- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Octavo poema
Amantísima Reina del Cielo y de la Tierra,
a Tus humildes pies, dejamos nuestras vidas y corazones,
como ofrecimiento sincero de todo nuestro amor por Ti.
Queridísima Madre del Universo,
gran Espejo de la Misericordia de Dios,
ayúdanos a ser merecedores de las Gracias del Cielo.
Establece, dentro de nosotros,
el Propósito Divino de la Creación,
para que nuestras consciencias representen
al menos una pequeña parte del Infinito
y del gran Plan de Rescate de la humanidad.
Somos Tus siervos, Virgen Santísima.
Somos los que en oración nos ofrecemos
para estar vigilando a Tu lado,
a fin de que se cumplan las promesas de Cristo
en todos los corazones posibles.
Madre, quítale la sed
a los que tienen sed de la Luz y del Amor de Cristo.
Madre, alivia el corazón de los que se desesperan.
Trae para cada uno de nosotros
el universo del Amor de Dios,
para que nos sintamos colmados
de la fuerza y del poder de la Misericordia Divina.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Las almas sedientas de Dios buscan el amor consolador del Padre. El puente para esas almas es la vida religiosa y sacerdotal, la que se ofrece en comunión Conmigo para ser testigo del Amor del Redentor.
Las almas sedientas no buscan la perfección del consagrado o del sacerdote, porque su propia sed espiritual les hace reconocer que la vida consagrada es esa casa mística que las almas necesitan para poder encontrar a Dios.
En este caso, el sacerdote es capaz de cuidar y de proteger su propio templo, para que en él habite la Consciencia de Cristo, lugar desde donde su Señor realizará todos los prodigios y las bendiciones necesarias.
Las almas más sedientas siempre necesitarán de ese puente ofrecido por la vida sacerdotal, para que despierten a los dones necesarios para poder caminar en la vida espiritual.
Sin la presencia de sacerdotes consagrados el Plan de Rescate no tendría sentido.
Esa misma existencia que proviene de cada sacerdote, y que es divina, le permite llevar adelante sus oficios y cumplir así con la Divina Voluntad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el Corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Vigila en oración con tu Señor para que, en estos tiempos, Él encuentre a Sus compañeros y apóstoles despiertos, conscientes de la agonía y de la pasión del planeta, dispuestos verdaderamente a entregar sus vidas por Cristo a través de los pequeños y grandes sacrificios que los aproximan a Dios.
Esfuérzate todos los días para ofrecer algo más de ti al Padre, en nombre de toda la humanidad. Que tu oración, tu canto y tu entrega se profundicen y se tornen cada día más sinceros e incondicionales, por ser los instrumentos y los vehículos de tu unión con Cristo, de tu servicio a Su Plan de rescate en este mundo.
Ora y vigila con el Señor porque así estarás acompañando Sus pasos. Es así que corresponderás a Su presencia espiritual en este mundo. Es así que prepararás Su camino de retorno a la Tierra y serás digno de estar con Él en la institución de Su Reino.
Haz de la oración el agua sin la cual tu alma no puede vivir y del sacrificio el alimento de tu espíritu. Así, hijo, estarás cada día más cerca de Dios y, en consecuencia, elevarás contigo a este mundo y a su humanidad.
Tienes mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando los corazones oran, acompañando a los Mensajeros Divinos en su peregrinar por este mundo, están abriendo las puertas del Cielo para que una nueva vida se instituya en la Tierra.
La oración sincera de sus corazones despierta el potencial del corazón humano para unir el Cielo a la Tierra y, poco a poco, comiencen a expresar el verdadero propósito de la humanidad.
Cuando los corazones despiertan, generan méritos para que más almas puedan también despertar y para que los que están en los abismos de este mundo reciban una oportunidad de encontrar la luz.
Solo quien ya estuvo en los abismos de la Tierra, hijos, conoce el dolor y la angustia de estar distante de Dios y prisionero del yugo de las fuerzas oscuras que rodean a este mundo. Por eso, lo más importante es clamar y rogar por las almas perdidas, es decir "sí" a Dios, sin condiciones, y acompañar los pasos de Sus Mensajeros, aunque no conozcan totalmente cuál es la misión que estamos realizando en este mundo, en este tiempo.
Lo que hacemos, al peregrinar por las naciones, es mucho más amplio que lo que les podemos revelar. Estamos retirando a este planeta del abismo de su autodestrucción y colocándolo en el punto correcto de su transformación para que pueda cruzar el umbral entre el tiempo de la ilusión y el Tiempo de Dios, en el que nunca más nada será igual, en el que la verdad les será revelada, conocerán lo que son y porqué están aquí.
Por eso, hijos, tan simple como la oración sincera es la respuesta que deben dar a Dios todos los días, para que cumplan con su parte en esta misión de amor. Solo acompañen Nuestros pasos con el corazón y dondequiera que estén anuncien, a través de la oración, su adhesión a este Plan de amor y de rescate de la vida en la Tierra.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En este tiempo de caos planetario en el que hay confusión, dudas y temores dentro y fuera de los hombres, tú, hijo, debes buscar en todo el auxilio divino para que, en el silencio de tu corazón, el Señor te traiga las respuestas que necesitas para estar en paz delante de Su Plan.
Medita como el Hijo de Dios meditaba en el desierto. Aprecia los momentos de silencio y de soledad en los que te encuentras con Dios para dialogar con tu Señor. Allí, el Padre podrá guiarte y ampararte en las decisiones de tu vida para que no caigas, una y otra vez, en los mismos abismos.
Comprende la importancia del desierto interior para que encuentres el vacío, la nada y sepas entregar tu ser para que se torne una morada divina.
Comprende la importancia del desierto interior para que tu mundo interno se fortalezca.
Comprende la importancia del desierto interior, porque allí comienzas a adentrar en la sabiduría y en el discernimiento divino. Es en el desierto de tu corazón en donde construirás aquello de lo que te valdrás en este final de los tiempos.
Por eso, hijo, ora y adentra sin miedo en las profundidades silenciosas de tu corazón y aguarda allí la llegada de tu Señor y Dios. Así podrás ser digno de participar con Él de Su Plan de rescate y de salvación, primero de tu propia alma y después de este mundo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Aunque te estés purificando y el planeta se esté purificando intensamente, nunca dejes de ver la belleza en tu interior.
Aunque toda resistencia interna sea removida y los elementos de la Naturaleza estén limpiando los espacios, nunca dejes de ver la belleza en tu interior.
Aunque dentro de ti todo se mueva y ya no sepas cómo volver a comenzar y en el mundo solo existan las guerras, nunca dejes de ver la belleza en tu interior.
Porque esa fe en lo que es verdadero y se encuentra dentro de cada ser, hará de la humanidad algo rescatable y así más puertas de luz se abrirán para que las almas perdidas y distraídas reciban la intervención de lo Superior y de lo Divino.
Que para estos tiempos de grandes movimientos nunca dejes de ver la belleza en tu interior, porque eso volverá cada momento más sublime y suave, aprenderás de cada experiencia de vida y enriquecerás tu espíritu de nuevas instrucciones.
Por eso nunca dejes de ver la belleza en tu interior, así le darás lugar a la cura de la humanidad en niveles más profundos de la consciencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Alcanza la serenidad del alma entregándote cada día más a la Voluntad Divina que todo lo concibe y que todo lo transforma.
Alcanza la serenidad del alma confiando en que todo estará bien y que tu corazón recibirá la guía espiritual necesaria para estos tiempos.
Alcanza la serenidad del alma sabiendo y afirmando que estarás dando los pasos en Cristo, porque Su Divina Bendición siempre estará próxima a ti.
Alcanza la serenidad del alma confirmando en tu interior la realización de ese Plan de Amor y de Luz, el que deberá llegar a todas las almas y rincones posibles del mundo, a fin de que se cumpla la Obra de la Misericordia.
Alcanza la serenidad del alma teniendo un amor absoluto e inextinguible por todo lo que se deberá concretar.
Alcanza la serenidad del alma sabiendo que en cada etapa Dios triunfará, más allá de todo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Segundo Mensaje
Hoy Mis Palabras deben resonar en lo profundo de los seres para que los seres comprendan lo que está sucediendo.
Desde el Gran Consejo de la Jerarquía hoy vengo a visitarlos y a emitir Mi Mensaje para el mundo, para todos los que siguen Mis Pasos y también para los que han dejado de seguirme.
Hoy no vengo a hablar de nadie en particular ni de alguna situación específica que corresponda al planeta o a la humanidad.
Hoy vengo a hablar del Proyecto de Dios que deberá cumplirse por intermedio de todos los que son autoconvocados por la Jerarquía.
Como en otras ocasiones, vengo desde un lugar especial en donde el Gran Consejo de la Jerarquía está reunido en este momento por la evolución de este planeta y de esta humanidad.
Estamos a las puertas de un nuevo ciclo, estamos a las puertas de un próximo 8 de agosto, en el que el Cielo, el Universo, desciende a la Tierra y a la humanidad para volver a hacer su síntesis y para meditar en los próximos pasos.
La humanidad ha cambiado los acontecimientos, por eso hay que meditar para percibir qué es lo que está sucediendo verdaderamente.
Hoy vengo desde un lugar en el Desierto de Chilca, en Perú, en donde los grandes Consejeros del Universo están reunidos, preparándose para ese momento.
Como Maestro entre los maestros, como Guía entre los guías, como Mensajero entre los mensajeros de la Jerarquía vengo a anunciarles ese importante momento para que no solo sean conscientes, sino también responsables ante el Plan.
Cada uno sabe lo que Me puede dar. Cada uno sabe con lo que puede contribuir para que la manifestación se realice.
No busco lo perfecto ni lo imperfecto. No busco lo que es avanzado o moderno.
Busco la verdad de cada corazón humano, de cada servidor de esta Tierra, de cada autoconvocado que fue llamado a lo largo de los tiempos para servir y unirse a la Jerarquía.
Deben mantenerse en el camino para los próximos acontecimientos. No deben permitirse salir de la Jerarquía, porque la Jerarquía necesita estar en esos acontecimientos para poder acompañar a la humanidad y al planeta.
Los tiempos de hoy no son los mismos tiempos que han sucedido en el ayer.
Día a día los acontecimientos cambian, dentro y fuera de los seres.
Día a día son colocados ante una nueva definición, ante un nuevo paso.
La Jerarquía Espiritual no pide lo que es posible. La Jerarquía Espiritual les pide a todos lo que es simple y lo que nace del corazón, que es lo que ayuda a manifestar la Obra; los pilares de esa manifestación deben sostenerse con la colaboración de todos.
Como en el próximo 8 de agosto, tan importante y determinante, los autoconvocados deberán estar donde está la Jerarquía, donde el Universo ha escogido; el lugar para dar los impulsos tan necesarios para la humanidad por medio de la Instrucción y de la Gracia, por medio de la Misericordia y de la cura para todas las almas.
Quisiera saber dónde está la atención de los que dicen estar Conmigo.
Quisiera poder comprender, más allá de todo, el sentimiento de los seres humanos de esta época.
Ustedes saben, compañeros, que Mi Consciencia no tiene límites, pero aún después de todo lo vivido en este planeta y con esta humanidad, estoy aprendiendo con ustedes, de tiempo en tiempo.
Deben abrazar la Verdad que les revela el Plan de Dios, deben sostenerse en esa Verdad para poder seguir adelante.
No deben engañarse a ustedes mismos, no deben crear espejismos con ustedes mismos. Deben saber que cada nuevo ciclo que comienza a partir del 8 de agosto es una oportunidad de renovación y no de inercia.
La inestabilidad de estos tiempos será transmutada por la responsabilidad de todos, por la obediencia y, especialmente, por la adhesión.
Esas son las reflexiones que los Consejeros de la Jerarquía están estudiando y meditando, porque si en la esencia de los seres humanos el conocimiento no está claro, no lo estará en la manifestación.
Deben aprender a vivir como vive la Jerarquía.
Las Gracias del Cielo ya fueron entregadas. Méritos no merecidos fueron concebidos para muchos corazones.
Ahora es tiempo de recapacitar y de saber, verdaderamente, de lo que están participando junto a la Jerarquía.
La purificación no es solo un momento de dolor o de incomodidad. La purificación forja en los seres humanos una definición y una transformación constante.
Recuerden que la balanza de este planeta siempre deberá estar en equilibrio, ¿quién la sustentará?
No solo coloquen el empeño en buscar el bien. No coloquen el empeño en buscar la propia conveniencia o la propia satisfacción.
El apostolado de los Nuevos Cristos deberá ser tan cristalino como el agua y tan puro como la luz del Sol.
Deben construir en ustedes mismos lo que el Universo necesita para poder crear la nueva raza, para poder manifestar la Nueva Humanidad.
La necesidad de que los seres humanos de estos tiempos tomen consciencia es una preocupación de toda la Jerarquía.
El Plan de Dios no es algo que uno pueda usar por conveniencia o por el tiempo que lo necesite. Yo vine a enseñarles eso a Mis Apóstoles y a todos los que Me escucharon alguna vez.
El legado del Proyecto de Dios es inmaculado y sublime, y a él le debemos todo, porque fue el que nos creó y el que nos manifestó para estar presentes en estos tiempos.
Deben forjar en ustedes la determinación de persistir. Muchos seres humanos en estos tiempos están sobreviviendo, pero los que están con la Jerarquía no tienen que sobrevivir, tienen que persistir, tienen que construir y tienen que sostener junto a la Hermandad.
Así, el conocimiento sagrado no faltará y los impulsos divinos no dejarán de descender; porque cada ser recibe lo que necesita, según su momento y su tiempo.
Por esa razón, compañeros, estamos reunidos como Consejeros de la Jerarquía para reflexionar, aprender y meditar.
El Plan deberá seguir manifestándose como está previsto, por la adhesión de todos, por la constancia de todos y, principalmente, por el amor de todos.
El Plan de Dios no puede ser vivido con tibieza o con frialdad.
Deben buscar en ustedes ese fuego que una vez los despertó y los convocó para servir, y en ese fuego se deben renovar todo el tiempo.
Después de todo lo que ha sucedido en Europa, llegó el momento de que escuchen con claridad lo que siempre les he querido decir. Esperé sesenta encuentros para poder decirlo, para que en ustedes pudiera madurar esa semilla que una vez coloqué cuando todo esto comenzó.
Deben colocar su amor en lo que en verdad existe, más allá de todo esto, de todo lo que es físico o material.
El Universo espera que en ustedes se espeje una verdadera respuesta que sea conforme a lo que han recibido y vivido por intervención de la Jerarquía.
Así, el legado no será en vano y habrá receptáculos simples, pero verdaderos, que guardarán en su interior la esencia del Plan.
Sosténganse en las palabras que hoy les dicto, fortalezcan su fe en la vibración que hoy les traigo, y que sus corazones vivan la templanza; así como Yo la viví para llevar adelante lo que Mi Padre necesitaba que sucediera, cuando una vez estuve presente aquí en la Tierra, junto a ustedes y por ustedes.
El Plan de Dios no es una emoción pasajera ni es algo que las almas puedan rechazar por sí mismas. A su alrededor hay ejemplos de eso y vean cuánto están sufriendo, innecesariamente.
Las consciencias de este mundo no tienen noción de lo que es el Plan, no solo por su ignorancia, sino también porque no lo saben, aunque a veces crean que lo saben.
Los Consejos de la Jerarquía necesitan de su madurez y de su adhesión para que muchos más acontecimientos positivos que están previstos puedan suceder y no sean interferidos por nadie.
Mi Corazón Misericordioso esperó hasta este momento para poder decírselos.
Mi Corazón Misericordioso espera de ustedes una reflexión y no un caos.
Ahora llegó el momento de que cada uno asuma su parte con transparencia y madurez, sin culpar a nadie.
Cada uno de ustedes es una pieza preciosa dentro de este Plan y aunque no sepan lo que eso significa crean en lo que les digo, porque tienen ese valor y esa lealtad.
Sepan que todo lo que sucede es para que las consciencias y las almas maduren, para llevarlas algún día a vivir la soberanía que existe en el Universo y en toda la Hermandad. Eso hace recrear a la Creación, eso lleva siempre a tener consciencia y responsabilidad ante los acontecimientos.
Que para esta Maratón todos piensen en el paso que es necesario dar en este tiempo, sin esperar que eso suceda mucho tiempo después, porque ha llegado la hora para dar ese paso.
Los animo a vivir el Plan con mayor consciencia y responsabilidad.
Los animo a ser parte de una Jerarquía Espiritual de la cual la humanidad hasta ahora nunca formó parte, por estar siempre en la inmadurez.
Les vuelvo a decir, no necesito de seres perfectos, necesito de seres conscientes que se animen siempre a transformarlo todo y a vivirlo todo por amor a Dios.
Eso llevará el Plan hacia otra escala y hacia otro nivel; eso hará descender a la Tierra los tesoros que están guardados hace tanto tiempo en el Universo y que esperan para ser revelados por la Jerarquía.
Desde el Gran Consejo de la Jerarquía Espiritual en el Desierto de Chilca los bendecimos y esperamos, como guías y maestros, su correspondencia y lealtad, eso hará que el Universo les confíe nuevas cosas.
Tomen Mis Palabras como una oportunidad de crecimiento interior y no como un reclamo, porque Mi tiempo ya está terminando entre ustedes, así como Mi tiempo terminó con Mis Apóstoles en un momento.
Escuchen Mis Palabras cuantas veces sea necesario y extraigan de ellas todos los impulsos que necesitan para poder cambiar, antes de que todo esté por suceder en la humanidad.
Sean Espejos de la Luz del Plan para estos tiempos.
Sean lo que el Universo necesita que sean en este ciclo, porque así todo cambiará.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Crece de corazón, alma y espíritu, porque el mundo agoniza y necesita del potencial que Dios hace nacer en ti.
Crece de corazón, alma y espíritu, y ya no seas un niño en este camino, buscando tu beneficio y suplir tus necesidades.
Crece de corazón, alma y espíritu, porque de ti, que escuchas la Voz de Dios, dependen muchas definiciones en este tiempo.
Tu "no" cierra las puertas de la Gracia y no permite que las almas reciban una nueva oportunidad; mientras que tu "sí" abre las puertas de la Divina Misericordia y en un tiempo de Justicia permite el rescate de los que no merecerían nada.
Crece de corazón, alma y espíritu, y supérate todos los días, no solo por amor a esta Obra, a este camino y a tu misión espiritual.
Supérate y entrega más de ti por el mundo que agoniza, por los que están perdidos, por los Reinos ultrajados y cansados que, en el ápice de su dolor, realizan su último esfuerzo para sustentar al planeta y permitir que la humanidad viva su aprendizaje hasta el final.
Hijo, crece de corazón, alma y espíritu, y de una vez deja de tornar grandes tus pequeños problemas, tus pequeños dolores, deja de tornar inmutable tu pequeña vida.
Ve el mundo con los ojos de tu corazón y de tu consciencia, y sabe que, después de todo lo que recibiste, dentro de ti se encuentra el potencial para superarte todos los días y, más que eso, todos los instantes de tu vida.
Crece de corazón, alma y espíritu. Cree que este es el último ciclo del planeta y reflexiona en qué más debes hacer por los Planes de Dios.
No te estanques, no te detengas, no te canses. Descubre en tu corazón el poder de la renovación que Dios te concedió y crece de corazón, alma y espíritu. Crece y sé una luz para el mundo, no lleves a tus hermanos hacia el abismo de tu estancamiento.
Crece y eleva al mundo hacia el Corazón de Dios. Dentro de ti se encuentra la semejanza con el Padre; deja que ella se exprese, se manifieste y te absorba para que tú seas una verdad viva, parte del Corazón de Dios, del Hijo y del Espíritu Santo.
Crece, hijo, crece de corazón, alma y espíritu, porque este planeta aún necesita de ti.
Tu Padre y Compañero,
San José Castísimo
La contraparte interna de las Peregrinaciones, lo que no todos los ojos pueden ver
Queridos hijos:
Cuando se concreta una Peregrinación y, por los recursos y donaciones de todos, esa Peregrinación es realizada; cuando todo el propósito de la Peregrinación se cumple y no quedan deudas materiales pendientes; cuando la adhesión, la consideración y el apoyo son verdaderos, dicha Peregrinación adquiere un resultado indescriptible y poco considerado por el mundo.
Concretar una Peregrinación por la Paz en la humanidad significa, en estos tiempos, enfrentar y superar muchos obstáculos; y los primeros obstáculos son los de la manifestación de la misma y la espera paciente de que la Peregrinación se cumpla como estaba pensado por lo Alto.
Las Peregrinaciones no significan ni representan solamente los encuentros de oración que son realizados en las diferentes naciones del mundo; la propia Peregrinación, en el plano espiritual y mental del planeta, moviliza muchos acontecimientos, los que se dan en los planos internos.
Entre estos, se encuentran: el cierre de innumerables infiernos, la reunión y la congregación de nuevas almas para que respondan al llamado, el despertar de la consciencia dormida, el descubrimiento de la Verdad dentro del interno de cada ser, así como la liberación de los vínculos negativos de las almas que antes estaban presas espiritualmente.
Una Peregrinación, que puede estar proyectada para desarrollarse en algún momento, nunca será igual o semejante a la anterior, aunque se realicen los mismos encuentros de oración.
La Peregrinación está bajo el comando de su Madre Celeste y esto significa, para el planeta y su humanidad, muchas cosas.
Cada Peregrinación es una gran operación de rescate planetario que abarca no solo al planeta como un todo, sino también a su humanidad y a los Reinos de la Naturaleza.
Cada Peregrinación por la Paz que es amorosamente concretada con la ayuda y la donación de la humanidad, no solo representa una respuesta evolutiva por parte de las almas, sino también la posibilidad que el Universo Espiritual tiene de poder penetrar en ciertos proyectos humanos que, impregnados de una gran ambición e ignorancia, intentan conquistar el mundo.
Cada Peregrinación por la Paz que se concreta es un nuevo plan que estratégicamente se lleva adelante, superando y enfrentando un mar de dificultades durante el desarrollo de la misma.
Cuando las almas colaboradoras se disponen para donar y concretar la próxima Peregrinación, esa es una respuesta madura de una consciencia que ama el Plan de Dios más allá de sus dificultades y de sus pruebas, y que siempre hará lo imposible para que ese Plan de rescate planetario que la Peregrinación llevará adelante, se pueda cumplir, confiando absolutamente en sus principios y en los objetivos que deberán realizarse.
Por eso, la posibilidad de una ayuda mayor o menor que podría recibir el planeta y la humanidad en este tiempo crítico, dependerá de la consciencia despierta que tengan las almas que donarán para que la misión se concrete.
Y esto siempre será así, porque la humanidad a lo largo de los siglos ha desperdiciado los recursos desde todo punto de vista y, en este ciclo, para que ella sea merecedora de una Gracia Mayor que es intangible, necesitará aprender a donar lo que siempre ha guardado para sí, como provecho personal.
En este tiempo, la expansión espiritual de las Peregrinaciones y la asistencia divina que pueda recibir la humanidad, dependerán del amor y de la donación que los seres de la Tierra coloquen, a fin de mantener en pie este amado y herido planeta.
Por eso, en este ciclo, la no concreción de las Peregrinaciones por falta de recursos no será un acto de desprecio o de desinterés por parte de las almas para con la Madre de Dios, sino que será el reflejo de una gran indiferencia e inconsciencia para con el Plan de Dios.
En sus manos y sobre todo en sus corazones, hijos Míos, está la decisión de la continuidad de esta humanidad y de la próxima que vendrá.
Hoy, y después de diez años de estar al lado de cada hijo Mío, debo decirles la verdad: la decisión está en ustedes.
¡Les agradezco por escucharme de corazón y por responder a Mi llamado celestial!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Si en verdad Mi Presencia entre ustedes solo fueran visiones, nunca hubiera sido posible construir la Obra por los hombres del mundo.
Una obra es verdadera cuando es sostenida por la propia Presencia Divina, y esa Obra perdura porque la Presencia Divina así lo desea y así todo lo manifiesta.
A veces, ciertos religiosos y sacerdotes ofenden más con sus comentarios la Obra que Dios realiza en el mundo y menos lo agradan con sus acciones litúrgicas.
En verdad, cuando ciertos sacerdotes, religiosos o incluso obispos, ofenden la Obra que Dios realiza en las almas, lejos del control y de la potestad de la Iglesia, eso es más grave que todas las faltas cometidas por los pobres pecadores.
Se debe tener cuidado con todo lo que un representante de Cristo en la Tierra dice o le manifiesta al pueblo de Dios, poniendo en contra a los corazones, llenándolos de más y más dudas.
Eso es mucho más grave porque podría estar condenando con su palabra la salvación de todas esas almas que lo escuchan.
La única Verdad la tiene el Padre Celestial y ante todo lo que Él haga con Su Obra independientemente del poder de los hombres de la Iglesia, debemos inclinar nuestra cabeza y respetarlo; porque el ser humano nunca podrá comprender profundamente todo lo que Dios quiere hacer.
Por eso, le pido a todos los sacerdotes, religiosos y representantes de iglesias cristianas que guarden su lengua para no seguir ofendiendo la Obra de Dios, que es infinita y eterna, y para no manchar con sus comentarios irónicos a las almas que colocan su fe en Cristo.
Cada uno cumple con su parte en esta misión de evangelizar en la Presencia del Señor, por medio del ejemplo, del amor y de la verdad más que con las palabras.
No olviden la fraternidad y el ecumenismo que todavía no ha sido comprendido por ustedes, ya que la verdadera alianza que se deberá establecer entre las diferentes creencias se basa en el amor y en la transparencia.
Que los sacerdotes sean verdaderos intercesores de Cristo entre el Cielo y la Tierra, y no verdugos vestidos de santos que condenan a sus semejantes y no miran hacia su interior, olvidando la penitencia.
Quien piense que sobrevivirá solo, estará perdido. La unidad y el respeto entre los pueblos y las religiones es lo que vencerá a la bestia que saldrá del abismo.
La fe no se mide por los actos o por los juicios.
La fe es bálsamo de luz en los corazones simples.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuanto más cansados y exhaustos están Mis discípulos por trabajar permanentemente para Mí, es señal de que con esa ofrenda Yo puedo salvar muchas vidas y rescatar miles de almas de las perdiciones diarias.
Cada esfuerzo y sacrificio ofrecido al Señor, por más pequeño que parezca, es reconocido por el Universo, porque el valor no está en lo grande o en lo pequeño, sino en lo verdadero y en cómo se ofrece con amor cada servicio a Dios.
Por eso, los animo a amar el sacrificio y a hacerlo parte de la consciencia apostólica de cada ser, porque eso equilibra grandes situaciones que están desequilibradas en el planeta.
Anímense a seguir por este camino porque nunca les faltará el descanso, el reposo y la recuperación.
Cada acción de amor ofrecida al Cielo tiene valores incalculables para la humanidad.
De esa forma, sus espíritus pacificadores estarán presentes en cada paso y nuevamente al mundo se le concederá un tiempo mayor de misericordia y de paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Mi Madre Santísima reúne en este tiempo a los que se autoconvocaron para servir al Plan de Dios.
Por otro lado, Mi Madre busca la redención del mayor número posible de consciencias, las que aún no dieron ningún paso, pero que están en el momento y en la energía para poder hacerlo.
Es así que, a través de la Obra de redención del Divino Hijo, quien no lo pueda hacer será impulsado a dar el salto significativo de su vida.
Llegó el momento de abrazar el llamado y de hacerlo parte de sí, todos los días. Eso ayudará a elevar la consciencia de los servidores, para que, al final de todo, sean colaboradores incondicionales y se lo demuestren al mundo como una parte de la Victoria de Cristo.
En este tiempo todo será conducido a fin de que nazcan en la Tierra los Nuevos Cristos, los que poblarán el planeta con nuevas enseñanzas y experiencias de amor.
¡Les agradezco por colocar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Retorno en esta época para terminar de preparar a Mis apóstoles de los últimos tiempos.
Vengo, en este ciclo, con la intención definitiva de terminar de cerrar el último grupo de Mis rebaños para que Me acompañen hasta el final, hasta terminar de preparar el retorno glorioso de su Maestro y Señor.
Mientras tanto, vengo para pedirles a Mis compañeros una disposición inmediata, capaz de responder a las urgentes necesidades de estos tiempos, en los que todo se desatará para definir las últimas piezas del Plan.
En este ciclo, esa disposición inmediata ayudará en la rápida elevación de la consciencia humana y, sobre todo, llevará a que las almas se den cuenta de que los tiempos cambiaron y que ha llegado la hora de abrir los ojos para lo que vendrá desde el firmamento y quedará marcado como señal.
Es momento de que los últimos soldados terminen de despertar.
Vengo con ese propósito porque será urgente e imprescindible que todos tomen consciencia, antes de tiempo, de que el planeta y su actual humanidad vivirán un gran giro.
Los espero siempre en comunión con los atributos de la Eucaristía, de la oración, del servicio y de la confesión ante Mi Corazón Glorificado.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Como un Ave de Luz penetro en los espacios más profundos de la consciencia humana para poder transformarla. En ese lugar derramo la Gracia que emana de los Rayos de Mis Alas, para que Mis hijos se reencuentren con el Padre Celestial.
Allí todo es removido, para que las almas estén libres del cautiverio y de las prisiones de la vida.
El Ave de Luz ingresa en lo profundo de la consciencia para mostrarle al ser humano el tiempo y el momento de su purificación. En todo ese camino, el Ave de Luz disipa y disuelve los abismos de la consciencia, para que los seres de la superficie de la Tierra puedan reencontrar el camino espiritual que los lleva a ingresar en la paz.
Podría ser doloroso desterrar y romper con viejas estructuras, por eso el Ave de Luz ingresa en los espacios de la consciencia profunda, para no dejar ningún rincón oculto dentro del ser, sino que todo sea revelado para que pase por la transformación.
Mientras oran, el Ave de Luz puede llegar a lo más profundo y desconocido; mientras oran y tienen fe, la tarea de su Madre Celeste puede ampliarse.
De esa forma, llegará el día en el que ya no existirán, en Mis hijos, todos los atavismos y reinará la sagrada energía divina del Amor, la que nutrirá al espíritu con un eterno gozo, en una espléndida vida unida al Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Estrella de Belén brilló en lo más alto y profundo de los Cielos, anunciando al mundo la llegada de una nueva y última oportunidad de redención.
Aquellos que miraron hacia el firmamento y la encontraron, como un corazón que pulsa en el infinito, siguieron sus pasos y llegaron hasta donde los llamaba la Voz y la Voluntad del Padre Celestial.
El silencio de la Estrella de Belén guarda su profundo e insondable misterio.
Los corazones pueden seguirla, porque Ella se refleja en el Cielo, así como en el interior de los que se abren a sus señales.
Siguiendo a la Estrella de Belén lleguen al Portal de la humildad, de la pobreza de sí, del misterio, del vacío. Allí podrán encontrar lo que Yo vengo gestando para cada uno de Mis hijos.
Sigan hacia el Portal de la humildad de Belén que guardan en su interior. Allí, Yo los aguardo con todo el Universo, en la Presencia de su Padre Creador, para dar a luz a un nuevo ser, a un nuevo tiempo.
Gracia infinita, hijos Míos, es abrirse al Misterio de la Natividad de su Señor, cuando la memoria del perdón de los pecados humanos vuelve a perdonar y a limpiar los corazones de los hombres que se abren, al menos un poco, para el Camino de la Redención.
Gracia infinita es la Natividad de su Señor, cuando la memoria de la entrega y de la Humildad de Dios le da a los hombres la posibilidad de entregarse y de caminar por una nueva senda, en la que las vanidades, las mentiras y el orgullo quedarán del lado de afuera, pues, tan pequeña y simple es la Gruta de Belén que solo caben en ella la Humildad de Dios y de Sus siervos.
Gracia insondable es el Misterio de la Natividad de su Señor, cuando delante de la memoria viva del momento en el que toda la Creación se detuvo para contemplar a la Tierra, nuevamente el Creador detiene la atención del Infinito, para que, por menor que sea la apertura de las almas, Su Misericordia pueda inundar los corazones.
Pocos conocen la verdadera Gracia de la Natividad del Señor.
Pocos saben todo lo que su Dios y Creador realiza en lo invisible de este mundo y en lo profundo de las almas, cuando los corazones se dejan tocar por la pureza de este momento.
El Nacimiento de Cristo, así como su eterna memoria, hijos Míos, es un misterio aún insondable para los corazones del mundo, pero para vivirlo basta que permitan que sus corazones sean tocados por Su Pureza, lavados por Su Misericordia y renovados por la sagrada humildad que se guarda en este momento, tan santo y único, para toda la Creación.
Cielos y Tierra se detienen para contemplar la Natividad del Señor, porque desde que Dios se hizo carne entre los hombres, una Gracia desconocida se vive en toda la Creación.
Allí, hijos, Dios, dio inicio a un Plan de redención que aún está por cumplirse y que, año tras año, se renueva para la Tierra, a través de los corazones que creen en este misterio y que, sin comprenderlo, se abren para recibir sus Gracias.
Hoy les pediré que oren.
Oren por los que no creen en la esencia de la Natividad y olvidan el verdadero sentido que la humanidad se une para celebrar.
Oren por los que están solitarios, abandonados e infelices, porque no conocen a Dios, no se abren a Su infinito Amor y más que eso, Hijos Míos, porque no tienen en la Tierra quien les dé la dádiva de ser verdaderamente amados.
Oren por las guerras que no se detienen ante este acontecimiento Celestial y dejen que las Gracias que hoy reciben, por abrir las puertas para Dios, lleguen a los cuatro puntos de este mundo.
Oren para que los que se comprometieron con Cristo, desde el principio, se fortalezcan y se renueven en su humildad y en su entrega, por los méritos del Nacimiento del Señor entre los hombres.
Y oren, hijos Míos, para que así como conmemoran la alegría del Nacimiento de Cristo, conmemoren un día la Gracia Mayor de Su Retorno y estén preparados para ese momento, porque pronto llegará.
Yo los amo y bendigo,
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que hoy vuelva a brillar en su interior la Luz de Aurora, que vuelva a emerger de sus espíritus ese fuego guerrero de redención.
Que se active en sus almas la llama flameante de la Cura de Aurora, a fin de que por su entrega y sacrificio, la nación de Uruguay vuelva a ser considerada una nación rescatable.
Que hoy despierten los soldados de Aurora que retornan junto a su Madre Celeste para celebrar la victoria del Plan de Dios.
Que se abran las puertas a la cura planetaria y que el soplo divino del Fuego de Aurora ilumine los espacios.
Que hoy todas las espadas sean entregadas para el receso y que los estandartes de la Paz de Aurora declaren el momento de la paz, porque todo será reconfigurado, todo será transformado.
Que los discípulos de Aurora ingresen al Reino del Amor libres de sí y despojados de sus formas, para que la Aurora Estelar los impregne por completo y les traiga la renovación y la paz.
¡Salve Aurora de Mi Corazón, porque en tu invisible silencio todo lo redimes!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
En este 1° de diciembre, en el comienzo de la preparación interior para la Natividad de su Maestro y Señor, quisiera que por medio de la presencia de cada pesebre en los hogares del mundo, despertara en ustedes, definitivamente, el Cristo interior.
Esto ayudará a que toda la consciencia humana sea redimida y reciba desde el Universo una Gracia a fin de revertir todos los errores cometidos por medio de la división de las familias, de la explotación de los niños y de las niñas, de toda la perversión de la actual juventud.
Queridos hijos, ustedes, con la dulzura de sus corazones al haberme respondido al llamado para la manifestación de los pesebres, han permitido que su Sagrada Madre trabajase en los núcleos familiares que se están corrompiendo por la falta del verdadero amor y de la sincera paz.
Queridos hijos, Mis Rayos de Misericordia hoy penetraron en las capas más oscuras del mercado negro de la humanidad, en donde Mi adversario ríe y juega con millones de vidas humanas.
Desde ese perdido y oscuro lugar, su Madre Celeste, con la ayuda de todos los santos que hay en el Cielo y en Tierra, rescató y evitó que las esencias de muchos corazones humanos se extraviaran.
Quisiera, Mis amados hijos, que hoy pudieran comprender el significado y la victoria generada por medio de la amorosa y sincera adhesión de todos los hijos Míos que dedicaron su día a construir el Sagrado Pesebre.
La presencia de la Sagrada Familia, en estos tiempos y en la actual humanidad, evitará muchos acontecimientos, la mayoría de ellos, por medio de la intercesión de los Tres Sagrados Corazones.
Les dejo, en esta noche de Gracia, esta reflexión y este mensaje para que lo mediten, para que crean que sus vidas y sus manos son útiles para Dios y para la concreción de Su Divino Plan.
Por último, envío todo el Amor de Mi Corazón a Mis pequeños hijos de Angola, diciéndoles que aún está vigente y presente Mi victoriosa visita a las tierras africanas de Ruanda, Angola y Kenia.
Desde ahora, agradeceré que vayan preparando sus corazones para responder a ese llamado y para acompañar a su Madre Celeste.
¡Les agradezco por hoy estar Conmigo!
Por el triunfo del Plan de Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mi Hijo viene en este tiempo final para establecer en la humanidad Su Propósito Divino. Pero, para que eso sea posible, será necesario que las almas se puedan transformar en el modelo espiritual e interno que Él necesita para poder llevar adelante Su Obra redentora.
Si eso no fuera así y las almas se resistieran a cambiar lo que conscientemente saben que no forma parte del Plan de Mi amado Hijo, por la protección de ellas mismas no podrán participar de esta Obra en la parte que les corresponde.
Es importante tener presente que Mi amado Hijo busca aliados y devotos de Su Sagrado Corazón a fin de que las almas le sirvan de receptáculos preciosos en donde Él pueda verter Sus Códigos de Vida para poder renovarlas, de tiempo en tiempo. Por eso, el proceso de transformación interior no se restringe solo a una consciencia, sino que influye a todo lo que la rodea en forma permanente.
Cristo espera encontrar, cada día más, en Sus seguidores y servidores, la posibilidad de realizar en los Suyos Su Obra suprema de forma verdadera y cristalina. Por eso, la transparencia de sus corazones y mentes determinará, en este tiempo, la oportunidad que le darán al Sagrado Rey para que Él los transforme en odres nuevos, en Sus instrumentos transformados.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Comandante Celestial
He aquí la Comandante Celestial, quien lleva estampada sobre Su Corazón Maternal la Sagrada Estrella de la Hermandad.
He aquí la Comandante Celestial, la que comanda ejércitos de ángeles y de almas en este Universo, para poder establecer largos periodos de paz.
He aquí la Comandante Celestial, la que lleva adelante junto a Su Amado Hijo el Plan de Rescate; la que construye, por medio de las oraciones de todos Sus hijos, los puentes de luz y los lazos fraternos de amor.
He aquí la Comandante Celestial, la que obra silenciosamente en este Universo, la que enciende los Espejos de los corazones para que las almas sientan el ardor del Amor de Cristo.
He aquí la Comandante Celestial, la que busca el bien de Sus hijos, la que promueve la oración redentora, la Madre que siempre los aproximará a Dios.
He aquí la Comandante Celestial, la que desciende del Reino de los Cielos para conceder a los corazones una Gracia, la que acompaña, ayuda y comprende a Sus semejantes.
He aquí la Comandante Celestial, la que lleva consigo la Espada de Luz de los Arcángeles del Cielo, con el fin de expulsar los espíritus invasores para apartar a las almas del camino de la perdición.
He aquí la Comandante Celestial, la que lleva entre Sus Manos el Escudo del Arcángel Miguel para poder defender a Sus hijos durante las batallas, la que protege y ampara a las almas inocentes.
He aquí la Comandante Celestial, la que intercede por las causas imposibles, la que defiende a las almas durante su juicio, la que concede a los corazones momentos de paz.
He aquí la Comandante Celestial, la que eleva a las consciencias hacia lo que es verdadero, la que impide en este mundo la destrucción, la que guía y acompaña el despertar interior de las almas.
He aquí la Comandante Celestial, la que trae del Universo los Dones de Dios para derramarlos sobre el mundo como infinitas Gracias, la Madre que presenta las ofrendas de Sus hijos a Dios.
He aquí la Comandante Celestial, la que interrelaciona los Universos para que los Rayos transfiguren, de tiempo en tiempo, al planeta; la Comandante que transmuta, de ciclo en ciclo, el caos de la humanidad.
He aquí la Comandante Celestial, la que gesta en Su Vientre purísimo el surgimiento de una nueva humanidad, la que mostrará al mundo la puerta por donde retornará Cristo.
He aquí la incansable Comandante Celestial, la que bautiza a Sus hijos con el Espíritu Santo, la Madre que concede la reconciliación interior.
He aquí la Comandante Celestial, la que hoy desciende en Gloria sobre este Centro Mariano para poder abrir los ojos de Sus hijos y mostrarles el verdadero camino del espíritu, el camino de la perpetua oración.
He aquí la Comandante Celestial, la Patrona del Brasil, la Señora Aparecida, la Madre Bondadosa que protege el espíritu de las naciones.
Que hoy, en el día de Su fiesta celestial, las almas reciban de la Señora Aparecida, la fuerza suficiente del amor para poder vivir los cambios que llegarán.
He aquí la Comandante Celestial, la que prepara a las almas para el Retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más