APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL PRIMER DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

En este día de la entrada triunfante de Jesús en Jerusalén, en solemnidad y reverencia, vamos a prepararnos para recibir a nuestro Rey a través del cántico “Pater Noster”.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ha llegado el día del Juicio Universal y, cada día que pasa, ese momento se aproxima a la humanidad. Pero no piensen que ese momento, ese gran acontecimiento universal, podría ser un castigo para el planeta o para todos sus habitantes.

Este es el tiempo de la corrección para que la energía de la impunidad y de la injusticia mundial sea erradicada de la consciencia humana y, de esa forma, sea liberada de todos los habitantes de la superficie del planeta.

Por eso, ese día se aproxima y, todos ustedes, con sus propios ojos, ven suceder esos acontecimientos, eventos muy dolorosos para el Padre Eterno, situaciones muy inexplicables para millones de almas en el mundo.

Pero en este día, en el que Me reciben y Me glorifican, una vez más vengo a concederles la amnistía espiritual, no solo para los presentes, sino también para todos los que Me escuchan en este momento y que creen en la Palabra del Señor.

Por eso, estamos, no solo como planeta, sino también como universo, en un gran momento de inflexión, en el que las corrientes poderosas del universo, a través de la manifestación de los Ángeles y Jerarquías, se movilizan silenciosamente para auxiliar en este momento a la humanidad.

Y aunque, en este momento, la guerra, la persecución o la muerte, sean noticia en todo el mundo: 

 ¡Levántense, compañeros, porque el día de su redención está próximo!

¡Levántense, compañeros, porque los Cielos se abrirán cuando Yo Retorne al mundo!

¡Levántense, compañeros, y sostengan con fe el estandarte de Mi Paz!

Han venido, en este tiempo y en este momento planetario, a vivir por Mí estos acontecimientos. Por eso, como Mis sagradas ovejas y como Mis amados apóstoles, serán colocados por Mí mismo en donde Yo los necesite; eso permitirá que su Maestro y Señor ingrese en aquellos lugares del mundo en donde más se necesita, no solo de Paz, sino también de Misericordia.

En esta Sagrada Semana, culminante para Mí, pero también definitiva, los invito a ingresar en el mismo Espíritu Crístico del Amor, para que la compasión en sus vidas les muestre y les revele la verdadera necesidad de estos tiempos, que ustedes saben, amados Míos, que no se restringe a sus purificaciones o pruebas, sino a la imperiosa necesidad de servirme, de anunciarme y de testimoniarme en el lugar del mundo que Yo necesite.

Por eso, lo más importante en esta Sagrada Semana es que, además de que sus corazones ya tienen que estar prontos, sus corazones ya deben estar abiertos para escucharme, porque Cielo y Tierra pasarán, pero Mis Palabras permanecerán vivas y latentes en los corazones que confían en Mí.

Ahora, que están a las puertas del Templo de la Iglesia Celestial del Padre, preparemos este momento, bendiciendo este altar que han ofrecido a Mi Corazón, a través de una amorosa pero simple oferta de dos almas que Yo he escogido, para que, en nombre de la humanidad y en nombre de Mi amada África, glorifiquen al Señor a las puertas de la Nueva Jerusalén, en donde todos están siendo contemplados y recibidos por el Padre Celestial, Adonai, a través de la Presencia de su Maestro y Señor.

Los invito a colocarse de pie.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y vamos a traer en este momento el incienso que será ofrecido a Nuestro Señor, en el comienzo de esta Sagrada Semana, por las hermanas de Etiopía, Marta y Tseguereda. Pueden venir aquí, delante de Nuestro Señor.

Mantengamos la concentración, a pedido de Cristo, para que nuestra consciencia no se desconecte de Él, sino que, a través de Él, sostengamos este momento de intervención planetaria en este primer día de la Sagrada Semana, que Nuestro Señor hoy bendice y abre para todos.

 

Hoy, Mi Corazón reúne aquí la universalidad de todos los pueblos y razas que, a través de los tiempos y de las generaciones, participaron de la sagrada oportunidad del Proyecto de Dios a través de las culturas, de las razas y de los pueblos, así como fue con el pueblo de Israel.

Este incienso, que hoy están ofreciendo a su Maestro y Señor, representa el mayor ofrecimiento para este ciclo preparatorio del Retorno de Cristo, en el que las almas del mundo se unen a Mí, para preparar este sagrado momento de la llegada del Mesías, el Salvador y Señor del mundo.

Por eso, este incienso traído de las tierras de Etiopía, no solo glorifica al Señor como fue en la Gruta de Belén, sino que prepara el gran momento planetario durante el Viernes Santo, en el que su Maestro y Señor volverá a morir por ustedes para que tengan vida en abundancia y vivan a través de Mí.

Yo santifico estos elementos, así como santifico este altar y a todos los que escuchan en este momento.

Que vuelva a despertar en ustedes la esperanza, esperanza que los llevará a la Paz y a la Luz de Dios, porque el fin del calvario está próximo y tendrán parte Conmigo en la Sagrada Mesa del Retorno de Cristo, en donde junto a los ángeles, santos y bienaventurados gozarán eternamente de la Presencia del Señor.  

Que suenen los Campanarios del Cosmos. Que se abran las puertas y las dimensiones en este mismo momento para que, a través de San Miguel Arcángel, San Gabriel Arcángel y San Rafael Arcángel, las almas reciban en lo más profundo de su ser Mis impulsos de cristificación y santidad, por la victoria y el triunfo de Mi Corazón por los siglos de los siglos. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Turíbulo.

Cristo les está pidiendo a las hermanas que oren el Padre Nuestro en amárico, como oferta para la importante tarea que Él tendrá en África, a través de esta Obra, en algunos países de ese continente y para que, muchas más naciones africanas puedan recibir los códigos regeneradores del Amor y del Perdón.


 

A través de estas consciencias, su Maestro y Señor bendice a todos los exiliados y refugiados del mundo, en especial a aquellos que escapan de la guerra, del peligro y de la adversidad para que, en Mi Nombre y por Mi Nombre, reconstruyan sus vidas y sus familias para siempre. Amén.

 

“Adonai, Padre Amado,
que escuchas en Tu silencio
la voz de Tus hijos que Te claman,
santifica este altar y todos los elementos
que serán ofrecidos en estos días
para recordar la Pasión de Su Maestro y Señor,
por la Redención y la Paz de todo el género humano.

Que se cierren las puertas al mal.
Que se abran las puertas de la Luz
para que los ángeles desciendan
y, en este momento, otorguen a todas las consciencias
la Vida Eterna”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Agua.

 

“Santísimo Padre del Universo, 
Tú que tienes el poder de resucitar toda la vida,
Tú que tienes el poder de curar a todos los corazones,
Tú que tienes el poder de reerguir a todas Tus criaturas,
a través del agua que Tú has creado
a imagen y semejanza de Tus hijos,
bendice al mundo entero,
bendice a todos los que escuchan
y, en especial, bendice, Señor,
a todos los que escapan de la guerra buscando la paz,
para que los que se refugien en Tu Corazón,
los humildes y simples refugiados,
sean reconocidos, honrados, respetados y amados,
como Tú los amas Señor.
Porque Yo Te he prometido, Padre Eterno,
primero retornar por todos ellos,
para que participen Conmigo del júbilo de la Nueva Tierra”.

 

Me recojo en los corazones que Me escuchan.

Me alivio en los corazones que Me abrazan.

Me alegro en los corazones que Me reciben.

Descanso en los corazones que se abren.

Y así, santifico todo lo que toco, para glorificar al Señor, el Dios del Universo.

Es así que Yo los preparo para los próximos tiempos, para que junto a Mí construyamos las bases de la redención por el bien del mundo, por la paz de la humanidad.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

En este momento, vamos a celebrar la Santa Eucaristía en presencia de Nuestro Señor Jesucristo y, en este primer día de la Sagrada Semana, vamos a celebrar este momento a pedido de Cristo por todos los refugiados; para que, a pedido de Nuestro Señor, sean escuchados, acogidos y amados como parte de esta humanidad viva. Y Cristo invita a las hermanas de Etiopía a que nos acompañen en esta celebración. Vamos a prepararnos para ese ejercicio.

 

 “Padre, glorifica todo lo que has creado, 
unifica todo lo que has construido
 y acepta este ofrecimiento del altar, 
para que Tú, Padre, 
seas glorificado, adorado y honrado, 
por los tiempos que vendrán, 
a través de los corazones humildes y simples 
que Te vivifican y Te adoran”.

 

 A las puertas de la Nueva Jerusalén, delante de los Ángeles y de los Arcángeles, de todos los seres de buena voluntad que en este momento están congregados por Mi Amor en esta Sagrada Semana, vuelvo a ofrecer el mismo sacrificio que una vez ofrecí por ustedes.

Como aquel momento que compartí con Mis apóstoles, hoy vuelvo a compartirlo con ustedes, tomando el pan y ofreciéndoselo al Padre para que sea convertido en Mi Cuerpo. Y así, Me vuelvo a partir y a compartir con todos los Míos, diciendoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
 

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Adoramos el Cuerpo de Cristo, por la redención de todo el género humano, para que se establezcan los Mil Años de Paz.

 

Del mismo modo, antes de terminar esta Cena, vuelvo a tomar el Cáliz entre Mis Manos, ofreciéndoselo al Padre para que sea convertido en Mi Preciosa y Divina Sangre. Es así, que lo vuelvo a ofrecer a Mis compañeros diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que hoy es derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Mi memoria, porque Yo ya estoy retornando”.

 

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Adoramos la Preciosa Sangre del Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, nos libera y nos otorga la Paz.

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra, y en un acto de reverencia damos la paz a nuestros hermanos.

 

En esta Sagrada Semana, quiero verlos y sentirlos con la misma fe y convicción del centurión y que, ante Mí, con devoción y fervor, repitan esa simple pero profunda oración:

Señor, 
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
(tres veces) 

He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que se alegren Mis compañeros porque Yo les prometí la reconciliación y la vida. 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Así, anunciamos en nombre del Señor la Comunión Espiritual de todos los congregados en el Amor de Jesús, que están presentes en el mundo entero.

Y, a pedido de Nuestro Señor Jesucristo, vamos a acompañar en vivo este momento de Comunión de todos los presentes, para que cada uno de los presentes, a través de este momento de Comunión con Cristo, realice su oferta para esta Sagrada Semana.

Como un solo corazón y una sola voz, mientras los hermanos sacerdotes se preparan para distribuir la Comunión, vamos a cantar una canción que Él nos ha pedido, la canción del centurión: “Señor yo no soy digno”.

 

Quiero convertir sus corazones en sagrarios vivos de Mi Amor, porque Mi fin es que sean instrumentos de Mi Padre, para que Yo pueda curar la Tierra y así renovar al planeta. Esa es Mi aspiración por cada uno de ustedes.

Les agradezco por haberme respondido, y que en esta Semana Santa sus esencias reciban los Códigos de Mi Pasión por la redención de todo el género humano.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pueden ir en paz.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Inmaculada Señora de la Paz,
manifestación de la Pureza Original,
permítenos ingresar en Tu Corazón,
Reino Sagrado del Amor y la Protección.

Que Tu Manto de Luz nos guarde
y transforme nuestros pequeños seres
en siervos de Tu tarea universal.

Te reverenciamos, Madre,
Reina de la Paz,
Divina Concepción de la Trinidad.

Amén.
(tres veces)

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En este silencio que los abraza, sientan el pulsar del Corazón de la Madre de Dios.

Yo traigo del Cielo lo más bello que hay para ustedes; por eso, los reúno junto a Mí para que puedan sentir, una vez más, el Amor de Dios.

Hoy, vengo como una Madre que agoniza por ver a este planeta en sufrimiento.

Hoy, vengo a buscar a cada uno de Mis hijos para que Me consuelen; porque así, la Madre Tierra será consolada y cada Reino de la Naturaleza recibirá la atención que merece; para que las almas, en la superficie de este planeta, ayuden a los Reinos de la Creación, porque sin los Reinos de la Creación, la humanidad no podrá sobrevivir.

Por eso, les he pedido, hijos Míos, que invoquen e imploren el poder intercesor de San Gabriel Arcángel; porque el Mensajero fiel de Dios los podrá ayudar a cada uno de ustedes y, así también, podrá ayudar al planeta.

Cuando les pido que Me consuelen, no es solo a través de la oración del corazón, sino a través de recordar todos los días la importancia de salvar a la Creación y, especialmente, a todo lo que habita en este planeta, a todos los Reinos de la Naturaleza, incluso los Reinos Elemental y Dévico.

Hijos, Yo vengo aquí, como su Madre agonizante, para que comprendan el símbolo, pero también el grito del planeta.

Sé que la mayoría podría responder a Mi llamado, pero mientras más las voces se unen para pedir respeto por este planeta, menos esas voces son escuchadas por los que creen tener el poder en esta humanidad; pero no desistan, hijos Míos.

No solo los invito a servir a los Reinos de la Naturaleza, sino también los invito a defenderlos, a protegerlos con acciones de amor y de caridad; porque el ser humano, de estos tiempos, se olvidó completamente que proviene de la Creación y que cada parte de su ser pertenece a los Reinos de la Naturaleza.

Para que comprendan, hijos amados, lo que les hablo, entiendan, en este momento, que sus esencias provienen de los estanques de la Creación y que una pequeña partícula de Luz de cada Reino se ha donado, por amor a Dios, para constituir la formación y la expresión de sus seres.

Así entenderán, hijos amados, que cuando el mundo lastima a los Reinos de la Naturaleza, se lastima a sí mismo.

¿Cómo permitir, queridos hijos, que la propia humanidad se lastime a sí misma todo el tiempo y retire de su hábitat lo que Dios les ha dado con tanto Amor, desde el principio del Génesis?

¿Cómo es posible, hijos amados, que los seres humanos pierdan la sensibilidad y hasta el sentimiento terrenal ante el sufrimiento de los Reinos Menores?

¿La humanidad se ha dado cuenta de que destruye su propia consciencia?, ¿que, al contaminar los mares a cada segundo de este tiempo, pierde la posibilidad de tener agua para saciar su sed?

El mundo tiene grandes problemas con el agua y, una vez más, los más pobres de entre los pobres sufren las consecuencias de los que se dicen poderosos.

¿Cómo es posible, hijos amados, que el hombre de este tiempo destruya las florestas solo para tener papel?

Hijos, ¿cómo es posible que, en este tiempo, contaminen la Tierra o sacrifiquen a los animales sin sentir absolutamente nada?

No hablo de vegetarianismo; hablo de sentir, en lo profundo del corazón, que los Reinos Menores son consciencias que merecen evolucionar al igual que las de ustedes. Y los que creen tener la potestad, por encima de la Creación, se han decidido a no hacer nada.

Si la mayoría no ora de rodillas, solo llegarán revoluciones sociales, y el hombre y la mujer de este tiempo se seguirán enfermando a sí mismos, porque las mutaciones de estos tiempos, que modifican la genética perfecta que Dios creó, degeneran absolutamente la condición espiritual de la humanidad, y Mi enemigo ha ganado terreno en ese campo.

Pero no sientan indignación ni tampoco culpa, porque el Proyecto Original de Dios se cumplirá con la transmutación y la trascendencia de la humanidad, de los que realmente luchen con el estandarte de Cristo para que Su Plan se cumpla en la superficie de este planeta.

Una vez más les vuelvo a decir, especialmente a los que no escuchan ni creen en la Palabra de Dios que, si no hacen un cambio profundo, su destino solo será perecer. Y, ¿hasta dónde debería llegar la Misericordia del Padre o la Justicia de Dios?, ¿hasta dónde la compasión debe abrazar las condiciones más miserables de este planeta?

Amor no significa concesión. Amor no significa alianza con las leyes de la Tierra. El Amor también es Justicia, pero es Sabiduría. El Amor no es castigo, es corrección.

Por eso, Yo los invito a tener cuidado y a escuchar Mi advertencia, porque mientras los Reinos de la Naturaleza sigan siendo transgredidos y ultrajados, ¿quién detendrá las guerras de este planeta?, ¿quién cerrará las puertas que se abren al mal?, ¿quién transmutará esas puertas?, ¿quién aliviará el desplazamiento de millones de refugiados en el mundo?, ¿quién ayudará a enfrentar la crisis climática de los pueblos más pobres de este mundo?, ¿quién tendrá medios para suplir las grandes necesidades de alimentos?

No estoy hablando de asistencialismo; estoy hablando de tener consciencia y de fraternidad humana, de hacer lo que Dios les enseñó hace mucho tiempo, lo mismo que le enseñó al pueblo de Israel: compartir sus bienes materiales para que todos reciban los bienes espirituales.

No Me canso de escuchar el grito de este planeta. La erupción de los volcanes le demuestra al mundo un gran llamado de advertencia. No existe nadie que lo pueda detener. ¿Acaso permitirán que el Círculo de Fuego del Pacífico se siga ampliando, como si los volcanes fueran un entretenimiento para la sociedad?

Hijos amados, deben respetar las Leyes universales para que aprendan a respetar las Leyes de la Creación.

La cuerda de este mundo está demasiado estirada. Su tensión y su fricción hacen que esté a punto de romperse. ¿Quién lo evitará?, ¿quién más se sacrificará?, ¿quién formará Conmigo una gran y poderosa red de oración que congregue cada vez más a muchas almas que se postulen a ser los orantes del fin de los tiempos, los llamados orantes del Apocalipsis?

Es de esa forma que estarán Conmigo, sin faltar a la oración del corazón, porque las oraciones aún son muy insuficientes; muchísimos son los pecados, muchísimas son las faltas, muchísimos son los errores y las omisiones de la humanidad. Todo crece gradualmente hasta el punto de volverse desproporcionado.

¿Quién alcanzará, por encima de todo, la Gracia tan necesaria y extraordinaria que permita una amnistía espiritual para las almas que ya están condenadas al infierno?

Este es el tiempo de la superación para los nuevos Cristos. Ya no son tiempos de reclamaciones ni de quejas, es tiempo de que sus vidas sean otras; así como la vida de la Madre de Dios fue otra desde la Anunciación del Arcángel Gabriel hasta la Asunción.

No les pido nada grandioso, hijos Míos, solo les pido que cumplan lo que Mi Hijo les pidió durante su último Mensaje del 22 de octubre: que se amen más los unos a los otros por aquellos que no se aman; porque si el Amor de Dios sigue faltando en este mundo, ¿cómo creen que esta humanidad terminará?, ¿se lo han preguntado, Mis amados?, ¿ahora, entienden la agonía de la Madre de Dios?

Ya no llevo solo siete espadas en Mi pecho que traspasan Mi Corazón; ahora, Mi Corazón es traspasado por catorce espadas de los pecados más graves de este mundo; existiendo así un gran pecado central que hace doler Mi Corazón, que es el pecado de la indiferencia. Por eso, cuando no sientan con el corazón, tengan cuidado de que sus corazones no se endurezcan como una piedra, al punto de que todo lo que se les muestre en este mundo y lo que se les mostrará no les haga mover su mundo interno.

Atención, Mis amados, invoquen a sus Ángeles de la Guarda, invoquen la poderosa Sangre de Jesús para que el Señor los purifique y los sane, para que sus corazones siempre sientan la necesidad de orar y no de hacerlo por un compromiso o por un horario, porque es el tiempo de que el Padre vea que Mi Obra se está cumpliendo, a pesar de las adversidades.

Es el tiempo, Mis amados, de que sus vidas sean la propia oración.

Como una Madre que los ama, como una Madre que los sostiene, vengo a confesarles todas estas Palabras, porque aún queda un poco de tiempo para que, al menos, todas las almas posibles no pierdan la oportunidad de la redención.

Lloro junto a los que sienten injusticia. Mi Corazón agoniza junto a los Reinos de la Naturaleza, desde lo profundo de los océanos hasta lo más alto de las montañas. El grito del planeta es escuchado por el universo, ¿será que ustedes lo están escuchando?

Para que Mi Hijo pueda retornar al mundo, así como Él tanto lo ha anunciado, la humanidad necesita merecerlo, aunque sea en lo esencial; y si eso esencial aún no existe, ¿cómo creen que Mi Hijo retornará? 

Pero como Su Amor es más grande que los errores, como Su Compasión es más infinita que la indiferencia, como Su abrazo es más fuerte que toda la oscuridad; Él viene en Divinidad y Espíritu, desde hace siete años, viene a su encuentro a prepararlos para ese momento.

Pero Él también se angustia, aunque muchas veces no lo demuestre porque sabe que no lo soportarían; pero Él espera pacientemente que, por medio de todos los adoradores y también de los que todavía no son adoradores, cada alma sea su propio tabernáculo para que Él pueda estar presente en Espíritu y en Amor, y así pueda comenzar a curar al mundo y preparar al planeta para Su Venida a la humanidad.

Debemos rezar por esto con fervor, porque de no suceder, hijos amados, muy pocas partes del planeta sobrevivirán a las agresiones del cambio climático. Dios no les dio este mundo para que lo convirtieran en lo que hoy es; el Padre Celestial les dio este planeta para que, dentro de este universo, pudiera surgir una civilización de Cristos. Pero, sí, surgieron muchos Cristos a través de los tiempos, sin embargo no han sido suficientes, porque esos Cristos llamados santos han tenido que cargar la misma cruz de la deuda de esta humanidad, como el sacrificio que Cristo hizo por ustedes.

Por eso, a través de Mis Palabras, a través de este Mensaje, vengo a hacerlos meditar Conmigo sobre todo lo que Dios le ha dictado a Mi Corazón. Y, hoy, su Madre Celeste les dicta, a todos Sus hijos del mundo, las mismas Palabras que Dios Me entregó para esta Aparición.

Por eso, les vuelvo a decir que en los Sacramentos, en la oración y en el servicio están las llaves para poder enfrentar y superar estos tiempos críticos.

Eso es todo lo que necesitaba decirles, Mis amados. 

Compartan Conmigo el dolor de Dios; después de haber sentido el Silencio de Dios, ahora sientan el dolor de Dios por la gran ignorancia de la humanidad.

Que se abran las puertas de la Misericordia Divina. 

Que los 144 000 se presenten. 

Que el Reino Celestial descienda a la Tierra.

Que los Ángeles de la Guarda guíen y acompañen a los servidores.

Que todos escuchen el Llamado de Dios para cumplir Sus Promesas, hasta el surgimiento de una Nueva Humanidad.

Amén.

Y como siempre lo hago, hoy nuevamente desde el corazón de Lys-Fátima, Santuario interior para todas las almas sedientas de Dios, Yo los bendigo, Mis hijos, y les doy la fuerza de la fe, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vayan en la Paz de Mi Hijo. Adelante.

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Serie – Revelaciones Divinas de estos tiempos

Mi Divina Concepción en unión a la Santísima Trinidad

En las elevadas esferas del Universo Espiritual, lugar en donde está presente el Dios Vivo, existen grandes matrices espirituales, las cuales abarcan grandes espacios de la Consciencia Trina; porque esas matrices son el fiel reflejo de un Principio y de un Propósito de la Voluntad Divina.

Con formas de grandes ciudades-cristal de luz, esas matrices, que son espirituales y divinas, formadas por el aporte del Don de cada Padre Creador, es decir, por la intervención de cada arcángel, guardan elevados principios y atributos de la Mente Divina con el fin de poder proyectar y materializar el Plan y sus diferentes manifestaciones en los Universos.

De una de esas antiguas matrices del Universo Espiritual proviene la Esencia Inmaculada y Pura, proviene la Concepción Divina de la Madre de Dios.

Esos espacios inmateriales, dentro de las esferas sublimes, solo pueden ser visitados y contemplados por los arcángeles, ya que de esas matrices espirituales también emanan principios de la Fuente Creadora; porque esas grandes ciudades-cristal de luz están unidas, vibratoria y espiritualmente, a las doce principales Fuentes del Padre-Madre Creador.

Todo ese sistema evolutivo de vida es una gran corriente de elevada energía espiritual que nutre los espacios de la Creación y, al mismo tiempo, se traslada hacia los demás Universos constituidos: el Universo Espiritual, el Álmico, el Mental Superior y el Material Cósmico.

De esa forma, toda la vida existente es muy beneficiada por esos impulsos que eternamente emanan de las Fuentes Creadoras del Universo Espiritual.

En este sentido, así como la Creación y los Universos se alimentan y nutren de principios divinos que la Mente Única emana constantemente, en este caso, las criaturas creadas a imagen y semejanza de Dios tienen el potencial interior de entablar un contacto con el sentido de su existencia, es decir, de poder retomar la unión con su propósito de vida.

La Esencia de la Madre de Dios surgió, se manifestó y partió de una de esas potentísimas matrices para poder vivir, enseguida, por Voluntad de Dios, una experiencia de amor en la Tierra.

Esa Concepción Divina de la Madre de Dios se formó sin ninguna mancha, dado que no tuvo experiencia alguna ni de sufrimiento, ni de dualidad o de errores.

El Origen Divino de la Esencia de la Madre Mayor se constituyó con base en un altísimo grado de pureza, de amor y de humildad; lo que la llevó a encarnar en la Tierra como un Ser puramente inmaculado y humilde.

Esta característica, poco usual dentro de la Creación del Proyecto de Dios, tuvo un sentido y un propósito desconocido hasta el presente para el ser humano.

En las revelaciones entregadas a María Santísima a través de San Gabriel Arcángel, se expresa que la constitución espiritual de la Madre de Dios es un fiel espejo del deseo ardiente de Dios, de que las criaturas de la Tierra pudieran conocer el Amor del Padre en un aspecto maternal y cósmico.

Toda la sencillez y la pobreza que pudo manifestar la Madre de Jesús durante Su pasaje por la Tierra, eran reflejos del cumplimiento de ese proyecto pensado por Dios para vencer el mal y la dualidad mediante la llegada del Mesías, del Salvador.

Para Dios fue importante, primero, el aporte espiritual, universal y divino de los Padres Creadores, de los arcángeles, para que esa experiencia de divina maternidad y de amor incondicional tuviera un resultado imborrable a través de los tiempos y de las épocas.

El reconocimiento que cada ser de la Tierra puede hacer a la maternidad y a su filiación con la Madre de Dios, espiritualmente, permite concederle a Dios Su Divina Presencia en el corazón de los hombres.

Así, el mal vuelve a ser vencido por el poder del amor maternal, por aquel amor de madre incondicional que es capaz de dar la vida por cada uno de sus hijos.

En síntesis, el deseo de Dios de que la humanidad tuviera una Madre material y espiritual, como María, la Madre de Jesús, fue para romper la cadena que se formó en el principio con Adán y Eva, para que la humanidad, pudiendo reconocer a la Madre de Dios, la Madre de todos, el amor maternal disolviera las raíces del mal y las causas de todos los errores, de época en época.

De esa forma, el proyecto pensado en la Fuente de la Creación, a través de las matrices y con el aporte espiritual de los arcángeles por indicación del Padre Eterno, constituyó la Esencia de María como resultado posible y evidente de aplicar la misma experiencia de amor en todas las criaturas, permitiendo la concreción del Plan y la trascendencia de la dualidad.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El sentimiento de Amor de Mi Corazón en el Nacimiento de Jesús

Desde Mis primeros años de vida, y antes de ellos, fui preparada por Dios para cumplir con Su Voluntad y manifestar Sus promesas, esas que estaban guardadas en las palabras de los Profetas, en los Libros Sagrados de nuestro pueblo.

Mi Corazón amaba al Señor con todo fervor y ese mismo Amor permitía que en Mis oraciones Mi Consciencia cruzara las dimensiones para estar delante de Dios.

Contemplaba, así, esa Fuente eterna de Vida y Su Silencio. Observaba cómo toda la vida se renovaba a través de los rayos, sonidos y colores que partían del Corazón de Dios y que eran conducidos por los ángeles y arcángeles hacia los diferentes Universos.

Mi Corazón solo aspiraba a silenciarse con Dios para estar allí, en aquella dimensión de la consciencia, en donde todo era quietud y paz.

Fue así que, contemplando la Consciencia Divina, el Creador Me reveló los misterios de Su Creación; Me mostró el momento en el que Su Amor se expandió y dio origen a la vida manifestada a través de las dimensiones; Me mostró el momento en que eran creados los primeros Espejos del Cosmos y cómo ellos servían para conducir el Amor y la Voluntad Divina hacia todo lo que había sido creado.

En Su Silencio, el Señor Me reveló la gracia de la expresión de la Divina Trinidad y cómo nació, de Su Corazón, Su Divino Espíritu y Su Hijo. Y, al fin, a través del Arcángel Gabriel, el Creador Me reveló que Su Amor se manifestaría en la vida como cuerpo, alma y espíritu humano, ocultando todo ese misterio antes revelado.

Delante del Arcángel Gabriel Mi Corazón se expandió y todo el Cosmos y las realidades sublimes que antes Yo contemplaba delante de Mis ojos, a través de los portales de luz que se abrían en el cielo, ahora comenzaban a ingresar en Mi interior; en Mi Vientre se guardaba todo ese misterio divino.

Primero el Creador hizo morada en Mi Corazón; después en Mi Consciencia y, entonces, en Mi Cuerpo, haciendo que todos los niveles de Mi Ser experimentaran Su presencia divina.

Cuanto más Yo vivía a Dios, más Yo Me silenciaba, porque Su Amor inundaba Mi Ser de forma que no había lugar para expresiones Mías, sino solo de Dios.

Cada día que pasaba, y que el Niño Dios crecía en Mi Vientre, era como contemplar otra vez la Creación de los Universos, la manifestación de los Aspectos de Dios, el nacimiento de los ángeles y de los arcángeles a través de los más puros sentimientos del Padre. Pero en aquel momento, hijos Míos, eso sucedía dentro de Mi Vientre.

Un Cosmos interior despertaba en Mi cuerpo físico y todo lo que Yo era, como parte de la vida humana, se transformaba en un Espejo de la Consciencia Divina. El Espíritu de Dios se espejaba en Mí y, así como Él le dio la vida a todo lo que habitaba en el Universo, ahora Él gestaba una vida nueva en Mi Vientre Materno.

Expreso hoy con palabras lo que fue vivido en el silencio para que sus corazones participen de los misterios de la vida y los amen, a fin de que busquen la verdad sobre sí mismos.

Cada día de Mi gestación fue acompañado de una revelación divina y Mi Espíritu se regocijaba en Dios, en la eterna presencia de los ángeles, como si Mis pies ya no tocaran la Tierra, sino que vivieran constantemente en la renovación de la vida en las dimensiones divinas.

Mi Casto Esposo José acompañaba Mi silencio y también se silenciaba. Eso le permitía comulgar de los misterios, a pesar de que Él no los comprendía y no los vivía con la misma profundidad.

En el Camino hacia Belén, Yo acompañaba con amor cada prueba que Él vivía y, en Mi silencio, dejaba que la humanidad se transformara y se convirtiera a través de Su Casto Corazón. Ya llegaba el momento en que el Espíritu de Dios inundaría Su Corazón y, sabiendo que todo tiene su tiempo, Yo solo silenciaba y dejaba que el Amor de Dios, que pulsaba en Mi vientre, se expandiera hacia Su humilde y fiel Corazón.

El Nacimiento de Cristo fue sentido por Mí como una nueva Creación, una nueva expansión divina. Mi Consciencia se trasladó al Cosmos y, viendo al Dios Único multiplicarse, sentía a Su Hijo nacer y expresarse en la materia.

Los ángeles cantaban gloria y aleluya y emanaban sonidos jamás escuchados en la Tierra. El Silencio de Dios se expandía como ondas de amor y todo eso Yo lo sentía en Mi Corazón.

Tener a Mi Hijo en los brazos Me hizo compartir el Amor de Dios al multiplicarse. El primer sentimiento de maternidad de toda la vida provenía de Su Corazón. Y, como algo sublime e indescriptible, un sentimiento renovado de Amor, un Amor que no vivía en la Tierra, Mi Corazón vivió una nueva expansión de luz.

Sientan, hijos Míos, este Amor que se guarda en la memoria de Mis palabras y dejen que, en este día de gloria, esta expansión de Amor viva, en algún grado, dentro de ustedes.

Hoy les revelé los más profundos sentimientos de Mi Corazón y con palabras simples les di a conocer aquello que no se explica, sino que solo se vive.

Para comprender verdaderamente lo que les digo, deben dejar que Mis palabras ingresen en sus corazones y originen un estado nuevo dentro de cada uno de ustedes.

¡Les agradezco por confiar en los impulsos que provienen del Cielo y por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Serie – Revelaciones Divinas de estos tiempos

En la humilde gruta de Belén - Parte I

Y fue por la luz poderosa de la Estrella de Belén que su Madre y Señora, en la compañía humilde de San José Esposo, después de haber buscado un lugar simple para el Nacimiento del Niño Rey, nos deparamos con un regalo de Dios, el cual no esperábamos, pero que, al mismo tiempo, percibimos como una señal visible durante el Nacimiento del Niño Dios.

Fue la decisión suprema que el Dios Vivo, hecho hombre y consciencia, quiso tomar, al nacer en un humilde pesebre dentro de las grutas aledañas al pueblo de Belén.

Así fue que la Sagrada Familia, por la guía interior de San Gabriel Arcángel, se instaló y se preparó para el esperado Nacimiento de quien, a través de los tiempos y de todas las generaciones, liberaría al género humano de una posible autodestrucción y de una total perdición de los atributos y de los Mandamientos que, como pueblo, en aquel tiempo los unía a Dios.

Por esa razón el Nacimiento del Mesías, el Rey de Israel y de toda la Tierra, fue profetizado y anunciado para los más sabios seres-contacto que, comprendiendo a nivel interno la cosmovisión del espacio local de este Universo y por intercesión angélica, descifraron el día y la hora estimada de la llegada y del Nacimiento del Niño Jesús en Belén, aunque no hubieran conocido anteriormente a la Sagrada Familia.

San José Esposo, conmovido e interiorizado por el Nacimiento de Cristo y por el cumplimiento de las Sagradas Profecías, testimonió que todo Su gran esfuerzo y empeño para los preparativos de la llegada del Pequeño Niño serían pequeños. 

Por detrás del Nacimiento de Jesús, María Santísima, su Madre Divina, ya sabía, a partir de las trece anunciaciones del Arcángel Gabriel, que la llegada del Niño Rey significaría una importantísima intervención Celestial, Divina y Cósmica, una coyuntura que modificaría y trascendería todos los errores humanos pasados, desde el Edén, con Adán y Eva, hasta el fin de los tiempos, hasta el cumplimiento de Su segundo retorno a la humanidad.

Dicha intervención, sucedida en el humilde y simple escenario de la gruta de Belén, representó la restauración de la alianza que se había perdido entre los hombres y Dios; y también significó el restablecimiento de los códigos del Amor-Sabiduría, los que desde el plano espiritual ayudarían al plano material de toda la raza humana.

La primera Fuente de la Creación que surgió en el plano inmaterial, vivió un proceso de materialización de sus formas y de sus matrices para contribuir en el Nacimiento de Jesús en la Tierra.

Ese acontecimiento motivado por una altísima ciencia vibratoria-espiritual también significó un fuerte movimiento de corrientes cósmicas y solares, de emanaciones y de impulsos divinos que favorecieron que, a través del Nacimiento de Cristo, descendiera a la Tierra, no solo uno de los Aspectos del Dios de la Trinidad, sino también que se produjera un estado de contacto entre todos los seres que, en aquel tiempo, tenían una total confianza sobre la llegada de su Salvador.

Por esa razón, la anunciación de los ángeles a los pastores y también la sabia interpretación y sintonía de los Reyes de Oriente, generaron, en toda la consciencia espiritual del planeta, la posibilidad de poder volver a darle a la Tierra un carácter de rescatable.

Cuando Jesús nació en el Pesebre de Belén muchos acontecimientos espirituales más, internos y hasta físicos se produjeron, ya que el descenso de la energía inmaterial de Dios abrazó y abarcó muchas situaciones planetarias.

Todos los que, con sinceridad y devoción, hacen memoria del Nacimiento de Cristo, año tras año, vuelven a ingresar en las mismas corrientes cósmicas y divinas desde donde se originó, hace más de dos mil años, el proceso del rescate y de la redención de la humanidad.

Celebrar el Nacimiento de Cristo todos los años no es vivir el pasado o retornar a una historia verídica, sino que significa regresar al Origen del Origen, no solo como planeta, sino también como ser, a través del Nacimiento de Cristo, para poder acceder a un estado de expiación espiritual y poder volver a recuperar el propósito que trajo a cada ser a la Tierra, a pesar de todos los errores vividos.

Es ese impulso el que, hasta los días de hoy, posibilita la continuidad en el planeta de la existencia de los seres crísticos, los que generarán, paso a paso, el cumplimiento del Plan.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 58ª Maratón de la Divina Misericordia, en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Que la luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo estén en este lugar y en los lugares del mundo que más la necesitan. Amén.

Después  que han acogido Mi llamado, ahora sí podré volver a Egipto, luego de haber pasado por allí como niño; pero ahora volverá el Rey, a liberar al pueblo de su esclavitud, a traer a ese lugar y a Medio Oriente, la Paz.

Y aunque aún los acontecimientos se desencadenen en el mundo y en esta humanidad, llevaré Conmigo a las almas que más necesitan y retornaré a los corazones que más Me buscan, no importando su creencia o religión, porque lo que permite la vida en este mundo es el amor; es el amor que los mantiene vivos, es el amor que les permite respirar y soñar con un tiempo mejor, con esperanza.

El cautiverio terminará algún día, no solo en Egipto, sino también en el mundo. Por eso debo retornar a los lugares en donde una vez ya estuve, siendo niño, joven o adulto, en Oriente, o en el lejano Oriente.

Los valores de la espiritualidad se deben recuperar para que el mundo no pierda la paz. Por eso estoy volviendo a esos lugares, como sacrificio y también como Gracia, para llevar a los corazones el reencuentro con Dios desde los planos internos y para que estos se espejen en la superficie, en la sociedad. Eso hará todo más justo y equilibrado, eso aplacará el sufrimiento y las agonías, porque es a través de los méritos que su Maestro y Señor alcanzó en la Pasión, que estas Gracias son posibles en este mundo y en su humanidad.

No puedo dejar de decir que a veces Mi Corazón está triste por los que no entienden, pero el gozo de los que Me viven y de los que creen en Mi y Me dan su confianza Me alegra, como lo han hecho ustedes ayer y hoy, de forma simple.

El Reino de Dios es el mayor tesoro de la simplicidad para este mundo y para las almas. Si son simples siempre vivirán el Reino de Dios y Él siempre estará próximo de sus vidas y sobre todo, estará en sus corazones.

Quiero que este gozo y júbilo que viven Conmigo de tiempo en tiempo llegue al mundo entero y no solo a Sudamérica. Ahora llegó el momento de vivir el apostolado y de hacerlo parte de ustedes en cada etapa de la vida.

Así Mi Misericordia llegará a los que más sufren, como también a los Reinos de la Naturaleza, que en esas partes del mundo también viven su sufrimiento silencioso, porque no pueden hablar como los hombres de la Tierra.

Sé que a su alrededor también existe el sufrimiento, a veces en sus familias, en sus ciudades, en sus trabajos, en sus seres más queridos. Pero Yo les pido, por misericordia, que den un paso más hacia Mí y llevemos este tesoro del amor a los lugares que más necesitan y que durante miles de años no han recibido nada, ni del Universo, ni de los Cielos.

Vengo a recuperar a través de Egipto los valores de las últimas humanidades, porque la evolución continúa y el despertar también.

Llegó el momento, compañeros, de que recuperen lo que una vez vivieron Conmigo en Tierra Santa y más allá de ella. Esto no es una teoría ni tampoco es una ilusión. Es hora de vivir el Plan de forma verídica. Es hora de hacer el Plan vivo en más corazones del mundo, que Me están buscando y no Me encuentran porque no saben la salida.

Ustedes sí encontraron la salida, pero el mundo aún no la ha encontrado. Por eso debo volver y retornar al centro, desde donde todo se crea, como conflicto, guerra y persecución.

Porque esta vez no solo la Señora de la Luz pisará con Sus pies a la serpiente, sino también su Maestro y Señor pisará con Sus Pies a sus aliados y los derrotará, para que se arrepientan algún día. Y ya no existirá arma contra arma, religión contra religión, porque a pesar de que el momento más grave no ha pasado todavía, aún el ímpetu y la fuerza de Mi Corazón poderoso podrán transformar todas las cosas cuando tan solo Me digan “sí, Señor, aquí estoy”.

Así Yo tendré el permiso de seguir obrando, tendré el permiso de seguir transformando y unificando a las almas con Dios, para que Su Reino celestial descienda a la Tierra y se cumpla Su Voluntad. Porque al fin de todo, Su Sagrado y Eterno Corazón triunfará.

Los caídos serán perdonados, los asesinos serán redimidos, los perseguidores serán amados y se disolverá el mal, porque el mal no conoce el Amor que viene de la Fuente. El mal es la incomprensión de la consciencia humana por no aceptar la Voluntad de Dios, como fue la Voluntad de Dios traer a Su Hijo a la Tierra para enseñarles la Escuela del Amor y de la Redención.

Vuelvo a reunir en este tiempo a los que estuvieron Conmigo en algún momento, sea en la vida consagrada, o en la vida del espíritu; en la vida del servicio, o en la vida abnegada; en la vida misionera, o en la vida orante.

Que ese compromiso sea revivido por los que despiertan.

Que ese compromiso sea reconfirmado por los que ya despertaron, para que se siga cumpliendo la Voluntad del Creador en estos tiempos críticos.

Mi Corazón abrazará al Medio Oriente y a todos los que se encuentren en ese lugar, no importando su condición o su condenación. Porque en verdad, compañeros, Mi Misericordia es muy grande y aún desconocida. Mi Misericordia es tan grande, que Mi Sangre se dejó verter en la Cruz gota por gota, dolor por dolor y angustia por angustia, para disolver el mal de la humanidad y su condenación eterna.

Es el tiempo de dar a conocer Mi Amor al mundo. Y que los demás pueblos y razas sepan que los amo, como los amo a ustedes.

Que anuncien que estoy volviendo al mundo por segunda vez y que el Reino celestial se reaproximará a la Tierra junto a los ángeles y arcángeles, para poner fin a la perdición de la humanidad y para disolver las tinieblas por la intervención del poderoso Padre San Miguel Arcángel,  de San Rafael Arcángel y de San Gabriel Arcángel.

Los anunciadores de la Palabra de Dios retornarán a la Tierra, como fue en el principio del pueblo antiguo del Medio Oriente.

Y a partir de allí se escribirá una nueva historia y se borrará el sufrimiento, trayendo del Cielo los Libros de Dios abiertos, para mostrarle al mundo Su nuevo Propósito en la Nueva Humanidad.

Bienaventurados serán los que vivan las profecías y se regocijen en ellas, porque el Señor, el Todo Poderoso, le mostrará Su Poder a los humildes.

Con esta Luz que traigo extiendo la Paz hacia la Tierra, renovando este ciclo y este momento para todos; dando la chance a los que están confundidos, de poder retornar a Mi camino antes de que el Portal se cierre.

Que se eleven los corazones hacia Mi Iglesia celestial y que en comunión con la vida de cada ser, todo sea renovado.

El Universo de Dios desciende a la Tierra y en este simple lugar, las almas siempre encontrarán a Dios. Aunque Mi Presencia no sea aceptada, Yo siempre aquí estaré para abrazarlos con la Luz de Emmanuel.

Vengo a bendecirlos con la Palabra de Vida. Vengo a ungirlos con el soplo del Espíritu. Vengo a bautizarlos con el Agua que brotó de Mi Costado en la Cruz, como parte de la Fuente de la Divina Misericordia, para que sean santificados por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Hoy no existen fronteras ni separaciones entre las naciones y los pueblos. El amor que Yo pude ver aquí es el que necesito para renovar los tiempos y sobre todo, a la humanidad. Es el amor de los que se congregan dentro de Mi Iglesia celestial para comulgar de la Llama de la Santísima Trinidad, junto a los Ángeles de nuestro Padre-Madre Creador, Emmanuel.

Hoy, los Elohim, llamados seres resplandecientes del Universo mental, los Ángeles de Dios, testimonian con Su puño y letra que Mi misión en Egipto será realizada por la receptividad y la oración de las almas que colaborarán para que eso sea posible y así, Mi gran Espejo de la Misericordia se encienda en Medio Oriente.

Alegren sus corazones porque están siguiendo el camino correcto. No habrá otro lugar que Me represente en la Tierra, sino este. Porque vuelvo a decirles, compañeros, vengo fuera de Mi Iglesia para llamar a los rebaños que más Me necesitan y que Mis representantes no han sido dignos de acogerlos con castidad.

Que el amor de los simples promueva la Paz en la Tierra.

Que el servicio de los humildes restaure a los Reinos de la Naturaleza.

Que la oración de los que se congregan en comunidad y en luz, transforme los tiempos, a fin de que el Cetro del Hijo de Dios descienda a la Tierra para poner fin a la maldad humana.

Y ahora elevaré al Cielo esta ofrenda que han colocado a Mis Pies, porque en verdad todo pertenece a Dios, nuestro Padre, que está en los cielos y hoy escucha con atención la Voz de Su Hijo y de Sus compañeros, a fin de que un grano de Su Reino celestial se siembre en esta humanidad, para que la humanidad sea recreada por medio del amor y del bien entre los hombres.

Que todo sea santificado y que todo sea elevado bajo el Rayo de la Transubstanciación. Y que a los pies del Altar de Dios sea colocada la ofrenda de cada corazón humano, en esta tarde.

En el silencio, compañeros, pueden hacer su ofrenda ante Mi Iglesia celestial. Los escucho en el silencio de la oración.


Padre Celestial, que a todos conduces,

acepta nuestra oferta de entrega a Ti.

Guíanos por el camino del amor,

para que Tu Voluntad sea hecha.

Amén. (x3)


La oferta ha sido aceptada.

Los que hoy serán bautizados serán iluminados, y al ser iluminados, se convertirán.

Los que hoy serán ungidos recibirán la Gracia que tanto esperan, pero por ella deberán orar.

Padre, que Te has hecho pequeño para que el mundo Te comprendiera y así pudieras ingresar en la esencia de Tus hijos a fin de que te vivificaran y exaltaran Tu Nombre, para siempre, a la mesa de estos nuevos apóstoles Míos, hoy Te vuelvo a declarar, mediante esta fórmula sagrada que Tú has dictado al humilde Corazón de Tu Amado Hijo.

Que escuchen los mundos internos lo que hoy declara su Rey y Señor del Universo: Les pido que tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón y la remisión de los pecados.

Señor Mío y Jesús Mío, que escuchen las almas de la Tierra la Voz de su Maestro y Señor, el Cristo Vivo, que les dice: Tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, que fue derramada por los hombres para el perdón de los pecados.

Les pido, que por los tiempos que vendrán y los acontecimientos que llegarán, hagan esto en Mi memoria a fin de que la Paz y la Misericordia de Dios estén presentes en el planeta.

Señor Mío y Dios Mío, este es El que ha dado la vida por todos y que ha resucitado para volver al mundo en espíritu y divinidad, a fin de transfigurar la Tierra en una humanidad redimida.

Padre Nuestro...

Y como les dije a Mis apóstoles, Mi Paz les dejo y les doy Mi Paz, porque siempre su Maestro y Señor mirará la fe de los miembros de Su Iglesia celestial a fin de que todo sea reparado y la humanidad sea curada de su enfermedad espiritual.

Que esta Paz sea llevada a Egipto y a los lugares que fueron encomendados por su Maestro y Señor y por Su dulcísima Madre, la Santísima Virgen María, para que Sus Corazones de Servicio y de Humildad, de Amor y de Esperanza, lleguen a todo el mundo. Amén.

Dense ahora la paz.

Que la paz repueble a la Tierra de esperanza y que la esperanza renueve a los corazones que aspiran a alcanzar la Misericordia de Dios.

Con las voces de sus corazones hoy deseo expandir, por medio de una canción, la lluvia de amor en todo el planeta, dando la bendición al mundo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por estar Conmigo en la simplicidad del corazón y de la vida.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE GOIÂNIA, GOIÁS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En esta noche de Gracias, quiero darle Mi bendición al mundo, principalmente a los corazones que están vacíos, para que todos ellos reciban la Paz de Dios.

Desde el corazón de Fátima y con alegría, los reúno a todos en el Cenáculo Sagrado, bajo la Presencia de Mi amado Hijo Jesús y la Presencia fiel y castísima de San José, pues como Sagrada Familia del universo, irradiamos Nuestras Estrellas de Luz, aquellas que concibieron Nuestras Consciencias y les abrieron las puertas al mundo, directamente hacia el camino de la redención.

En esta noche, Mi Corazón Inmaculado celebra con alegría y regocijo las velas encendidas, las almas que despiertan al camino de la conversión y de la paz. Y aunque ustedes saben, hijos Míos, que el mundo entero sufre y padece; hoy, la Reina del Cielo trae una oportunidad única para todos, abriéndoles las puertas del corazón para que definitivamente sus vidas encuentren al alma, recinto sagrado de Dios, en donde su Rey desea reposar en el momento de Su gran Retorno al mundo.

Hoy, los ángeles de Lys se congregan y llevan la paz a los lugares más distantes del planeta, especialmente a todas aquellas almas que no siguen Mi religión y que no conocen Mi Faz divina. Pero la Madre del Mundo, la Señora de las Estrellas del universo, la Reina coronada por la Corona de Dios, en presencia de todos los Ángeles y Arcángeles, celebra, junto con Su Hijo, la misa de la redención, el reencuentro del espíritu de amor en todas las almas perdidas.

Por eso, en esta noche de Gracias, no solo el Santuario de Lys se enciende, sino todos los corazones que en devoción despiertan sus espejos internos para irradiar los códigos de amor y de paz al mundo.

Hoy, en verdad, queridos hijos, Me siento unida a cada uno de ustedes. Así, sus pecados son liberados y todas las manchas del sufrimiento son aliviadas.

Estoy presente aquí, entre ustedes, hijos Míos, como la Reina de la Paz, como la Reina del Amor y de la Misericordia. Aquella que estuvo entre ustedes en Nazaret, gestando en Su Vientre al Hijo de Dios y trayendo la oportunidad de conversión para el mundo entero.

Soy aquella Mujer Vestida de Sol, anunciada en el Apocalipsis de Juan, que trae la luna bajo Sus pies, anunciándole la esperanza a este mundo que sufre y abriéndole la puerta para el Retorno de Mi Hijo, el Hijo primogénito de Dios, su Jesús, Jesús Rey.

Por eso, abran sus corazones y que sus faltas sean perdonadas, a través de la Comunión que todos Mis hijos, a lo largo y ancho del mundo, al comulgar con Mi Hijo amado, recibieron Su Sacratísimo Cuerpo Redentor, en la unión perfecta y divina con Su Espíritu místico y divino. Las Gracias y las Misericordias de Dios descienden a este mundo a través de los corazones de los Ángeles de la Guarda.

Por eso, en esta noche, también los invito, hijos amados, a que disipen de sus mentes todos los problemas, la Gracia de su conversión está próxima.

El Arcángel Miguel, junto a San Gabriel Arcángel, se unen en este momento para irradiar el poder de Mi Inmaculado Corazón al mundo. Dichosos de aquellos que sientan Mi Presencia maternal, a pesar de que no Me vean; pues Dios desea todavía, hijos amados, que Yo utilice ciertos instrumentos a lo largo y ancho de esta humanidad para que anuncien Mi Palabra al mundo, que es el Mensaje de Cristo, su Salvador, que siempre les traerá la paz y la esperanza en estos momentos difíciles.

Pero hoy, en Mi reinado universal y maternal, Mis manos sagradas sustentan el cetro de la Paz para traer al mundo la verdadera Justicia de Dios y, así, todos los corazones se puedan armonizar con la Ley del Creador.

Sientan los Rayos de Mi Corazón Inmaculado, para que algún día, hijos amados, puedan entender las Leyes del Creador; aquellas que son altamente ultrajadas por los corazones ingratos que no quieren escuchar a Mi Hijo, ni en la Confesión ni en la Comunión.

Pero ustedes, hijos amados, más conscientes de la vida espiritual y superior, podrán elevar al Cielo, en un sagrado ofertorio, a todos los corazones del mundo que, antes de este tiempo final, deben despertar al llamado de la Madre de Dios.

Hoy, estoy entre ustedes, fortaleciendo el cenáculo del corazón; recordándoles que deben seguir orando todos los días, especialmente en este tiempo de tribulación, que comienza a suceder en el interno de las personas y que se expresa en el exterior de esta vida material.

Quiero que salgan de aquí atentos y preparados, y que todos los corazones que en este momento están unidos a Mí, en el Sagrado Santuario del Reino de Lys, puedan llevar una vida buena, de reconciliación y de paz, viviendo el arrepentimiento, fortaleciendo la fe en Cristo, renovando los Sacramentos y viviendo una vida de fraternidad para que al menos, hijos Míos, una parte de esta raza pueda concretar el advenimiento de una Nueva Humanidad.

Algunos corazones ya viven esta Nueva Humanidad en lo profundo de sus almas, aguardando por la gran promesa de la Tierra Prometida que vendrá en auxilio de todos desde el Universo Celestial, a través de la Nueva Jerusalén, que será formada por los discípulos de Mi Hijo, aquellos santos de los últimos días, que proclamarán la última palabra antes de que se abra la gran puerta en esta humanidad.

Por eso hoy, hijos Míos, no solo contemplo sus necesidades, la falta de amor en sus corazones y el fortalecimiento de la fe en sus vidas; Yo vengo a traerles un Mensaje de esperanza, pero también un Mensaje de advertencia: llegó la hora de orar con el corazón todos los días y de no perder tiempo en cosas superficiales. 

Alimenten sus espíritus y mentes con la sagrada Palabra de Mi Hijo amado. Estudien el Evangelio. Visiten la Biblia todos los días. Lean los Mensajes y practíquenlos para que sus vidas sean un ejemplo de caridad y servicio, a través de las tareas de amor y del espíritu de redención.

Hoy, ante ustedes se encuentra la Nueva Aurora, aquella que siempre brilla en el firmamento interior de los corazones que la invocan, en la Presencia Sagrada del Padre-Madre Creador Emmanuel, que los une a Mi Corazón Divino para que vivan la oportunidad de la redención.

Liberen sus faltas y deudas, y reencuentren el camino al Reino de Dios.

Por eso, hoy estoy aquí, en Goiânia, para que el estado de Goiás junto a Mato Grosso, funden nuevos grupos de oración para orar por los Reinos de la Naturaleza, principalmente por el Reino Animal que es muy castigado por todos. Esa deuda debe ser equilibrada.

Por eso, hoy les dejo a todos la responsabilidad de que respondan a este llamado de Mi Corazón Inmaculado y despierten a la consciencia del Génesis, en donde Dios desde el principio, desde Adán y Eva, proveía de todas las cosas necesarias para poder vivir sin necesidad de ultrajar al Reino Animal ni a ningún Reino creado por su Dios.

No solo vengo por ustedes, humanidad dormida, anunciándome desde el Reino Sagrado de Fátima, despertando sus esencias, aquellas que deben estar unidas a Dios todo el tiempo; también vengo por los Reinos Menores, aquellos que conviven con ustedes todo el tiempo, que son lastimados y ultrajados por las manos violentas de los hombres, sin un mínimo respeto por la Ley de la Creación.

Ustedes, que viven aquí y que saben sobre las masacres del Reino Animal, los invito, queridos hijos, a que busquen la vida natural, sírvanse de aquello que Dios les entregó desde el principio; alimenten sus barrigas de cosas sanas, divinas y sublimes; dejen a los Reinos en paz, déjenlos que ellos puedan evolucionar. Ellos necesitan de ustedes todo el tiempo y para que la Ley no caiga sobre toda esta humanidad, muy sorda y ciega.

Yo les vengo a advertir, queridos hijos, sobre una puerta, una oportunidad: abran sus ojos al llamado de su Madre del Cielo.

Ya no hay tiempo que perder. Ya no se involucren con las modernidades, no sean instrumentos de Mi adversario. Usen su inteligencia superior, despierten sus células dormidas para que Dios pueda trabajar a través de sus corazones y vidas.

La humanidad le debe mucho al universo; pero como Yo provengo de ustedes y ustedes provienen de Mi Corazón, Yo soy parte de esta humanidad desde el principio. Les traigo la Verdad y la Justicia para que las puedan reconocer y vivir con simplicidad.

Hijos amados, hoy todo el universo se congrega para que, desde el Reino de Lys, las almas salgan renovadas en la esperanza y en la fe. Y, cuando ustedes, hijos amados, dejen de hacer algunas cosas en sus vidas, actitudes que los llevan a la perdición, podrán comprender Mi Mensaje y creerán verdaderamente que todo lo que hoy les dije es parte de la Voluntad de Dios. Así, cambiarán sus vidas, unidos todos los días al Santo Rosario, elevando sus espíritus en la Comunión perfecta con Mi Hijo resucitado.

Por eso, abran sus ojos y ya dejen de dormir. Salgan de este sueño, de este torpor. Despiértense, de la misma forma que se despertaron los apóstoles en el Getsemaní, cuando tuvieron que acompañar la agonía de Mi Hijo.

Pero hoy, les traigo un poco de la Misericordia de Dios, porque Yo intercedí por todos ustedes para que poder decirles todas estas cosas.

Cuando la humanidad cambie y al menos una pequeña parte de esta humanidad viva el último Mensaje del Cielo, podré decir, hijos Míos, que ya estarán preparados para recibir a Cristo. Y, aunque eso esté por suceder, Mi Corazón Inmaculado, su Águila Solar, seguirá sobrevolando esta humanidad a través de las peregrinaciones sagradas, para que los corazones despierten al Llamado de Dios y dejen de ofenderlo todo el tiempo.

Queridos hijos, lo que sucedió en Fátima fue muy importante; pero lo que hoy sucede aquí, en este lugar, es irradiado al mundo entero, al mundo álmico, al mundo esencial de todos los corazones.

Este es Mi testimonio para todos. Este es Mi Mensaje de advertencia para el mundo entero: cambien, cambien pronto. No vivan una vida superflua. Arrepiéntanse a tiempo, confiésense, comulguen con Mi Hijo y serán salvados por Mi Corazón Sacratísimo. Así, Yo contaré con muchos guerreros de la paz que lucharán, con el rosario entre sus manos, en el tiempo culminante de la tribulación, en el que estarán unidos en oración y en espíritu, en unión a Mi Corazón Inmaculado, esperando el Retorno del Cristo al mundo, cuando la humanidad entera, de Oriente a Occidente, despertará y reconocerá al Rey Universal.

En este día, hijos Míos, en el que sus corazones se recogen en Mi Espíritu maternal, estoy presente aquí, colmándolos con Mi Paz y con Mi Amor, estoy presente en Fátima con todos Mis hijos, en todos los hogares que están unidos a Mí en este momento, en todas las órdenes consagradas a Dios y también estoy en Kibeho, trabajando en el corazón de Ruanda para toda África.

Por eso, hijos amados, como conocen Mis diferentes Faces de Luz, con las que he aparecido a diferentes corazones para traer un Mensaje de paz y de esperanza a lo largo de los siglos; hoy deseo, hijos amados, como su Señora del Santísimo Rosario, que guarden en sus memorias Mi Mensaje de Paz, Mi Mensaje de instrucción que proviene de la Voluntad de Dios y de Su Poder Supremo. Mi Mensaje es fuerte e intenso, con la esperanza que sus células despierten al llamado a la redención y a la conversión de los corazones y de las familias.

En esta noche, hijos amados, depositen sobre Mis manos sus aspiraciones. En el silencio del corazón y de la palabra, díganme internamente qué es lo que necesitan, Yo los escucho a través del silencio.

Y ahora, que he recibido sus súplicas, coloquen su mano izquierda sobre el corazón y proclamen, internamente, la consagración a Mi Corazón Inmaculado.

Yo soy la Señora del Verbo Divino y estoy con todos aquellos que son consecuentes con Dios, en humildad y simplicidad, en reverencia y amor.

Hoy, consagro todas estas imágenes sagradas para que sean el ícono de su esperanza, de la Misericordia de Dios, a través de su Señora, la Señora Celestial.

En esta noche, nuevos hijos se consagrarán y espero que caminen a Mi lado sustentando la bandera de la paz. A pesar de los temblores del suelo, Mi Corazón sustentará a aquel que sea fiel a Mi Espíritu maternal. No los dejaré solos, no caminarán solos, Mi Espíritu omnipresente y universal siempre los colmará.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Que vengan aquí los hijos que se consagrarán. En presencia de Nuestra Santísima Virgen María, vamos a escuchar "Nuestra Señora de Kibeho".

 

Como su Señora del Verbo Divino, del Santísimo Rosario de Fátima, como la Reina de la Paz y Madre de toda la humanidad, unidos de corazón, Yo los consagro, queridos hijos, bajo la omnipotencia de Mi Hijo Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Queridos hijos de Estados Unidos, Mi esperanza de llegar a su nación está latente en Mi Corazón. A través de sus pasos, Mi tarea se concretará y una vez más Mi Inmaculado Corazón triunfará.

¡Les agradezco!

 

Canción: “Nuestra Señora de Kibeho”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de Nuestra Señora del  Santísimo Rosario, nos vamos a poner todos de pie para cantar el Himno del Santuario de Fátima, hoy, 13 de mayo.

Nos mantenemos de pie, quietos y en silencio y, después de este cántico, vamos a prepararnos para un intervalo, aún permaneciendo en la Presencia de María, para poder celebrar juntos la Comunión. Podemos comenzar.

Canción: "Himno del Santuario de Fátima".

Hermanos presentes y los que están unidos en los Centros Marianos, vamos a dar inicio a esta ceremonia de Comunión después de este encuentro con Nuestra Señora, respondiendo a Su pedido de comulgar con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

 

Enseguida se celebra el Sacramento de la Comunión con varios sacerdotes de la Orden.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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