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Queridos hijos:
En este día, en el que el mundo recuerda a sus seres queridos que partieron, dejando una huella imborrable en el corazón de sus familias, Yo los invito a rezar por todos Mis hijos que perdieron la vida antes del tiempo previsto, a través de las guerras y de los conflictos.
¡Cuántas familias, en este tiempo, se ven divididas y fragmentadas por la dolorosa partida de los que dejaron la vida material! Pero, recuerden que Yo estoy aquí, en este día, para consolar a los que aún no consiguieron superar el trauma de la dolorosa partida de un ser querido.
Recuerden, Mis amados, que su Madre Celeste presenció en primera persona la condenación, la flagelación y la muerte de Su Hijo en la Cruz y que, a pesar de que Yo Me sentía morir junto con Mi Hijo, debía darles fortaleza y amparo a los que estaban a Mi alrededor.
Hoy, ante una humanidad violenta, desamparada y sin empatía por el otro, Yo vengo como la Madre de la Consolación y de la Paz a llevar a Mis hijos hacia el Amor de Dios para que, incluso los que por alguna razón están muertos de espíritu, algún día, como el hijo pródigo, puedan resucitar y renacer a través de la fuerza del perdón y de la redención.
Hoy, Mi Corazón de Madre se abre como un humilde y puro Tabernáculo para que cada hijo, aún en la Tierra, en el Cielo o en algún plano de consciencia, reencuentre el camino de la Luz Insondable de Dios.
Estoy aquí, Soy su Madre, la Madre Consoladora de los afligidos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
En este día radiante por la Presencia Solar y Eucarística de Mi Hijo entre ustedes, como Madre y Peregrina, Me aproximo a ustedes, Mis queridos hijos, para que en oración perpetua sigamos rogando a Dios, a través de la luz del corazón, por todas las causas urgentes que necesitan la intervención divina y espiritual.
Por ese fin, hoy, su Madre Celeste y Santa Reina de España destierra, a través del Cetro de Dios, la opresión que, a través de los siglos, vivieron Mis hijos esclavos de África y de Medio Oriente.
Hoy, estoy aquí como la Madre de los náufragos y de los desaparecidos. Estoy aquí como Madre que llora junto a las madres de la guerra y a las madres que perdieron a sus queridos hijos y familiares en los terremotos.
Vengo, en el nombre del Altísimo, para cerrar la gran herida espiritual y regional que no se cicatrizaba desde el terrible terremoto en Siria y en Turquía.
Como bien les dijo Mi Hijo, en el día de ayer, Yo vengo como Mediadora e Intercesora para elevar al Cielo a los que fueron descartados en el Mar Mediterráneo y a los que desaparecieron en Turquía, Siria, Nueva Zelanda, Japón y Brasil, en los últimos días.
Queridos hijos, ¿será que alguien más escucha el grito de la Madre Tierra y de todos sus elementos?
Por eso, Yo he venido, el sábado pasado, a pedirle al mundo penitencia sincera, verdadero arrepentimiento y profunda reparación; a fin de que en el mundo ya no sucedan los ultrajes de la guerra y la furia de la naturaleza.
Por eso, ahora y más que nunca, busquen su equilibrio interior, busquen ser pacificadores de Cristo. Y, con sus oraciones, abracen y amen, en servicio, a todos los que sufren; porque esta es la hora en la que verán cumplirse las profecías anunciadas por Cristo, antes de Su Ascensión, a Sus apóstoles.
Oren por sus familias y por las familias del mundo entero, para que la sagrada célula del Proyecto de Dios ya no siga convirtiéndose en un modelo de desamor, de traición, de venganza y de odio.
A Mi Corazón le duele ver la actual y triste situación de las familias. Les pido que recen de verdad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Deseo, en este día santo, en el que las tinieblas de la Tierra son apartadas de los Míos, dictarles una aspiración de Mi Corazón.
Hoy he venido a hablarles de la gloriosa imagen de vuestro Señor Jesús Glorificado y de la poderosa imagen de Jesús Misericordioso.
Cuando Yo dicté, a la hermana Faustina, los poderes universales y celestiales de Mi océano de Misericordia, Yo, en una noche, le revelé Mi Faz misericordiosa para que el mundo conociera la infinita compasión de Mi Corazón piadoso.
Así, Yo le mostré la Sangre y el Agua que brotaban constantemente de Mi Costado, pero también le di a conocer la gran sed que, en aquel tiempo, Yo sentía ante una humanidad ciega y sorda, que nunca quería escuchar la Voz de Dios, a través de Su Hijo amado.
En aquel tiempo, la Sangre y el Agua serían la gran justificación entre la humanidad y Dios, a través de Cristo, para poder despertar en el mundo una forma de expiación universal.justificación entre la humanidad y Dios, a través de Cristo, para poder despertar en el mundo una forma de expiación universal.
Así, le pedí a la hermana Faustina, Mi hija, que hiciera pintar una imagen tal cual la había visto en una visión exterior. Vine durante la noche para demostrar a través de Mi Misericordia, que Yo Soy la Luz que vence e ilumina toda oscuridad. Así le revelé el océano de Mi Misericordia y pedí por escrito, que quien la venerase y contemplase en el final de los tiempos estaría protegido por el manto de Mi insondable Misericordia.
Después de diez años, cuando ya la guerra había terminado, fue conocida Mi Faz. Ningún pintor sería capaz de expresar Mi Presencia, solo lo podría hacer si amara la Misericordia de Mi Corazón.
Pedí en aquel tiempo que Mi Misericordia fuera conocida y venerada el domingo después de Pascua, porque en el pasado, después de Mi muerte los apóstoles conocieron el poder de Mi Resurrección a través de las Llagas de Mi Misericordia.
Así fue que Adonai concedió, por medio de la Faz de Mi Misericordia, que la humanidad conociera, a pesar de sus pecados, el camino de salida hacia el universo del Amor de Dios.
Pasaron los años y la humanidad no comprende lo que significa esta expiación que Yo le ofrezco a las almas del mundo. Y como lo prometí en el huerto Getsemaní, antes de elevarme al universo, Yo volveré aun con más poder y gloria. Por eso le dije, por locución interior, a la hermana Faustina, minutos antes de su muerte, que la humanidad tendría la Gracia de conocer Mi Gloria eterna a través de los poderes de Mi Misericordia.
Por eso le dije que antes de Mi retorno al mundo, antes de que se cumplieran los últimos ocho ciclos lunares, Yo volvería a aparecer con la Faz con la que Mi Padre Me vistió, para que así la humanidad contemplara no solo Mi Misericordia, sino también el misterio de Mi Gracia por medio de la esencia de Mi Glorificación.
Esa Faz es conocida por todo el universo. Por eso, en este día, he venido días antes de que todos conozcan Mi Faz, a revelarles las doce promesas a aquellos que contemplen y guarden la imagen del Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús.
Por eso he venido en esta noche santa, noche santa de cena, para que el mundo sepa conscientemente a Quién estará contemplando.
A aquellos que contemplen Mi imagen glorificada Yo les prometo:
1. Unificar la esencia del propósito familiar a través de una vida sagrada, libre de las influencias y de las tendencias de estos tiempos.
2. La concreción de la tarea espiritual a través de la consagración de la mente, del cuerpo y del espíritu al Sagrado Corazón de Jesús.
3. La protección divina de los viajantes y de los que trabajan diariamente por amor al Plan de Dios.
4. El conocimiento interno de una experiencia de amor espiritual que permita la madurez interior.
5. La liberación de los males que influyen en la vida de oración y que perturban los sueños.
6. La reconciliación con el Santo Padre Eterno, para reencontrar así la tarea espiritual.
7. Apartar del peligro a quien lleve y difunda la imagen con reverencia.
8. La unión espiritual con la Fuente Primordial durante el tiempo de la transición planetaria.
9. La guía por encima de las pruebas y de los miedos.
10. La expansión del canal del corazón para que more Cristo Dios.
11. La redención de los hábitos y de las acciones que llevan a una vida de condenación del alma y de la pérdida del espíritu.
12. La unión con la esencia de la Santísima Trinidad, es decir, la Comunión espiritual con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Así, cuando estén frente a Mi Misericordia, estarán pidiendo por redención. Cuando estén frente a Mi Faz Glorificada, estarán rogando por la evolución de vuestras almas. De esa manera, tendrán dos formas de ingresar a Mi Reino, a través de Mi Misericordia y a través de Mi Gloria.
Bajo la Piedad que proviene de Dios, Quien ha permitido todo esto, sean bienaventurados.
Los une a la Creación Divina,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Queridos hijos Míos:
Después de un importante encuentro con todos ustedes, durante los días 12 y 13 de septiembre en Victoria, Espíritu Santo; hoy, en este día de infinita Misericordia, les pido que busquen y vivan en la pureza del corazón en este tiempo, para que el mundo recupere la inocencia que ha perdido ante Dios.
Como Madre de la Santísima Pureza, les digo que retornen al origen verdadero de sus seres, que regresen al sentido del puro amor del corazón.
El Señor necesita de almas imperfectas y pecadoras para realizar Sus obras purísimas de paz y de conversión.
En la sagrada escuela que Mi Corazón Inmaculado vivió sobre la Tierra, la Divina Pureza estaba gestada en Mi Ser antes de recibir la Gracia del Mesías.
Esa pureza de la cual Yo les hablo, y que deberán buscar, es la pureza de sus intenciones, es la pureza que no genera juicios ni conflictos, porque la Divina Pureza es el escudo contra su propio sentido de la vida que los lleva al error.
La Divina Pureza es la esencia, flor de Mi Corazón, es el principio universal que emana Mi Espíritu santísimo a través del amor y de la compasión.
Por eso, les ruego, queridos hijos, que busquen este rayo de pureza que brota fluidamente del Sagrado Corazón de Dios, hacia los Sagrados Corazones de Jesús y de María, porque en su pureza podrán reconocer el poder del perdón y de la Misericordia.
Yo vuelvo al mundo para recordarle la esencia de la Divina Pureza. Toda la humanidad ha perdido la sinceridad pura de corazón, porque el mundo por sí mismo y el enemigo se han encargado de apagar esta pureza interior.
Oren y mediten, durante esta semana que llegará, sobre sus actos puros de corazón. Así entenderán desde su espíritu cuán verdaderos son ante la vida y ante sus hermanos.
Como su Sagrada Madre Purísima quiero que no se juzguen, sino que se observen y aprendan por medio de la serenidad que les irradia Mi amado Hijo. En Cristo está el ejemplo vivo de la pureza del amor y de la humildad para las familias, los sacerdotes, los religiosos, los laicos y los devotos de Mi Corazón.
Verdaderamente, Yo intento, semana a semana que, a través de la oración, algún día mueran para ustedes mismos y despierten al Universo Purísimo de Dios; porque en verdad les digo, Mis pequeños, que si buscan la pureza de intención, el mundo se curará del mar de impurezas en el cual vive.
Para formar parte de la nueva Tierra, será necesario purificarse a través de la oración, de la comunión, de la confesión y del perdón puro que sus pequeñas vidas puedan reflejar cuando se encuentren ante sus impurezas y las impurezas del prójimo.
El Amor puro, de Cristo, del Padre y del Espíritu Santo, será su inacabable fuerza espiritual para alcanzar el Reino de la Santa Pureza del Creador. Por su esfuerzo de vivir, día a día, la Sagrada Pureza, Dios consigue que la humanidad se libere de las grandes impurezas y, como una gracia universal, reciba la Divina Misericordia de Mi Hijo.
Sean puros, inténtenlo todos los días. Llamen, al despertar cada día, a Mi Divina Pureza. Yo ayudaré a quien se anime a ser puro de corazón.
¡Les agradezco por vivir Mi llamado purísimo de paz!
Su Madre, los bendice y los ama.
¡Gracias, queridos hijos!
María, Madre de la Santísima Pureza del Corazón
Queridos hijos Míos:
Hoy coloco a cada uno de ustedes dentro de Mi regazo de amor, con la finalidad de que puedan sentir Mi maternidad en sus corazones.
Hijos Míos, alabados sean los hogares de las familias que abren la puerta de sus corazones a la Reina del Cielo.
Alabadas sean las familias que rezan Conmigo todos los días, para alcanzar la conversión y la redención.
Alabadas sean las familias que enseñan a sus hijos a orar con el corazón, en los primeros años de vida, porque Mi materno Corazón estará con ellos.
Alabados sean los adolescentes y los jóvenes que encuentran en la Comunión a Mi Hijo, porque en el ejemplo de fe ellos abrirán la puerta a los que están perdidos, sin amor y sin protección.
Alabados sean los hogares que día a día se consagran a la Luz victoriosa del Inmaculado Corazón, porque les aseguro que Dios estará presente a través de Mí, para guiarlos en la fe y en la esperanza.
Queridos hijos, hoy Mi aspiración maternal es que todos los hogares alaben al Sagrado Corazón de Jesús; hoy llego hacia ustedes para pedirles oración por las familias del mundo, ya que son pocas las que viven los Mandamientos que les ha dado Mi Hijo.
Hoy también, Mi Corazón se regocija por tanta belleza creada por Dios Creador en esta región del sur de América. Vean, queridos hijos Míos, cómo Dios está recogido en el silencio de todo este bendito lugar.
Por este motivo de alegría y alabanza les pido que, en estos tiempos, se unan como una sola red de oración en toda la Argentina. Les pido por amor a Dios y a todo lo creado por Él, que sean uno en el espíritu, en el corazón y en la consciencia.
Queridos hijos, Dios espera de Argentina el despertar absoluto a la oración y a la conversión de todas aquellas causas que ofenden al Creador. Dios tiene preciosos Designios y Gracias para toda la nación que, por sobre todas las cosas, forma parte del universo de Dios.
Reciban en sus hogares al Espíritu Santo, ábranle la puerta para que como en el Cenáculo de la Virgen María, sus espíritus de amor puedan ser guiados por Sus benditos dones. Cuando se aproxima Mi Corazón a sus vidas, es el Espíritu Santo cultivado en Mi Corazón que se irradia para ayudarlos a dar los pasos en la fe inmaculada en él.
Queridos hijos, que en esta semana sus hogares se consagren al Hogar infinito del Inmaculado Corazón.
Hijos Míos, que la fe siempre los motive a caminar por el sendero de Mi amado Hijo, por el sendero de su conversión.
Agradezco la presencia de todos Mis hijos de la bendita Patagonia, ahora y siempre la Bienaventurada Señora de Guadalupe bendice a los amados remanentes indígenas.
Que la Paz esté con ustedes y con sus familias.
¡Gracias por responder a Mi llamado por la Paz!
María, Reina de la Paz y Madre de la Sagrada Familia
¡Alabado sea Jesús, queridos hijos de Rio de Janeiro!
Por primera vez en la historia de Mis Apariciones, Mi Inmaculado Corazón recibe el permiso celestial de descender en Gloria y Misericordia sobre su necesitada ciudad de Rio de Janeiro.
En honra al Sagrado Corazón de Jesús, los llamo en este día a abrir verdaderamente sus corazones a Mi Corazón, para que así Yo tenga el permiso de llevarlos a Jesús Cristo.
Queridos hijos, después de tantos meses y años en que Mi Obra se viene cumpliendo en esta parte de América junto con el Centro de Medjugorje, Mi Mensaje fundamental para todos ustedes es: ¡Paz!, ¡Paz!, ¡Paz! Si ustedes no intentan vivir en paz, ¿cómo llegará el Reino de los Cielos hacia sus pequeñísimas vidas?
Por eso, queridos hijos, que la paz reine entre ustedes, para que después pueda reinar en las ciudades y en los pueblos; principalmente la paz debe reinar en las familias, para que así Mi Hijo Jesús reciba el permiso de reinar con Su Luz redentora en sus corazones.
Hijos Míos, que la paz sea la tónica de esta época. El mundo deberá estar en paz para poder estar así en los Brazos de Dios, y eso será posible, hijos amados, cuando tan solo oren el Rosario con el corazón.
Queridos hijos, en cada Misterio del Rosario tienen las llaves para alcanzar su conversión y encontrar los estados de paz: paz en el corazón, paz en la consciencia, paz en el interior, paz en sus almas, paz en su trabajo para Dios, paz en cada espacio.
En la Paz del Cielo hallarán el alivio para sus recurrentes problemas. Si aún no tienen paz, Mis queridos, es porque primero deberán amar a Dios. Si aman al Padre nunca les faltará el regocijo y así, la Paz será la principal causa que les generará alegría, esperanza y victoria día a día, una victoria divina que puede residir en el corazón de cada ser.
Busquen en ustedes en dónde se encuentra la paz, porque la paz se fortalece con el poder sublime de la oración. La oración trae como repercusión muchas Gracias; entonces, Mis queridos, que la oración sea el motivo verdadero para que puedan vivir en paz.
Si falta la paz, es porque falta la oración. La oración verdadera y sincera es su impulso para el corazón. Sean buenos orantes, porque con el rosario en mano, tienen el camino a su redención, porque el Rosario es la puerta de salvación y el camino directo hacia el Corazón bendito de Mi Hijo, Jesús.
Entonces, Mis queridos, si el mundo en verdad orara a Dios y viviera los Mandamientos, podría estar bajo la Gracia de Dios, se evitarían las guerras y las divisiones entre los pueblos y tendrían un tiempo más de paz.
Cuando los llamo a la oración, los llamo al despertar de sus consciencias dormidas. Hijos, despierten a este importante pedido. Por eso, vengo aquí en esta noche a su encuentro, porque como Madre amo a cada uno de ustedes y daré todo hasta que den el definitivo paso hacia la consagración de sus corazones a Dios.
Sin Dios no pueden vivir, porque sería como un hijo sin su madre. Nada puede sustituir su encuentro interno con el Padre del Cielo. Él espera de ustedes una profunda unión. Dios es el Señor de la Compasión y de la Misericordia, no teman por sus pecados, ábranle paso para que Dios pueda ser el nuevo camino y así sus almas serán difusoras de la Luz amorosa del Padre.
Queridos hijos de Rio de Janeiro, como Madre vengo hasta su ciudad para que las almas dormidas despierten a tiempo, ahora llegó el momento de responder al Llamado de Dios a través de la obra del corazón.
Hijos Míos, para eso tienen a Su Madre, dispuesta a conducirlos por el camino de su pronta redención. Primero, busquen el camino de la paz, porque como Madre y Reina de la Paz, los reúno en torno a Mi Presencia para que recuperen las fuerzas y la voluntad de dar un amoroso sí al Señor del Universo.
Queridos hijos, recuerden que aún están a tiempo de encontrarse con Mi Hijo Jesús. Vengo, como Madre de todos, a buscar a los que fueron llamados por Mi Hijo para una tarea mayor.
Queridos hijos, comiencen hoy donando todo su amor a Mi Corazón a través de la oración.
Que la bendición, que hoy les traigo desde el Cielo a todos los presentes, pueda irradiarse también a los que más la necesitan.
Reciban hoy de Mi Corazón la Misericordia de Jesús, su único Pastor.
¡Les agradezco a todos Mis hijos de Rio de Janeiro por responder a Mi extraordinario llamado!
Los bendice, con amor y compasión,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz
Querido hijos:
Con alegría y compasión llevo en Mis brazos a niños y jóvenes, porque como Madre y Guardiana de la Fe, los llevo todos los días al Templo de Mi oración, al Templo eterno de Mi Padre y desde allí los llevo al encuentro eterno con Mi Hijo Jesús.
Amados hijos, hoy los reúno en nombre del Amor de Dios para que, impregnados por Su Espíritu, alcancen la paz, la paz del corazón.
En la Sagrada Familia se encuentra el verdadero Templo de oración, en donde el Espíritu Santo participa a través de Sus Dones en el corazón de las familias. Orando todos los días a Mi Corazón materno, como Madre podré estar presente para guiarlos hacia la paz.
Queridos hijos, que este encuentro con la Reina de la Paz, abra sus corazones al llamado de la conversión.
¡Les agradezco por unir sus corazones a Mi llamado del Cielo!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Reina de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más