• Sábado, 24 de diciembre de 2016

    APARICIÓN DE SAN JOSÉ, DE LA VIRGEN MARÍA Y DEL NIÑO JESÚS EN MONTE SHASTA, ESTADOS UNIDOS, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS


    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

    Santa María, San José y el Niño Jesús.

     

    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

    Hoy, estamos colocando al mundo, queridos hijos, ante la Fuente de Dios, desde donde surgieron Nuestros Sagrados Corazones para promover en el mundo la Paz y la Misericordia de Dios. 

    Hoy, veo a todos sus corazones y a los corazones de sus hermanos en el mundo como a esos nuevos pastores que, recibiendo el anuncio de la venida del Cristo interior, caminan al lado de los Mensajeros Celestiales para que se pueda cumplir en este planeta la gran promesa de los mil años de paz. 

    Es así, queridos hijos, que con el gozo del Espíritu Santo, hoy se presentan Nuestros Tres Sagrados Corazones para que, una vez más, las familias del mundo se puedan unir en el amor y en la fe, y así puedan terminar con la separación y la indiferencia que somete a muchas familias del mundo.

    En verdad, les pregunto, queridos hijos, qué es lo que hoy celebra la humanidad, ¿el Nacimiento del Rey o la perdición de las almas?

    Quiero que sientan en Mi Corazón la Luz Sacratísima de Mi amado Hijo. Hoy, lo traigo en Mis brazos como el pequeño Niño Jesús para que Él haga humildes sus corazones, para que Él haga pacíficas sus vidas y así se realice el Plan de Amor de Dios.

     

    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de San José:

    Queridos compañeros, siervos de Mi amado y pequeño Hijo, Mi Casto Corazón hoy resplandece mucho más que mil lirios, porque Mi Corazón Sagrado emana los aromas sutiles del Universo Celestial y, como Padre de las almas pobres y carentes, envío a Mis ángeles servidores para que recorran, en esta hora, los lugares más oscuros del mundo en donde las almas necesitan de la Luz de Dios y de la guía de Mi Casto Corazón para no caer en los errores de siempre.

    A ustedes, queridos compañeros, siervos de la Sagrada Familia, les pido que celebren esta noche el Nacimiento de Jesús, recordando este importante acontecimiento en la humanidad, en el que un antes y un después fue vivido por esa raza más primitiva. 

    Quiero que, así como Mis ovejas, pastoreen por nuevos universos, en donde sus consciencias se puedan expandir un poco más, y la sagrada promesa de sus corazones de vivir en el Reino de Dios y de traerlo hacia la Tierra se pueda cumplir en la humanidad. 

     

    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:

    Estoy en los brazos de Mi Santa Madre porque tengo en Mi Corazón a cada alma de esta humanidad que, por más que sean indiferentes a Mi Nacimiento, Yo conforto a todas las consciencias con los Rayos de Mi Misericordia y de Mi Gracia para que las almas renazcan en la vida espiritual y en la paz, que serán tan necesarias en estos tiempos en los que la humanidad se transformará fuertemente. 

    Como el pequeño Rey del Universo, abro Mis Brazos sobre el mundo y marco a esta consciencia del planeta con la señal luminosa de la cruz de Mi Corazón que, desde el principio de Mi Nacimiento en Nazaret y cuando Yo di Mis primeros pasos, Yo ya viví el sacrificio por cada uno de ustedes en Nazaret, aunque tuviera tan solo algunos meses de vida.

    Vean así, Mis compañeros, cuán grande es la Misericordia de Dios por el mundo. Necesito que sus corazones, en esta noche en la que el orgullo y la vanidad florecen en el mundo, hagan pequeños sacrificios para que Mi pequeño Corazón de Niño y de Rey pueda ser aliviado por cada uno de ustedes. 

    Por eso, hemos venido, en esta noche especial, para anunciarle al mundo la Misericordia de Dios que todavía está disponible para aquellos corazones que la quieran buscar y vivir en estos tiempos.

    Hoy, la Sagrada Familia de Nazaret intenta espejar sobre la humanidad el mismo principio de Su Concepción Divina. Es así, que desde lo alto del Monte Shasta, en donde brilla Mi Santo Grial, son irradiados los códigos de la paz para que las almas cumplan la promesa de esperar Mi segunda Venida al mundo.

    Ahora, Nuestros Sagrados Corazones, a través de la Hermana Lucía, daremos más Palabras de Luz para el mundo, pero les pedimos que se conecten a este momento, en el que todos los ángeles del Cielo se postran ante la Sagrada Familia que irradia Su espíritu de humildad, de simplicidad, de caridad y de Amor para cada corazón que, no importando cómo esté y cómo sea, quiera recibir Nuestras Sagradas Presencias de Amor y Misericordia.

     

    Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

    Queridos hijos, con Nuestra Presencia, aquí en esta noche, vinimos a transformar, en esta humanidad, el sentido de la conmemoración de este día. Vinimos a recordarles a los corazones del mundo que Cristo no solo nació hace más de 2016 años; Él espera nacer, hijos Míos, todos los días y todos los años en el corazón de cada uno que se abre a Su nacimiento. 

    Vinimos a traer al mundo los principios de la Vida Crística que se expresaron en cada uno de Nuestros Sagrados Corazones. 

    De esa forma, hijos, traemos una última oportunidad a este mundo de expresar la familia universal, de vivir el verdadero Pensamiento Divino para el corazón humano. Eso no es difícil, está al alcance de cada uno de ustedes, porque solo vivimos en simplicidad, en amor y en devoción a Dios Altísimo.

    Nuestros Sagrados Corazones, hijos Míos, solo se abrieron desde el principio de su existencia para responder al Llamado Divino; y cada uno de ustedes que escucha Mis Palabras y también los que no Me escuchan se abrieron para vivir este Principio Divino. Por eso, llegaron a este mundo para seguir el ejemplo del Hijo de Dios que se tornó carne en cuerpo, mente y alma para que sintieran la semejanza que hay entre el Creador y Sus criaturas.

    Hoy, con Mi pequeño Hijo en los brazos, y contemplando el Santo Grial que contiene los códigos de Su Pasión y también de Su Vida, irradiamos a todo el planeta cada segundo de la existencia de la Sagrada Familia, para que este Espejo de Amor y Unidad con Dios haga despertar a los espejos de sus corazones y crear así, hijos Míos, en esta noche, una gran red de Luz para rescatar a aquellas almas de Mis pequeños hijos que están en el mundo, cegando sus ojos, sofocando sus almas con las ilusiones y distracciones de este mundo.

    Les pido, hijos, que abran sus corazones en esta hora para que Mi Inmaculado Corazón, como el Gran Espejo Universal, despierte en sus espíritus el don de espejar la Voluntad Divina, para que en estos tiempos puedan reflejar junto a Mí los principios de una nueva vida. 

    Como Sagrada Familia, formamos un Gran Espejo de Luz y nos unimos a todos los espejos del Cosmos para atraer hacia la Tierra la gran oportunidad que los ayudará a superar los tiempos que vendrán y, más que eso, a vivir la Voluntad de Dios. 

     

    Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de San José:

    Queridos hijos y compañeros de Mi Casto Corazón, más que palabras, en esta noche solo quisiera que sintieran Nuestra Presencia en sus espíritus, en sus corazones; porque de una forma simple, así como somos, quisiéramos despertarlos definitivamente para que aprendan a vivir el amor y la unidad con Dios, sin necesidad de experimentar el sufrimiento. 

    No es la Voluntad del Señor que Sus criaturas sufran, porque este planeta es el planeta del amor, pero depende de cada una de Sus criaturas las elecciones que harán de los aprendizajes que vivirán en este mundo. 

    Si aprendieran a renunciar, a rendir sus espíritus en los Altares Celestiales, colocando su cabeza en el piso, humildemente, sin necesidad de que las experiencias de la vida los quiebren por dentro; aprenderían, hijos Míos, cómo es simple, en verdad, llegar a Dios.

    Deberían vencer sus resistencias, rindiéndose ante Dios, porque Él es el verdadero vencedor de este mundo y de todos los otros.

    Dejen que Él los venza, que haga de sus vidas una gran victoria en todo el universo, en toda Creación.

     

    Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:

    Queridos compañeros de Mi Sagrado Corazón, hoy vengo como niño, como un pequeño Hijo de Dios para que, con este ejemplo, comprendan que Dios se manifiesta en los pequeños de corazón, en aquellos que se abren para vivir la pureza y que como niños permiten que el Creador ingrese en lo más profundo de sus seres y los transforme en dignos hijos de Dios, así como Yo Soy.

    Yo vengo, en esta noche, como un ejemplo para todos los corazones del mundo. Permitan que Yo nazca dentro de ustedes, porque para eso estoy aquí. Cuando retorne al mundo, quiero mirar a sus ojos y ver un espejo de Mi Presencia Divina. Quiero encontrarme dentro de ustedes y vivir la perfecta unidad que Mi Padre pensó desde el principio.

     

    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

    Hoy, Mi Divino Hijo, en lo alto de este Altar, preciosamente realizado para Nuestros Sagrados Corazones con el esfuerzo de las manos que trabajan para construir el Plan evolutivo, consagrará el pan y el vino, celebrando esta Comunión con cada uno de sus corazones; en unión a los Tres Sagrados Corazones que, como una preciosa triangulación de Luz, se proyecta sobre sus cardíacos con el fin de expandir el Amor del Creador por el mundo. 

    Consagremos.

     

    Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:

    Como un Sol que brilla en el universo, compañeros, Mi Corazón desciende a la Tierra en esta noche en la que las tinieblas son disipadas y los infiernos son cerrados por la oración de las almas de este planeta, por la confianza que cada corazón ha emitido en estos últimos nueve años a través de Nuestras Presencias, creyendo en Nuestras Presencias, Nuestra Presencia divina e inmaterial. 

    Hoy, poso Mis pequeñas Manos, las Manos del Niño Jesús, sobre estos elementos y, en los brazos de Mi Santa Madre y en la Presencia de San José, la Santísima Familia consagra estos elementos para que se puedan transformar en el Cuerpo de su Señor y en la Sangre de su Rey, dolorosamente derramada para la liberación de los pecados del mundo y de las maldades de la humanidad. 

    Bajo la señal de la cruz y la autoridad que el Padre Me concedió, Yo bendigo estos elementos para que las almas gocen en Mi Espíritu y en la Tierra se establezca la santa paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    Ahora, llevamos al Cielo las súplicas de todos sus corazones, de los corazones del mundo que, a través de esta sagrada Vigilia de Oración, encendieron su Cristo interior para seguir adelante en este Plan de Redención, en este Plan de conversión y de rescate de la humanidad.

    Nuestros Sagrados Corazones, bajo la bendición del Santo Espíritu, agradecen a todos por haber permitido que los Sagrados Corazones lleguen a los Estados Unidos, y también para que Ellos prosigan en esta divina misión a Oklahoma, Miami y Orlando. 

    Contamos con su colaboración, su colaboración interna, espiritual y material. Esto es muy importante para el Padre, especialmente para toda esta nación que tanto Nos necesita. 

    Agradecemos, y una buena Noche de Paz para todos los seres de buena voluntad. 

    Agradecemos.

    En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

     

    Madre María Shimani de Montserrat:

    Queridos hermanos, los que están aquí presentes y los que nos acompañan a través de Misericordia María TV, con estas tan valiosas y simples Palabras de nuestros Mensajeros Divinos que, Noche Buena tras Noche Buena, aspiran a que nosotros encendamos nuestro Cristo interior y ese Cristo interior es el espacio de nuestra consciencia que esta indivisiblemente unido a Cristo Jesús. Es esa parte de nuestra consciencia que siempre aspira a estar en Cristo, y aspira a que Cristo viva dentro de nosotros, que guíe nuestra vida, todos nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, para que nuestras vidas puedan ser un instrumento de Su Amor, de Su Sabiduría, de Su Paz; para que, día a día, podamos ir por el mundo, seguros del lugar en el que estamos dentro del Corazón de Dios. Ese es nuestro Cristo interior y eso es lo que Nuestro Señor intenta encender cada día.

    Sobre todo, en estas Navidades, en las que muchas veces nos distraemos del verdadero Propósito de Dios. Los Mensajeros Divinos, en cada Navidad, fortalecen nuestra unión con Sus Corazones, intentan ingresar en nuestros hogares para traer esa paz y ese amor que siempre debería guiar nuestras vidas.

    Nosotros aspiramos a que un poquito de esa paz y de ese amor haya podido ingresar a sus corazones, que hayan podido encender su Cristo interior y sepan que, viviendo ese Cristo interior encendido, nosotros podemos alcanzar también el Corazón de Dios. 

  • Lunes, 19 de diciembre de 2016

    APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN LA CIUDAD DE WEED, CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

    Que la Paz de Dios y Su Santo Espíritu estén en este lugar y en sus corazones, para que de esta forma puedan servir, en nombre de la humanidad, abriendo las puertas al Reino de Dios, trascendiendo las limitaciones y las condiciones humanas por un Propósito superior para que Su Plan se cumpla en la Tierra.

    Hoy estoy aquí, hijos, no solo para hablarles, no solo para impulsar sus corazones; estoy aquí por un pedido mayor, por una misión que Dios Me encomendó y que trasciende la comprensión humana, pero que necesita que sus corazones estén adheridos a este Propósito divino. Por eso, están aquí.

    Para algunos, esta misión es más simple, para otros no tanto. Pero, ante Dios, solo les pido que abran sus corazones y permitan que Él disuelva las barreras que separan sus almas de Dios, para que Él les pueda mostrar la verdad sobre ustedes mismos, sobre este planeta, sobre este lugar sagrado donde se encuentran.

    Hoy vengo a abrir las puertas del interior de este planeta para una vida que para muchos es invisible, pero que está accesible a todos, si son simples, puros y si sus intenciones son verdaderas.

    Hoy quisiera hablarles sobre esta vida superior que se guarda en lo invisible, no solo de las montañas, sino también se guarda en lo invisible del corazón y de la consciencia humana.

    Hoy ustedes vieron y estudiaron un poco del misterio que es María. Ese mismo misterio se guarda en todas las cosas, en cada criatura de este planeta, en todos los Reinos y en la propia consciencia de esta Tierra.

    La humanidad ignora, hijos Míos, la verdad sobre la Creación Divina.

    Y hoy vengo hasta aquí para despertar sus consciencias, para que puedan vislumbrar un poco de esta verdad, y lo hago en nombre de toda la humanidad, porque muchos que no están aquí, pero que escucharon Mis Palabras, necesitarán de estos impulsos, en estos tiempos y en los tiempos que vendrán.

    Quisiera despertar los espejos de sus corazones para que, junto al Mío, podamos liberar un poco a este mundo de la oscuridad que en él habita. Y Yo puedo hacerlo, más allá de la condición humana, pero necesitan decirme que sí. 

    Vengo para traspasar las capas de la ignorancia, para llegar a lo que son de verdad en sus esencias, y es ahí en donde encenderé este espejo.

    De esta forma, los ayudaré para que puedan equilibrar sus almas, sus corazones y, prestando este servicio, puedan traer un poco de paz a este mundo.

    Sé que muchos están presos de su condición humana, de sus imperfecciones, y se lamentan por no ser perfectos, por no ser mejores. Pero hoy, hijos, les pediré que por un instante dejen sus imperfecciones de lado, porque están delante de Dios, están delante del portal al infinito, para que reconozcan que en lo profundo de su interior hay algo semejante a la Esencia Divina.

    Por eso, llamen internamente a sus almas, a sus espíritus, a aquello que en ustedes es verdadero, para que estén aquí, junto Conmigo, y de esta forma, podamos cumplir con la misión que Yo vine a realizar en este momento.

    Antes de que Yo continúe hablando, les pediré que canten para que, de esa forma, atraigan la verdad sobre ustedes y sobre este mundo.

    Los escucho.

    La verdad se guarda en el interior de aquellos que se disponen a ser semejantes a Dios. La verdad se muestra a los ojos que se abren para verla. La verdad se manifiesta en el corazón de aquellos que se abren para vivirla, que no se lamentan por sus imperfecciones, que las reconocen, que saben que no son perfectos, pero que también saben que, en lo profundo de su mundo interior, existe una molécula divina que aguarda que sus seres miren hacia adentro y que no sean tan superficiales, que no estén todo el tiempo con la atención en las cosas de este mundo y en lo que expresan como seres humanos, como personalidades, como cuerpos físicos, que son tan diferentes de Dios.

    Cuando Mi hijo un día les dijo que ustedes son semejantes a Él y a Su Padre, era para que busquen dentro de ustedes esa semejanza. Así como esa semejanza está dentro de cada uno, también está dentro de la consciencia del planeta.

    Es por eso que en este momento les revelo un lugar sagrado.

    En nombre de la humanidad, pidan la Gracia de ser dignos de estar delante de él. En el nombre de esta nación, pidan perdón por haber ignorado por tanto tiempo la grandeza de este lugar, que se guarda en el lado oculto de la naturaleza, que está protegido por todos los Reinos y que está esperando que la indiferencia humana dé lugar al amor al Plano Divino.

    Hoy vengo hasta aquí, a este lugar sagrado, para equilibrar un poco a indiferencia humana. Y de esta forma, generar los méritos para que este lugar permanezca en el mundo, permanezca aquí auxiliando a la humanidad.

    Les hablo de un lugar poco comprendido, por el mismo motivo de no conocer el propio mundo interior. Así como solo están atentos a las superficialidades del propio ser, también estuvieron atentos solo a las superficialidades de este mundo, no aprendieron a penetrar en la belleza de la naturaleza y a llegar más allá de ella.

    Pidan a Dios la Gracia de que sus ojos se abran y puedan ver en los espejos de agua más que un elemento; que puedan encontrar parte de la Consciencia Divina que atrae del universo los Dones del Espíritu de Dios, los atributos de la Creación, el verdadero arquetipo humano que se irradia para cada criatura que acepta recibir esta Gracia en su interior.

    Contemplen las montañas no solo como simples montañas, sino como consciencias vivas que sustentan el planeta y que resguardan en su interior un misterio. Las montañas son como grandes madres que guardan en su vientre un nuevo ser, una nueva vida, un nuevo mundo. En el interior de las montañas que tienen a su alrededor se guarda un principio de vida divino, único, universal, que espera la apertura de sus seres para manifestarse en la Tierra.

    A partir de aquí, Dios derrama un manantial de Gracias, de dones divinos, de partículas de Su Consciencia para que lleguen a todo el planeta y que comience, por increíble que parezca, en cada uno de ustedes.

    Para que estos dones lleguen al mundo, sus corazones deben decir sí. Para que las almas más distantes de Dios reconozcan Su Presencia y despierten a la vida universal, primero, hijos, ustedes deben decir sí y deben abrirse a este misterio divino que se guarda en todos los espacios de la Creación.

    De esta nación debería partir el espíritu de la unidad para que, de esa forma, todo lo que reciben pueda ser repartido a cada corazón de este mundo.

    Hoy Mis Palabras representaran un misterio para muchos, pero no quiero que comprendan con la mente lo que vengo a decirle a sus corazones. Solo les pido que clamen a Dios, como humanidad, por una oportunidad para esta nación y para este planeta.

    Pidan que Su Plan se cumpla, para que puedan manifestar esa unidad entre ustedes y en todo el planeta. Pidan la Gracia de abrir las puertas de este recinto divino que se guarda en el Monte Shasta y que los dones que allí habitan despierten no solo en la consciencia de esta nación, sino que lleguen también a cada criatura y a los abismos del mundo, llevando luz y paz a los corazones que no las conocen.

    Lo que vengo a decirles hoy es que descubran, en la simplicidad de sus corazones, la grandeza de sus espíritus que no es una grandeza humana, que no se guarda en las destrezas, en los potenciales humanos o personales de cada uno; sino que se guarda en el mundo interior, en el corazón y en la capacidad de amar y servir al Creador en todas las cosas.

    Hoy consagraré esta comunión, por la potestad que Dios me dio. Como Su siervo, consagrare estos elementos para que, al entrar en su mundo interior, lo despierte.

    Reciban el Cuerpo y la Sangre de Cristo, en nombre de toda esta nación, de todo el planeta, como una reparación de toda indiferencia e ignorancia humana.

    Oren Conmigo, como Mi Hijo les enseñó.

    Padre Nuestro (en arameo).

    Y, siguiendo este espíritu de reparación, clamen por la paz y por el despertar humano.

    Yo les agradezco y los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    Cántico.

    Ábranse hacia la pureza de Monte Shasta, de sus espejos, de sus misterios, para que sean irradiados a cada espacio de este planeta, transmutando la ignorancia y la indiferencia del corazón humano.

    Les agradezco. 
     

    En cuanto San José transmitía Sus Palabras a través de la vidente Hermana Lucía de Jesús, el vidente Fray Elías del Sagrado Corazón recibía el Mensaje diario de la Virgen María.


    Frei Elías del Sagrado Corazón: 

    A medida que la Virgen María transmitía Sus Palabras, San José complementaba lo que Ella decía. Cuando Ella comenzó a transmitir Su Mensaje, San José colocó sobre cada uno de nuestros pechos, por encima de nuestro corazón, un lirio de luz. Teniendo como base este símbolo, María nos entregó el Mensaje de hoy.
     

    Después de esta introducción, Frei Elías realizó la lectura del mensaje diario de la Virgen María, Rosa de la Paz, para el día 19 de diciembre de 2016.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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