- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Redes Sociales
- Contacto
Es una alegría encontrar a aquellos que persisten. Por eso hoy he venido a sacramentarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Es una alegría encontrar a los que adoran a Mi Corazón y que buscan a través de este camino fortalecer su alianza Conmigo, para que se difunda Mi Paz en el mundo.
Hoy estoy con San Rafael y San Gabriel Arcángel. Han venido a dar comienzo a esta ceremonia. Son los portavoces de la Fuente Primordial, los que traen la cura y la redención para la humanidad.
Necesito que con esto comprendan, compañeros, que sus consciencias hoy dieron un paso por la humanidad. Y Dios viene a su encuentro en Su Gloria, con todos Sus ángeles y santos, para proclamar el triunfo de Mi Sagrado Corazón.
Así como estuve a las puertas de Jerusalén hace más de 2000 años atrás, hoy estoy a las puertas de sus corazones, para proclamar ¡aleluya!, glorioso es el Padre que está en los Cielos, benditos son aquellos que vienen al encuentro del Señor para despertar su fe, su amor y su confianza en el Primogénito, Aquel que nació de la poderosa Fuente del Amor.
Hoy entonan los coros, en esta parte de la Tierra, el descenso de Mi Consciencia sacerdotal para que en la otra parte del mundo las tinieblas sucumban, así como fue hace 2000 años atrás.
Crean que esto está sucediendo hoy. No podré evitar que nadie muera, pero sí podré conceder en este tiempo de caos, la Gloria de Mi Reino.
Benditos sean los que vienen al encuentro del Señor y abren sus corazones para ser liberados de las amarras y despertar sus compromisos con Aquél que vendrá en Gloria en Su Retorno, y que será visto entre las nubes encendiendo los Espejos del Amor para que el mal desaparezca del planeta.
Alabados sean los que hoy están aquí, en nombre del Señor, en servicio incondicional y en amor permanente para que el mundo, que está herido, sea curado por sus oraciones y entregas.
Benditos sean los que hoy se consagrarán como Adoradores de Mi Cuerpo Eucarístico, porque serán los primeros y también los últimos que abrirán las puertas para que muchos más ingresen al Sagrado Templo de Mi Corazón.
Hoy los espíritus impuros, que vagan por el mundo, están siendo paralizados.
¡Bendito es el Reino del Señor!
Nadie puede resistirse a Él, porque es muy grande Su Misericordia.
Enciendan ahora las llamas de sus corazones. Enciendan sus espíritus ante la Presencia del Hijo de Dios. Su Sagrado Corazón penetra las entrañas más profundas de sus seres, para que así se establezca la Comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.
Coloquen sus manos en señal de recepción, para que Mis Gracias puedan ser derramadas y sus corazones se liberen de cualquier agonía.
Benditos sean los que lloran ante la Presencia del Señor, porque ellos serán consolados y recibirán de Su Padre Celestial la bendición universal, Su sacratísima Llama de Amor y todo el poder de Su Gracia.
Benditos sean los humildes que vienen a ver al Señor, porque no esperan nada para sí, solo honrar y adorar a la segunda Persona de Dios, a través de Su amadísimo Hijo.
Hoy espiritualmente, compañeros, vengo a lavar sus pies, para que estén purificados, limpios y puros para esta Sagrada Semana. Crean que lo estoy haciendo en este momento, junto con todos los ángeles del Cielo, que también lavan sus pies para revelarle al mundo la santísima Humildad de Dios.
Benditos sean los que vienen al encuentro del Señor. Las puertas del mal sean cerradas, para que descienda el Universo Celestial sobre todas las criaturas que lo invocan y lo claman en la perfecta sinceridad de sus corazones.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
En este momento, el Señor está mostrando a los bienaventurados, a los santos y a los evolucionados, y un gran cielo celeste de Luz está sobre nuestros seres.
Jesús está abriendo de nuevo un Libro y lo está leyendo. Las palabras escritas en ese Libro son de oro y Él las contempla en un profundo silencio. Las hojas que Él va pasando se iluminan, así como se ilumina Su Corazón, como un gran sol. Alrededor de Su Corazón aparecen puntos de Luz, que forman círculos entre sí y rodean a Su Sagrado Corazón. Él me dijo que esos puntos son almas glorificadas, que se encuentran presentes en la Tierra y que han venido en este fin de tiempo, de otros universos y de otras escuelas, a cumplir su compromiso final y a sellar su alianza con el Primogénito.
El Libro desapareció. Ahora, Él está extendiendo Sus Brazos en forma de cruz. Él dice: “Yo Soy el Redentor. Todos los que vienen a Mi Corazón no se perderán, porque Mi Corazón es un refugio para la vida eterna”.
Ahora San Gabriel Arcángel y San Rafael Arcángel tienen cálices entre sus manos. El Sagrado Corazón de Jesús está derramando Sangre sobre ellos. Esa Sangre se vierte sobre los cálices. Son cálices dorados y grandes del Universo Celestial. Los Padres Creadores se arrodillaron para recoger esa Sangre que vierte el Corazón de Jesús.
Y el Señor sigue extendiendo Sus Brazos en señal de cruz, como aquellos que se consagran a la vida, a toda la vida consagrada, como todos los que se consagran a Él.
Por encima de Nuestro Señor está la paloma del Espíritu Santo, como un Ave de Fuego que emana doce rayos a través de sus alas, sobre diferentes puntos de la Tierra.
Jesús está llorando, con Sus Ojos cerrados. Debajo de los cálices de los Arcángeles aparece una imagen del planeta. Y debajo del planeta, cuatro ángeles querubines que sustentan a nuestro mundo.
Postrados:
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo
presente en todos los sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
(tres veces)
Lleven Mi Sangre al mundo para que nadie más la derrame y no sean sacrificados los seres de esta Tierra por el falso poder ni por la soberbia humana.
Vengo aquí a darles Mi alegría y también Mi confianza. Y en esa confianza se encuentra Mi dolor, el que muy pocos aceptan por ser un dolor muy grande, que espiritualmente aspiro a compartir con los Míos hasta los últimos días de la Tierra.
Esta es la Sangre que vengo a verter sobre el mundo. Esta es la alianza que entrego a Mis seguidores. Este es el mayor Sacramento de reconciliación con Dios.
Ahora, que están purificados, podrán ingresar al Portal de Mi Paz y de toda Mi Gloria, en donde les revelaré Quién Soy en esencia, por qué ahora estoy retornando al mundo y he escogido esta casa para comenzar a hacerlo, para abrir las puertas al Retorno de Su glorioso Rey.
Cuando oran y cantan de corazón, sin expectativa alguna, sin buscar nada para sí, Mi Corazón, que es humano y divino, es aliviado por todos aquellos que con fervor proclaman su fe en Mi Consciencia. Esto Me trae la esperanza de volver a visitarlos, a ustedes y a sus hermanos, para que el mundo Me escuche y sepa que en verdad estoy aquí, en esta parte del mundo y con esta parte de la humanidad, para poder ingresar en el corazón de los Míos.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Los Arcángeles Gabriel y Rafael se elevaron. Acaban de elevarse al Cielo, llevando los cálices entre Sus manos.
Mi Sangre derramada hoy sobre los cálices es el ofertorio de sus almas para que descienda aún más Mi Divina e Insondable Misericordia, para que descienda la piedad en donde no existe la paz y en donde reina el sufrimiento, en estos tiempos finales.
En este primer día, los invito a ser parte de Mi Obra planetaria. Fueron escogidos para llevar Mi Mensaje al mundo. Ustedes son almas muy diferentes, pero en esencia son iguales, en los grados de amor. De estos grados de amor Yo Me sirvo para que, después de esta Sagrada Semana, definitivamente, Mi Sagrado e Insondable Corazón con todos Sus ángeles ingrese a Asia.
Benditos sean los que creen en la Palabra del Señor, porque en el próximo mundo tendrán sabiduría eterna.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Acaba de llegar San Miguel Arcángel, que está por encima de nuestro Señor. En Su mano derecha lleva una lanza; en Su mano izquierda lleva un escudo de plata y es semejante al ser humano.
Jesús dice:
Él vino a anunciar Su victoria sobre las tinieblas de la Tierra, porque hoy se han salvado en el mundo 130.000 almas que estaban perdidas y que comenzarán su camino de redención, para encontrarme algún día, así como ustedes Me encontraron y Yo los encontré a ustedes, en lo más íntimo de sus corazones.
Alabemos a Dios por Su infinita Misericordia.
Bendigamos este altar, para que cada espacio sea digno de recibir Mi Gracia. Que así sea.
Por último, quiero agradecer a sus corazones y sobre todo a sus almas por seguirme, a pesar de lo que suceda. Porque quien en verdad cree en Mí no perecerá; Yo triunfaré en su vida y más allá de ella.
Unámonos ahora a Adonai, invocando Su Misericordia por un mundo herido.
Canción: “Adonai, Espíritu Santo”.
Recuerden que aquí Yo siempre les dejo, a través de la comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, el símbolo de su salvación, de su redención y sobre todo, de su paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Él está imponiendo Sus Manos sobre estos elementos y está orando en arameo.
Y ahora llegó el momento, compañeros, de los que formarán parte de esta congregación de amor, que intenta todos los días aprender a vivir en Mi Gracia y en Mi transparencia celestial.
He escogido una canción que todos Me cantan muy bien, la cual aprecio porque Mi Padre la aprecia por la inocencia que las almas pueden encontrar cuando la cantan. Este será el cántico de los Adoradores para que también a través de ellos se proclame el Reino de Dios.
Escucharé con Mis Oídos internos la pronunciación de estas palabras, grabadas en ese cántico, para que así los Adoradores reciban, en este día, Mi bendición, para que muchos otros más, también la reciban en el futuro.
Canción: “Tú eres el Rey”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Queríamos compartir con todos, que esta bendición especial que Cristo hizo para estos hermanos, es porque a partir del día de hoy, ellos forman parte de una nueva rama de la Orden Gracia Misericordia, que son los Adoradores, una tarea que tienen todas estas almas, de adorar al Cuerpo Eucarístico de Cristo, y nosotros, como Orden, les damos la bienvenida. Porque sabemos que ustedes van a ser un gran sustento para todos nosotros, no solamente para los consagrados de la Orden, aquellos que se consagran monásticamente, sino para todo el planeta.
Estos hermanos han hecho una tarea durante meses, en los que se fueron confirmando día tras día, como adoradores del Cuerpo Eucarístico de Cristo. Han ido trabajando intensamente y consiguieron algunas metas. Entre ellas, la de adorar internamente a Cristo, y tener una frecuencia permanente en la tarea de adorar al Santísimo. En estos últimos seis meses, ellos se confirmaron ante nuestro Señor y dieron su “sí” para asumir formalmente una tarea dentro de la Orden como “Adoradores del Cuerpo Eucarístico de Cristo”.
Así, todos aquellos que sientan en su corazón, el poder realizar esta tarea y asumir formalmente frente a Dios y frente al mundo, la tarea de adoración, pueden solicitar también hacer su aprendizaje y cuando se sientan preparados, seguros de que van a poder sustentar ese compromiso, nosotros estaremos muy felices de darles la bienvenida en nuestra Orden.
Y a pesar de que gran parte del mundo está en su muerte espiritual, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita para esta humanidad y para este Universo.
Y a pesar de que el mundo no escuche, no abriendo los oídos del corazón, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita.
Ayer les di a conocer un misterio que muchos no comprendieron, porque todo lo que se guarda en el Cielo no puede ser vivido por la mente.
Solo el corazón, sus corazones, tienen la capacidad de comprender lo que no es visible para todos; lo que vibra existe en todo el Universo.
La humanidad no puede restringirse a la vida material. En verdad les digo, la vida material es algo secundario.
Ustedes no pueden perder la unión con sus espíritus, porque serán sus espíritus, su mundo interior, los que comprenderán todo lo que existe en la Casa de Mi Padre.
Por eso, ha llegado la hora en que la humanidad, despierta y dormida, conozca la verdad que se guarda en el Universo.
Como un impulso espiritual para la redención de los corazones de todos los que están caídos en sus propios abismos, vengo a retirarlos, a cada uno, de su condición humana a través de los impulsos de Luz que viene a entregarles Mi Corazón.
Mi Corazón es el verdadero tesoro para ustedes, porque en Él se guardan todas las virtudes y dones que Dios constituyó desde el principio de la Creación.
Mucho antes de Adán y Eva, Mi Corazón ya pulsaba en el Universo como una realidad inmaterial, que después vino a encarnar entre ustedes para enseñarles a amar y sacarlos del error.
En Mi humildad les digo: están ante un Corazón poderoso, que no solo Me pertenece, sino a Mi Padre, porque Mi Padre es en Mí, así como Yo Soy en Mi Padre; y cada uno de ustedes puede estar en Dios. Cuando crean que eso es posible, así sucederá.
Esa es la razón por la cual las almas sufren mucho: se alejan del Padre, se alejan de Su Reino, de todos Sus tesoros celestiales que se guardan como una sagrada memoria, en Su Corazón Eterno.
Yo vengo a invitarlos, no solo a comulgar con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, porque sé que es necesario para sus vidas vivir un ritual material, a una profunda comunión con Mi Corazón, como parte de una ceremonia interior para las almas.
Pero hoy Yo los estoy invitando a que se sirvan de Mi sagrada mesa todos los dones que Dios les está entregando por medio de impulsos espirituales que solo los renovarán, los redimirán y los curarán de todo, cuando se animen a dar ese paso, a abrir cada vez más sus consciencias a todo aquello que es desconocido por su vida material y por sus mentes.
Las Leyes que rige el Padre Celestial son Leyes Superiores y Divinas que la humanidad nunca consiguió seguir.
Una vertiente de esas Leyes, entre todas las que existen, son los Diez Mandamientos, las reglas básicas que se entregaron a la humanidad en el principio, a través de vuestro Patriarca, Moisés.
Si esas reglas hubieran sido vividas y no alteradas por la humanidad, la raza estaría en otro punto de su despertar y de su evolución. El sufrimiento no existiría en la humanidad.
De lo que ustedes llaman “deudas”, los corazones estarían libres si cumplieran las Leyes de los Mandamientos.
Pero como eso no ha sucedido, Yo tuve que encarnar en esta humanidad a través de la Sagrada Faz de Jesús de Nazareth, para enseñarles en las cosas simples los grandes misterios del Corazón de Dios, por medio de las parábolas que se guardan como llaves dentro del Evangelio que una vez Yo prediqué.
Aún así, compañeros, la humanidad no ha correspondido a lo que la Voluntad de Dios le ha colocado. Esa es la razón también, compañeros, por la que a través de los tiempos, nuestros Sagrados Corazones, el de Mi Madre María, el de San José, el del propio Cristo, hayan venido al mundo para poder instruirlo y corregirlo, para que puedan seguir el camino que Dios tiene previsto que puedan vivir.
Y aunque eso todavía no ha sucedido, Mi Sagrado Corazón les trae todas estas revelaciones.
Como fue la de Monte Shasta, así revelé en el Monte de las Bienaventuranzas todos los prodigios y las Gracias que las almas, en aquel tiempo, podían vivir.
Aún todas esas reglas están vigentes, aunque la mayoría de las almas del mundo estén separadas de esa realidad espiritual y solo los espera redimirse y consagrarse a Mi Corazón.
Si ahora, en este tiempo y por medio de este encuentro, tienen miedo a todo lo que Yo les digo, a las Revelaciones de la Consciencia de Dios, directamente de Su Fuente y en todo lo que Él ha creado, como en Monte Shasta, ¿cómo podrán, compañeros, esperarme cuando retorne con Mi verdadera Faz, aquella que Yo mostré en el Monte Tabor, en la Transfiguración?
¿Estarían listos para conocer Mi Ser Superior?
No quiero que se espanten, pues Mi Poder no es conocido por el mundo. Solo el diez por ciento fue el que descendió cuando Yo estaba en la Cruz y expiré.
Los templos se rompieron, las estructuras más rígidas se cayeron, los muertos resucitaron y hablaron y pronunciaron Mi Nombre.
Todos temieron en aquella hora por lo que le habían hecho al Hijo, al Primogénito, y a pesar de que todo eso sucedió y que reverberó en la memoria de muy pocos a través de los tiempos, aún tengo que venir aquí porque los amo y espero el bien para todos.
Pero es hora de que salgan del letargo para despertar a la nueva consciencia que trae Mi Faz de Gloria para los corazones más perdidos en el mundo, para aquellos que destruyen la Creación y los Reinos de la Naturaleza, solo buscando la conquista y el poder de sí.
Ha llegado la hora, compañeros, de preparar el mundo interno de la humanidad para poner fin a muchas cosas y para desenmascarar lo que aún muchos no ven con sus propios ojos.
El poder de la experiencia divina está descendiendo desde el Universo a este mundo, y cada vez que se aproxima, mayor será la purificación de los corazones para que estén libres de sí, limpios de todo y aptos para recibir al Redentor en Su segunda Venida.
Solo deseo que no sean indiferentes, como lo es el resto de la humanidad, que solo mira para sí misma y no para el semejante, para el que sufre, para el pequeño animal que está desprotegido, para el árbol que está lastimado, amarrado por las cadenas del hombre.
¿Ahora entienden que Mi Padre Me ha permitido estar en todo?
No solo estoy en la humanidad, sino en la esencia de los Reinos de la Naturaleza, que son la primera manifestación de la Creación del Padre Celestial.
Si esto se está volviendo corrupto por las manos de los hombres de superficie, ¿cómo la vida espiritual de la humanidad no se corromperá a sí misma por lo que vive y por lo que siente, por lo que hace y practica en contra de las Leyes de Dios?
Perdonen, compañeros, pero vengo a decirles la verdad para que abandonen el sueño mundial que muchas consciencias viven, sin siquiera percibirlo.
Les traigo Mis Gracias, las Gracias de Mi Gloria, para que puedan despertar cada día más y ver que el mundo está sufriendo las consecuencias de sus propios errores; es algo que el Padre no quiere ver más en esta humanidad, en este planeta y en todo el Universo.
Vengo a reactivar en ustedes el espíritu de la capacidad de amar, porque es el Amor que los liberará. Y así sus súplicas serán escuchadas y en el momento cierto, recibirán lo que tanto necesitan.
Sean corazones pacientes en la verdad y en el amor, así ayudarán a las almas que desesperan en el infierno de su propio error.
Les doy la potestad de amar cada vez más, sin límites, sin restricciones y sin fronteras, porque es el Amor, como ustedes lo han visto a través de Mi Pasión, el que todo revertirá.
Esta es una humanidad que ha alcanzado pocos grados de amor, a diferencia de otros Universos, en donde el amor crece, día a día.
Por eso están siendo ayudados por Consciencias que no conocen y que tal vez nunca conocerán. Consciencias al servicio del Amor, así como los santos ángeles y los santos arcángeles, que vienen a su encuentro cada vez que su Maestro desciende a la Tierra; y aunque no los puedan ver, ellos están aquí para colmar los corazones heridos y así, abrir las puertas a la Redención.
Mi esperanza en este día sagrado era decirles muchas cosas más, expandir el Sagrado Conocimiento que Yo les traje desde Monte Shasta, así como de otros lugares benditos en la Tierra, en donde se guardan las llaves para la Nueva Humanidad.
Tan solo cuando las almas se unan en una profunda oración accederán al legado celestial que está guardado en esos lugares para todos los corazones de la Tierra, como el Monte Sinaí, el Monte Tabor, el Desierto de Shamballa, las sagradas montañas de los Andes; lugares que están abiertos para que las almas puedan contemplar todo lo que Dios creó para cada una de Sus criaturas.
¿Ahora comprenden la diferencia compañeros, de poder contemplar y no destruir?
¿Cómo tendrán un mundo nuevo si lo están lastimando?
¿Cómo nacerá una nueva consciencia?
¿Cómo las Leyes de la cura descenderán a la humanidad, si la humanidad está enferma por no vivir la Ley del Creador?
¿Cómo se establecerán los puentes de la hermandad y de la fraternidad si los que oran son tan pocos?
Estoy invitando a los que nunca se animaron a penetrar el misterio de Mi Divina Misericordia, para que así como he hecho con cada uno de ustedes, pueda convertir sus corazones en fuentes de vida y de renovación.
Y ahora Me preparo para algo muy importante, en donde ustedes son partícipes y podrán serlo aún más, si colaboran Conmigo para que esta misión a los Estados Unidos se cumpla, independientemente de quién esté presente allí, en esa nación, o todo lo que haya hecho, a través de los tiempos, a otras naciones del mundo.
Nuevamente, bajo el espíritu de la Fe del Padre , los invito a colocarse por encima de todas esas cosas. Así, estarán dando un paso seguro hacia Mi Corazón, y no hacia otro, en donde todo está vacío.
Hoy, finaliza una etapa en México.
Los Sagrados Corazones en Centroamérica y en México consiguieron abrir las puertas para una sagrada oportunidad que se verá en un futuro cercano.
Las semillas que formarán la Nueva Tierra se siembran de a poco, para que sus frutos nazcan fuertes y den más semillas, para las nuevas almas que encontrarán este camino hacia Mi Corazón.
Que sus corazones busquen todo el tiempo ser sinceros, para que la proclamación guardada en esta canción sea escuchada por todos los que tienen que abrir sus oídos al llamado del Creador.
El corazón sincero es el que vive en Cristo.
El corazón sincero es el que busca a Cristo y a pesar de todo, aspira estar en Él.
El corazón sincero gesta en sí los tesoros de Dios, que formarán parte de la Nueva Humanidad.
El corazón sincero no es indiferente, sino atento, vigilante y solícito ante el llamado que enfrente en su camino. Vive así, como corazón sincero, en un servicio mayor.
El corazón sincero se abre para escuchar las correcciones de la vida, y sin prejuicios, acepta en humildad lo que Dios le envía.
El corazón sincero ama más allá de él y penetra las dimensiones en donde el Gran Amor de Dios se guarda y desde donde parte la Vida Eterna.
El corazón sincero atiende a las necesidades del mundo y no pierde ni un segundo para poder donarse por amor al Creador y a Su Hijo Primogénito.
Un corazón sincero es libre de sí y de todo lo que ha creído de sí mismo, porque su propia sinceridad lo lleva a liberarse de todas las amarras.
Un corazón sincero imita al Señor y sigue Sus caminos hasta poder encontrar su misión en estos tiempos.
El corazón sincero suplica a su Creador teniendo fe de que alcanzará lo mejor para todo este mundo.
Un corazón sincero abre las puertas al Reino de Dios con la expresión de su amor interior por todo lo que fue creado, y así, está en comunión eterna con todo el Universo y con su absoluto Rey, el Redentor.
El corazón sincero transmuta en silencio y no se incomoda por todo lo que vive, porque si en él está la humildad y la capacidad de amar, estará viviendo la Voluntad Divina.
El corazón sincero está disponible a su Maestro del Amor para poder cumplir todo lo que Él pide, confiando profundamente en que eso es verdad.
El corazón sincero muere para sí mismo para poder hacer nacer a las almas al Amor de Dios.
El corazón sincero es un apóstol del nuevo tiempo, es el discípulo de la sagrada renuncia y de la aceptación de todo lo que es divino y sublime en el Reino de su Padre.
El corazón sincero sirve para que se cumpla el Plan de Dios en esta humanidad y en todo el Universo. Así concretará la parte que le cabe y estará en el camino de la Luz siendo permeado por Mis Rayos, por la Luz de Mi Divina Misericordia, hasta que se cumpla Mi esperado Retorno.
El corazón sincero canta para proclamar la venida del Amor a través del Hijo de Dios.
El corazón sincero cree en el Retorno de Cristo y espera que cada minuto pase para que su Maestro llegue a su encuentro.
Sean corazones sinceros y se transformarán en algo que nunca han conocido.
Conocerán la libertad interior y estarán, a pesar de todo, en el Universo del Amor de Dios.
Con estas palabras, bendigo a los que se sacramentarán en nombre de muchos que serán tocados, como en esta nación, por Mi Luz redentora (*)
Cuando todos son sacramentados, puertas inciertas se cierran y nuevas puertas a la luz se abren, con el fin de que los corazones reencuentren su filiación y su profunda comunión con el Padre Celestial.
Después de esta consagración, compañeros, en donde sus almas y estos elementos fueron nuevamente bendecidos, con el fin de que siempre busquen vivir en la Ley, Mi Corazón ya está listo, así como lo estuve en la plaza de la flagelación, para ingresar a los Estados Unidos.
Les agradezco.
Hoy quiero que canten una canción que resuene en el pueblo de Dios, que busca vivir en la esperanza y en la comunión con el Redentor. Como ustedes una vez me dijeron: “Eso que soy, eso te doy”
No importa cómo sea, sino, que sea verdadero. Porque si lo que Me dan es verdadero, Yo siempre les agradeceré porque serán corazones sinceros que darán lo mejor de sí, a pesar de lo que suceda.
Me elevo a la Casa de Mi Padre llevando sus súplicas y las oraciones de todos Mis hijos en estos dos días.
Así, alzando Mi Mano hacia lo Alto, pidiendo la Gracia de Dios, colocando Mi Mano izquierda sobre Mi Corazón, Yo los bendigo bajo el Poder y la autoridad de la Santa Cruz, que redimió a las almas, exorcizó a los demonios, liberó a los corazones, e instituyó la unión del Cielo y de la Tierra a través de los servidores que viven en la buena voluntad, en la esperanza y en la fe, abriendo las puertas para esta próxima misión a los Estados Unidos.
Yo los bendigo y los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. (x3)
No olviden que si están en paz, allí Yo estoy.
Les agradezco.
(*) El coral entona “Corazón Sincero”.
Y a pesar de que no lo parezca, Mi Luz vence el mal y así triunfa Mi Plan en la Tierra, en cada corazón abierto a escucharme y a recibir en esta hora el poderoso caudal de Mi Amor, el que lo transformará completamente y le traerá la vida, la vida espiritual que existe en los Universos y que forma parte de cada ser, cuando él despierta a su verdad.
Esa verdad y ese despertar intenta ser infiltrado por Mi enemigo. Pero el poder de Mi Amor todo lo vence y él le teme a Mi Luz y a Mi Verdad. Cuando se enfrenta a ella queda confuso y no sabe qué hacer, porque no conoce el Amor; en verdad se alejó del Amor, del Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Es ese Amor Trino que les trae la Vida Eterna, la renovación y la paz para estos tiempos.
En esa Santísima Trinidad deben guardar sus corazones y vidas, dentro de ese triángulo de luz que representa la Santísima Trinidad; allí estarán protegidos de todo mal, ayudarán a proteger a sus hermanos y también ayudarán, queridos compañeros, a retirar de la ilusión a cuantos duermen en este momento.
Esa ilusión mundial es creada por Mi adversario todo el tiempo.
Las almas están hipnotizadas y muchas creen en otra vida espiritual que no es la que Yo ofrezco en este tiempo.
Mi adversario confunde a las almas y se muestra con resplandor a través de una falsa luz que hace cegar a los corazones y los hace ingresar en caminos confusos, que los llevan a separarse de Mi Ley.
Porque es la Ley de Mi Amor que les muestra la Verdad.
Si Yo di la Vida por ustedes y ahora doy la Vida por ustedes, en este tiempo, ¿por qué seguirán otros caminos compañeros? Mi adversario solo quiere tentarlos, quiere separarlos de Mi verdadero Corazón de Luz.
Por eso, hoy les traigo un ejemplo fidedigno de esa fidelidad máxima, a través de dos consciencias que dieron la vida por Mí, obedecieron Mis instrucciones y siguieron Mis Pasos con profunda fidelidad y humildad.
Ellas son Santa Teresita de Lisieux y Santa Teresa de Jesús, dos ejemplos para sus vidas que hoy presento ante Mi Altar Celestial. Dos Maestras de la oración, de la consagración y del camino espiritual, que podrán guiar sus pasos cuando tan solo se consagren a sus corazones.
En todos los Santos del Universo que dieron la vida en la Tierra por Mí, también está el ejemplo sagrado, la reverencia, la verdadera devoción ardiente.
En Santa Teresita de Lisieux podrán encontrar el ejemplo de la humildad, del verdadero amor al Niño Jesús y a Su verdadera Maestría Celestial.
En Santa Teresa de Jesús encontrarán vuestra reforma interior, la vida consagrada; cada cual en su diferente grado de amor y en su grado de compromiso Conmigo.
Santa Teresa de Jesús se ofrece como su Instructora en este tiempo, para guiar las almas de los autoconvocados, de aquellos que están despertando en este tiempo a la verdadera Consciencia Espiritual del Universo.
Hoy les encomiendo estas dos grandes consciencias porque han dado un fiel testimonio de la presencia de Mi Palabra en el mundo y, sobre todo, de Mi Sagrado Corazón.
En ambas encontrarán el camino de la perfección.
Todos los caminos que están llenos de amor llevan a Mis Caminos. Es eso que deben intentar recorrer en este tiempo y dejar de ser engañados por sí mismos, como es engañado el mundo.
Hoy les traigo este mensaje, compañeros, porque es importante que crezcan en la Verdad.
Yo los invito a ser humildes, dentro del apostolado espiritual que Yo ofrezco para todas las almas.
Solo necesito que oren Conmigo, que adoren al Hijo de Dios, porque estarán adorando al Padre Celestial. Que contemplen este legado que Yo les entrego para que pueda abrir sus consciencia hacia ese camino de redención.
Todas las almas son llamadas a vivir en Mi camino. El único camino que Yo ofrezco en este tiempo es el camino del amor, que los podrá unir con sus hermanos, con todos los que los rodean, con todos los que buscan la verdad, la verdad del corazón.
Es esa verdad que los hará fuertes para retirar de la consciencia toda mentira, toda ilusión o todo engaño que Mi enemigo articula ocultamente por detrás de cada ser; pero quien vive en Mi Corazón y lo vive verdaderamente, no será engañado por él.
Su hora está cerca y Mis ejércitos se preparan para eso.
Ustedes son llamados a ingresar en ese comando espiritual del fin de los tiempos y del Armagedón, para que se preparen para vivir la batalla, una batalla que no es conocida por el mundo, que fue escrita por Juan, en el Apocalipsis.
Esa hora se está acercando; por eso, los invito a la adoración y a la oración para que estén listos, firmes y seguros, en cada decisión que tomen en sus vidas. Eso determinará sus destinos y a la meta que llegarán después de que todo suceda.
Hoy especialmente, hijos amados, vengo a retirar los velos de la ceguera para que puedan ver más allá de este lugar y de sus consciencias, para que puedan ver el Reino Celestial que se aproxima, con todo el esplendor de su Divina Misericordia, para las almas que más lo necesitan.
Mi Corazón sufre por los ingratos, aún más por aquellos que lastiman y que hieren el Corazón de Dios. Solo el Amor lo puede reparar y el ofrecimiento de cada alma ante el Hijo Celestial.
Si son como son, no deben temer por ser imperfectos. Yo los quiero ver verdaderos, transparentes y limpios de corazón. Porque por más imperfección que exista en la consciencia, y aunque toda prueba aún no se haya superado, Mi consuelo es infinito para aquel que lo clama de verdad.
Repito: verdad, porque es la verdad lo que deben vivir. Es la verdad que pierde el mundo, la verdad que pierden las almas de su verdadero propósito.
En la verdad existe la paz, la calma, el sosiego, la fortaleza interior, la victoria para cada corazón. Es esa verdad que Yo enseñé a Mis apóstoles, que hoy vuelvo a recordar para cada uno de ustedes.
No importa cuánto Me fallen, lo que importa es cuánto Me dejan de vivir. En la vivencia que podemos tener juntos se construye la hermandad entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y Sus criaturas y entre sus semejantes.
Así estarán libres de sí y el pecado desaparecerá del mundo, desde el principio del Génesis hasta el presente, desde que Adán y Eva cometieron el pecado original. Eso puede ser borrado de la historia de este planeta cuando los Nuevos Cristos despierten.
Hoy, uno Mis Manos en oración para pedirle al Padre Celestial fortaleza para los débiles, amor para los duros de corazón, fe para los que perdieron la esperanza, cura para los enfermos, misericordia para los ingratos.
Hoy, vengo aquí para pedirle al Padre por ustedes y el mundo, porque los necesito en esta hora aguda de la Tierra, en donde todo está por suceder, más allá de la capacidad de cada ser.
Cuando todo suceda no habrá retorno porque todo estará cumpliéndose, como fue escrito.
Cristo pide una Biblia.
En estos caminos que Yo los invito a recorrer se encuentra siempre Mi Palabra, la Enseñanza, la Instrucción, que mueve a todos los espíritus para que realicen la Obra del Plan. Si alguno de ellos deja de cumplirla, no será por falta de Palabra, de Enseñanza o de Instrucción, será por inercia, por desobediencia o por indiferencia.
Así están muchas almas del mundo y aún Yo envío a Mi Madre a la Tierra para que Su Espíritu Consolador sea la fuerza motriz que mueve al Universo, generando todas las Gracias posibles para aquellos que no la merecen.
Ustedes, compañeros, sean merecedores de esa Gracia Celestial para que los dones que Yo les entregué en el pasado puedan estar al servicio de Mi Corazón, de Mi Obra Redentora.
En cada paso que dan Yo los acompaño.
En cada respiración que viven se encuentra Mi Espíritu presente cuando el alma está unida en verdad a Mí, y no quiere nada para sí, solo el bien para el mundo, para todo el planeta y la Creación.
Los invito a vivir en confraternidad. Ese será vuestro próximo paso para los próximos meses. Trascender los juicios, las indiferencias, las maldades, los comentarios, las blasfemias y todos los ultrajes que pueden realizar las almas del mundo.
Si buscan el espíritu de la confraternidad, solo lo encontrarán en Mi Corazón Misericordioso, porque Mi Corazón es esa gran usina universal de la cual muchas consciencias se sirven en los Universos.
Si Mi Corazón no se hubiera ofrecido en la Cruz por ustedes, en el presente nada de esto sería posible.
Padecí el dolor más fuerte de la humanidad a través de la indiferencia humana, de la negación y de la soberbia.
Vengo a desterrar en los que Me quieran vivir, todos los patrones del mal que llevan a la decadencia de la humanidad, a la guerra, a la división a través de los tiempos.
Vengo a constituir, en los corazones solitarios, una nueva hermandad para que ya no se sientan más solos y cuenten con cada hermano de camino.
Así Yo podré estar entre ustedes cuando Yo ya no vuelva más, porque se acerca la hora en la que el mundo se purificará y verá la realidad que nunca quiso ver de sí mismo.
Rezo de rodillas delante Mi Padre para que para todos sea liviano ese momento crucial. Por eso les doy todas estas Gracias.
No pierdan este momento Conmigo.
Aprovechen Mi Presencia y no piensen cuándo terminará todo esto. Así no habrán comprendido lo que Yo les digo.
Aunque Yo no Me muestre a todos, Me hago presente en los corazones pacíficos. Así lo han podido ver en esta vida material.
Muchos creen que en este Libro no se encuentra nada y los que escribieron eran retrasados.
Los apóstoles que Me siguieron no tenían ninguna formación espiritual ni mental, pero Yo les enseñé, así como les enseño ahora a ustedes, a escribir las Palabras de Dios a través del corazón.
Por más que existan faltas o poco entendimiento para aquellos que se creen sabios, la verdadera Presencia de Dios, compañeros, está en los corazones simples, que escriben a través de sus ejemplos, que testimonian Mi Presencia en estos tiempos,en donde se necesita de la luz y de la paz.
Aquí se encuentran códigos inexplicables. Esto pertenece a Mi legado espiritual y no a los hombres que Me siguen.
Los hombres deben seguir Mis Mandamientos y no apoderarse de Mis Palabras.
Este Libro, que fue escrito con tanto amor, desde el principio del Génesis, les muestra una parte de la Verdad que aún no fue descubierta por ningún teólogo.
Primero, deben sentir en su corazón el mensaje para que después él sea verdadero y se cumpla en cada uno de ustedes.
Les dejé una Instrucción básica para los tiempos, las parábolas, que aún muchos no pueden vivir, más aún aquellos que las hablan en Mi Nombre.
Yo los invito a ser simples, así como es simple la escritura del corazón.
Porque Dios se manifiesta en tres planos de consciencia: en el espíritu, en la mente y en el humano.
Les vuelvo a dejar este presente de Dios. Aunque la Sagrada Biblia ha sido modificada, no se pierdan en los detalles, sino en la esencia en la Instrucción que da la Jerarquía espiritual para todas las almas del mundo.
En cada parábola existe una llave superior, un portal que se puede abrir ante vuestras consciencias. Serán invitados, de esa forma, a vivir los diferentes grados de amor, así como Yo lo enseñé en el Nuevo Testamento.
Yo coloco Mis Manos sobre la Sagrada Palabra de Dios para que, cuando todo termine, nadie haya perdido ni un solo enunciado de ella.
Que la Instrucción sea reverenciada y valorada por los corazones simples, porque allí estará la paz, en el conocimiento del corazón que ama más allá de lo que piense, porque la Palabra de Dios, la Palabra de la Jerarquía, es testimonio vivo para el mundo, de alcanzar la promesa de la Nueva Humanidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Jesús va a orar por nosotros en este momento y nos pide que lo acompañemos en silencio y en unión con Él.
Cristo Jesús:
Deposita, Señor, Tu Enseñanza misericordiosa para los que han caído.
Escribe Tu nueva historia en los corazones impuros,
para que toda alma se pueda purificar y encuentre Tu Paz y el consuelo máximo de Tu Corazón.
Señor, no mires las faltas del mundo. Vislumbra el Poder de Tu Palabra, de Tu Sagrada Instrucción
en todos aquellos que la escuchan, mientras sus corazones se transforman en potentes caudales de luz.
A través de Tu Verbo, Señor, todo creaste.
Nací de la Fuente de Tu Corazón y así surgió Tu Divino Espíritu.
Creaste los Universos en siete días e hiciste las cosas a Tu semejanza,
en el gran resplandor de Tu Amor y de Tu Infinita Vida.
Constituye, Adonai ,Tus nuevas Enseñanzas en el mundo,
y que las almas despierten a Tu Amor, que se pronuncia como Palabra Viva en todo lo que has creado.
Transfigura, Señor, todo lo que ha salido de Tu Camino.
Hazte vivo y presente en aquellos que aún no Te escuchan y que niegan el Poder de Tu Verbo.
Padre Amado, Santo Señor de las Alturas, Fuente Única Universal,
nos enseñaste a orar de corazón y a implorar Tu Sagrado Nombre,
para que pudiéramos vivir como Tus dignos hijos, Tus amadas criaturas de esta existencia.
Borra de cada corazón herido las blasfemias cometidas
y todas las palabras que han herido Tu Corazón en la gran indiferencia del mundo.
Reaviva Tus Fuentes de Instrucción como una inspiración divina para las consciencias.
Que cada alma encuentre el camino que lo llevará hacia Ti,
para poder vivificarte por los siglos de los siglos.
Hazte, Señor, presente en todos aquellos que Te claman.
No mires sus faltas sino la bondad con la que Te miran para encontrar Tu Misericordia.
Une Tu Poderoso Corazón con cada ser y destierra el mal espiritual de cada consciencia de la Tierra.
Reagrupa a Tu rebaño, Señor.
Soy Tu Pastor incansable que lleva a las almas a Tu Corazón
para que no se pierdan ni te dejen de encontrar.
Señor, acepta Mi Bondad y el ofrecimiento de todos Tus hijos
que oran a Tu Corazón compasivo, para pedirte una oportunidad.
Prometo llevar a Tu Reino a aquellos que se han transformado,
a través de Tu Santa Palabra, en el sacrificio y el amor, por el bien de toda la Creación.
Que así sea.
Mis oraciones no son escuchadas por el mundo. ¿Quién abrirá su corazón para escuchar lo que digo y no pensarán lo que cada uno quiere para sí?
Pregunten todos los días a vuestro Maestro qué es lo que necesita. El Plan está próximo a ustedes. Recuérdenlo para no perderlo de vista.
Ahora nuevamente los consagraré por tercera vez, para que en los próximos tiempos todo lo que haya sucedido aquí pueda dar sus frutos.
No quiero ver Mis perlas en los establos de los cerdos.
Cada luz que Yo entrego es preciosa para el alma que la sabe venerar.
Yo les traigo el alimento del espíritu y la esperanza para todo el planeta.
Confíen en Mí y nunca cierren sus corazones.
Volveré al mundo para terminar con este horror que todo el Universo está viendo.
Nuestro Silencio trae fortaleza, nuestra Oración trae constancia y nuestra Palabra, Misericordia.
En estos elementos, compañeros, Yo les entrego Mi Vida, Mi Perdón y Mi Amor, hasta que Yo retorne en la Gloria de Mi Padre.
Y con todos Mis ángeles vendré a llamar a Mis rebaños y a todos los que Me siguieron les daré la Vida Eterna y la Gracia de estar Conmigo para siempre.
Mi Corazón les entrego, como una llama de vida que nunca se apagará.
Hoy, elevo hacia Mi Corazón todas las intenciones que Me han ofrecido durante estos dos días.
Sepan que amo sus almas más que sus errores.
Mírenme a los ojos siempre que lo necesiten y quédense en Mí, en Mis Brazos, como Juan se quedó hasta la última hora de Mi entrega. Así también estarán consolándome y la soberbia se alejará para no confundir más a los corazones.
Así les entregaré Mi Paz y Mi Gracia eterna después de esta vida.
Hoy Me quedo más tiempo entre ustedes para que se grabe en sus células este momento Conmigo, porque aunque el mundo Me rechaza con todas las faltas cometidas, Mi Amor nunca fallará, porque Yo soy vuestro Rey, y Soy el Camino.
Vayan en paz. Y por Mí, sean la paz a donde fueren.
Bajo la Gracia de Dios, sean bienaventurados.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
¡Gracias Padre por cuanto nos das!
En Mi Gloria hoy está el mundo sufriente y mezquino, porque a través de Mi Poder, todo se hace posible cuando los corazones se congregan a través de Mi Luz para adorarme.
Ciento cuarenta y cinco ángeles están hoy aquí Conmigo, en representación de todas las huestes de Luz del Padre Celestial y de los Padres Creadores, para dar comienzo a esta ceremonia sagrada durante siete días consecutivos.
Caminen a Mi lado, viviendo Mi Pasión, cada paso y cada hecho, cada momento y cada historia que fue escrita por Mí en este planeta y en su registro sagrado, en los libros del Cielo y de todo el Universo[1].
Este es el Libro de la Sabiduría de Dios, de las claves sagradas del Padre, que decretan desde el principio del Génesis el surgimiento de la Nueva Humanidad. Recuerden: Yo Soy el Alfa y el Omega, el que dio el primer impulso al mundo, y también soy el que dará el último, cuando retorne en Gloria a Su casa.
En este Libro está escrito la idea principal de Dios, lo que los corazones deben conocer para cumplir la Voluntad del Padre. Aquí está escrita su historia y Mi historia, Mi historia con ustedes en Tierra Santa.
Recuerden, compañeros, quiénes fueron en ese momento; no para vanagloriarse, sino para despertar al compromiso que olvidaron y que hoy vengo a renovar para todos en este lugar, porque en Aurora ya fue renovado. Y ahora ustedes tienen esta gracia de complacer Mi Corazón y de vivificarme a través de este encuentro sagrado durante siete días.
En este Libro está escrito lo que ustedes deben hacer, lo que Mi Padre espera de ustedes.
En este Libro está registrado el momento de su paso, así como está registrado en Mi Corazón Misericordioso, que se abre como una Fuente de Luz para todas las almas que aspiran verdaderamente curar su pasado y renovar sus espíritus en Mi Nombre Santo.
Y cada uno de los ángeles presentes, de los ciento cuarenta y cinco ángeles, guardan la voluntad en sus corazones para cada uno de ustedes, que es la Voluntad de Adonai, del Eterno, del Infinito.
Y este primer paso deben darlo los consagrados, porque como consecuencia, las almas se animarán a dar el paso en confianza a Mi Corazón y a Mis designios celestiales.
Quiero que honren al Dios Todopoderoso, que es el Rey verdadero de todas las cosas desde el principio.
Yo Soy parte de su Dios y de Su Magnificencia.
Yo Soy parte Su Omnipresencia y de Su Omnipotencia.
Honren junto a los ángeles la Presencia del Padre Eterno y de Su Gracia infinita manifestada a través de Su Hijo Amado.
Que canten los coros del Cielo y también canten los coros de la Tierra a través de los corazones abiertos a escuchar este llamado.
¡Aleluya, aleluya! Su hora de dar el paso está próxima.
Así como lo hizo Su Hijo Amado, lo deberán hacer ustedes en esta hora aguda del planeta, cada uno en su grado de amor y de evolución.
Abramos las puertas de los Cielos en este encuentro sagrado a través de Mi Corazón Glorificado.
Que se encienda el incienso y que se escuchen la voces, porque bendeciremos este altar para que él sea digno de recibir las Gracias del Hijo Primogénito, de su amado Pastor y Señor.
Cantaremos a pedido de Cristo, en Su Presencia, el Kodoish melódico, para honrar junto a los ángeles del Cielo al Padre Celestial.
Kodoish, Kodoish, Kodoish...
Ahora, compañeros, que sus corazones están limpios y sus almas están bendecidas por Mi Espíritu, ingresarán Conmigo por el Gran Portal de la Paz, para que Dios en Su Gloria, pueda derramar Sus Gracias sobre Sus hijos y todas las criaturas de este Universo, que también se congregan para este momento en alabanza y adoración y en acción de gracias por todo lo recibido; en donde Mi Misericordia pudo aplacar la Justicia para que ustedes pudieran estar aquí, en nombre de toda la humanidad y recibir también de Mi Corazón todo el Amor del Universo; amor que recibe el Universo también de ustedes en cada oración pronunciada, en cada Comunión realizada, en cada servicio entregado para aliviar el sufrimiento del mundo.
Hoy haremos una acción de Gracias especial y escogeré a catorce consciencias, a catorce almas entre todas las presentes, para que en acción de Gracias realicen una penitencia para el Maestro del Amor, por todo lo que lo ofenden y lo han ofendido y para que una vez más triunfe Su Misericordia en el mundo entero.
Esta acción de Gracias y esta penitencia significará, hijos Míos, siervos de Mi Padre, que los catorce a los que Yo escogeré, en nombre de todos, serán ungidos en su pie izquierdo, que representa la resignación ante el Padre Universal y ante Su Ley, para que en nombre de ustedes, de sus familias y de la humanidad entera, Yo pueda impartir en esta tarde una expiación que liberará a los corazones amarrados por las fuerzas del mal y perdidos por las tinieblas de Mi adversario.
Porque hoy establezco aquí Mi Luz, presente hasta el fin de los tiempos, para quien la pueda reconocer más allá de las apariencias y de las formas.
Aquel que pueda ver Mi Luz hasta el fin de los días será dichoso y bendito y Yo lo coronaré con Mi Gloria, para que esté sentado a Mis Pies en el Paraíso, junto a los ángeles y arcángeles, alabando al Creador por toda la eternidad.
Invoquen internamente la presencia de sus ángeles, porque ellos esperan por su respuesta y convocatoria, para que las obras del Señor sean realizadas por sus principios ultraterrestres, cumpliendo así la Voluntad de Adonai en las criaturas que se abren para reconocer esa Sagrada Presencia Divina.
Oración al Ángel de la Guarda...
No Me iré hasta que haya nombrado a las catorce consciencias que un sacerdote bendecirá para la liberación del mundo y para la paz en toda la Tierra.
Mientras los ángeles adoran la Presencia del Hijo de Dios, tráiganme aquí la Santa Custodia, para que ella simbolice el principio y el fin de un ciclo en el planeta para esta Sagrada Semana de amor y redención para los corazones del mundo.
El Santísimo representa para ustedes, compañeros, la sagrada expiación que irradia Mi Glorificado Corazón cada vez que lo miran con devoción y humildad, buscando la Caridad de Mi Espíritu, el Amor de Mi Alma, que está presente en la Eucaristía expuesta en el Santísimo Sacramento del altar.
No tengan expectativas por ser escogidos.
Busquen renunciar por Mí, al menos por una vez.
Sean misericordiosos de corazón y dejen que los que más necesitan reciban la Gracia, la misma que hoy derramo sobre todos ustedes.
Todos son importantes para Mí, todos pueden ser perlas preciosas en el Reino de Mi Corazón.
No se alejen de Mi Gloria.
Mientras espero el Santísimo contemplen Mi Corazón, que es poderosamente invisible para todos.
Contemplen en adoración a Mi Espíritu, que los abraza para renovarlos y que los absuelve para perdonarlos por toda acción errada, para que así conozcan Mi Amor soberano.
Dios se expresa a través de este santo Misterio para que las almas reconozcan Su Voluntad y la presencia de Su Amor.
Padre Nuestro en arameo...
[1] Jesús está mostrando un libro abierto.
Yo soy la Madre del Sol y la Señora de la Misericordia, desde Mi Corazón brotan los rayos solares que provienen del universo y que descienden al planeta cada vez que Yo estoy presente entre ustedes.
Soy la Madre del Sol, porque en Mi vientre purísimo se gestan los nuevos proyectos de la Creación, a los cuales son convocadas todas las criaturas en este tiempo para poder realizarlos.
Soy la Madre de la esencia solar, porque de Mi Espíritu surgen todos los impulsos divinos, que son dados a través de las Gracias que reparan y reforman la vida de todos los seres de la superficie de la Tierra.
Yo soy la Madre del nuevo código solar, porque de Mi Divinidad nacen los Prodigios universales de Dios, manifestados a través de los Dones del Espíritu Santo.
Soy la Madre del universo solar, porque las Jerarquías Angélicas trabajan a través de los impulsos y de los comandos que Yo imparto a todo el Proyecto de Dios.
Yo soy la Madre del Sol, porque desde Mí se establece el Retorno de Cristo, la reparación y el camino para que puedan reconocer en vuestro interior la segunda Venida del Rey.
Soy la Madre de todos los soles y soy la Guardiana del sol central del universo, porque a través de Mi Corazón humilde, transmito todos sus rayos sublimes a las criaturas, haciéndolas partícipes de su ascensión y redención.
Yo soy la Madre que ilumina los caminos.
Soy el fuego maternal que acoge y consuela a toda la Creación.
Yo soy la Paz solar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los despierta a la vida universal,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras las almas Me viven, sus corazones se encienden en Misericordia y eso es algo verdadero, eso es algo que Yo siempre busco de todos los corazones de la Tierra.
Hoy Me muestro a ustedes en Gloria.
Así como Yo Soy en el Cielo, así Yo Soy ante Mi Padre, quien merece gloria y alabanza.
Hoy vengo de un lugar del Universo muy especial, hacia donde podrán ir, algún día, después de que se cumpla Mi Obra en esta humanidad.
Quisiera que hoy no solo contemplaran Mi Corazón, sino también que lo sintieran aquí, presente entre ustedes, comulgando con la esencia de la unidad y de la hermandad entre todos los espíritus de buena voluntad que, a través de los tiempos, se congregan para escucharme, así como una vez Me escucharon en Tierra Santa.
Por eso, Mi Padre los ha colocado aquí, en esta parte del planeta, para que volvieran a vivificar Mis Principios de instrucción y de transformación.
Hoy sí puedo extender Mi Mano sobre ustedes y posarla sobre sus cabezas, como lo ha pedido Mi Madre en Sus oraciones perpetuas.
Hoy sí puedo decir que el Amor de Dios vence y que todo lo transforma, cuando Él es reconocido de verdad, por las almas que lo claman sinceramente.
Hoy, Mi Gracia se aproxima al mundo oscuro para volver a iluminarlo en Mi Espíritu; en Mi Espíritu de Paz y de Misericordia.
Pero hoy, compañeros, no solo estoy con ustedes sino también con aquellos que abren sus corazones y sus hogares para recibirme en esta comunión espiritual, con el Corazón que los ama permanentemente, sin restricciones ni condiciones; con el Corazón que sufrió por ustedes los martirios de la Pasión y de la Cruz; y que, en el momento culminante, dijo: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Pero hoy no quiero que piensen quiénes fueron en ese momento, sino que Me vivan en este eterno presente, del cual Yo los hago partícipes, a cada nuevo encuentro.
Hoy, muchos de los que están aquí representan a las naciones del planeta, sus deudas y sus compromisos. Yo necesito, compañeros, que sus corazones sean Mis misioneros de la paz, como lo han sido los que Me han servido en Medio Oriente, en medio de la tribulación y del caos, confiando plenamente en los pasos de Mi Santa Madre, que se regocija en los corazones que aman Mi Corazón y Mi Misericordia.
Hoy, vengo a entregarles lo que necesita el mundo para este último tiempo, que es el Amor de Dios que debe renovar todas las cosas y que debe redimir a los corazones que aún están cerrados a Mi Llamado.
Pero Yo espero, como esperé en el Huerto Getsemaní, en la absoluta soledad del Corazón y de la Consciencia, con la asistencia suprema de los ángeles del Cielo, que consolaron Mi ofrecimiento en la Cruz y en la Pasión.
Ya no los quiero ver dormidos.
Mis Palabras son códigos de vida para todos.
Mi Amor es el bálsamo para sus espíritus, es la consolación para las almas, es la cura profunda para los que se han herido con sus propias acciones.
Pero sepan, compañeros, que aún no puedo retornar en Gloria, porque los corazones que Yo he escogido deben estar preparados para recibirme en ese momento, para poder reconocerme y abrirme las puertas de sus almas, para abrazarme fuertemente y saber quién Soy.
Quisiera que no solo Me pudieran ver, sino que Me reconocieran cuando fuera el momento, ustedes y sus hermanos del mundo, que aún duermen en el sueño de la ilusión, de la realización personal y del poder propio.
Hoy estoy aquí, en Gloria, ante los corazones que Me han dicho “sí” a la redención. Por eso, iré primero a bendecirlos con Mi Espíritu, que es el Espíritu de Dios, que ilumina a todas las formas y exalta los buenos sentimientos de las almas que se reconcilian con Dios todos los días de la vida.
Ustedes Me adoran, Me esperan y Me aman. Yo también los espero, también adoro lo verdadero que son y amo lo que en verdad existe en ustedes, que es lo más bello que Dios creó para este Universo: la Unidad.
Si sus corazones no estuvieran unidos cuando Yo ya no esté aquí, presente entre ustedes, ¿qué harán?
¿Cómo Me esperarán cuando Yo golpee la puerta de sus moradas?
¿Cómo transmitirán Mi Palabra a los que la deben escuchar en esta hora tan aguda?
No tienen por qué perturbarse, eso es cosa de Mi adversario.
Quien acongoja su corazón es porque no Me ama, o aún no sabe cómo vivirme; pero si Yo vengo en Gloria para los que Me corresponden y para los que aún deben despertar en cada parte de esta Tierra, ¿qué tienen que temer, si están en Mi Luz, si creen vivir en Mi Corazón que todo lo puede?
Cuando Yo caí con la Cruz por segunda vez, Mi Madre se acercó, viviendo Mi Dolor, porque era algo compartido bajo el Propósito de Dios, compartir el dolor del mundo y de los pecadores pervertidos.
Ella misma Me elevó, Me levantó del suelo cuando Mi Cuerpo estaba muy cansado; porque era el cansancio de Dios sufriendo en Mi Cuerpo por las almas ingratas, por los pecados del mundo; pero era el amor lo que Me hacía fuerte, no era Mi Voluntad; porque Mi Voluntad estaba en Mi Padre.
Mi Padre estaba en Mi, haciendo Su Voluntad. Es eso lo que ustedes deben vivir, así como Yo lo viví, cada uno en su proporción y en su grado.
En ese momento, en la segunda caída, pensé que iba a morir en el camino del calvario. Y la mirada de Mi Madre fue lo que Me salvó; una mirada de amor, de consolación y de amparo. Allí fue cuando el Arcángel Miguel Me dio fuerzas para erguirme y continuar, y dije en aquel tiempo: Madre, Yo renuevo todas las cosas, porque es Mi Padre el que las renueva en Mí y en Ti.
Deben dejarse renovar por Mi Corazón, que está en oferta para los que quieran recibirlo; porque no habrá para dónde seguir, compañeros, cuando el caos se manifieste; no habrá refugio, casa o persona que los ayude. Mi Corazón es su salvación y su fe eterna.
Así, Yo podré ayudar a Mis hijos cuando esté en sus corazones todo el tiempo, y no solo por algunos momentos.
Necesito que Mi Existencia se expanda en ustedes por más tiempo. Ustedes, compañeros, son depositarios de una gracia inexplicable, de una oportunidad incalculable delante de la deuda del planeta y de la humanidad; por eso, Yo insisto con ustedes hasta alcanzar lo que quiero.
En perpetua Adoración deberemos estar para los tiempos difíciles. Fue así como Yo se lo pedí a Faustina en el Santísimo Cuerpo de Cristo.
En el Sagrario está la Fuerza renovadora para todos los que la busquen.
Los bendeciré e iré con ustedes. Peregrinen a Mi Corazón, y no se cansen de hacerlo; así entenderán muchas cosas en el próximo tiempo.
Ahora, Yo he venido aquí para que todos se sientan purificados, pues Mi Luz se expande como moléculas en todos aquellos que abren sus corazones para recibirla, en gratitud y amor.
Recuesten, en silencio, sus cabezas sobre Mi Pecho, y sientan Mi Corazón Glorificado que consuela y sana todas las heridas, sin importar cual sea, porque para el Hijo de Dios no hay nada imposible.
Si su fe es fuerte, Mi Amor será fuerte en ustedes y se sentirá en los corazones que se aproximen para reconocerme en Mis hermanos.
Esta agua hoy los bendecirá a todos, como símbolo de la renovación de su primer bautismo; y aquellos que no fueron bautizados como Yo, en el río Jordán, recibirán esta primera bendición que los preparará para su primer bautismo, en donde todo mal se disipará, y la Luz de Mi Gloria se establecerá sobre las almas que se regocijarán en Mi Espíritu.
Oremos como el Padre lo enseñó a través de Su Hijo, para que, en Gloria, el Espíritu Santo descienda y santifique esta agua que es la primera señal de la Creación de Dios en este planeta y en todo el Universo, el agua que sacia la sed de las almas.
Alabado sea Dios, glorioso Su Reino. Aleluya, Aleluya, Amén.
Con esta bendición, compañeros, que los Dones de Mi Padre se puedan manifestar en ustedes, a través de la vivencia de los Sacramentos y de la renovación de sus votos con el Proyecto Altísimo de Dios.
Que sus almas se alegren y que nunca dejen de hacerlo, viviendo todos los sacrificios por la humanidad y el planeta, para la redención final del mal.
Mi Corazón hoy triunfó nuevamente en el mundo por su respuesta.
Que Mi Paz se establezca en aquellos que no la tienen.
Que Mi Fe se propague como el aroma sutil del Universo.
Que Mi Amor se expanda como la brisa del viento y que todos sientan la esperanza de vivir en Dios, para siempre.
Yo los bendigo a ustedes y a los que más lo necesitan en este mundo, como lo hice en el Monte de las Bienaventuranzas, elevando Mi Mano derecha hacia Mi Padre, colocando Mi Mano izquierda sobre Mi Corazón, que es el Corazón de Dios, abriendo los Cielos, he invocado al Espíritu Santo.
Así, Yo los bendigo en el nombre Santo de Mi Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He venido a la orilla, para llamarlos, como a los apóstoles.
Ayer escuché esa canción y quisiera que hoy la hicieran en gratitud a Mi Padre.
Pueden ir en paz.
Hijos:
Hoy, Me aproximo hasta donde sus corazones Me lo permiten.
Como su Madre del Cielo, espero el gran día de su rendición, porque así estarán libres de la prisión de la duda y de la falta del verdadero amor.
Hoy, vengo desde el Universo Divino para darle un Mensaje de Paz al mundo y, para que eso sea posible, vengo a buscar en ustedes el espíritu de la trascendencia y de la paz. De esa manera, caminarán libres de ustedes mismos y evitarán retornar siempre al mismo punto de partida para volver a comenzar.
Mi grandioso Amor espera hacerlos libres, cada día más, porque siendo retirados del cautiverio del corazón, el alma se tornará libre como el vuelo de un ave sagrada.
Deseo que sus vidas se santifiquen en Cristo. Ya no necesito de su resistencia interior. ¡Abran el corazón!, porque durante estos últimos siete años de Gracias especiales, ustedes ya aprendieron a amar. Si no aman, nunca podrán perdonar ni perdonarse a ustedes mismos.
Mi Hijo murió por todos, para que nadie más tuviera que volver a pagar el precio de la injusticia y del dolor. Recuerden a Mi Hijo Crucificado, presente en la Eucaristía y disipen las tribulaciones de sus corazones.
Oro por su verdadera libertad interior. Ya es tiempo de recapacitar rápidamente y de reconciliarse, para no volverse como una piedra entre Mis Pies.
Yo deseo de sus almas una rosa de la paz. Aspiro, desde el principio, a que se conviertan, en Cristo y por Cristo. Así, el plan prometido se cumplirá y la Tierra entera alcanzará los Mil Años de Paz.
Tengan memoria de lo que les digo. No rechacen Mis Palabras, tómenlas como propias, porque así crecerán y como adultos vivirán un verdadero discipulado crístico.
Sepan, hijos, que los amo y los corrijo para que puedan expandir el Amor de Dios en este mundo apocalíptico, Amor tan necesitado por las almas prisioneras.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien les cultiva el espíritu de la santa humildad,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Como Castos y Purísimos Corazones venimos del Cielo para que puedan reconocer, en sus vidas, los valores y las Gracias celestiales que, durante estos últimos tres años, hemos depositado en sus espíritus.
Hijos Míos, ustedes, habiendo reconocido la necesidad de caridad y principalmente la falta de amor en los corazones sufrientes que, en este tiempo, su motivo primordial sea aliviar las necesidades que tiene la humanidad y los Reinos de la Naturaleza.
Muchos de ustedes, a través del servicio, vencieron y traspasaron las barreras de la gran resistencia interior y, abriendo sus manos para donarse a otros, descubrieron la fuente de servicio y de amor que habita dentro de cada una de sus almas.
Si la humanidad entera pudiera socorrer a los grandes desequilibrios y a las miserias que existen en todo el planeta, y si la donación fuera espontánea e inmediata, la Misericordia de Dios ya hubiera transformado todo el mal en Luz. Así, muchos corazones dejarían de sufrir el resultado de sus errores.
Por eso, hijos Míos, habiendo ingresado en la esencia del servicio a la humanidad, que es uno de los principales atributos de la Sagrada Familia, el mundo ya podría tornarse salvo y digno de recibir una oportunidad más.
Su Sagrada Madre Celeste los aproxima a las virtudes que harán posible que la Nueva Humanidad surja.
Mientras la Mujer Vestida de Sol desvía del camino a la bestia para que todos los hijos de Dios alcancen la paz, les pido que continúen trabajando para el despertar del servicio y del amor puro por toda la humanidad.
Su Padre Celestial espera que la acción de servicio sea fraternizada con otras consciencias que también deberán despertar al servicio por sus semejantes.
El amor del corazón, unido al servicio espontáneo, promete grandes transformaciones y alivio de todas las deudas que son generadas, día a día, por la humanidad actual.
Queridos hijos, así como mi Santo esposo San José, padre y guardián de Jesús, los invitó a servir sin preferencia ni gustos propios, continúen caminando en dirección a la Fuente y al manantial que surge para lavar y cicatrizar las grandes heridas espirituales de esta ultrajada humanidad.
Mi Inmaculado Corazón los encontrará obrando a través del servicio y de la oración, y así como lo pidió Mi amado Hijo, vayan de dos en dos y proclamen su redención al mundo.
Los Sagrados Corazones estarán atentos a la voz de sus súplicas y a las de todos los servidores del Amor.
Les agradezco, en este día, por responder a Mi llamado y por haberlo concretado.
Los reúne, en el espíritu del servicio por la paz en el mundo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Visiones sobre la Pasión de Nuestro Señor
Entonces, vi a Nuestro Señor sobre el Monte Calvario, viviendo la Crucifixión en la Cruz.
Esto sucedió durante la oración del Devocionario a la Cinco Sagradas Llagas de Jesús y después de la Coronilla a la Divina Misericordia a las tres de la tarde.
En ese momento, vi que le estiraban el Brazo derecho, de tal forma que generaron una luxación en Jesús.
Durante todo ese dolor que se expandió sobre el Monte Calvario, clavaron en Su Muñeca un gran clavo de hierro, que hirió el Brazo de lado a lado y lo hizo sangrar.
En ese momento apareció otro hombre que, colocándose cerca de Su Cabeza, mientras Jesús estaba siendo clavado en la Cruz a través de la Mano derecha, comenzó a presionar la Cabeza de Nuestro Señor sobre el madero de la Cruz, de tal forma que la Corona de Espinas se incrustaba en el cuero cabelludo y lo hacía sangrar mucho más.
Después recibió golpes en Su Cabeza, que eran dados con un garrote.
En una parte del Monte vi a la Virgen postrada en el suelo y colocándose las manos en Su cabeza en señal de imploración.
Más tarde, comencé a hacer la Señal de la Cruz por todo lo que veía y una nueva visión apareció.
Cuando orábamos la segunda Sagrada Llaga, vi que, en la Mano izquierda de Nuestro Señor, comenzaron a golpear Sus Dedos, al punto de hacer sangrar cada uno de ellos y, con una herramienta que tenían, arrancaban una a una Sus Uñas, dejando Sus Dedos en carne viva.
Esa sensación indescriptible fue irradiada por Nuestro Señor y, a pesar de todo ese padecimiento y dolor, en un momento vi que la Consciencia Mental de Jesús se colocó por encima de toda esa situación y, mientras el Maestro recibía esos martirios, Él suplicaba al Padre de la siguiente forma: “¡Eli, Eli, perdónalos!, ¡perdónalos!”.
En seguida, el Maestro me dijo: “Hijo, te muestro toda Mi Pasión para que escribas el libro de la Pasión de Jesús”.
Después el Señor nos transmitió:
Aún no te He dado a conocer los tiempos difíciles que llegarán, que serán desconocidos para todos. Por eso, te pido que defiendas Mi Congregación de ti mismo, de la misma forma que Yo esperaré que cada consagrado defienda Mi Obra de sí mismo, para así desviar nuevamente la tentación de Mi enemigo de crear instrumentos propios que flagelen Mi Corazón.
Que nadie se aparte de la prueba que Yo le He enviado para vivir. Los corderos deben escapar de las manos feroces de los lobos. Pero a muchos les hace falta aprender a reverenciar todo lo que recibieron por el poder de Mi Gloria.
Que nadie se olvide de lo que ha firmado Conmigo, aunque sé que aún muchos desistirán de seguir algo que no satisface al sentimiento humano.
Cuando algunos Me presentaron la carta de renuncia, solo recordé a Judas besándome la mejilla y entregándome en la noche oscura del Huerto Getsemaní. Las propias dificultades de las almas nacen como consecuencia de la resistencia y el control.
Lo que Yo tengo para cada discípulo, aún no lo He revelado ni entregado.
Hoy, Me presento para anunciar Mi última partida en este juego infinito de la salvación de las almas y de la redención de los males, ante los horrores que hacen llorar constantemente a Mis Ojos.
El corazón que no ama sus defectos e imperfecciones es un corazón que se cierra a la verdad; de la misma forma cuando el sol es ocultado por las nubes, todo se vuelve penumbras, por el simple hecho de no dejar de controlarse a sí mismo.
Yo les He dado las mayores perlas de Mi collar de Luz, pero pocos Me han agradado y menos han hecho lucir la Misericordia que Yo les derramé. Salir al mundo significa condenarse, dividirse al igual que dos ríos, los que terminarán en la garganta del gran abismo. Estoy siendo fiel ante los que Me respondieron.
Si en verdad amaran Mi Sacrificio y Mi Pasión, no Me quitarían el tiempo de abocarme a las grandes Obras planetarias. Para trabajar su vacío de sí y su humillación ante Mi Sagrado Corazón, les pido humildemente que vuelvan a repasar Mi Pasión durante esta noche y que todas las almas oigan Mis últimas Palabras que son para la humanidad.
Pues, Yo retornaré de una forma que muy pocos han percibido. Les di primero Mi Corazón para que lo vivieran y lo amaran, después les entregué la Voz de la Fuente Misericordiosa a través de Mis Palabras y por último los llamé a la consagración interior; y ahora algunos Me quieren abandonar y dejarme clavado en esta cruz de la maldad y de la indiferencia del mundo.
A los que persisten, que sigan adelante por aquellos que Me dan las espaldas y dejan de vivir en Mi Corazón Misericordioso.
A los que están dementes, que no se desesperen, mas que confíen en el Espíritu de Mi Infinita Compasión, y a los que se sienten cansados, que recuerden el momento de la Última Cena y el sacrificio mayor que Yo tuve que realizar para que el mundo y su sagrado proyecto no se perdiera.
Sé que Mis Palabras no serán suficientes, pero en verdad, les digo que tengan la suficiente memoria y un corazón más grande para no perder, por sus necedades, el manantial de Mis Gracias. Esta Orden deberá cumplir Mi Propósito, aunque lleguen a la cima del Monte de la Cruz solamente tres.
Miren con ojos de misericordia Mi humilde declaración. Ya no pueden ser ingenuos y egoístas, el Plan de Mi Padre los necesita para que, entre las tribulaciones, aprendan a retirar las raíces del mal durante la noche de mayor oscuridad.
Será en ese momento que Yo mismo veré con Mis propios Ojos Misericordiosos a aquellos que, habiendo pasado por la renuncia, la humillación y el sacrificio, glorificarán Mi Nombre Santo y lo harán carne en su propia carne. En ese instante, Yo seré Su Intercesor y los libraré a través del poder de Mi Gloria.
Alivien el peso que llevan Mis Manos, la cruz está cada vez más pesada y el mundo también.
¿Quién se arriesgará a defender Mi Voluntad y no la suya?
¿Quién será digno de alabar Mi Nombre y de cumplir Mis Promesas entregando su vida por los demás?
¿Quién esperará pacientemente el Retorno de su Maestro, aun cuando todo esté a punto de acabar?
Dichosos los que Me buscan a pesar de sus propias adversidades, porque les prometo a ellos que no seré el verdugo ni el juez, sino que seré la Puerta que los llevará después de esta vida al Reino Celestial.
Bajo la Piedad del Creador, sean consecuentes con Mis Preceptos.
Vuestro Rey, Cristo Jesús, el Dolorido Corazón
Hoy, de forma divina y omnipresente, Mi Casto Corazón desciende al mundo para recoger de vuestros corazones las plegarias ofertadas al Padre Celestial; así Yo me presento extraordinariamente en los dos Centros Marianos, para que la humanidad comprenda la emergencia de poder servir en estos tiempos.
Hoy Mi Esencia castísima recoge a todas las esencias perdidas de África y del mundo, elevándolas al Reino Celestial reparador, para que los ángeles del Señor las reconstruyan y las reintegren en el ciclo de su evolución original.
Mi Corazón Sagrado, de lirios divinos, hoy se abre como una flor ante ustedes, para que guarden la pureza original que Dios concibió para cada uno.
Mis compañeros e hijos de Cristo, tengan fe y certeza de que vuestro santo servicio y esfuerzo llegará a tocar el corazón de todo el universo, para que así las Gracias del Cielo sean derramadas.
El Purísimo e Inmaculado Corazón de María, me ha enviado para recordarles, en este día sagrado, que solo busquen el despertar de la pureza original que les permitirá transformarlos y redimirlos.
Como fiel carpintero de Dios, permitan que Yo tome vuestras vidas para que el nuevo instrumento, libre de maldades y de odios, pueda surgir y sea un presente celestial para Dios.
Mi Casto Corazón promete el auxilio inmediato a los que siempre recuerden abrir las puertas del corazón para que Dios pueda obrar. En esta hora planetaria, en la que las esencias son distanciadas de su verdadero propósito y misión, vengo para que recuerden también orar por los que no oran a Dios ni recuerdan el manantial de la existencia divina.
Después de la última misión de caridad llevada a cabo en Brasil, en donde Mi Casto Corazón concedió un tiempo de paz y de Misericordia para todos los olvidados y desposeídos, África entera se prepara para gestar, a través de todos los servidores del Plan, su gran ciclo de redención, de perdón y de paz. Para que eso sea posible, vengo a pedir a todos Mis compañeros de camino y a la Fraternidad Humanitaria que dediquen tres oraciones por día a Mi Casto Corazón, para que Yo pueda interceder ante Dios y conceder la sagrada misión en Ruanda y Angola.
He venido al Centro Mariano del Espíritu Santo para pedirles a todos los misioneros que eleven su oferta interna a Dios Padre, con el fin de socorrer y colaborar en África, en el próximo 2015, en honra al Casto Corazón de San José.
Si la oferta de todos los servidores fuera sincera y firme, Yo prometo descender en gloria en África y liberar lo que aún no está liberado del espíritu de Mis hijos.
Por este encuentro especial agradezco la colaboración de todos los que, en la caridad y el bien, hicieron posible la misión en Brasil.
Desde el Castísimo Corazón de Dios, los bendigo.
Vuestro fiel Instructor, San José,
Padre del Amor y de la Unidad
Tan infinitos son los misterios celestiales y tan grandiosas las Gracias que reciben en este tiempo, que los Portales del Cielo se abren donde haya un corazón dispuesto a entregar todo por amor a Dios y a Su grandiosísima Voluntad.
Hijos Míos, cuando el alma clama, el universo le envía la respuesta.
Yo estoy aquí para entregarles Mi bendición final en estos tiempos. Estoy aquí porque sus espíritus Me llamaron y, de los planos internos de este mundo, los bienaventurados que trabajan para el Creador por la salvación de la humanidad pidieron Mi auxilio.
Hijos Míos, en este último día de Mensaje mensual, quiero decirles que existen muchos obreros del Señor, santos y bienaventurados, que se dispusieron a permanecer en este mundo para auxiliar a todos ustedes. Estas consciencias, de profundo sacrificio, también vivieron en este planeta con un corazón humano, así como el que portan en el centro de sus seres, pero alcanzaron un grado de perfecto amor, caridad y entrega, y hoy les dejan su ejemplo para que sigan sus pasos.
Mis amados, busquen comprender Mis Palabras con el corazón y a aquellos que sí Me comprenden, les digo que ha llegado la hora de dar un salto en la evolución y, finalmente, vivir lo que por tanto tiempo el universo les enseñó.
¿Cómo hacerlo?
Mis queridos, tomen en sus manos todas las instrucciones que los Mensajeros Divinos dejaron en este mundo y lean en las entrelíneas de cada párrafo. Así, verán cuánto les faltó prestar atención y cuánto aún les falta comprender acerca de esta vida en la Tierra.
Mis amados hijos, quiero dejarles, en estas páginas, infinitas posibilidades de despertar; pero, para eso, deben encontrar el principio de cada impulso que dejo para cada uno de ustedes.
Hijos Míos, al estudiar Mis Palabras, verán el propio crecimiento espiritual; verán cómo Yo los fui conduciendo a una vida que va más allá del intelecto y de la vida material.
Mi Corazón unió a todas las almas, desde las que alimentan solo a la mente hasta las que solo cuentan con el corazón y con la fe. Quiero que aquellos que tanto estudiaron, aprendieron y descubrieron misterios universales puedan aprender a cimentar todo su aprendizaje con la fe y el corazón pleno del Espíritu de Dios. Y que aquellos que solo cuentan con la fe en sus corazones puedan ser ayudados a descubrir, poco a poco, muchos misterios que se guardan en el infinito y en el interior de este mundo. Son tiempos de síntesis espiritual, tiempos de que todos aporten, en la gran mesa de la comunión humana, lo mejor traen en sus seres.
Mis queridos, quiero que sepan que las puertas de Mis Centros Marianos deben estar siempre abiertas a los que vayan y necesiten volver, a los que precisan ir para aprender lo que escogieron y para los que nunca llegaron hasta aquí y que están siendo llamados por la Luz del Espíritu Divino del Creador.
Quiero verlos fuertes y valientes, pero mansos y pacíficos. Quiero encontrarlos decididos, pero comprensivos, para que sepan aportar lo que le falte al que tienen al lado en este tiempo. Quiero que sean el complemento perfecto unos de los otros, para que juntos formen esta gran construcción que los Mensajeros Divinos están realizando.
Esta es la hora de un grandioso paso en la consciencia. Para los que se arriesguen, todo auxilio será dado. Quiero que sepan que, aun los que no tendrían la capacidad de cruzar ese umbral por sí solos, si extienden las manos, serán alzados a un nivel que, por Gracia, podrá ser alcanzado.
Mis queridos, a pesar de todo, jamás dejen de confiar en los Planes de Dios, porque ellos podrán cumplirse, aun con una única alma que diga sí al Creador y viva con amor Su arquetipo perfecto.
Quiero agradecerles por estar, hasta hoy, junto a Mi Corazón y por confiar en Mi Presencia, más allá de todas las dudas que el mundo genera en sus mentes.
Yo los amo y seguiré con ustedes hasta el final de los días.
María, Madre y Reina de la Paz
En estos tiempos de pruebas, de confirmaciones y de entregas, Yo los invito al camino de la superación. Su Padre Eterno contempla con atención los pasos ciertos y seguros que todos Sus hijos amados están dando en este tiempo de crisis espiritual y material.
Vengo en este día para anunciarles un nuevo ciclo, después de todos estos años compartidos Conmigo a través de las sagradas Instrucciones del Cielo que Yo les he entregado.
Queridos hijos, he venido en peregrinación a Santa Fe, para recordarle a la humanidad que en estos tiempos, solo la fe y el camino de oración permanente los salvará.
Ahora, Dios me ha pedido que Sus hijos queridos aprendan a descubrir el universo del crecimiento interior, por medio de las pruebas y de las experiencias.
Antes de que el enemigo los quiera sacar del camino, Yo los he venido a rescatar, trayéndoles este importante Mensaje de preparación para el fin de los tiempos.
Ustedes, Mis amados hijos, son llamados a formar un ejército de oración y de luz, capaz de ser receptáculo de las energías divinas y supremas.
Pero para que eso sea posible, Yo he venido a anunciarles como síntesis espiritual, el tiempo de su transformación y purificación.
Toda la humanidad se encuentra hipnotizada y sonámbula debido al efecto nocivo de las modernidades y de los avances humanos. Les pido, en nombre de Mi Hijo, que no teman desprenderse de aquello artificial que los lastima por dentro, que su verdadera comunicación sea con Dios y todo el Universo Mayor.
Si las almas en verdad buscaran la unión con lo Alto y lo Supremo, muchas circunstancias no pasarían en la vida material de Mis hijos. En este ciclo definitivo, como ya les he dicho, vengo para desatar el gran nudo de la inconsciencia y de la falta de atención.
Como su Madre Celestial, deseo que den los pasos hacia el despertar de una nueva vida unida a toda la Creación universal a la cual pertenecen. Mi urgencia es sacarlos del sueño que generan las modernidades y de la falta de conexión con las Leyes supremas.
Todos ustedes nacieron para vivir en la felicidad y en el amor. El desorden del mundo y la falta de equilibrio generaron efectos irreversibles en la vida de Mis hijos y muchos fueron conducidos, por sí mismos, por el camino de la tristeza, el dolor y la enfermedad.
Dios me ha pedido avisarles, por última vez, que el Cielo se abrirá para recibirlos a todos, él derramará las Gracias y las bendiciones sobre todos los que no las merecerían.
Por eso, hijos, con valentía enfrenten este último ciclo de duras pruebas y confirmaciones, para que pueda florecer en ustedes la Luz de Cristo.
Aguardo día y noche por ustedes y desde el Cielo oro por todos, para que la mayoría de Mis queridos hijos comprendan que llegó la hora de dejar de pensar en sí mismos, para comenzar a pensar en el mundo y en la necesidad de servicio y de oración por esta última humanidad.
De esa forma, Mi Corazón se ofrece a ustedes, para que con consciencia y entrega reconozcan la Voz de Dios, la que resuena en el universo y los llama al despertar.
En este último Mensaje mensual, los invito a realizar una recopilación de todos los Mensajes para que puedan vivirlos y practicarlos, así podrán estar preparados para lo que vendrá.
Por este encuentro de Dios, quedemos unidos en oración para estos momentos.
Les agradece por la atención interior,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz
Queridos hijos:
Como Madre y Reina de este mundo suplico, a todos Mis hijos de los Estados Unidos y del mundo entero, para que ayuden a que Mis planes de Salvación, de Gracia y de Conversión previstos para el mes de octubre se puedan cumplir.
Para eso necesito primero de vuestras oraciones, para que en segundo lugar, por el don que Dios me ha dado, Yo pueda derramar Mis Gracias sobre esa nación.
Mi Espíritu Inmaculado desea, a través de vuestra oferta, aparecer y dar un mensaje de paz y de esperanza para todos Mis hijos de Norteamérica.
Amados Míos, Mi Plan de Paz para estos tiempos es importante e inmediato. Por medio de ustedes, los que responden a Mi llamado, he sido ayudada a cumplir los designios de Dios sobre la humanidad y el mundo en estos últimos tres años. Eso ha permitido evitar las consecuencias de las leyes universales en muchos corazones y, por vuestra ayuda, ha salvado a muchas almas pecadoras y perdidas.
Como nunca Yo lo he hecho rezo por ustedes para que, siendo Mis Apóstoles del Nuevo Tiempo, continúen obrando a través del corazón y de la donación inmediata.
Mi Corazón los reúne en el Nuevo Cielo que Yo abro para el mundo, donde todos se encuentran con la Misericordia de Mi Hijo y con Su Paz, para poder sobrevivir en estos tiempos.
Estados Unidos es la primera nación dentro de Mi Proyecto Corredentor para que pronto se consagre a Mi Inmaculado Corazón.
Por eso hoy vuestras velas encendidas representan, para Mí, vuestro sí al Plan de Salvación y de peregrinación; Plan que Mi Hijo me ha pedido cumplir con ustedes en América y el mundo.
África debe estar presente en vuestras oraciones; ese continente necesita recibir la Gracia que tanto espera hace tiempo. Por eso Yo debo retornar con Mi Hijo al corazón de África, para concluir la tarea que una vez los Sagrados Corazones comenzamos en Ruanda.
Para entender mejor lo que Yo les pido, los invito Mis queridos hijos, a acompañar y ayudar como soldados marianos en la misión encomendada a los videntes, en Norteamérica; de esa forma ustedes permitirán que Dios cumpla Su Humilde Voluntad por intermedio de Su Sierva Fiel.
Por todo lo que han hecho junto Conmigo, ¡Yo les agradezco!
Paz para todos.
María, Reina de las Américas
Yo regreso a cada ciudad para que Mis hijos triunfen a través de Mi Inmaculado Corazón, para que así Mis planes de Paz se cumplan en este mundo tan sufrido y dolorido.
Queridos hijos, regreso al corazón de Brasil para instaurar, de forma definitiva, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María; pero esto será posible, solo a través de la adhesión que todos Mis hijos realicen sin demora y sin perder tiempo, porque Mis pedidos son especiales y divinos para estos tiempos donde falta la paz en el interior de muchos seres de la Tierra.
América deberá seguir trabajando como una única Nación Espiritual para establecer, en este tiempo, el Reino de la Paz y de la Conversión. A través de la unidad y de la oración se fusionarán, por la acción del Espíritu Santo, todos los grupos de almas en un mismo Propósito Redentor.
En cada ciudad que visito derramo el poder de las Gracias, las mismas que alcancé en Mi pasaje por la Tierra. Gracias que fueron sembradas por los Ángeles del Cielo, en honor a Dios y al Plan Redentor de la humanidad.
Queridos hijos, con este fin Yo vuelvo a Brasilia, para establecer Mi Reino Inmaculado de devoción y oración en un grupo mayor de almas, las que despertarán a tiempo para responder a Mi llamado. El Cielo hoy reúne los poderes de la Misericordia de Dios, a través de la oferta de Mi Inmaculado Corazón, para que un mayor número de hijos encuentre la cura y el perdón.
Vengo a anunciar la paz en el corazón de todos los que no la tienen, para eso necesito de vuestra determinación y unión Conmigo; como Madre, Yo podré elevarlos al Cielo y hacerlos encontrar con la Gran Consciencia de Jesús y así retornarán a la Casa de Dios, la que está muy olvidada por este mundo.
En este día, queridos Míos, Mi inspiración divina será despertarlos a la consciencia universal del poder de la oración, para que de esa forma resuelvan a tiempo todo lo que no los une con Dios y con Su Proyecto de Amor.
En Gloria, desciendo del Cielo para levantar del suelo a cuantos han caído por el sufrimiento y la desesperación; Mi Esperanza para con ustedes es prometedora y verdadera, para quien solo abra su corazón.
Todo el tiempo rezo por ustedes, rezo por la paz en vuestros corazones, rezo por el fin de la guerra espiritual, la que habita en la mente de los hombres injustos. Rezo para que la humanidad no continúe perdiéndose, rezo por los que se consagran y por los que se alejan de Dios sin percibirlo; Mis rezos son por todos ustedes y por el mundo.
Yo adoro al Padre y lo Glorifico para que nunca deje de derramar Su Infinita Misericordia en cada uno de Mis hijos. Yo recorro ciudades y naciones para despertar a nuevos soldados de la paz y de la oración, porque la urgencia de redención y de un gran cambio en la consciencia es inminente; por eso Yo rezo, para que el Ángel de la Justicia de Dios no venga al mundo a mostrar lo que no está bien en la humanidad ilusionada y dormida.
Deseo que recen Conmigo todos los días, que no olviden de hacerlo, porque la copa estaba media llena y ahora se está colmando más de lo que Yo esperaba. Solo a través de vuestra transformación el mundo se convertirá y alcanzará la paz.
El Universo de Dios aguarda vuestras ofertas y sacrificios, y por más pequeños que sean e insignificantes que parezcan, todo será contemplado por la Divinidad. Yo vengo a despertarlos, vengo a llamarlos y activarlos para el servicio y para la oración por los que no adoran, no esperan ni aman a Dios. Vengo del Cielo con la esperanza de revertir los graves ultrajes que muchos de Mis hijos siguen cometiendo. Yo vengo para evitar que se aplique la Ley y la Justicia de Dios, algo que la humanidad no conoce ni sabe.
Como Intercesora, Yo vengo para acercarlos al Corazón de Jesús, vengo para anunciar Mi último llamado antes del regreso de Cristo al mundo.
Queridos hijos, Yo vengo para escuchar vuestro SÍ, determinante para el tiempo final.
¡Agradezco a Mis hijos de Brasilia por haber respondido una vez más a Mi llamado por la Paz!
Deseo que ellos sepan que estoy verdaderamente muy agradecida.
Mi Paz y Mi bendición estén sobre cada uno de ellos.
Les agradece ahora y siempre,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz y Madre de Brasilia
Hijo:
Le hablo directamente a tu corazón, porque sé que él siempre Me sabrá responder.
Estoy presente en todos los Santísimos de la Tierra, aguardando que muchos más se animen a conocerme en el silencio.
Si en verdad las almas se entregaran un poco más a Mi Corazón, Yo podría resolver todos los problemas que viven; pero el enemigo siempre articula su juego para confundir a los Míos, solo le basta tocar en la herida abierta para que las miserias, que muchos viven, comiencen a mostrarse.
Hijo, debes saber que en el Santísimo se expandirá tu consciencia y pronto sabrás distinguir, a través de la Adoración, a Mi Voluntad Infinita.
Sabrás sentir, por medio de la Adoración, el camino a ser recorrido.
Sabrás diferenciar cuándo deseo que hagas algunas cosas y no otras, cuando debes estar atento y silencioso.
Los que se arriesgaron a consagrarse a Mi Corazón de forma inmediata y se propusieron vivir los votos que, día y noche, reformulan la vida abnegada, todos ellos tendrán el doble trabajo de controlar, en sí mismos, las necesidades e ideas que surjan en sus consciencias, porque un ser totalmente consagrado aguarda todos los días la señal que proviene de lo Alto.
De todos ellos, siempre esperaré un poco más, al punto de estar preparados para buscarme y encontrarme en su corazón interior. En ellos, derramo Mis Gracias Celestiales. Por ellos y a través de ellos, cuando verdaderamente Me corresponden, Yo puedo obrar y hacer milagros de vida.
Ahora, que su foco se concentre en el poder de la Adoración, en ella muchas tempestades se disolverán y encontrarán el remedio para sanar los males espirituales.
Me hice Cuerpo Vivo y Glorificado para que las almas físicamente, a través de la Eucaristía, en la que Yo siempre estoy presente, pudieran unirse al universo y al manantial de Mi Misericordia.
En verdad, hoy padezco por aquellos que son engañados y pierden la fuerza de la santificación. Anhelo poder encontrar apóstoles formados para este último tiempo. Ellos serán buscados como ovejas entre lobos, pero Mi pastoreo es recto y los llevará por el camino de la redención.
Por eso, búsquenme a través de la Adoración; así estarán confirmando Mi Presencia en toda la Tierra, porque en la Adoración se establece un puente de unión con los Cielos y el alma comulga de Principios Divinos que desconoce, pero que son colocados en su corazón.
Cuando estés solo, inquieto o débil, encuéntrame en la Adoración. Mi Corazón es el Santísimo para el mundo y todos deben penetrar las dimensiones a través de la contemplación. Ella será el escudo que los librará de todo mal. Ella será el lucero que alumbrará la próxima noche oscura.
En verdad, la mayoría de las almas están adorando las modernidades y grandes descargas electromagnéticas hipnotizan la consciencia inferior. Por la influencia de estos medios involutivos, el Cielo no se puede abrir sobre la bóveda de cada espíritu y una distancia extensa se establece entre la materia y la propia divinidad de cada ser.
Yo estoy observando cómo muchos son engañados. La profecía del Apocalipsis se está desdoblando con fuerza y determinación sobre el planeta, pero solo los sabios de corazón percibirán estas cosas. Yo deposito el poder de Mi Confianza en ellos, pero sé que siempre serán más tentados que los hipnotizados.
Quien concentre su corazón y su mirada en el Santísimo no se perderá, sabrá distinguir lo parecido de lo verdadero y contará con herramientas espirituales para poder sobrellevar el tiempo de los engaños.
No será necesario sorprenderse por lo que les digo, esto es solo una pequeña muestra de la actual ilusión de la humanidad.
Por más confuso que el tiempo se presente, Yo estoy presente en todos los Sagrarios de la Tierra y el alma sedienta de Mí, solo vendrá a Mi encuentro; así, no se desviará del camino, se librará de ser tentada por los demonios de la sensualidad y del placer que en este ciclo estarán creando subniveles de maldad y de conquista en las buenas almas.
Pero quien observe con atención, podrá saber y sentir lo correcto y lo incorrecto. Yo tengo la Potestad Divina de disolver todas las crueldades del espacio; bastará que más corazones se postren ante Mi Santísimo Sacramento para que, en profunda honra y Adoración, Yo pueda extirpar las influencias del mal y más almas, que mueren por tan amarga sed, puedan resucitar por Mi Agua de Vida.
Estos ya no son tiempos remotos, son tiempos de batalla. El Cielo y el infierno se juegan el reinado de la Tierra. Cuanta más tentación, más será la debilidad; cuanta más Adoración, mayor será la fortaleza inquebrantable del espíritu.
Para los consagrados no existe otra sal que no sea Yo. Soy el único complemento de vida que no les fallará y no los hará sufrir. Por esta causa, de buscar la sal de este mundo, muchas ordenes se ven debiltadas y enterradas en las arenas áridas de la Tierra, sin encontrar salida.
Yo aspiro a que los que Me escuchan que sean inteligentes, les digo estas cosas para evitar nuevas caídas en ustedes.
La fe será el instrumento de su Adoración y elevación hacia Mi Reino. No se imaginan cuántas veces Yo He llamado a la puerta de los corazones y solo He visto el fruto de largas pasiones que ciegan y distancian a los Míos de Mi Eterno Corazón.
Dios, Su Padre, Me permitió darles estas advertencias, porque ya están prontos para que en el próximo mes se cumplan siete años de Gracias anormales e infinitas. Digo anormales porque solo la Pureza Virginal de Mi Madre permitió derramar semillas en desiertos sin agua.
Ahora que muchos florecieron por el Amor Divino, donen vuestro amor humano para que a través de Mi Corazón él sea purificado y sublimado en el Reino Mayor.
Estén atentos, no estoy pidiéndoles lo imposible; ahora, en esta era, esto no serviría de nada. Yo vengo a reactivar el Mensaje final que una vez di en Ruanda. Aurora, el amanecer interior, será el puente a la redención de todos los que una vez fueron deportados a la Tierra por Dios.
Vengo a rescatar lo irrescatable.
Vengo a dar vida a lo que ya está muerto.
¡Ay de aquellos que no se arrepientan! Será tarde para poder reconocer Mi Gloriosa Faz en el momento del Retorno.
Mientras todo sucede, busquen el espíritu de la santidad; así, Me agradarán todo el tiempo y Yo podré descansar en sus corazones.
En el Amor Crístico, siempre los bendigo.
No se desanimen, todo lo podrán a través de Mi Corazón de Paz.
Cristo Jesús Glorificado
Las Promesas Reparadoras de la Virgen Santísima
Sigan rezando el Rosario todos los días, porque así como Yo una vez lo pedí en Fátima, ahora se los pido a ustedes.
Mis queridos hijos, sí así lo hicieran habrá un tiempo mayor de paz entre vuestros corazones y el mundo; especialmente Mi Paz Maternal colmará a las almas que desistieron del camino de la consagración a Dios.
Rezo día y noche por ustedes; en este tiempo Yo prometo grandes Gracias para aquellos que busquen a Dios por medio del poder de la oración. Si la humanidad no prestara atención a Mis pedidos un tiempo más difícil llegará para todos, el mundo se oscurecerá rápidamente y muchos no podrán ver la luz del sol.
Pero si, por el contrario, las almas que hoy viven sobre la Tierra –Yo quiero decir todos los corazones– se unen a Mi Corazón como un solo pueblo espiritual de Dios, especialmente si todos los líderes religiosos establecieran el ecumenismo de Cristo, Yo prometo que antes de la venida de Mi Santo Hijo muchas almas que están presas y muertas en vida sabrán quiénes son y de dónde han venido, como también sabrán para qué han nacido en este tiempo.
Pero si todas las religiones no cumplieran con Mi pedido, decisiones espirituales injustas caerán sobre muchos y la humanidad quedará sin instrucción espiritual. Para que eso no suceda, Yo vengo en este último tiempo a pedir la consagración de todos Mis hijos al Inmaculado Corazón; quien lo hiciera bajo el espíritu inmaculado de la paz, Yo prometo esperarlo en las puertas del próximo mundo, o sea, en el paraíso.
Aquellos corazones que pronto se arrepientan y busquen la comunión reparadora en los próximos cinco primeros sábados del mes, serán bendecidos por la fuerza del Espíritu Santo; dichos corazones resplandecerán de luz ante la oscuridad, serán corazones crísticos.
Deseo desde ahora que todos escuchen Mi llamado, porque si la humanidad no dejara de cometer malas acciones, principalmente sobre los reinos de la naturaleza, la ley que proviene de lo Alto reordenará la vida planetaria y muchos padecerán lo que no merecerían, por la obra y la acción de los no creyentes.
Yo prometo a quien ore de corazón todos los días, que me ayudará en el despertar de la fe y de la paz en los que la han perdido, especialmente en los que nunca se abrieron a ver la Luz de Cristo.
Pido en esta era una especial devoción al Corazón Sacratísimo y Misericordioso de Cristo; quien la profesara y la viviera de alma y de corazón, Yo prometo que no me olvidaré de su alma en la hora de la muerte. También en la última hora de vida, Yo ungiré con el Aceite de Vida a toda su familia y Mi Hijo no será vuestro juez, sino que será vuestro intercesor ante el Altísimo.
Quien cumpla Mis pedidos podrá formar parte de Mi Sagrado Ejército Mariano; Yo vengo para despertar la consciencia dormida de la humanidad, vengo para decir que ya llegó el tiempo del Apocalipsis.
Un tiempo mayor de Gracia y de Misericordia llegará para el mundo entero, si solo cumpliera al pie de la letra cada uno de Mis pedidos. Si alguno de Mis pedidos no fuera contemplado, la humanidad finalmente conocerá la causa oculta y eterna que la ha condenado al fuego del infierno.
Pero si existiera un espíritu de perseverancia, de fe y de alegría de parte de ustedes, les prometo que los ayudaré hasta en los momentos difíciles, porque a través del poder de Mi Hijo los libraré de todo mal.
¡Atención a Mis palabras!, porque Mi Amor Maternal vendrá a socorrer a todos los que se sorprenderán con inusitadas noticias humanas.
Ahora solo les bastará mirar hacia Dios y contemplar Su Majestad a través de los Sagrados Corazones. Solo les pido que mediten en todo lo que les he dicho, porque ya no podré repetirlo nuevamente.
¡Bendigo a toda Barcelona y le agradezco, porque una ciudad más ha respondido a Mi llamado!
Los espero a todos el 21 de Mayo para una bendición especial.
¡Paz para todos, ahora y siempre!
María, Señora del Santísimo Rosario y Profeta de la Paz
Mis amados hijos:
Hoy vengo a enseñarles a comulgar del Cuerpo Sacratísimo de Cristo, como un acto único y renovador en cada una de sus vidas. Los invito, así, a descubrir los misterios guardados en la Eucaristía, fuente de redención y transfiguración para todas las almas.
En el momento en que sus seres se disponen a comulgar del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, todo el universo, en su omnipresencia, observa a la Tierra, y los ángeles que viven en el Reino de los Cielos, así como los ángeles que viven sobre la Tierra, se reúnen en alabanza al Rey del Universo.
Sus almas glorifican a Dios y sus espíritus se permiten estar más próximos a la materia cuando sus cuerpos están ante el sacratísimo acto de comulgar.
En profunda reverencia, en el altar que guarda el Cuerpo de Cristo, los ángeles se postran delante de Su Gracia y abren los Cielos para que la mirada misericordiosa de Mi Hijo Glorificado llegue al mundo.
Cada vez que comulgan de Cristo, una puerta se abre al recinto sagrado donde Su Consciencia contempla el infinito y, con eterno amor por la humanidad, Cristo envía a la Tierra una molécula crística de Su Consciencia para que se multiplique y permee todas las almas que se abren a Su milagro de eterno amor.
Mis queridos, hoy les revelo un misterio que es simple, pero que es incomprensible para muchos. Quiero que, a través de Mis Palabras, sean conscientes en cada momento de Comunión con Cristo, por más simple que él sea; porque, de esta forma, en reverencia, estarán comulgando también de todo el movimiento universal y el Creador podrá, a través del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, transformar a cada una de Sus criaturas.
Aquel de ustedes que, comunión tras comunión, cultive en el interior un corazón puro y verdadero, simple y humilde, permitirá que esta molécula crística se expanda por todos los espacios de la consciencia e ilumine los abismos internos que cada uno guarda en el silencio del propio mundo interior.
Las miserias más arraigadas del corazón humano y todos aquellos hábitos que no son capaces de transformar por sí solos, ustedes deben ofrecerlos delante del Cuerpo y de la Sangre de Cristo; porque Su Cuerpo está aquí para tomar el lugar del viejo cuerpo y Su Sangre lavará las manchas del corazón, de las células y del espíritu, y permitirá que un nuevo código de Luz permee sus cuerpos y habite en ellos.
Por la transformación de toda la humanidad y por la consagración del mundo al Sacratísimo Corazón de Cristo, comulguen diariamente con pureza de intención, con amor; renovándose así, delante de Cristo y de Dios, que los observan cada día.
Yo los amo y los conduzco al Corazón de Mi Hijo Jesús.
¡Les agradezco por estar hoy Conmigo!
María, Madre del Sacratísimo Corazón Eucarístico de Cristo
Queridos hijos:
Hoy quise estar entre sus pequeños corazones para que, bajo Mi Manto, puedan asentar los impulsos que recibieron en los últimos días.
Como Madre y Reina de la Paz irradio, a través de sus corazones, Mi Paz al mundo entero. Recorro, con Mi Amor, el camino dejado por sus sinceras oraciones, camino que Me lleva a todos los seres de todos los Reinos que necesitan de Mi Presencia.
Hoy, quiero dejarles un aliento y una advertencia.
Mi aliento es que, durante todo el día, escuché la voz de sus corazones y sus almas estuvieron exultantes de alegría, tocando a las puertas de Mi Reino. Sepan, así, que sus pequeñas almas reconocen el momento en el que viven y glorifican al Señor por todas las oportunidades que recibieron a lo largo de estos dos últimos meses.
Y, como advertencia, les digo que ya llegó la hora de manifestar en la vida los impulsos de sus almas; y esto se alcanza por medio de la oración, del ayuno y de la comunión profunda y verdadera con Mi Hijo Jesús.
Les digo, también, que deben ser firmes en el propósito que sus almas los inspiran a vivir, porque muchos están recibiendo la Gracia del verdadero despertar y no deben desperdiciarla.
Sean sinceros de corazón y de espíritu, y sigan el impulso de sus intenciones más puras, aunque les parezca una verdadera locura.
La vida de oración y de entrega, hijos Míos, ya no es considerada normal en este mundo. La falta de amor y de paz de los que se sumergen en las modernidades se tornó el común vivir de los corazones y de las consciencias.
Muchos de aquellos que hoy deberían ser Mis soldados marianos se olvidaron del compromiso que sellaron Conmigo. Otros, a pesar de recordar este compromiso, temen abandonarse a sí mismos para seguirme. Y, unos pocos, con valentía se dispusieron a cumplir con Mi Santa Voluntad y seguir Mis pasos.
Es tiempo de reconocer donde se encuentran sus consciencias en este tiempo y, reconociendo que no están donde deberían, tomen sus lugares entre Mis soldados y completen, con sus preciosas almas, este ejército de Paz.
No vengo a traer exigencias, vengo a traer alivio a sus espíritus que están sedientos de la verdadera vida, para cumplir con esta misión que vinieron a realizar en el mundo.
Entonces, hoy, solo les pido que encuentren en Mi Corazón, en el Corazón de Mi Hijo y en el gran Corazón del Universo la fuerza que necesitan para dar los pasos que aspiran a dar en estos tiempos.
Cuenten con Mi Presencia maternal. Como Madre de sus corazones, estoy siempre al lado de cada uno de ustedes.
Les agradezco por persistir en Mi camino de Paz.
María, Reina de la Paz
¡Siempre sea alabado Jesucristo en ustedes y en todo el mundo!
Después de la venida del Hijo de Dios, viene hoy a vuestro encuentro interno Mi Casto y Humilde Corazón para anunciar Mi fraterna y amorosa compañía espiritual a todos los misioneros, que a causa de las leyes terrestres no han podido embarcar en la misión importantísima que la Virgen María les encomendó.
Por eso, hoy más que nunca, pequeños hermanos Míos, Yo les pido a todos los grupos orantes que oren para que los planes celestiales de paz y redención que imparten los Tres Sagrados Corazones de Jesús, María y San José puedan sembrarse en todos los necesitados corazones del mundo.
Hoy me anuncio a ustedes para instruirlos al respecto de que, si dicha misión a India demorara más allá de lo previsto, es decir, más allá del próximo mes de agosto, les anuncio que existirán también otras misiones que estaban esperando madurar en vuestras consciencias, misiones hacia naciones como Tailandia, Sri Lanka, Nueva Zelanda y los países asiáticos, que en este tiempo son los que más necesitan de piedad, de amor, de servicio abnegado y de Misericordia.
Sepan, Mis misioneros, que cuando una puerta del mundo se cierra, otra puerta divina se abre para el mundo entero trayendo Gracias y bendiciones para todos.
Desde el Cielo, en lo profundo de Mi Casto Corazón, Yo los bendigo, animándolos a vivir en la fe y en la esperanza de que los planes de Dios son perfectos y precisos para estos tiempos. Sigan Mis pasos humildes en silencio y en oración.
Les agradece por vuestra oferta y dedicación,
Vuestro Padre Misionero,
San José Castísimo
Al término del mensaje, San José nos envió el siguiente impulso orante, especialmente para todos Sus hijos misioneros:
Oración de protección y luz para los misioneros de Dios
Dios Padre,
que por medio de San José Castísimo
tocaste nuestro simple corazón,
y nosotros en humildad y fe
respondimos a Tu misión celestial.
Te pedimos, en reverencia y amor,
amado San José, misionero fiel,
cúbrenos con Tu manto violeta de protección,
para que nuestros pasos sean invisibles.
Entréganos Tu santo Cetro,
para que podamos corresponder a la misión de amor y de paz.
Entréganos Tus poderosos siete lirios del Cielo,
para que bajo esta Gracia,
que proviene de Tu santo Corazón
nosotros podamos vivir ahora y siempre:
la pureza de alma,
el amor a la donación,
el servicio sin demora y sin tiempo,
la humildad como fuente de fe absoluta,
la entrega total a la Voluntad del Padre,
el rescate de los más necesitados,
la unión perfecta con todos los Reinos Creados.
¡Oh Humilde y Casto Corazón!,
que bajo Tu poder de amor y humildad,
se cumpla la gran misión de paz
en toda la humanidad.
Amén.
La consciencia verdadera de lo que es la Vida solo llega al hombre a través del Espíritu Santo. Mi Espíritu Inmaculado y el Espíritu Sacratísimo de Mi Hijo provienen del Espíritu Santo. Pero hoy, quiero revelarles que no es necesario que sean originalmente concebidos por el Santo Espíritu para vivir las Gracias infinitas que vivimos Jesús y Yo hace 2013 años.
El Espíritu Santo transforma todo lo que toca, Su Fuego purifica en Luz todo lo que se aproxima a Él. Un alma que fue tocada por el Espíritu Santo jamás será la misma, aun durante otras existencias en el Reino de los Cielos.
El Espíritu de Dios transforma incluso el destino espiritual de los seres, porque aquel que se abre a recibir un toque glorioso del Espíritu Santo, asume con el Creador el compromiso de servirlo eternamente.
El Espíritu Santo es un misterio para el mundo porque está en todo, y todos lo buscan sin saber cómo encontrarlo. El Espíritu Santo se manifiesta como Fuego vivificador y Don sobrehumano, se manifiesta como Amor que a todo ilumina, como Perdón que a todo perdona, como Paz que a todos irradia.
El Espíritu Santo llega cuando menos se espera, porque en el momento en el que menos se lo busca, sin perder la permanente aspiración a encontrarlo, es cuando el corazón abre espacio para que el Espíritu Santo ingrese.
Para que la morada del Espíritu Santo sea eterna en el interior de los seres, la consagración del alma también debe ser eterna, la oferta del corazón debe ser eterna, la aspiración a servir a un único Dios también debe ser eterna.
El Señor conoce profundamente el corazón de Sus criaturas y sabe cuándo un hijo Suyo se confirma de forma perpetua en la unión con Su Corazón Sacratísimo. Y es en ese momento que el Señor envía Su Espíritu omnipresente para encontrar esa nueva morada.
Como el corazón de los hombres es imprevisible, incluso para ellos mismos, solo Dios conoce la verdad sobre las intenciones y sentimientos humanos, sobre las ofertas y las aspiraciones. Por eso, la única cosa que deben hacer sus seres es estar en oferta permanente y reconsagrarse todos los días ante el Universo de Dios, con el corazón puro y sincero.
Busquen sin buscar, porque así van a ser sin percibirlo; y la humildad, que es el primer Don del Espíritu de Dios, llegará a los que no la conocen y no la conocieron jamás. Solo conoce el Don de la humildad aquel que la reconoce en el prójimo, porque el corazón que está verdaderamente pleno del Espíritu Santo está tan próximo a Dios que no percibe los propios avances y las propias virtudes.
Así fue como Jesús, María y José vivieron el Espíritu Santo. Uno reconocía a ese Santo Espíritu en el otro y percibía cuántos Dones Dios había manifestado en aquella familia, plena de caridad y de humildad; pero ninguno de Nosotros observaba en sí mismo la presencia de ese Espíritu. Admirábamos, en silencio y en oración, las virtudes de los demás; y cuanto más percibíamos el Amor que el otro manifestaba por Dios, más plenos de ese Espíritu quedaban nuestros corazones. Y, en Nuestra vida simple, sin embargo llena de misterios, el Espíritu Santo fue manifestándose.
Por eso, hoy les digo que una llave para avanzar es pensar solo en Dios y fortalecer la virtud del prójimo, para que crezca y se desarrolle siempre. Así, aún sin darse cuenta, sus espíritus se irán preparando para recibir al Espíritu de Dios.
Que la paz y la armonía reinen en cada corazón.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más