APARICIÓN ANUAL DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Espere ardientemente este momento porque, a pesar de permanecer en el mundo, contemplando a las almas y sus necesidades, contemplando a los corazones y sus súplicas, este momento para Mí también es una dádiva.

En un mundo que agoniza, el Creador hace descender Su Luz. El Creador manifiesta Su Presencia entre las almas más simples y, en medio del caos del fin de los tiempos, mientras resuena el llanto de los inocentes, Dios se manifiesta entre los hombres para demostrarles, hijos, que Su Gracia es abundante, insondable, infinita.

Él solo necesita que los corazones le digan sí, que aprendan a escuchar a Su Santo Espíritu para estar en el lugar correcto y hacer su propia parte, colaborar con la Jerarquía, como les fue dicho cuando estaban preparando sus almas para lo que viven hoy.

Hoy, abro Mis brazos y expando la Luz que hay en Mi Corazón humildemente sobre el mundo, para que los agonizantes sientan alivio, para los que viven en el caos redescubran la paz.

Muchos temen al Apocalipsis, la manifestación de lo que fue escrito, pero ustedes deben contemplar las promesas por entero. Habrá sufrimiento, pero habrá paz y acontecerán milagros en el corazón de aquellos que creen y que tienen fe, como fue en todos los siglos, en todos los tiempos, en los que el dolor era disipado por el profundo amor de los corazones. Confíen en que eso es posible, y así será.

Sepan hacer del dolor la manifestación del Amor de Dios. Así como el Hijo transforma miserias en Misericordia, haciendo brotar Sangre y Agua de Su Corazón; así, ustedes, hijos, son potenciales transformadores de las miserias del mundo en Misericordia Divina, porque fueron creados para renovar el amor y, aunque eso parezca una gran utopía a los ojos de los hombres, cada vez más, en estos tiempos, esa verdad se manifestará en aquellos que tienen fe.

Pero cada corazón debe escoger donde estará, a que barca subirá, si en aquella donde reposa el Señor o en la que está vacía, vacía de Dios, vacía de Gracia, vacía de fortaleza, llena del mundo, llena de las miserias humanas, llena de las viejas y nuevas energías capitales que hacen naufragar al corazón de los hombres.

Todas las barcas serán lanzadas al mar. La tempestad vendrá para todos, pero donde reposa el Señor habrá paz. A pesar de los vientos, de las olas, de las tormentas, habrá paz.

El fin de los tiempos anuncia un momento de triunfo, el triunfo del Corazón de Dios en aquellos que perseverarán y, no importa que sean pocos, estos generarán méritos, no solo para la raza humana, sino también para razas que desconocen, consciencias que cometieron errores milenarios, desconocidos por el mundo, pero profundamente vividos en la consciencia humana que, hasta hoy, sufre sus consecuencias.

Muchos se preguntan: si el fin de los tiempos es anunciado hace tantos años, profetizado hace dos mil años, ¿en dónde está ese fin?, ¿en cuanto tiempo llegará?".

Hijos, hoy deben decidirse a llegar a ese fin, al fin de la condición humana, del cautiverio de este mundo, al fin de las infantilidades, al fin de las mediocridades, al fin de los pequeños pecados, de las pequeñas permisiones que les  dan a sus corazones para no cumplir la Voluntad de Dios. Hoy, deben decidirse a llegar al fin, al fin de dejar para después el cumplimiento de la Voluntad Divina, al fin de dejar para después que las prioridades de sus vidas sean las Voluntades profundas del Corazón del Padre.

Y, entonces, pregúntense cuál es esa Voluntad. Si la buscan, la comprenderán, porque desde la Ascensión de Cristo, Su Santo Espíritu habla en sus corazones.

¿Quién estará dispuesto a escucharlo? ¿Quién silenció su boca, su mente y su corazón para escuchar a ese Espíritu?

Muchos cantan: ¡Ven, Espíritu Santo! ¿Y qué es lo que Él hará cuando se manifieste? ¿Qué harán con Su Presencia?

El fin de los tiempos ya llegó. Que los ojos que no lo pueden ver, se abran un poco más para salir de la ignorancia, de la nueva energía capital, el egoísmo, y de su compañera, la indiferencia.

Contemplen el mundo, contemplen a los que están a su alrededor. Muchas veces, contemplen la agonía de sus propias almas y sabrán que el final de los tiempos ya llegó.

¿Cuándo llegará este fin, adentro de ustedes? Esta es una decisión de cada ser.

Sin embargo, hay un fin que puede ser en cualquier momento. Ese no lo decidirán por sí mismos: el fin de las oportunidades, el fin del tiempo del arrepentimiento.

Por eso, hijos, arrepiéntanse ahora, clamen ahora, escuchen ahora, vivan ahora.

Si no vale la pena hacerlo por ustedes mismos, háganlo por el mundo, por las almas que agonizan, por los Reinos ultrajados, por los que perdieron la fe y no tienen fuerza para recobrarla.

Si no creen en ustedes mismos, crean en Mí, porque Yo sé que es posible que con pequeñas acciones se transforme el mundo, que con pequeñas acciones se transformen las almas, que sembrando el amor entre ustedes y en ustedes, ese amor es sembrado en el mundo.

Los cantos y alabanzas agradan al Corazón del Padre, pero ya no basta cantar; necesitan vivirlos.

En momentos como este, la Verdad Divina desciende a la Tierra y las almas que están abiertas pueden comprender esa Verdad, pueden saberla, porque el Espíritu Santo escucha a través de sus oídos, Él abre sus corazones, Él amplía sus consciencias para que puedan comprender lo que de otras formas no comprenderían.

Pero, en este momento, cimenten en sus corazones las Gracias que descienden para que no se olviden cuando Yo haga la Señal de la Cruz y ustedes salgan de aquí.

Cuanto mayor es el caos en el mundo, mayor debe ser la fe de los hombres. No se dejen perturbar por lo que acontece en el planeta, sino transformen eso en fortaleza, en una vida espiritual consolidada por un corazón maduro, que sabe equilibrar los acontecimientos del mundo. No se dejen perturbar por las definiciones de los que tienen al lado, porque a cada uno le cabrá responder ante Dios por todas las Gracias recibidas.

Mas, oren por los que desisten y por los que se debilitan, oren por los que se pierden, aun cuando creen que eso no está aconteciendo. El mundo abraza a los débiles, cierra a sus ojos, sepulta a sus corazones. ¿Cómo podrán saber el camino cierto? Por eso, oren por ellos y fortalezcan sus corazones, fortalezcan sus espíritus.

Dejen que la vida superior sea cada día más palpable. Ábranse para descubrir misterios, para penetrar lo desconocido dentro del propio corazón, para vivir potencialidades que estaban ocultas, para ser lo que Dios llama ser humano, aquello que Él creó a Su imagen y semejanza con un profundo Amor para renovar Su Creación y aproximarla a Su Fuente Divina.

Quisiera estar con ustedes más tiempo, a través de Mis Palabras conducirlos a lo profundo del ser, decirles que no teman, sino que sean fuertes en Dios; que no teman, sino que sean verdaderos en Cristo.

Pero necesito retornar para seguir abrazando al mundo, para seguir guiando a los que están perdidos, iluminando a los que están en la oscuridad, respondiendo a los pequeños y grandes pedidos de aquellos que creen en Mí, porque cuando hago esas cosas, fortalezco su fe.

No tengan miedo de hacer pedidos; alégrense cuando se concreten, pero no permanezcan allí. Fortalezcan su fe.

Eso es todo lo que quería decirles hoy. Pero estén atentos, porque puedo retornar cuando Dios Me lo permita, cuando Me abran las puertas, estaré aquí.

Celebremos ahora la Eucaristía, como un segundo impulso de Mi Casto Corazón, para que Cristo, la Virgen María y San José puedan dejar impregnada en el pan y el vino la fortaleza que necesitarán para vivir su definición en los próximos días.

Les dejo Mi bendición y Mi Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La paz reina en los corazones que silencian su boca, su mente y su corazón para escuchar a Dios.

Cuando los murmullos y los clamores cesan por un instante y dan lugar al silencio, las almas se postran delante de Dios para escuchar Su Voz y Sus Designios, también silenciosos pero llenos de Amor pueden permear a los corazones y traerles claridad, certezas, respuestas y, sobre todo, paz.

El silencio, hijos, también es oración.

En el silencio, sus espíritus pueden elevarse hacia más allá de las dimensiones, de los conflictos y del caos y estar en un lugar seguro para dialogar con Dios. 

Las almas que aprenden a silenciarse, aprenden a entrar en verdadero contacto con el Infinito, porque no están solo pidiendo o queriendo elevarse por su propio esfuerzo, sino también saben silenciarse, confiar y dejarse tocar por las Manos de Dios, que las conducen al contacto con la vida superior. 

El silencio también es parte del camino que los conduce a Dios. Sepan percibir los momentos para clamar, cantar, rogar y simplemente silenciarse para oír la Voz del Padre, para dejarse conducir por Él al infinito de Su Reino, a los misterios de Su Creación.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras clamas por Misericordia, contempla en tu corazón a los que no conocen a Dios.

Contempla en tu corazón a los ignorantes de alma y de espíritu que no creen en una realidad superior y que sufren por no buscar en Dios el aliento y el propósito de sus vidas.

Mientras clamas por Misericordia, contempla los mares y los océanos, los Reinos ultrajados de la Naturaleza, y recorre con tu consciencia cada espacio necesitado de este planeta. Encuentra, así, el sentido de tu oración, de tu canto, de tu clamor, de tu vida.

Contempla la consciencia de este planeta, el Infinito y el Tiempo de Dios. De esta forma, hijo, mientras oras, aspira a esta Vida Superior, para que ella llegue al mundo como la cura de todos los males y desvíos, como la puerta para la redención de todas las almas.

Cada día, da sentido y profundidad a tu oración, profundiza más en tu corazón y, así, profundizarás más en el Corazón de Dios. Como un espejo, tú estarás en Dios y Él en ti.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Llegó el momento de conscientizar lo sagrado que ustedes son llamados a vivir, lo sagrado que habita en el interior del suelo que pisan, lo sagrado que se expresa en lo invisible de la vida que llevan cada día.

Este es el momento de percibir, en todo, la presencia de la Jerarquía, que estuvo silenciosa tanto tiempo para la humanidad, pero que deberá revelar no solo sus realidades, su sabiduría y su misterio, sino también a sí misma, para todos los seres.

Poco a poco, deben transformar lo que aún es superficial en sus vidas. Y hablo de lo que hay en lo profundo de sus corazones, sus aspiraciones, pensamientos, deseos y voluntades más humanas, porque lo que es externo y se expresa en el mundo a través de sus acciones, inevitablemente, se transforma cuando sus corazones se transforman.

Por eso, no hablo de mirar hacia afuera, no hablo de exigirle al prójimo y corregir los pasos ajenos y su modo de vivir y de expresarse. Porque corregir afuera es un paso que muchas veces no se consolida, porque dentro de ustedes permanece el mundo y sus deseos, su superficialidad y su ilusión.

Por eso, es momento de mirar hacia adentro y de conscientizar lo sagrado en el propio corazón; conocer y reconocer el Amor de la Jerarquía y las Gracias que Dios les concede a través de la vida superior.

Así, podrán elevarse cuando experimenten la transformación dentro de sí mismos.

La verdadera transformación acontece en lo oculto, donde nadie ve, porque también es allí donde permanecen aquellos aspectos de la consciencia que se resisten a entregarse.

Pueden aparentar muchas cosas al mundo que no son verdaderas, porque dentro de ustedes es donde habita la verdad.

Y, cuando son transformados por dentro, se tornan vehículos de transformación por fuera. Su simple presencia hablará al mundo sobre la verdad e inspirará a los corazones a buscarla.

Por eso, hijos, es tiempo de que, dentro de ustedes, conscienticen lo sagrado, la presencia y el silencio de la Jerarquía y toda la vida que habita en el interior de la Tierra. Porque esta vida comenzará a emerger hacia la superficie del planeta, y, para que participen de ella externamente, deben primero vivirla, verdaderamente, en su interior.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN REDWOOD, CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Aquieta tu corazón para unirlo tanto al Universo como al Infinito. La vida superior comienza a revelarse dentro de ti.

Envía a lo más profundo de tu consciencia el Don del Perdón que proviene de la Consciencia Divina.

Medita en tu Señor en la Cruz y en todos los méritos que Él alcanzó para que vivas la redención, no solo de lo que fue cometido y vivido en este planeta, sino también, y sobre todo, mucho más allá de él, en la historia de tu evolución que desconoces.

Contempla la Sangre de Cristo y siente como esa misma Sangre, código redentor, permea tus células y átomos. Comulga con el perdón y la redención.

Que a partir de tus células, ese perdón ingrese en tu universo interior, en los registros más profundos de tu consciencia. Y allí, donde la vida universal se une a tu condición humana, deja que suceda el propósito de tu encarnación y experimenta la paz de sentirte perdonado.

Todos los días, el sacrificio de Cristo se renueva en cada Eucaristía, para que Sus códigos de perdón y de redención que Él alcanzó por ti en la Cruz,  puedan llegar cada vez más profundo en tu ser.

Acompaña con tu corazón el establecimiento y la realización del perdón en todo tu ser. Llegó el tiempo de ser curado y no solo de purificar, sin fin, lo que está podrido en tu interior.

Tu perdón y redención deben ser conscientes. Es necesario saber y ver lo que debes perdonar, pero para eso, hijo, tu consciencia debe estar madura en el Amor de Cristo y en la certeza de todo lo que Él ya alcanzó por ti.

Ahora que tienes el lodo delante de tus ojos, contempla el Amor y el Perdón de Cristo y vive la química oculta de la redención y de la transfiguración de la consciencia.

Tus miserias, tocadas por la Misericordia de Dios, se transforman en la renovación de Su eterno Amor.

Tienes Mi bendición para vivir lo que te digo y alcanzar la paz.

San José Castísimo

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN BUENOS AIRES, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

 

Cada nuevo ciclo que llega es para aproximarlos más a Dios. Cuanto más se aproxima la purificación del planeta y sus corazones son llamados a vivir las instrucciones divinas,  hijos, ustedes se aproximan más a Dios.

Vine al mundo a cumplir una misión: preparar la llegada de Mi Hijo a esta Tierra, pero, como en otros tiempos, no puedo estar hasta el final porque esta es Su misión y la de Su Madre Santísima. Vine a aportar al mundo los principios que aprendí de humildad, de servicio, de entrega incondicional a Dios y, sobre todo, de renuncia, porque esa es mi primera y última misión espiritual. 

Es a través del espíritu de la renuncia que fui enviado al mundo y es también a través de este espíritu que Dios Me llamó para retornar a Su sagrado y eterno Corazón. 

Cuando estuve en la Tierra, junto a Mi amado Hijo y a Mi amada esposa María, todo lo que yo quería, hijos, era permanecer al lado de Ellos, ver concretarse aquella misión, ver crecer a Mi Hijo y expresarse como el Hijo de Dios que Él era. Sin embargo Mi misión fue enseñarle a caminar, a dar Sus primeros pasos, a proteger Su nacimiento y a ver con Mis propios ojos cómo Dios se expresaba incluso a través de un niño.

Llegó un momento en el que el Creador Me llamó por el nombre, por Mi verdadero nombre y, mostrándome las puertas del Universo y del infinito de Su Corazón, Me llamó a retornar, a recorrer un camino amplio y desconocido; un camino que Me llevaría a crecer y a evolucionar como Su Hijo y, más que eso, como parte de Su Corazón, así como lo son todas las criaturas, aunque no lo sepan o no lo vivan.

Hoy, hijos, les vengo a mostrar este mismo portal hacia el Corazón de Dios que Yo vi cuando, en los brazos de María Santísima, Ella Me apuntaba al Corazón del Padre Celestial y Me decía que no tuviera miedo a lo desconocido, al infinito, a lo que era misterioso, porque el Creador era infinito Amor y Gracia. 

Hoy les presento esta puerta hacia el Cielo, porque llegó el momento de que, como almas y corazones, ustedes también adentren en este portal, también reconozcan la vida infinita que, por tanto tiempo, se ocultó de los hombres. Llegó el momento de que ustedes sepan quiénes son y lo que vinieron hacer a este mundo. Y eso acontecerá primero en los niveles del espíritu a través del silencio y de la voluntad de sus espíritus de ser otros, de encontrar la verdad, el Origen del origen.

Delante de este portal que los conduce al Cosmos, vengo a entregar sus esencias a los Pies de Dios, así como entregué a Mi pequeño Hijo para que Él se expresara como el Mesías, como el Hijo de Dios.

Quiero que ustedes amen la vida superior, amen profundizar en el conocimiento divino, descubrir y leer la historia escrita en los espejos de sus corazones y del Cosmos infinito.

Amen, hijos, preparar el retorno de su Señor al mundo, porque Él vendrá y ustedes estarán cara a cara delante de Su Sagrado Corazón.

Las profecías se cumplirán; aquello que estaba escrito saldrá de los Libros Sagrados y se tornará vida. Y aquellas palabras que se ocultaron, que la humanidad en algún momento intentó esconderlas, ellas también se revelarán porque delante del Hijo de Dios nada más estará oculto.

Sientan que Mi silencio les revelará algo más profundo. Sientan que Mi voz se silencia para dar lugar al Verbo Divino de Mi Hijo, para que Él sea conocido y exaltado, para que ustedes descubran Su existencia y puedan recibirlo en este mundo y más allá de él.

También llegará el momento en el que su Madre Divina se silenciará, pero Ella estará siempre aquí, porque Su misión es acompañar a Su Hijo hasta el último instante, hasta el establecimiento de la nueva vida, hasta que el Evangelio del nuevo tiempo, de la nueva humanidad, pueda ser escrito por intermedio de los hechos de Su retorno al mundo.

Y todo lo que Él les dirá, todo lo que ustedes vivirán junto a Él, esa historia será contada en un nuevo tiempo, en un nuevo mundo, que será este, pero con una humanidad renacida por el Amor de Dios y de Su Hijo.

El 19 de marzo de 2020, Yo vendré para bendecir las medallas de Mi Casto Corazón y siete relicarios de madera. Yo los bendeciré para los Centros Marianos que ya fueron erguidos y los que se erguirán.

Para ese tiempo, preparen Mi llegada con amor y con alegría porque, en esos relicarios, así como en las medallas de Mi Casto Corazón, depositaré todo lo que aprendí, las virtudes que viví y lo que Soy como consciencia espiritual, como Esencia que partió de la Esencia Divina y que hacia Ella retorna.

El 19 de marzo de 2021 vendré nuevamente para bendecir el libro de Mi historia llamado "Del Origen al Origen", porque en ese día ustedes ya estarán prontos para conocerla.

Ustedes no se reconocerán, así como Yo tampoco los reconoceré, porque estarán más cerca de lo que son y no de lo que hoy aparentan ser.

A la Argentina le dejo Mi Amor y Mi humildad para que aprendan, hijos, que la voluntad, como poder e impulso de Dios, solo es verdadera cuando proviene del Corazón del Padre. Rindan sus corazones a Dios y utilicen esa voluntad, que nace de sus corazones, para hacer triunfar el Corazón de Cristo, con la cabeza en el suelo y el corazón rendido delante de su Redentor.

Vivirán pruebas que forjarán dentro de ustedes la humildad, mas a través de esas pruebas llegarán a Dios, si supieran hacer de ellas la puerta para la propia santidad.

Cuando estén ante una renuncia, no teman; porque cada renuncia, cuando es vivida con amor, los conduce a Dios.

Mi Corazón y Mi Esencia provienen del Padre Creador, así como todos ustedes, pero esa verdad Yo solo la descubrí cuando renuncié a estar en este mundo para vivir una existencia mayor. 

Fue el poder de la renuncia que Me hizo retornar a Dios y aunque Mi Corazón era silencioso y para muchos desconocido, no era el conocimiento de los hombres el que Me aproximaba a Dios, sino la pureza, la humildad y la renuncia que vivió Mi Casto Corazón.

Hoy derramo sobre este país un amor infinito que es Mi amor por el corazón humano, porque se lo que él es. 

Amen a Dios por sobre todas las cosas y ámense unos a otros como Su Señor los amó: esta es la Ley para la institución de la nueva vida, es la Ley para develar los misterios celestiales.

Ustedes podrán estar ante las puertas del Cielo, podrán ver las luces que se manifestarán en la Tierra y, sin embargo, no cruzar sus portales, porque el amor no reina en sus corazones. Por eso, hijos, para conocer la Verdad y vivirla, para descubrir el Cosmos infinito que se oculta en el brillo de las estrellas y, sobre todo, para retornar al corazón de Dios, ustedes deberán amarse unos a otros y, sobre todo, a su Padre Celestial.

Si fueran humildes de corazón y fieles en las pequeñas cosas, todo les será revelado y aunque ningún mensajero de Dios les hable, en el silencio de sus corazones una voz mayor resonará, porque el propio Creador encontrará en ustedes Su morada y será Su Voz la que hablará más alto que todas las voces que ya resonaron en el mundo. Les digo esto porque fue lo que Yo viví y lo que hoy los invito a vivir a cada uno de ustedes.

Ustedes no necesitan dejar la vida sobre la Tierra para descubrir la vida universal y retornar a Dios. Necesitan vivir, hijos, la verdad sobre sí mismos que se revela a través del amor, este es el esfuerzo que deben hacer todos los días: amar sin condiciones.

Ustedes no llegaran al Reino de los Cielos, pero harán que Él descienda hasta aquí, revelarán este Reino en el propio interior y se reconocerán parte de lo divino.

Lean las palabras que les entregamos, oren con ellas, mediten sobre cada frase, sientan cada impulso y ya no tendrán dudas, la Sabiduría vivirá en ustedes y esta misma palabra los transformará y los hará vivir todo lo que Yo les dije.

Hoy Yo les consagraré los elementos para que ustedes comulguen del Cuerpo, de la Sangre y de la Verdad de Cristo.

Cuando encontré a Mi Hijo predicando en el templo, entre los doctores de la Ley, vi  y viví lo que era ser un Sacerdote. Vi el Cielo descender a la Tierra, vi a la humanidad revelarse como sagrada, vi a la esencia humana como parte de Dios. En ese momento, Mi Hijo Me llamó y Me explicó todo lo que estaba haciendo, Me consagró no solo como Su Padre, sino como un simple y humilde Sacerdote para que, a través de todas las acciones de Mi Vida en la Tierra y más allá de ella, el Reino de Dios pudiera instituirse en el mundo y, así, las dimensiones se unieran, los velos se rasgaran y no hubiera diferencia entre la vida en la Tierra y la vida en el Cielo.

Se pueden arrodillar.

Cuando Jesús elevó el pan y lo bendijo, aceptó ante Dios Su oferta de entregar este Cuerpo no solo en la Cruz, sino durante todos los siglos que vendrían hasta Su retorno al mundo y, en aquel momento, el Creador que lo observaba, bendijo el pan con Su más profundo amor, revelando que en él habitaba no solo el Cuerpo de Cristo, sino el Cuerpo divino de Su propio Dios y Creador, porque Él está en Su Hijo. En aquel pan, consagrado por Cristo, estaba la oferta de Su Señor y Su sacrificio en la Cruz, así como estaba la oferta de Su Padre y de Su sacrificio, al multiplicarse y tornarse carne, hombre y criatura entre Sus criaturas. Este es el Cuerpo de Cristo entregado por ustedes y por todos los seres de la Tierra y de todo el Universo. Este es el elemento que diviniza la Creación y que hace que retornen a Dios.

Cuando Su Señor elevó el Cáliz, ofertó al Padre cada gota de Su Sangre derramada, cada Llaga que se abriría en Su Cuerpo para verter sobre la Tierra los códigos de una nueva vida, el DNA de una nueva raza, aquella pensada por Dios desde el principio. Y el Creador, que lo observaba, bendijo el vino y lo transformó en la Sangre de Cristo, que es no solo la Sangre derramada en el Calvario y en la Cruz, es el Código perfecto del Amor de Dios por Sus hijos; el pensamiento divino que Su Padre emanó al pensar en la perfección del cuerpo, del alma y del espíritu de lo que deberían ser los seres humanos. Esta es la Sangre de Cristo, esta es la Verdad que se revela dentro de ustedes cuando beben de Sus Códigos y permiten ser transformados por Él. Eleven el Cuerpo y la Sangre de Cristo como una oración de agradecimiento, tornando esta memoria viva, con la certeza de que Dios los observa en esta hora y vierte sobre estos elementos Su más puro amor. 

Oremos juntos como Cristo nos enseñó: Padre Nuestro.

Así se establece la consagración y la paz se irradia al mundo, porque Cristo está vivo no solo en los niveles del espíritu, está vivo transformando los elementos, la materia y la vida. Y así como Él convierte el pan y el vino, que convierta sus cuerpos, su sangre, su carne, su corazón y su consciencia.

Crean, hijos, que si los elementos, frutos de la tierra y del trabajo del hombre, reciben el Cuerpo y la Sangre de Cristo y se transforman en una unidad con Él; ustedes, ante la rendición de sus corazones, pueden vivir esta misma alquimia divina y transformarse en una unidad con Cristo.

Así, los bendigo y en silencio los acompaño, así como acompañé siempre a su Madre Divina, a Su Hijo Jesús y a todos Sus discípulos, apóstoles y compañeros a lo largo de todos los tiempos. Yo siempre estaré aquí y, en el silencio de sus corazones, ustedes Me podrán escuchar.

Los espero en el aniversario de Mis Apariciones. Profundicen en su entrega y en su unión con Dios. Para eso, los bendigo y derramo sobre ustedes Mi más pura humildad, Mi más simple amor.

Por la Potestad que Dios me concedió; como su siervo, amigo y compañero; en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco.

Y así como Nuestro Señor nos enseñó y como San José nos pidió para establecer la paz de Cristo en nosotros, en esta nación y en todo el planeta, vamos a darnos el saludo de la paz.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

No tengan miedo de dar un salto en dirección al vacío.

No tengan miedo de corregir sus caminos y recomenzar.

No tengan miedo de dar lo mejor de sí por amor.

No tengan miedo de dejar de lado los propios pensamientos, sentimientos, angustias y alegrías para superarse a sí mismos, en nombre del dolor que el planeta padece en este tiempo.

No tengan miedo de entregarse y de descubrir la plenitud que no se basa en las satisfacciones humanas. Encontrar la vida superior es también transformar el sentido de la alegría y de la plenitud, transformar lo que los satisface y dejar que sus seres encuentren la paz de servir a Dios y al entregar todo de sí, al descubrir que se pueden olvidar de sí mismos por un planeta que sufre, por un Plan a cumplir, por un Amor Divino que se debe renovar.

Miren hacia la Cruz todos los días; contemplen el Amor absoluto de su Señor. En él se encuentra la llave para la cura de todos los pecados, para la trascendencia de todas las miserias, para la entrega de todas las resistencias.

Transformarse, en este tiempo, es dar un salto al vacío y a lo desconocido. Descubran un servicio que no vivieron, un amor que no sintieron, una entrega que no conocieron. Esto comienza, hijos, queriendo, luchando y afirmando la propia superación todos los días.

Tienen Mi bendición para esto.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

Mensajes mensuales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando el Creador envió a Sus hijos a la Tierra, con los velos en sus ojos para que no recordaran su origen, creó también los Centros de Amor y de Luz, los que en su momento despertarían en auxilio de la humanidad para hacerla recordar y retornar al Corazón del Padre.

Los Centros de Amor revelan los misterios de Dios y de Su Amor por los hombres, revelan la predilección del Padre por Sus hijos de la Tierra, a pesar de la inmensidad de la Creación.

Los Centros de Amor revelan que el Creador no solo colocó lo mejor del Sí oculto en los corazones de los hombres, sino también, hijos, en lo profundo y en lo oculto de la consciencia planetaria. Así como el Creador entregó una parte de Su Esencia para animar a la consciencia humana, también depositó, a lo largo de todo el planeta, una parte de lo más sagrado que existe en Su Creación, en este y en otros Universos. Estos son los Centros de Amor.

Así como miran hacia el cielo y solo ven las estrellas, a pesar de la infinita vida que las habita; en la Tierra, hijos, sus ojos muchas veces no pueden percibir los misterios que se ocultan, la vida que se oferta, la Gracia que se desenvuelve y se renueva, de tiempo en tiempo. Sin embargo, llegó el momento de conocerla, llegó el momento de experimentar esa vida superior más que de saber sobre su existencia. Llegó la hora de vivir los Centros de Amor, así como llegó la hora de experimentar lo que verdaderamente son como hijos de Dios.

El Tiempo de su Padre, de Su realidad superior, ya se aproxima a la Tierra, y para ese momento deben estar preparados. Dejen que las revelaciones se manifiesten y que puedan ir más allá de los acontecimientos planetarios.

Por mucho tiempo vine a su encuentro para revelarles profecías que hablaban de la realidad del planeta y del futuro de las naciones no solo para que ustedes, hijos Míos, despertaran a lo que estaría por venir a la humanidad, sino también para que sus consciencias pudieran creer en Mí y así pudieran, al menos, preguntarse sobre la realidad celestial de la que Yo provengo y sobre tantos otros misterios que, como ese, se ocultan a los hombres.

En este ciclo, vengo a revelarles algo más profundo, más espiritual y desconocido, y así como las profecías que les entregué en otros tiempos, esto que hoy les revelo también se manifestará.

Abran sus corazones, hijos Míos, para percibir la realidad de los Centros Sagrados, de los Centros de Amor. Abran sus corazones a una verdad que no fue develada por los hombres.

Abran sus corazones para saber quiénes son. Dejen que se rasguen los velos. Dejen que las Manos de Dios abran sus ojos y su consciencia porque ya no es tiempo de estar en la ignorancia, pero sí es tiempo de ser fortalecidos por la verdad, porque ella no solo los tornará dignos y nobles, sino que será su único sustento en las pruebas que vendrán.

En Mis Centros Marianos descubran los Centros de Amor. Perciban la realidad que habita más allá de las iglesias erguidas por los hombres. Descubran la Iglesia Celestial de Dios en la Tierra. Perciban las Fuentes de Su Creación manifestándose entre los hombres. Perciban al Dios vivo y silencioso en todo lo que fue creado por Él.

Yo los bendigo y los conduzco a esta realidad celestial porque ha llegado el tiempo de encontrarla.

Yo los amo y los guardo en Mi Corazón.

Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN MEDJUGORJE, BOSNIA Y HERZEGOVINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Busca en todas las cosas la presencia interna y espiritual de tu Madre Santísima.

Que por donde pases tu corazón se incline más hacia los misterios del espíritu que hacia las cosas materiales.

Busca la esencia del Propósito de Dios en la misión que Él te encomendó y profundiza siempre, hijo, en el sentido espiritual de todas las cosas.

Busca la Voluntad de Dios en el silencio. Encuentra Su guía en la quietud interior para que tu consciencia traspase las apariencias y encuentre lo que es verdadero, y para que el ejemplo de tu corazón puro le hable al mundo sobre cómo estar delante de las cosas de Dios sin confundirlas con las cosas de los hombres.

Mi bendición está sobre ti, así como está sobre el mundo, porque un nuevo tiempo se inicia espiritualmente para toda la humanidad.

Cada día que pasa, el contacto con la vida superior se torna más interno, más profundo, porque es allí, donde la superficialidad no existe, que tu corazón estará seguro para encontrar a Dios.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE LA CIUDAD DE FÁTIMA, PORTUGAL, HACIA PALERMO, ITALIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando Dios encomienda una misión para la humanidad, no solo mide sus posibilidades de cumplirla, sino también la urgencia de los tiempos y de los días, urgencia de que las almas despierten y reciban una oportunidad de redención, urgencia de que las naciones sean aliviadas de la oscuridad que las rodea para que, como pueblos, puedan cumplir su parte en la evolución del planeta. 

En este tiempo, hijos, Dios Creador les pedirá que cumplan Su Plan basándose en su entrega absoluta, en su sacrificio y amor. Porque a pesar de toda la crisis que hay en el planeta en los niveles materiales, mucho mayor es la crisis espiritual y planetaria y esta es la que define el destino de las almas, de la humanidad como raza y del planeta como Creación Divina. 

Una y otra vez, les pedimos que eleven sus consciencias para que comprendan porqué y para qué están en este mundo. Hay una evolución mayor para ser vivida, más que una instrucción, más que una experiencia. 

La vida superior ya no debe ser misteriosa para los discípulos de Cristo. La instrucción que recibieron debe comenzar a vivir en sus consciencias, porque solo de esa forma sabrán lidiar sabiamente con las dificultades de la vida y medir sus prioridades, no por la sobrevivencia humana, sino por la evolución universal.

Sé que lo que les digo puede ser incomprensible en este momento, pero mediten sobre Mis palabras y pidan al Padre la Gracia no solo de conocer Su Verdad, sino también de vivirla y expresarla mientras haya tiempo. 

Ya no habrá vida para sostener, ya no habrá planeta para salvar si las almas no se liberan de la indiferencia y abrazan el Propósito Divino. Por eso oren, sirvan y profundicen cada día en el despertar de sus consciencias. Así, podrán cumplir lo que vinieron a cumplir en este mundo.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Dedica tu vida a través de la oración cada día más sincera, profunda y verdadera.

Dedica tu vida a Dios a través de tus acciones y de tu conducta que, de forma transparente, transmitan paz, fraternidad y amor.

Dedica tu vida a Dios a través del servicio en las pequeñas cosas de tu día a día, pues es ahí que se construye el puente para la vida superior.

Dedica tu vida a Dios a través del conocimiento y de la sabiduría, sabiendo que cuanto más te aproximas a la Verdad, más te aproximas a tu Padre Creador, a tu Origen.

Dedica tu vida a Dios buscando cumplir Su Voluntad, no en grandes misiones, sino en la misión de la vida, en la misión de amar y comprender al prójimo, en la misión de auxiliar y obedecer incansablemente, en la misión de amparar y cuidar a los que lo necesitan, en la misión de dejarse cuidar y amar por los propios hermanos, en la misión de transformar el desamor y la indiferencia humana en el propio corazón.

Dedica así, hijo, tu vida entera a Dios.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Traer su oración del corazón hacia la consciencia, hijos, es hacer que los sentimientos de paz y de unión con Dios, que sienten al orar, permanezcan en sus vidas reflejados en sus acciones, en sus pensamientos y en sus sentimientos. Es traer para su experiencia diaria y constante, la sabiduría y el discernimiento que sienten al orar. Es estar en la presencia permanente de Dios siendo reverentes, no solo en los lugares sagrados, sino todo el tiempo.

Traer la oración del corazón hacia la consciencia es permitir que, constantemente, sus seres estén en elevación, buscando atraer hacia la Tierra los principios de la vida superior con la certeza de que, en la unión del Tiempo de Dios con el tiempo del mundo, esta vida se manifestará en la Tierra.

En un momento de oración sientan sus corazones y su mundo interior, y después intenten mantener este estado de alineamiento y de gratitud. Esto es traer su oración hacia la consciencia.

Busquen este conocimiento y expresen esta sabiduría.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Silénciate y respira para buscar dentro de ti el camino de la elevación. Deja que se muestren a tu corazón todas las capas de la ilusión y de la condición humana que debes cruzar, transmutar y trascender antes de llegar a Dios.

Que tus limitaciones te hagan humilde, pero que no retiren de ti tu fe y esperanza. Ve más allá y descubre en tu interior la puerta que te une al Infinito, a la Consciencia Divina y a tu origen celestial. Deja que tu esencia se revele como un puente hacia el Corazón de Dios y, aunque no puedas cruzar ese puente de una sola vez, permite que él sea siempre un símbolo de tu perseverancia, el motivo de tu fe.

Cada día aspira más al Infinito, a lo eterno, pero no solo para abandonar lo que te incomoda de la vida sobre la Tierra. Ama la oportunidad que Dios te entregó y aprende a comprender la vida en su sentido evolutivo y espiritual. Que tus ojos contemplen en el planeta la oportunidad de amar más y mejor, y en cada uno de tus hermanos, el potencial de la renovación del Amor de Dios en el surgimiento de un Nuevo Cristo.

Aspira al Infinito, al universo, como una forma de saber que tu meta es retornar a Dios; pero retornarás, hijo, con tu corazón pleno de un amor desconocido, con tu espíritu pleno del Espíritu Divino, con tu consciencia expresando plenamente la esencia del Pensamiento Divino para la humanidad. Y con ese legado en tu corazón, lo ofrecerás a Dios para que un nuevo comienzo sea escrito en el Cielo como en la Tierra.

Para eso aspira a la vida superior; para eso aspira a retornar a Dios. Que no haya en ti aspiraciones humanas y conceptos humanos sobre la vida suprema. Que la verdad pulse en tu corazón y sea el motor que te lleve a vivir la transformación todos los días.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En silencio, profundiza en los descubrimientos espirituales que estás viviendo. No dejes que los impulsos y las revelaciones pasen como el soplo del viento, sino que permanezcan en tu interior, fecundando tu espíritu, como lo hace el Soplo del Espíritu de Dios. 

Deja que tu alma suspire aliviada al recibir el bálsamo de las revelaciones que le hacen recordar el sentido de la vida y sentir que hay una esperanza de retorno al Corazón de Dios.

Medita en tu espíritu y en la vida superior, para que ella te fortalezca y te de una posibilidad de estar suficientemente firme en el Propósito Divino, para auxiliar a otros que perderán su fe cuando todo sea caos y desequilibrio.

Ve  más allá del horizonte de la Tierra, y de todo lo que está antes de él, el claro despuntar del Sol que vendrá para iluminar una nueva vida. Mantén firme, en tu interior, el saber del verdadero sentido de los acontecimientos del mundo. El planeta se purifica para liberarse. Se desequilibrarán aquellos que construyeron las bases de su morada en la arena de sus propias destrezas y certezas, y no en la Roca de la Voluntad y del Plan de Dios.  

Sabe que todo es parte de un Plan trazado desde la era de los patriarcas y que fue descripto con sus palabras, aunque poco comprendidas por los hombres.

El Viejo Testamento se cumplió en el Nuevo Testamento, y el Nuevo Testamento se cumple ahora para que, a través de este momento planetario, una nueva historia sagrada se pueda escribir y en ella estén las profecías de una nueva vida y de un nuevo hombre, el que retornará al Tiempo de Dios y abrirá las puertas para que todos los seres se unan a Su Corazón. 

Aférrate a este Propósito Divino y fortalece tu ser en la fe, sustentando en tu espíritu la paz. 

Para eso, Dios te llama por el nombre y te permite escuchar y leer Sus santas Palabras. Eres llamado a ser un apóstol de los últimos tiempos, un santo de los últimos días.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hoy Mi Corazón se alegra por la respuesta de Mis compañeros y amigos.

Hoy Mi Corazón se enciende por la gratitud que siento por cada uno de ustedes, no solo porque están aquí, sino porque esto, hijos, es el reflejo de una respuesta de sus seres internos, de la sed que sus espíritus sienten de despertar, de beber del Conocimiento divino que, como su Instructor, Yo les traigo. Este Conocimiento está más allá de las palabras y es irradiado a través de Mi Corazón por Mi simple presencia, porque él está en Mí y Yo en él, en una perfecta unidad porque esta es la Voluntad de Dios.

Como Instructor de este mundo, el Creador depositó en Mi interior Sus Libros Sagrados, Su Conocimiento divino y universal para que, poco a poco, Yo pueda revelarles y, más que eso, pueda enseñarles a amar ese Conocimiento, para que él se transforme en sabiduría y, de esta forma, sus consciencias y sus espíritus sean dignos de construir la nueva vida sobre la Tierra.

Para eso estoy aquí, para instruirlos y formarlos, no para lleguen a Mi Corazón, sino para que amen este camino evolutivo que los conduce al Corazón de Cristo y, a través de Él, al Padre.

Hoy Mi Corazón se convierte no solo en un espejo, sino en una fuente de sabiduría. Creo un puente con el Corazón de Dios para traer esta sabiduría a la Tierra e irradiarla a sus corazones para que reciban este legado y no lo pierdan, a pesar de los acontecimientos de la Tierra.

Vengo a depositar esta sabiduría dentro de ustedes para que, cuando Nuestras Voces ya no resuenen en el mundo, cada uno de ustedes pueda mirar hacia dentro de sí y encontrar ese Conocimiento para saber actuar, discernir y atravesar las pruebas que vivirán como humanidad.

Hoy, hijos, vengo a enseñarles a amar a la vida superior, a la vida cósmica, más allá de la vida crística que está escrita en los Libros Sagrados de la Tierra.

Hoy les traigo los Libros Sagrados del Universo para que encuentren allí su historia, aquella que no comenzó en el planeta, sino en el Corazón de Dios, en la Esencia más pura de su Padre Creador, que se fue diseñando a lo largo de su evolución como esencias, como consciencias, como espíritus y, finalmente, como seres humanos.

Esta vida que ustedes viven en la Tierra es un momento culminante de una evolución que se viene construyendo mucho antes de este planeta.

Por eso, hijos, ahora que aprendieron a amar a la Sabiduría que recibieron en el planeta a través de los Libros Sagrados que el Creador transmitió a sus diferentes profetas, apóstoles y discípulos; ahora amen el Conocimiento divino atraído por los Espejos del Cosmos, por los profetas celestiales y por los apóstoles que aún no conocen, los Señores de la Sabiduría que habitan en el Universo y que hasta hoy los acompañaron de forma silenciosa, pero que, en este momento, llegó el tiempo de conocerlos. 

Les digo todo esto porque la evolución, en este planeta, debe dar un paso y eso acontecerá a través de cada uno de ustedes.

Si no aman el Conocimiento del Universo, la vida que se guarda en el Infinito, ¿cómo podrán manifestar el Reino de Dios en la Tierra?

El Reino de Dios, hijos, no es nada de lo que conocen con sus mentes, es algo que conocen con sus corazones, con sus esencias, porque ellas provienen del Corazón del Padre y guardan en su interior los Principios más puros de Dios.

Por eso, en este momento, abran sus corazones, dejen que Yo diseñe este momento de despertar en los espejos de sus espíritus, aquellos que protegen a sus esencias.

Permitan que el espejo de Mi Corazón de Instructor se refleje en los espejos de sus corazones y les muestre, así, la verdad que se guarda detrás de Mis Palabras.

Así como hay una jerarquía en la Tierra, también hay una Jerarquía en el Cielo, y la vida eterna es mucho más profunda de lo que ustedes imaginan.

A lo largo de su evolución como humanidad, fue parte de la Voluntad de Dios que ustedes vivieran aislados de esta realidad superior, porque así podrían vivir un aprendizaje único, porque el amor que deben desenvolver aquí no existe en ningún otro lugar de la Creación divina sino en el Corazón del Padre y del Hijo, y aun allí se debe renovar.

Si ustedes supieran de la Verdad Superior desde el principio, jamás podrían vivir una experiencia única, porque serían influenciados por todo lo que se vive en el Cosmos.

Pero en este momento, hijos, todo el universo aprende con la Tierra, y llegó el tiempo de retornar, de vivir su experiencia final, no para que el planeta deje de existir, sino para que él exista verdaderamente, cumpliendo la Voluntad de Dios y el Propósito que nació del Corazón del Padre al pensar en la Tierra.

En este último tiempo de ignorancia, de ilusión, de velos en sus ojos, el planeta se estremecerá, no solo físicamente sino también espiritualmente para que, de esa forma, recorriendo el camino en el calvario de estos tiempos, aquellos que fueron convocados para vivir una experiencia crística, puedan vivirla y, de esa forma, abran un nuevo ciclo, un nuevo tiempo, en el que la Tierra podrá retornar al Tiempo de Dios, a la Realidad Superior, porque ya cumplió con lo que el Padre esperaba, ya comenzó a dar los primeros pasos en la renovación de su Divino Amor y esta renovación podrá continuar a través de toda su Creación, de todos los seres que no conocen, pero que aguardan poder vivir este amor que se desenvuelve en la Tierra.

En este tiempo, hijos, cuando todo haya pasado, la Tierra recibirá un nuevo nombre, un nombre que proviene del Corazón de Dios, y cada uno de ustedes será llamado a través del sonido sagrado que emanó de las fuentes sublimes cuando fueron creados. Ya no habrá personajes que vivan en la Tierra a través de las personalidades de los hombres.

Cada ser manifestará lo que verdaderamente es, porque esta es la Voluntad Divina.

Sé que todo lo que les hablo les parece muy distante y, a veces, irreal.

Recuerden que Yo estoy colocando dentro de ustedes una verdad de la que no son conscientes, pero que deberán comenzar a recordar, por eso les hablo de ella. Dejen que ella ingrese en su corazón y los transforme, no para que sean otros, sino para que sean ustedes mismos y dejen de dormir en el sueño del planeta, con sus ojos turbios por la ilusión de la Tierra, para que puedan despertar, porque el tiempo ya está llegando y aquellos que no tuvieron la misma Gracia que ustedes tienen hoy de escuchar estas palabras y de recibir este Conocimiento Divino en su interior, se despertarán tarde y no tendrán tiempo para arrepentirse de sus errores y para enderezar sus caminos para llegar a Dios.

A estos, hijos, la realidad los tomará por sorpresa y no comprenderán lo que ven delante sus ojos, no comprenderán lo que sienten sus corazones, porque la realidad para sus mentes era la vida sobre la Tierra y no la Verdad que provenía del Corazón del Padre.

Hoy reciban lo que les digo y sepan que hay mucho más para ser revelado, pero sus corazones se deben ir preparando como la tierra que preparan para recibir a las semillas nuevas que generan nuevos árboles, nuevos frutos, nueva vida. Esta preparación, hijos, acontece a través de la oración, acontece dejando quebrar este viejo hombre que piensa y critica todo lo que Dios les entrega.

Dejen que su mente se detenga por un momento, que sus corazones se abran a algo desconocido. No tengan miedo de sentir el Amor de Dios, porque Él no les hará mal.

El corazón humano sufre cuando se resiste porque, para ingresar en la Verdad de Dios, ustedes deben perder todo aquello que tenían como verdad y, de esta forma, también perder su voluntad humana, su  voluntad propia, porque sus planes ya no tendrán sentido y solo reencontrarán el sentido cuando encuentren la Voluntad de Dios para sus vidas.

Para vivir lo que les digo, ustedes no necesitan estar en un lugar diferente. Necesitan, hijos, dejar que una química oculta, interna, acontezca dentro de ustedes. Es algo que comienza en sus corazones y que, muchas veces, sin que lo perciban, se manifiesta en su vida externa. No es al contrario, no es cambiando de casa, de ciudad, de empleo que vivirán una transformación, porque muchas veces hacen todas estas cosas y siguen siendo los mismos, viviendo la misma ilusión.

Por eso, en esta mañana, Yo vengo con este Conocimiento Divino, vengo con la luz de los Espejos del Cosmos para transformarlos por dentro, para despertarlos por dentro.

Sientan en su corazón Mi Presencia. Contemplen internamente el Cosmos que se manifiesta a través de Mi Corazón. Contemplen las estrellas, luces que se encienden en un azul profundo. Contemplen las fuentes de la vida que parecen lagos celestiales, de una luz que desconocen, porque sus colores solo se contemplan en la vida celestial.

Dejen que esta imagen ingrese en su corazón, profundicen en ella, lleguen al Corazón de Dios, que no es un ser humano, sino una Fuente Celestial, una Luz que no tiene dimensión, que no tiene forma ni color, pero que guarda en sí todas las dimensiones, todas las formas, todos los colores, todos los sonidos.

Vean, hijos Míos, que todo esto que les muestro se refleja en el espejo de sus corazones. Les estoy revelando la puerta, que hay dentro de ustedes, hacia el Corazón de Dios. Les estoy revelando la llave de la semejanza con el Corazón del Padre.

Contemplen, en este momento, su espejo interior, su esencia divina y vean allí todo lo que les digo: el Cosmos, las estrellas, las galaxias, los planetas, las Fuentes de la Creación y el Creador. Todo esto se esconde dentro de ustedes y, en este diseño divino muchos otros misterios se guardan: rayos, energías divinas y sublimes, una vida superior, planetas, civilizaciones, seres en evolución.

Vean así, hijos, que el Padre no los abandonó en la ilusión de la Tierra. Él escondió dentro de ustedes Su Verdad, Su presencia, como en ningún otro ser de Su Creación.

No busquen comprender lo que les hablo; solo reciban con amor lo que les traigo, porque viene de Dios.

Este Conocimiento estará escrito en los Libros de la Redención de la Tierra, los que se están escribiendo en este tiempo a través de las Palabras de los Mensajeros Divinos y que completan un legado único no solo para este planeta, sino para toda la Creación. Aquello que es sagrado, no es sagrado solo para la Tierra, sino para toda la vida.

Hoy, hijos, como humanidad, ustedes viven algo único, una Gracia celestial que sé que no comprenden, pero que pueden estar agradecidos por ella, porque este momento se escribe en la historia de la Creación, así como se escribieron los momentos en los que el Hijo de Dios estuvo en la Tierra.

Ustedes están aquí para preparar Su Retorno y aunque esto parezca algo distante y que nunca vivirán con sus ojos, con sus corazones, vivos; hoy Yo les digo que sí, que lo vivirán, que no es algo distante, que es un acontecimiento que ya se manifiesta en la Tierra en los niveles espirituales, que, poco a poco, se diseña en la manifestación de la Vida.

Por eso les digo estas cosas, para que vivan cada día como si fuera el día del retorno de Cristo. Él puede llegar en cualquier momento y ustedes deben estar prontos para esto.

En sus oraciones, recuerden lo que Yo les dije, recuerden este puente que hay en su mundo interior hacia la Consciencia Divina.

Contemplen la propia esencia como algo sagrado, verdadero y, de esa forma, dejen que la Vida Superior ya no sea una Enseñanza, ya no sea una Instrucción de la que beben y beben, pero no asimilan. Vean que la Vida Superior es algo vivo, que ustedes son la Vida Superior.

Vamos a realizar juntos una oración que, a pesar de pequeña y simple, guarda en sí todas las llaves que ustedes necesitan para llegar a Dios; para que Él manifieste Su Presencia en ustedes; para que, de esa forma, Su Reino Celestial también viva en la Tierra.

Señor, yo que nada soy,
me entrego a Ti
para que hagas de mí Tu Morada. 
(Se repite siete veces)

Sé que muchos no creen, pero en la Eucaristía se guarda la Verdad Divina, porque en ese misterio el Creador les entrega todo lo que Él es, para que sean como Él y se fundan ​​en Él en cada comunión.

Por eso, en este momento, como Sacerdote consagrado por Cristo desde el inicio de Mi existencia, vengo para consagrar estos elementos, para que Mis Gracias, las que traigo del Cielo en el nombre de Dios, se tornen materia en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, porque lo que les traigo y lo que les hablo no proviene de Mí, sino de Dios.

Cada palabra pronunciada por los Mensajeros Divinos es manifestada por la Voluntad Divina, por eso son sagradas y deben ser reverenciadas eternamente.

El recuerdo de la Santa Cena no está solamente en los Libros Sagrados, sino que se profundiza en los libros del Universo, porque este acontecimiento fue y es mucho más profundo de lo que ustedes imaginan.

Cuando Su Señor elevó el pan, lo bendijo y lo partió, toda la Vida lo reverenciaba, las civilizaciones se postraban, los Espejos del Cosmos se volvieron hacia la Tierra y el mismo Dios hizo silencio, manifestando Su Gratitud por la entrega de Su Hijo para la renovación de Su Amor en toda la vida.

Cuando Su Señor elevaba el Cáliz, lo bendecía y lo repartía entre Sus compañeros como Su Sangre, como el símbolo de Su "sí" que era emitido a Dios, no solo por el sacrificio que viviría en la cruz, sino por una entrega perpetua, manifestada a lo largo de los siglos en los niveles del Espíritu porque, hasta hoy y todos los días, Cristo revive Su entrega para estar en todos los sagrarios de la Tierra.

En cada momento de Comunión, el Universo vuelve a reverenciar a la Tierra, los Espejos se vuelven hacia el planeta para irradiar cada código, cada instante de la historia del sacrificio de Cristo que fue escrita, en ellos, para que cada momento vivido por el Señor sea impreso en los elementos ofrecidos por el hombre para ser divinizados y sacramentados y, así, transformados en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.

Como toda la Vida, como todo el Universo, como la Consciencia Divina que en este momento vuelve a hacer silencio, reverencien también ustedes la transformación de los elementos en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo y sepan, hijos, que esta es la Ceremonia más Sagrada de sus vidas, porque no importa dónde estén o quién esté oficiando, porque cada sacerdote en ese momento recibe la Gracia de Dios y toda vida reverencia la entrega de Cristo, para que el Amor se renueve, no solo en el corazón humano sino también en el Corazón de Dios.

Juntos oremos y en gratitud sintamos la transubstanciación de estos elementos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo:

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

Padre Nuestro (en arameo, transliterado al español)

Abbun debashmaia
Netkadesh eshmoj
Teite malkutaj
Nejuei sevianaj aikana
Debashmaia af ba-arja
Jav-lan lajma teesunkanan iagmana
Washpocklan jaubein wajtagein
Aikana daf jenan shoaken oljaiabenWela tajlan letnesiuna
Ela patsan men bisha
Metul delaje malkuta
Wajela wateshpurjta
Laj-lam almin 
Aamein.

Que la paz, el amor y la Vida de Cristo estén en sus corazones.

Le dejo, hijos Míos, Mi profunda gratitud por sus vidas, por sus esfuerzos y por su presencia.

No dejen de profundizar en su camino interno, porque él solo termina cuando ustedes llegan a Dios y se funden en Él eternamente.

Les dejo Mi bendición y Mi paz y, sobre todo, Mi divina gratitud a sus corazones.

Les agradezco.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Alegren sus corazones en la Fuente de Paz que proviene del Corazón de Dios y que permea lo más profundo de la Tierra, como la savia que nutre a los árboles y les da vida.

La Paz de Dios es la fuerza sublime que proviene del Cielo y nutre a la consciencia del planeta, creando fuentes menores en lo profundo de la Tierra, en recintos sagrados llamados Centros de Amor.

Comulguen de los Dones de Dios que ingresan en el planeta y están disponibles para todos los que se abran en gratitud para recibirlos.

Comulgar y vivir los Dones de Dios es más simple de lo que imaginan. Basta que sus corazones estén dispuestos a la transformación, y a veces, distraídos de sí mismos, para que en un acto de servicio al prójimo, al Plan, a la vida, sus seres sean permeados por las Gracias que provienen del Padre.

Yo los congrego en el espíritu de servicio, no solo para que reparen algo o por el servicio en sí; Yo los congrego en el servicio para que, olvidándose de sí mismos, dejen que el Amor y la Alegría que provienen del Padre los transforme, los renueve y los torne dignos de ser llamados hijos de Dios, compañeros de Cristo.

Cuando sirven en un lugar sagrado, por más simple que sea su servicio, el Amor que proviene de Dios y que allí encuentra su morada, puede permear también sus corazones y, más allá de ellos, llegar a toda la consciencia humana.

Hoy, hijos, Yo les entrego la llave para la cura, para la transformación y para la vida fraterna. Sirvan con alegría, sabiendo que, en este momento, Dios los observa.

Ya no miren al Cielo para pedir cura, transformación o gracias, porque todo les fue dado en forma de oportunidades de servir y de descubrir que la vida superior está dentro de ustedes y que se manifiesta cuando ustedes se distraen de lo que piensan que son y se abren para ser lo que son en verdad. 

Dentro de ustedes habita lo sagrado, lo divino; y si no lo ven, deben buscarlo, pero no solo consigo mismos, sino en el servicio, en unión con sus hermanos.

Yo los congregué aquí porque quiero conducirlos a una nueva escuela de amor, aunque piensen y sientan que nada de lo que hacen es nuevo. Renuévense en este, Mi pedido, de estar juntos sirviendo, construyendo y manteniendo esta, que es su casa, y la casa de Dios.

Dejen que nazca de sus corazones la alegría que sienten los niños y, en poco tiempo, ustedes verán que todo cuanto clamaban a Dios, ya se manifestó en ustedes sin que lo percibieran.

Mi gracia está en sus vidas. Yo solo los llamo a encontrarla.

Hoy, Yo los bendigo, les agradezco por responder a Mi llamado a la unidad y les pido que no bajen los brazos, pues verán nacer los frutos del propio esfuerzo.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FLORIANÓPOLIS, SANTA CATARINA, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Querido hijo:

Hoy hago brillar sobre Mi Pecho Maternal la Estrella de la Hermandad Celestial para poder anunciarle al mundo que el momento de la gran intervención se acerca y que las consciencias tendrán una última oportunidad para su despertar.

Hoy hago brillar sobre Mi Pecho Maternal la Estrella de la Hermandad Celestial, a fin de que los seres de la Tierra salgan del hipnotismo de la ilusión mundial, tomen consciencia y valoren la vida que el Padre les concedió para estar presentes en este planeta.

Hoy hago brillar sobre Mi Pecho Maternal la Estrella de la Hermandad Celestial para que todos los seres humanos comprendan, a través de este símbolo, que la vida no termina aquí, que después de esta vida vendrán muchos más aprendizajes que serán necesarios para poder elevar el espíritu hacia las Moradas de Dios.

Hoy hago brillar sobre Mi Pecho Maternal la Estrella de la Hermandad Celestial, porque llegó el tiempo de elevar la consciencia de plano para que la vida universal, aquella que despertará al Nuevo Hombre, se aproxime a los seres humanos.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el Universo Celestial, en lo más íntimo del Pensamiento Divino, existe un arquetipo sublime de una vida superior, en el que las criaturas viven el amor y el respeto, a pesar de las diferencias, y caminan hacia la meta de la unidad con Dios, teniendo como su mayor aspiración que el prójimo pueda llegar a unirse al Padre.

En esa vida superior la paz habita en los corazones de los hombres, porque no hay entre ellos ninguna necesidad de competencia, de vanidad o de arrogancia. No hay entre ellos ninguna necesidad de control, de poder o de maldad. La paz que proviene de la aspiración para que todos alcancen el amor, nace en el Corazón del Padre y se manifiesta en los corazones de los seres.

El Padre tiene este arquetipo de vida guardado en Su interior y, de vez en cuando, lo coloca en Sus Manos y se lo ofrece a la humanidad, porque esa es la Voluntad de Dios para los hombres.

El Señor no le ofrece, este, Su Propósito, a seres evolucionados y a sabios en el amor y en la gracia; se lo ofrece a los que más erraron, a los que más pecaron y a los que más se distanciaron de Su Corazón. Seres que, reunidos en la Tierra, reciben todos los días una oportunidad de redimirse y de vivir ese arquetipo perfecto que Dios tiene para ellos.

Por eso, hijos, hoy vengo para mostrarles esta aspiración divina, para que la amen y se unan a ella, aspirando también ustedes, profundamente, a expresar la Voluntad y el Amor de Dios.

Coloquen delante de sus corazones esta meta y todos los días pídanle al Padre la gracia de poder vivir y expresar ese arquetipo divino para la humanidad. Pidan que Dios despierte dentro de ustedes ese potencial de amar, único y perfecto, que habita en sus corazones y que los hace semejantes a Él. Y crean que, mediante el esfuerzo diario por amar, es posible trascender la actual condición humana y abrazar el arquetipo divino de la vida sobre la Tierra.

Tienen Mi bendición para eso.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y los ángeles y los santos habitarán en ella, con la humanidad.

Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y tu Señor y Rey, en las vestiduras de Su Hijo, volverá a proclamar la Paz, tornando pequeñas todas las dificultades, convirtiendo los miedos sin sentido, transformando los dolores en inexistentes, tornando simple el amor al prójimo y a Dios por encima de todas las cosas.

Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y la Verdad se manifestará delante de los ojos humanos, revelando los secretos de una existencia superior, revelando a aquellos seres que siempre estuvieron aquí para auxiliar a la humanidad, pero que los hombres nunca los pudieron ver.

Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y revelará que no solo en las alturas habita la vida superior. Revelará lo sagrado que se guarda en lo profundo del planeta y que se resguarda en la belleza y en la fortaleza de la naturaleza porque aún no llegó el momento de que sea conocido.

Cree en el día en el que el Cielo descenderá a la Tierra y tu Señor y Dios, después de haber derramado Justicia, volverá a emanar Misericordia sobre los corazones, cura sobre las heridas espirituales, restauración para el espíritu de la Tierra y Gracia para establecer los mil años de Paz.

Cree en que todo pasará y que lo que parece el fin es el anuncio de algo nuevo y desconocido por los hombres. Lo que llaman fin es el fin del engaño, el fin del tiempo marcado en los relojes del mundo, el fin de los días y de sus ciclos, para que sea el inicio del Tiempo Eterno, de la Verdad Suprema de Dios.

Cree en que este día llegará y mantén tu fe en lo desconocido porque todas las profecías de tu Padre Creador se van a cumplir y el día de Su Verdad será una realidad en la vida de este mundo.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mensaje en honor al aniversario de la santa muerte de Padre Pío de Pietrelcina

Deja que Mi Sangre Divina corra por tus venas, así como corrió por cada rincón de Padre Pío.

Deja que Mi Vida inmaterial se pueda plasmar en ti, así como Mis Llagas de Amor y de dolor se marcaron en Padre Pío.

Imita ese ejemplo de santidad y de renuncia. Ama el ejemplo del sacrificio y de la entrega por los demás, así como lo amó a cada momento Padre Pío.

Sé ese testimonio de renovación y de fe, así como lo fue Padre Pío, que se donó completamente a Mí, en cada etapa y en cada circunstancia de la vida.

Permite que el Soplo del Espíritu Santo, que invadió y colmó a Padre Pío, llegue a tu alma para que ella sea arrebatada por el Amor Crístico de Mi Eterno Corazón.

Encuentra el sentido de tu existencia siguiendo Mi Evangelio e ingresando en el camino interior que hoy te ofrezco.

Te pido que te renueves en Mí, así como Padre Pío se renovaba en cada Eucaristía, en cada momento de confesión y de silencio.

Aproxímate a la vida de Padre Pío para que seas semejante a él y deja que Yo te marque con las huellas espirituales de Mi Amor; porque así serás Mío y a Mi Reino pertenecerás cuando hayas alcanzado la expresión del Amor Misericordioso.

Que, en este día de Padre Pío, la muerte no represente el fin de algo, sino el comienzo del verdadero vuelo hacia el infinito Corazón de Dios, en donde todo se consumará.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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