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Queridos hijos:
Vengo, en este día, como Madre de la vida de los océanos, para que la humanidad escuche el grito de los océanos, para que el ser humano de superficie se sensibilice y abandone la fría indiferencia.
Vengo como la voz de los océanos, para que sea escuchada, para que Mis hijos oren por uno de los recursos que está en riesgo en todo el planeta.
Oremos, hijos, para que la contaminación ya no sea la amenaza de toda la vida marina.
Oremos para que no se derrame más petróleo en los océanos, para que la sangre de las entrañas del planeta no sea más extraída para el beneficio de los de siempre.
Oremos por la vida de los océanos.
Oremos para que la vida de los océanos ya no sea el cementerio humano más grande de la historia y para que las naciones se comprometan a ayudar en el rescate de la vida de los refugiados.
Queridos hijos, este es el doloroso escenario de los océanos, es el fiel testigo de la inconsciencia de la humanidad y, sobre todo, de la falta de sentido común y de discernimiento.
Yo les pido, más que nunca, que hagan algo por los océanos y que la mayoría no se quede observando cómo se autodestruye la vida que el universo les concedió.
Es hora de tomar consciencia, queridos hijos, porque ya no hay tiempo, y después no habrá posibilidades de que se lamenten.
Oremos por la crueldad que sufren los océanos y todos los seres marinos, para que el sufrimiento, que es provocado por la mano sangrienta del hombre de hoy, no quede impune, y esto no retorne a la humanidad a través de más desaparecidos en los mares, o en la sequía inexplicable de grandes reservas de agua dulce del mundo.
No perjudiquen más a los océanos. Hoy, ellos gritan a través de la voz de la Madre Naturaleza.
Comiencen a hacer algo primero en ustedes mismos. Les estaré muy agradecida a todos aquellos que alivien el dolor silencioso de los océanos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de los Océanos
Mis queridos hijos:
Hoy, estoy aquí, en la Casa de Cristo. Puedo estar más cerca, espiritualmente, de la traumatizada Ucrania. Puedo recoger las oraciones de todos los que oran por la sagrada causa de la Paz.
Por eso, hijos Míos, estoy agradecida porque, en esta hora del planeta, muchas situaciones necesitan ser atendidas, y es urgente para Dios que haya una intercesión celestial.
Por eso, cuando las voces se unen en oración, Yo como Madre del Mundo puedo interceder y abrir, una vez más, las puertas de los Cielos para que los Ángeles de la Paz y de la Reconciliación ayuden a las almas más perdidas, especialmente a las almas que están en los conflictos y en las guerras.
Queridos hijos, por ese motivo, Yo estoy aquí, para irradiar Mi Amor y Mi Luz al mundo; para decirle a los mundos internos de las Criaturas de Dios, Mis Hijos, que se detengan y escuchen el grito del planeta y de las familias desplazadas por la guerra, por el hambre y por la migración.
¿Hasta cuándo sucederá esto?
Por eso, Mi Mensaje llega para sensibilizar, aun dentro de la Iglesia de Cristo, a los que no piensan en los refugiados ni en los pobres.
Espero, queridos hijos, que antes de que todo suceda, más almas buenas sean capaces, Conmigo, de ayudar a equilibrar la balanza de la Ley; porque, de lo contrario, será la propia humanidad, como lo viene haciendo hasta ahora, que se lastimará a sí misma.
Rezo para que no existan ideas autodestructivas en la superficie de la Tierra, para que ninguna bomba más sea lanzada sobre las naciones como si fueran desperdicios. ¡No, hijos, no hagan eso!
Sean capaces de percibir hasta donde llega el mal. Arrepiéntanse y pidan perdón, porque queda poco tiempo.
Recemos para que la poca paz que hay en este planeta no desaparezca.
¡Les agradezco por estar unidos a Mí en oración!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Una oración verdadera tiene un efecto más grande que cientos de armas de guerra.
El poder de la oración detiene graves procesos de autodestrucción planetario. Ella favorece la ampliación del amor como corriente universal y aproxima a los orantes a la Fuente de la Gracia de Dios.
La oración verdadera es la que nace del corazón, está libre de intenciones propias y de búsquedas de resultados inmediatos.
La oración verdadera enciende el espejo del alma y previene corrosivas enfermedades espirituales, libera del cautiverio a quien se encuentra prisionero y tranquiliza al corazón humano.
El poder de la oración disuelve ilusiones, aclara el discernimiento mental y atrae las ideas que están plasmadas en el Cielo para que estas se concreten por medio de la ayuda de los servidores de Dios.
La oración ofrece una etapa transmutadora, purificadora y de elevación de los aspectos del ser. Ella nos coloca en la coordenada correcta y disuelve cualquier interferencia próxima, ayuda a trascender los miedos y crea una poderosa muralla espiritual protectora contra los principales pecados capitales.
La oración verdadera despierta la paz, el equilibrio de las emociones y neutraliza la oscuridad hasta vencerla.
Ella nos conecta con la Fuente Primordial de Dios y abre las puertas para que los ángeles nos protejan e intervengan en casos imposibles de resolver por la propia acción humana.
La oración nos une al espíritu para estar en comunión con lo Alto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Serie – Revelaciones Divinas de estos tiempos
En la humilde gruta de Belén - Parte I
Y fue por la luz poderosa de la Estrella de Belén que su Madre y Señora, en la compañía humilde de San José Esposo, después de haber buscado un lugar simple para el Nacimiento del Niño Rey, nos deparamos con un regalo de Dios, el cual no esperábamos, pero que, al mismo tiempo, percibimos como una señal visible durante el Nacimiento del Niño Dios.
Fue la decisión suprema que el Dios Vivo, hecho hombre y consciencia, quiso tomar, al nacer en un humilde pesebre dentro de las grutas aledañas al pueblo de Belén.
Así fue que la Sagrada Familia, por la guía interior de San Gabriel Arcángel, se instaló y se preparó para el esperado Nacimiento de quien, a través de los tiempos y de todas las generaciones, liberaría al género humano de una posible autodestrucción y de una total perdición de los atributos y de los Mandamientos que, como pueblo, en aquel tiempo los unía a Dios.
Por esa razón el Nacimiento del Mesías, el Rey de Israel y de toda la Tierra, fue profetizado y anunciado para los más sabios seres-contacto que, comprendiendo a nivel interno la cosmovisión del espacio local de este Universo y por intercesión angélica, descifraron el día y la hora estimada de la llegada y del Nacimiento del Niño Jesús en Belén, aunque no hubieran conocido anteriormente a la Sagrada Familia.
San José Esposo, conmovido e interiorizado por el Nacimiento de Cristo y por el cumplimiento de las Sagradas Profecías, testimonió que todo Su gran esfuerzo y empeño para los preparativos de la llegada del Pequeño Niño serían pequeños.
Por detrás del Nacimiento de Jesús, María Santísima, su Madre Divina, ya sabía, a partir de las trece anunciaciones del Arcángel Gabriel, que la llegada del Niño Rey significaría una importantísima intervención Celestial, Divina y Cósmica, una coyuntura que modificaría y trascendería todos los errores humanos pasados, desde el Edén, con Adán y Eva, hasta el fin de los tiempos, hasta el cumplimiento de Su segundo retorno a la humanidad.
Dicha intervención, sucedida en el humilde y simple escenario de la gruta de Belén, representó la restauración de la alianza que se había perdido entre los hombres y Dios; y también significó el restablecimiento de los códigos del Amor-Sabiduría, los que desde el plano espiritual ayudarían al plano material de toda la raza humana.
La primera Fuente de la Creación que surgió en el plano inmaterial, vivió un proceso de materialización de sus formas y de sus matrices para contribuir en el Nacimiento de Jesús en la Tierra.
Ese acontecimiento motivado por una altísima ciencia vibratoria-espiritual también significó un fuerte movimiento de corrientes cósmicas y solares, de emanaciones y de impulsos divinos que favorecieron que, a través del Nacimiento de Cristo, descendiera a la Tierra, no solo uno de los Aspectos del Dios de la Trinidad, sino también que se produjera un estado de contacto entre todos los seres que, en aquel tiempo, tenían una total confianza sobre la llegada de su Salvador.
Por esa razón, la anunciación de los ángeles a los pastores y también la sabia interpretación y sintonía de los Reyes de Oriente, generaron, en toda la consciencia espiritual del planeta, la posibilidad de poder volver a darle a la Tierra un carácter de rescatable.
Cuando Jesús nació en el Pesebre de Belén muchos acontecimientos espirituales más, internos y hasta físicos se produjeron, ya que el descenso de la energía inmaterial de Dios abrazó y abarcó muchas situaciones planetarias.
Todos los que, con sinceridad y devoción, hacen memoria del Nacimiento de Cristo, año tras año, vuelven a ingresar en las mismas corrientes cósmicas y divinas desde donde se originó, hace más de dos mil años, el proceso del rescate y de la redención de la humanidad.
Celebrar el Nacimiento de Cristo todos los años no es vivir el pasado o retornar a una historia verídica, sino que significa regresar al Origen del Origen, no solo como planeta, sino también como ser, a través del Nacimiento de Cristo, para poder acceder a un estado de expiación espiritual y poder volver a recuperar el propósito que trajo a cada ser a la Tierra, a pesar de todos los errores vividos.
Es ese impulso el que, hasta los días de hoy, posibilita la continuidad en el planeta de la existencia de los seres crísticos, los que generarán, paso a paso, el cumplimiento del Plan.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Todo lo que se verá en estos últimos tiempos no deberá sorprender a nadie, porque situaciones inconcebibles se mostrarán de la noche a la mañana y, como consecuencia de ellas, muchas consciencias definirán su destino.
Que solo les baste estar en Dios y buscar en todo momento Su Reino para que lo que se mostrará ante todos no incomode a nadie ni tampoco provoque decisiones precipitadas.
Todavía venimos al mundo por pedido expreso del Padre Creador, porque la humanidad está distraída y abducida por todas las condiciones materiales, y la vida espiritual, que es la que sostiene a la consciencia, fue colocada en un segundo plano.
Pero también venimos por todos los que persisten en la fe y en la confianza, sabiendo que algún día conocerán el Reino de Dios y formarán parte de él.
En este tiempo todo lo que sucederá será extremo, no tendrá términos medios. Eso colocará a las almas en el lugar que ellas escojan estar, porque nadie será obligado a buscar a Dios, pero sí será llamado a prestarle atención.
Este es un tiempo en donde todo estará en juego. Sé que parece poco alentador, pero es la verdad.
El planeta, como consciencia, ya no podrá sostener más dos polaridades, dos formas de vida. O el planeta se purifica o el planeta se autodestruye.
Sigamos trabajando por la purificación de la humanidad y por la salvación de todos los Reinos, más allá de todas las consecuencias.
Proclamemos la fe y decretemos la llegada del Reino de Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Con la Luz de los océanos y de los Espejos Celestes, su Madre Universal irradia al gran desequilibrio de la humanidad para poder armonizarlo y repararlo.
Con la esencia interior de los Reinos Marinos, su Madre Celeste mantiene en su eje al planeta y purifica espiritualmente todo lo que el ser humano de superficie le ocasiona a la Creación.
Con la esencia de amor de las ballenas y de los delfines, a pesar de ser ultrajados, su Madre Celeste le proporciona a la humanidad una Fuente de amor espiritual desconocida que no es valorada por parte de los seres humanos.
Con esa Fuente, la Madre de Dios detiene los cataclismos marinos como son los terremotos y los tsunamis.
Con la esencia de amor de todos los Reinos Marinos, su Madre Celestial puede revertir, poco a poco, el grave pensamiento de la caza y de la pesca de las ballenas y de los delfines, como un medio de provecho desenfrenado de la actual humanidad.
Con la esencia de amor de los que oran por los Reinos de la Naturaleza, no solo puedo equilibrar la gran deuda humana, sino también todas las acciones contrarias a la Creación que esta raza comete día a día.
Con la consciencia y el amor de los que despiertan en este tiempo, Yo puedo hacer surgir una Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Ley existe para poder cumplirla, sin embargo las almas prefieren no cumplirla y sufren. Así, todas ellas ingresan en el círculo interminable del sufrimiento y de la desesperación.
Por otro lado, la oración, rezada con el corazón, aproxima a las consciencias a la vivencia de la Ley que los ampara siempre y los conduce por el buen camino.
Pero la humanidad se ha apartado de la verdadera Ley; por eso, está en decadencia y en algunos lugares al punto de la autodestrucción. Por eso, en esta batalla espiritual de conquistar al Reino en este mundo, la Jerarquía espiritual se sirve de todos los instrumentos para generar la esperada victoria del universo en la humanidad.
Las Leyes Universales aplacan los posibles errores humanos; porque ellas evitan que las almas desemboquen en un mar de conflictos y de sufrimientos.
La Ley viene a liberar al mundo de las deudas impagables; y la vivencia de estas Leyes les está siendo ofrecida a todos, sin excepción, para que ninguna criatura se quede sin la oportunidad de revertir su proceso individual o colectivo.
Como Madre de la Ley, llamo a Mis Hijos para que Me sigan, con el fin de generar en la humanidad un puente de paz y de reconciliación con todo el universo y la Creación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En tiempos determinantes como este, la guerra espiritual tendrá su tregua, pero eso será posible cuando sus corazones, dispuestos a servir al Plan de Dios, vivan el camino de la verdadera oración, la que todos los días les enseñamos por amor a la Creación.
Queridos hijos, las almas del mundo son convocadas a la redención y a la paz para que no pierdan de vista el sendero hacia el Propósito del Padre Celestial.
El tiempo difícil que viven se llama Armagedón y, como Jerarquías Celestiales, sabemos que muchos de ustedes no saben cómo enfrentar el cruce de los tiempos. No es la primera vez que el planeta vive esto, la humanidad ya atravesó varios tiempos, y uno de ellos fue cuando Jesús encarnó en Israel.
La humanidad fue colocada delante de sus errores después de la Crucifixión de Jesús, y más aún después de Su Resurrección. Esto trajo consecuencias hasta los días de hoy, y solo una pequeña parte de la raza adoptó como fiel y verdadero el llamado de Cristo. Es por eso que Mi Hijo, minutos antes de morir Me entregó a ustedes; y a partir de ese momento el Cielo, la Voluntad de Dios, y la Tierra, es decir la experiencia de redención de las almas, se fusionaron para permitir que despertaran el Perdón y la Misericordia.
Ahora, que Nuestra Purísima Divinidad desciende del universo para traer al mundo una nueva advertencia, la humanidad se encuentra en un punto de inflexión más grande de lo que parece. Esto genera inseguridad en la vida espiritual de las almas porque no saben cómo encontrar a Dios en medio del caos.
El caos es generado por la humanidad, es una corriente desviada que provoca miedo, pánico y temor. Pero los principios del Amor y de la Verdad son los dones que los Mensajeros Divinos están derramando encuentro tras encuentro, como una última tabla de salvación. Así, la Jerarquía Celeste gesta en los corazones redimidos la posibilidad de reencontrar el camino de lo sagrado y de lo puro en medio de los horrores que hoy viven muchas almas.
Dios quiere que el mundo no se autodestruya y pierda la Gracia de renacer en la Nueva Tierra Prometida. Las puertas están abiertas para aquellos que se quieran sumergir en el océano de la Misericordia de Dios. Para que eso sea posible y para que los códigos de la Santísima Divinidad se siembren en sus espíritus, no pueden mantener votos ni compromisos con las realidades de estos tiempos.
Mis amados hijos, ustedes deben ser colaboradores de una obra magnífica que está siendo realizada a través de sus esencias y no a través de sus destrezas. Esa actitud de verdadera entrega y de profunda unión con el Propósito de Dios será la diferencia entre estar cerca o lejos de la Voluntad Universal.
Todos son llamados para reconstruir la Tierra. Todos son convocados para preparar en sus seres internos y en todo el planeta la gloriosa segunda Venida de Cristo. Es por eso que Nuestras divinas palabras no se cansarán de derramarse en sus vidas y consciencias hasta que alguien consiga representar, en alma y cuerpo, al Reino de Dios. Eso evitará que el Proyecto fracase por maldad, necedad y dolor.
¡Les agradecemos desde el Cielo por estar orando junto a los Portavoces del Universo!
Los bendice, ahora y siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz, en la sagrada presencia del Casto esposo San José, Obrero de Dios y de todas las almas
Queridos hijos:
Todo lo que ven en el mundo, en este tiempo, es el grave resultado de la autodestrucción de la vida espiritual de la humanidad. Son pocas las cosas que hoy se preservan espiritualmente en el consciente de la humanidad; por eso, la ayuda del Cielo al planeta es inmediata y urgente, para evitar que más consciencias vayan por el camino del error.
Por eso, hijos, Su Madre Celeste contempla con Ojos de Compasión y de Misericordia todas estas situaciones; y ora, esperando que, algún día, sus consciencias despierten al Llamado de Dios.
Queridos hijos, ante la inmensidad del universo que los rodea, Su Madre Celeste le implora a Su Hijo que derrame Su Infinita Misericordia, para que al menos las esencias y las almas sean liberadas del mar de la confusión y de la ceguera, efectos de una vida materialista e impune.
Pero ahora, el Universo envía a la Madre del Mundo como Mediadora espiritual, para que los corazones reciban la última Gracia de entrar en el Reino de Adonai y no dejen de conocer la grandeza de Su Amor Paterno.
Hijos, ese Amor es el que ha permitido, por la Gracia invencible de Mi Hijo, desterrar de muchas almas las influencias de Mi adversario.
Por aquellos que se pierden, solo basta orar y esperar que un toque de Gracia Divina llegue a sus corazones.
Recuerden, la oportunidad es para todos Mis hijos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los mantiene en Su Regazo de Luz,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más