas de Mi Amor, una vez más, Yo pueda interceder por el mundo de la misma forma que intercedí hace dos mil años atrás.

Tomen como ejemplo lo que pasó hace dos mil años atrás con la humanidad y en el punto en el que la humanidad se encontraba, no solo desde el punto de vista material, sino también espiritual.

Ahora, la humanidad está en una situación más grave y compleja, y el Espinado Corazón de Su Maestro y Señor necesita de almas valientes y dispuestas a soportar la cruz de este mundo, una cruz invisible, imperceptible y silenciosa, que solo se sostiene por amor, para que los que están condenados y perdidos tengan una última oportunidad.

Por eso, les pedí hasta hace poco tiempo que tuvieran el corazón pronto. Esto no es una poesía, es una afirmación de una consciencia que es responsable en Cristo y por Cristo, de una consciencia que tiene la sabiduría y el discernimiento para darse cuenta de que la humanidad se está precipitando rápidamente y que muchas de las situaciones, que hoy suceden en el mundo y en las naciones, son creadas por la propia humanidad, por aquellos que son impunes y que creen tener el poder por encima de Dios.

Sé que muchos se han preguntado en estos tiempos, ante una guerra como la de Ucrania, ante una guerra como la de Yemen, la guerra de Etiopía o la de la ultrajada Siria, ¿dónde está el Poder de Dios para derrotar a esos hombres impíos?

Aquí, Dios no desafía a nadie, Dios no ostenta nada ante nadie, sino no sería Dios. Es un Padre de Amor y de Misericordia, que a través de estos dos atributos Él traza la Justicia para el mundo en la hora cierta y en el momento oportuno.

Por eso, todo lo que hoy sucede en el mundo algún día terminará. Ustedes, como Mis apóstoles y compañeros confirmados, deben seguir orando con fervor y no permitir que su oración se enfríe o hasta se desvanezca; porque, en este momento, la unión de las almas a través del verbo orante es imprescindible para todo lo que sucederá.

Tengan confianza y fe en todo lo que les estoy diciendo, comprendan que no les puedo decir más que esto, porque la Voluntad de Dios solo es conocida por el propio Dios, por Su propio Hijo y por el Espíritu Santo. Pero si ustedes siguen amando lo desconocido, lo que es inmaterial, desde esos niveles de consciencia llegarán los auxilios que ustedes y sus hermanos necesiten, y les aseguro que ustedes sabrán en dónde estar y qué hacer en el momento cierto.

Este es un tiempo de un dolor crecido y agudizado, de un sufrimiento causado a la humanidad y a los pueblos a través de la impunidad y de la corrupción, que el Padre nunca había visto. Es que el propio Padre Eterno se ha dado cuenta hasta dónde pueden llegar Sus hijos cuando están viciados por el poder y la impunidad.

Pero tengan presente que todas esas situaciones o acciones no pueden ir más allá de lo material, que por encima de todas estas cosas está la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, de todas Sus Jerarquías Angélicas y Arcangélicas que, en este momento de la humanidad, trabajan de forma incansable en los planos internos para proteger las esencias del mundo entero, a todas las esencias posibles.

¿Ahora comprenden la importancia de su oración en estos tiempos?

La verdadera victoria que alcanzó Cristo en la Cruz no se dio de forma externa, sino interna, y esa victoria se construyó a través del silencio, irradiando la Paz y el Amor para los que lo crucificaron y lo condenaron.

Los invito a amar ese misterio, pero no esperen que ese misterio se revele; vivan ese misterio en sus vidas y ustedes por sí mismos lo develarán, porque aprenderán a amar como Yo amé, aprenderán a perdonar como Yo los he perdonado, y así sabrán curar las heridas más profundas en sí mismos y en sus hermanos.

Hoy, les vengo a decir todo esto porque Mi Padre ha visto que hay almas que habiendo recibido todo de su Maestro y Señor no lo han valorado, le han dado la espalda a su Redentor por sus propias resistencias y miedos y, a pesar de estar a Mi lado hace tanto tiempo, Mi Amor no tocó sus corazones.

¿Quién pagará esta deuda?

Todo lo que viene del Universo no se desperdicia. Aprendan a vivir en la economía espiritual que los lleva a administrar, con sabiduría y entendimiento, los impulsos que vienen de la Jerarquía, impulsos preciosos y determinantes que solo intentan elevar sus conciencias cada día más, para que algún día comprendan y sepan sobre la Voluntad de Dios.

Hoy, Me alegro por estar aquí con los Míos y con los consecuentes, con aquellos que a pesar de sus propias imperfecciones intentan, todos los días, seguir Mis huellas, las huellas de Luz del Redentor, animándose a profundizar en los grados de amor y de entrega, animándose a ser los Cristos del Nuevo Tiempo.

Por eso, más allá de todo lo que sucede en el mundo y que es muy doloroso para Mí como para ustedes, siempre vean la Luz, la Luz de Cristo, más allá de las tinieblas. Sigan esa Luz, tengan como propósito la Luz de Mi Corazón; y, a través de esa concentración en la Luz de Cristo, cierren Conmigo las puertas al mal y lleven a las almas más oscurecidas de este mundo a que vuelvan a encontrar el océano de Mi Misericordia, porque solo a través de la Misericordia el mundo se redimirá.

Este Corazón Espinado de Cristo, que hoy les expongo, ahora es un Corazón Luminoso, un Corazón lleno del Amor de Dios por las almas, un Corazón que cura y que sana, un Corazón que redime, que les trae la paz y el consuelo que cada uno necesita.

Así, anímense a seguir cargando con la cruz por el mundo, anímense a ser valientes y a seguir los pasos que Yo les estoy indicando, porque como les dije, hace un tiempo atrás, harán más cosas que las que Yo hice, cosas más grandes que las que hizo su Maestro y Señor. Por eso, también les digo que deben tener sus corazones prontos para hacer cosas más grandes que las que Yo hice; y cuando las estén viviendo una a una, recordarán lo que hoy les dije.

Es así, que Yo los invito a amar la simplicidad para que este mundo pueda recuperar su inocencia. Yo los invito a amar la pureza para que este mundo pueda recuperar el amor. Yo los invito a adorarme, a reconocerme en los Sacramentos y en el corazón de cada hermano, para que este mundo recupere la esperanza que ha sido condicionada y sepultada por los impunes.

Pero cuando Yo retorne, así como retornaré durante la próxima Sagrada Semana, cada una de sus almas, cada uno de sus espíritus, tendrá la oportunidad y la Gracia de vivir la síntesis Conmigo. Una síntesis espiritual que les recuerde todos los impulsos recibidos de Mi Corazón a través de los tiempos.

Eso los preparará para lo que llegará, y así los podré tener donde los necesito, en diferentes lugares del mundo para transmutar Conmigo, para que las almas se liberen de su esclavitud material y espiritual, y así cuando Yo retorne en Gloria, mostrando Mi verdadera Faz, la Faz del Cristo Solar y Cósmico, todas las almas Me puedan reconocer. 

Porque, en esa hora, les prometo que ya no existirá angustia, pena o desesperación, sino existirá una alegría que brotará de los corazones simples y humildes, de los corazones que perseveraron en Mí y a través de Mí; y Yo los reuniré para darles de comer de Mi Glorificado Cuerpo y para darles de beber de Mi Preciosa Sangre, del Cáliz que señalará la gran hora de la redención planetaria, en la que el mal será retirado y el Reino de Dios volverá a descender a través de Mi Madre Celeste y de todas las Huestes de Luz que celebrarán con la Nueva Raza el surgimiento de una Nueva Humanidad.

Para que puedan comprender físicamente este tercer impulso que hoy les traigo, los invito a celebrar Conmigo la Eucaristía. Y hoy, de manera especial, invitaré a este altar a todas las Madres de la Orden que están aquí presentes, para que se ofrezcan por las madres de la guerra, para que esas madres que sufren los conflictos y las persecuciones tengan la fuerza y la esperanza de seguir adelante.

Celebremos en paz.

A los pies de la destrucción de este mundo, nos ofrecemos como víctimas del Amor de Dios para que Mi Sagrado Corazón triunfe en este planeta y en todas las almas que más necesitan, en esta hora, del consuelo y del perdón. Que así sea.

Así como fue en la noche que reuní a Mis apóstoles para revelarles el Misterio de Mi Amor, hoy reúno a todos los apóstoles del fin de los tiempos ante el preámbulo de esta próxima Sagrada Semana; para que, a través de la institución de la Eucaristía y de la celebración del Misterio del Amor de Dios, todas las almas posibles se preparen para ese importante encuentro Conmigo.

Bendice, Señor, este vino que se convertirá en Mi Sangre. 

Bendice, Señor, esta agua que, en unidad perfecta, bendecirá a las almas.

 

Adonai, Tú que eres Santo,
Amoroso, Poderoso e Invencible,
no mires los horrores de este mundo,
sino la fidelidad de las almas,
de aquellos que a pesar de sus pruebas
e incertidumbres siguen firmes Mi Camino,
el Camino que los lleva hacia Mi Paz,
y que esta celebración Eucarística
sirva de comunión con todas las almas
que siempre Me dicen sí. 

Que esto, Padre, consuele Tu Corazón.
 

Delante de los Universos Celestiales, así como fue en la Última Cena, Padre Amado, vuelvo a tomar el pan para ofrecértelo, a fin de que sea transubstanciado en Mi Cuerpo por los ángeles del Cielo; y así, lo vuelvo a partir, para ofrecerlo a Mis compañeros, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres, para el perdón de los pecados”.

 

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.

Amén.

 

De la misma forma, vuelvo a tomar el Cáliz entre Mis Manos para ofrecerlo al Padre Eterno, a fin de que el vino sea transubstanciado en Mi Sangre; y así, lo vuelvo a ofrecer a Mis compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que será derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía hasta que Yo retorne al mundo”.

 

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.

 

He aquí Mi Cuerpo y Mi Sangre, felices los que se sirven de este Sacramento y lo ofrecen por aquellos que no lo viven, que no lo adoran y que no lo reconocen, a fin de que Mi Divina Misericordia, insondable e inextinguible, llegue a todas las almas posibles.

Ofrezcamos este Sacramento por las madres de la guerra, para que el espíritu sagrado de la maternidad, concebido por la Sagrada Energía Femenina, se reconstruya y se restablezca, a fin de que todos los hijos de Dios se sientan amados y protegidos por sus madres de la Tierra.

Oremos:

Padre Nuestro, en arameo.

Así como Mi Paz está en este lugar, que esta Paz se expanda y se multiplique en toda la Tierra, para que los mundos internos reconozcan al Cristo Vivo. Que la Paz descienda a la Tierra.

Y los invito a fortalecer su fe así como la fortaleció el centurión romano, porque su propia fe curó a su siervo. Los invito a pensar en esto.

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.

Amén.

Con la alegría de este encuentro y de este reencuentro de las almas postulantes a ser víctimas de Mi Amor, les anunciamos a todos los hermanos del planeta, a todos los devotos del Sagrado Corazón de Jesús, la Comunión Espiritual.

Oremos, así como oró el Ángel de la Paz:

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra, 
 en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido;
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María, 
 os pido la conversión de los pobres pecadores. 

Amén.

He cumplido Mi promesa, sus corazones están prontos a través de los tres impulsos recibidos para vivir una síntesis espiritual Conmigo en la próxima Sagrada Semana. Solo les pido una cosa, nunca dejen de ser valientes por Mí, así aprenderán a superarse y a trascenderse todos los días.

Les agradezco por este recibimiento y este amor interior. Hoy, la Sagrada Figueira vuelve a iluminar al mundo.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Cerramos este trabajo con Cristo, en silencio y recogimiento. Y nos preparamos para recibir mañana, con mucha alegría, a nuestro amado Instructor San José.

Podemos ir en paz.

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 98.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Muchos de Mis apóstoles están llegando a un momento que Yo ya viví por ustedes, hace mucho tiempo.

Para que Me puedan comprender, para que Me puedan sentir, para que puedan interiorizar cada una de Mis Palabras, les contaré una parte de Mi historia, una historia que no fue escrita en la Biblia, en ningún libro sagrado.

Esa historia es semejante a lo que ustedes están viviendo en este momento, no solo por la transición planetaria, no solo por lo que está atravesando la humanidad, sino también por lo que cada uno de ustedes debe entregarme, porque este es el tiempo de la madurez de Mis apóstoles.

Cuando Yo cumplí 21 años, 13 años antes de la gran entrega de su Maestro y Señor, realicé un viaje muy importante al Lejano Oriente.

Esos acontecimientos fueron registrados en algunos de los Evangelios, que fueron retirados para que la humanidad no los conociera.

Pero hoy, Yo vengo a contarles qué fue lo que su Maestro y Señor vivió a Sus 21 años, cuando siendo aún muy joven comenzó a prepararse para beber del Cáliz que, tiempo después, un día el Padre Eterno le ofreció en el Huerto Getsemaní.

En ese viaje, tuve que aprender como hombre, pero también como Consciencia, a asumir la superación de la condición humana, una condición que arrastraba a la raza humana hacia la perdición. Les hablo de hace mucho, pero mucho tiempo.

Ese viaje, tan importante, fue una retribución que Mi Corazón realizó a los llamados “Reyes del Desierto”, que llegaron de tierras muy lejanas para reconocer en la ciudad de Belén, el Nacimiento del Mesías.

Así, comprenderán cómo la trayectoria de sus vidas está trazada por la Voluntad de Dios y cuando las almas no viven la Voluntad de Mi Padre solo sufren y sufren.

En aquel tiempo, a Mis 21 años, bajo la compañía espiritual de Mi Madre Celestial y la ayuda interna de los primeros esenios que Me acompañaron en los planos internos para esa Misión, su Maestro y Señor primero llegó a los países árabes y, ante los grandes imanes de la época, el Hijo de Dios no fue reconocido externamente, Él fue reconocido internamente, solo al haber pasado por ese lugar.

En esa ocasión, visitando los pueblos árabes, Mi Padre Me dio a conocer la importantísima tarea que Él mismo realizó a través de los tiempos, en los orígenes de esos pueblos y de esas religiones; no solo revelando Sus Nombres Sagrados que eran pronunciados e invocados, sino también Él Me dio a conocer la Sagrada Geometría de Su Proyecto Divino para los primeros pueblos que habitaron este planeta.

Allí pude conocer el misterio de la Sabiduría de Dios, que Él sembró y colocó en los pueblos más antiguos del planeta.

Habiendo recibido esa instrucción, que era preparatoria para el momento de Mi gran entrega, su Maestro y Señor, a los 21 años de vida, siguió viaje hacia la India; y en esa ocasión fue para recordar y para recoger los frutos de esa experiencia que el Padre una vez realizó en Mi Consciencia, con otra faz y con otros trajes.

Fue en ese momento, en el que su Maestro y Señor recibió la revelación del misterio de la Compasión de Dios y, ante los reyes antiguos de la India, pude comprender, a los 21 años de vida, por qué en este mundo, y hasta los días de hoy, existe el sufrimiento, y cómo la esencia de la Divina Compasión es capaz de no solo liberar a las almas del sufrimiento, sino que también es capaz de absorberlas, transformando todas las condiciones y limitaciones humanas por el simple hecho de amar.

Si en la India no hubiera tenido esa experiencia, creo que no hubiera tenido la fuerza para beber del Cáliz en el Huerto Getsemaní.

Esa experiencia y esa misión concluyó en Egipto, en las tierras del gran patriarca Moisés, uno de los sucesores del Arca de la Santa Alianza. Allí se completó Mi experiencia preparatoria para que, retornando a Tierra Santa en los años siguientes, ya Mi Corazón estuviera pronto para vivir lo que vine a vivir por ustedes.

En las tierras de Moisés, en la región del Monte Sinaí, el Padre Me dio a conocer aún más la inmensidad de Su Misericordia, la infinitud de Su Piedad por este proyecto del planeta, por la redención humana, por todas las generaciones que llegarían después de Mí hasta los tiempos de hoy.

En ese sagrado lugar del Monte Sinaí, su Maestro y Señor pudo conocer la vida eremítica, porque en el absoluto desierto es donde encontramos solo a Dios para que nos quite la sed, para que nos consuele, para que nos fortalezca y para que nos renueve.

En ese sagrado lugar del Monte Sinaí pude presenciar, con Mi visión interna, los sagrados tesoros de las Jerarquías Espirituales del universo y todo lo que sucedería en los tiempos venideros con las generaciones futuras que tendrían la Gracia de despertar a la Conciencia Cósmica y de saber que la vida, en este planeta, es más amplia e infinita de lo que parece, que las generaciones futuras podrían saber que la vida no termina aquí y que la verdadera vida se encuentra en las estrellas, en los soles y en las constelaciones.

Cuando regresé a Tierra Santa, después de tres meses de viaje, Mi Madre Me esperaba en Nazaret. Allí, Ella también había vivido la misma experiencia, en Su estado de contemplación y devoción, acompañando cada paso del Hijo de Dios, porque sabía que esa misión que viví a los 21 años no era solo una iniciación, sino también una preparación para lo que vendría después.

¿Por qué creen que hoy les cuento todo esto? 

Mi finalidad no es que tengan más conocimiento, sino que crezcan en el amor, en el amor maduro que se entrega, el amor que los renueva, que los lleva a arriesgarse cada día más, a vivir mayores experiencias de amor por Mí, sin importar lo que signifique o lo que represente.

Muchos de ustedes, desde el punto de vista espiritual, se encuentran en los 21 años de su evolución; y aquí, compañeros, no tiene nada que ver la edad evolutiva ni tampoco la edad material.

Muchos se encuentran viviendo los 21 años de su evolución y están ante el umbral, ante la oportunidad de dar un gran paso, un paso más firme y más seguro, un paso hacia la madurez y hacia la responsabilidad. 

Esa madurez y esa responsabilidad les permitirá comprender, en este tiempo crítico, que ustedes ya no pueden estar primero en todo, sino que todo lo demás, que es más necesario y urgente que ustedes mismos, debe estar primero en sus vidas para que asuman la madurez espiritual y material, para que el Padre Celestial les entregue mayores responsabilidades y mayores tareas.

Muchos de ustedes podrían creer que no están prontos para esto. Pero recuerden lo que hace poco tiempo les dije, que el eje del planeta es sostenido por un finísimo hilo de Luz, ese hilo de Luz se debe fortalecer para que nunca se rompa, para que no se desarrollen más acontecimientos en la humanidad y en el planeta.

En este momento, la humanidad no tiene justificación ante Dios. Es el amor y la responsabilidad de mis apóstoles, es la madurez y la consciencia de Mis compañeros, lo que generará una verdadera justificación ante Dios, para que la Misericordia descienda y la Justicia Divina se detenga.

Sé que, a través de estas Palabras y de este Mensaje, coloco a sus mundos internos en una presión ardiente. Pero sepan que Mi deber es decirles la verdad y abrirles sus ojos, los ojos de la consciencia, pero también abrirles sus corazones para que no se cristalicen, para que no se endurezcan, para que nunca pierdan la sensibilidad ante la realidad de estos tiempos.

Como hace 2 000 años atrás, nuevamente esta historia se vuelve a repetir en el presente, con pocos haré todo lo que debo hacer. Pero este es el tiempo de Mis apóstoles, de los apóstoles maduros y disponibles, capaces de ir más allá de sí mismos, capaces de renunciar más allá de sí mismos, capaces de entregarse aún más por Mí.

En este último mes del año, y antes de que ingresen en un nuevo año, deben pensar y reflexionar sobre estas cosas, porque están en el momento de no solo poder recordar quiénes fueron, sino también están en el momento de saber para qué vinieron aquí y qué es lo que aún deben cumplir bajo la guía de la Voluntad de Mi Padre.

No vengo a pedirles que sean perfectos, les vengo a pedir que alcancen la perfección a través de la entrega y del servicio; porque quien confía en Mí no tiene por qué preocuparse, ni siquiera de sus propias miserias.

Porque a quien verdaderamente está Conmigo, Yo lo liberaré de sus cadenas y opresiones. Yo lo sanaré con Mi Mano Curadora y se liberará para siempre de sí mismo; y su alma no vivirá más en una prisión espiritual, sino que como un águila de luz volará hasta las altas cumbres de la Casa del Padre, para ser parte de Sus Divinas Moradas.

Este es el Mensaje que quiero dejarles a todos los que son fieles a la oración del corazón y en especial a los Encuentros de la Maratón de la Divina Misericordia.

A partir del próximo ciclo, serán ustedes, Mis compañeros y Mis amigos, los que deberán sostener a través de la oración misericordiosa todo lo que sucederá en el planeta; porque a los 21 años de su evolución, están en el momento cierto de dar el gran paso, sin que Yo esté presente. Pero tengan fe, porque desde lejos, desde Mi Gobierno Espiritual, estaré rezando por ustedes para que, algún día, sean Cristos.

Y ahora, en este silencio, que los invito a vivir internamente Conmigo, comulguen de Mis Palabras para que sus corazones estén prontos para lo que llegará.

Recuerden que Mi Madre es su Madre, y si el Hijo de la Madre de Dios entregó lo más valioso que tenía a los pies de la Cruz, entregó a Su Madre para cada uno de ustedes, ¿son capaces de creer que lo conseguirán?, ¿que conseguirán entregarse como Yo Me entregué?

Eso es todo lo que hoy quiero decirles, y les agradezco por tener la valentía de animarse a sentir cada una de Mis Palabras.

Recemos, frase a frase.

 

Oración: Cristo de la Luz.

 

Que esta Maratón sea el gran paso de los apóstoles para los tiempos que llegarán.

Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO 

El mundo necesita encontrar el Amor para salir definitivamente del sufrimiento.

Esto es lo único que espero: ver corazones que aman, corazones que viven por amor lo que Yo vivo por ustedes, aunque esté en los Cielos.

Hoy vengo a su encuentro para recordarles esta regla primera; porque los corazones que están desesperados, rendidos y entregados al sufrimiento y al dolor del mundo pierden la esperanza día a día.

Pero no olviden que por encima de todo está Mi Amor, un Amor que los fortalece para las pruebas, un Amor que los lleva al vacío, al encuentro predilecto con el Creador.

Ustedes, seres de la superficie de la Tierra, vienen de una Fuente de Amor, pero también de una Fuente de Sabiduría. No permitan que el Amor se apague en sus corazones, no permitan que la llama del Amor deje de arder dentro de ustedes, porque aquí está Mi Corazón que fue traspasado para que ustedes, en este tiempo, encontraran la Fuente verdadera del Amor.

Es este Amor de Mi Corazón que los convoca a amar y a servir, el Amor que reconstruirá a las familias del mundo.

Es el Amor que Yo los llamo a vivir, el que permitirá, en este ciclo, dar alivio a los que sufren y a los que emigran de sus naciones.

Hoy, sobre las palmas de Mis Manos, les traigo el Sagrado Corazón del Amor como una llama ardiente y divina que viene a ofrecerse por el mundo para poder sanarlo y convertirlo.

Ustedes saben que nunca les pediré nada que no Me puedan dar. Yo les pediré lo más simple, pero lo más verdadero, les pediré aquello que algún día les hará comprender absolutamente el Plan de Dios.

Hoy, a Mis Pies, contemplo y observo las grandes necesidades del mundo, las súplicas de los corazones por sí mismos y por sus familias, por sus naciones y por sus pueblos, necesidades que intento suplir una a una.

Pero ustedes, compañeros Míos, ¿se decidirán a ser el puente hacia Mi Sagrado Corazón?, esos puentes que se pueden extender en el mundo por medio del amor y del servicio incansable que ustedes le pueden dar a Mi Sagrado Corazón.

En este bendito mes del Sagrado Corazón de Jesús, Yo vengo a recordarles esto, porque la mayoría lo está olvidando fácilmente.

Sabemos que el mundo no está preparado para enfrentar lo que hoy vive. Pero desde los tiempos más remotos, cuando Yo estuve en la Tierra, les enseñé la regla primera del Amor, porque es la esencia pero también es la base de toda su vida espiritual y humana.

¿Cómo entenderán al que sufre, si no aman?

¿Cómo soportarán al mal, si no aman?

¿Cómo ampliarán su consciencia, si no aman?

Yo vengo a enseñarles primero el Amor en lo más simple, en lo más profundo pero en lo más verdadero, en lo que nadie puede ver ni percibir.

Es en ese Amor en el que necesito que hoy trabajen; en el Amor que se entrega sin condiciones, en el Amor que se entrega sin aspiraciones, en el Amor silencioso que no es percibido, en el Amor que siempre dice sí.

Por medio de Mi Mensaje, les derramo los Rayos de Mi Misericordia e ilumino a toda la Tierra para que las fuerzas que la aprisionan, que la condenan y la perturban sean disueltas por Mi Luz.

Reciban esta Gracia de Mi Corazón, la Luz de los Rayos de Mi Misericordia, para que la humanidad se cure y se redima, para que se alcance la paz y el fin de las guerras como también de todos los conflictos humanitarios.

Lleven esa Luz hacia el corazón y comulguen de Mi Sagrado Corazón para que se cumpla Mi gran Promesa ante el Padre, de que esta Tierra sea repoblada de Nuevos Cristos, de los que irán hasta el final diciendo sí.

Que sus corazones y mentes se vacíen en este momento, para que el gran misterio del Amor de Dios se revele a los corazones simples y humildes, a los que han despojado de su vida las tentaciones del mundo y toda distracción.

Hoy, deseo que contemplen Mi Corazón resucitado, el Corazón Eucarístico del Hijo de Dios, que como un Sagrario abre sus puertas al mundo para que todos puedan contemplar la Verdad, la Verdad que está más allá de todo mal y de toda adversidad, la Verdad que los llevará a la paz y a la unión perpetua con Mi Corazón Eucarístico.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestro Señor está mostrando, en este momento, de un forma clara y nítida, Su Sagrado Corazón con tres llamas de fuego que representan al Amor, a la Compasión y a la Luz; que, a través de un gesto de Amor paternal, Él ofrece Su Corazón al mundo, para que las almas más sedientas del Amor consolador de Jesús se reconsagren ante Su Presencia misericordiosa. En el silencio de Sus Palabras, Él ofrece este, Su Corazón.

Ahora, volvió a guardar Su Corazón en Su Pecho, pero Su Corazón aún está expuesto.

 

Para aquellos que tienen dudas, Yo retornaré.

Para aquellos que han perdido la fe, Yo retornaré.

Para aquellos que ya no creen en Mí, por ellos, Yo retornaré.

Para los que viven en el sufrimiento, Yo retornaré.

Para los que han muerto injustamente, Yo retornaré.

Y a todos resucitaré en espíritu, mente y cuerpo, para que estén Conmigo en Mi Reino, cumpliendo la promesa de una Nueva Humanidad, libre de las cadenas de la opresión, de la tristeza y de la angustia; una humanidad que será renovada por el Sagrado Espíritu de la Voluntad suprema de Dios.

Sobre el Altar de Mi Iglesia Celestial, tengo cientos de Cálices para ser entregados a las almas que se ofrezcan a beber de la Divina Sangre del sacrificio; a fin de que, por medio de la entrega y de la renuncia, reparen el Corazón del Hijo de Dios de los graves ultrajes que Él recibe diariamente, por todas las situaciones que hoy vive el mundo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestro Señor está mostrando Su Altar en la Iglesia Celestial, con ciento treinta y tres Cálices que guardan Su preciosa Sangre, la Sangre de la Transubstanciación. Él nos ofrece estos Cálices para que, espiritualmente, sean bebidos por nuestras almas, para los que se ofrezcan en consciencia y con discernimiento a asumir lo que hoy Él nos ofrece, como servicio espiritual y humano.

Para esto, los ángeles que rodean al Sagrado Corazón de Jesús, en este momento, toman los Cálices del Altar para llevarlos a las almas que los han aceptado, en los cuatro puntos de la Tierra.

Aquellos, que se ofrecieron a asumir un sacrificio especial, beban de ese Cáliz que los ángeles hoy nos ofrecen.

 

Mi noble Corazón quiere transformarlos en algo nuevo, en algo que desconocen, en algo en lo que no pueden tener control ni el más mínimo poder para poder cambiarlo.

Por eso, después de este Sacramento del Sagrado Cáliz, que algunos se ofrecieron a beber sin saber lo que eso significa ni lo que representa en sus vidas; Yo les pregunto, compañeros, ¿se decidieron a venir a vivir a Mi Corazón y a acompañarme en esta tarea planetaria, en este rescate silencioso e imperceptible de toda la humanidad, sea en las llanuras o en los valles, en los desiertos o en los océanos, en cualquier lugar del mundo?

¿Sus corazones están prontos?

¿Han meditado en lo que les dije en la última Sagrada Semana?

Mis Palabras no solo pueden quedar registradas; Mis Palabras deben ser vividas por cada uno de ustedes, porque cuando vivan Mi Mensaje, comprenderán la razón de estar aquí y la razón de vivir por Mí.

Eso es todo lo que hoy quiero decirles, porque necesito que, algún día, comprendan el misterio de Mi Amor y la razón de venir a su encuentro para instruirlos pero también para impulsarlos, porque quien está en Mí no perecerá, aunque pase su prueba más dura y difícil.

A las almas que aún no se animaron, las invito a vivir en Mi Corazón, a entrar en la escuela de Mi Amor eterno.

Antes de dejarlos con la solemnidad de la Sagrada Eucaristía, la cual volverá a palpitar a través del corazón de Aurora, en donde esa celebración estará siendo ofrecida para todos, quiero despedirme escuchando una canción que ayuda en su reconsagración a Mi Sagrado Corazón.

La oración al Sagrado Corazón de Jesús, hoy la ofrecerán con una solemne canción para que la alianza de las almas Conmigo sea más profunda y todo sea renovado.

Al final de la sagrada celebración eucarística, realizarán su síntesis de este trabajo de los impulsos de Mi Corazón misericordioso, por medio de una segunda canción que cerrará el ejercicio de todo este Mensaje que hoy, por Amor, les he traído.

Para eso, cantarán, al final de esta transmisión, “Corazón traspasado".

Escucho la canción al Sagrado Corazón de Jesús, y Yo los bendigo para que se levanten de donde han caído, para que siempre encuentren la paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El mundo ha juzgado el mensaje de la Madre de Dios, y aunque no hayan sido todos Mis hijos, esto ha tenido una gran repercusión en Dios.

El mundo no ha comprendido la razón de que Yo esté aquí, en la Tierra, pero aún vengo al mundo por los que Me escuchan.

Abriendo Mi Corazón y extendiendo Mis brazos hacia ustedes, hoy vengo a darles Mi mensaje y esto va más allá de toda credibilidad humana, porque Yo vengo aquí por una única razón, porque los amo y quiero el bien para sus vidas, así como Mi Hijo quiere la Misericordia para sus vidas.

El mundo no puede juzgar la Voluntad de Dios, porque no la conoce. Hoy hago silencio para que puedan reflexionar y no solo escuchar.

En este lugar, quedará la señal visible de que Nosotros hemos estado aquí, de que Nuestros Sagrados Corazones han estado aquí durante mucho tiempo.

Hoy no puedo decirles mucho. Tienen que comprender, hijos Míos, lo que les quiero decir a través de Mi silencio, porque es Dios quien habla a través del Corazón de Su Sierva.

Gran parte del mundo no acepta el Amor de Dios. Muy pocos hijos Míos se animan a sumergirse en el Amor de Dios para ser redimidos y transformados.

Hoy vengo como la Señora de la Paz, porque Mi Paz estará en aquellos que la busquen verdaderamente.

Dios Me ha pedido comunicarles algo importante, algo imprevisto y extraordinario. Primero lo deben saber sus almas, para que después lo puedan comprender sus corazones.

Le he dado al mundo mucho más de lo que necesitaba, para que la mayoría de Mis hijos pudieran sentir y reconocer este momento que viven Conmigo.

El Cáliz del sacrificio que hoy está ante ustedes, en las manos de la Señora de la Paz, fue bebido por muy pocos. Es la Sangre de Mi Hijo que quiere ser Sangre en ustedes para que, a través del sacrificio, Él pueda seguir salvando al mundo.

Estamos a las puertas de la Iglesia Celestial, en la que Dios escucha atentamente este mensaje. Su Consciencia Divina los está observando y contemplando, así como todas Sus huestes de Luz, arcángeles y ángeles, todos están siendo testigos de este momento.

El mensaje extraordinario que vengo a traerles en esta noche, con pesar en Mi Corazón, es que llegaré por última vez al mundo y al encuentro con Mis hijos, el día 8 de agosto, en el que la tarea de los Sagrados Corazones finalizará.

Si el mundo, hasta 8 de agosto, no se arrepintiera y no dejara de perseguir, la humanidad sentirá el movimiento de la Tierra, porque somos Nosotros, los Mensajeros de Dios, que a través de estos encuentros sostenemos al mundo y a la humanidad, para que pueda continuar adelante.

Hoy la dolorosa Madre clama por penitencia al mundo.

Hoy les digo lo mismo que dije en el tercer secreto de Fátima, que aún no se cumplió, porque una parte de ese secreto no ha sido conocido.

El Ángel de la Justicia de Dios dirige Su espada de fuego hacia la Tierra. Pero la Señora de la Paz, la dolorosa Madre, se coloca ante el Ángel para emanarle la Luz de Dios y soportar el castigo que le corresponde a la Tierra.

Mi deseo ardiente, hijos Míos, no es abandonarlos ni tampoco dejarlos, pero algunos no fueron justos Conmigo y así no fueron justos con Dios. Ni la Iglesia ni la humanidad conoce la Voluntad de Dios.

Reordenaré el universo y todas las potencias celestiales para que, en el tiempo que Me queda entre ustedes, Yo pueda atraer hacia Dios a las almas que aún no se arrepintieron ni tampoco se reconciliaron con lo Alto.

Desde ahora hasta el 8 de agosto, aspiro y oro incesantemente para que la humanidad mejore y, así como fue muchas veces, que las puertas de este Centro Mariano puedan volver a estar abiertas para despedir a la Mensajera de Dios, después de estos doce años.

La verdad emergerá y los corazones ya no se confundirán, porque sabrán que la Madre del Cielo siempre estuvo aquí, reuniendo a Sus hijos en Amor y en Misericordia.

Deberán seguir rezando para que, desde el Cielo, su Reina y Madre pueda seguir intercediendo por ustedes, aunque ya no pueda venir aquí.

Mientras estoy aquí con ustedes estoy rezando, porque los quiero y los amo. Quiero la verdad para sus vidas y el fin de la ignorancia en la superficie de la Tierra.

Después del 8 de agosto, será el gran momento para que todos coloquen en práctica todo lo que les he dictado, de ejercer el amor por encima de toda condición para que el Amor de Dios siga triunfando hasta que retorne Mi Hijo y cumpla Su gran promesa.

Recemos de corazón, de alma y de espíritu, para que siempre se cumpla la Suprema Voluntad.
 

Padre Nuestro (se repite tres veces).
 

Hoy llevaré esta oración al Padre, como un eterno agradecimiento de los corazones que se unieron, en estos doce años, a la Madre de Dios, y que más allá de las dificultades y de las pruebas, llevaron adelante con valentía y coraje los pedidos de la Virgen Santísima.

La Señora de la Paz, la dolorosa Madre, les agradece por haber respondido a Mi llamado.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Cerramos esta transmisión agradeciendo y reverenciando en este momento.

Nos despedimos escuchando este instrumental.

Gracias a todos.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE SAN PABLO HACIA EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Cuando un cáliz se eleva para la consagración, los Códigos Divinos son depositados para que su contenido se transubstancie y se convierta en la Sangre de Jesús.

Cada vez que un cáliz es ofrecido en el altar para la consagración y se recuerda la dolorosa Pasión de su Señor, las Gracias descienden y, en ese momento de profunda celebración y de íntima comunión con los aspectos de Cristo, las almas tienen la Gracia de recibir el perdón absoluto y tienen la oportunidad de renovarse a través de la revelación, en este caso, de la preciosísima Sangre de Cristo.

Cada vez que un cáliz es ofrecido y es elevado en memoria de la Pasión de Jesús, la vida sacerdotal del planeta es renovada y todo lo que es corrupto se vuelve incorrupto por la Gracia que trae la Sangre de Jesús.

Cada vez que estén ante una nueva celebración eucarística tienen que recordar que el valor, el poder y la fuerza de la Sangre de Jesús y de todos Sus méritos permiten conceder una expiación a quien la necesite y se arrepienta de corazón.

¡Les agradezco por celebrar de corazón los Misterios Sagrados de Cristo!

Los bendice,

Su Maestro y Señor, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FRANKFURT, ALEMANIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mi Divina Sangre espiritual sigue siendo derramada sobre el mundo como grandes e infinitos códigos de luz, y el cáliz del corazón de algunos seres conscientes se ofrece para guardar y proteger el Legado espiritual de su Maestro y Señor.

Mi Divina Sangre trae la gran justificación que necesita la humanidad para poder estar ante el Creador y, así, poder reparar todos los pecados cometidos.

Los corazones humildes que se ofrecen como cálices y receptáculos del Legado de Cristo son los que llevarán consigo una experiencia de amor y de devoción que se irradiará a toda la Tierra.

Por eso es importante seguir los pasos del Señor para que, dentro de la consciencia humana, todo sea transformado y elevado.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Su Maestro y Señor, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Caminar hacia Belén es ir al encuentro de lo desconocido, vacíos de expectativas y plenos de la certeza de que el Plan de Dios y Sus promesas se están cumpliendo.

Caminar hacia Belén es seguir la Voluntad del Padre, manifestada en los acontecimientos de sus vidas, con paz y gratitud, en la certeza de que todo se cumple según los designios celestiales.

Aunque el camino sea largo y cansador, aunque los alojamientos estén con las puertas cerradas y la humillación sea el cáliz que Dios les da a beber, sigan caminando y confíen.

Caminar hacia Belén es ir despojándose de sus sueños, aspiraciones y deseos; despojándose de sus planes y pensamientos sobre cómo se debe cumplir el Plan de Dios, porque el Creador siempre los sorprenderá.

Caminar hacia Belén es ir dejándose transformar y pulir por el camino, para que, al llegar a ese sencillo pesebre, comprendan finalmente la Voluntad del Creador y den gracias por Su Sabiduría.

Caminar hacia Belén es saber acoger, en su interior, las dificultades y las pruebas y, aun después de tantas humillaciones, estar dispuesto a perdonar, así como Aquel que se gesta en su interior y que vendrá para perdonar todas las cosas.

Caminar hacia Belén es saber decir siempre “sí” a Dios y perseverar, aun cuando los hombres les digan “no”.

Caminar hacia Belén es dar permiso para que la vida nueva emerja y no tener miedo de todas las correcciones y transformaciones que este hombre nuevo producirá dentro de ustedes y en la historia de la Tierra.

Llegar a Belén y dar a luz es el primer paso de un nuevo ciclo. Es allí, en Belén, donde comprenderán la Voluntad Divina para este planeta, pues encontrarán humildad, simplicidad, unidad entre los pueblos, culturas, religiones y corazones y, por encima de todo, el amor que renueva todas las cosas. 

Déjense guiar hacia Belén y allí todo comenzará a cumplirse. Este camino se guarda en su interior. Tienen Mi bendición para encontrarlo.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 5, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Póstrense ante Mi Corazón y beban de Mi Misericordia.

Los tiempos de oscuridad llegarán para el mundo, pero pocos los aceptarán. Feliz y verdadero será aquel que vive en Mi Corazón porque no perecerá.

Hoy les traigo la Luz de Mi Santísimo Corazón Eucarístico. Por eso, delante de los Tronos de Dios, ustedes también, pecadores, deben honrar al Hijo de Dios porque lavó vuestras impurezas, colmó vuestros corazones y alivió toda desesperación.

Beban de la Fuente de Mi Corazón espiritual que se derrama en esta hora sobre el mundo, Luz que camina por encima de vuestros seres y se extiende como un Manto de Luz por el planeta.

Vean a Mi derecha el infinito y a Mi izquierda el fin. Vean sobre Mí a la Trinidad y debajo de Mis pies, al mundo. Vean Mi mano que señala el Corazón.

No pierdan este momento que los absuelve. Sientan y no busquen comprender. Las puertas del mal se están cerrando para muchos y Mi victoria se establece una vez más sobre la Tierra.

Postraos en el suelo como los apóstoles del pasado. Reverencien al Hijo de Dios, Quien ha venido a ayudarlos en Misericordia y esplendor.

Contemplen Mi Corazón Eucarístico. Él aún está presente ante vuestros pequeños espíritus.

Reverencien a los ángeles que adoran a Mi Corazón y participen de esta Comunión celestial que hoy estoy ofreciendo para todos. El Cielo está ante vuestros ojos. Aunque no lo vean, él reside en vuestros espíritus.

No busquen comprender con la mente. Esta Comunión que hoy les ofrezco, va más allá de este Universo material. Aquí están frente a otro Reino que nunca han visto ni conocido. El Reino de la humildad y de la pobreza de Dios.

Si están cansados, descansen en Mis Brazos, pues Yo los espero en la invisible presencia de Mi Corazón.

Jesús nos está mostrando un Cáliz que lleva entre Sus Manos y Él está rodeado por diferentes Jerarquías angelicales, de diferentes formas y aspectos. Él está transfigurado en luz y por detrás de Él existen otros universos que llevan hacia el infinito, hacia un principio. Esta luz no solamente se expande aquí. El Maestro la está llevando hacia los cinco continentes. Él está levantando a muertos de espíritu en los cinco continentes.

Mientras está aquí, Jesús dice:

Permito que digan todas esas cosas, para que perciban que no estoy aquí por acaso o solo para visitarlos. Mi Espíritu prepara a los Nuevos Cristos; Cristos que nacerán de los más imperfectos, de los más impuros, de los negados y perdidos en la vida espiritual.

Por eso Yo los congrego como un solo rebaño y hoy solamente podrán estar delante de Mí postrados en el suelo, pues Dios es lo que permite para que Yo esté aquí celebrando, con ustedes y con muchas almas redimidas, la Comunión espiritual con Mi Divinidad que es lo que hoy se revela a todos en el mundo que creen en Mí.

Lloren y liberen vuestras angustias. Vuestra hora está llegando. La hora de la paz.

Los ángeles están depositando un líquido dentro del Cáliz del Señor. El Cáliz se enciende como un corazón y palpita en luz, en luz dorada.

Quédense quietos. No están solamente delante de Mí sino de Emmanuel.

Aquel que no resista postrado en el suelo que se siente con cuidado, para no desactivar lo que Dios está construyendo y, como si no pisaran el suelo, sientan la levitación de Mi Luz que los deja sublimes y más puros, libres de manchas y de deudas.

Anímense a tocar con vuestras manos Mi Espíritu invisible, pues estoy llegando al centro del corazón de aquellos que hoy se abren, humillados, a recibirme. No pierdan ni un momento Conmigo, pues estos son los últimos antes del gran Armagedón.

Sientan Mi Luz en vuestros corazones, la Luz que alivia y que cura, que libera y que perdona vuestras acciones pasadas. Y así, esto repercute en la consciencia de vuestro mundo.

Los ángeles depositan cristales a los Pies del Señor, de diferentes colores y formas, y el Señor dice:

Yo les traigo a través de este ejemplo, la presencia de vuestro origen, el origen del Proyecto Original, que está escrito para esta humanidad.

El Arcángel Metatrón acaba de aparecer a la derecha del nuestro Señor, tiene en su frente una luz fuerte y de su pecho emana fuego, el cual recoge con sus manos.

Otras Jerarquías angelicales recogen este fuego y lo llevan para los cuatro puntos de la Tierra, en una velocidad incalculable. Es como si estuvieran aquí y en otras partes del mundo al mismo tiempo. Ellos están entrando en ciudades, en pueblos y en continentes. El Señor muestra que allí existen conflictos y ese fuego todo lo disuelve, en la luz y en la armonía.

Levántense. Ya vuestros cuerpos están cansados, pero la tarea continúa. Permitan que Mi Luz resida en ustedes y salgan de aquí transformados, sin haber perdido el tiempo durante estos días.

Mientras estoy aquí, con ustedes, estoy con todos. Esta Comunión no ha terminado y les enseño, Mis compañeros, que cuando no puedan comulgar Conmigo, lo hagan a través del espíritu, porque así también será verdadero y tendrán memoria, en este día y en los días que vendrán, de lo que hoy he vivido con ustedes, todo lo que Yo les he traído en nombre de la Gracia y de la redención. Recuerden este ejercicio de Comunión Eucarística con Mi Corazón.

Y ahora cantarán al Cristo del Amor que reside en ustedes. Pero cantarán suavemente, como una madre hace dormir a su niño.

Coloquen sus manos en señal de donación, pues la Comunión con Mi Espíritu aún continúa. Mientras cantan, recojan hacia vuestros corazones la Comunión con Mi Espíritu, código perfecto para la redención. Una vez más.

Pueden recoger vuestras manos hacia el corazón y reconfirmar el voto que han hecho Conmigo para esta vida, cada uno en su grado de entrega y de confianza, a Mi Corazón misericordioso. De la misma forma, que lo hagan todos aquellos que Me escuchan, en los cuatro puntos del planeta, pues la Comunión se está extendiendo hacia la esfera planetaria, al espíritu del planeta que ha sido muy flagelado por todos ustedes, antes de Mi venida al mundo y después de Mi Resurrección hasta los días de hoy.

Vean cuán grande es el pecado de la humanidad y qué insondable la Justicia de Dios, pues Mi Misericordia está sustentando muchas cosas; pero el día del Juicio final llegará y, para ese momento, los preparados y los más inconscientes deberán estar prontos. Allí Yo solo separaré la paja del trigo, lo verdadero de lo falso.

Y ahora en unión con el universo de este planeta, que es colmado por las esferas de Adonai, reciban en gloria y en honra para este día de resurrección, en este Universo material, la Presencia de Mi Cuerpo Eucarístico, el cual después que Me haya ido hoy de aquí, contemplarán, adorarán, se compenetrarán de Mi Corazón y de Mi Espíritu, por cinco minutos. Hoy instituyo la Adoración planetaria.

Cubran vuestras cabezas con las capuchas y lienzos, todos aquellos que tengan, en acto de amor y de devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Repitamos en honra al Dios de las Alturas, para que a través de esta oración, concebida por Mi Espíritu universal y omnipresente, las almas reciban la esencia de Mi Misericordia. Y hoy en este lugar, como en los Centros Marianos, la Santa Custodia de Mi Corazón estará abierta para aquellos que quieran beber de Mi manantial de Gracias, a través de la sagrada Adoración.

Con fe y esperanza ante los Tronos de los ángeles y arcángeles y del Reino de la humildad y de la pobreza de Dios, repitan de corazón:

Sagrada Custodia de Luz,
símbolo del Dios Universal,
irradia Tus principios sobre el mundo,
disipa todas las crueldades del mal,
construye con Tus rayos solares
la nueva esencia de la humanidad.

¡Oh Sagrada Custodia de Luz!
Presencia insondable del Hijo de Dios,
redime todo los creado,
restaura todo lo dañado,
restablece, ahora y siempre,
el Código Crístico del Rey Universal.
Amén.

Catorce campanadas.

Felices de aquellos que comulgan con Mi Corazón, porque así se preparan en este día de resurrección para la fiesta de la Misericordia. Recuerden ese sagrado pedido.

 En comunión con lo Alto, los despido compañeros, en esta Sagrada Semana de redención y de paz para las almas consecuentes y para todos los espíritus del mundo que buscan perpetuamente la esencia de Mi Amor.

Yo los bendigo bajo el poder que Dios Me ha concedido, como Su Hijo glorificado y amado, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 Que toquen las campanas para anunciar el día de Mi Resurrección. Y ahora canten a Dios el Aleluya.

 Canción: Aleluya.

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido.

Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.

El Señor quiere escuchar de vuestros labios, que proclamen: ¡Gracias Redentor por cuánto nos das!, por siete veces.

Vuestro día de gloria ha llegado, a pesar de las consecuencias que viva el mundo no abandonen Mi camino, porque Yo vendré a buscarlos en la hora definitiva.

Les agradezco. Paz para el mundo.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Por la protección de Cristo, Mi Hijo Amado, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, Mis Brazos les traen regocijo, maternidad y amor, pero Mi Corazón también les trae dolor de parte de este mundo; y eso, queridos hijos, es lo que hoy, en este día trece, les vengo a anunciar. 

Tantos años han pasado de Mi Presencia en Fátima, y aún Mi Corazón sigue triunfando en este mundo. Por eso, hoy les pido, queridos hijos, que tengan presente estas Palabras en sus corazones, porque en el fin del tiempo las comprenderán. 

Necesito perpetuamente de todos ustedes, de sus corazones y de sus acciones. Todas las oraciones son bienvenidas en el fin de este tiempo. 

Sepan, queridos hijos, que Mi gran dolor hoy se ve, ya que observa la gran condenación de almas que existe en este mundo; aunque estén aquí, en esta vida, sobre esta Tierra de Dios, ellas se condenan al fuego del infierno.

Por eso, hoy Yo los invito, queridos hijos, a que reparen sinceramente el Corazón de Mi Hijo a través de las buenas acciones de paz y de amor, porque está cerca un nuevo tiempo en el que muchas cosas serán reveladas a la humanidad.
 
Todos los secretos que Yo he derramado a lo largo de los años, algunos en Medjugorje y otros aquí, serán revelados a su debido tiempo, Mis queridos hijos.

Para que todo se pueda reparar con rapidez y con amor, es necesaria la oración del corazón. Deben coligar sus espíritus con el Altísimo, con el Único Padre, para que puedan estar dentro de Su Protección y de Su Paz. 

Hoy, también les digo, queridos hijos, que Mi última llamada está siendo pronunciada en este tiempo; y cuando Yo repito esta frase, tantas veces, es para que sus pequeños corazones Me puedan escuchar. 

Por eso, es necesario, queridos hijos, que vivan la reconciliación y el perdón. Yo les digo verdaderamente, hijos Míos, que están a tiempo de poder vivir estos atributos. 

Algunos de Mis hijos de esta humanidad deben vivir esos principios en este fin de tiempo. Ustedes deben llenar el Cáliz en el Corazón del Señor, el Cáliz que representa al Corazón de Mi Hijo, a través de la oración y de su entrega, porque Su Corazón está siendo muy flagelado. 

¿Quién sacará las espinas de Su Corazón, que son generadas día a día, tiempo tras tiempo?  
Por eso hoy, queridos hijos, les digo nuevamente que están a tiempo de poder mudar su condición de vida mediante la oración y la activación de su fe; porque todas las Palabras que ya han sido derramadas tienen un motivo especial para sus corazones: la conversión.
 
Cada movimiento que hagan en su vida debe ser donado a Dios; porque así, Él contemplará desde ustedes las buenas obras de paz y de caridad. De esa forma, queridos hijos, sus corazones estarán iluminados y guiados, y podrán seguir el camino hacia Mi Hijo.

Porque hoy, en verdad, les digo, queridos hijos, que muy pocos creen en la Venida del Redentor; pero ese tiempo está cerca y los templos, que son Mis hijos, los corazones de todos Mis hijos, deben estar preparados.

Cuando Yo les hablo que están a tiempo, es que están a tiempo de donar amor y paz, dejando de lado cualquier crítica que nazca desde su corazón. En este tiempo, deben buscar la pureza; porque así, Yo podré decir, queridos hijos, que sus corazones están iluminados. Ellos serán un templo cristalino para el Altísimo, para Mi Dios. 

Muchas cosas están mudando dentro de Mis hijos; por eso, diariamente los invito a la oración. La oración debe llegar hasta los sueños, debe repetirse perpetuamente desde el corazón. Porque en este tiempo, hijos Míos, ustedes deben crear barreras de luz para que puedan estar protegidos de todo, durante las horas de su vida y más allá de su vida. De esa forma, queridos hijos, Yo solo les pido que estén unidos al Reino Celestial del Creador.

Yo también les pido, queridos hijos, que no bajen más los brazos, sino que alcen sus ojos hacia la Misericordia de Mi Hijo. El manantial aún está abierto y aquel que aún no bebió de esa fuente prodigiosa, es invitado a beber para saciar la sed que Yo veo en muchos corazones. 

Mi Hijo espera derramar Sus Rayos, pero ¿dónde están los instrumentos del Creador? ¿Qué están haciendo de su vida? ¿Cuánto tiempo le dedican al Señor?

Queridos hijos, estamos en los tiempos finales. Lo que escribió Juan, hace mucho tiempo, en la Biblia, ya está pronto para revelarse.

No son tiempos normales, queridos hijos, abran vuestros ojos a la Luz de Mi Corazón y eleven sus súplicas hacia Mi Ser, porque Mi Corazón todo lo siente y todo lo sabe.

Y si hoy Yo no Me muestro a todos ustedes, es porque estoy respondiendo a Dios. Yo los estoy invitando a amar los misterios que comienzan a vivirse a través de la fe y de la devoción a Mi Inmaculado Corazón. 

Por eso, en este tiempo, queridos hijos, la propuesta primordial es la paz, la conversión y la oración. 

Nuevamente, les digo que se animen a vivir estos principios y no se dejen superar por los conflictos en sus internos. Eleven todo a través de la oración, porque así Mi Inmaculado Corazón los guiará. 

En este tiempo tan definitivo, en ustedes, queridos hijos, está la llave para abrirme la puerta y así Yo los podré llevar hacia Mi Hijo, que los necesita y los espera silenciosamente.

Como Reina de la Paz, hoy también les digo que están siendo muy bendecidos a lo largo de este tiempo y, ustedes, Mis queridos hijos, deberán responder por todo lo que están recibiendo. 

La primera respuesta es la paz en el corazón.

La segunda respuesta es el amor a sus hermanos.

No quiero ver en sus corazones ninguna disociación porque Mi Luz, la Luz del Altísimo, está viniendo a su encuentro. 

¿Será que Mis pequeños han percibido esto?

¿Dónde está su pensamiento?, ¿está unido al sentimiento del corazón?

Deben encontrar la paz que Yo les estoy prometiendo, a través de su sincera unidad Conmigo.

Como Madre, como Reina de la Paz, como la Madre de Nazaret, al igual que como lo hice con Jesús, quiero llevarlos en Mis Brazos para que estén dentro de la eternidad del Señor y sepan que Él es Misericordia.

Por eso, hoy también, queridos hijos, los invito a ser pacificadores de Mi Misión, aquí en la Tierra. Sus corazones deben ser espejos de luz en el mundo, códigos de amor y de paz que transformen a los corazones heridos.

Es necesario, hijos Míos, tener servidores y seguidores donados a Mi Inmaculado Corazón, para que Mi Paz se pueda difundir a través de la armonía y de la unidad. Así, brotará de ustedes la fraternidad, porque el Corazón de Mi Hijo estará en ustedes y sus almas estarán en Mi Hijo, en una unión perfecta de amor y de grandes prodigios en este tiempo. 

Es necesario, queridos hijos, tener legiones de amor; almas donadas a Mi Corazón que puedan obrar Conmigo para alcanzar la paz. 

Mi único pedido, en este fin de tiempo, es que ustedes hagan triunfar Mi Inmaculado Corazón, porque a través de Mi Corazón los Rayos de Mi Hijo estarán presentes como fuente de Paz para el mundo y de mucha Misericordia; sobre todo, queridos hijos, para los que la necesitan, los que han caído delante de Dios. 

Dios escucha la canción del corazón de ustedes, que nace del alma y que les permite mantener una unidad con la Fuente del Amor. A ese ejercicio, queridos hijos, ustedes deben retornar para estar dentro de Mi Paz, muy importante para sus corazones. 

Mi Alma fue glorificada por el Señor cuando el Espíritu de Dios entró en Mi Corazón. 

Por eso, Yo los invito, hijos Míos, a elevar la mayor plegaria del corazón a través de la alabanza al Altísimo, para que los Cielos, a través de Mi Corazón, puedan expandirse sobre el mundo y muchas almas puedan ser tocadas por Mi Luz, sobre todo aquellas que esperan hace mucho tiempo el perdón.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Que suenen las campanas, dice Nuestra Señora, para alabar a Dios.

Canción: “Magnificat”.


Mi alma bendice al Señor y a todos Mis hijos que se unen a Mi Corazón. 

En este momento, a través del Espíritu Santo, de la verdadera señal de Luz para todos Mis hijos, los bendeciré y bendeciré este arquetipo de Mi Inmaculado Corazón. También bendeciré, en este momento, queridos hijos, en nombre de la humanidad y del Poder del Amor de Mi Hijo, cada uno de sus orandios; por eso, Yo les pido que los eleven hacia Mí.
  
Que la Gracia Eterna del Padre, el Poder Misericordioso de Cristo, y el Amor y la Sabiduría del Espíritu Santo bendigan a Mis pequeños hijos y a estos pequeños instrumentos de paz para que, a través de la simplicidad y la humildad de sus corazones, todos estén unidos al Único Dios, al Poder del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo por todos los siglos y la eternidad; con la misión de que se concrete, en este plano, el Plan Divino de Dios y la conversión, como la salvación, despierte en cada uno de Mis hijos. 

Como Señora de las Gracias y Madre de todos los hijos del mundo les doy también Mi bendición maternal, el poder de Mi Amor, la fuerza de Mi Espíritu, la humildad de Mi Corazón, para que sean principios activos en sus corazones. 

Que la Misericordia de Dios, Su Compasión, Su Amor y Su Perdón, difundidos por todo el universo, alcancen la luz de sus corazones y que todos Mis hijos se unan a Dios por toda la eternidad. Amén. 

Les agradezco por contestar a Mi llamado, en este día trece.

Que el recuerdo de Mi Presencia, en este día, quede en sus corazones para siempre.

¡Les agradezco!


Madre María Shimani de Montserrat:

Vamos a hacer un breve relato, porque las Palabras de Nuestra Madre ya fueron más que suficientes para todos.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a relatar, ahora, algunos hechos que se fueron dando durante la preparación de la oración y que hablan sobre un pedido que nos hizo nuestra Madre a todos nosotros; un pedido muy importante para el fin de este tiempo, que Ella nombró como Comunión Reparadora de Jesús. 

Cuando estábamos en la preparación, Ella nos mostró algunas escenas que vamos a compartir; escenas que se fueron dando frente al Altar de nuestra Madre, como si fueran escenas en el plano físico y que se fueron desarrollando a medida que íbamos orando.
 
En un momento apareció un Hombre con una túnica blanca hasta Sus Pies, Él estaba encorvado hacia abajo, como si cargara algo en Sus Espaldas. Y lo que cargaba sobre Sus Hombros y Espaldas, mostraba que era el planeta. Ese Hombre llevaba una Corona de Espinas en Su Cabeza. Muchos hilos de Luz que salían de abajo del planeta, lo sustentaban.
 
Esos hilos de Luz eran sustentados por muchos ángeles y esa escena mostraba que el planeta estaba siendo sustentado por esa Luz. Aun así, ese Hombre seguía llevando el planeta en Sus Espaldas con mucho esfuerzo. En un momento, la imagen se acercó y nos mostró a Jesús, que estaba trabajando junto con los ángeles por el planeta. Jesús lloraba sangre.

Luego la imagen se desvaneció y apareció otra, la imagen muy luminosa de Nuestra Señora que estaba muy resplandeciente, muy viva.

Después, Jesús estaba sentado sobre un monte y Nuestra Señora se le aproximó como Madre. Jesús tenía en varias partes de Su Rostro gotas de Sangre. En ese momento, ya no tenía la Corona de Espinas, Él estaba en un estado de total silencio, de contemplación, irradiaba también dolor y mostraba Su Corazón que estaba rodeado de pequeñas espinas que, poco a poco, se iban profundizando en Su Corazón, y eso generaba dolor en el Maestro.

Cuando Nuestra Señora se acercó, hizo un movimiento muy particular. Comenzó a sacar, de adentro de Su Manto, muchos pétalos de rosas; y en ese momento, Ella nos observó y nos dijo: “Estas son las oraciones de Mis hijos”.

Ella se las ofertó a Jesús y comenzó a tomar cada uno de esos pétalos, que eran pétalos de luz, y a colocarlo sobre cada gota de Sangre, y cada pétalo secaba la Sangre en Jesús.  
Luego, también esa imagen se desvaneció hasta antes de la Aparición. 

Después, el Maestro, al que conocemos como Jesús Misericordioso, se acercó fuertemente, a dentro de esta casa y ya no tenía espinas ni Sangre en Su Rostro.

Él se colocó por encima de la imagen que está aquí, en nuestra frente, y detrás de Él había mucha luz celeste y coros de ángeles que lo acompañaban. Eran siete coros, siete ejércitos que acompañaban a la Misericordia de Cristo. 

En ese momento, Él emanó, como ya conocemos, los Rayos de Su Misericordia sobre nosotros. Él tenía Sus Brazos y Manos abiertas en señal de cruz e irradiaba Luz desde las palmas de Sus Manos hacia esta sala. En ese momento, nos dijo: “Ahora les diré qué es lo que acontece en este tiempo”. 

Los Rayos comenzaron a iluminar cada vez más fuertemente, irradiándose desde Su Corazón. Y, debajo de Sus Pies, Él nos mostró una escena: el Rayo rojo, derramándose como si fuera un río de Sangre y el Rayo azul creó también un río celeste de Luz.

En ese momento, a los Pies del Cristo, aparecieron dos imágenes diferentes. Una eran muchas almas que estaban cerca de las márgenes de ese río de Sangre, almas que estaban en sufrimiento y con mucho dolor, y que irradiaban también mucha incomprensión. A su izquierda, apareció otra imagen con un grupo de almas aproximándose a ese río celeste de Luz. Esas almas eran más luminosas, más leves, más cristalinas.

En ese momento, el Maestro nos dijo: “El Rayo rojo es el que purifica a las almas. Todas esas almas están siendo muy condenadas”. Luego continuó diciendo que aun aquellas que están en esta vida, son almas que se están perdiendo y que necesitaban de mucha oración. Luego nos dijo: “Muchas almas que están en diferentes partes de este mundo, y Yo Estoy derramando este Rayo rojo sobre ellas, Mi Sangre, para poder salvarlas”. 

En ese momento, el Maestro habló sobre las almas que estaban en el río celeste: “Estas almas son todos ustedes, una parte de la humanidad que está siendo purificada por Mi Agua, pero que está caminando en el Señor”.

Luego, el Maestro nos dijo: “¿Ven estas dos realidades?, la condenación y la salvación. ¿Será que ayudarán a aliviar Mi Corazón que está flagelado?”. 

En ese momento, Él nos mostró cómo las espinas se desprendían del Corazón de Jesús; y luego, esa imagen desapareció. 
 
Cuando llegó Nuestra Señora, como la Reina de la Paz, habló mucho sobre la reparación del Corazón de Su Hijo. Y, entonces, nos hizo un pedido que ya les dijimos al comienzo: la Comunión Reparadora.

Luego, dijo Nuestra Señora: “Necesito, en este tiempo, que el Corazón de Mi Hijo sea aliviado para que la Fuente de Su Misericordia pueda seguir derramándose y sus oraciones permitan que la Justicia sea leve en los corazones de todo el mundo. Ustedes pueden detener esto mediante la oración. Por eso, Yo les pido realizar la Comunión Reparadora todos los días viernes, por un tiempo”. Pero no nos dijo qué tiempo era ese, sin embargo, sabíamos que sería mucho tiempo. También nos dijo que era muy necesario realizar ese ejercicio de Comunión.

Luego, le preguntamos cómo acontecería esa Comunión Reparadora.

“Mi principal pedido es que todos comulguen para reparar el Corazón de Jesús. No solo necesito que ustedes estén en una buena sintonía, sino también en una verdadera oración”. Ella nos dijo que eso ayudaría y que esa Comunión sería realizada abiertamente para todos.  
Después le preguntamos cómo acontecería esa Comunión. 

Ella nos respondió: “Primero, ustedes deben tener la intercesión de un sacerdote que les brindará esa Comunión. También pueden hacer la Comunión en las Comunidades, de una forma muy simple, ofertándosela a Mi Hijo, porque de esa manera también estarán reparando el Corazón de Jesús”. 

Eso fue la primera parte. Después, en la segunda parte, Ella nos transmitió Su Mensaje.  
Después de todo lo que nos dijo, al comienzo de la Aparición, Ella también nos dijo que recibió el permiso de estar sobre Sus hijos. Por eso, nosotros nos dimos vuelta para verla y Ella comenzó a transmitir el Mensaje. Mientras transmitía el Mensaje, también imprimía Su Luz sobre todos nosotros.

Cuando rezamos la oración por los Centros Marianos, cada Centro Mariano iba siendo tocado por Nuestra Señora y entonces pudimos ver cómo era el efecto poderoso que tenía la oración, porque Ella en Su Corazón concentraba cada Centro Mariano. 

Así, finalmente, llegó el momento en el que Ella hizo la bendición y trajo en Su Presencia a Dios, que también derramó como Energía sobre nosotros. 


Madre María Shimani de Montserrat:

Ahora nosotros finalizaremos nuestra transmisión por Internet, cantando “Revelaciones de Aurora”.

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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