APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  Amén.

Vengo al mundo como el Espejo de la Paz para que Mis hijos puedan recordar que la Paz existe, pero que la Paz se disolvió, en estos tiempos, en muchos corazones.

Por eso, vengo como el Espejo de la Paz, trayendo con Mi Presencia el Universo Celestial, todas sus herramientas y atributos, trayendo a los Ángeles de Dios que reflejan la Jerarquía en los Universos Superiores.

Quiero que, a través del Portal de Mi Corazón, cada uno de ustedes vuelva a ingresar en Mi Paz, porque cuantos más ingresen en Mi Paz, a través del Portal de Mi Corazón, muchas situaciones serán resueltas y la furia no se desencadenará ni tampoco la adversidad en los corazones oprimidos.

Ahora, extiendo Mis brazos hacia ustedes para que se tomen de Mis manos y, como pequeños niños que aprenden a dar los pasos en la evolución, ayudados por la Madre Celeste, ingresen al Universo de la Paz. Crean que la Paz existe más allá de las situaciones de la vida, de los desafíos, de los aprendizajes o de las pruebas. 

Hijos amados, Yo Soy el Espejo de la Paz y, si están en Mi Corazón, estarán en la Paz de Dios, en la Paz de Cristo, a pesar de todo lo que se presente o se manifieste en este tiempo, porque Mi aspiración en este día es curarlos a través de Mi Paz.

La falta de Paz enferma al cuerpo y al espíritu, enloquece a la mente y perturba al corazón. Por eso, la falta de Paz lleva a las almas y al mundo al conflicto, a la desarmonía, a la ausencia de la fe.

Pero Yo, que Soy su Madre, la Madre que los aceptó desde la Cruz, la Madre incondicional y eterna, la Madre que ama y que los consuela sin condiciones ni reglas, quiero que ingresen al Universo de Mi Paz; porque de esa forma, hijos Míos, cada uno de ustedes y de sus hermanos comprenderán lo que les sucede en este tiempo, lo que atraviesan en este tiempo, lo que enfrentan en este tiempo.

Vamos juntos, en este ejercicio espiritual, hacia el encuentro de la Paz de Dios en el Universo Celestial, en donde Sus Espejos Celestes irradian, a la Creación y a toda la vida presente en el universo, los atributos regeneradores y curadores de la Paz.

Pequeños, Mis niños en evolución, es hora de que crezcan y de que se fortalezcan. Es hora de que maduren sus espíritus y forjen en sus consciencias el guerrero de Dios, el servidor sin condiciones, el apóstol incansable que entiende y que comprende la Voluntad de Mi Hijo, que es la Voluntad del Padre.

Por eso, aproxímense a los Espejos Celestes de la Paz y, ante el Universo Creador y todos los Ángeles de Dios, ingresemos en la consciencia de los Espejos de la Paz, sagradas emanaciones de Luz Celeste que purifican a los mundos internos, que fortalecen a las almas, que encienden en los corazones la llama viva de la fe.

Contemplen, a través del Corazón de su Madre, los Espejos de la Paz para que, a través de ustedes, instrumentos del Padre, la Paz se refleje en el mundo y se establezca en las almas que la han perdido.

En los Espejos de la Paz existe un misterio que hoy será develado: cuando Dios pensó en la Creación, en el absoluto vacío y en el profundo silencio del universo, ¿saben qué pensó Él, a través de Su Mente Creadora? 

Que, en sus semejantes, en todas las criaturas que Él crearía, existiera la molécula de la Paz en el centro de la esencia de cada ser.

Por eso, todo lo que han vivido a través de los tiempos e incluso en las diferentes civilizaciones han sido situaciones que los han llevado a perder la Paz. 

En todo lo que viven, en este momento, son invadidos y hasta impregnados por diferentes informaciones o situaciones. Todos los estímulos de esta modernidad que los llevan a la desconexión espiritual, tienen el fin de quitarles la Paz, y al estar desconectados de Dios, de Su Fuente, sus cuerpos se enferman, sus espíritus son oprimidos, porque no encuentran la Paz.

Hay una sola herramienta, un solo instrumento común para todos, que los llevará a recuperar la Paz. Y al recuperar la Paz, a pesar de lo que sigan viviendo o experimentando, no perderán la fuerza espiritual, la valentía, el coraje, el ánimo de servir a Dios y de vivir el sacrificio. Ese instrumento es la oración del corazón. 

Por eso, en este tiempo, para que ustedes y sus hermanos recuperen la Paz, deben unir aún más su verbo con el Verbo Creador de Dios; para que, en esa fusión interna y en esa unidad inextinguible, sean guiados hacia la Fuente de la Paz, y todo lo que suceda en este tiempo y lo que sucederá en los próximos tiempos no les quite la Paz, sino que sean portadores de la Paz, instrumentos de la Paz de Cristo que, en consciencia y en unidad, preparen Su Retorno.

Él necesita tener Espejos de la Paz de la Madre de Dios, ¿quién se ofrecerá?, ¿quién se postulará a ser un Espejo de la Madre Divina?, ¿atraer, hacia la Tierra, los Atributos que fueron ultrajados, interferidos y disueltos en muchas consciencias?

A través de la oración, deberán seguir uniendo el Cielo y la Tierra, sus almas con Dios, el planeta con la Fuente Divina. No hay otra salida. Cada uno, viviendo la oración del corazón, vive la Paz y aprende a cargar con su cruz, a pesar de lo que suceda o del peso que ella represente.

Ahora, vuelvan su mirada al interior, coloquen sus almas delante del Espejo de la Paz. Y todos juntos, unidos a Mí, en este momento, restableceremos la Paz del Padre Celestial en los mundos internos y, desde los mundos internos, en todo el planeta, para que las consciencias y las almas sean aliviadas, recuperen la fe y la confianza en el Padre y todo sea curado y renovado. Para eso, cantaremos la palabra “Paz” como un sagrado mantra de elevación y, así, encenderemos los Espejos de la Paz del Universo Celestial.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Descendiendo la Luz de los Espejos de la Paz y abarcando a todas las consciencias del mundo, llegando a cada corazón de este planeta.

Inspiramos.

 

Recuerden que Yo Soy la Reina de la Paz, y que siempre pueden buscar la Paz a través de Mí, sabiendo que, más allá de todo, Dios los ama y los bendice a través de Su Amor Eterno.

Mi Corazón recoge todas las intenciones que fueron depositadas, a través de los corazones orantes, en este día de reencuentro Conmigo.

He pedido que, a través de la Comunidad Flor de Lys, hoy fuera colocada una cesta de intenciones a los pies de Mi Altar y una oferta sincera y honesta en nombre de toda la humanidad y de todos los que aspiran recibir una respuesta de lo Alto.

Hoy, esta cesta que está a Mis pies, no solo será atendida como Dios lo ha pensado y como el Padre lo determine, sino que también estas intenciones serán respondidas como una instrucción para todos Mis hijos.

A través de este ejemplo, los invito a fortalecer la fe en la oración para que sus pedidos e intenciones sean elevadas al Padre de forma correcta y, por encima de todo, siempre busquen el bien común y la necesidad de todos, para que todos reciban las Gracias que necesitan.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Primera intención de un hermano de la Comunidad Flor de Lys: 

"Humildad, concede al mundo la Gracia del despertar y que puedan conocer y sentir Tu Amor".

Nuestra Señora responde que en eso ha trabajado, en este día, con todos los que han escuchado este Mensaje. 

 

"María, haz que esta humanidad conozca el Amor Verdadero".

El Amor Verdadero, dice nuestra Madre, lo encontramos en nuestra abnegación, en nuestro servicio incansable por los otros y por el Plan de Dios.

 

"Por el alivio del sufrimiento de todos los niños del mundo y por todos los que dirigen las naciones".

Este es el principal propósito que tiene Mi Hijo, dijo la Madre de Dios: que los que dirigen las naciones y gobiernan los pueblos tengan consciencia de la fraternidad y de la igualdad, teniendo la oportunidad y la Gracia de que cuando retorne Mi Hijo conozcan el verdadero Gobierno de Sí.

 

"Ser expresión de la Voluntad y de la Verdad que desciende desde lo Alto y habita en nuestro interior y que, unidos a esa Fuente, seamos expresión de la Realidad Superior".

Fue una sincera intención, dijo la Madre Divina.

 

"Madre, que las almas, de los lugares más oscuros de los abismos, sean rescatadas por Tu Amor y llevadas hacia el Reino de Dios".

Ella dijo que agradece por tener consciencia de esa intención.

 

"Que todos tengan la oportunidad de seguir los pasos hacia Cristo. Por todos los sacerdotes".

Dijo la Madre de Dios que Su principal fortaleza son los sacerdotes, cuando ellos consiguen cumplir con los pedidos de Cristo, porque los sacerdotes son Sus hijos predilectos. Sin sacerdotes no hay unidad entre el Cielo y la Tierra, no hay comunión entre el Cielo y la humanidad.

 

"Por la Paz y la Cura en todo el mundo".

Eso fue lo que hoy hizo la Madre de Dios. 

 

"Que todos los que fueron llamados sean fortalecidos por Dios, en este tiempo de tribulación interna y externa. Y donde haya alguien que ore a Nuestra Señora encuentre la Paz para todo su pueblo".

Dijo María: ¡que así sea!

 

Y vamos con la última intención, entre tantas que fueron recibidas:

"Madre Divina que Tu Manto de Luz siempre me ilumine para llegar al Corazón de Nuestro Señor, Jesús Cristo".

Dijo la Madre Divina que por eso Ella trabaja eternamente e incansablemente.

 

Y así como he respondido a estas intenciones, que Mis demás hijos que escuchan en este momento, sepan que escucho las intenciones de sus corazones y almas, porque todo tiene su hora cierta.

Los bendigo, bajo los Espejos de la Paz de Dios.

Sean fuertes y valientes. Mi mano los guía.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN SANTA FÉ, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Eleven sus brazos en dirección hacia Mí.

Si ustedes aceptan verdaderamente recibir en sus vidas los dones de Mi Paz, reciban entonces, hijos Míos, en sus brazos, Mi Gracia y la Misericordia de Mi Inmaculado Corazón.

Depositen la primera Gracia en el suelo de esta Tierra, como símbolo de que están aquí para servir y donar siempre lo mejor al prójimo, para los que vendrán después de ustedes y que no tuvieron la oportunidad de estar Conmigo.

Una vez más, eleven sus manos y reciban una segunda Gracia. Esta Gracia, hijos Míos, la depositarán en sus corazones.

Hoy, vengo como su Madre y Reina de la Paz, pero también distribuyo Gracias porque están aprendiendo a confiar en Mi Inmaculado Corazón. Hijos Míos, esta Gracia que les entregué hoy será incomprensible para muchos, porque solo verán los frutos de lo que deposité en sus corazones en algún tiempo, cuando sus almas resplandezcan y en el suelo de Argentina, como en el del mundo entero en donde haya un ser orante que ore con sinceridad, pueda resplandecer la Nueva Tierra.

Cada día, hijos Míos, intento revelarles un nuevo misterio de Mi Reino para que, poco a poco, ingresen en una comprensión superior y retiren sus consciencias de las superficialidades de este mundo.

Sé que para muchos no es fácil comprender lo que les digo cuando les hablo de las cosas del Cielo, porque parecen tan distantes de sus corazones, pero Yo vengo a aproximarlos, hijos Míos, a Mi Reino que, en esta noche, le traigo al mundo.

Cuando les hablo sobre el Reino Celestial, estoy intentando aproximar sus corazones a las realidades sublimes, para que no teman cruzar los portales cuando se abran delante de sus ojos. Cuando a muchos les llegue el tiempo, hijos Míos, de abandonar este mundo, que puedan reconocer el Reino que Yo les describí, que sientan ante ustedes las columnas de fe y de amor de Mi Iglesia Celestial, que sientan el pulsar del Corazón de Cristo que irradia desde el altar de esta Iglesia, y que no teman ingresar en ella cuando llegue la hora.

Les digo esto porque Mi Corazón de Madre tiene una Santa Esperanza de convertir sus vidas y que un día sean dignos de comer de la Comunión Celestial en la Mesa de Mi Hijo. Tengo la santa esperanza, Mis amados, de reunir un día sus espíritus en una única fraternidad. Que puedan reconocer las civilizaciones del cosmos, que puedan reconocer la Creación como una Creación única, espíritus que caminan juntos en dirección al Padre.

Por eso, vengo al mundo y cuido cada detalle de sus vidas. Estoy con sus familias, intentando curar cada corazón y reconciliar a las almas con Dios para que no pierdan la oportunidad que recibieron en este mundo.

Es por eso, hijos Míos, que vengo a instruirlos desde las cosas más simples, que vengo a enseñarles a orar, pero también les muestro los misterios del Cielo, porque debo contemplar la evolución de cada consciencia e intentar elevar al más pequeño de Mis hijos a ese Reino.

Hoy, vengo a sembrar en sus corazones la confianza en Mi Inmaculado Corazón. Vengo a reencender sus esencias para que, por la Gracia de Mi Luz y por Mi Presencia viva dentro de ustedes, puedan iluminar los abismos que aún existen en esta Tierra.

Hijos Míos, desearía permanecer en este mundo, al lado de cada criatura; desearía vivir con ustedes las pruebas de los últimos tiempos; desearía extenderles la Mano para que crucen los portales cuando llegue la hora. No podré estar en todos los momentos de sus vidas; pero sí, Yo los observaré siempre y los acompañaré con Mi Corazón, mas deposito Mi Luz en sus esencias para que puedan ser sus espíritus despiertos los que guíen a otros cuando Yo no pueda estar tan próxima a la humanidad.

En este tiempo, vengo a crear una unión con cada corazón humano que responde a Mi llamado porque, de esta forma, hijos Míos, podrán ser el eco de Mi Voz que guía a los que están perdidos.

Esta Gracia que hoy les entregué, si tienen fe en que la recibieron, fecundará en sus esencias los principios de una nueva vida y, cada nuevo día, despertarán un nuevo don del Espíritu de Dios para que puedan profundizar en Mi Reino, aunque estén con los pies en esta Tierra.

Que sus consciencias, hijos Míos, no se limiten a este mundo, no se limiten a esta vida humana y no se prendan a ella, para que sean libres de cruzar las dimensiones y llegar a Mis Brazos.

Si se abren a descubrir las verdades celestiales, el peso que cargan de las situaciones del mundo se volverá pequeño o, por lo menos, no los hará sufrir tanto, como sufren hoy. Sé que algunos de Mis hijos aún no pueden comprender la Voluntad de Dios y no aceptan la purificación que viven por no comprender la justicia.

Hoy, les digo, hijos Míos, que la consciencia humana decidió aprender a través del sufrimiento. Esa no es la Voluntad de Dios, es una elección del hombre. El Creador está ávido por derramar Su Divina Misericordia sobre todos los que clamen, sobre todas las naciones que se abran. Y para que los que están adormecidos reciban la Misericordia Divina, necesitan intercesores, y estos, hijos Míos, deben ser cada uno de los que Me escuchan. Clamen por Misericordia, no solo para sus vidas, sino para todo este mundo, sobre todo para los que ignoran a Dios.

Hoy, tengo en Mi altar algo que quisiera colocar no solamente en Mi Inmaculado Corazón, sino también en el corazón de cada orante de este mundo.

Cada pequeño papel representa una vida, una historia, una familia, un clamor de Mis hijos de Venezuela. Sé que muchas intenciones no llegaron hasta esta cesta, pero Yo las conozco, hijos Míos, aun antes de que ustedes piensen en escribirme. Yo sé de la necesidad de sus corazones, sé de sus incomprensiones, de sus dolores, de sus dudas.

No solamente Venezuela se purificará. Todo corazón que vive, que pulsa, toda consciencia que existe en cada Reino de la Tierra, vivirá su purificación. La consciencia del planeta, como espíritu que los ampara, también se está purificando. Por eso, hijos, solo les pido que no pierdan la fe y que vivan cada acontecimiento de sus vidas como una oportunidad de afirmarse en Dios y de vivir el amor; porque, muchas veces, padecerán por la ignorancia de otros. Por más que hayan escogido aprender por el amor y no por el dolor, la mayoría de los seres humanos no hizo esa elección. Por eso, ustedes, en sacrificio y en entrega, así como lo hizo Mi Hijo, padecerán por el aprendizaje de otros.

Les traigo una cesta divina, para colocar no solo las intenciones por Venezuela, sino también la intención de cada corazón que hoy Me escucha. Díganme, hijos Míos, lo que más necesitan, en el silencio de sus corazones, y Yo los escucharé y elevaré sus súplicas al Padre.

Clamen por Su Misericordia y déjense impregnar por Ella.

Oren Conmigo:

Adonai,
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención
para este planeta.

(dos veces)

Eleven sus intenciones.

Adonai,
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención
para este planeta.

(tres veces)


En esta noche, Yo también llegué para consagrarlos, para renovar su confirmación de adhesión a Mi Plan de Amor, para renovar sus compromisos Conmigo. Mi Divino Corazón se alegra cada vez que un alma acepta responder a Mi llamado, cada vez que un alma se dispone a consagrarse como Hijo de María.

Sé que para muchos, hijos Míos, esta consagración no tiene importancia, pero este símbolo no solo es externo, es un compromiso que hacen Conmigo, de estar a Mi lado, de responder a Mis pedidos y de seguir la Voluntad de Dios bajo cualquier circunstancia.

Que vengan hasta aquí los hijos de María que se consagrarán hoy.

Yo los llamo a Mis Pies así como llamaba a los pastores de Fátima. Yo los aproximo a Mi Corazón, como aproximaba a Mi Hijo, y hoy quiero que vengan con la pureza de un niño.

Hace mucho tiempo que espero la confirmación de algunas de estas almas. Ustedes saben, hijos Míos, que muchos estuvieron Conmigo desde el principio, que muchos acompañaron a Mi Hijo y, en este tiempo, regresaron para preparar Su Retorno, para ser perdonados por Su Misericordia, para ser redimidos por Su Gracia, para ser colmados de Su Amor y convertidos por Su Espíritu, tornándose semejantes a Él.

Hoy, los reúno en Mi Altar, no solo para bendecirlos y consagrarlos, sino también para agradecerles por responder a Mi llamado y, desde ya, les agradezco por superar las pruebas que vendrán y por no desistir jamás de ser Mis hijos.

Desde ya, les agradezco por imitar los pasos de Mi Hijo Jesús, por esforzarse día a día, por mantener la propia fe y hacerla crecer en el corazón.

Desde ya, les agradezco por superar las pruebas de los tiempos que vendrán, por aferrarse al Reino de Dios cuando comience a caer el reino de este mundo.

Desde ya, les agradezco por ingresar en Mi Corazón, porque sé que intentarán hacerlo cuando se sientan perdidos y desamparados.

Sepan, Mis amados, que vendrán muchas pruebas y que tendrán que cruzar por algunos desiertos para forjar la fortaleza del espíritu.

Quisiera entregarles a todos el don de hablar en lenguas para que se torne más simple Mi llegada al mundo, pero con todo lo que acontece hoy en la Tierra, necesito despertar otros dones, como el don del Amor, de la Compasión y de la Misericordia, porque el Amor, hijos Míos, no tiene idioma, por sí solo es el idioma universal.

Los coloco bajo Mi Manto y consagro sus espíritus y sus vidas para que proclamen eternamente Mi Paz.

Consagro y bendigo estas imágenes. Deposito nuevas Gracias en Mi Imagen Peregrina, que representa Mi caminar por cada uno de los hogares de esta nación; espero que Su peregrinar nunca termine, sino que se multiplique, llegando a nuevos hogares, convirtiendo y curando nuevas vidas.

Consagro estas flores para que sean principios de cura para el corazón que tenga fe, que sean símbolo de Gracia para aquel que cree en Mí, que sean símbolo de esperanza para aquel que sigue Mis pasos. Lleven estas flores a los que más las necesitan.

Que vengan hasta aquí los Hijos de María que ya se consagraron, que se unan a Mi Corazón todos los Hijos de María de este mundo, siéntanse presentes en este lugar.

En esta noche, hijos Míos, encenderé este planeta como una gran esencia celeste.

Que este ejército Mío le traiga la Paz y la Misericordia Divina al mundo. Que sus corazones no tengan culturas, no tengan nación, no tengan religión, sino la celestial; que sus corazones sean como un único corazón que pulsa dentro del Mío, que pulsa dentro del Corazón de Dios.

Que, a través de sus almas, el principio de la Unidad retorne al corazón humano. Que, a través de sus ejemplos, el respeto, la compasión, la hermandad y la fraternidad puedan estar vivos entre las criaturas.

Para eso, los consagro, los bendigo, los conduzco a la redención, los perdono y les entrego la Misericordia Divina.

Canten, hijos Míos, y anuncien al mundo la Gracia que es ser un Hijo de María.

Les agradezco.


Canción: Himno de los Hijos de María.


Que los niños de este mundo, consagrados a Mi Corazón, representen el Principio de la Nueva Vida y lleven siempre en sus pequeños corazones Mi Amor y Mi Paz por los tiempos que vendrán; y no se olviden de orar por los niños.

Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Les agradezco, hoy y siempre, y en cada segundo de sus vidas, porque son preciosos ante Mi Corazón.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, repartan una rosa para cada misionero y después les diré qué es lo que Yo más quiero. 

Oremos, mientras espero:

 

Oración a la Divina Señora

Por la Luz que derramó Tu Inmaculado Corazón
que convirtió a los corazones del mundo,
Divina Señora, ruega por nosotros.
Amén.

Esta rosa representa, queridos hijos, una oferta para el Cielo.

Y ahora, le pido a cada misionero que, con la rosa sobre su pecho, sintiéndola en su corazón, Me ofrezca en silencio esta rosa por un alma que he conocido en Medio Oriente y que necesita de Mi ayuda extraordinaria, de Mi intercesión divina. Los escucho en el silencio del corazón.

Después de esta oferta, hagamos la señal de la cruz por tres veces.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Universos sublimes, próximos a Mi Corazón, se aproximan a sus vidas, hijos misioneros, para poder rescatar a las almas que más necesitan de la ayuda de Dios.

En este momento, les pido, queridos hijos misioneros, que en el silencio de sus corazones y en la unión de sus mentes, hagan una síntesis de todo lo que vivieron; porque Dios su Señor algo le enseñó a cada uno, los renovó espiritualmente, les mostró el sufrimiento del mundo, la indignación humana, la persecución, la muerte y el caos. 

Pero, Yo les mostré, hijos Míos, cómo a través del amor, el amor que practicaron sus corazones por los más sufridos, todo se puede transformar.

Que esta expansión del amor vivido por ustedes, bajo la intercesión de Mi Hijo Amado, pueda seguir siendo fecundado en sus vidas, para que se multiplique en aquellos que deben despertar al servicio superior por la humanidad.

En esta noche de Gracias, en esta noche de Misericordia y de Piedad; Mi Mensaje, queridos hijos, es de infinita gratitud celestial por su esfuerzo y su perseverancia en Mis Planes; porque eso, queridos hijos, tocó el Corazón de Dios Padre. Su Corazón se conmovió por su simple oferta de donarse, día a día, a los demás.

Han aprendido, queridos hijos, las enseñanzas de la Sagrada Familia. Cada una de esas enseñanzas, cada uno de los atributos de los Sagrados Corazones estuvieron presentes durante todos los días de la misión y, a pesar del cansancio y del dolor, Mi Corazón Inmaculado y Mis brazos maternales nunca los dejaron de abrazar porque sé, queridos hijos, que es importante para cada hijo Mío sentirse en los brazos de María.

El triunfo de Mi Corazón Inmaculado se dio en cada uno de los corazones a los que ustedes ayudaron. Una semilla de luz se sembró en esas consciencias para que ellas pudieran despertar a otras consciencias más que, escapando de la guerra y de la persecución, necesitarán encontrar la esencia de Mi Paz, sin religión y sin credo; la Paz universal del Universo Mayor y de los Universos Sublimes que deben descender, en esta hora crucial, hacia todos los corazones de la Tierra.

Pero aún la guerra no ha terminado y las decapitaciones tampoco. Aún las almas siguen sufriendo también en varios lugares del planeta. Por eso, las misiones continuarán para que la humanidad se conmueva, para que la humanidad despierte al verdadero servicio que debe prestar en estos tiempos finales.

Cada hijo Mío, cada uno de ustedes, presente en este lugar, tiene una pieza entre sus manos que proviene de su corazón para poder armar este Plan perfecto de Dios, para concretar este Proyecto Divino en esta raza aún no redimida.

Queridos hijos, ahora que ustedes Me entregaron un alma de Medio Oriente en Mis brazos, muchas más almas llegarán a sus vidas a través de las misiones, buscando ese impulso de paz que guardan sus corazones.

La verdadera misión, hijos Míos, fue realizada entre ustedes y Mi Corazón. Dios Altísimo concedió la Gracia a su Madre Celeste para que los acompañe en esta nueva misión a Turquía y a Grecia. Pero esta vez, Yo iré con San José, para que dos Corazones poderosos, como los Nuestros, puedan triunfar en muchas más almas necesitadas.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hijos Míos, muchos se preguntan por qué recibo con tanto Amor a Mis hijos misioneros; porque quiero que el mundo contemple la Gracia de Dios que desciende a la Tierra cuando un corazón puede servir de forma pura, independientemente del acto de servicio; porque no son las grandes acciones, Mis amados, lo que cuenta en la balanza celestial. 

Lo que realmente equilibra las deudas de este mundo es el amor con el que los corazones sirven, el amor con el que se disponen a servir a Dios, a cumplir Su Plan, independientemente de comprenderlo o no; porque Mis hijos misioneros muchas veces no entendían cómo, con acciones tan simples, Mi Corazón rescataba tantas almas.

Pero es así, hijos Míos, porque viven otra Ley y para que comprendan el potencial del amor en el corazón humano, que comprendan, a través de las misiones humanitarias, el poder que tienen guardado en sus corazones, cuando ellos se unen al Corazón de Dios. De esta forma, despierten a la unidad absoluta con el Creador. 

Que muchos más de Mis hijos en el mundo puedan despertar al espíritu misionero; que encuentren la necesidad a su lado; que sirvan a todos los que los rodean; que pierdan el miedo, hijos Míos, de estar entre los pobres, entre los desamparados de espíritu, entre aquellos que más necesitan recibir Mi Paz y la Redención que les traigo entre Mis brazos, como una Gracia concedida por Mi Hijo a los corazones del mundo.

Espero que a través de este ejemplo que hoy les traigo en este altar, con tanto amor preparado para Mí, todas las almas que Me escuchan despierten al verdadero servicio que este planeta les ofrece, que es cumplir con la misión de cada uno para que así, hijos Míos, el Plan del Creador se cumpla. 

Que despierten los misioneros internos, aquellos que se disponen a servir sin horario, sin día, sin cansancio, a pesar de las debilidades del cuerpo; porque saben que Mi Corazón los sustentará y se valdrá también del esfuerzo para que superen las propias dificultades, inclusive físicas, para rescatar aún más almas. 

Porque cuanto más se expande el amor en sus corazones, cuanto más se superan a sí mismos por amor al prójimo y sobre todo por amor a Dios, una puerta celestial mayor se abre en los cielos de esta Tierra para retirar de los infiernos y de los abismos del planeta a tantas almas que todavía padecen por Mi adversario.

Hijos queridos, Mi alegría es infinita y quisiera transmitirla a sus corazones. Quisiera transmitir también la gratitud que siento, para que también ustedes puedan ser agradecidos ante Dios por todo lo que el Creador les concedió a lo largo de los últimos años. 

Que la gratitud, hijos Míos, los impulse a la reverencia; que la gratitud los impulse a la entrega permanente de sus vidas, a la oración constante, al servicio abnegado; porque esto espero, Mis amados, de aquellos que Me escuchan con el corazón.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, también Mi alegría es a causa de la cesta de intenciones de los hijos de Medio Oriente que trajeron. Hoy, las irradiaré y oraré por cada una de ellas.

En este momento, unámonos a Dios, a Sus Nombres Sagrados. Cantemos al Creador Sus Nombres Sagrados.

En este momento, Mi Corazón Inmaculado eleva al Cielo a los miles que se hundieron en los mares, buscando una salida, una esperanza, una posibilidad.

En este momento, Mi Corazón Espiritual acoge a los pequeños niños de Medio Oriente, huérfanos, sin padres y sin madres, para que Dios les conceda una nueva vida.

En este momento, Mi Corazón Purísimo y Santo consuela a las madres de Medio Oriente, cansadas de tanto caminar por los desiertos con sed y hambre, buscando una nueva vida. Mi Corazón las consuela, Mi Alma las enaltece en el nombre del Señor.

En este momento, Mi Corazón Misericordioso acoge a todos los hombres enfermos, a los ancianos y jóvenes que escapan de la guerra hacia otras naciones, que no descansan, que no paran de caminar, buscando la Luz del infinito.

Todo esto es posible, hijos Míos, y fue posible por la misión a Turquía, por haber dicho sí a Mi llamado, a Mi convocatoria universal; y a pesar de que el mal aún está en el mundo y que la guerra no ha terminado, tengan certeza, hijos Míos, que Mi Inmaculado Corazón triunfará. Amén.

Ahora, llamo a los que se consagrarán como Hijos de María; porque son otra parte de Mi Obra de Redención, son parte de Mis manos, de Mis manos de trabajo y de servicio por la humanidad.

Que vengan aquí para la bendición, antes de que Yo Me eleve al Cielo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Podemos ponernos de pie.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Vamos a agradecer a Dios, queridos hijos, porque sus vidas pueden conocer la paz, porque sus vidas están en este Sagrado Centro Espiritual, mientras millones de almas buscan una salida y escapan del terror.

No faltará la oportunidad, hijos Míos, que sus hermanos, los misioneros de la paz, expresen lo que han sentido en lo profundo de sus corazones; porque Dios dejó una señal evidente en cada uno de ellos, una enseñanza, una experiencia, un don que será imborrable siempre y cuando lo cuiden, así como Yo los cuido todos los días de la vida. Así, Yo cuido a todos los Hijos de María en los cuatro puntos de la Tierra.

De esta forma, queridos hijos, nos preparamos para el Encuentro de los Hijos de María, a partir de este día santo, en el que su Madre Celeste celebra esta comunión perpetua con el Altísimo, con cada uno de Sus hijos presentes en este lugar y en cualquier parte del mundo.

Los ejércitos de la Luz son los Hijos de María, estrellas de Luz presentes en la Tierra que nunca podrán apagarse. Pues en verdad les digo, hijos Míos, que cada uno vivirá su transición, su Armagedón interior, su purificación espiritual, mental y física.

No les puedo mentir, hijos Míos. Para que nazca la Nueva Raza y surja la Nueva Humanidad en el continente americano, ustedes deben ayudarme a que la Tierra entera y toda la humanidad cruce, con el mayor alivio posible, este portal hacia la Nueva Humanidad. Esa es tarea de los Hijos de María, orar por la Nueva Humanidad, orar por los Reinos de la Naturaleza, a los que nunca deben olvidar porque ellos también sufren las consecuencias del ser humano.

Por todas estas Gracias que hoy derramo, abriendo Mis brazos hacia ustedes, extendiendo Mis manos hacia cada uno de sus corazones bajo la autoridad divina que Me ha concedido el Padre del Universo; renovemos nuestros votos, digamos sí al llamado del universo, a la existencia de la vida superior y a la concreción del Plan Divino en cada uno de los corazones de la Tierra.

Ante la Presencia de Mi Hijo amado y de San José Castísimo, Yo los bendigo y los consagro como hijos de Mi Inmaculado Corazón en el nombre de Padre, de Hijo y del Espíritu Santo.

Hijos Míos, quisiera, antes de partir de este lugar, que un sacerdote Me trajera óleo para consagrar, pues deseo hacer una bendición en cada uno de los misioneros, señal luminosa de la Cruz, invencible y poderosa en estos tiempos.

Mientras tanto, queridos hijos, cántenme el “Himno de los Hijos de María” para que haga eco en Medio Oriente.

Así como Jesús lavaba los pies de Sus apóstoles y discípulos, así Yo los unjo con el aceite de vida, el aceite de la consagración, el aceite del amor y de la unidad con Dios.

Así como Yo ungí el Cuerpo de Mi Hijo cuando Él ingresó al sepulcro, preparando Su gloriosa Resurrección; así Yo santifico sus corazones y les entrego dones a sus almas para que puedan seguir adelante, trabajando en el nombre de la fe.

Yo les agradezco por haber respondido a Mi llamado.

Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Mientras Me elevo, canten el “Himno de los Hijos de María”.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Queridos hijos, hoy, los invito nuevamente a la oración, al ayuno y a la paz. Por esos tres caminos, queridos hijos, encontrarán la salida y la salvación.

Queridos hijos, Yo los estoy llamando en un momento importante de estos tiempos, como Reina de la Paz les traigo Mi Reino; porque, hoy, sus corazones entraron a Mi Reino. Mis cuentas de oración han orado por todos ustedes y por los otros hijos que hoy no están aquí.

Queridos hijos, la humanidad es una sola y ella, por sí misma, deberá alcanzar la conversión; como Mediadora los ayudaré a dar los pasos tan importantes para alcanzar el Cielo.

Hoy, estoy con ustedes, como parte y miembro de la humanidad. El Gran Consejo del Cielo los está observando con mucho amor, porque sus pequeños espíritus deberán aproximarse nuevamente a Dios.

Hoy, estoy también nuevamente con ustedes, queridos hijos, por un motivo especial: que pueda despertar la paz en sus corazones y en el corazón de todas las familias.

Es importante que la unidad se establezca en estos tiempos, en los que Mi Hijo y Dios Me envían a las grandes ciudades por una importante tarea espiritual con todas las almas.

Mientras sus corazones reciben los rayos de Mi Gracia y Misericordia, cuando Mi Inmaculado Corazón está presente, Mi Gran Conciencia Maternal toca los corazones de los que aún no ven a Dios. Por eso, como Madre, los conduzco antes de la Venida de Cristo.

Dios necesita en este tiempo de corazones puros y humildes. Como lo anuncié en Fátima, hoy vengo a anunciarles algo más: estén en paz, queridos hijos, alivien sus sufrimientos en Mi Corazón Materno, ayunen y oren con el corazón.

Si ustedes ayunan con el corazón, sus pensamientos y sentimientos se calmarán y Yo podré interceder por sus consciencias. Como Reina de la Paz los conduciré al Reino de Mi Hijo; por eso, por una vez más Dios Me envía a preparar a Mis hijos en la Tierra. Todo el Universo del Padre observa con detenimiento, en esta noche, que sus corazones estén prontos para despertar.

Con Mi Consciencia, también viene hacia ustedes el Espíritu Santo, porque sus células y sus corazones deben despertar a lo nuevo. Todo en un ser debe ser removido para que pueda purificar su corazón y, así, reciba la Gracia y la promesa de los Cielos.

Queridos Hijos, Yo espero de ustedes todo lo mejor. Todos los días, entren en Mi Paz, amen Mi Paz y vivan en Mi Paz; porque así, Yo los podré acercar a Mi Hijo. Su Corazón Misericordioso espera de todos ustedes que puedan saciar la sed en la Fuente de la Misericordia.

Y hoy, como Madre de la Misericordia, les traigo los rayos de Mi Luz Celestial, los que Yo alcancé cuando estuve entre ustedes en la Tierra, solo por responder al Llamado de Dios con fe y con el corazón.

Necesito, queridos hijos, que despierten a tiempo. La Madre del Cielo los está llamando para algo importante: la oración por la humanidad. Si ustedes no oran, ¿cómo la humanidad podrá convertirse?

Mi Corazón Inmaculado derrama Su Luz día a día, abriéndoles nuevos caminos a las almas, para que ellas alcancen la redención, rehabiliten sus corazones en la confesión; porque en este tiempo todo será perdonado.

Queridos hijos, Yo los necesito en Mí, para que pueda derramar las Gracias en sus corazones. Si sus corazones no se abren a Mi llamado, ¿cómo podré entrar?

Por eso, nuevamente, vengo a guiar a la humanidad que está dormida y, en las cuentas de Mi Rosario, oro por todos ustedes para que puedan percibir la paz que viene del universo. Por eso, coloquen sus ojos en el Cielo y aparten sus miradas de todo lo que puede tentar al corazón. Únanse a Mí día a día, Yo estoy como Madre del Universo para corregir las leyes en sus vidas.

Por primera vez, queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado se siente acogido por todos ustedes. Sé que muchos, hoy, aspirarían a poder verme; pero Yo les digo, queridos hijos, que Me podrán encontrar en la oración. Así, como Madre, preparé sus moradas para que pueda llegar Mi Hijo prontamente.

Enciendan en la oración al Cristo Interno, porque Mi Hijo está esperando poder retornar. Por eso, Dios Me envía una vez más, para que sus corazones puedan sentir Mi camino de Luz. Encuentro corazones heridos y corazones alegres.

Sé que todos ustedes, queridos hijos, tienen muchas intenciones para entregarle a Mi Corazón; por eso, Yo les pido en esta noche, hijos Míos, que depositen en Mi Corazón sus súplicas. Prometo que ayudaré a cumplirlas; pero, tienen como deber orar, permanecer constantemente en la oración del corazón.

También, como Madre, vengo a curar sus heridas profundas, para que pueda renacer el espíritu, aquel que necesita emerger antes de la Llegada de Mi Hijo.

En esta noche, Dios Me ha permitido acercarme a ustedes. Necesito que sean transmisores de Mi Amor Maternal.

Sé también, como Madre, que existen muchos corazones devotos y, por esa devoción del corazón, les agradezco por haberme honrado a lo largo de las generaciones. Así, Yo podré decirles, queridos hijos, y podré revelarles, en el Amor, que la promesa que el Arcángel Gabriel Me hizo, hoy está cumplida, por la honra que tienen los corazones hacia Mí. Necesito de ustedes en cada momento, quiero sostenerlos como sostuve a Jesús.

Como Madre quiero secar las lágrimas de sus rostros. Dios sabe que el mundo está sufriendo; por eso, Él envía a sus Mensajeros Divinos del Cielo para que todos lo puedan reconocer, como hace ya treinta y un años, en este año treinta y dos años, Mi Mensaje se propaga en toda Europa por Medjugorje.

Y por Gracia de Dios, a través de Mi oración constante por ustedes, Mi Corazón Materno cumple una profecía de Fátima: Mi visita a toda América.

Recurran a Mí cuando lo necesiten. Yo, como Madre, estoy aquí para escucharlos, necesito tener sus corazones en Mis Manos para que los pueda confortar y fortalecer, y así, en sus vidas, den los pasos hacia el Señor.

Nunca estuve tanto tiempo entre Mis hijos como ahora. Eso significa, queridos hijos, que todos ustedes, como humanidad, están en tiempos preparatorios. Por eso, traigo la Luz de los ángeles y arcángeles para que puedan despertar y reconocer la presencia de los ángeles en sus vidas.

Hoy, les dejo una invitación especial, hijos Míos, llamen a los ángeles, a los que Dios les encomendó sus vidas. Ellos están esperando poder guiarlos.

Queridos hijos, esa realidad existe desde hace mucho tiempo. Por las modernidades del mundo, los corazones no logran percibir esa angelical presencia. Los ángeles de Dios son los grandes mensajeros de Mi Corazón Materno. Estén atentos a esas presencias superiores. Ellos también socorrerán a la humanidad en el tiempo definitivo, así como la oración.

Queridos hijos, ejerciten el perdón, limpien sus corazones de toda mancha, porque así, Yo podré interceder por ustedes y un Reino Mayor los esperará en el Paraíso.

Dios quiere lo mejor para todos ustedes, queridos hijos, y Él Me ha enviado a lo largo de los siglos con el fin de corregir a la humanidad por la perdición que ella puede vivir al estar lejos del Corazón de Dios.

Hoy, los vengo a unir como Madre Misericordiosa al Gran Corazón del Padre. Dios está presente en Mí y Dios quiere estar presente en sus corazones.

Queridos hijos, están a tiempo de curar sus corazones. Mi Mensaje principal para estos tiempos es el llamado a la oración curadora y a la conversión de sus corazones. El mundo se está dividiendo, queridos hijos. Ustedes tendrán, a través de la oración, la oportunidad de unirse en hermandad y en fraternidad.

Por primera vez en la historia, queridos hijos, Mi Corazón Materno aparece en corazones que han escuchado Mi llamado. Por eso, hace ya algunos años, estoy constantemente con ustedes, para unirlos a la fe de Mi Corazón, para que así puedan alcanzar la Luz que ustedes necesitan.

Queridos hijos, espero a su corazón.


Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hijos Míos, en esta noche, quiero iniciar un nuevo ciclo con sus corazones, ciclo en el que Mi ejército mariano es renovado por la respuesta de sus vidas.

Hoy, vengo a animarlos a responder a Mi llamado a la oración, a entregar día a día un instante de sus vidas al Señor para que, de esta forma, hijos Míos, sean intercesores junto Conmigo por la salvación y redención de las almas.

Espero que esta noche sea más que un momento extraordinario para sus vidas. Que sus corazones puedan llevar, a cada una de sus casas, la aspiración de tornarse un corazón orante, un ser que responde a la Voluntad de Dios, que camina lado a lado con el Señor.

Por eso, hijos Míos, en esta noche enciendan en cada uno de sus seres la devoción a Mi Corazón, para que esta llama no se apague y pueda proseguir mientras estén en la Tierra, para que el Plan de Dios se cumpla a través de sus corazones. ¿Ustedes se animan, hijos Míos, a responder a Mi llamado, a entregarle al Señor una oferta sincera del corazón?

Solo los invito a que confiesen sus faltas, a que ayunen con el corazón por la paz en el mundo. Cada uno de sus seres sabe en verdad lo que le puede ofertar al Señor. Solo les pido que hagan esta oferta verdadera y que sean, a partir de hoy, soldados de Mi ejército mariano, ejército que trabaja a través de la oración, de la conversión y de la paz, para que la paz que existe en el Reino de los Cielos se pueda expandir por el mundo.

Esta es la invitación que les hago: sean pacificadores para la Tierra.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Desearía mucho, queridos hijos, hacer un gran milagro, pero ya realicé muchos milagros a lo largo del tiempo, es momento de vivir en la oración. Eso es algo que les pide Dios a todos ustedes, así podrán comprender Mis Palabras profundamente y su propia fe confirmará la Presencia de Mi Corazón entre todos ustedes.

Ahora, queridos hijos, como un único rebaño de Mi Hijo Jesús, vengo en esta noche a absolverlos de todo pecado; para que, en la Presencia de Mi Hijo, sus corazones renazcan en Dios y por amor a Su Plan Mayor.

Recemos, queridos hijos. Abran su corazón a la presencia de Mi Luz, porque quiero guardar en ustedes el Espíritu Santo. Dios necesita que vivan en los dones de Su Gran Espíritu.

Recemos para que ellos despierten.


Oración: Padre Nuestro (en portugués).


Ahora, les pido, queridos hijos, que coloquen fe en la oración, porque así Dios los podrá escuchar.


Oración: Padre Nuestro (cuatro veces en portugués).


Queridos hijos, la oración del Ángel de la Paz, entregada en Fátima, los podrá corregir espiritualmente y sus faltas serán liberadas en el amor. Así, Mi Corazón podrá interceder también por ustedes.

Por tres simples veces, oremos juntos, para que Dios también nos escuche.

Hoy, sostengo Mi rosario por cada uno de ustedes.


Mi Dios, yo creo en Ti,
yo Te adoro, yo Te espero y yo Te amo,
y Te pido perdón por los que no creen en Ti,
no Te adoran, no Te esperan y no Te aman.

Amén.
(tres veces en portugués)


Queridos hijos, mientras el mal es vencido, por la intercesión de Mi Luz Maternal, Yo los absuelvo y los perdono en nombre de Mi Hijo Jesús, y que esta santa absolución prepare sus corazones para el regreso del Rey del Universo.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

Pronto retornaré aquí, oremos juntos, la humanidad lo necesita y ustedes también.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mientras Mi Corazón Materno se eleva al Cielo, contemplando cada una de sus plegarias, les pido que guarden la Presencia del Espíritu Santo en el Corazón, como Ave Luminosa les traigo el Espíritu de Dios a sus vidas.

Y, en una Gracia especial, queridos hijos, llamo hasta aquí a todos los hijos que prepararon este Encuentro Conmigo, que dedicaron horas de sus vidas a Mi tarea universal. El gran mérito que ustedes reciben, queridos hijos, es Mi Paz y el Perdón Eterno.

Canten “El Vuelo del Espíritu Santo” y que sus consciencias despierten hacia esa Luz Mayor.

Queridos hijos, los amo con el Corazón.

Dios los bendiga.


Canción: “El Vuelo del Espíritu Santo”.

Apariciones extraordinarias
DECIMOCTAVA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN LA COLINA DE LAS APARICIONES, CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LAS 20:00 H, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Se comenzó la tarea orando la invocación a la Madre Universal y luego fue entonado el “Ave María”.


Gracias a todos por responder a Mi llamado en la fe. Hoy, les irradio la Luz de Mi Corazón Inmaculado.

Queridos Míos, queridos hijos, muchas oraciones son muchas victorias para el Señor y sobre todo para Mí, en esta tarea que Me cabe en el fin del tiempo. Han transcurrido varios días Conmigo y aún quedan más para completar un ciclo, el que comprenderán en esta última fase del mundo.

Quiero dar Mis Gracias a todos los corazones, para que estos triunfen Conmigo en el fin de este tiempo. La victoria sobre el mal está cerca, pero deben estar firmes para poder corresponder a Mi Corazón, que los llama desde hace tiempo.

Mi eco resonó en ustedes en varios momentos. Algunos despertaron a Mí en diferentes tiempos, pero ahora somos uno y el Creador nos llama a combatir contra el sufrimiento; por eso, los estoy llevando a Nepal. Pero hoy les pido que los otros misioneros vengan Conmigo a Kenya, a Sudán y a Egipto, lugares donde Mi Luz Inmaculada debe compenetrar a los corazones sufridos.

Ustedes han recibido muchas Gracias, y ahora les corresponde derramarlas sobre esos corazones a los cuales Yo quiero llegar. La Luz debe disipar las tinieblas y Mi Corazón debe triunfar no solo en Brasil, sino también en África. Allá, Yo tengo muchos seguidores de Mi Inmaculado Corazón, cada uno con su comprensión.

Ahora, ustedes, que están crecidos, deben abrir sus manos para donarse a los otros como Yo les estoy pidiendo. Esta será la llave para la transformación de sus corazones, para que encuentren refugio en Mí y puedan corresponder al Llamado de Dios.

Recuerden despertar la fe en sus corazones por todo lo que les parece irreal, por todo lo que aún no se ve y que pronto se verá. Por eso, Yo los llamo a compartir Mis Gracias, para que entren dentro de Mi rebaño, que en estos tiempos estoy recogiendo por última vez antes de Mi partida definitiva de este mundo y que acogeré entre Mis brazos junto a Mi Corazón, para que todos sepan adonde ir y por donde andar.

Quiero que todos ustedes encuentren la paz para poder caminar, para poder descubrir el llamado que les estoy haciendo dentro de cada corazón. No pueden perder tiempo, saben que es la última hora; por eso, hoy se los repito. Vean a Mis ángeles que borran los libros que están llenos, disipando lo que está escrito para comenzar de nuevo dentro de sus almas.

Esta es una Gracia especial que todos están recibiendo, los que están aquí y los que no están. Por eso, muchos vendrán aquí a buscar misterios, pero perderán de vista la fe que les estoy entregando desde Mi Corazón. Muchas Fuentes de Luz serán abiertas en varias partes del mundo para todos los misioneros que escuchen Mi llamado.

Ahora, Yo consagro como Mis Misioneros de la Paz a aquellos que están preparados y también a los que aún no lo están. Quiero que encuentren la Luz Eterna en Mí, para poder descubrir el misterio que les estoy entregando como la Madre de la Paz, el Ave de la Misericordia.

Hoy, les abro Mis Brazos para que coloquen sus intenciones y para que recuerden que siempre les responderé según la Voluntad del Señor. Ahora es el momento de dedicar la vida a la caridad y así, Conmigo, aliviaremos el mal del mundo que lo está recorriendo de lado a lado.

Oremos por los que irán en misión y oremos por los que se quedarán. Todos estarán dentro de Mi Gracia.


Se oró el “Ave Luminosa”.


Hoy, les pido que estudien pronto todos Mis llamados, desde Mi llegada a Uruguay hasta aquí, a Brasil, para que comprendan la ciencia que les estoy presentando a sus corazones. Mucho aún queda por decir y en poco tiempo, que ya está terminando. Ahora vayamos a responder las plegarias de los fieles.

Que la Luz de Mi Corazón los compenetre para curarles las dolencias que son profundas.
Encuentren Mi Paz y la Luz verán. Continuemos caminando.

¡Hasta el próximo llamado!

Gracias por responder a Mi llamado. Vigilemos en oración, por todos los corazones. Yo Soy la Madre de las Gracias, el Ave del Sol.

Mantengan en paz a sus corazones y aquieten todos los conflictos, para que Mi Paz reine dentro de ustedes. Es momento de liberar y perdonar, es momento de trascenderse hacia Mi Reino. Allí los aguardo en oración.

Silencio y Paz para los corazones que Me claman.

Yo Soy la Madre que a todos acojo. Vengan a Mí. Yo los guiaré, estemos juntos en oración.


Se canta la canción “La Patrona”.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Queremos explicarles algo que sucedió cuando la Madre dijo que los ángeles borraban lo que estaba escrito. En ese momento, apareció un grupo de ángeles detrás de Ella, cada uno en un nivel diferente. Ellos tenían unos Libros abiertos y borraban con sus manos lo que estaba escrito.

En ese momento, Ella apareció vestida con un Manto celeste y llevaba en cada Pie una rosa muy brillante y nos ofertaba un orandio para que oráramos con Ella. Hoy, estaba más alegre.


Madre María Shimani de Montserrat:

Que los ángeles borren cosas de algunos libros significa que Dios nos está perdonando algunas deudas y que está borrando de esos Libros, de nuestros karmas, algunas situaciones.

Esas son Gracias Divinas que solamente se pueden recibir en estos tiempos. Así, estas cosas suceden cuando nosotros damos los pasos correctos.

¡Gracias, Madre de Dios, por cuánto nos das!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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