Domingo, 19 de octubre de 2014

APARICIÓN DE SAN JOSÉ Y DE LA VIRGEN MARÍA EN ASUNCIÓN, PARAGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de San José:

Cuando los corazones le dicen sí a la llegada de los Mensajeros Celestiales, varios nudos se desatan en el mundo, porque es como si la humanidad entera emitiera su sí al Universo Celestial.

Como Casto Corazón, vengo al encuentro de sus seres para depositar, en cada una de sus esencias, los principios de una nueva vida. Siempre los llamo a que vengan a Mi entorno, a que se arrodillen ante los Altares Celestiales y delante de las puertas que se abren al Cielo, porque Mi Presencia en el mundo representa un nuevo paso para la humanidad.

Cuando estuve en la Tierra, viví la simplicidad, la pureza y la humildad que toda la humanidad debería expresar como raza. Mi Corazón era un corazón humano como este que pulsa en el interior de sus seres, pero la fe en la vida que llevaba, en Dios que guiaba Mi Corazón, permitió que transformara todos esos aspectos humanos que permeaban Mi Corazón. 

Por eso, Me fue pedido que retornara al mundo porque Yo sé cómo vive la humanidad, Yo sé de cada prueba que viven sus corazones y también sé que, a pesar de todas las oportunidades que les son entregadas, siempre les costará mucho vivir la verdadera transformación de la vida; pero es necesario persistir, porque no saben lo que acontece en lo invisible de este mundo, el reflejo de sus más pequeñas acciones repercute en todo este planeta.

La Gracia de recibir a los Tres Mensajeros Divinos quedará marcada en la historia de esta nación, como en la historia de cada una de sus almas. Estos códigos, que depositamos en sus vidas, jamás podrán borrarse por más que lleven una vida común en el mundo. Solo les pido, Mis queridos compañeros, que cultiven con amor estos lirios de paz que hoy derramo sobre sus esencias, porque ellos representan la pureza que deben vivir como humanidad.

Hoy, quiero decirles que los Cielos se alegran, que los ángeles cantan y glorifican al Creador, porque la humanidad está dando sus pasos. Aunque no perciban, las almas están caminando en dirección al Reino de Dios y, a través de ustedes, muchas otras almas recibirán la oportunidad de despertar.  

Por eso, les pido que, así como la Sagrada Familia fue, hace tanto tiempo, ejemplo y motivo de conversión para todos aquellos que se aproximaban a Nosotros, que la fidelidad en sus corazones sea motivo de conversión y que también sea la luz que guía a los que están en la oscuridad. Porque hoy les digo que llegará un tiempo de caos, que llegará un tiempo de profunda oscuridad al mundo; pero después de una noche profunda y fría brillará un nuevo Sol, porque luego de toda oscuridad la luz debe llegar. Esta es la Ley del universo.

Por eso, solo les pido que sean perseverantes, que jamás desistan de este camino de oración que los Mensajeros Divinos están construyendo en sus vidas. Estudien los Mensajes que les fueron entregados, porque en esas Palabras Divinas se encuentran las llaves para toda transformación, para abrir todas las puertas que los separan del universo, de su Origen Celestial.

Mis queridos, hoy les digo, como Casto Corazón, como Corazón que ya fue un corazón humano, que es posible vivir la transformación de la vida, que es posible que en sus almas nazca un nuevo hombre que representará, en el universo, la manifestación perfecta de la Creación de Dios. Todo el Cielo aguarda el paso de la humanidad.

Grande es el sufrimiento que vivieron a lo largo de los siglos, pero también grande es la destrucción que le causaron a este mundo, por la inconsciencia y la inconsecuencia con todas las Gracias que recibieron. Pero esta oscuridad es grande porque también grande deberá ser la Luz que emergerá a través de cada uno de ustedes.

Les quiero agradecer por haber venido a este encuentro; por acabar con las dudas que la mente les imprime en los corazones; por haber abierto las puertas de sus vidas, de sus casas, de sus familias al ingreso de esta Luz superior; porque, a través de este simple acto, los Mensajeros Divinos pueden transformar el destino de esta nación y liberar todo aquello que estuvo preso en este mundo, aunque sea invisible a sus ojos, todo el sufrimiento que aún existe, sufrimiento antiguo que marca el corazón de esta nación y que, a través del descenso de los Corazones Sagrados, deberá borrarse definitivamente.

Les agradezco por estar aquí; por decir sí a una vida superior, porque sus almas pudieron volver a aproximarse, porque ese hilo que los une al cosmos puede volver a existir, ligando cada una de sus esencias a su Origen Celestial, a la esencia divina de la que provienen y a la que deben retornar cuando llegue el tiempo. 

Ahora, les pido que canten con alegría y con devoción, porque la Virgen María y Cristo Jesús desean acompañarme en esta hora, desean llegar a este lugar para finalizar, con la bendición del Espíritu Santo, este ciclo que realizamos en esta Nación. 

Canten a la Sagrada Familia y aguarden que un nuevo portal se abrirá en el Cielo y nuevas Gracias y bendiciones serán derramadas sobre este mundo.  

Canción: “Sagrada Familia”.

 

Palabras de la Virgen María:

Sigan tocando.

Queridos hijos, aquí les habla su amada Madre Celestial, que viene a su encuentro para derramar sobre sus almas las bendiciones y las Gracias que deberán llevar a los cuatro puntos de este mundo.

Hoy, los bendigo con la Luz del Espíritu Divino de Dios para que, hoy y siempre, este Santo Espíritu se pueda tornar vida en sus seres y pueda ser llevado a todos aquellos que lo necesitan. 

Por eso, vayan y sirvan, portando en sus manos las acciones divinas. Vayan y vivan la fraternidad, la unidad con todos los corazones de este mundo. Sirvan sin distinción de raza, de credo, de estado social; sirvan a los pobres, pero también a los ricos; sirvan a los enfermos pero también a los que están sanos, porque existen muchas enfermedades en este mundo que sus ojos no pueden ver, pero que sus corazones sí podrán sentir; porque el sufrimiento, el dolor, el miedo, la falta de fe, la falta de compasión también son enfermedades que existen en este mundo y que pueden ser curadas a través del amor, de la fe, de la compasión, de la alegría, del compromiso fiel con el Corazón de Dios.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Nuestra voluntad es cicatrizar y curar sus corazones; y hoy, como Sagrada Familia de Nazaret, consagramos sus familias del mundo entero como la Nueva Humanidad.

 

Palabras de San José:

Como primer Padre y Sacerdote de Cristo, en la Presencia de Jesús y de María, del Amor y de la Pureza, bendeciremos a una pequeña alma que representará, para todos sus espíritus, la sanación de sus niños internos.

Con alegría, devoción y ceremonia, celebremos este encuentro, esta Voluntad de Dios que hoy es conocida por todos, por los más simples de corazón, los más humildes de corazón, los más puros de corazón que siempre consiguen ver a Dios. 

Preparémonos para esta bendición y cerremos este Sagrado Encuentro.

Mi Casto Corazón, el Inmaculado Corazón de María y el Sacratísimo Corazón de Jesús, hoy presentes en Paraguay y el mundo, piden a todos los fieles que se arrodillen para esta bendición.

Cantemos.

Canción: Sagrada Familia.

Oración: Padre Nuestro, Ave María y Gloria. 

Por este destello de Luz que los permea y este encuentro con los Sagrados Corazones, sirvan de testimonio de vida para todos, en los tiempos que vendrán y hasta los días del Paraíso. 

Los bendecimos a todos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mientras nos elevamos al Cielo, escuchando sus plegarias, canten junto a los ángeles a la Sagrada Familia de Nazaret.

 

Hermana Lucía de Jesús:  

Para finalizar este encuentro, nos gustaría contarles un poco sobre la Aparición de hoy.

Antes de que San José llegara hasta aquí, los ángeles comenzaron a hacer llover lirios sobre nosotros, y esos lirios ingresaban nuestra esencia y desaparecían. 

Después de que San José transmitió Su Mensaje, Él mostró cómo esta Luz de los Mensajeros Divinos se expandía más allá de este lugar y tocaba no solo a esta nación, sino también a muchas partes del mundo. 

Como pudimos escuchar y sentir, los Tres Mensajeros Divinos estuvieron hoy con nosotros, entregando esta bendición, esta agua de vida que bautizó no solo a la niña, sino a todos nosotros presentes aquí.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

Queríamos complementar que, cuando los Tres Sagrados Corazones anunciaron Sus Presencias, apareció a los pies de Ellos la imagen del Paraguay y un río de Sangre preciosa y luminosa comenzó a bañar a esta Nación, una Sangre que salía del Corazón de Cristo.

Y otra cosa que recordamos también es que cuando San José le decía a la Hermana Lucía que Él era un hombre de este mundo, Él mostraba muchas escenas de Su vida, aquí en la Tierra, que aún no han sido muy conocidas por la humanidad y que Él, algún día, pretende revelar para que conozcamos Quién fue verdaderamente San José y que misión cumplió con María y Jesús en aquel tiempo, y también cuál es la tarea que Él viene a realizar en este momento de la humanidad, como Mensajero Divino.

Para finalizar, queremos agradecer a todos los hermanos del Paraguay que hicieron posible concretar este Plan Divino, a todos los que oraron, a todos los que trabajaron, a todos los que difundieron y se animaron a dar un paso en este llamado; porque, en verdad, después de mucho tiempo comprenderemos lo que sucedió aquí, en esta nación. 

Que, a partir de hoy, nuestro verdadero motivo sea la búsqueda de esos Tres Sagrados Corazones, la unión perfecta a través de la oración y que encontremos en Ellos la posible esperanza que necesitamos encontrar. 

Si les seguimos dando el permiso para que Ellos trabajen en nosotros, seguramente muchas llaves se van a despertar en nuestras vidas, que servirán de ejemplo para otros. 

Así que los invitamos a llevar esta Presencia de los Sagrados Corazones con mucha gratitud y paz, y vamos a agradecer.

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!