Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 63ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

La Luna anunciará Mi segunda venida al mundo, las estrellas proclamarán la llegada del Rey Universal y todo el macrocosmos estará atento a ese movimiento.

Los que han sido merecedores de Mi Gracia, sentirán en su interior el gozo de Mi llegada.

Aquellos que hayan ofendido las Leyes de Dios, tendrán el último chance del arrepentimiento.

Pero mientras el Hijo de Dios descienda a la Tierra, el planeta temblará y nadie podrá oponerse a ese movimiento, porque estará llegando físicamente la Luz Divina y los corazones se alegrarán a pesar de lo que suceda, porque se librarán de su cautiverio.

Detrás de Mi vendrá el Arcángel Miguel, como muchas veces ya se los he anunciado. El derrotará lo más impuro de lo más impuro, para que en la Tierra pueda volver a brotar el agua de vida y todo, todo, se purifique.

Mientras tanto preparen sus corazones para ese momento, porque el Redentor llegará sin avisar, en el momento menos esperado por la humanidad.

Aun cuando su iglesia esté pasando su gran prueba, que su fe no titubee; que se fortalezca su fe y su confianza en Dios, porque siempre deberán recordar para esos tiempos que su única religión es el Amor de Dios y no la potestad de los hombres.

Yo les vine a enseñar hace mucho tiempo sobre el Reino de Dios, el que mora y vive dentro de ustedes.

Después de muchas pruebas, dificultades y perturbaciones, hoy sus almas tienen la Gracia de reconocer al Reino de Dios, así como muchas más almas lo tendrán en el fin de los tiempos.

Cuando Yo retorne descenderá la Luz Cósmica, y junto Conmigo todos los ángeles.

Los coros celestiales se agruparán en diferentes puntos del planeta.

Cuando la última trompeta de Universo sea tocada, deberán colocar su cabeza sobre la tierra, suplicando por una humanidad pervertida, para que la Misericordia del Redentor sea más poderosa que la Justicia, los errores se puedan aplacar y de las almas se disuelva todo mal.

Pero primero deberán creer en el Reino de Dios que está dentro de ustedes, es lo que Yo vengo a anunciar para estos tiempos definitivos, porque la vida humana está muy exteriorizada, se ha perdido la esencia del silencio, de la meditación y de la reflexión en Dios.

Antes de que más almas se pierdan en el mundo y no consigan salir de su cautiverio, hagan un acto de amor por cada una de ellas, recordando todos los días y cuando despierten en cada mañana, que el Reino de Dios está dentro de ustedes y aún él deberá descender a la Tierra, con toda Su Gloria y Poder.

Por eso San Miguel Arcángel trabajará como nunca antes ha trabajado, mucho más de lo que trabajó durante Mi Divina y Dolorosa Pasión, para sucumbir los infiernos a niveles más profundos de la consciencia, a fin de disolver y de disipar todo mal.

Desde el ADN del ser humano hasta lo más externo, todo se redimirá.

Tengan confianza y fe en lo que están viviendo.

Acepten con gratitud Mi Convocatoria y reenciendan en sus espíritus el fuego del compromiso sideral.

Porque la Tierra tendrá la última oportunidad de ser redimida, ya no hay tiempo que esperar.

La consciencia de su planeta agoniza día a día y también todo lo que está en su superficie.

Por eso arriésguense, compañeros, a volver a firmar el compromiso con Mi Corazón, que no es un compromiso mental, ni tampoco moral; es un compromiso profundamente espiritual que los podrá aproximar cada vez más a Mi Divina Misericordia, en donde todas sus almas se podrán sumergir en Mi Océano de Amor, para que se disuelvan las heridas y todos los traumas vividos a través de los tiempos.

A través de Mi Amor Yo les traigo la nueva vida, porque sus vidas deberán renacer para estos próximos tiempos por medio de los Sacramentos que Yo les ofrezco, tan simplemente, para que sus almas puedan revivir el encuentro con el Sagrado Maestro del Amor.

Vengo en esta tarde a limpiar sus impurezas y a volver a elevar sus espíritus al Reino de Dios, porque la hora de Mi regreso al mundo se está aproximando y necesito, con todo Mi Corazón, que más almas estén preparadas para poder recibirme conscientemente.

Sientan la alegría interior que, de alguna forma o en algún plano, podrán reencontrarme y que Yo no seré su juez, sino su mediador e intercesor ante el Padre Celestial.

No hablo de los pecados, sino de lo que aún deberá purificar el mundo para volver a ser una tierra prometida.

Esa tierra prometida, compañeros. comenzará primero dentro de ustedes.

Y si esa tierra prometida nace y surge, el gran cambio de la consciencia se verá en la humanidad.

Pero algo Me deberán dar para que eso pueda suceder, a algo deberán renunciar para que sus vidas se transformen verdaderamente.

No le puedo pedir al mundo entero un gran sacrificio porque sé que no Me lo dará, pero sé que puedo pedirles a ustedes pequeños sacrificios para que el mundo pueda cambiar, poco a poco.

El sacrificio que Yo les pido no es sufrimiento ni dolor.

Les pido que coloquen a Mis Pies sus sufrimientos para que Yo pueda transformarlos todos en la Fuente de Mi Divina Misericordia, una Fuente de Amor y de Reparación que en algún momento se cerrará, porque descenderá al mundo la Fuente de la Justicia Divina.

Siempre les diré la verdad, para que no sean engañados por nadie.

Pero ustedes, compañeros Míos y almas Mías, pueden ser precursores de ese gran cambio en la humanidad, volviendo a fortalecer en sus familias los gestos de amor y de hermandad, colocando oratorios en sus familias para que el soplo del Espíritu Santo descienda sobre sus hogares, estén protegidos y amparados por la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.

Con cosas tan simples, pero verdaderas, el mundo podrá vivir su gran cambio de consciencia; solo necesito que vivan Mis designios de forma verdadera para que Yo pueda estar más cerca de ustedes y nuevamente, volver a bendecirlos.

Todo esto preparará Mi segunda venida a la humanidad. Los sellos del Apocalipsis ya estarán abiertos. Lo que antes era un misterio, será una gran revelación en el mundo, por eso los ángeles del Universo descenderán a la Tierra para poder anunciarlo.

Todos los que se hayan mantenido en Cristo y por Cristo, recibirán esa revelación interior.

Sentirán en lo profundo de su corazón y de su esencia el Retorno de Cristo.

Sentirán que deberán recogerse, silenciar y orar, adorar y contemplar la inmensidad del Universo Celestial, porque el Hijo de Dios estará llegando al mundo.

De una forma nunca antes vista, todo dejará de ser una promesa. Porque el Verbo encarnado se volverá a cumplir, Él se manifestará a la humanidad en Su Gloriosa segunda Venida.

Muchas de las cosas que hoy les digo no las comprenderán, porque son palabras que provienen del Universo Espiritual y que primero intentan nutrir sus espíritus, para que sus esencias sean colmadas por Mi Divina Gracia.

Porque será Mi Divina Gracia la que les dará el entendimiento y la comprensión; una Gracia divina e infinita que constantemente se dona por la salvación de las almas y el rescate del planeta.

Ahora que han reactivado en ustedes su compromiso interior Conmigo, recuerden la existencia de sus ángeles de la guarda, que también sufren por la perversión de los seres humanos. Llámenlos, día a día, con la oración del corazón. Pídanles que los acompañen en los momentos de trabajo y de familia.

Repueblen sus hogares de los ángeles de Dios, para que las fuerzas capitales sean exorcizadas y el mal sea disuelto por el poder del Amor.

La familia argentina deberá ser reconstruida, recuperando los valores de la Fe, más allá de los errores de la iglesia.

Yo los invito, compañeros, a elevar sus consciencias de plano para que sus almas se coliguen con la Fuente verdadera de la luz, la Fuente inmaterial que proviene del Padre Eterno y que emite impulsos de tiempo en tiempo para la evolución de las almas y la redención de los corazones.

Ayer les ofrecí Mis Llagas. Hoy les ofrezco el Sagrado Cáliz que especialmente he traído entre Mis Manos para que la Sangre del Cordero de Dios sea vertida en todas las almas que acepten beber de este Cáliz de reparación y de cura.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido del Padre Celestial entonaremos "Sagrado Cáliz del Señor", abriendo esta ceremonia entre el Cielo y la Tierra para el descenso de la Iglesia Celestial por medio de la donación del Corazón del Maestro y de todos los ángeles presentes en este momento.

Eleven sus corazones a Dios en profunda gratitud y recogimiento.

Escuchemos el canto de esta oración que invoca la Misericordia para el planeta.

Los escucho:

Sagrado Cáliz del Señor...

Para ser merecedores de Mi Gracia y de Mi Misericordia, primero deben ser merecedores de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, sagrados elementos que Yo les ofrezco para la redención de sus consciencias y la elevación de sus espíritus, a fin de que se cumpla la Divina Voluntad.

Que Argentina, en esta tarde, sea bañada por los atributos divinos de Mi Sangre y de Mi Cuerpo, a fin de que las corrientes perversas se disuelvan y triunfe la Luz del Sagrado Corazón de Dios para siempre. Amén.

Recuerden cuando Yo les dí el Pan y les dije que comieran de él porque este es Mi Cuerpo que fue entregado y es entregado por los hombres para el perdón de los pecados. Coman de Mi Sustancia de Luz.

Y hoy, de nuevo, les doy de beber del Cáliz, diciéndoles que esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza entre las almas y Dios. Sangre derramada por el Cordero de Dios para el perdón y la redención de los pecados.

Recuerden el Monte de las Bienaventuranzas y cuando Yo les enseñé esa simple, pero poderosa oración que los une a Dios en total consciencia y esencia.

Oremos:

Padre Nuestro...

Gloria a Dios en las alturas y Paz en la Tierra para los seres de buena voluntad.

Y así, Yo los santifico a todos con Mi Espíritu, para que sus vidas alcancen algún día el espíritu de la santidad, que es ser verdaderas personas que viven en la bondad y en el bien de Dios, para hacer repoblar en la Tierra los Códigos del Cielo en todos los corazones que encuentren y que busquen el mismo camino de retorno a la Casa de Dios.

Como les dije a Mis Apóstoles y a muchos que estaban presentes en los planos internos:

Mi Paz les dejo y Mi Paz les doy.

Hoy contemplo sus esencias y no sus pecados para que puedan revivir la alegría de reencontrar el Reino de Dios dentro de ustedes.

Que sus espíritus entren en júbilo, que sus almas alcancen el gozo de Dios y que todas las fuerzas contrarias sean disipadas por la Presencia de la Segunda Persona de Dios, el Primogénito y Unigénito, su Maestro y Señor, el Redentor.

Los bendigo:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En fraternidad, dense un saludo de paz, para que la Paz esté en la Argentina.

Que así sea.