TRIGÉSIMO IMPULSO CRÍSTICO PARA LA CUARESMA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

40 días con Jesús a través del camino cuaresmal

"Que Dios te muestre Su Divina Faz e ilumine tus caminos para que alcances el propósito de tu existencia.

Que el Señor, tu Dios, te unja con Su Luz y te libere para siempre de todo lo que te aprisiona en la vida.

Que el Padre Celestial te guíe y te muestre la sagrada senda para cumplir Su Santa Voluntad.

Que tu corazón se abra como un templo para que en ti habite el Señor, tu Dios, el Dios de Israel; para que puedas concebir en ti mismo un corazón vacío, libre de ambiciones, de vicios y de toda propiedad.

Que el Señor, tu Dios, Adonai, transfigure por entero tu consciencia para que la vida divina sea en ti y algún día pueda serlo en toda la humanidad.

Que la Divina Gracia conceda por amor este momento, a fin de que los Nuevos Cristos estén presentes en la superficie de la Tierra".

Cristo Jesús

SEXTO IMPULSO CRÍSTICO PARA LA CUARESMA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

40 días con Jesús a través del camino cuaresmal

"En el corazón del desierto hallarás un lugar. En ese lugar, encontrarás la Faz Luminosa de Dios, y Su Presencia Inconmensurable te inspirará y te impulsará a que, con fe y confianza, aprendas a superarte a ti mismo.

Camina en dirección hacia este sagrado reencuentro.

La respuesta que buscas está dentro de ti".

Cristo Jesús

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando cometas un pecado, hijo, no le escondas tu rostro a Dios, evitando Su Presencia y Su Faz por la vergüenza que eso te trae.

Cuando peques, sabe que mayor que el pecado debe ser el arrepentimiento del alma; y que, en la balanza de la Justicia Divina, la vergüenza pesa menos que el arrepentimiento y este le abre la puerta a la Divina Misericordia, que equilibra todos los pecados del mundo.

Cuando cometas un pecado, que tu alma sea como un niño que se rinde a los pies de sus padres para confesarles sus errores, y en diálogo con Dios, confiésale tus miserias más profundas.

Dios es un Dios de Justicia, pero ante una alma arrepentida, le revela Su Corazón Misericordioso y Compasivo, capaz de traer nuevamente hacia Sí mismo al más pecador de Sus Hijos, si este llama a Su puerta.

Por eso, mantén una confesión constante, un diálogo sincero con Dios y el corazón dispuesto a recibir la Misericordia Divina. Así, estarás en el camino correcto y, mucho más allá de la dualidad humana o de la batalla interna que los seres viven en sus definiciones de cada día, siempre encontrarás paz porque tu alma reencontrará el vínculo y la alianza con su Creador, recordará Su Promesa Divina y renovará su esperanza en seguir Sus Pasos.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo,

San José Castísimo

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre de Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Gran Espíritu Inmortal del Señor del Oriente intentará reconstruir la paz en el planeta; ya que las guerras de estos tiempos, principalmente aquellas guerras que se ocultan a los ojos de todos, han rasgado el éter del planeta y las fuerzas contrarias han ingresado a la humanidad para perturbar a los corazones, para disociar a las mentes, para dividir a toda la humanidad al punto de que se olvide de que todos son hermanos, que tienen un mismo Dios, y son hijos de un mismo Padre.

Por eso, el Señor del Oriente despuntará nuevamente como el Gran Sol del Universo para que pueda ayudar a las almas de la humanidad, para que pueda rescatar a las naciones que se están perdiendo, para que pueda volver a erguir a todos los corazones que han perdido la fe y la confianza en la esperanza, que han perdido el amor por todo lo que viven, por todo lo que atraviesan y padecen en estos tiempos.

Pero esa poderosa Luz del Señor del Oriente, Su Gran Espíritu Inmortal, no se opondrá a nadie ni a ninguna otra energía, porque Su Consciencia Crística e Inmaterial les traerá a todas las almas lo nuevo, así como Él lo trajo hace tanto tiempo a todos los corazones que buscaban incesantemente al Maestro entre los maestros.

El Señor del Oriente reaparecerá como prometió y abrirá las puertas de la Misericordia en el planeta para que los corazones se vuelvan a erguir, para que las naciones se vuelvan a reconciliar, para que todos puedan aguardar Su Retorno tan prometido y esperado.

Porque en esa hora, Su Paz y Su Luz que son invencibles, poderosas e inmortales, les traerán a los corazones el fin del ciclo del sufrimiento, el fin del ciclo de la enfermedad espiritual, mental o física.

Él abrirá las puertas a la cura universal, y será en esa hora, hijos Míos, que el Señor del Oriente llevará adelante el Juicio Universal cuando proclame una vez más Su Palabra; y todo se sabrá en ese momento, todo se conocerá profundamente y nadie quedará más en la ignorancia, porque Su Espíritu impregnado de Sabiduría y de Amor les traerá claridad a los corazones, les traerá la paz a todas las vidas que siempre esperaron con ardiente devoción Su Retorno, y todo el universo lo acompañará.

Por eso, prepárense para ese momento a partir de ahora, preparen internamente sus corazones y almas porque Su hora se está acercando, y ya no verán más el caos de estos tiempos porque aun los que todavía no se han redimido tendrán la oportunidad de redimirse, tendrán la oportunidad de pedir perdón y de enmendar todos los errores que cometieron a través de los tiempos.

Sé que esto les parecerá que es inalcanzable; pero el Señor del Oriente, cuando emerja como la Luz del Sol en el horizonte de este planeta, tendrá todo esto muy presente porque un nuevo ciclo comenzará como está escrito y profetizado. Y Yo estoy aquí, como Su Santa Madre, para anunciarlo, porque Soy la Madre de los profetas, la Madre que anuncia el Retorno de Cristo.

Por eso, vengo aquí para que espiritualmente pueda dejar las señales de Cristo, así como esas señales que Él dejó en cada paso de Su vida pública, en el momento de cada milagro como también en el momento de cada liberación.

Cuando el Señor del Oriente retorne, en el próximo ciclo, reunirá todas Sus experiencias vividas y Sus méritos. Él no usará el Poder que Dios le dio, porque Él emanará Su Amor infinito y cósmico para las almas.

En esa hora, nadie se podrá resistir a Su Amor inconmensurable porque Su impulso será un impulso solar más fuerte que todas las estrellas reunidas, más fuerte que todos los soles de este universo, más poderoso que la expresión original de la Creación; porque el Señor del Oriente vendrá con Su verdadera Faz, aquella Faz que inicialmente fue conocida por algunos de Sus apóstoles en el Monte Tabor.

Y les aseguro, hijos Míos, que la humanidad comprenderá completamente lo que estará pasando; porque el Señor del Oriente en Su Retorno ya no les traerá misterios, sino que les develará los tesoros del Cielo y del universo; porque Él, como emanación del mismo Dios y de la misma Vida Divina, les demostrará a todos, a todas las criaturas de la Tierra, lo que verdaderamente es Dios en Su Esencia, en Su Espíritu de Amor, Prodigio y Compasión.

Por eso, hijos Míos, todos los que siguen a Cristo más allá de la religión o de la creencia, más allá de todo dogma o disciplina espiritual; todos, a través de sus aprendizajes de amor, perdón y redención, deben preparar el Retorno de Cristo y separarse de una vez y para siempre del conflicto, porque este mundo ya está lleno de conflictos.

En este último encuentro de diciembre, Mi Hijo les enseñó a reunirse y a unirse, a través de la oración, a la poderosa Red Suplicante, que es a la que ustedes deben conectarse internamente, a través del verbo creador que proporciona el poder de la oración auténtica. Esto detiene los graves acontecimientos que quieren hacer sucumbir a la humanidad.

El poder del verbo creador, correctamente utilizado, evita desastres mayores en el plano material y espiritual, detiene las ideas tenebrosas de muchas mentes, porque nadie se imagina a una humanidad sumergida en la oscuridad.

Por eso, el espíritu de la oración y del verbo creador detiene muchos acontecimientos, concede muchas oportunidades, otorga muchas Gracias y Misericordias a aquellos que tal vez por Ley no las merecerían, corrige el camino de muchas almas que está desviado y les trae la paz.

Con esto, estarán preparados para recibir al Señor del Oriente porque Su Presencia será inconfundible, Su Amor será el mismo que conocieron en Tierra Santa, en cada acto, en cada prodigio, en cada Palabra emanada a través de Su Amor.

Aurora, como Reino Interior, tiene una tarea fundamental en el final de los tiempos, como base preparatoria para el Retorno del Señor.

No quiero decirles más de lo que debo decirles para que no pierdan Mi impulso espiritual; porque es importante, hijos Míos, que comprendan lo que les estoy queriendo decir a través de este Mensaje.

Él Me envía aquí como Su Sierva, pero Yo vengo aquí también como la Madre de todos para llevar adelante este Plan de Dios que debe manifestarse y concretarse en cada plano, que debe ser una realidad y un triunfo a través de las almas redimidas.

Como muestra de ese Amor, que permite el milagro de la vida y la conversión de los corazones, que se acerquen aquí los que hoy se consagrarán como Hijos de María, para que Yo los pueda bendecir en nombre de la humanidad.

Hoy, estoy aquí, queridos hijos, ante la célula más importante del Proyecto de Dios que es la familia, la familia que en este tiempo está siendo atacada y dividida por Mi enemigo. Pero sientan Mi protección, sientan Mi abrazo consolador y maternal, porque Dios no permitirá que Su más preciado Proyecto se destruya.

Más allá de las batallas o de los conflictos, más allá de la falta de paz o de entendimiento en la familia, ustedes, hijos Míos, que hoy se consagran ante Mí, ofrezcan su vida orante por todas las familias del mundo, principalmente por aquellas que han sido lastimadas y agredidas por los juicios de valor o por la condenación.

Confíenme a sus hijos y a sus familiares, que Yo Me comprometo, como su Santa Madre, a cuidarlos y a asumirlos; porque Mi principal misión, hijos Míos, es que sus familias puedan ser un espejo de amor en el mundo y que los valores espirituales y humanos hagan dignas a todas las familias del mundo.

Reciban así Mi bendición maternal y espiritual, y especialmente las madres que con sus hijos hoy están aquí, junto a este Altar, que reciban al Espíritu Inmaculado, el Espíritu de Dios, que envolvió a su Santa Madre, a San José y al Niño Jesús en Belén.

Que la llama de sus vidas sea la simplicidad, así como lo fue en el Corazón de su Madre Santa.

Que la llama de la humildad sea en sus vidas, así como lo fue en el Corazón Casto de San José.

Y que la llama de la pureza sea en sus familias, así como lo fue en el pequeño Niño Jesús, para que la inocencia se recupere en este mundo, en las familias, en los pueblos y en las naciones que viven las guerras.

A través de Aqua Solar, ofrezco esta alma, en nombre de todas las almas que han sido decapitadas en Medio Oriente, para que la humanidad recuerde que sin el amor de una verdadera madre nunca podrá vivir. Porque el amor de una madre nunca los condenará, siempre los guiará por el buen camino, por el camino del bien y de la caridad.

Yo les agradezco, hijos Míos, por haberme ofrecido hoy esta Gracia de sus familias.

Sepan que el Amor siempre triunfará y el mal nunca vencerá, porque ustedes son Hijos de Dios.

Los bendigo y los consagro como Hijos de María, como hijos Míos que siempre fueron, desde otros tiempos.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, quiero bendecirle una rosa a cada uno, para que siempre recuerde que existe la Belleza de Dios y, sobre todo, siempre existe Su Amor más allá de todas las cosas, y que Él colocó Su Amor y Su Belleza en cada uno de ustedes desde que fueron concebidos en los vientres de sus madres.

Hijos, Dios lo ha pensado todo y hoy Dios se los recuerda a través de Mí.

Que la belleza de sus almas se pueda expresar como una flor.

Que la devoción de sus almas se pueda elevar a través del aroma de la flor y que el Amor del Padre siempre los cure y los sane.

Hoy, ya son Hijos de María.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de nuestra Madre, después de este momento, vamos a prepararnos para que estas familias, que hoy se consagraron, reciban el Sacramento del Bautismo, como un acto de renovación espiritual y como una oferta por las familias del mundo, especialmente por las familias que viven las guerras y que no encuentran la paz.


¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL VALLE DEL RÍO LOIRA, REGIÓN CENTRAL DE FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO DEL DÍA 20

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, quiero que contemplen las Cinco Llagas del Señor traspasadas por todos los horrores del mundo.

¿Quién retirará de las Manos del Señor los clavos que, una vez más, están siendo colocados, que representan en una Mano la impunidad y en la otra Mano la injusticia?

¿Quién retirará de los Pies de su Señor los clavos que representan la falta de amor y de compasión en el mundo?

¿Quién retirará la lanza del Costado de Jesús, la Llaga que más le duele en este momento, que representa a la muerte de los inocentes?

¿Quién recogerá, con el cáliz de su corazón, la Sangre Preciosa que es derramada, en este momento, a través de las Manos, del Costado y de los Pies de Jesús?

Esta es la Faz que hoy Yo les presento a todos. Este es el Mensaje, pero también es el símbolo que quiero dejarles, no solo a ustedes, sino también al mundo entero.

Y hoy, les muestro todo esto a las puertas de Mi Casa, a las puertas de Mi Iglesia, desde el Sagrario más íntimo de Mi Corazón, desde donde He salido para presentarme a ustedes, así como Me He presentado en otros tiempos culminantes de la humanidad.

Esto es lo que hoy quiero que contemplen, para decirle al mundo que Mi Insondable y Divina Misericordia no está siendo considerada en este momento; porque el cáliz de la consciencia humana, el cáliz de la consciencia del planeta, antes estaba medio lleno y ahora está rebasando por la acumulación de los errores y de los pecados del mundo.

Quiero que vuelva a ser considerada, ante este momento culminante de la humanidad y del planeta, la devoción a Mi Insondable y Sagrado Corazón, para que los principios y los méritos alcanzados por su Maestro y Señor vuelvan a ser justificados, ante un escenario de horrores, de guerras y de conflictos, de división y de cisma dentro de las religiones.

Por eso, una vez más vuelvo a salir del Sagrario de esta iglesia para reconstruir la esencia espiritual del Propósito de las religiones, para que las almas que una vez creyeron en Mí ya no se aparten de Mí, sino que encuentren la Iglesia Espiritual en Mi Casa, la morada espiritual que tanto buscan y anhelan para estar protegidos de los asedios de estos tiempos, que de una forma desmedida imparte Mi adversario, el enemigo de todos, de una forma nunca antes vista.

Pero quiero decirles, compañeros, que a pesar de que en este momento Mis Manos, Mi Costado y Mis Pies siguen sangrando, quiero que recuerden el momento de su Maestro y Señor en el Huerto Getsemaní, lugar en donde le fue revelado todo lo que sucedería en este tiempo, pero también le fue revelado lo grandioso que sucedería en el final de estos tiempos, a través de la fe de los corazones que creen en la existencia del Cristo Vivo y en la presencia de Su Amor Misericordioso e Insondable.

Quiero que estén delante de la Faz ensangrentada de Jesús, no para que sufran, sino para que maduren y crezcan, para que el mundo, a través de este símbolo y de esta Faz que hoy les presento, sepa cómo está dejando al Sagrado Corazón de Jesús. Por eso, Yo les vuelvo a decir que tengo sed de las almas, tengo sed de las víctimas que se postulen a Mi Amor Redentor.

La desolación del Señor es muy desconocida para todos; la desolación que es provocada a través de los hermanos y hermanas que sufren, de los que escapan de la guerra y del conflicto, de los que ya no tienen hogar, de los que ya perdieron su familia y seres queridos de una forma inesperada.

¿Quién tendrá la valentía y el coraje de reparar esos corazones destruidos?

¿Quién será capaz, sin desafíos ni batallas, sin armas ni insultos, a través de la inteligencia del corazón y del silencio del espíritu, de enfrentar a las fuerzas del mal que provocan los horrores de estos tiempos?

No es enfrentándose con la espada que esto terminará; porque en el momento antes de ser entregado en el Huerto Getsemaní, cuando estaba siendo apresado por Mis enemigos, cuando la gruesa cadena traspasaba Mi Cuello y amarraba Mis Manos y Mis Pies, aunque perdiera un poco la respiración, cuando recibía los primeros golpes en el Abdomen, Pecho y Rostro, y el Dios Vivo era atormentado y golpeado sin que nadie lo percibiera, Yo le dije a Pedro: “Quien levanta su espada, a espada morirá”.

Se ha perdido, en este tiempo, el sentido del diálogo y de la cordialidad humana, que lleva a la hospitalidad, a saber lo que el prójimo necesita en cada momento y en cada instante.

Si dieran una mínima gota de amor, todo estaría resuelto. Por eso, tuve que derramar Mi Sangre en el Calvario, gota a gota, no solo para que la superficie fuera impregnada del Amor Crístico y Liberador, sino también para que las almas aprendieran de la donación y de la entrega incondicional.

Es hora de hacer frente a la realidad planetaria, porque muchos podrían ser sorprendidos de la noche a la mañana. Y, Yo les pregunto, ¿qué harán, abandonarán al Señor, como lo hicieron muchos de los apóstoles?

¿Quién estará a los pies de la cruz de este calvario planetario, sin temerle a las fuerzas del mal y sin desafiarlas?

¿Quién será capaz de invocar la Sabiduría del Espíritu Santo, para aprender a sobrevivir en estos tiempos críticos?

A las puertas de Mi Iglesia Espiritual, de Mi Iglesia Eterna, de Mi Iglesia Sublime que reside, a través del Reino de Dios, en el corazón de todas las criaturas, Yo vengo a entregarles esta revelación más íntima de Mi Corazón, porque el mundo ya cruzó los límites y las fronteras del equilibrio e ingresó en un desequilibrio que parece no tener fin.

Por eso, este es el tiempo de que no solo en la superficie, sino también en los otros planos de consciencia, aprendan a superar la batalla espiritual, en donde todo infelizmente está permitido.

Hoy, a través del aura de Mi Consciencia, les traigo un modelo esencial para ustedes, un ejemplo a seguir y a imitar: Santa Teresita del Niño Jesús, que fue y que es el gran espejo de la inocencia humana, representado a través de lo femenino, de la delicadeza del amor por las almas, de abrazar constantemente el sacrificio y el sufrimiento de los demás para que, de manera anónima e incondicional, ese sufrimiento sea aliviado en el mundo.

Hoy, todos los santos y bienaventurados están unidos a este momento para poder reafirmar la devoción al Sagrado e Insondable Corazón de Jesús, para que haya almas depositarias de los códigos y de los méritos de Jesús, porque la humanidad lo necesita antes de que sea demasiado tarde.

Por esa razón, estoy aquí, para que la humanidad Me escuche atentamente, para que sepan que todos los Sagrarios de la Tierra están abiertos espiritualmente en este momento para sostener al planeta, por una orden espiritual que les He dado a los santos ángeles de Dios, a los grandes celadores de los Relicarios del Cuerpo y de la Sangre de Jesús.

En este momento, invito a las almas devotas y sensatas a estar delante de todos los Sagrarios de la Tierra, antes de que una decisión incorrecta sea tomada en el mundo y perjudique a muchas más consciencias.

Es así que también los invito a estar delante del Eucarístico Corazón de Jesús una y otra vez, y que en el silencio puedan sufrir Conmigo para que el sufrimiento ya no esté en los inocentes, en las familias que escapan de la guerra y de la persecución, en los enfermos en medio de la guerra, en los que están paralíticos e inmóviles y no tienen cómo salir del caos.

Quiero que piensen Conmigo en los que sufren, porque Yo morí en una Cruz por todos y para todos, para que tuvieran vida en abundancia, para que resucitara en la consciencia humana el Espíritu de la Vida de Dios que había muerto en muchos de ustedes en otros tiempos.

Este es el motivo de la Sangre derramada de Jesús, de cada latigazo y de cada martirio, de que hayan salivado el Rostro de Dios Vivo y su Maestro haya estado inmutable delante del mal.

Mi derrota no fue el silencio, porque Mi victoria fue la entrega incondicional de Mi Corazón, sin nada a cambio, aun sabiendo que Me negarían; así como hoy muchas almas Me niegan por los martirios que les han generado muchos sacerdotes en el mundo, tomando Mi autoridad celestial y usándola a través de una acción de impureza y de injusticia.

Pero, Yo les digo a todos los que han sido afectados y ofendidos que vengan a Mí, porque Mi Vida puede morar en ustedes y ustedes pueden morar en Mí.

¡Confíen en Mí! ¡Confíen en Mí!

Yo les prometo, y siempre les prometeré, el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie puede ir al Padre, sino a través de Mí; porque el Padre puede descender a ustedes a través de Mí, porque Yo Soy parte del Padre, así como el Padre es parte de Mí, y si Yo puedo ser en ustedes, Mi Padre será en ustedes.

Cuántos en este momento pierden esta Gracia y esta oportunidad, y Mi enemigo socava el Plan de salvación de las almas. Pero no temblaré, porque el Señor no teme, el Señor avanza con determinación y valentía, aunque cargue en Su Corazón todos los pecados del mundo, aunque esto sea anónimo e invisible a los ojos de todos.

Mi Iglesia necesita ser reconstruida, así como San Francisco de Asís la reconstruyó espiritualmente a través de las bases de la humildad, de la austeridad, de la pobreza y de la comunión con la santa castidad, a través de su unión con los Reinos de la Naturaleza.

A pesar de todo, el Corazón de Jesús llega a esta casa de retiro espiritual, a retirarse como fue en Betania, momentos antes de Su entrega en Jerusalén, momentos antes de Su Última Cena con Sus amados apóstoles y compañeros, con Sus hijas predilectas, las santas mujeres.

Hoy, vengo aquí a descansar un momento, para que el Espíritu de Jesús descanse de todo lo que ve del mundo, para que esta pausa sea el momento de sumergirse en el silencio y así meditar sobre las nuevas estrategias de los Planes Divinos del Señor.

Aún Mis Manos, Mi Costado y Mis Pies siguen derramando la sangre de los inocentes, de los mártires del final de los tiempos, que no tienen religión, pero que sí tienen amor verdadero y están tan unidos a Dios como ustedes lo están, más allá del sufrimiento que en este momento ellos atraviesan, porque este es el tiempo del Getsemaní interior para cada uno.

Celebremos, a través de la Santa Comunión, los méritos alcanzados por el Sagrado Corazón de Jesús, por el bien y por la paz en las almas. Porque, una vez más, les pedimos que no levanten las armas, que no eleven voces de agresión, para que no exista más la impunidad, especialmente las nefastas estrategias que algunas naciones llevan adelante a través de la guerra.


Oh, Jerusalén,
en un día inesperado te cercarán de trincheras,
te acorralarán como un animal inofensivo,
para querer matarte y hacerte desaparecer.

Oh, Jerusalén,
no has reconocido la Faz del Señor
y ahora recordarás ese momento,
en el que su Señor lloró a las puertas de Jerusalén,
porque Su propio Templo estaría en peligro.

Pero no te desesperes, Jerusalén,
porque tú eres la Ciudad Prometida,
el reflejo de la Ciudad Celestial de Dios
que Adonai cuidó piadosamente,
a través de las tribus y de los profetas.

Jerusalén, ya no levantes tus armas;
eleva tu corazón a Dios
y ofrécete por tus enemigos,
para que el Amor de Cristo los redima,
para que se establezca la paz que desapareció.

Reconoce, Jerusalén, que el Mesías ya llegó,
y que el Salvador retornará pronto
y te sacará de las trincheras y de los asedios,
de los peligros y de las amenazas.

Tú serás retirada, Jerusalén,
porque llegará la Nueva Jerusalén,
la Ciudad Celestial del Padre
que levitará en los Cielos,
que irradiará a las consciencias,
que liberará a los corazones,
que restablecerá la paz
que tantos buscan y anhelan.

Oh, Jerusalén,
Sagrada Jerusalén, Corazón de Galileum,
refleja tus principios de lealtad y de verdad.
 
Ríndete ante el Arca de la Santa Alianza, Jerusalén,
así como lo hicieron los patriarcas y el sagrado pueblo de Israel.

Comparte tus tesoros de vida y de enseñanza,
comparte las Reliquias de Dios.

Jerusalén, sé un puente de paz
para todos los que sufren y padecen,
para que el Llamado de Dios
no sea interrumpido por el sonido de las armas
y por los gritos de los que desesperan,
de los mutilados, olvidados y descartados.

Oh, Jerusalén,
no te comprometas con el mal,
porque el mal será vencido a través del Amor de Jesús,
así como fue en Mi última espiración en la Cruz.


Les agradezco por acompañarme en este herido momento y por confiar en la Luz regeneradora de Mi Corazón; para que, a tiempo, todo sea reparado dentro y fuera de la consciencia humana.

No se olviden de la unidad entre ustedes, porque donde no hay unidad Yo no estoy.

Que la poca unidad que hay en el mundo prevalezca, la unidad que lleva al discernimiento, la unidad que lleva a una sensata respuesta, la unidad que los llevará siempre a la paz, la unidad que siempre los impulsará a ser seres de bien. Porque en la unidad, que es el espejo del Amor de Dios, está la llave maestra para superar el fin de los tiempos.

Celebremos por Mi herida Tierra Santa, desde Jerusalén hasta Gaza, desde el Mar Mediterráneo hasta los Emiratos Árabes.

Que así se establezca Mi Sagrada Cruz, la Cruz de Israel, para detener las guerras y la muerte de los inocentes, de los que gritan por ayuda.

Llegó el tiempo de ser un verdadero apóstol porque el mundo lo necesita, el planeta lo necesita.

Yo les agradezco por responder a Mi Llamado y bajo la Luz misteriosa de Mis Llagas Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Busquen Mi Paz.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE NIÑO REY, RIO DE JANEIRO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 108.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Te adoramos, oh Cristo,
 y Te bendecimos,
que por Tu Santa Cruz redimiste al mundo. 
Amén.


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Vuelvo a retornar desde el corazón del universo para traerles Mi Paz. Vengo desde el corazón del gran misterio de toda esta Creación, para que las almas y los espíritus presentes en la superficie de la Tierra reciban los impulsos de Mi Gobierno Espiritual, más allá de todo lo que hoy suceda en esta superficie. 

Pero en verdad, Yo les digo que en otras partes de este universo sí se vive Mi Gobierno Espiritual. Aún esta humanidad está demorada dos mil años; pero existen otras humanidades en este universo que viven en consonancia Conmigo en el Universo Espiritual, siendo parte de las Leyes Universales, siendo parte de la Vida Sublime, formando parte de todos los Rayos y de las diferentes corrientes del universo.

Hoy, Yo les traigo esta consciencia para que, siendo parte de Mí, participen Conmigo de este momento, de la elevación de sus almas para alcanzar el Divino Propósito. 

Que todas las humanidades de este universo no solo vislumbren en el horizonte de esta infinita existencia el Divino Propósito, sino que también lo encuentren dentro de sí mismas. De esta forma, compañeros, a pesar de las consecuencias y de los acontecimientos de estos tiempos, aprenderán a desapegarse de lo que es superficial y mundano, cuando imiten en espíritu y en esencia a todas las humanidades del universo, todo lo que las humanidades viven en este vasto cosmos que forma parte de esta Creación, de todo este sistema de vida.

Esas humanidades, que están latentes en el Universo Material, oran por ustedes en el silencio imperceptible del espíritu; y sus sublimes vibraciones de Paz y de Amor, como una sola y única Hermandad, resuenan en todo este vasto cosmos, para implorarle al Padre Eterno por una oportunidad para este planeta Tierra, del cual ustedes forman parte hace tanto tiempo, porque son parte de un Proyecto Original, de una Esencia de Vida y de un Propósito que aún no se cumplió.

Por eso, ustedes son parte en este tiempo de una transición, no son parte de un fin, sino están delante del umbral a un nuevo tiempo, a un nuevo conocimiento que les llegará a todos, que les abrirá las puertas de la mente y de la consciencia, y este Sagrado Conocimiento Sideral ennoblecerá a sus espíritus, permitiéndoles recordar sus orígenes y hasta sus sistemas de vida. 

De esta forma, podrán reconocer en sí mismos que no solo son materia o mente, sino que son un espíritu en evolución que debe alcanzar la meta de la redención y del amor, para poder cristificarse algún día y ser el ejemplo de un Propósito y de una Voluntad alcanzada, a través de Cristo, por el propio Padre Eterno en todas Sus Criaturas.

Por eso, no pierdan la esperanza de seguir adelante, de transformar sus vidas y de purificarlas. Aspiren a ser como esas humanidades del cosmos, que también aprendieron de los errores y de las caídas, que fueron estrellas caídas en este vasto Universo Sideral, pero que el Gran Manto de la Madre del Mundo las recogió en sí mismo para hacerlas brillar, una a una, en este firmamento de la Creación.

Por eso, en esta noche oscura, no solo miren aquello que es doloroso, crean en el poder del amor y de la cura que viene del universo, y hasta sus células se sublimarán y transformarán.

En una noche estrellada, contemplen el firmamento y pregúntense internamente: ¿quién soy yo?

El Padre extenderá Su Mano y les señalará su estrella de origen, y así, sus mundos internos y sus almas recordarán esta larga caminata, esta infinita trayectoria que han realizado hasta el presente y que aún no terminó, y que deberá completarse no solo por ustedes, sino también por sus orígenes, hasta alcanzar la síntesis de esta experiencia de amor, de redención y de unidad que se puede vivir en esta escuela del planeta Tierra. 

Por eso, no solo piensen en lo que es material, piensen en lo que está más allá de lo material. Los invito a contemplar una noche estrellada para que sientan, muy cerca de ustedes, la Presencia de la Sagrada Hermandad, que viene acompañando su caminata y su trayectoria desde el principio y que espera en oración y en silencio su gran despertar, el gran momento de la redención de la humanidad. 

Por eso, Yo vendré del Cielo una vez más, diferente a cómo vine cuando encarné o aun cuando ascendí al Universo. Vendré trayendo la Gloria de Dios, pero también Su Infinito Gobierno Espiritual, que dio origen y sentido a toda la Creación a través de las Leyes y de los Principios llamados Atributos.  

Recuerden, Hijos del Padre, que en esencia son parte de Dios y no son solo parte de errores vividos y experimentados. Porque aún una historia deberá terminar de ser escrita, y el Padre aún detiene su Pluma de Luz a la espera de que Sus Hijos den el paso y se decidan a ser parte de un Plan de Amor y Redención, enseñado por el propio Cristo hace dos mil años.

Nunca duden, el Reino de los Cielos les pertenece y en él todas sus moradas. Allí se encuentra la síntesis de toda su existencia, las respuestas a todas sus preguntas. Allá arriba, en el Universo, está escrita la historia en los Espejos, historia de cada uno de ustedes.

Por eso, esta es la hora y este es el gran momento de honrar, dar valor y adorar el pasaje de Cristo durante Su Vida en la Tierra; para que sus almas y, sobre todo, sus corazones sean una prolongación de la vida crística en este planeta, sean parte de las células del Cuerpo Místico de Cristo, que pulsa incesantemente en la búsqueda constante de la Luz, del Amor y del Bien.

Hoy, se abren sus historias ante los ojos del universo, y el Amor de Cristo aplaca los errores, disuelve las consecuencias, apacigua los traumas, ennoblece a los espíritus y les abre un nuevo camino hacia una nueva oportunidad; porque Dios se hace pequeño en los humildes, Dios se hace poderoso en los simples, Dios expresa Su Amor Infinito en todos los que le dicen sí.

Todo pasará, pero las Palabras del Padre, a través de Su Hijo, permanecerán y reverberarán en el corazón de los hombres y mujeres de la Tierra que, en este tiempo final, escuchen el sagrado llamado.

Así, sus Ángeles de la Guarda también elevarán al Padre sus experiencias y demostrarán al Padre que Su Proyecto Divino en esta humanidad es posible, aunque esté llegando el gran tiempo de la tribulación y que las almas tengan miedo de poder enfrentarlo y de vivirlo.

Pero si la Sangre de Cristo fue derramada en la superficie de este planeta, ¿quién le dará su vida a Cristo para que el poder de Su Divina Sangre, guardada en los Sagrados Cálices de los Recintos de la Tierra, ilumine al mundo en oscuridad, disipe las fuerzas del mal para siempre y establezca en la superficie de este planeta el Nuevo Edén, en donde los autoconvocados conocerán el Paraíso?

Si fui capaz de perdonar a un ladrón en el momento más doloroso de la Cruz, ¿acaso no creen que seré capaz de perdonar sus errores y faltas?

El Amor de Dios se multiplica en aquellos que se dejan amar y que encuentran en sí mismos el camino del espíritu. No hay otro camino para recorrer; porque, una vez, Yo les dije, compañeros: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida”. 

Hoy, elevo en Mi Corazón, hasta los Altares de Mi Padre Celestial, las flores y los frutos que Me han ofrecido a través del ejercicio de la sagrada oración; porque esto es lo que hoy tengo a Mis Pies, las flores de las almas buenas, los frutos de los servidores incansables que sostienen en la fe a lo desconocido, las Islas de Salvación llamadas Comunidades-Luz. 

Recuerden que cuando estén dentro de una Comunidad-Luz, estarán dentro del Corazón de la Jerarquía, de un Corazón que siente y que recibe, de un Corazón que se dona silenciosamente sin nada a cambio, solo con el fin de cumplir la Voluntad de Dios.

Sean grandes células del Corazón de la Jerarquía. La Sabiduría y el Amor de Dios siempre podrán colmar sus espíritus cuando sean consecuentes.

Muchos en el mundo buscarán saciar sus tristezas y angustias, su desesperación y agonía; pero ustedes, tan pocos a los Pies de la Jerarquía, que sostienen la vida de las Comunidades-Luz que aspira a la evolución, son los que tendrán la Gracia, por su propio esfuerzo y entrega, de ser amparados por el propio Dios, bajo Su estado de Infinita e Insondable Misericordia.

Algunos años más pasarán para que la vida de las Comunidades-Luz sea conocida. Y aquellos que no las comprendieron y que las juzgaron se arrepentirán, así como muchos se arrepintieron al no reconocer al Dios Vivo colgado en la Cruz, dando lo máximo de sí, hasta la última gota de Su Sangre y de Su Agua por la salvación y el rescate de la humanidad.

Por eso, tengan fe y sigan adelante. No se detengan en sus miedos, en sus errores, en sus fracasos o hasta en sus incertidumbres. Tengan la percepción bien abierta y sientan en el corazón el Sagrado Manto de la Jerarquía que les da calor en la noche fría del mundo, que los conforta y que los anima en las tribulaciones, que los unge bajo el espíritu de la hermandad.

Así, en este día de dolor y de sufrimiento del planeta, en el que el Corazón del Maestro está partido, pidan a Dios la Gracia de un corazón vacío que sea capaz de dar mucho más hasta el final por un solo fin, por la salvación de las almas y de las naciones que ya se condenaron, para que el Fuego Eterno de Mi Amor y la Luz Insondable de Mi Divina Misericordia sean capaces, así como fue en la Cruz, de aplacar todos los errores del mundo.

Así, muchos más verán venir al Hijo de Dios, como Él lo dijo, entre las nubes, los soles y las estrellas del universo. Y lo verán venir con su verdadera Faz, aquella Faz que se iluminó en lo alto del Monte Tabor, Faz Divina y Gloriosa que se revelará a todos como un Sol entre todos los soles del universo, que con su irradiación y expansión transfigurará y modificará el código corrupto humano, haciéndolos sublimes, puros e inocentes, así como lo son los ángeles de todo el universo.

En esa hora, la dualidad ya no existirá, el mal se disolverá porque triunfará el Amor de Cristo en los corazones, trayendo al mundo los Mil Años de Paz.

Entonces, el Corazón del Rey ya no escuchará el llanto de ningún niño por hambre, por guerra o por enfermedades; ya no habrá madres de las guerras; ya no existirán abuelos y enfermos abandonados, no existirá ningún corazón más solitario y perdido, porque Mi Amor es para todos.

Yo colocaré, a los Pies del Trono del Padre, las ofrendas de los redimidos, de todos los que caminaron con Cristo a través de los tiempos, más allá de sus miedos o de sus dudas, porque habrán hecho triunfar el Amor del Redentor.

Y así nacerá el Nuevo Hombre, nacerá el nuevo ser y no será más necesario aprender de los errores, sino reconocer en sí mismos que Dios los ama tanto, pero tanto, que si lo supieran o tal vez lo sintieran no lo soportarían.

Alégrense y caminen en la paz. 

Recemos por el fin de este cautiverio espiritual planetario, para que nadie más tenga que sufrir, porque Yo sufrí por ustedes cada golpe, cada latigazo, cada parte de Mi Cuerpo perdida en el Calvario. Yo sufrí por el mundo en la Cruz y Me convertí, por Amor, en el Árbol de la Vida, para que todos tuvieran Vida en Mí.

Como una demostración infinita de Mi Gracia, hoy volveré a consagrar a nuevos adoradores, postulantes que se confirmarán para ser testimonios del Amor Crístico en el mundo, a través de la veneración y de la contemplación a Mi Cuerpo Eucarístico.

Pero también este será un importante momento, para todos los adoradores de Brasil, de renovar sus votos, de volver a confirmarse en Mi Camino y de decirles, de una vez y para siempre, a todos los que encuentren, que Cristo es la salvación.

Para esta consagración especial y antes de que vivan Mi Comunión Espiritual, entonaremos una canción pidiendo la Gracia del corazón vacío.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a prepararnos para esta simple ceremonia, a través de esa canción, “Corazón vacío”.

Y, en este momento, nos preparamos internamente para renovar los votos de todos los adoradores.

Cristo acompañará esta ceremonia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL QUINTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Fray Zeferías, el Señor está pidiendo que toques el piano para preparar Su trabajo.

Él, de alguna forma, nos pide que todos nos preparemos en este momento para lo que va a suceder, bien despiertos y concentrados, sosteniendo este canal con Cristo.

 

Que alegría es estar hoy aquí, entre ustedes, para recordar lo que una vez les entregué por la redención de toda la humanidad: la gran llave de Mi Amor, basada en el espíritu de la redención, que Yo vine a vivir en carne propia, para salvar a todo el género humano.

Este será el Don que hoy le pediremos al Espíritu Santo para que, a través de Su Inteligencia Divina, le siga concediendo al mundo la oportunidad de la redención, especialmente para aquellas consciencias que ya están condenadas y que solo el amor de Mis Apóstoles sería capaz de poder salvarlas.

Por eso, hoy encenderemos la Menorah, pidiendo al Espíritu Santo que haga descender en este momento el Don de la Redención, atributo primordial en estos tiempos críticos, porque sin redención no hay rehabilitación y sin rehabilitación las almas no pueden encontrar el Amor de Dios.

La redención es la puerta que se abre para la liberación de las almas, para que se liberen las amarras y las cadenas de los que están oprimidos. Por eso, encenderemos una vez más la Menorah, invocando la intervención divina del Espíritu Santo.   

En el Cenáculo, les enseñé a Mis apóstoles sobre la Ley del Amor, basada en la inconmensurable Piedad del Padre por todas las almas, por todos los espíritus que surgieron de Su Fuente, para recrear esta Creación y bendecirla a través de las experiencias del Amor y del Perdón.

Si el padre caído no hubiera desobedecido, todo este universo local sería parte del Reino Celestial, porque en el Corazón de Dios aún está prevista esa fusión divina entre las dimensiones y los planos de consciencia.

Y en el Cenáculo, en los secretos que reveló Mi Corazón a los apóstoles, no solo les entregué el legado de Mi Amor y les revelé los valores del Sacramento y de la Confesión, y principalmente la importancia de comulgar Conmigo hasta el fin de los días, pero también les fue revelado el importante momento que su Señor viviría después de Su Resurrección. Ese momento, que compartí con Mis apóstoles y hoy comparto con ustedes, fue lo que después sucedería en Mi Ascensión.

¿Qué habría de acontecer entre el Universo Material y el Universo Mental, entre la consciencia humana y la consciencia angélica?

Cuando ascendí a los Cielos, al Universo, Dios, físicamente, Me abrió las puertas de Andrómeda, porque allí, en ese lugar del universo, Él colocó lo que había pensado para este Universo Material. Y eso fue posible a través de la intervención arcangélica, y a través de los Arcángeles por medio de las Jerarquías.

Entonces, piensen por un momento qué significó para los apóstoles recibir esa revelación de lo que verdaderamente sucedería con su Maestro y Señor, por la que deberían celar y velar a través de sus oraciones y oficios, en lo más profundo del silencio del corazón, porque en aquel tiempo no podía ser revelada ni tampoco en los tiempos posteriores. La revelación sobre Mi Ascensión debería ser revelada por Mí mismo, momentos antes de Mi Retorno al mundo.

¿Ahora, comprenden?, como hace más de dos mil años y hasta el presente, todas las almas que Yo congrego forman parte de una historia importantísima para Mí y que, con Mis propias Manos, vengo a retirar los velos de sus consciencias para que puedan ver la realidad, que el propio enemigo se ha encargado de confundir con sus espejismos y dudas.

En sus corazones se guarda una molécula importantísima para Dios, que a través del despertar de las consciencias se revela, y especialmente se muestra cuando los corazones se entregan a vivir la Voluntad de Dios.

A las puertas de este misterio que hoy se devela y que no puede ser comprendido con la mente, sino ser acogido con el corazón, cuando llegué a Andrómeda, Me encontré con Consciencias Sublimes, que en los planos internos Me habían acompañado durante Mi trayectoria en la Tierra, desde Mi Nacimiento hasta Mi Muerte y durante el importante momento de Mi Resurrección.

En esas etapas, esas Consciencias Sublimes estuvieron presentes, porque en Sus Corazones conocen sobre el Plan de Dios. Son nueve Jerarquías del Universo, Mentores de los Gobiernos Celestes, encargados de la evolución espiritual y material de millones de consciencias en esta Creación, así como de otras galaxias o constelaciones.

Con esta revelación, podrán comprender que la vida es infinita y que el fin que le colocan a la vida es a través de la propia mente, porque a las puertas de Andrómeda, esas Consciencias Me estaban esperando para entregarme el próximo paso que Yo daría por ustedes: no solo de ser el Redentor del Mundo, sino de ser el Gobernante del Universo, uniendo a través de Mi Corazón y de Mi Divinidad a todas las consciencias que Me sirven en el Universo Mayor desde sus experiencias y escuelas evolutivas.

Para que el Proyecto Humano no se perdiera, aun con lo que sucede en estos tiempos, lo primero que Dios Me entregó fue la esencia del Propósito de este planeta, así como de otros mundos que, a través de los aprendizajes y de los esfuerzos deberían alcanzarme, a través del Amor Crístico Redentor. Porque no olviden que cada uno guarda, dentro de sí, esa molécula crística que el Padre les entregó, molécula crística que intenta despertar, desde hace mucho tiempo, a través de ustedes.

Pero, ahora que están despiertos y conscientes, ahora que están aprendiendo a escuchar con el corazón; esa molécula se potencializa en cada uno de Mis compañeros para que, a través de las esencias, Yo vuelva a depositar, a través de Mi Retorno, esa esencia del Propósito de este planeta que Dios concibió desde el principio, desde lo que ustedes conocen como el Génesis.

De esa forma, a través del Retorno Glorioso de Cristo y de Su Faz Divina y Ultraterrestre, ese Propósito será reintegrado en todos aquellos que hayan sido consecuentes Conmigo, a través de los tiempos y de las generaciones. 

De esa forma, el código del mal se desvanecerá de la consciencia humana, las fuerzas del caos serán retiradas del planeta para reservatorios que están siendo preparados por los propios Arcángeles. Porque todo merece redención, desde la consciencia más evolucionada hasta la más pequeña partícula que tenga vida en esta Creación, todo forma parte del Proyecto Creador desde los principios. Por eso, deben estar atentos a ese momento, porque no serán avisados.

A través de este encuentro Conmigo, en este día, en el que hacen memoria sobre la Última Cena, es momento de que sus consciencias se amplíen y se expandan. Es momento de que sus sentidos internos despierten y sustituyan a los sentidos externos; porque, de esa forma podrán ver más allá de lo que ven, de esa forma podrán escuchar más de lo que escuchan, de esa forma podrán sentir más de lo que sienten. 

Porque cuando sus moléculas crísticas se unan a Mi Corazón en este trabajo que estoy gestando durante esta Sagrada Semana, les aseguro que no tendrán ninguna duda de dónde estar y qué hacer, porque lo que Yo necesito es algo muy importante que ahora no comprenden.

Cuando el corazón o el alma confía en lo desconocido y se lanza hacia ese océano del conocimiento cósmico, se prepara gradualmente para el gran momento del Retorno de Cristo, como también tiene la oportunidad de ser consciente de sus virtudes y talentos.   

Volviendo a Andrómeda, coloquen sus consciencias en ese lugar y en ese espacio del universo. No piensen que no lo podrán hacer porque, a través de Mí, la Puerta hacia Andrómeda ya está abierta y une los planos superiores con los planos inferiores. 

Quiero que ingresen en el mismo estado de revelación que ingresaron las santas mujeres y Mi Santa Madre, porque eso fue posible a través de la Comunión Espiritual que Ellas vivieron durante el ejercicio de la Última Cena.

Cada vez que reciben la Gracia del Cuerpo de Cristo, cada vez que reciben la Misericordia de la Sangre de Cristo, tengan presente y sean conscientes de su importante molécula crística interior. Es allí en donde ahora deben concentrarse y trabajar, aunque se sigan purificando y redimiendo.

No los quiero tornar gloriosos ni tampoco supervivientes. Los quiero tornar humildes, capaces, abiertos, adheridos y serviciales a todo lo que debe ser construido en el importante preámbulo del Retorno de Cristo, porque Mis Palabras algún día terminarán aquí y no falta mucho tiempo. Cada uno es responsable y consciente en este momento de lo que ha recibido, porque todo lo que Yo les doy y les di no se puede desperdiciar.

Al ingresar en Andrómeda, las Consciencias Sublimes revelaron Sus rayos, porque fueron los primeros que legaron de parte de los Padres Creadores, de los Arcángeles, el Plan que debería gestarse y manifestarse a través de los tiempos. Y cuando existió la gran interferencia y alteración a través del ángel caído, ese Plan tuvo que ser recalculado como está siendo recalculado, segundo a segundo, en estos tiempos definitivos.

Por eso, nunca deben pensar que la Jerarquía cambia de idea. Ahora ya es tiempo de que se den cuenta a través de la madurez espiritual, de que todo lo que plantea y hace la Jerarquía es con el fin de cumplir el Plan de Rescate. Y cuando alguna pieza, es decir alguna consciencia, se mueve de lugar, es desviada o abducida por las consciencias del caos, allí el Plan debe ser recalculado, porque la Divinidad y las Jerarquías Sublimes no solo trabajan por ustedes, sino por el mundo entero.

No pueden olvidar, compañeros, que ya está todo previsto, como estuvo previsto que hoy, los que están aquí, estén aquí. ¿Acaso ya comprendieron lo que eso significa y por qué en este momento escuchan estas cosas que salen de Mi propia Boca, afirmando la Voluntad de Dios para el mundo?

En esta aparente exigencia, existe una preciosa tensión ardiente que forja, en las consciencias terrestres, la elevación para que aprendan, de una vez y para siempre, a no pensar más en sí mismas y que tengan claro y muy presente, en el centro de su ser, el Divino Propósito que está latente, ante ustedes, en los planos internos y que corresponde que lo cumplan y que lo concreten.

Cuando solo se abren para servir, les aseguro que se están abriendo a lo desconocido.

Cuando se abren para amar cada vez más, les aseguro que están ingresando en los grados de Amor.

Cuando se olvidan de ustedes mismos, les aseguro que están bien cerca de Dios; así como muchas consciencias de este planeta lo estuvieron, a través de los santos del Oriente y de los santos de Occidente.

Todo es posible solo cuando la consciencia quiere dar el paso. Y cuando da ese paso, ingresa en una experiencia semejante a la experiencia que Yo viví en Andrómeda y que Me llevó tres ciclos del tiempo material el poder finalizarla; porque no solo Me glorifiqué y Me divinicé a través de la persona humana de Cristo, sino también asumí de una manera más profunda y eterna el compromiso de su salvación.

Ahora, ¿quién estará pronto, así como Yo lo estuve en Andrómeda, para recibir el Propósito sobre la continuación del Plan de Redención de la humanidad y del planeta, en la parte que a cada uno le corresponde vivir y cumplir? 

¿Quién será capaz de ser celador de ese Propósito? 

¿Quién será capaz de amarlo más allá de sí mismo, aunque no lo comprenda o no lo entienda? 

¿Quién será capaz de iluminar su consciencia y sus células a través de los impulsos que Yo les traigo en esta Sagrada Semana?

Porque lo que Yo necesito es muy grande, pero es muy simple. Necesito que se decidan a ser bienaventurados, aunque estén en esta superficie dolorosa y herida; que se animen a dar la vida por Mí, como los apóstoles se animaron durante su apostolado en Tierra Santa y más allá de Tierra Santa; que se animen a ser capaces, como fue la Santa Madre y las santas mujeres, de cruzar toda Europa y llegar a Inglaterra, para fundar la Orden de los Templarios y fortalecer las bases de la energía crística en el planeta a través de los Centros Internos.

¿Quién será capaz de dar continuidad a estos tesoros espirituales, mientras millones de almas en el mundo están absolutamente distraídas y desconectadas?

Les pido que recen por los que aún deben despertar. Y que ustedes puedan seguir despertando y no crean que ya están despiertos, porque si verdaderamente estuvieran despiertos, algunas cosas ya no les sucederían.

Pero los invito nuevamente a confiar en Mi Amor Redentor, para que aprendan a confiar en Mi Amor Cósmico, que está latente en el Corazón de Andrómeda entre todas las Jerarquías. Porque, así como hoy jueves, celebro este momento con ustedes, y celebraré con ustedes este momento de consagración por un motivo mayor e inexplicable; de la misma forma, cientos de Jerarquías en este momento están reunidas en torno al Hijo de Dios, delante de la Faz del Señor del Mundo, de la Divinidad de Cristo y de Su aspecto ultraterrestre que hoy se presenta a todos como el Ángel Solar.

Yo les pido ahora que piensen: ¿cómo es posible que un ser humano, que encarnó entre ustedes, enseñó, predicó, redimió y dio la vida por un motivo mayor, cómo fue capaz de convertirse, después de Su Ascensión, en un Ángel Solar?

Deben contemplar esto en lo más profundo del corazón, sin buscar una respuesta inmediata. Los pasos de la evolución y de la expansión de la consciencia son regidos por la Ley del Amor. Es allí en donde comienza su expansión y elevación.

Cuanto más amen, más crecerán, y su soberbia se disolverá. Ya no querrán vivir el poder personal, porque el Amor Mayor los llevará a vivir la Voluntad Suprema a través del compromiso y de la responsabilidad por medio de los linajes, llamados virtudes y talentos, que Yo les entregué a cada uno de ustedes.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A través del portal que está abierto detrás de Cristo, en este momento, el Señor nos hace contemplar Andrómeda y todas las estrellas en torno a ese lugar, así como todos los soles y todas las Consciencias Sublimes que, en este momento, están en comunión con todos los corazones abiertos.

Él nos pide que contemplemos Andrómeda en nuestro mundo interior y que veamos dentro de nosotros nuestro universo interior. Contemplemos, por un momento, escuchando la melodía que está siendo ofrecida. Y vaciémonos en el Todo.

Bajo esta poderosa energía que nos abraza y, a través de esta actitud reverente y devocional, vamos a proceder, en la Presencia de Cristo, a la consagración de los nuevos sacerdotes.

Les pedimos que nos mantengamos concentrados y unidos a este importante momento que Cristo está realizando.

Pedimos a las Madres que se aproximen al palco, a los pies de este escenario, y que cada una lleve consigo una vela.

Por favor, tráiganme una vela, aquí.

No nos desconectemos.

Contemplemos Andrómeda en nuestro mundo interior, bebamos de esta Fuente que Cristo nos está ofreciendo conscientemente y así, acompañemos esta ceremonia en reverencia y devoción.

  

Hijos Míos, que hoy se consagrarán, ante la autoridad que les entregaré a partir de este momento, a pedido de la Santísima Madre y respondiendo a Sus súplicas amorosas y eternas; en primer lugar, Dios les conceda la protección maternal, no solo divina, sino también terrestre a través de estas Madres consagradas al Esposo Celestial y que están enteramente disponibles para sostenerlos, escucharlos y consolarlos.

Este paso que hoy darán no será algo personal, sino será algo planetario para que, a través de estos apóstoles que Yo estoy consagrando en estos tiempos de oscuridad, reconstruyan Mi ultrajada Iglesia y, en especial, reparen las ofensas que Me han cometido millones de sacerdotes en el mundo.

Por esta razón, las nueve Consciencias Sublimes del universo, los Mayores Sacerdotes del universo, hoy acompañan este momento solemne, divino y reverente, a fin de que se reconstruya y se restituya el linaje espiritual del sacerdocio, que Yo establecí hace dos mil años en este mundo.

Y que, a través de la Piadosa Madre, del Espíritu Santo, la Madre de las almas consagradas, que ha suplicado incansablemente para que la vida sacerdotal no se pierda, hoy delante de todos y en especial de todos los sacerdotes del planeta, les confío por medio de la Luz del Espíritu Santo, que sean guardianes y celadores del Sagrado Oficio que enseñé a los apóstoles y que Mis apóstoles enseñaron a través de los tiempos, para que se uniera el Cielo y la Tierra en perfecta armonía y redención.

 

Cristo le dice a cada uno de los que se consagran:

Que el Santo Espíritu de Dios ilumine tus pasos en este día.

 

Cristo se dirige a uno de los nuevos sacerdotes:

El Señor te consagra hoy como fray Juan Evangelista, en honor al apóstol que amó la Cruz hasta el último momento, el apóstol que consoló al Señor en Sus horas más difíciles y que junto a la Madre Celeste y a María Magdalena, como también a José de Arimatea, no dejaron solo al Señor, porque padecieron con Él hasta el último minuto de Su expiración. Bienvenido, fray Juan Evangelista, que el Espíritu Santo ilumine este día.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Pueden hacer su oferta delante de Cristo.

Incienso.

 

“Señor, Padre Amado, 
Tú que purificas, a través de Tu Amor,
 todo lo que tocas y contemplas,
hoy purifica la consciencia humana de su condición inferior,
para que se eleve ante Ti,
como en este momento Tu Hijo está ante Tu Trono,
a fin de que estas consciencias Te alaben y Te glorifiquen,
así como lo hacen los ángeles del Cielo.

Adonai, 
a través de este incienso ofertado
en el Templo de Tu Corazón,
bendice a todos”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Agua bendita.

 

“Señor, Emmanuel, 
antes de crear a Tus hijos,
pensaste en cuidarlos y amarlos
como un amoroso Padre y les concediste el agua
para que, a través de ella,
aprendieran a saciar su sed. 

Que Tus Gracias y Misericordias
fluyan como un manantial, en este momento,
sobre todos los espacios oscuros del planeta,
y que en la unión predilecta
de las almas que están aquí presentes,
esta bendición restablezca la paz en la humanidad.

Amén”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

La Virgen María está presente en este momento, como la Madre de todas las madres y de todos los sacerdotes.

Podemos traer aquí las estolas para que el Señor las bendiga con el agua bendita.

 

Que, a través de este símbolo sacerdotal, el alma de los sacerdotes sea un puente de Luz entre el Infinito y el planeta para que, en su sacrificada entrega, las almas más necesitadas del Amor de Dios lleguen a Su Corazón. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

El aceite para bendecir.

Pueden destapar el aceite. Pueden elevarlo.

 

Con amor, Mis esposas de Jerusalén ungieron Mi Cabeza y Mis Pies antes de la Pasión.

Con amor, Mis esposas de Jerusalén ungieron el Cuerpo herido del Cristo crucificado.

Con amor, Mis esposas de Jerusalén ungieron la Resurrección de Cristo a través de su confianza en Mí.

Que hoy los que serán ungidos, siempre unjan a los que lo necesiten, porque en la poderosa Unción de la Cruz está su liberación. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, en este momento, vamos a llamar a las siguientes Madres para que se coloquen detrás de los hermanos que se están consagrando:

Madre María Fidelia detrás de fray Paulo Mateus, Madre María Shimani detrás del fray Juan Evangelista, Madre María Getsemaní detrás de fray Shemaya, Madre María del Salvador detrás de fray Nazareno.

Ahora, las Madres que están detrás de los hijos espirituales, van a entregarles la vela a los hermanos, delante de ellos, y pueden hacer, antes de entregar la vela, un ofrecimiento interno a Cristo.

 

Fray Elías pronuncia la Oración para pedir Sabiduría Divina para los consagrados.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, delante del Señor, los hermanos harán su acto de consagración sacerdotal.
 

Los nuevos sacerdotes pronuncian la oración indicada.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

De esta forma, aún delante del Corazón de Jesús, que contemplen la inmensidad de Su Obra de Amor y Misericordia.

Invitamos a todos los presentes a revivir juntos la Última Cena.

 

“Padre Celestial, 
que estas alianzas representen
la unión perpetua de las almas
con Tu Divino y Glorioso Corazón,
a fin de que siempre se establezca
 la unidad perfecta entre el Cielo y la Tierra”.

 

Así como a los apóstoles les ofrecí el compromiso eterno Conmigo en el Sagrado Cenáculo, hoy les ofrezco a ustedes, Mis nuevos apóstoles, ese mismo compromiso con Mi Corazón.

 

Los sacerdotes pronuncian la Oración de purificación del sacerdote antes de celebrar la Eucaristía.

 

Como en aquella noche cuando Me reuní con Mis apóstoles, hoy, en solemnidad, Me reúno con ustedes para restablecer la unión entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y Dios.

Por eso, con un Amor desconocido por cada uno de los Míos, Yo vuelvo a tomar el pan y a ofrecérselo al Padre para que sea convertido en Mi Glorioso Cuerpo. De la misma forma lo vuelvo a partir, y ofreciéndolo a todos, les digo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Reverenciamos el Cuerpo Vivo de Cristo.

 

Enseguida, tomé el Cáliz entre Mis Manos y, ofreciéndome aún más al Padre en sacrificio y amor por cada uno de Mis compañeros, le solicité que el vino fuera transubstanciado en Mi Preciosa Sangre. Enseguida, lo pasé a Mis compañeros como hoy se lo paso a ustedes, diciéndoles: “Toman y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que fue derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Mi memoria, porque Yo ya estoy retornando”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Reverenciamos la Preciosa Sangre del Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo y nos da la paz.

 

He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Felices y bienaventurados los que se vuelven a servir de este poderoso Sacramento, porque siempre les prometo Mi Amor, Mi consuelo y Mi Paz.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Unidos al Sagrado Corazón de Jesús, presente e insondable en este momento, terminemos de ofrecer estos elementos transubstanciados, en honor y gloria a nuestro Redentor, para que Su Amor y Su Misericordia se establezcan en el planeta.

Terminaremos esta consagración cantando el Padre Nuestro en arameo, junto a los ángeles de Nuestro Señor.

 

Canción: “Padre Nuestro” en arameo.

 

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

En unión a nuestro Maestro y a través de un gesto de reverencia, saludamos a nuestros hermanos, dándoles la paz.

 

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.

 

Y anunciamos, en este momento, a pedido de Nuestro Señor Jesucristo, la Comunión Espiritual, en esta importante celebración de la memoria de la Última Cena, para que estos ejercicios se perpetúen a través de los tiempos y congreguen a muchas, pero muchas más almas, a través del Amor de Nuestro Señor.

Hoy, Nuestro Señor nos pide comulgar por los no redimidos.

Todos recibiendo la molécula crística del Señor. 

Todos contemplando, en esta Comunión, el Sagrado Corazón de Jesús y expandiendo la Luz de ese Corazón al mundo entero y a las almas, a través de esta alianza con la Comunión de Cristo; irradiando esta Luz a todos nuestros seres queridos, hermanos y conocidos; a nuestras familias, amigos y compañeros; todos recibiendo la Luz del Sagrado Corazón de Jesús que Él emana en estos momentos para todos.

Coloquemos en el Corazón de Jesús a todos nuestros seres queridos y al planeta, afirmando esa unión con Cristo; todos siendo aliviados y consolados por el Sagrado Corazón de Jesús presente en este momento.

Sintamos ese mismo abrazo que Él les dio a Sus apóstoles en la Última Cena. Y adoremos al Rey del Universo a través de esta Eucaristía.

 

Santísima Trinidad, 
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco
el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.

 

Ahora, Yo Me puedo ir en paz, porque este momento está consumado, entregándoles internamente los primeros impulsos de Mi Retorno físico al mundo.

Los bendigo y le otorgo la paz al mundo, y especialmente a los que sufren.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis queridos y amados hijos:

Que, en esta Cuaresma redentora, sus corazones se sensibilicen ante la dura realidad planetaria para que, en un humilde acto de oración y de súplica, los que más sufren y nada tienen sean contemplados por aquellos que lo tienen todo y que, en muchas situaciones, lo desperdician.

Que, a través de sus oraciones conscientes, despierte en el mundo el espíritu crístico de la fraternidad humana, a fin de que cada ser humano perciba que el camino, para reconstruir a la humanidad, será recorrido juntos, como una única gran familia universal. 

Queridos hijos, les pido que el sentimiento de la caridad fraterna se profundice en cada una de sus vidas, así podrán reconocer la Faz de Mi Hijo a través de los que, en este tiempo, atraviesan el desierto de la consciencia y viven el encuentro con su propia realidad interior. 

Yo los llamo a sensibilizarse a fin de que la indiferencia no los gobierne y determine los próximos pasos de toda la humanidad, sino que mediante la fraternidad humana ustedes purifiquen sus ideas y principios en pro del beneficio del planeta. 

Les agradezco por responder a Mi llamado, 

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La Resurrección de Cristo, hijos, significa el inicio de un nuevo tiempo, en el que la humanidad podrá comprender para qué vino al mundo y cuál es el camino que debe seguir para tornar plena la propia existencia.

La Resurrección los eleva más allá de los mayores miedos humanos, que son el sufrimiento y la muerte, y los coloca en la verdad del Tiempo Eterno de Dios, para que sepan que aquel que da todo de sí a Dios, recibe de Él todo lo que Él es, participa de Su Gloria en unidad con Su Reino.

Resurrección es júbilo infinito, divino y universal, porque es la revelación, no solo de la Faz de Dios, sino también es la revelación de la faz de los hombres como hijos de Dios y criaturas semejantes a su Creador.

El camino hacia la Gloria de Dios es la entrega absoluta, el amor incondicional, extremo y total, que nace de las entrañas más profundas de la rendición humana.

Ustedes ya saben todas estas cosas, pero deben recordarlas porque la propia condición del planeta los colocará ante situaciones que los llevarán a vivir esto, a escoger la cruz, la entrega, la vida eterna en Cristo.

Año tras año, ustedes son llevados a recordar la Vida, la Muerte y la Resurrección de Cristo para que, cuando llegue el tiempo de la Pascua de este mundo, puedan imitar Sus pasos.

Por eso, amen cada día más a su Señor, a Su vida, a Su ejemplo, a Su entrega, a Su Consciencia eterna, a Su Camino, a Su Verdad, porque ese mismo Amor los llevará a imitarlo.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Para llegar a ser conocedor de Dios, después de cruzar los abismos, las tribulaciones y los vacíos, deben persistir en oración.

El Rosario, hijos, será su abrigo en todas las etapas del desierto.

El Santo Rosario los sustentará cuando sus corazones estuvieran enflaquecidos.

El Santo Rosario los protegerá cuando sus corazones estuvieran asediados. 

El Santo Rosario los elevará cuando sus corazones estuvieran libres.

El Santo Rosario les mostrará la Faz de Dios cuando sus espíritus estuvieran enteros en la oración, entregados al Padre, y su aspiración única y verdadera sea llegar a Él.

Es de las manos de María Santísima que llegarán a Cristo e imitarán Su camino.

Así como Su Señor estuvo interna y enteramente unido a Su Madre Celestial, y de esta forma fue amparado por Sus silenciosas y ocultas oraciones, tanto en el desierto como en la Cruz, así debe estar cada uno de ustedes. Con el corazón íntimamente unido al Corazón de María, déjense guiar y proteger por Ella.

Conocedora de los desiertos como de la cruz, conocedora de la muerte y de la fe en la resurrección, conocedora de la superación y del apostolado, conocedora de los misterios celestiales y de los misterios profundos de la consciencia humana, Su Madre Santísima siempre los guiará.

Por eso, sea en el desierto, en el calvario, en la vida, en la muerte, en la resurrección o delante de los misterios celestiales, confíen en la guía y en el amparo de la Madre de Dios; Sierva incansable, pensada, manifestada y enviada por el Creador para conducir Sus criaturas a Su Corazón.

Vean en María las Manos de Dios, que cruzan dimensiones para buscarlos, y en el Santo Rosario el puente y la conexión correcta para mantenerse unidos a Su Inmaculado Corazón.

Tienen Mi bendición para eso. 

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE LA CUMBRE, CÓRDOBA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Estaba esperando que ustedes, compañeros, llegaran hasta esta región de Argentina para que, en estos días, al igual que en el monte Tabor conozcan Mi verdadera Faz, Mi Consciencia Cósmica y Solar.

Ahora llegó el tiempo en el que una minoría, en representación de la de la humanidad, reciba esta revelación, la que intentaré mostrarles en estos días. Esto preparará al planeta para cuando ingrese en su etapa final y tenga que, sí o sí, vivir su definición.

Por eso, esa revelación de Mi Faz, aún más profunda y desconocida hasta por la propia Iglesia, saldrá de los Sagrarios, para que en lo alto de la montaña la humanidad vuelva a ver al Hijo de Dios transfigurado.

Como a Mis apóstoles, Yo les contaré de qué se trata y así tomarán consciencia de dónde vengo y hacia dónde fui después de Mi ascensión. Porque durante el día están los cielos, pero en la noche, sobre ustedes tienen a todo el Universo, a muchas constelaciones, nebulosas y galaxias, más allá de su realidad, a las cuales Yo gobierno y dirijo.

Este es el tiempo de conocer en profundidad al Hijo de Dios en Su aspecto Solar y Cósmico, por eso la próxima Maratón de la Divina Misericordia será el preámbulo para ese ciclo de revelaciones.

¡Les agradezco, desde ahora, por sostener ese ciclo!

Los bendice,

Su Maestro y Señor, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Aquellos que nada tienen, aquellos que nada quieren, aquellos que son pobres de espíritu y puros de corazón serán los pilares de la obra redentora de Mi Misericordia.

En los que nada aspiran, en los que nada esperan, en los que están vacíos de sí se establecen los pilares de la obra de Mi Misericordia y a través de ellos puedo hacer mucho más que con cientos de trabajadores en un viñedo.

Por sus frutos los conocerán porque todo lo que unan en el Cielo será unido en la Tierra, y todo lo que desunan en el Cielo será desunido en la Tierra.

Este es el tiempo de reconocer las virtudes y los dones que Yo hago florecer en el corazón de los simples. Pero también es el tiempo de reconocer Mi faz en el semejante, en el que está solo, en el que está enfermo, en el sediento y en el agonizante, porque todo lo que le hagan al más pequeño de los Míos es a Mí que me lo hacen.

Este es el momento de aliviar la pesada cruz del sufrimiento, de la indiferencia y del error que cientos de almas comenten, día a día, ante el Amor salvífico de Dios.

Es el tiempo de que dentro de cada uno de ustedes comprueben su entrega a Mi Sagrado Corazón.

Los bendigo y les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón.

Su Maestro y Señor, Cristo Jesús

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA COMUNA DE CASTEL VOLTURNO, CAMPANIA, ITALIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Aún la Sangre espiritual de Mi amado Hijo será vertida como un potente manantial sobre la humanidad.

Esa preciosa Sangre, que guarda los códigos lumínicos de la dolorosa Pasión de Jesús, será la que terminará de purificar completamente a todos los creyentes seguidores, servidores y consagrados de Cristo.

La Divina Sangre de Jesús será derramada como una potente Luz en el mundo y en ese momento todo se desencadenará, todo se definirá y la promesa de Su Segundo Retorno se cumplirá.

Por eso, la preciosa Sangre espiritual de Mi Hijo podrá ser reconocida y todo Su sacrificio no habrá sido en vano, a pesar de la perversión en la cual se encuentra la actual humanidad.

Cuando la poderosa Sangre de Jesús vuelva a ser derramada por los ángeles a pedido de Cristo, las religiones conocerán la verdadera y única Faz de Cristo.

Llegará el momento en que la sangre de los mártires de los últimos tiempos también será reconocida y ya no se vivirá en ningún lugar de la Tierra ese sacrificio o entrega porque la poderosa Sangre de Jesús, en su estado divino y espiritual, liberará a todos los que se sintieron, alguna vez, presos de sí mismos y de sus condiciones humanas.

La Sangre Divina de Cristo, que será entregada en cientos de cálices, concederá a los perseverantes en Cristo muchos prodigios, revelaciones y milagros. Y una nueva Tierra comenzará después de que todo se haya purificado y redimido. 

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Inspiramos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (en latín).
Saludamos al Rey del Universo.

Ardientemente deseaba que llegara este día porque el triunfo y la victoria de Mi Corazón están próximos y nada lo impedirá.

Felices los que confían en Mi Palabra. Dichosos los que la siguen. Bienaventurados los que la cumplen, porque Cielo y Tierra pasarán pero Mi Palabra quedará en la memoria de Mis elegidos.

Este es el tiempo de darlo todo por Mí. Es como dije en el pasado: los quiero fríos o calientes. Lejos de Mí los tibios de corazón porque en los tibios no se construye Mi Obra.

En los tibios Mi Obra no evoluciona. Es en los guerreros que construyo Mi Verdad y es en ellos en los que dejo Mi Mensaje, en quienes Mi Llama se expresa, en los que Mi Amor penetra y transforma todo lo corrupto. Por eso, deseé que este día llegara y que estuvieran exhaustos y cansados para poder representar y vivir lo que Yo viví por ustedes en el momento culminante de Mi Agonía, en la que la soledad abundaba y la fortaleza, a pesar de la oscuridad, estaba en Dios.

Sé que no es fácil vivir lo que Yo les pido, por eso respeto cada uno de sus tiempos. Pero me corresponde, como su Maestro y Señor observarlos y contemplarlos para que aprendan a seguir Mi Camino, para que no pierdan de vista Mi Propósito, que va más allá de lo material y de lo espiritual. Propósito del cual todos ustedes forman parte. Propósito en el que todos fueron congregados para cumplirlo y para vivirlo en estos tiempos por una meta mayor y ampliamente desconocida.

Lo que Yo necesito de ustedes es algo más que material y podría decir, algo más que espiritual. Necesito que profundicen en esta existencia que está dentro de ustedes para que el mundo, día a día, siga aprendiendo a salir de la mediocridad, de la indiferencia, y de todo lo que omite la Verdad de Mi Corazón. Esa omisión que viene de los hombres por estar ciegos en la ilusión y por no haber escuchado, ni siquiera una vez, todo lo que Yo dije en los últimos tiempos.

Aún espero la redención de estos hombres y la colaboración de las almas que más allá de sus posibilidades, de su sacrificio o de su entrega estén dispuestos a sufrir por Mí.

Pero Yo no les traigo el sufrimiento de la Cruz, ni la más pequeña de las células de su cuerpo lo soportaría. Porque lo que Yo viví por ustedes fue muy grande y aún no fue relatado en ningún libro sagrado. Llegará ese tiempo en el que diré toda la verdad.

Deseaba que, en esta noche, los abiertos de corazón fueran preparados para el próximo encuentro Conmigo, que será una Sagrada Semana determinante, en la que muchas definiciones se darán, pasos se concretarán y muchos determinarán lo que harán de sus vidas a partir de esos impulsos de luz que vendrán de Mi Corazón.

Todo lo que hoy les digo, compañeros, es para animarlos a seguir adelante, es para animarlos a arder en el amor por Mí, en un amor que es capaz de hacer cualquier cosa, bajo cualquier circunstancia o situación, en un amor que vive en el silencio la aspiración de encontrarme día a día, y de algún día ver Mi Sagrada Faz.

Si hoy ese amor no los compenetra por lo que viven o por aquello que están aprendiendo o sufriendo, ¿qué están haciendo aquí?

Necesito de una verdad real y sincera, necesito que sus corazones se rasguen por Mí y que sus almas se entreguen por Mí, día a día.

Mi Cruz tuvo un peso incalculable, un valor aún no valorado, una entrega aún no conocida. Que sea Mi Cruz su aliento, su fortaleza y su aspiración. Y cuando sientan el peso de su cruz, sientan que estarán en Mi Verdad, y Mi Espíritu soplará en ustedes y los inspiraré en la Sagrada Palabra, les daré la respuesta y alcanzarán la meta.

No todos están preparados para vivir lo que Yo necesito. Pero si lo pido, compañeros, es porque es posible y solo algo dentro de ustedes lo podría impedir. Pero quien se entrega a Mis Pies se entrega a Dios, a Su Voluntad y a Su Propósito. Y esa entrega no tiene precio, no tiene medida ni tampoco condición porque es una entrega que dona el corazón de cada ser que se aferra a Cristo.

Hoy es un día especial, pero también decisivo porque todas las almas que escuchan Mi llamado, después de estos últimos tiempos, es la primera vez que están ante dos caminos para poder escoger y esa respuesta surgirá desde adentro de ustedes.

Por eso los contemplo. Por eso rezo. Por eso adoro a Mi Padre celestial para que Su profunda e infinita Sabiduría esté en ustedes, en su interior y en sus esencias al momento de decidir, de confirmarse o de definir otro camino.

En este momento, ante su decisión espiritual y universal, Yo no puedo intervenir. Mi Padre y Mi Madre los hizo libres de espíritu, de acción y de palabra.

Como antes de entregarme a la Cruz, de ser martirizado y humillado por los que fueron curados y sanados por Mí antes de que Mi Sangre fuera derramada, y aunque hasta los tiempos de hoy no es reconocida, fue en ese tiempo y en esa hora en los que también los apóstoles vivieron su gran definición para su próxima etapa.

Mis discípulos deben cruzar ese umbral y aprender a atravesarlo, así como Yo lo atravesé por ustedes cuando el Padre me presentó el Cáliz y Yo le dije: “Hágase Tu Voluntad”.

Este es el Cáliz que hoy Yo les estoy ofreciendo. Más allá de sus posibilidades, de sus limitaciones o de sus pruebas.

Este es el Cáliz que testimonió por ustedes el Amor derramado en cada gota de Sangre, como en el Agua preciosa que brotó de Mi Costado.

Este es el Cáliz que testimonió el descenso de la Misericordia, de la piedad, de la compasión y de la redención en la humanidad.

Este es el Cáliz que Yo les ofrezco para que el mundo no se destruya, para que los continentes no sufran, para que las guerras acaben, y para que los enemigos y los anticristos sean derrotados por Mi Luz, la Luz que proviene del Amor de Mi Corazón.

Les advierto y los llamo a la conscientización. Todo lo que Me ofrecen de verdad Yo lo reconozco, por más simple y pequeño que parezca, por más silencioso que sea, aunque sea entre ustedes y Yo y nadie más; todo es reconocido, contemplado y aceptado por Mi Corazón.

Es allí, en esta pequeña oferta, en la que encontrarán fuerza, ímpetu y determinación. Es allí, en lo pequeño y en lo simple, pero verdadero que encontrarán la llave del amor que transformará su ser y toda su consciencia en lo que aún tanto espero, según Mis Proyectos.

Guarden estas Palabras como algo que no se repetirá jamás. El Señor del Universo también tiene su tiempo para decir las cosas porque eso los prepara y los desvía del peligro, de la perdición, del engaño que pueda propagar Mi adversario.

Pero, Yo pisaré su cabeza y colocaré Mi Espada. Transfiguraré su esencia y todas las esencias del mal. Y Mi Reino Celestial descenderá en los cuatro puntos de la Tierra, la gran Estrella Madre llegará y los Maestros descenderán para regenerar y curar a la Tierra, y así surgirá la Nueva Humanidad.

Ofrezcan este momento de decisión a los Altares de Dios. Él está atento a la voz de sus súplicas, así como Él estuvo atento en Fátima por medio del corazón de Mi Madre Celestial. Estamos en un momento semejante a ese, más allá de su materia o de sus cuerpos, de su mente o de su intelecto, más allá del espíritu, del alma o de la esencia.

Ofrezcan a Dios este momento de decisión. Esto permitirá que Mi Obra se expanda en el mundo y siga triunfando Mi Amor por encima de la adversidad en los corazones que se congregan para vivir Mi Hermandad.

Nos ponemos de pie.

"Señor del Universo, Padre-Madre Creador participa de la Comunión con Tus hijos en este sagrado momento de definición en donde Tus Puertas se abren y las almas claman por Tu Amor. Enciende en ellas Tu Confianza, el don de Tu Sabiduría, la infinita Compasión de Tu Corazón, para que todos los Cristos del Nuevo Tiempo despierten y participen de la victoria de Mi Reino en la humanidad. Amén".

Incienso.

Invocaremos ahora al Padre Celestial, a Su Nombre Sagrado Adonai, para que Su Sabiduría descienda al planeta y a todos los que participan de la Comunión con Su Espíritu.

Canción: Adonai.

Inspiramos.

Padre, convierte este elemento en Mi Cuerpo para que las almas se alimenten de la esencia de Tu Espíritu y del Universo, de Tu Verdad.

En aquel tiempo elevé el pan para que el Padre lo bendijera y Él entregándome Su Gracia, Yo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.

Padre, convierte este elemento en Mi Divina Sangre, para que las almas beban de la esencia de la redención por medio del Poder infinito del Amor.

En aquel tiempo también elevé el Cáliz; el Padre lo bendijo y Me entregó Su Misericordia para que fuera derramada en toda la Tierra por medio de Mi Sangre hasta lo más alto de la Cruz.

En aquel tiempo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por todos los hombres para el perdón de los pecados”.

Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los misericordiosos porque vivirán en la Misericordia de Dios. Amén.

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

Quien viva en Mi Palabra, vive en Mi Amor. Yo les enseñé a amarse, los unos a los otros, más allá de los defectos o de las diferencias. Que este Amor se difunda en el mundo, el Amor Crístico de Mi Corazón, en todos los pacificadores, en todos los misioneros y colaboradores de la Obra de Dios.

Que la Paz de Dios esté en sus corazones y que Él siempre los haga partícipes de Su Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En fraternidad y amor, agradecimiento y júbilo, se darán el saludo de la paz.

¡Les agradezco!

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN LA CIUDAD DE VIEDMA, RÍO NEGRO, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 

Hoy Mi Rostro se reclina sobre el suelo y besa el suelo de Argentina, para que el Padre envíe hacia el mundo el sentimiento más profundo de Su Amor, a fin de que se cumpla Su Voluntad en esta parte del mundo y en toda Sudamérica.

He venido como el Sacerdote entre los sacerdotes, para dar comienzo a la celebración de esta Eucaristía, que congrega a todos en el amor, en el bien y en la paz, y que llama a las culturas y a los pueblos a unirse a la Esencia de Mi Amor, porque Yo he venido al mundo por todos y para todos los pueblos.

En Mi Amor Yo les enseño las verdades, lo que deberán aprender para estos tiempos difíciles, sabiendo que es imprescindible que aprendan, como Mis discípulos, a unirse a Mi Cielo para que su Gracia descienda y los colme.

El momento más agudo de la humanidad se está aproximando. Por eso vengo en Divinidad y en Espíritu para prepararlos, así como vine a Mis apóstoles antes de Pentecostés para traerles la Buena Nueva, el anuncio de Mi Resurrección.

Pero hoy no podré venir completamente con todo Mi Ser, porque no lo soportarían; aún sus cuerpos deberán seguir purificándose para alcanzar el estado necesario e interior a fin de que Me puedan reconocer cuando Yo retorne al mundo, de una forma nunca antes vista.

Allí conocerán la verdadera Faz del Señor y el legado que el Hijo de Dios recibió del Universo, de las Manos del Padre, será conocido.

La Tierra ya se habrá purificado y redimido. Los pecadores ya han sido perdonados, para que puedan recibir el legado del Padre Celestial, el que unirá a los pueblos, a las razas y se constituirá, en el Espíritu Santo, una sola creencia: la creencia en el Dios vivo, el que siempre ha estado con ustedes desde antes que existieran, desde antes que surgieran y desde antes que fueran creados dentro de este sistema universal.

Para algunos, Mis Palabras sonarán nuevas; para otros, Mis Palabras ya serán conocidas.

Es hora de que reconozcan el lenguaje del Señor, el que proviene de la Fuente Primordial para venir a rescatar el mundo y su humanidad perdida.

Por eso muchos más deberán consagrarse como Mis apóstoles.

He escogido venir fuera de la Iglesia después de tanto tiempo, para que el resto de la humanidad Me pueda reconocer como la Segunda Persona en la Santísima Trinidad, la que vive y propaga la Misericordia de Dios en el mundo.

Los invito a elevar la consciencia de estado a través de la oración, del silencio y del perdón. Porque primero deben perdonarse a ustedes mismos para que aprendan a perdonar a los demás, y la humanidad se pueda perdonar los unos a los otros, a pesar de lo que ha sucedido y vivido a través de los tiempos y de las últimas generaciones.

Confíen plenamente que una nueva vida que comenzará sobre la Tierra y que ya no será necesario que los hombres y mujeres vivan en el sufrimiento y en el dolor, porque lo que Yo les traigo es algo renovador, algo más renovador de lo que les traje la primera vez, cuando encarné en este mundo para anunciar la Buena Nueva, para declarar Mi segunda venida a la humanidad.

Deben ser merecedores de la Gracia de Dios. Deben ser partícipes de la Comunión Divina con el Espíritu, porque del Espíritu Sagrado de Dios todos provienen y a ese Espíritu Sagrado algún día volverán, después de haber pasado por la experiencia de la Tierra, por esta escuela, y aprender a vivir el Amor, el Perdón y la Redención.

Nunca he besado el suelo de ninguna nación de la Tierra.

Para que comprendan ese símbolo, verán qué grande es la necesidad planetaria y la unidad entre los pueblos y las naciones, a pesar de los que los gobiernan.

Su verdadera existencia está en lo Alto, en el Universo, en lo que puedan recibir del Padre Celestial y que nadie les quitará bajo ningún medio.

Deben colocar su mirada hacia las estrellas y no hacia lo superficial. Así aprenderán a atravesar los tiempos y conquistarán nuevos estados de consciencia, que los llevará a comprender muchas cosas por medio de la Sabiduría Divina.

Así ayudarán a que otros puedan despertar y aprendan a vivir Mi Evangelio como una escuela básica en este tiempo de despertar, en donde las consciencias deben reconocer que deben cambiar para poder formar parte de lo nuevo, de lo que vendrá del Cielo, durante Mi segunda venida.

Dios les ha dado un eterno servidor que es su Ángel de la Guarda, el cual siempre espera por sus pasos en la Obra de la Misericordia, del Servicio y de la Redención, para que aprendan a crecer interiormente, para que aprendan a ser buenas personas, a pesar de las imperfecciones o de los defectos.

Yo vengo a buscar lo que existe dentro de ustedes, lo que Dios depositó dentro de ustedes y que forma parte de Mi Iglesia Celestial.

Deseo penetrar sus templos internos. Deseo morar en sus corazones, para que puedan sentir cosas diferentes a las que hoy sienten, para que puedan vivificar Mi Consciencia y así, formar parte de los rebaños de Dios que son guiados por el Amor de Cristo y que solo aspiran a amar y amar cada día más.

Eso los liberará de la esclavitud espiritual que muchas consciencias y almas viven en estos tiempos.

Eso los librará de las dolencias espirituales y materiales.

Pero deben abrirme su corazón para que en ustedes se constituya Mi Proyecto de Redención.

Argentina es un país que amo profundamente, porque sé que fue creado por un Propósito Mayor que aún muchos desconocen.

Aquí deberá surgir la nueva luz del amanecer, para que después de los tres días de oscuridad, las almas reencuentren el sentido de caminar hacia el Infinito y en arrepentimiento, pedir perdón a la Creación por tantos errores cometidos.

Argentina es un pueblo que deberá regenerar su consciencia en unión a la Jerarquía Espiritual, en unión al Sagrado Corazón de Jesús, para que sus decisiones sean coherentes y estén dentro de la Ley Divina y no de la ley de los hombres. Eso evitará muchos sufrimientos y muchas penas, amarguras y grandes angustias.

Yo vengo a retirarlos, compañeros, de las invenciones de Mi enemigo despertando su consciencia hacia lo Alto, hacia lo que proviene de la Fuente y es eterno.

Es ese Amor que vive dentro de Mi Corazón, que hoy Me trae aquí por cada uno de ustedes y de sus hermanos; por cada una de sus familias, de sus pueblos y ciudades; por cada ser que vive sobre Sudamérica.

Pero sé que no todos responden a lo que necesito.

Como hace dos mil años atrás, los llamaré de ir de dos en dos, a fin de que sean testigos de Mi Retorno y, en confianza, testimonien Mi Presencia en la humanidad.

Les daré el poder de la palabra y la humildad del corazón, para que la Sabiduría del Espíritu Santo los guíe y demuestre que soy Yo el Hijo de Dios, que está anunciando Su retorno al momento más crucial de la humanidad y del planeta.

Que se abran sus ojos a este Misterio que se está revelando en Argentina, porque he escogido el lugar más simple entre los simples que existe, para darles esta buena nueva y anunciarles que el fin de su cautiverio esta próximo.

Crean que todo se renovará. Comiencen imitando Mi ejemplo en las buenas obras y hagan el bien por donde vayan, porque el amor es lo que salvará al mundo y no las armas.

Renuévense en la esperanza de Mi Corazón y sigan abriendo las puertas a Mi Divina Misericordia, porque aún tengo sed de muchas almas, especialmente las que sufren en soledad y en silencio.

Quiero que todos sepan que es Jesús de Nazaret que les está hablando y anuncia el advenimiento de Su Gloria y del Reino de Dios para todo el planeta, en el momento más culminante de la humanidad.

Reciban entonces los santos Sacramentos, para que puedan ser bendecidos por Mi Espíritu.

Aprendan a amar la Palabra de Dios, pero colóquenla en práctica durante sus vidas, porque no solo bastará leer la Palabra de Dios sino vivirla.

Las parábolas que les he dejado son enseñanzas básicas para los que recién comienzan a vivir el camino de Cristo. Pero aún hay más por conocer y por descubrir.

El Conocimiento divino no termina en la Biblia.

El Universo de Dios se aproxima para entregar sus revelaciones y así como los Profetas y los Patriarcas, finalmente la humanidad pueda consagrarse al nombre del Señor.

Elevando una Mano hacia el Cielo y la otra sobre Mi Corazón, oro por ustedes diciendo:

Padre, desciende Tu Piadosa Compasión sobre la Argentina, para que las almas descubran los poderes maravillosos de Tu Amor, que todo salva, que todo cura y que todo redime.

Coloca a todos en Tu Corazón para que el Soplo de Tu Espíritu guíe a los hombres y mujeres de la Tierra, así como Tú guiaste, Padre, al pueblo del desierto junto a Moisés, a fin de que descubrieran Tu Tierra Prometida.

Que Tu Voluntad, que originó toda la vida. sea vivificada.

Que las almas puedan nacer en este mundo, para experimentar la riqueza de Tu Amor entre las familias y los pueblos, deseando profundamente, Señor, de que en todo se encuentre Tu Divina e Insondable Misericordia, para que los errores sean disueltos y el corazón de los seres de la Tierra se alegre al encontrar Tu Paz. Amén.

Este es el momento en que Mi Iglesia Celestial se aproxima a la Tierra, para que los elementos ofrecidos en el Altar sean consagrados para el bien, la bondad y la Misericordia en los hombres y en todos los que creen en el Retorno de Cristo.

Celebremos este momento con gozo en el espíritu, por una renovación espiritual en la Argentina, para que este pueblo se consagre como un rebaño de Dios que escucha y responde a Sus sagrados designios.

Señor, bendice todo lo que has creado para darle a Tus hijos la bondad de Tu Corazón y el Infinito Espíritu de Tu Gracia.

Que las almas en esta Comunión con el Sagrado Corazón de Jesús encuentren el camino hacia Tu Casa Celestial.

Que se abran las puertas del Cielo y descienda la lluvia de Amor del Espíritu Santo, a fin de que las almas sean bendecidas por la Misericordia de Dios y por Su Infinita bondad, la que une a los corazones bajo un mismo propósito.

Hoy se renueva el Misterio del Glorificado Cuerpo de Cristo, presente en el Pan Vivo que nutre a las almas con Su Sublime Espíritu.

Hoy se renueva el Misterio del Santo Cáliz que derrama la Sangre del Cordero y liberó la opresión a los hombres de toda la Tierra, a fin de que triunfara a través de los tiempos el Amor de Dios

En aquel tiempo, Yo tomé el pan y dando gracias a Dios, Mi Divino Espíritu lo bendijo y repitiendo las Palabras que el Padre Celestial dictaba a Mi Corazón, les dije a Mis Apóstoles y a todos los que estaban presentes: Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado para el perdón de los pecados.

Del mismo modo elevé el Cáliz y el Padre lo bendijo con Su Espíritu, el Poder Inmaterial y Universal.

Les dije a Mis Apóstoles: Tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de la Nueva Alianza entre los hombres y Dios, entre las almas y el Padre Celestial.

Sangre ¡exorciza, perdona y repara a los corazones! Sangre Divina de Cristo, que vivifica a las almas en el Gran Universo del Amor Creador de Dios.

Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que a través de los tiempos se ha entregado y que aún se seguirá entregando por la redención del mundo y de la humanidad, a fin de que despierte la nueva humanidad en el impulso de los Nuevos Cristos. Amén.

Y ahora recemos juntos para que más almas comulguen de Mi Espíritu y de Mi Fuerza de renovación.

Padre Nuestro...

Que la Paz del Padre Celestial esté en sus corazones y en los corazones de todos los seres de la Tierra.

Que en la Argentina siempre esté la Paz y que se proclame al mundo, desde Sudamérica, el triunfo de la Divina Misericordia en la humanidad.

Que se cierren las puertas al sufrimiento, al pasado y a la perdición.

Que se abran las puertas a la nueva vida y a la cura de todas las consciencias, a fin de que todos se sientan partícipes de la segunda venida del Reino de Dios.

Con la Luz de Mis Llagas Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En fraternidad, por Argentina y el mundo, se darán el saludo de la paz.

¡Les agradezco!

 

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS PARA LA 37.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL DESIERTO DE CHILCA, PERÚ, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Coloquen su mano izquierda sobre el corazón y ante Mi Padre reverencien este momento, este tercer encuentro Conmigo. Que en este mes de agosto concluye una etapa y el comienzo de una nueva para todos los misioneros de la Tierra, para todos los congregados en Mi Plan de Redención y de Luz.

Una etapa en este día se cierra y una puerta nueva se abre, para que la puedan cruzar en consciencia y  hermandad.

He venido con los Seres Celestiales, los Elohim, todos los Seres Resplandecientes. Una parte de Ellos ha descendido para encontrarlos en este desierto sagrado y terminar de instituir el Plan que una vez comenzó y aún no pudo terminar, el Plan de establecer la Luz de los Centros Sagrados sobre la superficie del planeta, y para  una humanidad, aún muy dormida.

Es esta Luz interior, que nace desde los Recintos Sagrados, que ayudará en la transición de la Tierra, y de todas las consciencias que duermen en el sueño de la ilusión.

Así, en este tercer encuentro, compañeros, vengo a abrir un poco más los ojos de sus consciencias. Vengo a traerles la síntesis de todo lo que ha sucedido en este encuentro de oración, de las posibilidades que tuvieron de dar nuevos pasos a través de este ejercicio espiritual, de este comando universal que Yo los invito a vivir.

Vengo a traerles la síntesis de la experiencia de amor en cada uno de ustedes, de lo que después de tres años y en este encuentro, Me pudieron dar con todos sus corazones, con todas sus almas y espíritus unidos a Mí.

Vengo a traerles la síntesis y la respuesta de esta tarea realizada, durante los dos días de esta fusión divina que se vivió entre el Desierto Sagrado, en el cual Yo Me encuentro, y Aurora.

Esa unión se irradió para todos, esa puerta fue abierta para todos, y no importa donde hayan estado. Mas, si sus corazones estuvieron aquí, así como Yo traje a sus almas para este encuentro, para esta nueva etapa que en este agosto se inicia, una parte de la Misión está cumplida. 

La respuesta de los servidores es importante; eso hace que el Plan evolucione y se concrete en la humanidad, a pesar de lo que suceda a su alrededor, o en todo el mundo.

Este encuentro está marcado por un Rayo importante, que separa el viejo ciclo del nuevo ciclo. Este es el Rayo de la Transfiguración, el Rayo que Yo viví por ustedes, y así les pude demostrar Mi verdadera Faz.

Es esa faz espiritual que Yo quiero que busquen, su verdadera faz, lo que realmente son y han venido a cumplir en este planeta.

Así Yo formo a Mis discípulos, así Yo creo a Mis soldados: en la fortaleza de la oración y en la vivencia del servicio para con el prójimo.

Hoy vengo a sintetizar esta experiencia que han vivido en el desierto Conmigo, nombrándome como el Hijo del Sol, de la emanación de la Fuente Única, de la Sabiduría y de la Comprensión Absoluta sobre la Verdad del Universo.

Quise que pasaran por este desierto, compañeros, para que cuando les toque volver a cruzarlo, sepan cómo hacerlo, sin temor, y con mucha valentía. 

Esta tarea aquí, con todos ustedes en Perú, en la consciencia y el espíritu, Me permitió retirar a algunos de Mis discípulos de sus desiertos bien profundos, en los cuales estaban perdidos; porque con Mi Gracia todo es posible, y cuando las almas invocan Mi Divina Misericordia, también lo es.

Así, les vuelvo a decir compañeros, que no dejo a nadie para atrás. Pero respeto el tiempo de cada amado Mío, hasta que finalmente cumpla el servicio que Me ha venido a prestar, en nombre de Dios.

Desde este desierto hoy parte una Luz Mayor, una Luz que asciende e ilumina la Consciencia Planetaria; es la Luz Solar, es el Fuego Divino, es la súplica, la aspiración, la devoción ardiente de los corazones que clamaron por esta humanidad y por este planeta en redención.

Así, Yo los preparo para ese gran momento en que Me verán venir entre las nubes con la Faz de Mi Gloria y de Mi Divina Misericordia. Vendré con la Consciencia que muchos no conocen. Por eso envío a algunos de los Míos a los desiertos, para que se preparen como Yo Me preparé para vivir la Pasión, y así, vivir Mi Resurrección, que era retirar de la muerte espiritual a toda la raza, en el pasado.

Este Sol que Yo Soy, alumbra el Universo y trae la Buena Nueva, el mensaje de esperanza y el camino nuevo que los que se han perdido, podrán volver a recorrer.

Es ese Sol que Yo Soy, que alumbra y calienta el espíritu y el cuerpo, trayéndole restauro y cura para todas las heridas.

Hoy les digo, especialmente a todos aquellos que estaban en sus desiertos, que vengan a Mí. Yo Soy ese Sol que alumbra sus caminos, y que les da la vida eterna.

Las tinieblas pasarán, mas Mi Palabra permanecerá. No hay nada que separe a los que están unidos a Mí. Este Sol alumbra a todas las estrellas y a las consciencias que se unen al Propósito de Mi Padre, en donde cada uno cumple su parte. 

Yo Soy ese Sol de las constelaciones; Soy el Gobernante Mayor, el Cristo, que estuvo aquí en el planeta para enseñarles la Verdad, para enseñarles del Amor y de la Misericordia. 

Ahora, compañeros, que han cruzado Conmigo en estos tres días este Desierto Sagrado, en donde las tinieblas no pudieron triunfar, sino la Luz de Mi Amor, les pido: brillen, como este Sol que los alumbra. Sean Soles en la Tierra. Sean el Amor de Dios que ilumina dentro y fuera, y cada espacio de este planeta. Soles de Mi Padre, ¡levántense!

La mañana ya ha comenzado, y una nueva noche se aproxima. Pero no teman, quien está en Mi Corazón todo lo sabe y será guiado hasta cumplir su misión.

Soles: ¡despierten y no duerman! Es hora de brillar desde su interior, es hora de alumbrar los abismos y de disipar el mal en el nombre del Amor de Mi Corazón. Alumbren y sean lo que nunca fueron, sean dignos hijos de Dios, y estarán haciendo feliz a Mi Corazón. Sean como Yo fui, aunque no lo sean. Sean Soles que alumbran desde el corazón y que traen la paz para un tiempo de caos.

La hora más difícil se aproxima, pero no los abandonaré. Dichoso de aquel que Me haya escuchado con atención, porque será recompensado por Mi Padre.

Que ahora, la oración que han vivido durante estos dos días sea vida, sea amor, sea unidad y hermandad. No busquen las semejanzas en sus hermanos, busquen la belleza en los corazones de sus prójimos que así la maldición terminará, la maldición que hace sufrir al mundo todos los días.

Vean lo mejor que hay de cada uno, y ayúdense lo unos a los otros, porque así Me ayudarán. Sustenten y apoyen al que está caído, porque ustedes también caerán y Yo no los negaré, porque Mi Padre no los niega. 

Si las almas vieran la esencia de estas cosas, no tendría sentido que el mundo se purificara.

No sean lo que no tienen que ser. Parezcan más de lo que viven, y vívanlo de verdad.

Los bendigo con Mi Consciencia Divina, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Compañeros, que quede guardado este momento en ustedes, porque el Hijo del Sol vino a su encuentro para traerles la Paz.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Relato del tercer encuentro con Cristo, aquí en el desierto de Chilca, en Perú. 

Cuando nos reunimos a orar la Coronilla de la Divina Misericordia, al final, la Consciencia de Cristo comenzó a aproximarse aquí la región del desierto de Chilca, como hizo las dos veces anteriores.

El cielo, que estaba nublado, se fue abriendo y el sol comenzó a irradiar su luz y su calor aquí en las montañas. Enseguida, Cristo nos mostró, vimos que Él se aproximaba a nosotros de una forma bien diferente a las que Él  ha mostrado en otras instancias, y veíamos que el Maestro venía posando Sus Pies sobre una plataforma triangular azul que levitaba.

Él venía sobre esta plataforma. Era de un color azul bien intenso y fuerte, y comenzó a descender. A medida que iba descendiendo, los Universos, los Cielos, se abrían hacia otros planos, hasta llegar al plano espiritual, donde entendíamos comprendíamos que estaba la Consciencia del Padre, Adonai, y así abrió ese camino cuando descendió, Él estaba, en esta tercera Aparición, estaba vestido de Blanco, tenía una sutileza, era algo bien leve, delicado,  sobre todo, muy amoroso; con los mismos rasgos que el Cristo Glorificado, pero esta vez, vestido todo de blanco. 

Cuando Él apareció, cuando Él se aproximó en esa plataforma triangular azul, lo primero que sacó de Su Pecho fue Su Corazón, y nos lo ofertó. El Corazón estaba sobre Su palma de la Mano derecha ofertándolo, y cuando lo ofertaba para nosotros, percibíamos que lo hacía para todas las consciencias del planeta, sobretodo para aquellas que Él dice que son indiferentes. Y Él Ofrendaba esta Corazón para la Creación, ofertaba este Corazón  para los Reinos de la Naturaleza, para la Consciencia de los Reinos; era algo que se expandía para todos, sin distinción.

Y así  Él comenzó a dirigir Sus Palabras, en el Mensaje que dio en ese encuentro. Y  cuando habló, en cierto momento  de los Elohim, cuando aún estábamos viendo los Cielos abiertos, las dimensiones, hasta el plano espiritual, ejércitos, era eso lo que veíamos, ejércitos de los Elohim,  comenzaron a colocarse a posesionarse a la derecha y a la izquierda de Cristo, por encima de las montañas, aquí, en el desierto.

Eran muchos, todos vestían túnicas hasta los pies. Eran seres resplandecientes, como ángeles, pero no tenían alas. Estaban ahí presentes, y veíamos que ellos estaban haciendo una tarea. En un momento, Los Elohim acompañaron todo el trabajo que Cristo hizo a través del mensaje; porque a medida que Él iba hablando iba mostrando muchas cosas, sobre todo, por ejemplo, lo que tenía que ver con la Consciencia Solar, o lo que nosotros conocemos como el Sol. 

En un momento, cuando Él comenzó a hablar de ese Sol que nosotros deberíamos ser o que deberíamos en la superficie de la Tierra representar, como misioneros, Él trajo, no sé cómo lo hizo, una copia de otro Sol, que nos alumbraba.

Entonces, entre Cristo y el Sol que nos alumbraba, el sol físico, había otro Sol, potentísimo, y en el núcleo, en el centro de ese Sol, estaba la Consciencia de Dios. Por decirlo de alguna forma, cósmicamente, nos vimos representados, delante de una representación, mejor dicho, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, de una forma universal y espiritual, que nunca habíamos visto, algo bien fuerte de ver. 

En el momento en que Él hace esa representación a través del Sol como la Consciencia fundamental de Dios, de Él como el Hijo, y del Espíritu Santo, Él se eleva, aún cuando estaba dando el mensaje, se elevó e ingresó dentro de este sol físico, del cual nos alumbra todos los días.

Comenzó a transfigurarse y quedó como un Ser Solar, que era todo un Ser de  mucha luz. Era una luz que encandilaba ver, que era una Luz que se concentraba y que se generaba dentro de este sol físico que nos alumbra. 

No sé lo que Él nos quiso mostrar con eso, qué  fue lo que nos quiso decir, como ejemplo, como símbolo, pero en ese momento Él nos estaba representando,  Él se mostró así, como transfigurado a los apóstoles en el Monte Tabor. 

Por último, cuando descendió nuevamente de ese Sol, más resplandeciente, más iluminado, nombrándose como el Hijo del Sol, porque el Hijo del Sol, Él decía que es el Hijo de Dios, del Dios vivo. En ese momento,  volvió a esa plataforma azul, y entre ese sol físico que nos alumbraba y el Sol que Él había traído, esa copia de ese Sol, digamos así, de ese Sol más inmaterial, Él hizo aparecer a Su derecha y a Su izquierda, todas las constelaciones dentro de la bóveda celeste, que estaban en perfecta armonía y en equilibrio.

Esa fue la experiencia y relato de la Aparición.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 19.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Mi primo Juan los bautizó con agua, pero Yo los bautizo con el Espíritu de Dios.

Dichosos aquellos que se congregan para recordar Mi pasaje por la Tierra.

Hoy vengo en la santa compañía de Isabel, de Juan y de vuestra Madre María, congregados por el Amor de Dios, participantes de este encuentro infinito entre las almas y el Cielo, entre los corazones y Dios.

Dichosos aquellos que se animaron a ser bautizados, como aquellos que pidieron lavar sus pies para borrar el pasado y el dolor de sus vidas.

De esa forma, Mis compañeros, no vengo a instituir una nueva Iglesia, sino a renovar los Sacramentos de una forma simple y pura, así como Yo les enseñé a los apóstoles en el pasado.

Los Sacramentos servirán de salvación para las almas, pero también la oración servirá para vuestra conversión.

Ante Mi Corazón Eucarístico, contemplen Mi Faz gloriosa, misericordiosa y redentora, la cual traigo desde el universo para todos.

Isabel los acompaña en el espíritu del Amor. Juan los acompaña en la consagración de vuestros corazones. Mi Madre los congrega para que se unan a Mí, porque en este lugar, Mi Madre Santísima instituyó la Adoración, un compromiso que es parte de todos para que esta humanidad y esta ciudad puedan ser liberadas por Mi Misericordia y no por Mi Justicia.

Mientras ustedes hoy son conscientes, gran parte de la humanidad duerme en la ilusión porque muchos pierden la fe por no encontrarme en los antiguos sacerdotes. Pero Yo estoy presente en los Sacramentos, que son la Fuente de Vida y de renovación para todos. 

En cada Sacramento encuentran una llave para acceder a Mi Corazón, porque Mis Rayos permean cada uno de los Sacramentos. Yo les proporciono la renovación y la cura, la trasmutación y la liberación de vuestras vidas.

Por eso, cada vez que pidan un nuevo Sacramento, mediten por un solo instante en lo que recibirán, porque es algo sagrado y bendito que Yo les ofrezco a los Míos.

Por eso, celebren y alégrense cuando cada nuevo hermano sea bautizado y bendecido por los Sacramentos de Dios, porque él lo estará recibiendo en nombre de toda la humanidad.

Vuestros corazones y esencias son únicas ante los Ojos de Dios. 

Mis compañeros, en el Cielo y en el universo no existe la separación entre las almas. Yo los vengo a unir en este tiempo. Vengo a unirlos a través del Amor y de la Verdad, porque el enemigo se ha encargado, en estos momentos, de apartar de Mis caminos a los buenos corazones que deben alcanzar la redención.

Hoy piensen en Santa Isabel y en San Juan, el Bautista, dos grandes Misioneros del Universo Celestial, guardianes de los santos Sacramentos de Dios desde el momento de Mi Ascensión a los Cielos.

Por eso, compañeros Míos, que vuestra sed por buscarme nunca se acabe. No solamente estoy presente en los Sacramentos, sino también en los corazones que buscan la unidad con Dios todo el tiempo. También estoy entre los pequeños, entre aquellos que claman por la redención y por la paz.

Este mundo debe liberarse, amigos Míos, y a través de vuestra consagración sincera eso sucederá.

También estoy presente en estos tiempos, en las pruebas que cada hijo Mío vive, porque a través del sufrimiento y de las pruebas Yo los vengo a fortalecer en el amor al sacrificio, a la entrega, a la liberación. 

Les dejo en esta tarde de Misericordia Mis Gracias, en la Presencia Santísima de María, de Juan y de Santa Isabel, que han sido congregados en este universo, en este espacio y en este lugar, para que vuestros corazones resplandezcan en la fusión perfecta con el Espíritu de Dios.

Sigan orando todos los días. No se cansen de pedir por Misericordia. Recuerden que lo estarán haciendo por aquellos que no oran ni aman a Dios. Por eso, Yo los necesito en este tiempo, firmes y dispuestos.

Vendré a vuestro encuentro cuando ustedes Me lo permitan, porque vivo en cada uno de vuestros corazones. Debo tener un lugar en vuestras esencias para que el mal que los perturba se pueda liberar y así pueda reinar la Gracia de Dios en muchos corazones que la necesitan.

Hoy expongo ante vuestros corazones y espíritus Mi Santísimo Corazón Eucarístico, que es el verdadero Sol del Universo Celestial, el verdadero motivo de vuestras vidas y caminos.

Por eso, hoy los reúno bajo el espíritu de la renovación y de la fe, para que prevalezca en vuestras consciencias la esperanza de proseguir y no se pierda, en ustedes, Mi Misericordia.

He dejado una semilla en este lugar que deberá sembrarse cuidadosamente, porque de ella nacerán nuevos frutos y nuevos corazones se aproximarán, en búsqueda constante de la redención y de la liberación.

Agradezco por vuestro esfuerzo de adorarme todos los días. Este es el mayor sacrificio que Yo adoro, cuando las almas Me contemplan con sinceridad y penetran en la Esencia de Mi Corazón luminoso, a través del Santísimo que expongo al mundo y a la humanidad en todos los sagrarios de la Tierra. Recuerden Mi Presencia en los sagrarios. Recuerden Mi Presencia en vuestros sagrarios internos. Allí, Yo siempre estoy presente, cuando Me llamen, les responderé.

Abro Mis Brazos y extiendo Mis Manos sobre ustedes.

Coloquen vuestras palmas de las manos hacia arriba para que Yo los pueda bendecir y, en este magnetismo divino y espiritual, sus esencias se puedan unir a Mi Corazón.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Él dice que está orando por nosotros, que solo escuchemos.

 

Poderoso Señor del Universo 
que congregas a todas las almas,
que das la vida y la eternidad,
Te pido, Padre amado,
que cuides estos discípulos Míos,
para que siendo caminantes y servidores,
siempre encuentren el camino de retorno,
retorno a Tu Casa Celestial, 
 a Tu infinita Morada de Vida,
principio de Amor y de Unidad.

 

Contemplen a Jesús Glorificado, Él está presente en los corazones simples. Pues aún espero que todos los seres conozcan Mi nueva Faz, para que todos Me tengan presente en sus hogares y siempre recuerden que soy el Pastor de las almas.

Desearía estar más tiempo con ustedes, pero debo ayudar al mundo entero y a la humanidad que está caída en los abismos infernales de este mundo.

Pero a través de vuestra oración misericordiosa en estos días, vuestro esmero y vuestro amor por Mí, muchas almas han sido elevadas al Cielo y muchas penetraron en el océano de Mi infinita Misericordia.

Graben en vuestras consciencias y corazones Mi Sacratísimo Corazón Eucarístico, el Sol de vuestra salvación.

Silenciosamente, realicen una petición a Mi Corazón, un pedido o una súplica que Yo elevaré al Cielo hasta los Pies del Padre Celestial.

Les agradezco por compartir Conmigo este tiempo de Adoración.

Mientras Me elevo, escucharé vuestros cantos. Cuando ellos son verdaderos y amorosos, alivian el Corazón de Dios y las faltas graves se disuelven, la Misericordia se instala y los corazones pobres resucitan.

Queridos compañeros, después de haber sido bendecidos por el Agua de Vida, reciban en reparación y perdón a Mi Cuerpo Glorificado, a través de la Comunión con Mi Sangre y con Mi Cuerpo. 

Recuerden que Yo siempre los esperaré. Mi océano de Misericordia está disponible para todos. Solo busquen a Dios y a Su Amor. Así alegrarán a Mi Corazón.

Vayan en paz y agradezcan al Padre Eterno.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mensaje extraordinario
MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DE LA REUNIÓN ANUAL DE LA ORDEN GRACIA MISERICORDIA

Antes de Mi Retorno, Yo vendré y les pediré a Mis ángeles que expulsen y destierren del corazón de los hombres el egoísmo humano. Cuando esto suceda, el mundo terminará de convertirse y un nuevo ciclo comenzará. Los corazones ya no se sentirán solos, porque recibirán de Mí todo lo que les ha faltado desde el principio de sus vidas. Las almas gozarán de Mi encuentro y Yo volveré a dar de beber la Sangre transformada en Luz y a comer del Cuerpo Vivo transfigurado en Gloria.

Cuando llegue ese tiempo, muchos de los que hoy viven sobre la Tierra ya no estarán, más Yo contaré con todos los que una vez se dispusieron a buscarme entre las tinieblas del mundo. Mas no teman, porque mucho ha de pasar.

Mis Palabras siempre permanecerán entre ustedes, ellas serán el consuelo para los momentos difíciles. Después de tantos encuentros, Yo vengo a prepararlos en Mi Regazo, en Mi Cenáculo y en Mi Corazón.

Que nadie se canse de aspirar a fundirse Conmigo, el Señor les dará la llave para sobrellevar los tiempos que vendrán. Únanse a Mi círculo de Amor Eterno. Si están dentro de este círculo de Amor Divino, nada los rodeará, más ustedes deben buscar todo el tiempo el camino de salida a través de la verdad y de la aceptación.

En sus rostros, hoy, veo en ustedes la búsqueda incesante e ininterrumpida de Mi Faz.

Sepan que Yo no Soy más que el Señor, Mi Padre es su Padre, Mi Supremo es su Supremo y, en ese Reino, todos somos uno.

No permitan que la amargura de no poder dar los pasos los abrace más que el poder de Mi Amor Glorioso.

Hoy los reúno en el Nombre del Señor, para dar comienzo a una nueva etapa de buenos tiempos, de buenos frutos, de una adorable consagración que es vista por Mis Ojos Misericordiosos.

Dichosos aquellos que perseveran a través de Mi Confianza. Nunca dejaré solos a quienes Me llamen y a quienes Me busquen, a pesar de los errores cometidos.

Yo Soy el Amor Verdadero que todo lo transforma. Soy la Gran Célula de Luz que nace del Corazón de Mi Padre. Quien con coraje Me llame, será sorprendido por Mí en las noches que vendrán.

Mi Silencio les enseña muchas cosas. Mi Paz les transmite la serenidad celestial.

No se queden en las cosas de este mundo. Hasta que Yo vuelva, las cosas del mundo se agravarán, pero fijen sus ojos en Mi Pacífica Mirada.

Mi Corazón se ofrece como un misterio de vida para los buenos y para los malos, pues grande es Mi Amor y más grande lo será en todos los que lo busquen con sinceridad y verdad.

Siéntanse merecedores de lo que no serían agraciados, pues Mi intervención es perfecta y bondadosa ante Mi Padre.

Hoy, Yo nazco y provengo del corazón de este universo, Yo renuevo y transformo todas las cosas. Soy el Rey de la humildad. Soy el mismo que padeció y sufrió por ustedes, por Amor.

Y ahora, que ya resucitaron en vida, vengan hacia Mis Brazos. Mi Corazón los consolará y nada malo le sucederá a quien se arriesgue a estar Conmigo, pues Yo Soy la Luz que disipa toda oscuridad y tiniebla dentro y fuera de los seres.

Yo Soy la viva donación del Gran Amor de Dios, su Padre. Quiero darles Mis tesoros a los redimidos. Deseo encontrarme con los que han caído en el pasado.

Declárense Mis apóstoles del nuevo tiempo; así, nacerá el Cristo Interior que estará a su servicio cuando Yo ya no esté más entre ustedes; porque todo tiene un tiempo para el Señor, un tiempo diferente al tiempo del mundo.

Ahora, Mis Pasos les marcan una nueva senda. Benditos aquellos que cruzan, por Mí, los abismos y los infiernos de este mundo para salvar a los que tienen mucha sed de Mi Amor.

Lleven, en sus corazones, Mi legado estampado y que sea la llama que los transforme día y noche. Sean como Yo, buenos misioneros.

Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.

Gracias por vivir el misterio de Mi Corazón.

Mi Paz para todos los seres de la Tierra.

Yeshua, el Cristo Glorificado

 

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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